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ENI

Escuela normal infantil intercultural

Informe final de investigación


“Participación ciudadana como factor de
resiliencia ante los efectos de la pandemia en el
sector educativo”

JUANA FERMINA JANEILY AJTÚN HUINIL

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ENI
Escuela normal infantil intercultural

Informe final de investigación


“Participación ciudadana como factor de
resiliencia ante los efectos de la pandemia en el
sector educativo”

JUANA FERMINA JANEILY AJTÚN HUINIL

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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN............................................................................................................................................5
MARCO TEÓRICO (SÍNTESIS)...................................................................................................................6
PARTICIPACIÓN CIUDADANA COMO FACTOR DE RESILENCIA ANTE LOS EFECTOS DE LA
PANDEMIA EN EL SECTOR EDUCATIVO...............................................................................................6
Participación Ciudadana como Factor de Resiliencia.....................................................................6
LA PANDEMIA Y SUS IMPACTOS.........................................................................................................6
La crisis recargada...................................................................................................................................6
COVID-19: un balance preliminar desde la salud pública...............................................................7
De la situación actual...............................................................................................................................8
Elementos para el análisis......................................................................................................................9
Salud mental y crisis por COVID-19: variables, problemas y aspectos críticos.....................10
La concepción de la enfermedad y los conjuntos sociales guatemaltecos.............................11
LA EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA GLOBAL EN TIEMPOS DE CRISIS...........................11
El reto de afrontar el contexto actual de crisis................................................................................11
Panorama actual del derecho a la educación..................................................................................12
La educación para la ciudadanía global como enfoque transformador....................................13
Propuestas de transformación social................................................................................................15
Los niños son las principales víctimas.............................................................................................16
Un riesgo muy grande en la caída de la escolaridad.....................................................................16
Educación online como solución.......................................................................................................17
Desafíos y Potencialidades de la Educación a Distancia Durante la Crisis de Covid-19......18
Obstáculos que han tenido niños y niñas para continuar aprendiendo desde casa.............19
Obstáculos que han tenido los docentes para enseñar a distancia..........................................20
Obstáculos que han tenido las familias para acompañar la educación a distancia...............20
Obstáculos que enfrentan los docentes para enseñar a leer y escribir....................................21
Beneficios de la educación a distancia en el proceso de aprendizaje......................................22
Estrategias didácticas que han dado buenos resultados.............................................................22
Estrategias didácticas para involucrar las familias........................................................................23
Tipos de evidencia, recursos, materiales cursos que serían más útiles para ofrecer una
mejor educación a distancia................................................................................................................23
ANÁLISIS.................................................................................................................................................. 24
Educación superior en tiempos de crisis.........................................................................................24
Problemas en la educación superior.................................................................................................25

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Rol del estudiante y metodología de enseñanza............................................................................27
De los efectos colaterales.....................................................................................................................27
En el ámbito político..............................................................................................................................28
En el ámbito socioeconómico.............................................................................................................28
ANEXOS........................................................................................................................................................29
CONCLUSIONES.........................................................................................................................................33
RECOMENDACIONES................................................................................................................................34
BIBLIOGRAFÍA (E-GRAFÍA)......................................................................................................................35

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INTRODUCCIÓN

Durante el tiempo de la pandemia vivimos con pasmo un cambio profundo en la


manera en que nos relacionamos, subsistimos, habitamos y recorremos distintos
espacios. La velocidad con que se extendió el contagio del nuevo virus a lo largo
del mundo nos tomó por sorpresa a una inmensa mayoría, que hasta los primeros
meses del año apenas si comprendíamos el fenómeno y las dimensiones que
podría tomas. Casi con la misma velocidad con que se extendió la presencia del
virus aparecieron seminarios virtuales, blogs, debates disciplinarios en distintos
formatos e incluso libros de reputados académicos del ámbito internacional. Era
clara la necesidad y el sentido de urgencia, de comprender lo que ocurría, de
evidenciar los dilemas que nos presentaba, de analizar sus posibles efectos sobre
las sociedades contemporáneas y los caminos más razonables a tomar. Y, así
también, de aprovechar el momento para construir nuevas narrativas radicales de
transformación política y cultural.
Debido a la pandemia de Covid-19 Guatemala y el mundo se vio afectada desde
muchas perspectivas, en el sector educacional, familiar o psicológico con
problemas y situaciones que llegaban a afectar a muchas personas, tales como el
desempleo, educación, economía, violencia o maltrato, enfermedades físicas y
emocionales, etc. En la presente investigación mi enfoque principal son los
problemas en la educación ante los efectos de la pandemia Covid-19, este siendo
un campo muy importante en la sociedad debido a el sufrimiento que se ha vivido
en las diferentes situaciones, esto abriéndome paso a la investigación para lograr
encontrar nuevos conocimientos que he adquirido en el proceso de investigación.

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MARCO TEÓRICO (SÍNTESIS)
PARTICIPACIÓN CIUDADANA COMO FACTOR DE
RESILENCIA ANTE LOS EFECTOS DE LA PANDEMIA EN
EL SECTOR EDUCATIVO.

Participación Ciudadana como Factor de Resiliencia

La resiliencia se construye a partir de la vivencia del sufrimiento emocional y nos


ayuda a mantener o mejorar la estabilidad mental ante las situaciones vitales
estresantes. Es algo que, a menudo, se genera de forma espontánea, pero hay
estrategias que pueden ayudarnos a potenciarla y que podemos poner en práctica
cuando nos encontremos en situaciones vitales difíciles.

La resiliencia ciudadana es la capacidad de comunidades e individuos en una


ciudad para sobrevivir, adaptarse y crecer a pesar de los obstáculos. Funciona
bajo una metodología de prevención, mitigación y planificación. De hecho, su
función es generar contenido y mensajes clave para mantener a los guatemaltecos
alertas de posibles riesgos a los que estén expuestos.

La resiliencia es la capacidad que tienen las personas, comunidades,


organizaciones o los países expuestos a desastres, crisis y vulnerabilidades a
anticiparse, reducir sus impactos, afrontar los efectos, para luego adaptarse y
recuperarse de los desastres. La resiliencia ciudadana es la capacidad de
instituciones, comunidades e individuos en una ciudad para sobrevivir, adaptarse y
crecer a pesar de los obstáculos.

LA PANDEMIA Y SUS IMPACTOS


La crisis recargada
El 13 de septiembre se cumplieron seis meses desde que el primer caso de
COVID-19 fue detectado en territorio guatemalteco; como se recordará, se trató de
un hombre joven que regresaba a su país, procedente de Europa, específicamente
de España, probablemente sin saber que venía contagiado. El dato de cuándo,
dónde y en qué circunstancias se detectó y cómo se comunicó al país sobre el
primero de los 82 mil 684 casos oficialmente detectados en Guatemala hasta el
momento de escribirse estas líneas (15/09/ 2020) es bastante más que una
anécdota: tiene todo el simbolismo de cómo irrumpe lo que en su momento
llamamos “un cisne negro global”1 y cómo –al igual que en el resto del mundo–
alteró el curso principal del acontecer nacional e introdujo una variable que en

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muchos sentidos se transformó en la variable determinante –súbitamente y en el
corto y mediano plazos– de la vida personal, familiar, comunitaria y social de los
guatemaltecos.
La educación, así como la vida cultural, artística, espiritual, religiosa, recreativa y
deportiva fueron totalmente impactadas por las medidas que, desde un poco antes
del 13 de marzo, empezó a tomar el Estado para contener y mitigar la amenaza
que para la salud y la vida de los habitantes de este país representaba, y sigue
representando, el nuevo coronavirus.
Dado el carácter global del fenómeno y la novedad que en muchos sentidos
implicaba, los impactos de la pandemia tienen gran cantidad de similitudes en
prácticamente todo el mundo, pero la generalidad de efectos y respuestas
(distanciamiento físico, paralización de actividades no esenciales, confinamientos
– más o menos estrictos–, cierres fronterizos, servicios sanitarios colapsados,
entre otros) no implica que este cisne negro opere al margen de la realidad
nacional de cada país.
En términos generales, la pandemia del COVID-19 ha significado para Guatemala
el agravamiento de todos los síntomas de unas condiciones ya previamente
críticas en lo económico, social y sanitario. Pero, sobre todo, ha implicado la
agudización de la crisis política e institucional, tanto porque afloraron las grandes
falencias del Estado y el gobierno para atender con eficiencia y oportunidad la
emergencia de salud pública junto a los daños colaterales de las medidas de
contención, como porque en ese contexto se exacerbó un errático andar al borde
de la ruptura del orden constitucional; es decir, la crisis política e institucional que
vive el país y a la cual hemos dado seguimiento, se profundizó hasta situarse, al
cierre de estas líneas, en una situación de estancamiento en detrimento de la
gobernabilidad democrática del país.
Se trata de una crisis multidimensional en la que se imbrican la crisis sanitaria
planteada por la pandemia de COVID-19, los efectos económicos y sociales de las
medidas tomadas para atender el desafío sanitario, la dislocación objetiva del
modelo económico y social, de sus mecanismos de producción y reproducción,
incluida la reproducción de los mecanismos de dominación material, ideológica y
espiritual.

