Rosa Lacasella

Metodología para el estudio

del desarrollo ¡nfantil desde
la perspecl¡va conductual

@ ¡o¡do Edioriá]de Huúdi.l¡des y Edu6iótr 2000.

Depdt merb de Plbliceionss U.iYenid¿d Ceftalde vc¡¿zuel¿
cindad Udveñiada. Cdcd v.ft zúd¿
Teléfonosr 6ot 2918. Fár ó0t 2917

D;seí,o ¿¿ colc.ctí¡y potu¿z Atuian&ad'

ISBN:gao 0Ol7a1 X Fondo Ed¡torial d6 la Facultad

Depósito legal: ll-175200015026?4
l.diióa"lctid.Áo de: Gdpoltusn)t ttato
'
Ar@.dición E]'c\rcnir¿ A drinn Püd'
de Humanidades y Educación
Universidad Centrsl de Venezuelá
L

5oo ejenplats in!(sos en V.e¿úel¿ Pri cd ir Verezueh Caracás 2000

t
i
:

Me enseñó a preferir lx cosas

a l¿¡ oalabras.
¡ <bslonfü¡ de l¡s fórmulx,
¡ obse¡var más que ¡ iuzsar'
Aquel áspe.o griego rne enseñó el método.

Md.ryueríte Yaarcenar
(Menorizs d.e Adríano)

:.
i1

A1 profesor Hefl1 C¿saba, por su invalorable

colabonción yapoyo en la realización de estetrabajo, en
especial por su gran paciencia y rapidez en la lectura,
revisión ydiscusión de los mamxc¡itos. Muchas Gracias!
A Ia proíesora Critim Vargarlr.ain por st excelente
y sapz capítulo, ei cual consolida este tnbajo.
Presentación...........-........-....................................... 13

In¡roducción............................................................ 17

FI ¿mb'enre n¡t¡r¿1.omo cmpo erperimen al.

La invatigación de laboratorio con niios ............... 21
Sistern* de obsenación y regisrro .......................... l1
La confiabilidad y validez de lar observ¿ciones ....... 5s
Diseños de coo único: Gene¡alidades ..................... 63
Consideraciones generales de tos diseños
de caso único ........................................................... 6e
Diseños enpleados en el estudio de la conducta
infantil desde el punto de visra conducrud.............. 81
Generalid¿d de los ha11a2sos ................................... 101
Aprerdiendo a vivi¡ con la estadistica: algunu
recomendaciones para la leaura de a¡tícu1os
109

133
Refe¡enci¿s ................... 737
 Cuando al aproximarnos ycasi poralcanzara lacima
de un¡ montañq observamos que anre nuestra ñirada
comierza ¿ brot¿r un pequeño arro¡o. que. siendo
derconocido en su inrimo origen, empiezr r cobrar fuerza
y a scnearlos roquedales para hendi¡ con su cuno la rierra
y seguirporla pendiente en bu¡cade otros ar¡oyos, ha5ra
quizá con{tuir con un gran rio; podríamos ante tales
circunstancias senti¡nos exaltados en la conremplación de
un hecho simple y natural, pero también preocupados si
süpon€mos que eso que v€mos,lejos del mundanal ruido,
esrj .rconpaiado del presagio oe una Lormenrr.
Supongamos que se rrata de ia segunda de las
percepciones señaladas ante¡iormente, y que nuesrra
preocupación se debe a que en la sina del valle hay
pe,son4i aue alli rive-. 1 cuyas ,idas ¡ penenencia,
pueden verse afectadas si la rormenta se t¡ansfo¡mara en
unainundación. Ame r¿les circunstancias
-y noreniendo
el tiempo o 1a oponunidad sufi cientes para avisarles acerca
del peligro- optamos po¡ inrentar cambiar el cu¡so del
arro¡reio hacia una de las pendientes de la montaña que,
desplazándolo por Ia dive na topografia de1 valle, lc alejará
de las penonas en abajo viven ignorando tal peligro; y
para ello basraria simplemenre con que desplazáramos
'14 Estud¡o del desatala kfat¡l

algunas de las rocar que seencuenrran ¡meel inicial curso

continuación eli¿ €xpone. Por todo eso y por lo que el
del arroyo que ha brotado. lector enconrra¡á en sus páginas, .Metodología para el
Imaginemos también por Ln momemo, que luego que csud o del des¿rror'o n.¿n¡il desde la pe-spec'i'a
las circunstancix hayan sur:edido segun mrestra intención conduc¡ual, no lo dejaú defraudado, porque, adernás de
y nuestros actos, felizmente las personas del valle cambian se¡ un texto condensado y breve, tiene además lavinud y
de ubicación después de Latormenta y viven en una región el encanto de Las explicaciones sencillas yta nitidez de los
menos amenazadora, al otro lado del valle; queriéndose ejemplos.
entonces resti¡r¡ir al arroyo a su cauce inicial, porque de
esa maneravolve¡í¿n airrigarse algunos sembradios que a
foniori tuvieron que ser abandonados... ¿Qué debemos
entonces hacer para restitui¡ al ¿rroyo : su cauce inicial?
Hmry Casalta C.
:Qré deu-os de hrcer 1 nor preocup¿ rro¡¿. r:e'rpo
después, para conocer exactamente cómo eran las cosas
antes de la tormenta)
Cono será obvio para el tector, muchas de esas
pr€guntas y dificuhades ahora hubieran quedado de tado
sihubiésenos registrado la ubic¿ción de 1as rocas ¿ntes de
cambiarlas para alterar ¿l curso del arroyo que apenas
brotaba, y cr¡alesquiera ot ras an oraciones quehubiéranos
hecho del curso que aL agua siguió antes y después de
nuestras actuaciones. Pues, bien, aLgo semejante a esro es
1o que se sugiere en 1a ciencia, en cualquier ciencia, con el
nonbre de Metodología. El método, sea aplicado a la
búsqueda de relaciones e¡rre va¡i¿bies, dentro del
co mplejo proceso denominado la investigación cientifica;
o se: empleado en la actuación ccridiana que como
protuionales podemos hacerparaar€gurarnos que nues¿ras
actuaciones como tales b:n sido efectivas; cumple, en
¿¡bo, c¿.o., co
la mi5r ¿ ¡in¡lrd¿d. No e, errr"ño
emonces que la profesor¿ Rosa lacasell¿ h¿ya insis¡ido
e lo. ¡ que. ,demás. . a¡ a hecho un esfuezo c ,n,c.enre
"n
por ofrecerle a los estudiames de Psicologia, en panicular
a quienes cursan la Mención Psicología Cllnica en la
Universidad Cem¡al de Venezuela, los mareriales que a
 Este libro está dedicado a los estudiantes dePsicologia,
enespecial a los estudiantes de Psicoiogía Clinica, aquélios
que de alguna manera no sólo es!án relacionados con la
clinica sino también con la invesrigación.
Cu¿ndo comené ¡ dictar la asignatura Introducción
a IaMetodología del Análisis Experimental de la Conducta
en el año 1989, me llanó la atención el hecho de que los
estudiantes no entendian el para qué y el por qué de esa
asignatura. Pareciaque había un sahoimponante entre la
metodologia y la puesra en práaica de esa merodología.
No entendían (y no entienden aún) por ejemplo, la
releva¡cia de un diseño de investigación no sólo para la
indagación cientifica sino para la práctica cotidiana de su
profesió¡. Evid€mememe, habia algun problema y no
podía detectar dónde se hallaba.
Esto rne llevó a rarias acciones:
' Revisar el programa de Ia asignatura y con ello
cambiar, objetivos, contenidos, bibliografia básica y
cornplememaria.
. c¡moia ¡ proo.rrdireren ese.rraregr¡' d. "n.elanza
de la asignatura.
. Verificar d;versa¡ form¡s o !écnic¡s para faciLnar la
transferencia de aprendizaje de contenidos imponantes.
 lu Eslud¡o det desarcttó ¡nbt¡¡|

' l'scnbr- los con¡en.d relevanres para El Capitulo 5 profundiza sobre las consioer¡crones
os erudr¿nres y que como mínin o deber ser generales de los diseños de caso unico a la tuz de cómo
maaejados por e1los. pueden garantizar la validez inrerna y 1a validez externa.
Esr¿ e\ l¡ inrenoór de e(re tibro. proporcronrr a )os El Capitulo 6 resume Los diseños empieados en el
estLd,¡-Le\ hetramienr¿s ¡rnda¡enr¿ es
tr,, ., ",,".J" erud,o de l¿ conducL, 'nfa-t l desde la perspect''a
dDroo-ado de un meLodo de abordare de su objero de conductual. Estos diseños obedecen a una metodologia
e\rudio. Posiblcr¡enre esrj má< dirig.do ¿ ¿que o, intrasujero y no se restringen al ámbito de la conduaa
esudi,-re! que sguer la pe,soecrira conductu¿I, s,n infantil, sólo se h¿ usado ésta como paradigma de su
emb¿"go.reo que co-o me odo de rr¡b¡jo podri¿ rrvir
empleo ramo en la prácdca como en la investigación.
pa'a cualqu:er erudianre ) prolrsion.¡l del árca. ¡a sea El Cápitulo 7 hablade la generalidad de los hall:zgos,
que se dedique a 1a clínica o la investigación.
diferemes tipos de generalidad dependiendo de1 objetivo
A
'r¡\ és de iu conren,do,e poon obsen ar qre puede
qe¡ empleado por diversás pers;n¿r.
dc inre.rigador y córo podrn o' ga"anLizar la mirna.
El Cápitulo 8 expuesto por la Prol Crisrin: Vargas-
ü Capítutro t hace relerencia al ambiente natunl como Irwin nos presenra, de una manera amena, cómo
campo erperimental. a los diierenLes ripos de esrudios que
ademrarse a la lectu¡a de un articulo cientifico, qué
podemo: I e'* r croo.
'us
u"nul^ I d",,.nrr,-. aspectos deberán enfatizarse, cómo €xr¡ae¡los y 10 más
El Crpituio;de-rn al probtema de l,r obsen ación
2 se irnportante, cómo interpre¡¿¡ d¿tos estadk¡icos de manera
como meLodo ¡ cor¡o lecnic¿. Poseriormenre se paser adecuada, más cuando venimos de ua enfoque que por
po. inte.rogantes .mponanLes rales como:
¿eré dioeri años los ha soslayado.
ser obse^¿do):Cómo debe¡j obsenane)
¿Cuá-do ¡ Como se puede obsenar hemos intentado at¡avés de
dónde oo*nar? ¿Qurén obsenarj? y por útiimo
¿eu; esterexto resumiralgunos de los tenu que son de interés
netodor 5F emp,ear;n p¿ra et reg;uro de los fenóne.os
en el abordaje de nuestro objeto de esrudio: Ia conducta.
que se han definidol. Finaliz¡ndo esre caoitulo se Esperamos que ¡ealmeme sea de utilidad para todos
corre-r:n los:spccro, rel.oonados con l¿ represenr¡ción aquéllos que de algLrna u otr: form¿ nos encontramos
grárca de .+ obsenaciones. rema fundrmenrat pa-a to.
inmersos en el quehacer de la Psicologí:, ya se¿ como
psicó1ogos y en el cual cometemos inadvenidameme
esrudiantes, cono docenres, como investigadores y como
muclos errores conceptuales. profesionales.
FI Capírulo J inLroduce et p.obtema de I¿
confubilidrd y r J,dez de l¡ obsen ¿ciones. su definición.
t¡crore) oue ¿ten ¿r contra'as njsm¿i y m¿ner¿s de
prerenrr algunos de esros tactores.
El Crpiulo 4 hxe rcrerenci¿ . ¡tgu¡os anreceden-er
\rq or.o. que iusr,iican I¿ rnponancia 1 a¡ca¡aaerisric¿s
de Jos diseños de c.:so ú¡ico para la ps,cotogía.
 alural como campo
La ¡nvesl¡gación de
n nrnos.

HabLar del método que podernos utiiizarpara aborür

el estudio del des¿¡¡ollo infantil implica algunos aspectos
esenciales. Esos aspectos dependerán en gran medida del
objeto de estudio y de la deflnición de ese objeto, lo cual
guiará 1a forma de recolectar los detos y suinterpretación.
Esto quiere decir que existe una es¡recha relación entre la
teoria que se supone trata de explicar un fenómeno y la
metodologia que permite la observ¿ción del mismo
18ijou,le12).
En e1 caso que nos atañe, el des¿¡rollo infan¡il,
deberíamos panir en primera instancia de1 concepto de
-, esrro objeto de es ud o. De.de la p"rspecti.:
conduaual, el Desarrollo es deflnido cano ltx canbios
"...
?roglesi.¿os eú las inteulctianes en¡e l¿ conducta de las
intl'ttiútos 1 los evmtas m v nedia anbtente" @ijou y
Baer, 1978; p.2). En consecuencia, nos inte¡esa ¡naliz¿r
la conducta en función <ie los eventos presentes en la
situación, los eventos pasados asociados y laconstitución
genética (Bijotr yBaer,1978). Por ello, talcorno lo resalt¿
Bijou (1972), los datos bru¡os de est¿ teoriz¿ción del
desar¡oLIosonl¿sin¡er¿ccionesentreunindividuo¡ctivo
y un medio activo y, por tanto, la metodologia que se
despliega es de indole empirica, inductiva e individual
22 Estud¡ó détdesanata iñlánt¡|
(Guevar¿, 199a), puesro que se ocupa del esrudio de
conducas obse¡vables y enfariza la búsqrieda de
rel¿ciones funcio¡a1es enrre el componamiento y el
*mbiente, lo cual, ¿ su vez, indica que el investigador
puede nanipul¿r variables que te perrnitan conÉirmar
determinadas ¡elaciones.
Cu¿-do un cienririco de) componamienro inLenLa
abordar el análisn de una conducra especifica lo hace en
rérmino, oe pregr¡ xexpenmenr¿les o de ob:en¿cioner
ace¡ca de la misna, v no sobre l¿ base de hipóresü o
planteamientos previos de carác¡er deduc¡ivo
(Guevara,l99a)¡ de allí que su papel sea activo en elsrmido
de que tra* de manipular variables que se suponen (a panir
de 1a observación) tienen alguna relación con el fenómeno
que ,e pre,endc e. ud:ar.
Bijou, Peterson yAuit (1968)resaltaa que Iaevolución
de ia P.ico.ogi oel Desarrollo al igua) que orra, . ieno":.
depende en gran medida de la precisión con la cual se
obtengan los datos, ya sea a panir de descripciones de
conduaa realizadas en ambientes natu¡ales o del anáLisis
funcio¡raL de los eventos anbienrates con la conducta. Sesin
e.or ¿uLore. /tq68..lot p- meros e<r udos d¿n"¡ de¿acerc¿
de) Cómo. ¡ los segunoos acerca del Por qué. lr"ci-men.e
por e1lo, la metodologia des¿rroliada a panir de la
perspectiva conductual ha permitido integrar los estudios
descriptivos con los experirnentales. Erro se logra debido a
los presupuestos que le subyacen, tales como: a) los daros
b¡utos son La¡ imeracciones entre un organismo que
conduce y los evenros ambienrales con los cuales
prod*cen e<¡ rnrer¿ccio re., bl os concepros p-incipros
I sólo €n los anbienres en los cuales se rrabajá (Achenbach,
,e dejr ¿¡ de i¿ oo'en¿uón oi-ecra d" ero: inreracciones v
,) lo, erudio, de.ampo rab:tiran l" de,cnp.rón de l,s
relaciones en¡re la conducay elambiente (Bijou, Peterson
y Aüt, 1968). Por ranro, 1os estudios descriptivos dan la
Canpo expenñental 23
posibilidad de describir lx
inte¡acciones entre la conducta v
"l ¿¡nb.-,e er el .'¿l .e dr.
m enr!¿s qrp ro. e,,udio.
experimemales pcmiren ertabtece¡ las relaciones tuncionales
ent¡e los eventos esrudiados. Por el1o, los tipos de daros que
se ob¡ienen de mbas invesrigriones deben so conrinuos,
intercambiables y nuruamente interrelacionables @ijor:,
1972).
losibleneme, sob¡e la b:se de una interpretación
eróreade esre planteamiemo e¡ oc¡io¡es sehu dividido
a las investigaciones en básicas v apiicadx, ertendiendo
tmbién de nme¡¡ inadecurl¿ que la i¡vesrigación b¡ica
es aqué1la que se realiza en 1os labo¡a¡orios alt¡me¡¡e
con¡rolados y la aplicada, la que se lleva a cabo en
ambicntes na¡ur¡ies. Sesun E¡zel ). LeBl¿¡c (1982), ral
dr.o on': .o pare.e,er:p-op.:drv oropo-e qreerire
l, i-' *Li8r.ron . rrrifiJ el.on,:nu,n
básico aolicado y que exúte una tuene relació¡ entre
mbos e¡trenos del conrinuo (Ver rabl¿ páginá siguieme).
Las dife¡encú-s enrre un tipo de estudio y otro son
posibles en función de la relevmcia social de la pregunta
experimental o de inves¡ig¡ción y de 1a aplicabilid:d
i¡mediata de los result¿dos en ei ambiente sociat (Baer,
wolf l Rislev, 1987). TÍnbién E¡zrl y LeBldc (1982)
ponen de relieve el hecho de que los diversos tipos de
investigación aponan a iaconstrucción de lateoria, puesto
que permiten obtene¡ relaciones enpiricas sobre 1os
eventos que analizan.
se
Cono se vislL¡¡nb¡a de lo :rteriornente expuesto,
se
podrimos tener una clasificación de diferentes ripos de
es¡udios para abordd el desa¡rollo inlu¡;], basados no
1978) sino también rusrenr¿dos en el obietivo de la
investigación. 1,or su pane, Bijou (1972) desÉc¡ diferenres
tipos de invesrigaciones, queroma¡ encuenralos aspecros
24 Estud¡o deldesanotta tntanr¡t
Cañpa e\pennen¡¿l 25