COVID-19: un balance preliminar desde la salud pública


En la edición No. 31 de la Revista de Análisis de la Realidad Nacional, se
desarrolló un primer análisis a la respuesta del Sistema Nacional de Salud (SNS)
ante la pandemia del COVID-19, haciéndose una revisión cronológica de los
hechos acontecidos y de las políticas públicas adoptadas por el Estado
guatemalteco durante las fases de preparación y contención de la epidemia. Para
continuar estudiando la respuesta del Estado ante esta temible amenaza, se hizo

7
una revisión del contexto epidemiológico actual del COVID-19 identificando un
descenso en la cantidad de casos a expensas de un descenso similar en la
cantidad de pruebas realizadas, asimismo, se hizo una revisión de los efectos
colaterales políticos y socioeconómicos. Al igual que en el artículo anterior, se
desarrolló una revisión cronológica de las políticas públicas adoptadas por el
Estado durante la fase de mitigación, tratando de recabar elementos de análisis
que nos permitan hacer una evaluación de la respuesta estatal y una propuesta de
ruta encaminada a mejorarla.
Para continuar estudiando la respuesta del Estado ante esta temible amenaza, se
hizo una revisión del contexto epidemiológico actual del COVID-19, asimismo, se
hizo una revisión de los efectos colaterales políticos y socioeconómicos. Al igual
que en el artículo anterior, se desarrolla una revisión cronológica de las políticas
públicas adoptadas por él.

De la situación actual
La figura 1, muestra los datos oficiales publicados en la página del Ministerio de
Salud pública y Asistencia Social, con datos acumulados desde el inicio de la
epidemia en el país hasta la medianoche del día 9 de septiembre.
En ella se muestra en números absolutos el total de casos activos, acumulados,
recuperados y fallecidos, así como las tasas de mortalidad y letalidad actuales. La
información evidencia que la población masculina sigue siendo la más afectada y
que la epidemia sigue golpeando principalmente a la población en edad
productiva. Adicionalmente, dicha página reporta que, aunque la mayoría de los
casos confirmados se concentra en los departamentos de Guatemala y
Quetzaltenango, la mayor cantidad de personas fallecidas se concentra en los
departamentos de Guatemala y Escuintla.
La figura 2 muestra cuatro gráficas publicadas en el sitio de Laboratorio de datos
GT, las cuales han sido desarrolladas a partir de la información obtenida del
Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS). Desde inicios de julio, la
cantidad de casos reportados se ha mantenido por debajo de los 1000 casos.
Durante las primeras semanas de septiembre se evidencia cierta tendencia a la
baja. Un comportamiento bastante similar evidencia la cantidad de tamizados.
Durante la primera quincena de julio se alcanzó la cifra de 50 pacientes fallecidos,
a partir de ahí, la cantidad de pacientes fallecidos reportados ha ido en descenso.
La última gráfica es clave, ya que demuestra la vinculación existente entre el
número de pruebas y la cantidad de casos reportados, evidenciando que el
descenso en la cantidad de casos se debe a un descenso similar en la cantidad de
pruebas realizadas.

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Elementos para el análisis
Dos meses después de la identificación del primer caso de COVID-19 en
Guatemala, el gobierno de la república reconoció oficialmente que el país había
avanzado a la FASE DE MITIGACIÓN de la pandemia. Tal y como se esperaba,
durante esta fase se dio una escalada de contagios y los servicios de salud se
vieron desbordados con una gran cantidad de pacientes en estado crítico. La
identificación y rastreo de casos, así como las medidas de distanciamiento social y
las restricciones de movilidad impuestas, cobraron gran significancia y el liderazgo
de las autoridades resultaba imperativo para la conducción de la respuesta.
En este sentido, luego del desgaste sufrido durante las primeras dos fases de la
pandemia, la creación de una instancia como la COPRECOVID, que asumiera la
conducción de la respuesta resultaba determinante. La incorporación del Dr.
Edwin Asturias al equipo presidencial fue estratégica, considerando que su llegada
oxigenó a la ya desgastada figura presidencial. El desconocimiento y la
incapacidad administrativa evidenciada por las autoridades del MSPAS
promovieron que a través del Decreto Legislativo No. 21-2020, el Congreso de la
República obligara al MSPAS a atender las recomendaciones del Consejo
Nacional de Salud, para emitir un acuerdo ministerial en el que se diseñara la
estrategia de muestreo masivo y se definieran las acciones sanitarias que deben
tomarse en cuenta para la desescalada de medidas y los indicadores a
considerarse para la reactivación de la economía nacional y condicionó al propio
presidente de la república a tener que remover a las autoridades ministeriales,
incorporando a un equipo técnico con mayor experiencia bajo la conducción de la
Dra. Amelia Flores. Pese al mandato del Congreso de la República, el MSPAS de
manera inconsulta, publicó el Acuerdo Ministerial 146-2020, que esbozaba ya una
primera estrategia para la desescalada de medidas, la cual por razones
desconocidas fue desechada. Después de casi un mes y medio, el MSPAS publicó
el Acuerdo Ministerial 187-2020 que aprueba el sistema de alertas sanitarias para
la atención de la epidemia SARS COV2 COVID-19, sin atender las
recomendaciones del Consejo Nacional de Salud, siendo este un órgano asesor
establecido en ley y del cual la Universidad de San Carlos de Guatemala, el
Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y otros actores sectoriales forman
parte. La entrada en vigor del sistema de alertas sanitarias para la atención de la
epidemia SARS COV-2 COVID-19 y las modificaciones contenidas en el Acuerdo
Ministerial No. 215-2020 y el Decreto Legislativo No. 29- 2020, evidencian la forma
en la que los grupos de presión económico y religioso logran permear dentro de
las instituciones del Estado para flexibilizar las medidas de control e imponer sus
particulares intereses sobre el bienestar colectivo.

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Salud mental y crisis por COVID-19: variables, problemas y
aspectos críticos
La salud mental es una de las dimensiones afectadas por la crisis global originada
por la pandemia de COVID-19. El deterioro y desestructuración de las condiciones
de vida de las personas, la ansiedad y estrés derivadas de la situación vital, así
como problemas por actividades o situaciones específicas suponen un impacto en
la subjetividad y acción, de las personas y los grupos. En este artículo se
reflexiona sobre algunas variables básicas que median entre la crisis y su impacto
como sexo, edad, estado civil, ocupación y manejo político de la crisis. También se
analizan problemas específicos como la fatiga por compasión (o burnout) de
equipos sanitarios y el duelo en esta coyuntura. Finalmente, se plantea la
necesidad de una reflexión crítica sobre el concepto de salud mental, así como los
usos y abusos que se presentan en el momento actual.
¿Qué efectos produce la crisis por COVID-19 en la salud mental de las personas y
grupos? ¿Qué factores median entre la crisis y su impacto? ¿Qué problemas
psicológicos se pueden presentar en esta situación? ¿Cómo están afrontando esta
crisis las personas y los grupos? ¿Qué respuestas se pueden ofrecer desde la
Psicología? Los efectos, factores, problemas, tipos de afrontamiento y respuestas
posibles al impacto de la crisis por COVID-19 en la salud mental son múltiples y
varían de acuerdo a las personas, grupos, países y momentos.
En este espacio se plantea que hay dos condiciones generales sobre el impacto
de la crisis del COVID-19 en la salud mental. La primera está relacionada con el
deterioro o desestructuración de las condiciones de vida de las personas, sin que
existan alternativas adecuadas o plausibles que compensen la alteración. La
segunda es que la crisis, aunque imprevista, viene a impactar sobre las
condiciones biográficas y sociales existentes de las personas y colectivos.
Es posible suponer que existe un impacto en la salud mental de las personas,
debido a que la crisis representa una alteración o desestructuración de las
condiciones de vida. El impacto repentino e inesperado se complementa con otra
situación, que las personas no encuentren alternativas o soluciones a los cambios
sufridos.
Esto significa que el impacto, aunque es generalizado, no es uniforme. Intervienen
muchas variables personales, familiares, económicas, políticas y sociales.
Ya se ha señalado que la crisis por COVID-19 afecta psicológicamente debido a
que impacta en las condiciones de vida de las personas. Pero no se puede
considerar que estas afecciones sean enfermedades o trastornos mentales. Son
respuestas psicológicas a las enormes presiones que esta catástrofe global
impone a millones de personas.
La perspectiva médica y psicopatológica también conlleva una perspectiva ética y
de bienestar que resulta fuertemente problemática. La crisis por la pandemia de

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COVID-19 provoca (y provocará) muchos problemas en la vida de las personas.
Problemas que se traducen en sufrimiento psicológico y alteraciones en las
relaciones. Pero se necesita hacer precisiones, realizar estudios y continuar
reflexionando sobre las relaciones persona-sociedad.

La concepción de la enfermedad y los conjuntos sociales


guatemaltecos
La forma cómo nos enfermamos está directamente relacionada con el medio en
donde vivimos, no es lo mismo enfermarse en Dinamarca, que enfermarse en
Guatemala, pero también tiene que ver con el acceso a los recursos, el nivel
educativo que tienen las personas que cuidan en la casa y otros determinantes
sociales. En ese sentido este artículo aborda la percepción de la enfermedad
desde la cosmovisión maya, se intenta explicar cómo la dualidad frío caliente es
una representación que debería ser tomada en cuenta por los trabajadores de
salud. Las ideas que tiene cualquier población sobre la enfermedad son elementos
necesarios de tomar en cuenta, ya que para el caso del Covid-19 en Guatemala, la
toma de la temperatura es el síntoma que determina el confinamiento en casa o en
el hospital, pero en realidad los trabajadores de salud, los policías, soldados y
demás autoridades de una u otra manera manejan esas ideas que los
guatemaltecos tienen sobre lo frío y lo caliente.

LA EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA GLOBAL EN TIEMPOS


DE CRISIS
La actual crisis de la COVID-19 está suponiendo un serio obstáculo para el
cumplimiento de la Agenda 2030 con la previsión de aumento de la tasa de
pobreza mundial y revirtiendo muchos de los logros conseguidos en estos últimos
años. Igualmente, la pandemia está conllevando el retroceso en el acceso al
derecho a una educación de calidad y un aumento de la desigualdad de
oportunidades generada por la brecha digital, afectando a millones de estudiantes
que han dejado de ir a la escuela. Sin embargo, a pesar de todas las amenazas
que despierta el actual contexto se vislumbran las oportunidades que están
surgiendo en esta crisis. El cumplimiento de los ODS, sin duda, es una estrategia
fundamental para afrontarla y en este sentido la educación para la ciudadanía
global es una herramienta clave para acompañar procesos en los que se fomente
la construcción de una ciudadanía activa, crítica y generadora de cambios
sociales.

El reto de afrontar el contexto actual de crisis


El contexto actual de crisis provocado por la COVID-19 ha acentuado y
complejizado mucho más si cabe el cumplimiento de los retos que a nivel global se

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venían planteando, Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) o los denominados
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El cumplimiento de estos nos hubiera
dado muchas certezas, estrategias y herramientas para poder afrontar la crisis
desde el aspecto sanitario, económico y educativo. “Si hubiéramos de verdad
invertido en los ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio) y en los ODS,
hubiéramos tenido una base mucho más fuerte para resistir estos choques. Por
ello, el riesgo de no cumplirlos nos llevaría, y nos llevó, a un panorama desolador.
La crisis revertirá casi todos los avances logrados en los últimos cinco años y
entre 40 millones y 60 millones de personas caerán en la pobreza extrema, en
comparación con los datos de 2019. A su vez desde la ONU, su vicepresidenta
general señala al respecto: Nadie será capaz de superar esta situación por sí solo.
Para que todas las personas salgan reforzadas de la pandemia de la COVID-19
será necesaria una extraordinaria muestra de solidaridad o nos arriesgamos a que
grandes cantidades de población queden más rezagadas. Cualquier aumento de
esta brecha representa una amenaza de que la gente caiga en la pobreza,
perdiendo los logros que tanto les costó conseguir y debilita nuestros sistemas
para responder a la siguiente emergencia. Ante esta compleja situación, el
contexto nos confronta con la necesidad urgente de tejer una mirada y una
estrategia global, superando las prioridades localistas bajo la lógica del sálvese
quien pueda. Sin duda es una oportunidad, a pesar de las múltiples y evidentes
amenazas, de aprovechar la Agenda 2030 para que forme parte de la estrategia
de reconstrucción durante el periodo post-COVID-19, afrontando una crisis
sistémica como la que estamos atravesando a través de una agenda sistémica
como la que plantean, o vocacionalmente pretenden plantear, los Objetivos de
Desarrollo Sostenible.

Panorama actual del derecho a la educación


Este contexto de crisis está teniendo un impacto negativo en el derecho a la
educación y millones de niños y niñas en todo el mundo están siendo afectados y
afectadas. Según datos de la UNESCO, “290 millones de estudiantes han perdido
ya sus clases debido a las medidas para contener la propagación de la epidemia”.
La dificultad en el acceso al derecho a una educación de calidad genera
desigualdad de oportunidades que aumenta más si cabe por la brecha digital. Este
es uno de los elementos de mayor relevancia a la hora de abordar el derecho a la
educación dentro del contexto de la pandemia, aunque no el único. “No todos los
alumnos pueden acceder a los contenidos y servicios educativos digitales en
condiciones de igualdad y calidad, agravándose la brecha digital educativa,
particularmente entre alumnado con bajos recursos, inmigrantes y discapacitados;
perjudicando el principio de la igualdad de oportunidades”.

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La brecha de aprendizaje se ensancha cuando hablamos de menores en
situación de desplazamiento o refugio. Hay más de un 35% de niños y niñas que
no tienen acceso a la educación primaria debido en gran parte a la compleja
situación que se vive en los campos de personas refugiadas. Esta crisis ha
constatado que la educación a distancia a través de la tecnología digital no es la
solución, al menos no la única, sino que por el contrario puede agrandar la brecha
entre los y las estudiantes que viven en contextos de especial vulnerabilidad. “Más
de la mitad de la población estudiantil del mundo no tiene una computadora en
casa y el 43% (más de 700 millones) no tiene acceso a internet”, a su vez esta
situación también queda reflejada. Según UNESCO, la reducción del tiempo de
enseñanza influye en el rendimiento escolar, y las familias con más recursos
pueden utilizarlos para compensar la pérdida de clases.
Cerrar la brecha el impacto de la medida del cierre en los centros escolares: “Este
cierre ha conllevado limitaciones en las oportunidades de aprendizaje del
alumnado, especialmente el más vulnerable”. Además de la falta y la dificultad en
el acceso a la educación, el informe La Solidaridad para relanzar la educación,
destaca lo siguiente: No solo es un tema de acceso a conocimientos sino también
de niveles de atención, seguimiento y acompañamiento. La educación promueve
el desarrollo social, emocional y cognitivo de niños y niñas. Los niños que se
sienten valorados y aceptados mantienen relaciones saludables y generan mayor
autonomía y seguridad. Por ello, para fortalecer el desarrollo social, emocional y
cognitivo en la infancia es importante generar entornos de cuidado y
acompañamiento que potencien estas capacidades. Precisamente este ha sido
otro de los déficits que ha planteado la COVID-19: la dificultad en la atención y el
cuidado de la infancia.
A este respecto el trabajo de cuidados ha recaído y recae mayoritariamente entre
mujeres y niñas que ven mermadas las oportunidades para su desarrollo tanto
educativo como profesional. También se constata, en este sentido, cómo las
jóvenes y las niñas también aparecen dentro de los sectores más vulnerables de
la población ante las crisis a la hora de trazar una estrategia que busque reducir
esta brecha de desigualdad. Como señala ONU mujeres: “Responder a la
pandemia no solo requiere rectificar desigualdades históricas, sino también
construir un mundo resiliente para el interés de todas las personas, con las
mujeres como sujeto de recuperación”.