a¡tes sei.lados, rales cono los Estudios ecológicos o

l! descriptivos, Ios Es¡udios de campo experimenrales y 1os
!¡ Estudios experimemales de labo¡arorio.
<; 5r
Los estudios ecológicos son aqueilos que permiten la
obtención de info¡mación ace¡ca de los eve¡¡os
: ::9 .ondL. u¡le'. lo, ¡mbien,,le,. y de." o.urre..i¡.
losibilita¡ la obsen:ción de vdables que podríaa rener
alguna relac;ón con el even¡o estudiado y que,
pos¡eriormente, será reronadx en unainveaigación nás
con¡rolad: de laborarorio con la finatidad de estabiecer
F
g
tr, su relación funcional con la conducta.

.s;:- i! Ei P¿ra llevar a cabo esre iipo de esrudio debe¡i¿n

f Etrt ;+:: seguirse algunas pauras, táles como: á) especificar l¿

É'ii"Z snuación bajo lacuálse reaLizará la obsenación; snr:ación
que puede involucra tanro los spectos físicos como los
8 cotrduúi el esrudio (Bljou,
sociales del contea-ro donde se
Id iE9. r! Pererson, Ha¡r¡, Allen y Johns.on, 1969), b) definir lás
f conductas que deberán se¡ observadas y basar ta

6
!i ¡ E ! iEe
<!
4," obse¡vación sobre una nedición de f¡ecuenci¿ de es*
ins¡a¡cias de conduc¡x. ?or ejemplo, se pueden emplear
J.! lisras de categorias conducruales ya sean amplias o
r*r-i-g.da en n¡cion co¡ el enómero qre te. rtae
direLt¿mecre (BiJou, lc72l, ct reej.r¡¡ l¡
:!
'9ñ¿1c ! t.c condu.t.r. a rrure. de algLn r:po de.¡rem¿ que permrt¿
! E.i€ ob¡ene¡ roda la i¡formación relevaate. Algunos de estos
¡! .5;! !. sisremas podrian involucrar equipos especiales de video
9r ¿ ir! grabación o sonido (Bijou, 1e72), y d) ob¡ener la
confiabilid¿d sobre los daros obrenidos, con le finalid¿d
de especificar posibles problena de registro, de definición
y en última instocia, de vaiidez de los daros.
ó.¡ los estudios de campo experimentales son
I investigaciones que se Ilevm a cabo en los ambientes
¡;. naturales y que aportan información acerca de las
rLn.jorale' enrre l¿.ondun¿ ) et ¡moieore,
'er.ione.
26 Esludb del desarc¡|1 ¡nfant¡l
po¡ cua¡io pelmite¡ establecer los determina¡t" de los
ieoeno-'o. conduc'u¿e. de'niño (Cúe!d¿. lqaa\' E{e
,ipo de com¡in, ¡lgJna cr:.rerisLrc+ de e*rdio
^,¡d'o
"*pe'in'e., lc"nmeno.cor'rol' ¡ de'*rr&oe.oógi.o
(realizado en al ambiente natural).
En estas;nvesrisaciones se aplican los d;seños
erpe,,r,. - ¿et de cro Lnto. en lo' . u¡le', ¡ 'e detine¡
lo. even.o. . por.er ob.erv¿Co.. br 'e e ise e
"ndu.ru,ie.
.r*,e¡¿ de regi.rro mi, ¡oecu¿do o ePre\enrdriro de l¡
d.me¡.'ór ."nducru¿l por .er oo'enrdr. c\ 'e toru
medid¡s del comporrami€nto previo a cualquier
inten'ención (linea base), d) se introduce alguna variable
F\oenr¡e4rJ Lon r in¡.o¿d de ev¡lu¡r 'u' ete¡ o"obre
l,. ondu.,", o en oc,.'"ne.. e tcri¡¡ ¡ rar"ble c"n el trn
d. esLablecer su verdade¡¡ relación funcional con e] evento
bajo estudio, y 0 se reintroduce 1a variable experimental.
Esretipo de diseño se bsa sobre; a) nedtd reperi&s del
eróneno er e tiem¡o con el propo,ro de ron: orr
comtarreneme los cambios en el comPonamiento v Poder
descub¡ir fuen¡es de va¡iabilidad asi como aqué se deben
clichas {uentes, b) diseños cápido cmbiantev, en el
senlido de busca¡ innediaranente Lacaus¿de latendencia
conducrual altera¡do el diseño enpleado (Barlow v
Hersen, 1988).
Es¡os cstudios ar¡n cua¡do puedr estar plagados de
dificulrades rnerodológicas y prácicas' sin embargo
repre.er |ú Jr. ¡v¡
roroinario en ra 'rve rrgr.ioc
e ex
,ond. , er e.pe.rrl en ro rerercnre ¡l de ¿rrolo
',i
infantil; pues tal como lo resatta Guevara (199a),
Pe¡mi¡en el estudio de sujelos dificiies de ub;cár en
"a)
snuaclones de l¡bo¡¿¡orio
br '¡ en¡n : on.. 'nri¡
rP.¡c
có"*¡os, l¡s .'"1* a -"""do son inponartes.
c) Estudian fe¡óme¡os murtidimensionales
comple¡s bajo coDdiciorcs úu€Les
Cañpoexpqiñenh¡ 27
H¡cen posible validú daror o i¡Jo¡oaciones obre¡i¿.s
d)
redi¡ . esdo "¡. ooe¡o res ¡iisdc. "¡ n.rone. m¡
ErúJs . (p b2+r)
Por su pane, 1os estudios experimentales de taborarorio
son aquetlos que inrenran esrablece¡ relriones funcionales
entre laconductayei ambienre (Bijou,19/2). Estos esrudios
se caracterizar por un mayor control experimental, en el
sen¡ido de mantener consrantes algunas váriables y/o
maripulrotrx, con lafinalidad de ¡esalt¿rel efecro de ta
vdable independiente quese esrá úalizarldo y, por !an!o,
aportan infornación nás precis¿ sobre ia retación que
pueda exisrir enrre las va;¿bles bajo estudio. pueden
ti¿vrse : cabo e¡ dive¡sos anbientes, ya sean naturales,
semiestructurados, como ¡orrlmenre esr¡ucru¡ádos. El
valor de estas investigaciones se concentra en el hecho de
poder explorar a profundidad las condicioncs que se
suponen controlaa determlnada conducta (Bijou,1972).
Un ejemplo de este tipo de invesrigación es ta que se
desrroli¡ en el Laborárorio Infarit adscrito ¿t Insti¡uro
de Psicoiogja de la Unive¡sidad Cemrat de Venezuela. Su
creación obedeció ¿ 1á necesidad de estudiar o¡ocesos
,et¿. on¿do.. o- .ondu.,J. Jenon ;r¿d^ coñple,a je,
como la solución de problenas, el auro.onrrol, ta
se¡iació¡, la crea¡ividad, y orras que por su dificul¡ad
exigían un ambiente propicio paa su alisis. A su vez
este labora¡orio permniria no sólo Ilevar a cabo
invesrigaciones sino también el desmotto de ta docencia
en
'l mbi o oe t.e I Po. t,rrdo prcr* ur.eni.io,r
I
lor las ca¡acterisricas que inlptican tos es¡udios
experimenrales, el laboratorio quedó confornado por una
rlr*rrucru,rqrepo.ee,, ¡ul¿..perimc, rJpa¡¡, :ño.
en eoJd p¡er.
^ls. ) rn.ubr")o"rperrm,nrat a cxo aJ
rLi¡ oond( .e levrn r. róo ,n,eriB¿.,o-e!.on .uie o,
¡ condrctas
 28 EstLdia del desaroita iñtaht¡j Campo expet¡nental 29