La educación para la ciudadanía global como enfoque


transformador
El derecho a la educación como un derecho fundamental otorga y legitima a los
Estados a ser garantes de los servicios básicos que lo articulan, implicando por
tanto una función esencial para la construcción de ciudadanía. Por ello este punto
de vista de enfocar el derecho, tanto desde lo local como en lo global, supone un

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“principio básico de ciudadanía”. Así lo determina la meta 4.7, dentro del ODS 4
UNESCO (2015), Garantizar que todos los alumnos adquieran los conocimientos
teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras
cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y la adopción de estilos
de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad entre los géneros, la
promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la
valoración de la diversidad cultural y de la contribución de la cultura al desarrollo
sostenible, entre otros medios. De esta forma, la educación para la ciudadanía
global nos permite tomar distancia sobre nuestra realidad local y sin olvidarnos de
ella, ganar altura para tener una mirada más amplia y compleja de la realidad que
nos rodea. Se nos plantea guardar un equilibrio entre nuestra realidad local,
nuestro contexto más cercano y sobre el que podremos ejercer mayor influencia; y
la realidad global, aquella que nos resulta más lejana y apartada de nuestra
cosmovisión del mundo. Replantearnos la mirada y guardar este equilibrio nos
hará ser agentes de transformación en los diferentes planos de la realidad. En un
contexto de crisis como el que sufrimos es vital y necesaria esta mirada que nos
haga ser personas responsables con las realidades y contextos complejos que nos
ha tocado vivir.
Cuando hablamos de ciudadanía global, también supone hablar de una mirada
global en cuanto al enfoque en derechos y su necesaria interdependencia tanto en
el cumplimiento como en el incumplimiento de estos. La educación para la
ciudadanía global como una herramienta que facilita esa mirada, para
posteriormente construir propuestas transformadoras y de cambio social. Por ello
urge trazar alianzas y trabajar en red desde las diferentes organizaciones del
sector y con los agentes sociales a través de los distintos territorios, para
intensificar ahora más que nunca, procesos de educación para la ciudadanía. En
materia de Educación para la Ciudadanía Global, es necesario un compromiso
para apoyar la continuidad y refuerzo del trabajo de Educación para el Desarrollo y
la Ciudadanía Global durante y de manera posterior a la emergencia para
multiplicar y extender la promoción de los valores de la solidaridad, cooperación y
el internacionalismo entre la sociedad. Estas son herramientas claves en la lucha
contra la pandemia y por la justicia global. En este sentido, es importante
promover una mayor inversión en educación para el desarrollo sostenible y la
ciudadanía global, de manera articulada con la cooperación descentralizada y con
otros ministerios competentes.
A modo de recogida sobre lo ya señalado, la crisis de la COVID-19 ha puesto en
evidencia la dificultad de seguir sosteniendo una educación ajena a la realidad
global en la que vivimos, tanto en los contenidos tratados como en las habilidades
fomentadas. El escenario global en el que vivimos y que va a quedar a
consecuencia de esta crisis es complejo, y una respuesta responsable al mismo
va a requerir el fomento de conocimientos y habilidades para la promoción de una
ciudadanía corresponsable, que sea capaz de vivir su vida de forma

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interconectada con otros y otras, en la tarea de contribuir en la configuración de
escenarios locales y globales más justos y solidarios. Si no asumimos la
centralidad de la educación en estos momentos y no apostamos por un enfoque
educativo que sea capaz de atender a esta necesidad, estaremos dejando sin
herramientas a las futuras generaciones, formadas solo en el ámbito académico y
para el ejercicio de profesiones, en un futuro global cada vez más incierto y
complejo que necesita una ciudadanía implicada con la construcción de un mundo
más justo.

Propuestas de transformación social


Como vimos, la educación para la ciudadanía global tiene un gran potencial
transformador, entendida como una herramienta a corto, medio y largo plazo para
abordar tanto la actual crisis global, como los retos globales que nos interpelarán
en el futuro. Centrándonos en el corto y medio plazo, queríamos abordar la
cuestión de qué puede aportar la Ciudadanía Global en este contexto de crisis de
COVID-19. Compartimos en este sentido algunas reflexiones:» Desde la herencia
que la ciudadanía global ha recogido, sin duda, de la educación popular, el formar
agentes de transformación social pasa por fomentar una educación que facilite
experiencias para fortalecer una ciudadanía informada, crítica, comprometida,
activa y conectada con los retos globales de nuestro tiempo, y en particular con los
retos que plantea la crisis de la COVID-19.»
Para construir una ciudadanía consciente de los desafíos globales, con capacidad
de abordar la prevalente desigualdad y exclusión social, y responder a la crisis de
la COVID-19, es urgente fortalecer a la comunidad educativa y su articulación con
los barrios, fomentando la participación de la juventud siguiendo
recomendaciones, apostamos por proyectos participativos que promuevan la
convivencia intercultural, inclusión social y la creación de redes educativas de
solidaridad para abordar estos desafíos. » Una ciudadanía capaz de articularse
con otras personas y colectivos en todo el mundo a través de la pedagogía del
encuentro y la creación de redes, que incida en lo local para transformar lo global.
Promoviendo en ambos ámbitos las relaciones justas y equitativas entre las
personas y con el planeta, para así garantizar la supervivencia de ambos.»
Una educación que acompañe a las personas durante el proceso educativo y
facilite herramientas, habilidades y recursos concretos para actuar sobre la
realidad. Destacando el trabajo en emociones para poder reconocerlas y actuar,
teniendo capacidad para tomar decisiones generadoras de cambios sociales.» Si
hablamos de ciudadanía global, debemos hablar de la necesidad de fomentar una
cultura de la convivencia y de paz y de la cohesión de sociedades interculturales
basadas en los derechos humanos y en una cultura de la hospitalidad que genere
espacios de diálogo y acogida, haciendo hincapié en los contextos de mayor
exclusión y en las personas que presentan mayor grado de vulnerabilidad.

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La oportunidad de seguir acompañando a jóvenes, docentes y otros agentes
educativos desde los diferentes procesos anteriormente señalados. Transitando
por momentos complejos y difíciles, al ver cómo las desigualdades y las brechas
sociales aumentan, y a la vez caminando por sendas llenas de aprendizajes y con
la certeza de que el trabajo desde la educación para la ciudadanía global es una
herramienta indispensable para poder seguir construyendo sociedades más justas
e igualitarias; y a su vez siendo un canal fundamental de transmisión que fomenta
e impulsa el cumplimiento.

El Coronavirus presenta retos importantes en todos los frentes posibles,


incluyendo la educación. Millones de niños y jóvenes alrededor del mundo, y en el
país, han abandonado las aulas como consecuencia del virus, retrasando su
educación y poniendo en riesgo su futuro; principalmente en las regiones más
vulnerables del planeta.

Poco se está hablando sobre el impacto que tiene la crisis del COVID-19 sobre el
sector educativo y sobre las metas educativas de las naciones. Según
la UNESCO, más de 1.500 millones de estudiantes de 165 países no pueden asistir a
los centros de enseñanza debido a la COVID-19. La pandemia ha obligado a la
comunidad académica internacional a explorar nuevas formas de enseñar y aprender,
incluida la educación a distancia y en línea. Esta situación ha resultado difícil tanto
para los estudiantes como para los docentes, que tienen que enfrentarse a los
problemas emocionales, físicos y económicos provocados por la enfermedad al
tiempo que cumplen la parte que les corresponde para contribuir a frenar la
propagación del virus. El futuro es incierto para todos, y en particular para los millones
de estudiantes que tenían que graduarse, los cuales se van a enfrentar a un mundo
con la economía
paralizada por la pandemia.

El 90% de los países del mundo han cerrado sus escuelas, en un esfuerzo por
detener el avance de esta enfermedad, que sí bien parece ser benigna con el
segmento poblacional que asiste a los establecimientos educativos, es todavía
una enfermedad nueva que presenta retos importantes para el futuro cercano.

Este cierre afecta a más de 1,500 millones de niños y jóvenes de todo el mundo,
retrasando su educación y poniendo en un riesgo muy grande el futuro de la
educación de niños y jóvenes en regiones de gran precariedad económica.

Los niños son las principales víctimas


En países pobres, en los que existen grandes rezagos educativos para la niñez y
las niñas en particular, una crisis como la del Ébola o la del Coronavirus puede
provocar que niñas pierdan el 50% de sus años totales de educación.

16
Un riesgo muy grande en la caída de la escolaridad
El 79.5% de los niños en edad escolar no asisten a la escuela por razones
socioeconómicas, ya sea porque los padres no tienen dinero para enviarlos, viven
en lugares muy alejados o trabajan; y la tasa neta de cobertura para el nivel
primario, viene cayendo desde 2009 cuando alcanzó su punto más alto de
98.7% a 77.9% en 2018.
Con esos datos es lógico asumir que, si la situación económica de las familias
empeora, como consecuencia de la crisis económica provocada por el virus,
muchos niños en edad escolar podrían quedar fuera del sistema educativo por un
tiempo y lo que es peor, algunos podrían quedar fuera permanentemente ante la
necesidad que tengan las familias de contar con más manos para ganar el
sustento diario.
En ese sentido, las proyecciones del BID sobre desempleo del sector formal para
Guatemala presentan un cuadro poco alentador; según sus análisis, si la crisis
sigue (todo apunta que así será), el desempleo podría caer 7.5% en el corto plazo,
esos son 97,500 empleos formales. En el largo plazo el desempleo podría caer
13.6%, que representa 176,800 empleos formales; y si se llega a un proceso de
recesión prolongada, la caída podría ser de 21.1%, que son 274,300 empleos
formales. Este análisis deja de fuera el empleo informal, por no tener datos, pero
podemos suponer que también se vería seriamente afectado por la crisis
económica.
Estos datos impactarían severamente en la posibilidad que puedan tener las
familias de poner a sus hijos a estudiar, tanto en el sector público como el privado.
De hecho, muchos establecimientos educativos privados comienzan a reportar
extraoficialmente una baja importante en los pagos mensuales por colegiatura.

Educación online como solución


Para el sector público la educación online es un tema materialmente imposible de
implementar. La situación socioeconómica de docentes y alumnos, le impide a una
gran mayoría tener acceso a equipo de cómputo e internet para poder hacer
educación online; el Censo Nacional de Población y Vivienda 2018 reveló que en
Guatemala el 78% de la población no usa computadora y que el 69% no usa
internet.
La educación por televisión o radio fue la opción implementada por el gobierno de
Guatemala, pues el 71% de los hogares guatemaltecos cuentan con al menos una
televisión y el 65% cuenta con al menos un receptor de radio. Sin embargo, esta
metodología no permite una diferenciación de niveles educativos y en hogares en
donde muchos miembros de la familia deben compartir un televisor, es difícil que
este se destine para la educación.
Ni siquiera en la educación privada se está teniendo el éxito esperado con la
educación online. Las instituciones educativas privadas ya reportan las quejas de

17
muchos padres que están inconformes por las metodologías, pues consideran que
no llena sus expectativas. Esto está provocando que muchas familias suspendan
el pago del colegio de sus hijos, mientras otros que han perdido su empleo
también tengan problemas para realizar los pagos.

Desafíos y Potencialidades de la Educación a Distancia Durante la


Crisis de Covid-19

En la actualidad, la crisis y los cambios drásticos en la vida cotidiana de las


personas debido a la pandemia de COVID 19, han tenido impacto en todo el
mundo y sobre todo en la educación. Debido al cierre de las escuelas en varios
países a mediados de abril de 2020 más de mil quinientos millones de niños no
asistieron a la escuela. Por esta razón, los Ministerios de Educación en todo el
mundo rápidamente implementaron estrategias para apoyar el aprendizaje a
distancia, tales como entregar equipos tecnológicos a familias y fortalecer la
conectividad al internet. Sin embargo, en los países en desarrollo se enfrentaron a
varios desafíos como el poco acceso y uso de herramientas de aprendizaje a
distancia, y la falta de preparación de familias y docentes para utilizar tecnología y
plataformas virtuales.

En el caso de Guatemala, las clases fueron suspendidas a partir del 15 de marzo.


Desde esa fecha el Ministerio de Educación se unió al Plan Integral para la
Prevención Respuesta y Recuperación ante el Coronavirus y activó el Sistema de
Gobernanza en la Gestión de Riesgo y Desastre para la Seguridad Escolar, a
través del acuerdo Ministerial 247-2014. En este contexto, y dando respuesta al
acuerdo gubernativo 5-2020, el MINEDUC se planteó cuatro líneas de acción:
incidencia curricular y atención a estudiantes en el Sistema Educativo; Plan
Institucional de 6 LACREADS.ORG Respuesta (PIR); infraestructura y, finalmente,
monitoreo, análisis y sistematización de la información. Según datos oficiales, se
han visto afectados 2,943,371 estudiantes provenientes de 34,718 centros
educativos de todos los niveles, modalidades y jornadas; razón por la cual, se han
implementado las siguientes acciones:
● Elaboración de guías de autoaprendizaje para todos los niveles educativos
(excepto preprimaria, primero y segundo), garantizando así que los estudiantes
continúen su proceso de aprendizaje de manera autónoma desde su casa. Para la
preprimaria y los niños de primero y segundo, se proporcionaron los libros de texto
que se venían utilizando en las escuelas y, además, se facilitó a los padres y
madres de familia un documento con lineamientos para su uso. Además, para las
áreas que no fueron priorizadas se invitó a los docentes a crear las orientaciones.
● Distribución de guías de trabajo en casa que han sido coordinadas por cada una
de las Direcciones Departamentales.
● Grabación y transmisiones de programas educativos en el canal del Gobierno,
para todos los niveles educativos, con base en el currículo nacional base.
● Según el Plan Integral para la Prevención Respuesta y Recuperación ante el
Coronavirus, el Ministerio de Educación benefició a 1,937,911 estudiantes.

18
Además, al menos unos 45.259 niños y niñas, de los niveles de preprimaria y
primaria, reciben clases en modalidad virtual.
● Entrega de víveres para asegurar la alimentación escolar de los niños y niñas, a
través de la Organización de Padres de Familia (OPF).
● Implementación de la plataforma virtual “Aprendo en Casa”, la cual ha sido
desarrollada con el apoyo de instancias internacionales donde se encuentran
alojados recursos digitales para cada uno de los niveles educativos a los que se
puede acceder con facilidad.
● En algunos departamentos priorizados, se dio la autorización de seguro médico
con una cobertura máxima de Q. 300.00 al mes para los niños y niñas de
preprimaria y primaria.

Obstáculos que han tenido niños y niñas para


continuar aprendiendo desde casa
La figura 3 se encuentra en anexos, muestra la gráfica de los principales
obstáculos para que los niños y niñas continúen aprendiendo desde casa.

Como principales obstáculos para que niños y niñas aprendan en casa, problemas
relacionados con aspectos tecnológicos, seguidos de los socioemocionales. Entre
las dificultades más citadas se incluyen el escaso acceso a internet y a
dispositivos tecnológicos, como computadoras, así como el poco conocimiento de
aplicaciones y manejo de dispositivos digitales por parte de docentes, padres y
madres de familia.

En cuanto a los obstáculos socioemocionales enfrentados por los niños y niñas


para aprender en casa, a través de un sistema de aprendizaje a distancia;
reconocen la frágil situación emocional de los niños y niñas quienes enfrentan
emociones como miedo, inseguridad y desconocimiento. Asimismo, se hace
referencia a la ausencia de los padres y madres al momento de ayudar a sus hijos,
su desinterés o la incapacidad que tienen para guiar a los niños y niñas en el
proceso de aprendizaje. Algunas percepciones compartidas en Guatemala son “La
falta de acompañamiento y el estado emocional”, desde el punto de vista de un
asesor pedagógico, y que “A los padres les preocupa más tener trabajo y no
tienen tiempo de estar con sus hijos viendo tareas”, según un técnico.
Adicionalmente, el impacto de los problemas socioeconómicos, como la falta de
materiales educativos en el hogar. Otros ejemplos de esta problemática son los
casos en que se reportaron que estudiantes tienen padres sin empleo o que
estudiantes tienen mala alimentación entre otros problemas económicos que
dificultan su habilidad para enfocarse y estudiar. Esto es mencionado con más
frecuencia después de los obstáculos tecnológicos y socioemocionales. Por
último, están los obstáculos pedagógicos. Estos obstáculos son descritos como la
falta de apoyo de los docentes o la falta de experiencia impartiendo clases a

19
distancia; además, en el tema de las tareas, se menciona un sobrecargo de estas.
Un docente en Guatemala destaca que “Los docentes no tienen la suficiente
preparación en el uso de la tecnología y la forma de mediar el contenido. Me he
dado cuenta de que solo envían tareas y no explican”.

Obstáculos que han tenido los docentes para enseñar a distancia

La figura 4 se encuentra en anexos, muestra la gráfica de los principales


obstáculos que han tenido los docentes para enseñar a distancia.

Enfatizan en los obstáculos de tipo tecnológico que enfrentan los docentes para
enseñar a distancia. En Guatemala el otro obstáculo identificado con frecuencia es
de tipo pedagógico. Con relación a la tecnología ilustran problemas como el
limitado acceso de los docentes a dispositivos tecnológicos e internet y el mal uso
de la tecnología. Sugieren que los docentes necesitan ayuda adicional en la
preparación para la instrucción en línea. En cuanto a los obstáculos pedagógicos,
los actores clave hacen referencia, con bastante frecuencia, a debilidades como la
falta de experiencia para diseñar actividades en línea y la falta de uso de
estrategias didácticas de enseñanza efectivas para esta modalidad.

Es importante destacar que en Guatemala los obstáculos de tipo socioemocional


no fueron mencionados con mayor frecuencia; sin embargo, hubo algunas
respuestas como la de un técnico que destaca la “poca colaboración de los padres
de familia”, lo cual representa un obstáculo socioemocional relevante para los
docentes. Finalmente, los aspectos socioeconómicos, como el acceso a recursos
educativos en casa, fue poco mencionado. Sin embargo, es importante destacar
que algunos de los problemas que ellos identifican como tecnológicos podrían
también estar relacionados con este ámbito; por ejemplo, la falta de acceso a
internet o la baja escolaridad de algunos padres y madres.