indiriduales. Ade¡rás, esrá dotado de ¡¡ateri¡l didá*ico -nr in.e,rig¿.ión. ¿. .u¿le. .o .. ¡ s¿ánr /lf,¿ rr¿
especialmenre elaborado para cubrir tas necesid.¡les de tc pro,(c. on vlJ ¡l .uie.u , no qrc p.o, r p,opo,.io1s
inv.s¡igacicnes y orros equipos tales como apraros de rc nrlor q-alo oe en cnd,n ier.o , o...i,.;o p-, t^
video filmación ¡j como conpü¡adors, rodo;tos cu¿tes o¡1e. :-.o,uc."d¡-. to. ¿n,o et .i.n,,,.o. q," a...,
iacili¡an la obse¡vación, registro v a¡álisis realiz.u invesrigrciones expe¡inen¡aies deberá
de ;ondyar,
. Et nnrel de bcneficio potencial rle ta invesrigación
para
Demro del m¡co de este labo¡atorio se ha ev¡do ei niñó
a cabo esludios de ná¡uraleza ra¡¡o básica como áDlicádá
. El nivel y lipos de rlesso.
I r.- e. .d.o,o¡i.o..e r.ra.aoooernJagrpro.e.o. . La validez del procedinlento.
. i-l s.¿ao en e .,¿t et ,.,e o e. cr¡rz d- dar .r
-l¿. .- rdo, .u. I ¡dqL:.:. on d. d \¡iai-¿. ons i-¡
on.pnr.¡ienro a
{villalba, 1e83), la ev¡luación de tas va¡jabtes nás "brcrd¡. de no .er ".re et .-o,
imponarres en la generalización de b seriació¡ (cuevda, pedirlu a sr represerrarte legal
. ,Lidon-idrdde'Ji.e,ooe¡n."r.grior po, ur irzy,
:"8'l el ¡nJi.r' dÉe.-o-e.r é.re.roo, d.rrnro.ripo.
de cotreccjons sobr hádqunición de una d¡crininaclón tr1¡r rr qr( no rr. rd¿ neg.ri, an_,rre, n lo. .r1ero.
oDreLo de ¡r .n\AUgr! on. .on e.p,..¡r "erer...r"
€nglen,198s), ei esrt¡dio de h crearividad (Laca¡ella,1934, ¡
l¡ ' . r¡- <l1 i" pro.eoimrcn,o. de ¡oq¡:,i.ro¡ ce l¡ lo. dr'e¡o, de ¡ever.;án . lo, qLe rv"...rcn gr r2o
lair:. r.ion (R¿nse, tqao,,.r,'" cortrot y grupo experimenrai.
.-.... ;..",.
I J, ' onn¿no¡. o.1.' e.roda..,r.,n!e..iB¿c,one.
ú. -ú,(re r r r:gLrc.. .,rcm:deoo,er:..on,-egi.rro dep.rdcrjn d-l obe .o cel J.r,o. por tn.r,t
de conducta que a su vez grmriz:ra la confiabltiJad y e¡ ¡r.o d be.¿ er ,1,:r"do.o- ü. rñd,. .., d. ¿rL,el
validez de los datos ob¡enidos ¡i como un e:.haustivo r.o, .r"do. de ornade...per lo.d.re.ho. o..,
control experimental, con la finalidad de poder detec*r l.o Frlo o, b"ru. .e., ,,,. . e-¡.r e .e n.nr e n_
-r ,er
h rr ¡no. no i1rooa., do .r..,o. L.i¡d. r¿ ...,g:or.)
cene.amenre las variabies que afecraban los
conponamientos esrudiados.
qr".o,,..Jdeoe.e.,e..-, c,"n .. de,c. ho b ,..
, "¡d,
-r- Ln.qri :b,r.én1,. \r b er..(4 de r.m.¡.r
En Io mte¡io¡ se ha considerado con espec;a1 énfsis 'pr" .< preda nbr.,"r d. e
que un apecro que surge cuan<lo se hace esre ripo de l*-'.,. "."
de rnr Cjencia del C",upun¡nie¡Lu.
" pa, e, oe,-,ol1o
.n - ga.
"r.on,u:ero.h.nüo.)ene\peci¿t.,ornrno., \!eur ure\ I ¡ l'e¿. r ,jnre ;or
.. de, po e '.o. . - ,, uch"
el .i ..¡r" .l".ir:.r.ior d.
".^.."J,. p",
e.n, oe h¿,er ,,en. r. .e n. oe.prec:roo i¡ po.ib jo¡d e..r. é . o-np e.,. .. .¡
de Jg rr r.po oe üño qre pueo:..r :r r grdo a i-.,r eLo..
¿1rn ¡o. -. n e.(.gr,,,,€. 0...,"1_- r¿.¡¡.rr .,.".
ob¿o d< .¡ i"rve!:gác,on-. po: erto. ¡lgLno. dJLore., . ,- c,,, :o.ln ".1. en ¿p ,..o_
.or oDr':,aIt\.L r "-{,yBiio.rr e82l.er.¡ÉoFo., e J.¿ o¡o o:"g,r-d,er..ir.. ..r..n"_..n._
hr re.¿l ¿do l¿ ne.e id¿o de in. J.t et I a$eare¿e,1la obn.ob¡..d I¡. nr r ¡.. -p,L
Jpri\Jd. o" . r ,d.o. J. .u
Er¡l:ítr;o y de otra.s salvagur:rdas para la panicipación en ¡o , ^p,.i."n, -. , ,, ,
30 Fstt)tlia dél déEatrcllo ¡nlanl¡l
conductao si¡uación determinadá Los resuhados de estos
estudios contribuirán no só1o a 1a solución de problentx
prácticos sino a nutrir el cuerpo de conoci¡nie¡¡os de
A nanera de ejemplo, tanbién en el Laboratorio
Infa¡¡il, se llera¡ a cabo indagaciooes de esta indole Se
han eLaborado y validado diversos cu¡¡icula relacionados
con dileren¡es áreas contempladas en la educación pre
escola¡, Mo¡¡icidad Fina (Guevd¿. Bar¡eát y Rosso, 1984),
Discrininación (Guevaa Denbo,Roso, Badell y Gtcia.
1985), Núnero (Guevaa, R:rgel, Lacae11a, Górnez v
Lad¡ón de Guevara, 1987i Guevda, Rangel, Lacasella,
Gónez y Khu, le88; Lensu¿je (r-adrón de Guevara,
Rangel, Guevara y Moreno, 1990), Auto-cui¡lado
(LacxelLa, Mo¡eno, RangeL y vitlalba, 1991) Otras
investigaciones tienen que ler con la evaluac;ón de la
generalización de los conPort¿mientos adqlLiridor en el
aula experiment:l a otros ambientales educativos regulres
(rluevara, Villalba, Rangel, Lacoella y Girón, 198f.
D' '-d. lo ¡¡¡e,:o. pooen o exrrrr unr P-rñer¿
aproximación :l método de estudio y es que romando en
u.n," or. . -brer.ro ':nd"n¡er r¿j de lo' e r¡dro d;
de.¡r"jio.,lm'rl - pre'i.r l^ -er¡cione lcncron¡le'
en¡¡e conducr¿ observable y el anbiente, y siendo ia
1¿
conducra el evento deperdiente por excelencia, es evidente
9r. ta ' b.er.:.ior ¡ reg 'rro del mi n o * co vie¡en er
el cen¡ro de toda mctodologia que involucre su estudio.
observación y reg¡stro.
El problema de la obseruación
Si consideramos a la Psicologia como una ciencia
natural es porque, de hecho, estamos aceptardo que su
objeto de estudio es un eve¡ro n¿¡ural, observable,
registrabie y mensurable que es¡á sometido a leyes. Por
ta¡io, también aceptamos el mérodo ciemifico para el
abordaje de ese evenro natural en la búsqueda de 1* leyes
que 1o regulan.
El instrumen¡o cienrifico por excelencia es la
Observación y puede rener varios significados, segun se ie
detir.: y .egun "l erp Fo qu. re \aga d. .a mi.m,r.
Ferrudez B:Jlerero' y crroble' (1e83) riorerirfn e.ro'
significados en dos, la Obse¡vación corno método y la
Observ¿ció¡ cono técnica. r¿ observación corno mérodo
¡iene entidad p¡opia p¿rá erigirse como una forma de
obtención de conocirniento, es decir, a t¡avés de ella no
sólo se puede logrr¡ describir situaciones en l¿s cuales se
puede dn un componmienro. .ino que no' perrite
es¡ablece¡ ¡elaciones funcionales, 1o que equivaldria a
expli¿r algún fe.ómero. l¡ ob'erxion como tecn,c¡
significa que ésta se conviene en una estrategia subordinada
a toda una di¡ectriz de investig¿ción, es decir, fu¡ciona
como un instrumento de recolección de información y/o
de datos complementario aotros mérodos que se empleen.
32 Estúdio dei desarollo ¡nlant¡l
La definición de observació¡ depende en úldma
rn.t¿ncio de l" ,onceocjon oel auror 9ue la *gime r po.
ende de su nurco conceptual. Por ejenplo, para Claude
Be¡nard. observa¡ era asculta¡ a la naturaleza sin
perturbarla, planteamiento también conpartido por
Da¡win (chávez,1ee2) y la diferencia de 1a
experimentación en el sentido de que esta últirnr se refiere
a 1a ndipulación de even¡os. Sesún CasaLa (1989) es un
con¡r¡en¡ido conside¡a¡ separadanente la Observación y
la lxperinentación, puesro que maripular sin obserar
obvia¡rente no tend¡ía finalidad alguna- Tal cono lo
¡efie¡e e1 misno au¡o¡, l¿ obseración puede significa,
¡l el.onu-ro d:eao eoue el i'etg¡dor lsu ireru
senso¡i¿les o sistenes anefactuales de regis*o) rlos
fénomenos, con o sio la mipul¿ción ac¡iva d¡ los ulrlnos
b) €l @nrac¡o d;ecfo dll itrresruador Gs sis¡elm s¡edaies
o resis¡ros por a¡rdac¡oo co¡ los producios o huellas
signifiettu* de ios Ienómenos con o si¡ naipulació¡ d¡ los
ultiúov (!.23).
En sinres¡, la obseración y Ia experimentación no
se¡ia e*¡emos de un cont;nuo (C:raltá, 1989).
.ub,- Lre. tD p-o! "did tene-.: de.u:Jquerpe.qu ":
cienttuica, intros¡ecriva o mi*ica. Se refiere a aque[a pane
de la búsqueda en la c'tr 1 sólo somos conremporáneos con
1os datos que v* trarscur;ndo bájo nuestn ninda r
f¡enre a los cuales pódeúos, si reneúós posib;lidades,
¿1te¡ar su runbo. Inclusiv€, cualquif¡ observación
posre¡iór o lxfóric¡, €n el sentido en que const¡¡@os
productos de nuerru obsenáció¡*, * deú, regrr¡ós de
obsenacione$ (Casa1ia, 1989! p.23 21.)
Por lo tmto, 1á discusión de si debenos utilizd la
obsercación o la experimentación paa el abordaje del
estudio deL desa¡rollo infantil c¿rece de fundmento al
considerar que la obserwación es el nétodo que engloba
nuestro quehacer cientilico y que a través de ella, podenos
ObseNadón y rcg¡strc 33
no sólo esrudiar relaciones funcionales sino ¡anbién
precisd, e pártir de regisiros rninuciosos, tales relaciones.
Lo ¿nterior ha sido des¡acado con el objetivo de
resaltar y aclarar algunos punros que siempre hm surgido
en las discusiones ¿cerca de la observación y 1a
experinentación, co¡no máodos epistémicos o como
técnic*. De aqui en adela¡te haremos mayor énfasis en la
observación como t¿cnica, sus ca¡acteristicas y
La observación en la psicologia del desarrollo
infantil
Tomardo en cuema que los daros de lapsicologiadel
desa¡rollo son les i¡teracciones que se dan entre un
organismo que se conduce y e1 arnbiente en el cual se
encuentra, durante periodos exrendidos de la vida de ese
org:ni.mo e. evidenre que l¡ oo.en¿crór <e enge como
el método y la €st¡a¡eg;a nár idónea paa aborda e1 estudio
del desarrollo infantil, puesto que además es congruente
con algunos supuesros teóricos subyacentes a la evaluación
conductual; a saber, que sea conductual y entpirica (Baer,
\lolf y Risley, 198/; Fernádez y Cdrobles, 1983i N€lson
y H¡ye.. lqS l). Fi r¿l lr¡ primer¿5 inve.ug¿cione'
'errido.
en este campo se llevaron a cabo ¡ través de l¿ observación
directa de los comportámienros de los niños en sus
conteríos naturales, aunque también es ciefto, tal como
1o resaltan Bijou, Pererson, Ha¡¡is, Allen y Johffton
(1969), qu€ esas obse acionespoco aponaba:r puesto que
no cunpliar con dos condiciones hisicx: ia objetividad
y Ia confiabilidad. Nuestro objeto y método de estudio
debe rener cienas ca¡acterísrica genéricar tales como: a)
que el hecho o evemo sea definible en términos objetivos
y b) se cuente con los medios o estrategias para obsen'ar,
medir y registrar t:l evento, de fo¡ma que podarnos
 Obsétuacon y ¡egis¡¡o 3a
a4 Estud¡ó det desarclto intanbl

( ..F r ene como ¡{uir¿do u cmbio oe¡'mbre en

obrener daros conl;ables ) \ilrdot. Er consecuenci¡ si I db eore' LP '8)
deseamos cumolir con los cánones de rna investigación
con¡luaa es una interacción, lo cual en
Es decir. cue la
cientifica, en'el sentido de alcanzar objetividad v
oe Rioes r lqqo) e. un¡ 'on\ruc' ion reó¡ic¿ Pero
ve¡ificabilidad del conocimiento (Arnau, 1979)' es obvio "J¡¡r¡
érirlenre oJe ne,*n¿mo unid¿der c'.epuble' de 'er
que la prec'sión y ngor con que se lle'en a crbo nue*ru ^,onetio¡ ¡l ¿¡i.li''' experinenr¿l lor ello 'e ¡c¡de ¡l
ábx^xio.er debe-i ser uro de los pLrnros cenrrales de
nuesrra metodología. rermiro re.p"e..¡, que de'igra " ¡w sola iwauia &
.uakuiÍ t t^e ¿e a)nrc baio rcnadn*'an Qohn*on v
Pennypacker, 1980; P.96)
Problemas relacionados con la observación
lor or.roarre, Rióe. (1e80) dest¿.¡ Jr ¿(Pe'ro
Arn¡J (1c79) señalá I res,nrer.og.nres ?rimord:les imoon¡¡Ler l¿ co¡du.r¡ 'e d; en un conr'nuo temporal'
j¡i'o
q"e concenr-an la oroblen ática de la observ¿cián' ro eü'ren ragmcnro' de.ordr'rr e' el' iem
",de.i',
..'ien 'es¡e¡ ¿ el 'ont.n:o .ordu.L.ra1 p*a'u e*udio
' ¿Qué deberá ser observado?
( oncentrr en Inve'tig¡r:
'. ¿Cómo deberá observarse] É", ¿
',"'". -atlrr..ndufl
J¡l ,e
iq'¿ ¿. *g;srro habrá-de emplearse)
Cur\ar¡
'¡."i.^
(i98e) ha agregado a estas pregunrás olr¿s ' l¡r ¡ekiotr. NL¡c p¡optd¡de' d;(rerbde l¡ 'oódud'
r er medo.. l o foeDemo' o -rud¿d" dÍcter:' e¡ cur
qLe t;eren gran rmponancir: l¡ hora de levar a cabo I' l,'ia" "L -.¿.".." .ooocido'.o¡ "l noobre d'
esLud-o¡ sobre el ocsarrollo inlantII, l¿s cr¡les son: I"s uid"da di*reras en que * fngnenu ia
. "*í-"1o,
cord-.¡, b¡n ".do Um¡d¿ r+Pu*D ' u' la )
Cuándo deberán realizarse las observaciones,
' Qoiénes deberán re¡lizarl¡s. (omo \e pJe.te ob.en¡r'r¡< urid¡de' de anili''s
' iuále: orocedimientos podr'rn gara- iza- la deben incl.rr p¡opied¡le' del neoio r de b condrLta
que
obierividad, precisión, confiabilidad v validez de las o"edu reo'oducii e ¡eiLe-rdarnenre en :na in e'rrg:ción
observaciones. 'r" ." .e emplern defini.ronet de (b'c de
''.;,"..',,
v¡ re¿ de' ^r;rru|" o d" ,a re'pue'rr' a"r"le'
¿Qué deberá se¡ observ¡do? "'emo'.
ia pregunta de lo que deberá ser observado podria ^,- .."ro- ,dr. po¡ mú riple, in't¡¡cia P¿fl^ulde'
(Guev¿r¡,Iec4).
.i'oues' . n la detinic'ón del objero de esrudio.
""."n,'r, " Un¡ vez q¡e reneflo' ¡p*enren enre clro cL¿l e' r
e' dec'r. l¡ conouoa. Su detinición permiLrrá su medición
rod:rr'r not
y cuaniilicación y por ende, ve¡ificar las reiaciones -.lod J. -.i''' 0,.." nedi¡lr ^rudir.
prerende
l'' de ir r¡derini' ór
iuncionales entre ella y los €ventos ambientales. n,rd¡eL oroblem¿ de. ómo
i. "., L.¿,.,, debe .onlle"¡'no 'ólo un ¿(pecro
Segun Johnston y ?ennypacker (1980):
.or.eoru¡ .iro uno oe Fdrd¡ 5egur JohFron v
"La condúc¡a de u¡ orsan¡no
es aquella porción de La
ambie¡¡e,
1...'r,-1., rle8O) r¿\ do e'r-a egr} p"ra defrn'r
inleracció! de ese J.ga¡isno con su -ondicr¡5: nae- der,ric;onet funcion¡let o delin" ione'
.¡r¡ncru¿d¿ m- uo de.pl¡¿o;enLo ob'en¡ble eD el
e.o"'o.. Lo'¿' +lr;e'xj, ¿. Jgua pane del orsa¡Loo topográficr.
36 Estudió deldesánó¡lo inlant¡l
La definición funcional consiste en: "...d¿Line,¿r una
porción M rcpertaría det organismo meáiante La apecfrcación
de las relaciones funcionales entre Ia arción 1 los eoentos
anbient¿les, (p. 106). Tal definición tiene la ventaja de
clarificar posibles fuentes de influencia ambiental que
podrian ser madpuladx ulteriorme¡¡e, pero á su vez,
presenra la desventaja de su gr:n complejidad máxirne
cua¡do se obsen¿ en anbienrg narural, donde es muy difícil
cumplir con todas lx especificaciones que podria tener
unadefinición de estaindole. Ladefinición topográficase
refiere a: ....1a espec¡,t'icación de una clase de respuata sóla
en Gnt,o' d? lalanna q,e"dopan rcdzs las tnsun'wet
eEacios tídinensianales, (p. 108). 5u ventaj¿ se centra
en la facilidad de rnanejo y de uso obligado cuaido 1a
topografía de 1a condcuta es 1a dimensión ¡elevan¡e La
desvenraja es que ensombrece la acción de posibles
variabies que pueden tener relación con la conducta,
debido a que dive¡sas clases fu¡cionales se encuentran
¡eunidas en una sola definición toposráfica. También
Tohns¡on y lennypacker (1980) sugieren algunos
refinamientos que deberían s€r romados en cuent¿ a la
hora de hacer definiciones lales como: a) Asr€sar ¿ los
requerimienros ropográficos o funcionales, requisnos de
tiempo; b) Evenrualnente, podrían enplearse los
productos de las respuestas y c) la obsrvación de
individuos en grupo.
Jackson, Della-Piana y Sloane (1e73) Por s¡r Pa¡re
mencionan t¡es modelos que pueden emplease para la
elaboración de definiciones: 1) La especificaciór de
car¡c¡e¡ísricas generales; 2) La descripción de sub'
conducras especificas y 3) La dete¡minación de resuhados
Hawkins y Dobes (197f sugierea que una t,ictica úril
para nedir componarnienlos €s trarar d€ definirlos de
Obséto4ión y rcg¡slto a7
manera operacional, es decir, descomponeru¡a conducta
en sus compon€ntes observables y mensurabLes.
Recomiendan que una defi nición operacional debe poseer
tres caraderísticas báiicas: a) debería ser objetiva en el
sentido de que d€bería referirse a aspectos observables de
la conducta; b) debería ser ciara, precisa y entendible; c)
requerirá de ninguna inferencia o interpretac!ón por pane
del observado¡.
Todos .os mérodos que se h¡n revisado rjenen sur
ventaj¿s y desventajas.lo relevant€, por u! lado, es aclarar
la unidad de medida que deberá uilizane, no imponardo
ta estrategia empleada para llegar a ella; y por otro, que la
de{inición y, en consecuencia, la medición sea objetiva,
válida y confi able (Sulzer-Azaroff yMayer,1983). Objedva,
en el sentido de que los observadores no infieren o hacen
interpretaciones, es decir, sólo se alude a características
observables, tanto del ambiente como de la conducta" en
términos inequivocos. Válidas, porque rniden en efecto, en
forma directa, la conducta que s€ suponen miden.
Confiables porque aiuden al acr:erdo entre obsenadores,
es deci r. l¿ confiabilidad se reJ iere a que las mediciones son
estándares con independencia de la persona qw las realiza.
T¿l rez uno de los aspectos ris corrpleios para
cuantifica¡ los hechos conductuaies aun cu¿ndo h¿n sido
definidos, es ei establecer la dimensión o propiedad
relevame del componamiento por medir. Dicha dificrLad
proviene precisamente de la definición que se haga del
componamiento. D€pendiendo de cuáles ca¡acteristicas
observables se hayan resaltado en la definición emergerá
l¿ dimensión cuantificable o mensur¿ble de la conducta.
Segrin Femández-Ballesteros y Carrobles (1983), las
car¿cteristicrs observables de ia conducta mÁ comunes son:
flecueúcia, o nrúme¡o de ocasiones de aparición de la
"a)
38 Estud¡o del desaÍolta inlant¡|
b) l¡ren.,r. o
,empo qú rr¿ F¡ ,püe(er @ (oodJdr
¿esde que se produjo la cáúa que L¿;riq;o
.) rrno. o f¡'cr"¡c ¡ de:p¡icioú po' u&d d¡ uempo
diii,e-iod. o ^ila7ó; l, ejec;-:o¡ d. L, ""úd,c1'¡
e)d+a in. o tinpo n a*.? w1t:de u" .l?tft'ad¿'
¿efteñtó d. @sd"d¿.. " lp 22cj
Craighead, Kazdin y Mahoney (1981) reraftan que tos
datos conductuales pueden ser rcducidos a cuarro gr¿rdes
¡ipos: temporales a saber: de nagdtud, de f¡ecuencia y de
categorización. Los daros rempo¡ales "...inplican Ia
-1e¡1^'Ln det ttenpa. (p.56-5n. Io. d¡ro. de m¿gnirud
ahden ....a cualqx;er neelida que inplique La fue1za o
intensidad dc la rxpaesta' (p.56). Los datos de frecuencia
*... incbyen regtatas cayas incilencias pueder contane y
utilizañ ?dra compftiion* objetivas" (p.54. l-os daros
de categorización "... abaran Lx neditlas q,e d;feencian
rnd otr4' b.54.
,espue't!1 de
DoLe (lc7b) ¿si r:sno desr¿ca or'¿( d:n er\;one(
inponates como: a) Tienpo enlre respuestt: carridad
de tiempo que se separa una respuefá de otra y b)
Topografia: eipecificación de 1os eleme¡ios ranro
cinéstesicos como corporales involucrados en laejecución
de una respuefa determinada.
Como puede observa, los aurores ¡mes ¡evisados
se
coinciden en muchas delc dimensiones que se toma en
cuenta para cuántificar 1á conduca y en 1o que
consideruíu en cada una de eli¡.
Un último dpecro que debenos nenciona¡ es el & la
selección de 1¡ dinuión ¡elevante. En elta inciden el objetivo
de la inve*igación, {actores de orden práctico, la definición
de la respuesta y 1c limit:ciones de carácter fGico y sociales
implicados. Tod:r estas conside¡aciones son de gr:í
imponancia puesto que rodos los atuerzos qLre se hagar está
dirigidos a sara¡tiz:¡ la sensibilidad, precnión y relerancia
Ce 1os datos (Guevara 1994).
AbseNación y rcs¡sio 39
¿cómo observar?
El punto de cómo observa se refiere a las nodalidades
que se podria¡ adopta¡ pa¡a llevá¡ ¿ cabo una obseñación.
Tales modalidades pueden incluir: a) registros autonáticos,
b) resi*ro de produ.ro. pe'n ¿nen,e\. c) ob.en¿.ionc.
di¡ec¡as con métodos de ¡egistro de papel y láp;z y d)
obse¡r¡ciones a trav& de cintas rnagnetofónicx y de video-
srabación (Guevá¡!,1eea).
Guev?¡a (1ee4)rc$l¡a que no hay una modatidad que
sea superior a otra en términos absolutos, sino que cada
uno tiene sus ventaja y desventajas dependiendo de las
disponibilidad de equipos, costo eéonónico y humaro,
¡i cono ¡ambién la definición de co¡ducta que podrá
incidir en la facilidad o no del regisrro, el grado de
enrrenamiento qr:e podrian necesit¡¡ los observado¡es, en
los casos de obse¡vaciones directas, y el rango de
aplicabilidad. Muchas de las deficiencix de un tipo de
regitro, en especial en si¡uaciones na¡ur¿les donde no es
convenienk introducir equipos, po&íar solvenrarse a
Í¿vés deotros ap¿r*os menos obvios, o también con un
enlrenamiento e¡haustivo delos observadores. En última
instanciá, el investipdor deberá toma¡ en cuen¡a ¡odos
esros aspectos a l¿ hora de decidir cuál podría ser la
modalid:d m,ís adecuada que 1e gaantice 1a objetividad y
precisión de los datos.
¿Cuándo y dónde observar?
Este xpecto alude a1 periodo de observación y lugar
dord- Ilev¡¡á ¡ c¡bo l¿ mi.ma. E. m u¡ o,firr de e.m:nr
'e
a priori cuándo se deberá hacer un registro y en qué lugar,
puesto que también estos puntos esrán pautados por el
objetivo de la investig:ción y la definición de la conducta.
No obs¡a.¡r¡e, será conveniente obtener inJormación a t¡¿vés
de observaciones má¡ infornales acerca del lugar donde se
produce con nayor Éecuencia el componamiento objero