Obstáculos que han tenido las familias para acompañar la


educación a distancia
La figura 5 se encuentra en anexos, muestra la gráfica de los principales
obstáculos que han tenido las familias para acompañar la educación a distancia.
Los obstáculos que han enfrentado las familias para el aprendizaje a distancia de
sus hijos e hijas, destacan con más frecuencia las preocupaciones del ámbito
socioemocional. Se menciona el estrés relacionado con la pandemia, la falta de
interés y paciencia para acompañar a los niños y niñas, el tiempo o la capacidad
de los padres y madres para ayudar en el proceso de aprendizaje y problemas de

20
salud de familiares. También, hay casos en que se reportaron que los ambientes
donde estudian los niños y niñas no son adecuados por violencia y problemas
intrafamiliares. “En muchos casos hay problemas de violencia intrafamiliar que
aumentaron en este confinamiento.” Ambientes inseguros como estos, dificultan a
los padres y madres mantener su papel de acompañar a sus hijos. La tecnología
es el segundo obstáculo más mencionado. Sobre este aspecto se menciona que
los padres y madres no comprenden bien cómo usar los dispositivos y
aplicaciones tecnológicas y a que no tienen acceso a internet ni dispositivos
electrónicos, como una computadora o un Smartphone en sus hogares. “No
pueden utilizar los medios tecnológicos para poder comunicarse con las y los
docentes.” Este contrasta con la importancia que le atribuyen al manejo de las
herramientas digitales pues, aunque estas facilitan la comunicación entre
docentes, padres y madres, el manejo de la tecnología sigue siendo un
inconveniente que se ha agudizado durante el contexto de pandemia global. En
cuanto a aspectos socioeconómicos, algunos actores hacen referencia a
preocupaciones recurrentes dentro de los hogares, por ejemplo: carencia de
materiales para desarrollar las tareas. “Priorización de otras necesidades como
alimento, vivienda, agua potable, salud.” tales problemas hacen que el foco no
esté en apoyar la enseñanza de los niños y niñas. Finalmente, muy pocas
respuestas destacan las prácticas pedagógicas como un obstáculo. Algunas
respuestas destacan la poca comprensión por parte de los padres y madres de las
instrucciones proporcionadas por el docente. Dificultades enfrentadas por los
padres y madres se dan por la sobrecarga de actividades que envían los
docentes.

Obstáculos que enfrentan los docentes para enseñar a leer y


escribir
La figura 6 se encuentra en anexos, muestra la gráfica de los principales
obstáculos que enfrentan los docentes para enseñar a leer y escribir.
Acerca de los obstáculos que enfrentan los docentes para enseñar a leer y escribir
a distancia, identifican proporcionalmente los cuatro aspectos considerados:
pedagógico, socioeconómico, socioemocional y tecnológico. El ámbito
socioeconómico fue mencionado como desafío para la enseñanza y aprendizaje a
distancia de la lectoescritura. En cuanto a lo socioemocional, problemas como la
falta de apoyo familiar y la falta de concentración de los niños y niñas, por
distractores en el hogar. También mencionan el analfabetismo de los padres y
madres, lo cual obviamente presenta un obstáculo para que los docentes puedan
enseñar a los estudiantes a leer y escribir a distancia. Definitivamente se necesita
un apoyo familiar en este proceso de enseñanza-aprendizaje, lo cual es imposible
si los padres o madres no están presentes, o si ni siquiera saben leer ellos
mismos. En términos de obstáculos pedagógicos, piensan que es difícil para los
docentes enseñar a leer y escribir cuando no es posible estar físicamente con los
estudiantes. Se evidencia que la formación y el seguimiento por parte de las

21
autoridades educativas no ha sido suficiente. “No tienen la formación,”. Hacen
referencia a los pocos recursos didácticos, como guías de aprendizaje, que han
recibido o con lo que no cuentan los docentes para enseñar lectoescritura a
distancia. Durante la crisis no se garantizó toda la formación requerida, así como
las herramientas y el apoyo y acompañamiento necesarios requerido por los
docentes para enseñar a distancia. Recursos limitados en internet, escasez de
electricidad, y pocos recursos tecnológicos, como los obstáculos tecnológicos más
significativos que enfrentan los docentes para enseñar lectoescritura. A los
docentes se les dificulta enseñar a los niños y niñas cuando no hay buena
comunicación entre estudiantes, docentes y padres y madres; problema que se
agudiza cuando hay carencia de tecnología o desconocimiento del uso de ella. Por
último, la falta de material de lectura en las casas de los estudiantes, como un
obstáculo socioeconómico significativo, y la necesidad de tener acceso a libros u
otros artículos escritos, para facilitar a los docentes el proceso de enseñar a
escribir y leer a distancia.

Beneficios de la educación a distancia en el proceso de


aprendizaje
La figura 7 se encuentra en anexos, muestra la gráfica de los beneficios de la
educación en el proceso de aprendizaje.
Los beneficios de educación a distancia relacionados al ámbito socioemocional. La
situación actual ha generado mayor comunicación entre los padres, madres y
docentes, ha dado mayor valor al trabajo de los docentes y ha permitido una
mayor integración familiar. En donde se ha logrado avanzar hay mayor vínculo
entre la familia y el proceso de aprendizaje de la niñez. Además, los niños y niñas
están más comprometidos con los procesos de aprendizaje. Igualmente, los
estudiantes han desarrollado una mayor habilidad de autoaprendizaje. El niño se
vuelve autónomo, se puede ir generando un autoaprendizaje. El segundo beneficio
es el pedagógico. En cuanto a este aspecto, se afirma que los docentes han
desarrollado habilidades para trabajar e innovar con los recursos disponibles en su
contexto y que ahora los docentes tienen más tiempo para preparar sus
actividades didácticas. Además, los docentes ahora cuentan con más experiencia
en un nuevo método de enseñanza. En tercer lugar, se hace referencia al ámbito
tecnológico. Destacan el hecho de que todos los actores han aprendido a utilizar
mejor las herramientas tecnológicas.

Estrategias didácticas que han dado buenos resultados


En cuanto a la perspectiva sobre las estrategias didácticas que han dado mejores
resultados, en Guatemala estas se pueden evidenciar en los ámbitos tecnológicos
y pedagógicos. Se menciona en el ámbito tecnológico el uso de herramientas
síncronas y tecnológicas como WhatsApp y Facebook para comunicarse y tener
reuniones con los alumnos. Algunos actores clave mencionan que ha sido exitoso

22
compartir vídeos o audios tutoriales en las redes sociales para que después los
padres y madres de familia los puedan ver y compartir con sus hijos. Otro éxito al
pedir evidencias del trabajo a los niños y niñas en forma de video o audio. Algunos
docentes dicen que han grabado sus clases y después han subido esas
grabaciones y así han tenido éxito. Otras estrategias incluyen: videos interactivos;
juegos por video llamada; podcasts; imágenes y juegos interactivos por medio de
aplicaciones. Finalmente es importante mantener mucha comunicación con los
padres de familia a través de mensajes de texto, llamadas o mensajes por
WhatsApp o Facebook. En el ámbito pedagógico los actores clave mencionan
actividades como estudios de casos, encuestas y proyectos. También se
mencionan métodos didácticos como el aula invertida, el aprendizaje colaborativo,
aprendizaje basado en problemas y estrategias lúdicas. Promueven la
independencia entre los niños como la elaboración e implementación de guías de
autoaprendizaje. Otra estrategia buena que se reporta es la creación de espacios
virtuales donde los estudiantes pueden tener interacción y para que los niños se
hablen entre ellos. Esto es bastante importante debido a la falta de socialización
entre los niños durante la pandemia. Hacen referencia a algo tan simple como la
motivación constante; comunicación fluida con los niños; paciencia; dar
instrucciones claras al enseñar el material y “tener una sonrisa.”

Estrategias didácticas para involucrar las familias


Las estrategias más importantes para involucrar a las familias en la educación a
distancia son las de ámbito socioemocional seguido de menor énfasis el
pedagógico y tecnológico. Destacan el trabajo colaborativo en familia, la
comunicación personalizada a los padres y la comunicación y motivación
constante entre otras estrategias didácticas para involucrar a las familias que
están vinculadas al ámbito socioemocional. Además, es importante valorar el
esfuerzo y la responsabilidad que tiene el padre o madre de familia en la
enseñanza de su hijo/a. La sensibilización moral, paciencia y respeto son buenas
estrategias para incorporar la participación de las familias. En el ámbito
pedagógico, las estrategias para involucrar a las familias: enviar rúbricas,
organizar horarios y adecuar espacios para que los niños y niñas puedan estudiar.
Asimismo, recursos como guías de autoaprendizaje y hojas de trabajo ayudan a
involucrar a los padres y madre. Finalmente, se destacan como estrategias
didácticas: juegos de mesa, juegos de adivinanzas y juegos de tarjetas, además
de dramatizaciones, cantos infantiles y danzas. Diferentes ejercicios donde la
familia puede participar son exitosos. Por último, pedir a los padres y madres
hacer videos testimoniales con sus hijos y realizar encuentros y conversaciones
por plataformas virtuales, grupos de WhatsApp y llamadas personalizadas, son
buenas formas de involucrar a las familias utilizando la tecnología.