Estudb dei desarola ¡nlánt¡l
de invesrigación y de cuáles per;odos podrían sor los medios
nás provechosos paa la observación; puesto que no tendrla
sentido h¿cer mediciones a una muea¡¿ du¡ante todo el
dh por ejemplo, cumdo la conducta se plesenta en 16
ta¡des solamente. Obtener una muestra tanto del periodo
nás apropiado como del lugar más probable hcidirásobre
el registro de conducta que se reatice. (Guevda,199a)
Tanbién se¡1a conveniente, cuando se reaiice¡
oo'er¡ ione. en ¿mbren'e. n¡r rr¿le', In roduci¡'isrem¿s
de obsenación lo nenos conspicuos posible y tornar en
cuenta los infornes de la¡ personar que forman Parte de1
mbiente social (iiazdin,1e79)
¿Quién observará?
Cu¿ndo la obsenación se re¿liza a ¡ravés de medios
necánicos, el registro se garantiza por medio de la
calibración de los aparatos empleados (GuevarEleea). Pero
. J,ndo l¡ ob.ervrlión debe .er lle.ad; : cabo por srleto.
hunanos, los problena de calibración pueden volverse
alt¿me¡¡e escabrosos.
Tal como lo ¡esalt¿n Hanma¡n (1988) y Ha¡¡ma¡n y
\rood (1ee0),los observadores humaros pueden mosrrar
ó tener un coniunto de erro¡es sistemáticos e¡
obsenaciones, los cua.Les deberán considera¡se de mane¡a
precisa. Algunos de estos efecos son' la ¡e¿ctividad, el
sesgo, la tendencia y lar tranpas.la reactividad se refiere
a que los individuos, objeto de la observación, respondan
de nanera inusual al percararse qu€ están siendo
obse¡vados. El sesgo alude a un er¡o¡ sistemático
relaion:do con las expeoariv?i dei obse¡-vador sobr€ lo
que se supone está observando. La tendencia del
observador se produce cuando se pierde precisión y
consistencia en la medida; por ejen:plo, un cambio
de conducta que pueda hacer
imperceprible en la ddinición
el observador, el cual será evidenre á lo l¿rso de la
AbseNac¡óny rcg¡sno 41
,nvestigación, o elpoco dominio de lx def-nicione¡. L¿s
rr¿¡ pas ¿ludcn ¡ c¿rbros intencion¡dos en io, registros
con l¿ rinalid¡d de obrener ahos indices de conri¿b,lidao.
Para reducir en pane, estos efectos debe!án tomarse
algunx precauciones, las cuales se Püeder resumir en la
se)ección y entrenamienLo adecuado de los suietos que
servián como obse¡vadores. Segun HaÍm¿lll (1988), el
entrenamiento deberia coruider:r dar
aspectos tales como:
(obseruacrones
una orienraclón general de la observacrón
oiloro. sens,oiliz¿ción hacia os aspecros de la
in.esrisac'ón). ap-enoer el manual oe insr¡ucciones
re¿liz¿do a. e.eao. lle'rr a crbo p-áoicrs er siru.rciones
€stfucturadas y en situadones feales, y, consratemente
n¿ce¡ l¿ reuisión ¡ l: calrbrrción de l¿s observ¡crones
Todo esto debeía ganntizarque se minimicen al máximo
las. xpeoaL i' as qLr el ob.e*:do- tenga rcbre a rrrurc.ón,
permirirá q;e * aprenda penecrame-re hs rierinroone'
oe lorm¡ ral que no incidan sus ¡Precracrone{ y que
dependiendo oe l¡s prer is.ones .1ue se ha¡ an torrdo para
hace.e ressr ro s" debeá reducir lr porioilidad oe nalrzar
r.¿mpas .n l¿ obsen ¿cion. Er Jrrma ins:a-cia. lo que s.
derea :segu-a- e' un rcg;'r ro obrcr i. o. . ál'do y conri¿ble
l¿s
¿Qué ¡¡étodos s€ eúpl€ará¡?
La decisión acerca de cuál dpo de registro seráel más
idóneo para un: observ¿ción determinada deberá
considerar div€rsos asp€ctos, muchos de los cuales ya han
sido mencion:¡ios¡ como por eiempLo: el objetivo de ia
invenigación, la definicjón de1 componamier'to que se
haya realizado,las propiedades o dimensiones de esa
conducta, las modatidades posibles de registro, las
iimitaciones espaciales y de tiempo, y otras
consideraciones rie orde¡ práctico y ético. Realrnente, la
selección de un procediniemo de registro determinará
cuáles caracteristicas de la respuesta son registradas como
42 Estudio del désaroll. inlant¡l
ura función que a su vez depende de cómo el flujo
conduaual ha sido segmentedo o dividido (Ha¡tmann y
vood, 1990).
En la lite¡¡tr¡ra se encuent¡a¡ diferentes clasificaciones
de los sistemx de observación y registro. En este apanado
menciona¡emos las que a nuestro cri¡erio son lai m^
completas, y luego pasaremos a realizar una breve
descripción de cada uno de los métodos má usados en eL
Análisis Co¡ductual.
Ha]1 (1e7a) proporc la siguienre ciasificación:
. Registrosautomáticos
. Registros de ploduclos permanentes
. Regist¡os de obseraciones:
- Registos continuos
- Registros de eventos
- Registros de dumción
' Registros de latencia
- Registro de intenalos
- Muestreo temporal
' Placheck (registrode actividxdes pi.¡ificadas o
planned activnies checklist)
Calalta y ?enfol¿ (1981) presenta¡ una clasificac;ó¡
similar, al igual que.sulzer-Azaroff y Mayer (1183) y
Russles y LeBldc (1e7e). Guevara (1eea) apofta una
división aigo diferente baada en los nedios que se usaa
püa ha.er lx ob,enrcione'. dininguiebdo r¡: siguien'es
según los instrurnentos empleados,
"Jr ob.prvácio.e. dire..rr del cooport,mieoro.
-oplerdo r¿.n(¡, de red rro d. p¿pel v l¡p;...
b) Obse@c;o¡es a ¡¡¿vés de videotapes o peticulas
.) obsew¿cio¡es ¿ pan; de material fotogrÁfico
d' Obtrná.ron$ ¡ rmvé. d. gJábáciooé(oe rud ó
e) Obsenación y resisro de productos permaenres
0 Res¡Íos áuionáricos de evento$ (p.1a1).
obseNac¡ón y reg¡sto 43
?¿¡a Iines de es¡e t¡abajo, roma¡e!¡os la clasificación
de Hall (197a)po¡ser unade1x más completas y reperida
en toda la iiteratura revisada
Registrc Automárico: En este tipo de reglstro, el
orsá¡ismo acciona un aparato, ya sea de índole mecánica o
eléct¡ica el cuá1 emite ura señal que anota automáticamenre
: re'pue,,e Lr sre.so, Idefinici"n de I re.puevr
"rene
d¿d¡ por el ¿p¡¿ro. Tiene.omo vemr:a el que c$i no
produce efectos reactivos sobre los sujeros obsenados y
proporjonr da, o' muy precr.os y sr de'ven,:i. e.
'j1ido..
la limitación tecnológica (Casafta y Penfold, 1981; Jolnston
y Pen¡ypácker, 1980).
Registro de piodL¡ctos permanen¡es: Este se utiliza
cuaado la conducta que se praenáe medr dqa "... etidznca
fr;ca en k fanna de m pratucto ¿&radrao' (S\\lzer.Azaro
y Mayer, 1981i p.85). Sus ventajas consisten en que los
observadores no deben dedic* tiempo en observa¡ las
conductas de interés: los productos pueden ser nedidos
de forma exacta y precis:, ysu implenentación es senci1la.
Desventajás: Deben ser válidados y no tenemos acceso a la
conducta que derivó e¡ ese producto, y, por tanto,
desconocemos qué vaiablc estár relacionad¿s con e1
proceso conductualqu originó e1 prodücto (Guevá¡á,l99a).
Regi.Lro. Conr:ouo<: "Laasistc't ea na.h,rcnet
anecdéticas rye retogen la secamti¿ d¿ eaentos conductuales
de an organino 1 Lzs condiiones 7 efutos anüentzbs rye
antecetler' 1 si.guen a las contucta" (GveÍara, t994 p.t44).
Venbjá¡: ls u¡ reg¡r¡o muy flexible y permite obsenar
diferentes conducras en un misrno lapso. Adem&, nos dan
h po.ibi 'oad de e'r1ur lrrondic:one, que mrrrenen
un componamiento dererminado (Bijou, Peterson y Ault,
1968). Desvenlaja!: Exigencia detiempo y dedicación por
pane del obsenador para registra duraate un periodo
cornpleto de obsenación, ümnada objetividad y precisión
44 Es¡ud¡a doi desatrcIo infantit
en los detos, pueden incluir apreciaciones por pane de los
obsenadores, dificultad para resumir ta información
d'per,ió1 de l¡ ob'e^riol (GJe\$¿ Iee4)
Regisrro de evenros: Denominado regisrro de
frecuencia, consiste etr úora¡ la ocu¡rencia de cada
i¡stanci¿ de conducta durate un lapso esr¿blecido de
observáción. Comúnne¡¡e, se errrple¡ cu¿ndo 1a
dimensión ¡eieva¡re es la frecuencia de l¿ conducta. Este
procediniento se utiliza cuatrdo 1ar respuesiá. que
registrase son disc¡etc, en el senrido de que se puede
dete¡mioar cr¡ándo conienza y cuando te¡mina cada
insta¡cia de cond,.¡cta (Jackson, Della-Piara y Sloa"re,
1973). SeBúnKeliy (1t4, éste es uno de los métodos más
u¡ados en Anlsis Conductual Aplicado. Tar1bién, debido
a que este tipo de ¡egisrro rompe 1a continuidad <iel flujc
conductual, a nenudo debe ser complementado con
registros nanrivos (T{annlam y wood, 1990). Venraj6:
Es un resist¡o senciilo, produce medidas sensibles de
conducta, generalmente son confi¿bles, y expresan la
caÍtidad de conducra. Desvenrajas: Requieren que la
respusta renga un inicio y final denaido y pueden resültar
difíciles de lleva¡ a cabo cuando se tiene¡ múhiples
conductas o cuando te¡emos eventos infrecuentes y de poca
proninencia (Ilannan y lrood, 1990).
Registro de Duracionesr Esre ripo deiegislrose define
cono el tiempo que perdura o permaace una conducta
(Guevara, i994). Se uti[za cua¡do 1¿ crate¡ís¡ic] relevmte
de l¿ re'pue..¡
^ l¡ d¡r¡cior. \pr.¡i¿: (Lmin,.'r¿
información acerca de )a proporción o porcentaje rie
tiempo que ocupa 1a respuesta en relación con el periodo
lotal de la obserfáción. Desventaja: kige obsenación
continua sob¡e la conduca objeto, lo cual a su vez
la recolección de infornación de orros aspectos
imponantes (Sulzer-Azaroff y Ma).er,1983).
Obsetoación y rcgis¡ra 45
y Reg¡¡ro de Lat€ncias: Consiste en medir ei tiempo
inicio
que transcurre enrre la finalización de un evento y el
de lJ re,pres ¿ (Gue\ r I lcqr). 5.., ,.1r.lja y de<ve¡r¡j¡s
dependerán del objetivo de la investigación, de la
delinición de1 componaniento y los equipos disponibles
R.gr.Lro de lnter"alo.: t.Le tipo de regirtro e,
debe¡ posiblememe uno de los már populares (K€11y,1e77) y es
pÍticularmenle ú¡il cuando inre¡esa ¡a¡to la du¡ación
como 1a f¡ecr¡encia de la conduaa y/o cuando es dificil
d¡crimind e1 inicio y Iinalización de cada ins¡a¡cia de
respuesta. Con esta técnicá, se divide la sesió¡ de
obsenación, en periodos más pequenos (todos iguale$ de
riempo. dent ro de lo. c:.rle, .e ¡¡or¡i l¡ o.urrenci¡ o no
de la respuesta. Segun Powell, Mrnindale y Kulp (1975)
sepu€den distinguir v¿rios tipos de Reg¡tro deInte¡vrlo:
I
El regisrro de inrenalo total el parcial. El registro de
inrenaio rotal es aquel donde la conducra se registrasólo
cuando ha ocur¡ido dura¡te ¡odo el intervalo de
obsenación. El registro de intenalo parciai, el observador
' nucaá laocu¡¡enciade la conducta cuardo por lo menos
haya acaecido en a1gún lapso del interalo.
O¡ra modalidad de registro de intervalo es el
denominado Registro Mo¡nentáeo de Tiempo o Flash,
cuya caracrerística relevante es que la anotación de 1a
ocu¡rencia de 1¿ conducta se ¡ealiza al final de1intenalo:
es decir, no es nec€sario observar du¡ante todo el
inte¡¡alo ni exigir que 1a co¡ducta ocu¡ra dura¡te el
mismo, sino que se esté manifest.ndo al final del
inte¡valo seleccionado para observarla. Dependiendo
dificuitr de la nod¡lidad de registro de iatervalo elegido se
pueden vislumbrar diferentes ventajas y desventajas,las
\ err¡j¡: lermne resnrr¿r vari¡.
¡espuestas concurrentemente. Desventája: Exigerte pa¡x
 & Eslud¡o clel destuoto iñkntit
el observador, puesro que estatécnicale impide reaiizar
otra actividad en especial cuando realiza un registro de
intervaio roral (H¿I1,19l4).
uabe de¡t¿e.
"n rel¿crón con es e ripo oe regirtro.
aJe run ren,endo muchar !e1ráj¡s )
s;endo uno de lo,
c.ás populares. en los u t r o. rrempos Lr sido ba.rante
cuest onado debido en parre. a la posibil,dad de
disLonion¡r '¿ esrrm¡oón de las caracrerisric¡ oue se
supone mide: drmción y frecuencia de ta co'iucra
(Thomson, Holmbe.g y Baer, 1974; Harrop y Daniels,
198ó; Mansell, 1985) y a 1a imprecisión de los daros que
apona (ohnsron y Pennypack€r, 1980j Springer, Brown
) DJnci-. l98l). E'iden.eme-Le, eq¿c d scusiones
deberán ser más e¡tendidas con el fin de reconsidera¡
ultenores'¡edid¿s de condun¿ oue sern mir precrsa<.
vilidx v cont,¡hl*
Registro de Muestro remporai: Tal como to resatra
Hartmann y \i¡ood (1990), este registro es simiLar al de
inrervalo, sólo que no es necesario observa¡ durante todo
er i:,e¡v¡lo. porque ser regutrres ¡
ge-er¡ln-e¡tF .e ur:l:zan di.oos.i,os espec ales para
\e¡i¿ ¿, Fl r¡o,nenro de obser";ció". E. o,ii.ul".nl.o,.
úr, cu¡noo l¡ dimers,ór -eler anre es l.r duracrón mas quc
la iecuenci¿. Ven,aix: PL¡eden hacerse regis.-os,onrinuor
de condrfl¡. con rj-i'ro erfuezo. pernrre ob,en ar oos
d:mensrones de conoucr¡. Desvent¡ a,, las ment.or¿d¿,
para el registro de intervalo.
Registro de Actividades Planificadas (?la,checL):
Segun Casaha y Penfold (1981), éste consis; e¡ conrar
el numerc de oenon¡s que se encucnrran en un área
derermin¿d¿ de oose*rción y luego co-t¡r cujnros de
eso< rujetos realrzan -na a.rir.d¿d p-er i¡menre definida.
E' oeci.. ,rqui lo imoonanre er Ia proporción d, p, rronas
que se encuentran involucrad¿s en una actividad otarea_
ObseNac¡ón y reg¡slro 47
Se utiliza cuando inte¡esa tomar ñues¡ras de
componamientos de sujetos en snpo (cuevda,199a).
Por úlL'mo ¡ 'olo, on fire. inlormá. i\ o.. qui.i"rmo.
h¡cer men,ion de ot,¡ te,ni.¡ que oreden en pier.e
para la obtención de &tos. Segun Guevar¿ (199a), existeí
otros sistemis de registro t¿les como: Listas de ens¿yos o
de verificación, Cornprobaciones al ?z¡r y Escalás de
esrimación. B¡evemen¡e son cada una:
' Listas de ve¡ificación, son pruebas breves e
intermitentes, donde se presentu estímulos que se
suponen controla laconductay se oota el resultado.
. Conprobaciones ai aza, Sinila a 1a oterior, sólo
que no se realizan inrentos arplicitos porpresentarla
ocasión de que ocurra la respuesra bajo estridio.
' Escal¡ de esti¡nación: Consistenen xignaun índice
nunérico a laconducta" dependiendo de ia magnitud
de una.ualidad que presente 1¡ nisma, sobre la bxe
de la cu¡l se han es¡ablecido caregorías "Sor
simplemente nedidas ¡te*inadas a clantificn ¡ás
imptesiones que se obtienen a ?artir tu la al;s"ná.iófl"
(Guevarr,199a; p.161).
Hanmaan (1988) por su pane agrega los auto-informes
y la.s medidar psicofisiológicas.
. Auto-infomes: A través de inventarios de conducta,
entrevistx, cuestionxios, etc.
' Medidas ?sicofisiológicas, Electrocardiográficas,
electroencefalográiicx, medidar de temperarura del
.rrmo radirco. pre.ión..ns,,ne¿. t¡" re.pir¡Lo.i¿.
electrode¡males,etc.
A m¿ne ¡ de.on.lL.rón ¡ t,l como hemo..i*o.
existen nume¡osos sistema de obsenáción y iegistro de
conduct¡. Su selección obedece a dive¡sos c¡ire¡ios. lo
que si cieno es que cuando en los registros se encuentra
es
involucrado el ser humano, evidentemente el problema
 48 Eslud¡o del d*arcIa ¡ñl¿ntit
de la obsenación se convierte en una dificul¡ad
emb4o. en la mediü en q.,e la recnologia a,mie. en el
sentido de permitirnos desarrolla¡ sistenas más
automatizados de registro, en esa misma medida podremos
¡ealiz¡ a¡lisis más sofisticados y podremos abordar con
nayor propiedad los llamados fetrómenos conptejos
(Hanmann y \flood, 1ee0).
Representación gráfica de las obse.vaciones
Posiblemente, unas de la tareas fundametales que
debe manejr un cieatífico es la elabo¡ación cor¡ecta de
tablas y gráficos puesto que los mnmos te pernirirán
de m¡ne, r ¿propirda daro, ¡ Lomuni.l
'-re-prerrr 'u:
segun Arasón y Nava (1ee2):
,. .e B, J a e, @ reprele¡r¡.,oo \i.u d. o.¡e,ulL¡@,
d" ú e$do. con L ti¡¿lod d¡ comu,¡ d.-np. oneq
de los dáos qu€ facijiren el úális;s de tos hechós ... l"J Íes
primipal* inciono de 1o s¡áfic6 soD: á) ¡epreseAar
D"d;¿a'uM; ¿" los d¡rc,. br p¡opo,cio¡wde¡ ilcioDF
d- ¡rLdade .d uoc. L .l opetu. od.,'"Ji"n
de los dálor h. r27)
Los mismos auto¡es acla¡á¡ que rras ese corceplo no
exis¡e la i¡rención de decir que 1as gráficas susrirLryen et
t¡atamiento esrá¿ísrico de los d*os, pero ral como 1o
resaha¡1 ?arsonson y Báer (1e78), en los dneños de caso
único, 1a grlica incrementa la capacidad
tepresentación
de evaluación de lairvestig*ión.
Una vez destacada la importancia de las gráficas
pasaremos a detallar algutros ripos de graficación má.s
comuÍes. No ent¡?¡emos en los problemas técnicos como
por ejemplo, cuánro debe medir el eje de l¿j abscisa! en
relación con 1as o¡denadas, ni si se hacen con papel
milimet¡ado o urilizddo sisr€mas ¡utoma¡izados. sino
Absetuacjón y rcgistto 49
lgida. Si¡ t cuáles son los grlicos nrás enpleados y1r razonesporlas
cuales se usa uno y no ot¡o ripo de g¡áfica.
cráfic¿s de bams
Este ;ipo de gráfica se usa paa represenrr datos
discretos que se encuenrraa en escalas de medidáordinales
o ¡ominales. Pd¿ su constmcción, comónmente re
consideran ios siguienres p:sos:
. En el eje de hs abscisas se colocm los noarbres de las
c*egorí:s que se van a gr:licar.
. La anpiitud de las b¡rras será;gual para cádá uoa de
las categoriar po. ser represen.adas.
. la dista¡cia enrre 1as baras rarnbién deberá ser igual
y no nayor de 1a mitad del ra¡nano de 1a b¡ra.
. En el eje de las o¡de¡adas se colo¡a la esc¿la de
magnirud elegida para la medida, sea ésta una de
frecuencia o porcentaje.
Ejenplo:si deseamos representar la ejecución de un
niño en dive¡sas ár*s de re¡diniento, por ejemplo:
Mot¡icid¿d ¡ina, D¡üiminaciótr, Lenguaje y Núne¡o,
podernos elaborar un grfico de bdras, en el cuá1, ei eje
-;p Fo
de 1¡ abscisas esta¡á conibrmado por lal diversu íeas y
el eje de las ordenadx, por la escala elegidapra nedir el
rendimlen¡o (porcenraje de respuesra, correcias en esre
caso). Ei grálico seria de la sisuienre fo.ma:
Ao
Za
Lqul¿
50 €slud¡a deldesata o ¡níanl¡|
Obsetuación y registb 51

cráfica circula¡
Elprincipio de esta ¡epresent¿ción es el m¡mo de la
ante¡io¡ só1o que en este c¿so los datos deberán se¡
ller
"do. ¿ u' ¿ er¿l¿ oirerenre igradog. I a -nic:
ventr .r zn
que iene oo* l, de bn r r. o cue permirc r rcrar m.vor 5¡0
canridad de i¡fo¡nnción sin que se confundan las
categorias conductuales (Aragón y Navá, 1992).
Ijemplo: Si deseanos representa la proporción o
porcemale de sujetos que se dedican a una actividad en
p¡lticuld, podemos hace¡ una gráfica de pastel Ce la forna De esta ma¡era a Ia frecuencia sinpte dei evenro, que
en la prinera senaa fue de cinco (s) veces, se 1e sune la
frecuencia de lasegündasemanapra obtener la frecuencia
acumul¿da de 4s y xi sucesivanenre.

Gúf icas Tridimensionales

CL¡¡ndo nos encom¡amos con ei caso de que posecnos
dos variables independientes y una dependienre, es
evidente que un grlico bidinensional poco aponará at
cráñcas ¡cumulativas ¡,rálisis de los datos. E¡ consecuencia, se ¿cude a un eje
Las gráficas acumulativas tienen su origen en las onogonal de,oordenada,. donde pueoer rr grJ,.ado.
d .r ri.-.ion+ ¡c:n -i¿d¡ q* er e.rnJi.r,cr .e denominrn ma de do. \r¡.¡ble.. l,¡l \ez por .u d ,i.uhao no.on ran
ojivas. r.os a,raiistx conductu¡les pioneros, tales como comunes aunque con 1a inr:pción de las cornpuradorx
\kinner j I en(er o;ro1 n rc5¡ inpor¿¡.r¿ ¿ e.te tipo este problema)-a ha sido solvetrrado.
de registro, pr.csto que ix cun¡ acunulativx fueron los Ejemplo: Cuando se desea considera¡ en un sólo
s¡jnco,
insr¡umentos que 1e permitieron interpretar 1os datos 1os sLrjeros que ejecutan una ccnducÉ, el núnero de sesiones
surgidos en el ¡¡abajo de laborátorio. r l¡ re.ucnci¡ oe.onduoa podemo, opra por ,r g.i,ñ.o
Como sL¡ nombre lo indica, una gtáfrca aontulada ....es de esr¡ indole, quedúdo de la s¡zuien¡e maner¿:
la acunul¿ción o suna d¿ las rcspuestas qae se yr*ntan a h
largo d?l tienpa. \Araíón y Nava, 1992j p. 118). Este tipo de
grálica es muy útil curndo los datos son tuc de respuesta,
por 1o cual e1 anlisis de la cuna debe cent¡rse en ias
peadientes de las curvas obtenidas.
Ejenplo: Deseáños s¡¡{Lcar el número de veces que
un niño se hace pipí enlacama. Podemos optarporhacer
una grfica de este tipo.
 AbseNación y reg¡eltu sa
52 Esludia.Jel desaía¡la ¡nlanli