23
Tipos de evidencia, recursos, materiales cursos que serían más
útiles para ofrecer una mejor educación a distancia
Con relación al tipo de evidencia, recursos, materiales, y cursos que serían más
útiles para ofrecer una mejor educación a distancia, que se requieren más
evidencias, recursos y plataformas de tipo tecnológico y pedagógico. Los docentes
y estudiantes necesitan equipo tecnológico como computadoras, además de
lineamientos sobre cómo manejar esos aparatos y otras herramientas tecnológicas
Hay ciertos recursos tecnológicos que se requieren como más amplio y fuerte
acceso a la conectividad y mejores plataformas virtuales que no consumen tantos
datos. También se menciona la necesidad de tener fotos, videos, portafolios
digitales y audios que ayudan al proceso enseñanza-aprendizaje. Finalmente, los
estudiantes y docentes requieren mayor acceso a dispositivos tecnológicos como
computadoras y Smartphone. Después, en el ámbito pedagógico, recursos como
guías de aprendizaje, juegos y otras herramientas pedagógicas. También se
destaca que hay una gran necesidad para cursos, talleres sobre las metodologías
apropiadas a una enseñanza a distancia y para elaborar materiales para las
actividades que llevan a cabo los docentes en las clases remotas. Sería útil tener
evaluaciones en las clases a distancia. Finalmente, se destaca que se requiere
otros recursos como libros de texto, cuadernos, hojas de trabajo, carpetas de
trabajo, tarjetas, pizarras, marcador y cuadernillos de ejercicios.

ANÁLISIS
El mal uso y el acceso limitado a la tecnología, así como los problemas
socioemocionales (como el desinterés entre los padres y madres), dificultan los
avances en la educación a distancia.
Los obstáculos más serios que se enfrentan los niños y niñas para aprender a
distancia son tres: la falta de recursos y de conocimiento tecnológico en los
hogares, las preocupaciones y problemas socioemocionales en el hogar, y el poco
acceso a otros recursos, incluidos los pedagógicos y económicos.
Un desafío enorme para la educación a distancia, en el contexto de COVID-19,
donde los estudiantes, docentes y todos los actores involucrados actuaron
rápidamente para establecer sistemas de aprendizaje a distancia, no hubo tiempo
para capacitar en el uso de estas tecnologías. En tanto la evidencia ha
demostrado que el uso eficaz de la tecnología en cualquier forma de educación, y
especialmente en un entorno remoto, requiere tiempo, práctica y formación entre
estudiantes y profesores.

24
Educación superior en tiempos de crisis
La experiencia previa de las instituciones educativas internacionales muestra que,
en tiempos de crisis, la educación remota de emergencia es un sustituto útil para
continuar el proceso educativo de los estudiantes que no pueden asistir
personalmente a las escuelas. En la educación superior, debido a la pandemia de
COVID-19, universidades en todo el mundo han tenido que cerrar los campus y
migrar totalmente hacia la enseñanza en línea, aunque no todos los docentes la
habían impartido antes de la crisis. Este documento analiza las características y
dimensiones de la educación en línea y sus diferencias con la educación
presencial y con la educación remota de emergencia. El modelo de la educación
en línea está bien estructurado, cuenta con principios de calidad educativa
establecidos y ha demostrado, a través de la investigación educativa, resultados
satisfactorios en los procesos de enseñanza–aprendizaje. Tener una visión global
de los requisitos mínimos para implementarla puede ser útil para los docentes de
la educación superior presencial, que necesitan cambiar del modelo de educación
presencial y pasar del modelo de emergencia hacia una educación en línea de alta
calidad.
Debido a la pandemia ocurrida en el año 2020, las instituciones educativas y sus
docentes tuvieron que improvisar soluciones rápidas, para migrar de la educación
presencial tradicional, a la enseñanza remota de emergencia, que es un modelo
de transición, con la expectativa de implementar, en un futuro, programas de
educación en línea.

una visión de conjunto acerca del impacto de la pandemia en las universidades. Se


indicó que la rápida expansión de la pandemia paralizó muchos sectores, incluido el
de la educación superior.

También se afirmó que, aunque las instituciones de educación superior habían


intentado cumplir con sus responsabilidades docentes, al menos un tercio de los
estudiantes y un porcentaje similar del profesorado carecían de acceso a Internet, lo
cual obstaculizó la transición provisional a un sistema educativo virtual. El director del
UNESCO-IESALC expresó su opinión acerca de la asistencia financiera y tecnológica
necesaria para las universidades, así como la ayuda psicológica que requerirán
estudiantes y docentes. Afirmó que tanto las universidades como los gobiernos debían
garantizar el acceso a la educación superior, y que esta crisis debiera ser una
oportunidad para transformar las universidades en términos de calidad y de igualdad.

Finalmente, se afirmó que, Aunque las fronteras físicas entre los países a nivel
mundial permanecen cerradas, las fronteras del conocimiento siguen abiertas, y las
universidades deben, incluso en estas circunstancias, fomentar iniciativas
internacionales para la investigación y la docencia.

Las instituciones miembros de la UNAI que participaron en este seminario indicaron su


preocupación acerca de las barreras digitales, pues los problemas de conectividad y la

25
falta de acceso a las tecnologías de la información y la comunicación suponen un reto
para millones de estudiantes, en particular en Latinoamérica.

Otros ponentes indicaron que la pandemia ha mostrado la importancia de la


ciudadanía mundial y el concepto de humanidad compartida, así como el papel del
ámbito académico a la hora de promover ambos conceptos. El seminario también trató
el impacto negativo del virus en los programas internacionales de intercambio de
estudiantes y profesorado, así como en las actividades de investigación conjuntas.

Problemas en la educación superior


En Guatemala la educación superior es privilegio de pocos. Según la UNESCO
solo 2.6% de la población entre 18 y 26 años ha iniciado estudios universitarios.
Se pensaría que, en ese grupo tan pequeño de población, el acceso a internet y
computadoras es casi generalizado. Sin embargo, estudiantes de la Universidad
de San Carlos denunciaban que muchos alumnos deben asistir a cafés internet o
laboratorios de computación para poder acceder a la red. También denunciaban
que existen catedráticos universitarios que no cuentan con acceso a estas
herramientas vitales para la educación de este siglo.
En ese contexto la aplicación de metodologías online en la única universidad
pública del país, dejaría por fuera a algunos alumnos y profesores que no tienen
acceso a las herramientas que la metodología necesita .
La crisis del Coronavirus presenta retos importantes en todos los frentes posibles;
pero casi ninguno tendrá un impacto tan duradero para el futuro del país como el
cierre de establecimientos educativos y la pérdida de capacidad de las familias
para enviar a sus hijos a estudiar. Una conexión esencial entre la libertad y el
conocimiento académico, la investigación y la innovación: ¿Qué nos va a dar nuestra
libertad durante esta pandemia? La ciencia, la investigación. Solo mediante la
colaboración académica podremos ganar esta batalla. Esto es, ahora mismo, más
importante que nunca.

Tenemos que aprovechar esta oportunidad para profundizar en el concepto de


humanidad compartida, pues no solo compartimos una pandemia, también un Planeta
y una serie de valores. La importancia de la colaboración científica y académica y el
esfuerzo multilateral para superar las dificultades creadas por la pandemia y contribuir
a un bien común que sea accesible a todos. A su vez, la COVID-19 no distingue entre
fronteras, géneros o clases socioeconómicas, y por tanto requiere una respuesta
global: Es necesario que todos trabajemos unidos para hallar soluciones que nos
permitan hacer frente a esta pandemia. Esto no puede ser un esfuerzo individual.

La solidaridad es un elemento integral de la educación superior, y que las


universidades podrían facilitar el intercambio de conocimientos mediante cursos en
abierto, investigación conjunta, y nuevos y creativos métodos de enseñanza y

26
alternativas educativas. Necesitamos nuevas herramientas y formas de difundir el
conocimiento.

Una visión de conjunto acerca del impacto de la pandemia en las universidades. la


rápida expansión de la pandemia paralizó muchos sectores, incluido el de la
educación superior, aunque las instituciones de educación superior habían intentado
cumplir con sus responsabilidades docentes, al menos un tercio de los estudiantes y
un porcentaje similar del profesorado carecían de acceso a Internet, lo cual obstaculizó
la transición provisional a un sistema educativo virtual. Tanto las universidades como
los gobiernos debían garantizar el acceso a la educación superior, y que esta crisis
debiera ser una oportunidad para transformar las universidades en términos de calidad
y de igualdad.