Ejemplo: Cu:ndo queremos evalusr e¡ cambio

cráficas lineales
relativo de La v¿ri¿ble número de problemas arirnéticos
Esta represenLación grtuic¿ es un¡ de l¡ n!
conunes
rciuello5 co'reclrr e-Le a rar,'s oel r'empo de rn n.ño
en Psicologli (Aragón y Navr, 1ee2) y se enplea cumdo
que se encuemra bajo tratámiento. la gráfica obtenida
¡enemos datos en esc¿!¡ de iotenalo o ra:ón. Se le usa
podria ser de este tipo:
r': . ,p¿.e1.e pr";.üi.¿r c"'o. onL..r '.1 arendenca
¡. .,.""¡,'. o du-¡rr.o. d:ret.u.
t.¡t¡rnientos expcrimenratcs.
!jernpio: Represe¡tar sen¿nalmente 1a va¡iable
rl, d- r,
L. .d,dá .ono e -"-',o de ,orl¡ r¡cio .'
difererres que re:)iz: el niño en un dneño) en ur estudio
ce re".i 'd'o. -l gr,:r' oodr.r qr..r d' " 'g¡re'te

j*
24 En sintesis, la representación gráfica de los datos va a
depender de varios facrores como porejemplo los objetivos
!o de La investi gación, eltipo I número de datos recoledados,
laescalaenque se encuentrenesios daios, y otros aspeoos
Ero de orden práctico.
0
sE r s¿ü2 s. 3 S¿ñ t S.ns

cráficas Seúilogadtmicas
Fn las gráiicas semilog¡rírúicás, unc de los eies
(abscnas) se encuentra en cscala aritmética mientras que
el ouo (ordenadx) está en escaia logaritmica. Cabe destacar
queel )ogrnno de un número a, en base r, es el e:potme
á ai que debe eltvarse c ptaque nos dé e1número a. Este
:p de g-rf.. ¿ \( e:¡p e L'-¿.,¡ei e . L-do a e ¡
conocer los cmbios relativos de trsa de respuesta en el
tiempo y ¡o crmbios absolutos. Adenris, eaas gráficx
facilitan i:r predicción, ya que evitm 1a pérdida de d*os
que son 1a consecuenciade los Posibles techos o melos d¿
las variables (Angón y Nava, 1ee2).
 ad y validez
c¡ones

La objetividad de los datos que estudia ctalquier

ciencia es uno de los pilares fundamentales para el
científico, puesto que sustentada sobre la misma, el
investigador logra verificar de manera independiente, el
evento estudrado por otros. Por tanto, es indispensable
observar, registrar e interpretar los fenómenos de tal
forma que otros observadores obtengan d:tos similares.
Este desidera¡um es válido, tanto para aquelLos métodos
en los cu¿les s€ utilizan instrumentos de rnedida ya
construídos y validados como en aquél1os donde se
emplean 1a observación direaa de la conducta como
estrategia de recolección de datos. A la par de esto, Ia
confiabilidad de un ins¡rumento de rnedida que indica
que cadá vez qüe se aplica el instrumento a lo que se va
a medi¡ o{¡ezca el mismo resultado, es una condición
necesaria para la validación del mis¡no.
Precedente a cualquier discusión sobre la fiabilidad
de los datos se¡á conveniente aclarar el concepto que se
maneja sobre este punto y su dife¡encia con otras
acepciones del término. Fernández'Ballesteros y
Carrobles (1981) afirman que:
.... los ¡€óricos de le oedida de¡ominan fiabilidad a la
consú¡enciacon que nide !n i$trumento...la seguldad
fÁ Estudio del <lesarrollo ¡nfaül
e5 eleñdo de &Grdo o.or reipo¡dFn.i¡ e!Lre dedds.
que ¿eberi¿! ser isu¡les 5i úo ex$Liesen €r-ores de
úedición, (p 16t).
Por su lado, Kerlinger (1988) de{ine confiabilidad
como .... la asercia relatira d¿ erores dz medición en sn
instrummto...es la eractittd o predsión de n in*rummn
d¿ ndición., (p.459). Si analizámos estas definiciones
aprecirmos que Confiabilidad es igüal a consistencia y
exaditud. Esras concrpciones son resultado de la¡ teoía¡
de medición y psicométricas clá¡icas, las cuales difieren
de lo que los cie¡tíficos de cone conductual conciben
como confiabilidad, consideradas poréstos corno acuerdo
entre obse¡vadores, t¿l como lo expone Anguera (1983):
"En pliúcipio, podrlanos eorender por
fiabilidad La
sinilaridaá o éoncorda¡cia e¡ el registio de dos
obrqado¡es que pe¡ciben sioultáne¿oe¡¡e u¡a orduc¡a
o e'e¡Lo, o y,o¡ h,laru.onvi..ioo de que s un
'¡rio',
coo, e¡o dsloto de er¡c,i,udo precsión I dee,rabüdzd
¿u¡oie u¡o l¡ o¡ris,o¡ .ooo l¿ er¿ni-ud en erc .¡o
esrá'i fomudo pane dr .a.oople¡ mediü que er h
fiabilidad' (p.9a).
Visto asi, en Análisis Conductual estamos aludiendo '
auna parte de la definición de conñabilidad, es decir, el
grado en que dos observadores acuerdan registrar la
ocurrencia del segmenro conductual, pero hemos
soslayado el problema de la exactitud y estabilidad con
que registranel evento (SilvayNava, 1992), ytal como lo
¡esalran Heyns y Zand,er (t978) son dos problemas
distintos puesto que la confiabilidad del obse¡v¿do¡es un
problema más metodológico mientras que la confiabiliad
de Ia conducta es ur, problema más sustantivo. Johnston
y Pennypacker (1980) destacan que los aspectos de la
precisión o exaaitud y la estabilidad de l¿ medida deben
ser re¡omados por los analistas conductuales porque
aseguran la objetividad de los datos. Pero el problema es
Canl¡ab¡¡¡dad y vatidez de las absevac¡ones 57
cóno evaluarlos, ya q,¡e en la Teoría Clásica de la
Co¡fiabilidad (Másnusson,1977), estos áspectos se
¡rzgrn e reb. ión con ro\ vr ore\ verd¡derot oe l¡
en nLe5,ro.¡'o. donde de^ono eno'
'-' o,rh,e rln.úe
.l,
., 'r,o e.r¿ L¿.Lir¡ rlev¡rr¡ a r¡zon¿mienro'
Una vez re¿lizada esta breve revisión acerca de los
oroblen¡ de oerinicion en -el¿cion.on el .on.ePto de
Lonli¡bi rd¡rl, el .u¡l depende oel m¡r.o de ¡erere-' r¡ ¡l
oue se a¡i.ne cadaaurot, aclararenos que nos d*en&emos
á t" ¿.l"i.i¿n .o"sensual en Anlisis Conduauat,
-i,
- decit. la de concebirla como acuerdo e¡t¡e observadores
y los diversos mérodos pa¡a calcular ese acuerdo.
Como va se mencionó a¡reriormente, l¡ Confiabilidad
serefie.e ¡l acue'do en¡.e observadores y para llevar a cabo
esio se compa¡an los registros simultárcos de dos o más
obsenadores que ven la misma conduoa (Bijou' Peterson
y Ault, 1968i Havkins y Dotson, 1975i Roma¡czvk, Kent'
Diament y O'Leáry, 1973)
or pro.edi¡:ento' parr crl. rlar lo, rrdi.e' de
I
conr¡b:lidro dependeran de rx .¿¡¿creri'r n ¡. pt.pó'iro'
v né¡odos de iad¿ investigación (Guevara'1e9a). A
continu¡ión verernos algunos de los métodos descriros
por diversos aurores (Bijou, ?ele¡sony Aul¡, 1968i Casalta
yPenfold, 19S1; Hawkins y Dotson, 1975; Guev¿r41994)'
. Cuando la dimensión ¡elevante de 1os datos es ia
frecuencia, se emplea el índice siguiente,
-OO
PoaedaF deoLLe06 - NLmeto -eno'oeobse'v¿c'or'r '
t\. ne or ¿vo de ob"ea¿(io' 4
Este indice sólo reAeja el grado de acurdo sobre et
núme¡o total de ocurrencias pero no si 1os dos
obser.¡ado¡es estaban registrando el mismo evento al
5a Estud¡a del desarollo infanül Contiabiliüd y vat¡dez de las abseNaciones 59

m¡mo tiempo. Para ello, suele di{dirse el intervalo de de imerés, el cual incluye ta¡¡o dimensiones releva¡¡es
las

observación en pciodos m& pequeños y derectar para de ta conduoa y el nivel de ias u¡id¿des en el sistema de
cada uno de ellos acue¡dos y desacuerdos en la obserwación. codificación (sitva y Nava, 1ee2) Alsunos de estos
. Cuudo renemo. medid¡ ¡to de kec-ercia coro coeficientes son: el Chi Cuadrado, el coeficiente lhi, el
de du¡ación ta1 como es el cao de los registros de coeficienre Kapp¡, el Coeficiente Pi, Pearso¡.
interalo, el idice es el siguiente,
Factores que pueden atentar contra la
Porcentaje de acuedos = coniiabilidad.
El grado de acuerdo entre obsewadores depende en
gran medida de , a) la adecuación del sisterna de registro
En este tipo de cflculo, se puede precisar un poco ná ernpleado; b) la frecuencia co¡ la que se realicen las
qué conductas fueron observadx y si tueron observadas obse¡vaciones a través del rienpo y c) los métodos para
aproxidmente en el mismo momento. ca.Lcula¡ la fiabilidad. Gene¡almerte se asume que el
. Cu¡ndo tenemos datos que obedecen a una dinensión procer de e'al ración de la 'orf,aoil,d.rd no es rea, Liro y
c"mo l¡ d¡¡¡c:ón .e ¡L,l,z¿ cominmenre a
'igrienre que e1 indice obtenido refleja 1a consistencia de las
ob.eru¿cione. (Gue\ra lqql). Sin embago. exi're un
conjunro de factores que podrían invalidar la recopilación
Du.ación ácumu ada mayor de daros y su consiguienre codiabilidad, tales como: sesgos
del observado¡, ¡eactividad del obrerador, complejidad
Este indice procura la confiabilidad total de lasesión. del sis¡ema de registro y expectativc del observado¡
pero si se haa obtenido lx duracio¡es de cada una de las (Flanmann, 1988).
i¡sta¡cias de respuesta observadas puede obtenerse un . Los sesgos del obsenador: Se refieren a 1¿ tendencia
coeficien¡e de confi¿bilid¿d már riguroso (Kel1y, 1971. de 1os observadores a canbia¡ la definición de conduc¿a
. En el caso de que se haya urilizado un registro de que se les dió inicialmente, es decir, aplican Ia
aaividades plaificadu (Placheck), 1a {iabilidad, segin definición de ma¡era dife¡en¡e.
C*alray Penfold (1981)puede obrenerse a t¡¿vés del ' I ¡ ¡e¡.tivid¿o del ob.eruüor: A lude a r excrone' por
siguiente clculo, pane de los obseradores cuaado saben que se les esrá
evalu¿ndo a t¡ar-és de clcuios de confiabilidad.
. La complejidad de1 sistem¡ de observación' La
cdtidat de caregorias conductu:les por ser obsenadx
Eaos son algunos de 1os métodos más empleados en y 1a vaiedad de Las mismas puede afectar aitamente
Anlisis Conduoual pero hay algunos autores que abogan los registros y por ende, la confiabilidad.
por el uso de coeficientes de correlación nás complejos, . Las expec¡a¡ivas dei obse¡vador: Esta fuente de
cuya elección esrá asociada con ei segrnento conductual invalidez riene relación con errores sistemáticos de
60 Estud¡o dél desatrcl¡o inhntl
evaluación comúnmen¡e a¡oci¿dos a la inforrnación
c,e pu.da rener rl ob.erv¿do, ,oore el experimer o
que se lleva a cabo.
Algunas precauciones para combaii¡ estos
facto¡es
Todo lo expuesto ateriormeme pone de manifiesto
la necesidad de ¡oma¡ en cuen¡a táles facores v rrard de
limit¿¡.o. ¡l muiro,,on I¡ fi,,iid¡d de gánri,- r.,
connabilidad de lc nediciones y conrribuir a la validez
deiosdaros obtenidos. Hannanrl (198S), Anguera (1933),
Kazd].n (te77) y cueva¡a (19e4) se encuen¡ran ent¡e tos
aurores que h¿n realizado un recuenro de algunas
precaucion* que deberían con(ioerre pü¿ corbr ir to.
a,rore, qre pueden arerLarconr¡¿ ¿ obren..on derndice.
de .or':¡bilid¿d aoecu¿do,. FrL¿s r.comend¿.iones ,e
concenrran p¡incipalmente en:
' Seleccionar y entrenar exhaustivamenre a ios
' Hacer nenos conspicuo al observador, u¡ilizando
ap¿¡abs, espejos unidi¡eccionales u otros que hagan
, b. ea).
menos visible al obsenado¡.
. Intercambiar parejas de observado¡es.
. No info¡nu¡ cuando se harán 1¡ evaluaciones de
confiabilidad ni quién seá el cotejador.
. "ú 'e/ de repr.eúrd " ¡ .orci.o¿ i¡dir. rmeo,' .,.
Estinrd po¡ separado el g¡ado de acuerdo para las
categorír conductuales medidas.
. Incorportrdire,,o. ob,e ¿dore,o sr¿b¿r I¡,esiore)
con el fin de presentarlas de forma aleato¡ia-
Hasta los momenros se ha resaltado la imponancia de
obtener ü¡os confiables, y en consecuencia del proceso
i¡volucrado en la confi¿bilidad dei instrumemo, pero no
podemo. deiar de lado a la validez dc la, ob.enacione, y
el proceso que petnite esrabtecerla-
Conf¡ab¡t¡dad y vatidez de tas obseNadan* 61
El tema de ta validez es complejo. Posiblemenre es la
esenci¿ de cualquier ciencia, puesto que tiene que ver con
.... l¿ nataraleza de la 'realidad' y con Ia mtaraleza de las
?ro?iedadesq e se est!!nn;7üzdo, (Kerlinger, 1988; p.a89).
No es nuestro objetivo hacer r:na amplia disenación acerca
de todo lo que implica el concepto de validez, só1o
de*mo. ro..r algtno. punro. qJe re,¿i'er : imponancia
de tom?J en cueneeste dpeco cuando se intenrallevar a
crbo una investigación.
ln prime¡a ;nñ¿¡cia r¡átaenos de <lefinirla. Según
Fe¡nández Ballesreros y Ca¡¡obles (1981), ta vaiidez de
un instrumento implic¿:
adecwió¡ co¡ l¡ que se oide iá condud¡ ba'o esiudio,
"...
capácid¿d p¿ra diegnósrica. ia cordúciá re¿l de un¿
peñom, se$ibitid¿d pám de¡ec¡d el objedyo, ñsuid¿d
de las dec¡io¡s r u¡ilid¡d, (p. 176).
Ke,l,'ge- {le88J re"u'n" : de.ini.rór en r,-guienre
prcgunra: (¿Se estli mi.liendo k rye se piena que se está
n¡d;endo?, b.a71"). Par^ s1l\a y Na'f^ (1ee2), ,t x palile,
dc an ínstnmento se refere d ld certeu con q"e el nisno
sime para k finalidad ¿tue sr a?k¿ción ?enisae"
Su a. Aarofr l \4¿)eraimi.rottq8Jldi.en:
. L¡. n edrcionp. v:IJ^,o- rquéI.¡. que ú de" e¡ elec,o
de form¡ d¡re-,¿ ¡ l¿.oodLck q-e tr.upone qu. ¿d-d,
form&.djer¡. ¡ dijo'.ón medj¡¡re k :r,erpFr¡c;oó
ind;!,du¡1. (p 80).
En slntesis, la mayor parte de los auto¡es ¡evisados
coinciden en considerar que la validez se refiere al hecho
de si 1os datos proporcio¡ados por el insrr¡me¡ro de
medidason ¡ealme¡te.los que se espe¡a¡ y no rep¡esenra¡
otro áspecro de la realid¿d estudiada. Para e1 a¡atista
conductual, la dete¡minación de la v¿lidez de sus
observacio¡es es un xpecto cn:cial, puesro que debeú
a2 Estudio .bl d.seqo ¡¡la¡t¡|

teDe¡ cieno grado de cert€za de que los d¿tos recogidos

en sü ind¿gación expresan corr€cramenre las condudaj
elegidas y ¡o otr¡ cos¿. Segj¡ Silva y Nava (1992), la
manera como se ¿borda el problema de la validez y cómo
se evalúaes un proceso generalmente empírico que si bien
por una palte puede involucrar la ¡decuación de un
instrumento parr el propósito etegido, por orra puede
i¡cluir a r¡n constructo part;cula. a!í como conceptos
teóricos subyacentes.
En conclusión, visto que el Análisis Conduou¿l se
basa en la generación de un conocimiento válido y
confiable ai igual que cualquier otra ciencia, no está de
Una de las metas de ia Ciencia es hacer ieorl¿,
más resaltar la imponancia que tiene para la Psicología
entendid¿ ésta como:
Con duc. u¿]. I ¡ confiabilidad ¡ validez de las obse n aciones
y por ende, es capial examinar con precisión, de manera ... u¡ .oúi!¡ro de {oorrNLo, Go.ceprot
crltica yempírica, ambos :speaos. Para Haynes (en Silva urerrcl¡.ioo¡dos. def iúicjone. y proposi.iones que
N¡va. laeT). h ev¡lu¿ción de un sistema de registro prexntu uo pu o de ri,u lo( teDome¡o\
) 'bLeDjuode
med;dre l¡ sDe. Ll( ¡(;ó¡ ü rel¡io¡s erLre v¿n¡bles
conductual invo|¡c¡a la ev¿luación de su urilidad, óD elpropos,io dr expLcú y prede. r los ferómeror.
aplicación, exactitud, comprensión, gener:lidad y (Ite¡linger, 1988; p. 10).
sensibilidad. En otrar palabns, esto incluye la evaluación
,¡ Llevado este planteamiento a la Psicologia, en este
de l¿ dez de conrenido. relaclonada con el crirerio, y
caso, una Psicologia de enfoque conductual, encomramos
l¿ validez de constructo. Es tarea de los analisras
que nu€stro in¡e¡és esrá cent¡ado en 1a explicaciór,
ionductuales sumergirnos en esta empresa, pues ello le
dari nayor relevancia a los d:tos obtenidos y en predicción y cont¡ol dei compo¡tamienro de los
organismos individualmenie conside¡ador, ral como lo
cr:nsecuencia a 1as relaciones funcionales encontradas, con
la finalidad de construirun cuerpo teórlco coherente que
resaltó Skinner (1971). En consecue¡cia, esramos
inte¡esados en establece¡ las posibles relaciones funcionales
permita 1a explicación del compoltamiento.
entre dos evenros: primero,la conducta, nuestra variable
dependiente ¡nr excelencia y segundo, eJ ambiente, nuesrra
variab)einde¡ndienre. Er la medida que conozcamos
como se rel¡oonan cienos erenros con or¡os. podremos
madpular variables que nos permiraa a su vez controlarlos
haciendo que pe¡manezcan constames, o vaiándolos y
en ultima instancia, explicarlos y predecirlos. Por tanto,
la investigación científica es una forma de indagar aerca
6 Estrd¡ó dél c¡ésarrollo ¡nÉrn1
de los fenómenos pero d€ üna manere sistemática'
contro ,dr. en:pjncr y criLic¿ lKerlinger. Ie88)
Lor procedimientor de invesLrgación ur,lizado' en
l,icoloqia se ¡esumen pr;cticamenre e- do" grandes
¡r,b.o., merodos erperimenrales y los no
lo.
exoe¡rmenr¡les. L¡ obser'¡ción, lr descripción ¡ Ia
cambio" conducturles per se no defrne a
mJoción de 1,.¡<
'a Psicologir. Es proolema. Pero 'i nuertro
"n: prne del
inr.és es el estudio áe la relación entre eventos con el
rrayor cJltrol posiDle de uenres de error y el control
direcro cr.l¿s v¡riables baio esLUdio, es in"pemliuo lle'¿'
a cabo e\Derrmentot! debido a que los mrsmor
demostrarán si los procedimientos empleados fueron los
que produjeron los canbios que estamos observando en
la conducta o son causados po¡ otr¿s fuentes de
variabilidad. En síntesis, una de las formas de establecer
¡elaciones cont¡oladas funcionales entre vari¿bles es á
través de la experimentación.
Y ei p'ecis¿menre a 1¡a\é< del dlseño experimenta
que podremos logr¿r ef¡ merr' Es eviderle enloncet qúe
que deiini- lo q"e es ur di<eño de inves:igacón.
'indremos
t'a"r Kerlinger (1c88) eer .... el plan la e'tr^t"ra ) la
e'ftaktú d? M Jet! igación ,ara obt47 t¿91¡a¡a5 a ptqunrz<
dt in!átiga^ ta I'atianza, tp)12t SegúaKtk
'o'11cinnotor
(lo/2, ci;do por Ca.tro. te79J. un dirño e\perir¡enL¿l
es un Dl¿.r de;cuerdo con el cual se xignar lor sujetos a
los diferentes grupos o condiciones exPerimenrales
Craighead, ruzdin yMüoney (1981) to definen como La
brml er que se dispong¿ ¡ \itúac;on con elProPór;ro dF
el efecro de la inrene-c'ón de l¿ r¡riable
"u¡lu¿¡
independienre: es decir, e. diseño esrrucrur¿ la srruación
de maner: tal que la causr del cambro cond,aual puede
se. ar ribuida ¿ la vari¿blc que se manipuJó. Orros auLores
como Robiffon (citado porArnaq 1981) consideran que
el diseño involucra tanto acrividades ¡elacionadas con la
Dieños de Bó úñ¡.ó 6E
¿signación de los sujetos a las diferentes condiciones
experimenules o grupos, como orras relacionadas con el
plantearniento de la pregunta experimemal, la selección
de lar variables depeodientes e independientes, el control
de raiables extrañas, la manipulación de variables y asi
comolos sistem¿s de observación y registro, elanálisis de
datos y las conclusiones.
En resLrmen, podriamos afirmar que no imponando
la concepción del autor que esgrime en la definición, hay
un gran acuerdo en que un diseño de investigación en
panicular, un dis€ño exp€rimental, tiene dos funciones
básicas: responder ur¡ pregunta de investigación y
cont¡olar fuentes de va¡ianza (Kerlin$¡,1988).
Se¡á nuestro objetivo en este capitulo aludir a los
antecedentes histó¡icos de los diseños de caso rinico. En
los posteriores se re{erirán sus consideraciones generales
en relación especificame¡te a cómo trata de alcanzar
validez intern¿ y validez externa y, por úItimo, se
describirán aigunos de los diseños más empleados en la
investigación de la conduaa infantil.
Anlecedentes históricos
Aunque la inresrigación desde l¡ per\pecrira
conduoual con N= 1 (t ,l es el número de sujetos o unidades
expe¡imentales empleadas)ha cobrado gran auge durante
las cu¿tro últim¿s décadx, ya en los años i830 y 1860, la
fisiologia y la psicología respectivamen¿e, iriciab¿n el
estudio de la conduaa de org¿nisnos individuales @arlo*'
y Hersen, 1988).
Enel dominio de laPsicología, ia mayor repercusión
del uso de estudios de organismos individuales se
concemró en la l.icologa Exper.men aJ. Lor inrenroi
pioneros en ésra estuvieron dirigidos hacia la investig¿ción
de la ¡elación entre los cambios en los estímulos y los
 66 Estudio del tusarcIó inÍaht¡|
crnbios es las sensaciones, campo fund¿¡nental de la
psicofisica. Fechner en sus es¡udios psicofisicos (i860,
.iLdo por Barlow HeAen, Je88). rue el p¡imero er
) conrroladrs fBarlow y Herser. te88). ¿Por qué empiezrn
enplear mediciones repetidas de una respuesra para
dife¡entes intensidades o rbicaciones de un es¡ímr¡lo dado,
urilizodo un mismo individuo. También se preocupó por
Ia va¡iábilidad Grror) obser-vada ae effayo a e¡sayo,
Encont¡ó que los erroles eran aleatorios y respondian a
una dist¡ibución normal, cuyo promedio era cero.
Ibbinghaus también empleó el método de lx nediciones
repetidas en un sólo individuo para el esrudio de la
nemo¡ia utilizmdo sílab¡ sin sen¡ido. Pavlov utiliá el
es¡udio intensivo de un sólo sujeto y la répiica con orros
individuos (Bdlov y He¡sen, 1e88).
DáNin, Quetelet, cálton y Pearson iniciáron eI
interés por las diferenci:s individuales y su medida. Ellos
insistieron en que lx
caracteristicas psicológicx o rargos
formar p:ne propiedad que los hombres poseen
de alguna
en cornún pero en dife¡entes srados. Esra diferencia de
grado explicária, valga i:
redunddcia, las diferencias
indiüduaies; de aquí el uso e*ensivo e in¡ensivo de la
,
.
estadGticapara abordar este objetivo, y es basrante irónico
qLie ei estudio de las diferencix individrnles haya llevadc,
al interés por el promedio y la descripción de grupos
@arlov y Hersen, 1988). Esre punro de vis!¿ llegó a ser
tan predominanre que marcó ca:i toda la investigación
realizada en Psicologia. Pero el uso de esta metodologia
tnjo dos grandes consecuencias: a) el aurnenro de los
estudios de grupos con N nuy grarda, puesto que se pensó
que e¡1esre principio el que podía asegura¡ la generalidád
de lo.re.uhdo.¡ or e. rechazo ydi,rninu. ión.or.iguienre
de los estudios con pocos sujetos o con N- 1 (S;1v41992).
A panir de 1a segunda mirad del sislo XX se vuelve a
increnentar la invesrigación con N*1. Allpon, Cha:sar,
Shapiro y otros comienzan a argumentar sobre lc positivo
D¡señB &.4o único 6f
de la invesrigación de caso ú¡ico. De hecho, Skinne¡ en
sus primeros trabajos, también hizo énf¿sis en l¿s medidas
repetid¿s en un mismo organismo bajo condiciones
a s€r cuestion¿dos los estudios de grupol El problema
básico en los estudios de grupo sobre todo en l¡s
investigaciones dínicas es que en el grupo experimentai
hay pacjentes que mejoran y otros que empeoran y, por
t¿nto, aparenrem€trte,los resultados promediados no son
significativos puesto que se cancelan entre si ¿l utilizarel
promediocomo medida de cambio. Frtudros en los cuales
se rplicrban procedimienros muy generales d: psicoterapia
a grupos heterogéneos de pacientes definidos ampliamente
en una categoria, no ofrecerí?n resPüestas a las pregünms
bisic¿s en ¡elación con la eleoividad de un traramiento.
Además, se preseataban otres limit¿ciones (Barlow y
Hersen, 1988), tales como las refe¡idas a l¿ f¿lte de
tratamiento delgrupo controlilos problemas éiicos, en el
sellrido d€ relrnir un gran número de dientes homogéneos;
el uso del promedio que oscurece los result¿dos
individuales; la limitada generalidad de los resulhdos,
puesto que al trabajar con casos ¡nuy homogéneos poco
podría inferirse a los casos que no coincidier¿n con las
caracteristicas de estos sujetos; así como no toman en
cuenta la va¡iabilidad intra-sujeto, que $ princip¿lmente
la responsable por los débiles ¡esd¿¡dos en los es¡udios
grupales. En consecuencia, todas l¿s dificultades
producidas por 1a comparación de gn pos condujeron a
dos altemativa¡: los es¡udios naturalistas yla investigación
de procesos, ambos basados en el método co¡¡eiacional
m¿s bien que el experimenial.
Los estudios n:¡uralistas no r€quieren diseño
experimental ni manipulación de variabies. So¡
.experimentos de la naturaleza, (Kiesler, 1t71 citado en
Barlow y Hersen,1988). É*ros no son muy diferentes de
68 Es¡ud¡ó deldesarallo ¡nfantil
1a prácrica r:sual, requieren medición de variables
consideradas peninentes (según el enfoque teórico) del
terapista y del
paciente. Ademár en elios solamenre se
in¡e¡relacionan l¡
va¡iables. Los problemx xociados a
estos estudios está¡ relacionados con 1a fatta de conrrol
que de lo contraio permniría espedficr las variables
responsables de aisin canbio conductual, por ejemplo: si
so¡v{iablesreiacionadsconprocedimientosterapéuticos,
con 1d ca¡aae¡istica! del pacienre, con la! caracterísricas
de rerap..rr o pe,'oraJ au\:ii¿r. o la ;n,e,¿c.io'e. enrre
las caracterlsticx de1 paciente o lx del rerapisra o cualquier
otra @arlow y Hersen, 1988)
Por otra pane, las investigaciones de proceso se
interesar por lo que sucede durar:re la rerapia y no después
de l¡ ¡..m¿. F're ripo de e.rrdio condujo r unr
infonunada división entre investigaciones de proceso y
de ¡esul¡ado¡ división enrre el cienrífico y el profesional,
posiblemenre debido a que este úidmo sentia que to que
e .ienr'fi,o prodr.ia no lo ar:drb: en
'r eje..:.io
profesional (Bdlov y He¡ser, 1988).
A panir túro de las criticu a ios diseños grupates
como a las soluciones intenladas (Esrudios mruralistas e '
'-'e.ie¡,ión de proce,o7, el e,Lrdio de c¡o,nren.r,o
empieza a toma relevaacia tai corno lo resalta Sidnan
(1975), puesto que és¡e pe¡nnía un nal¡or conrrol de
variables y contribuia a dora¡ de confiabilidad los datos
experirnentales. El redescub¡inien¡o del esrudio del
orgmismo inrüvidual a través de lar rnedidas repetidas en
e1 tiempo, bajo condiciones conrrolxlas. el énfa¡is en lx
¡nediciones di¡ectu de conducta rneta en rerapia y la
evaluación de 1as vari¿bies independienres en forna
experinental, ¡nacu el comienzo de un nuevo é¡fxis
en e'"JJd.o expF,imei ¿l del(ao :nd:r:dJ¡1.
es generales
de caso único.
La mncepción del campo de estudio determina en gm
medida la metodologia que deberá ser empleada Paiá su
abordaje. Esto se erplica porque existe una gran relación
entre Ia concepción teórica y 1a merodologia de
invesrigación. Debido a que e1 fenómeno por estudiar en
1a Teori¡ del Desarrollo Infan¡il se defi¡e en ¡érminos de
"...Ios cambíos ptogresivas en las inte¡acciones entre la
con&cu de los indiútluan los elentos n ss nedio amümte"
(Bijou y Brer, 1978; p.2), nos in¡eresa maliz¿¡ la co¡ducta
en fundón de los eventos pr€sentes en Ia si¡uación, 1os
eventos pcados xociados y laconstltución genética (Bijou
y B¿e¡, 1978). En consecuencia, tal como lo resalta Bijou
(1972), los daros b¡utos de esta teo¡ización so¡ lar
i¡te¡acciones enr¡e un individuo activo y un medio activo
y por tanro! h rnerodologia que se sigue es de indole
enpírica, induoiva e individual (Guevará, i991), Puesb
que se ocupa del e*udio de mnducras obsoables y enlatiza
ia búsqueda de relaciones funcionales entre el
componamienro y el ambien¡e, 1o oal a su vez, i¡dica
que el inve*igador puede rnanipular vuiables que le
pcrmitar confinnar detcrninadar relnciotres.
Cumdo un cientifico inten¡¿ abo¡d¡ el ¿nálisis de
una conducta especifica lo hace en rérminos de pregunras
 70 Es¡ud¡o det desaÍoto ihfañt¡t
experiment¿les o de obse¡vaciones ¿cerca e1 mismo v nc
.obre l¡ b¡,e de nipore,i, o pl¿nre¿mien o, p,e\io,
(cuevü¿ r sqa): de ¿lü que cu p¿pet.e¿ ¡(Lrro en el.enr ido
de que t'JI¿ de m¡ipur¡rl oablp. qJe re cuponen (ap¿n:r
de 1¡ ob"en¿ción) ieier ¡lgln¿re &ión.on etrenomeno
que se pretende esrudiar ). mide los efecros de esa
Ia
metodologir del An¡lsi, Condü.,r¿ ce o,icn:¿
hacia la obsewaión y regist¡o de conductu de un individuo
a lo largo de un periodo de rienpo prolongado.
Ividentemente, 1a: prevenciones rnaodológicx se dnigen
,l der¡nolode p!ocedilienro. 1 mérodo,que garanrrer
l¿ ob.en ¿clón r<rem jri. ¿ 1 lr rur r ir.ocrón de va iaote,
conductuales y ambientales. Para ello,
se utitiza un enfoque
experimenral lskinner. Iq'5) que e.rudrr orgJn.mo.
,ndi ;au¿le. Lo, Drin.ipio.
se der:¡¡n de l" ob,en¿cion
de ¡elaciones funcionales entre evenros conducruales
v El ejeto dcú¿ cano s" ?/a?io contraL exa ctarreÁstica
mbienr¿* ob<en¡d¡ en u .ólo orgu ,ro. de : ir que
. ¿d¡ .t iero x,
"e como.u propio.onrrot rC¡.r!o. r9-91.
A ,r¡v¡. de 1¡ repli.¡.e -rudi¡ ta se.erutidao de lo,
haJ.ago experirentJe,.
Características esenciales de los diseños de N=i
L -oLJo de N- I b¿ rido J,:t;ado D& de,:gnr ¿ .a
,n.erigrcjone. en Ia cu¿jes un .óto,,¡ero o un grupo
,u é,o, ,on \o¡erido\ ¿ vü*.oro.ione. erperimerrale.
enpuntos sucesivos en el riempo (Sitva, 1992). Kratochwiil
{lq-Sr aeglrJ que un di\eño de ,eie. de Lienpo e" ¿qre
qre rn.l:ve l.r irve,Liga.iir d. i¡d,':d,o. ti.
¿rupo..
medrdos repetideenre en e] riempo.
In este tipo de diseno se considera:
' La nerlición ,epetida o petiódlca de la variabte
dependiente, en esúe caso. la conduaa. Esto co¡ t¡
finalidad de monitorea¡ consta¡¡emente los cambios
Cons¡detaciones generales 71
en el .onponm.enro ¡ pode- de\ub'i, la. po.ible,
tue rLe, de ra iab:lid*d 1 a q,é,e deben dus uenre,
(Ba¡low Hersen, 1988i Sidmd, 1975).
I
La obtención de un registro de L/nea Base
¡ep¡esentativa (Suizer,Azroff y Mayer, 1983). lsra
proporciona una medida estandar con la cual se pueda
conprr los efectos de la va¡i¿ble independienre
manipulada constiruyéndose a¡í en una forma de
ponderar la intenención. Tal como lo resa.ltm Balow
y Hersen (1e88), Sidman (1e7s), sulzer-Azarorl y
Máyer (1983), una de las ca¡¿cte¡isticas fu¡darnentales
de 1a linea bue y que permne su comparaión con
los efectos de la variable independienre es su
Estabilidad. Esro imptica que cuanro ñás efable sea
la línea Bxe, e¡ el senrido de que su rango de
variabilidad es pequeño, en esa medida será posible
afirna que una intenención tuvo a1grln efecto.
se ¡elaciona con la posibilidad de elinina¡ la
v¿riábilidad inrer sujeto típica de los estudioi
srupJe.. Er Jo, e,L rdjor rr¡drion¡1e,, l¡ difercnci¡
i¡dividuales se eli¡nina inrroduciendo gran cántidad
de sujetos con la finalidad de que se cmcelen entre
si. Pero esto afecra la posibilidad de generalización
de los datos. U¡iliz¡ndo un sólo sujeto es posible
oe ejerctr u¡ sran rigor experirnental, que a su vez
pennite el estableciniento de relaciones funcionales,
elioi¡amos la va¡i¿bilidad inrer,sujeto y solamente
trabajamos con ta variabilidad in¡raindividual
(C r¡o, 1e79).
La posibilidad de aislr lal cau¡as del cambio o fal¿a de
cDbio conductu¿l a travá de ü na¿if.at;ón tip;d4 de
lá vdiáble bájo esrudio, s decir, 1a búsqueda inmediata
de la causa de una tenderri¿ conduc¡ual altermdo el
diseno erperimental (Balow y Herse, 1988).