Aunque las fronteras físicas entre los países a nivel mundial permanecen cerradas, las
fronteras del conocimiento siguen abiertas, y las universidades deben, incluso en
estas circunstancias, fomentar iniciativas internacionales para la investigación y la
docencia.

Se menciona que las casas de estudios superiores tienen la obligación de


digitalizarse y ese es el desafío principal.

Señala que la pandemia actuó como catalizador e impulsor en este proceso. “En
este tiempo la enseñanza virtual está creciendo de una manera significativa e
igualmente la enseñanza que llamamos híbrida o mixta”, dijo:

El informe titulado ¿Cuál ha sido el impacto de la pandemia sobre la


transformación digital de la educación superior en América Latina? desarrollado
por Diálogo Interamericano, refiere que las universidades fueron pioneras en
adoptar modelos de enseñanza virtual antes que otros sectores, y muchas ya
contaban con estrategias de digitalización para atender a su población estudiantil
en los últimos tres años.

Se encuestó a universidades de distintos países de la región, Guatemala entre


ellos, y entre las que no ofrecen programas virtuales e híbridos el 70 por ciento
indicó que los implementarían en los próximos cuatro años dada la demanda que
impulsó la pandemia.

Rol del estudiante y metodología de enseñanza


El rol del estudiante en el aprendizaje se relaciona con la metodología de
enseñanza. Aprendizaje pasivo se refiere a actividades como escuchar
conferencias o clases magistrales, leer documentos o memorizar conceptos.
Aprendizaje activo es aquel que requiere que el estudiante se involucre, responda

27
e interactúe con el contenido, el docente o los compañeros, ejercite sus
capacidades de análisis y síntesis, practique su capacidad de resolución de
problemas y de toma de decisiones y desarrollen una cultura de investigación
científica. El uso de videoconferencias en línea, como herramienta principal o
única de aprendizaje, puede ser desventajoso para los resultados educativos,
puesto que son herramientas didácticas pasivas, en las que la retención de los
conocimientos es mínima. Incluso en las clases, el estudiante puede desconectar
su audio y video y el docente no sabe cuál es su grado de atención, o qué
actividades distractoras pueden afectar su capacidad de retención. El 50% de los
estudiantes que ven una clase grabada en línea la apagan en unos cinco minutos
y aproximadamente 80% (de quienes no la apagan) ya no las están observando a
los 10 minutos.

De los efectos colaterales


Más allá de la enfermedad, de la saturación de los servicios y de la cantidad de
muertes, los efectos colaterales que la pandemia conlleva son cuantiosos. Lo que
hace pensar que el impacto se manifestará en distintos ámbitos y que alcanzará
proporciones insospechadas.

En el ámbito político
Al asumir el liderazgo en la conducción de la respuesta, la figura del presidente se
ha sometido a un desgaste continuo. El fracaso de la primera gestión
administrativa en la cartera de salud, la salida de funcionarios en medio de
señalamientos de corrupción, las confrontaciones con el Instituto Guatemalteco de
Seguridad Social (IGSS) y el pronunciamiento de infortunadas declaraciones
como: “ya le trasladamos la responsabilidad a la gente, si la gente se quiere cuidar
se cuida, si no, le ponemos la tarjeta roja. Hoy si es problema de la gente”; han
comprometido la credibilidad y el nivel de aceptación del presidente, al punto de
que, a tan solo seis meses de gestión, ocupa el puesto 16/19 en el ranking de
mandatarios de América, que mide la aprobación que otorga la opinión pública a
sus gobernantes.

En el ámbito socioeconómico
La figura 8 se encuentra en anexos, muestra la distribución del pago de pólizas
en millones de quetzales.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), para el 2018 Guatemala
contaba con una población de 16.34 millones de personas. Según el IGSS, para el
año 2019 la población protegida por esta institución alcanzaba los 3.03 millones de
personas, mientras que de acuerdo con información proporcionada por la

28
Superintendencia de Bancos (SIB), al final de ese año, las aseguradoras privadas
contabilizan 1.6 millones de personas con seguro. Esto significa que únicamente el
28% de la población guatemalteca cuenta con algún seguro y que, para el pesar
de muchos, el IGSS sigue siendo la principal institución aseguradora.
Desafortunadamente esto podría cambiar. Según el ministro de Trabajo, solo en lo
que va de la pandemia, el IGSS perdió más de 100 mil afiliados y según
estimaciones realizadas por el CIEN la informalidad podría crecer hasta el 80%, lo
que terminará beneficiando a las aseguradoras privadas al convertirse en la única
opción de aseguramiento. A propósito de estas, las empresas aseguradoras en
Guatemala reportan haber pagado más de 95 millones de quetzales
(Q95,097,435) en 2,872 pólizas, a personas afectadas por la pandemia (Gráfica 1)
Esto da una idea del impacto socioeconómico que ha tenido el COVID-19 en las
familias guatemaltecas, y al mismo tiempo planta una interrogante: ¿Qué opciones
le quedan al 72% de la población desprotegida?

ANEXOS
Figura 1. Situación actual de la pandemia causada por el virus SARS-CoV2 en
Guatemala.
Pág.8.

29
Figura 2. Casos confirmados, tamizados, fallecidos y positividad de pruebas.
Guatemala septiembre 2020.
Pág.8.

Figura 3. Porcentaje de obstáculos de niños y niñas para continuar aprendiendo


desde casa.
Pág.19.

30
Figura 4. Porcentaje de obstáculos que han tenido los docentes para enseñar a
distancia.
Pág.20.

31
Figura 5. Porcentaje de obstáculos que han tenido las familias para acompañar la
educación a distancia.
Pág.20.

Figura 6. Porcentaje que obstáculos que enfrentan los docentes para enseñar a
leer y escribir.
Pág.21.

32
Figura 7. Porcentaje de beneficios de la educación a distancia en el proceso de
aprendizaje.
Pág.22.

Figura 8. Distribución del pago de pólizas en millones de quetzales.


Pág.28.

33
CONCLUSIONES

 Los sistemas de educación y formación de todo el mundo y el país se han


visto afectados y presionados como nunca antes por la pandemia de
COVID-19, que ha cambiado de manera trascendental la forma en la que
aprendemos, enseñamos, comunicamos y colaboramos en nuestras
comunidades educativas y formativas. Ello ha repercutido en los alumnos,
su familia, los profesores, los formadores, la dirección de los centros y la
sociedad en general.

 Se realizó importantes esfuerzos para garantizar la seguridad y el bienestar


de los alumnos, el personal y la continuación del aprendizaje y la
enseñanza, con el fin de preservar el derecho a la educación.

 Como respuesta de emergencia se decidió establecer el cierre físico y


generalizado de las instituciones de educación y formación, y rápidamente
pusieron en marcha opciones alternativas y medidas de apoyo al
aprendizaje y la enseñanza a distancia, en particular, soluciones digitales.
Este cambio ha planteado varios retos para los sistemas de educación y
formación, en particular los alumnos, su familia, los profesores y
formadores, pero también les aporto una valiosa experiencia de aprendizaje
y ha acelerado aún más la transformación digital de las instituciones de
educación y formación.

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RECOMENDACIONES

 Los docentes reciban orientaciones metodológicas para apoyar a los


estudiantes en el desarrollo de los aprendizajes acorde al CNB.

 Los docentes de primaria reciben material educativo para el desarrollo


integrado de las áreas de aprendizaje con pertinencia cultural y lingüística.

 La comunidad educativa recibe orientaciones y material para el apoyo


psicosocial para: manejo de estrés, resiliencia e inteligencia emocional.

 Las familias recibirán lineamientos y orientaciones ilustradas para apoyar el


desarrollo de los aprendizajes de sus hijos.

 Plataformas virtuales con materiales pedagógicos para estudiantes del nivel


de educación primaria y nivel medio alineados al currículum, recursos para
docentes y padres de familia.

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BIBLIOGRAFÍA (E-GRAFÍA)

 https://ipn.usac.edu.gt/wp-content/uploads/2020/10/IPN-RI-32-Final.pdf

 https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&ved=2ahUKEwiKxr_5tsv-
AhWulWoFHQlvC8o4ChAWegQIFBAB&url=https%3A%2F%2Frevistas.comillas.edu%2Findex.php
%2Finternationalrelations%2Farticle%2Fdownload
%2F13501%2F13586%2F&usg=AOvVaw14Giau7S2LMOgRzCTSRNCs

 https://lacreads.org/sites/default/files/documents/covid-19_report_guatemala_fnl_12-09-
2020.pdf

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