72 Estud¡o del c|ésatolo ¡nlatt¡l
Consideraciones metodológicas de los diseños
Cualquier tipo de üseño que se considere sea de
grupos o de caso único se enfrenta a dos aspectos
fundamentales que le dan validez o que dichos en términos
negativosr su no consideración podría invalidarlos, en
coísecuencia, desestinar los datos obtenidos en una
invesrigación. Tales aspectos como los resaltan Campbell
y St¿nley (1978) son la Validez Intern¿ y la Validez
Extema.
Validez lnlerna
Segu¡ Campbell y Stanley (1978),1a Validez Interna
se reí.ere a ....1a mínima inprescind;ble, sin
itnposible ínterpretzr el modelo: y'ntrodacka
tna diferencia los tratamientos empíricos en este casa
concrao?" @.16). Kratochwill (1978) apufta que:
"¿,
valiclez interna * refere ¿l gádo dz cffteza de que ,na
mdnipuhción de ia variable intltpedienu es la reqonwbLe
dz las c¿mbios ohtmadas a¡ k oariable depndizntc, @.tt).
Silva (1992) resume que 1a validez interna:
"... se refierc al gndo en quc sc loga ninin izr
variabies enraño qe puedan innui¡, oni¡n¡amen¡e
la rurablc udcsndrnt,. cn lo, re,ulL¡do, obtenrdor: en
o.rs pahoe. qc lor.obio\ okeñ¡tros e¡ 1, rmble
deperdieore tealmenre esrén en rünción de las
manipulacioos hch* er la vrióle independiene" fo.s.o).
Enronces podemos conclü r q"e 1a Validez Interna se
refiere a la €xactiiud con la cual podemos afirmar que
dete¡minada variable independiente produce efectos
sistemáticos sobre la v¿¡iable dependiente, y que dicho
efecto no se encuentra fuenemente afededo por variables
extrañas que podrían oscurecer 1os resL.rltados y dar lugar
I
canstdeac¡ones qeneéles 73
aexplicaciones alteraativas, no debidas a lavdabie objeto
de invesrigación.
Con respecto ala Validezlnterna, Campbell y Stanley
(1978) p¡esenran 8 factores que puedan afectr la misma:
:
A. -É1¡s¡oro: considerándola como aquellos hechos que
pueden ocurrir entre una medición y ora, no
¿t¡ibuibles a la variable independiente o eve¡.os
e*r ¿¡o. ¡ l¡ v¡ri¡b e ¡nde¡endrenre pe-o qu" o. ur ren
concurrentemerle con ésta, pudiendo producir
cmbios eir la variabie dependiente.
B. VaJu z,.a'1. p-o,e.o' nl.erente.
experimentales rales cono cambios físicos y/o
psicológicos que operan como resultido del pálo del
tiempo y o,L¡e puede! afecto laejecución en lavariable
h cual es
n realidad,
C. Aelministracién d¿ tesx: influencia que puede elercer
la aplicación de una p;ueba o rnedición sobre los
rc'¡lL¿Jo' de su.e'iv¡ ¡dm n.'r ra. ione' de l" mi.m¡.
D lttnnent¿ción, variaciones en los instrumentos de
meCida o e¡ los obsenadores que podriar, producir
c¿nbios en la r-a¡iable dependiente no arribuibles a
la ¿cción de la vuiable independiente.
cl cfecto dc E. Resresión esta.lktica: oo<iría presenrarse en
on invesrigaciones donde se hayan seleccionado los
'¡¡Lo. de m¡¡.r¡ no ¡le¿,ori¿ o con purLr.rtiona
F. Jcre.. iori )e.go' p,odL.ro de lae'cogen. ia no Jerrona
de los sujetos experimentales.
C. Morundaá experinental: pérdida de sujetos durarte
la experimentrión y que afectan posibles
H. Interacción entre la selección y Ia naduración:
interacciones que en algunos diseños podria afectar
l¿ acción de la va¡iable independiente.
71 Eshtd¡o &ldésürc¡\a nfatn¡
Kratoch*'ill (1978) coincide en varios de esros factores y Entonces podemos concluir que la Validez Erterna
considera otros tales como:
A. Intetfetncia de intemeflciones mhiPles: en los casos
cuando se consideran dos o más tr¿tamientos sobre
1¿ misma se¡ie de datos, el resultado de la segunda
intervención puede ser debido a ésta como a una
conbinación de ios diversos rratamientos u¡ados. En
si¡tesis re alude a -¡crores de order, erecror
acumulativos, de interacción que podrian desvistu:r
los resultados.
R. Inest¿bi!¡l¿Á Fst^ se refiere a la variabilidad de una
serie de datos. Cuando estaes muygrande tai vez sea
riesgoso anticipar el efecto de 1a variable
independiente.
Segr.ú Campbell y Stanley (1978), Kretochwill (1978)
y Silva (1992), en los diseños que inplican series de tiempo,
La historia es el principal problema, p¡¡esto que estos
experimenros se extienden en e1 tiernpo; de esta manera
se increnenta la probabilidad de que un evento extraño a
la variaole independiente oscurezca su efecro.
Validez Externa
Campbelly Stanley (i978) define¡ la Validez E*er¡a
como "...1a posibilidatl de generalización: ¿A qué paHaciottzs,
situadones, oariables d¿ trataniznta y narizbLes de nedición
predz gnetalizarce *te efecto¡ (P.16). Achenbach (1978) ia
refiere como:
"...
h ex¿ctitad con h que x p*edm gmeralizar
las conclusiana a otros sujeros y a atras situacianes, .'¿ndn se
cree qre se apl;c¿n los ni:mos detetminanrev (p.89).
Kratochwill (1978) concibe a la Validez Extema cono el
grado en el cual Los res,rllados de un experimento pueden
ser generalizables a diferentes sujetos, arnbientes,
experinrntadores y algunas pruebas.
conside.acjones génerc¡es 75
\rce ¿l,.ion a o q¡e John.¡.n tleTq) Ce, om,n¿
Generalidad que no es orra cosa que Ia posibilidad de
unive¡saliz:r los resultados de una investigación, es decir,
que puedan .er aplirbie! ¿ úuo. \ureLo\. 'i.u¡ ione' o
r dpoell y ).¡'le\ lc78r L¡mbren ¡luder ¿, iero'
factores que pueden atentar conrra 1¿ Validez E)'xerna rales
como, el efecto ¡eacrivo de las pruebas, la interacción entrc
los sesgos de selección y la variable experimentai, e{ecros
reactivos de los disposilivos experimertales e interferenci*
de tratamientos múltiples. Pero tal como lo ¡esaltar Ca¡tro
(1e7e) y Krarochvill (1e78), los factores de los cuales
háblan Campbell y Stdley (1978) se refiere! nayorme¡le
a obstáculos pan obener Vatidez Inre¡na I
no Validez
EÍerna, po¡ lo cual nos acogeremos a los aspectos quc
expone Kratochviü (1e78)como posibles amcnazantes de
1¡ Validez Exrerna: Conside¡acciones acerca de ]a
población y de lamuestra Salidez Poblacional) y posibles
fuentes de invalidez ecológica o de1 nedio a¡nbiente
(val;dez Ecológica).
Estos tipos de valiJez apunLa¡ ¿ l¿ consideración de
ciertos xpectos tales cono; Descripción explicna de 1a
;, depenJienre. inrerferenc'¡ dc inrenen.rone.
'r:,Dle
múltiples, efectos de la información, efectos novedosos y
penurbadores, efectos del experimenrador, sensibilidad
al preresr, sensibilidad :1 poster, inle¡acción delosefectos
de hisroriae intenención, generalidad del referente, entre
or¡r5. No es nuestro obietivo describir cada u¡a de elld
sólo se quiere señala laimponanciade tenerlas en cuenta
. -ando .e hre .nve'Ligr.'ón y .c p'rr icr la ri.ma con
el fin de poder asegunr el máimo control posible y que
en consecuenci¿, los ¡esultados puedan ser universales o
aputen a la posibilidad de senerálin ión.

16 Estud¡o del désúóllo ¡nlú¡l
Criterios para garanlizar la val¡dez interna y la
valioel exlern¿ en los diseños de caso único.
Los criterios que nos sirven para garamizar la validez
interna y exrerna de un experimento dentro del Análisis
Conductu¿l no son tan disímiles a los de los diseños
tndicionales. SegG BirnbraLrer, Peterson y Soinick (197a),
. ivledición confiable: Los datos deben ser registrados
de manera objetiva y confiable.
' Iledición ,epn.d¿: Los d¿ros ceoe- 'egi'rr¿rse
periódicanrnte en el tiempo.
. Descripción de procedinientos y contextos: Los
procedirnientos de intervención asi corno el contex¡o
en el que se llev¿ cabo la invesrigación deben ser
descritos exhaustivame¡re, de manera que puedan ser
. Manipulación sistemática de la va¡iable
independiente: Esto con La finalidad de asegurar que
los ca¡rbios observados en la conducta son producto
de la manipulación experimental y no de orras
variables extrañ¿s.
I Posibilidadde réplicatanto direcra como sitemática
(Sidman,1975), con Ia finalid:d de establece¡ i¡
generalidad de Los datos.
Okas considéraciones melodológicas
En las investigaciones de c-:so único umbién hay
ot¡as dificultades que deberán ser tomadas en cuem¡,
entre las crales se destacan: La aiteración de fases o
experimentación, 1a comparación
con díciones du¡ar,te la
de intervenciones alternadas y 1a confiabilid¿d e¡¡re
observ¿dores (Silva, 1992).
La alrer¿ción de fases o condiciones drrante
la experínentación: Segin Silva (i992) no exisien reglas
Cons¡deacianes geneQtes 77
cldd en relación con la a.lternación de faes. Una que
generalmente se empleaes lade cambia¡de fa¡e cuando se
haya obsenado estabilidad en los d¿ros. La est¿bilidad
(problema altamente escabroso) se refiere principalmente
a la ausencia de tende¡cia y a una variabilidad
¡elativ¿mente pequeña en una ejecución dada. Por
consisiente, uno deberia obtener por ejemplo, línea de
b¡se esrables antes de inr¡oducir cualquier variable
.ndependi n,e. \in enodgo. p"dcro' crcorr ra ocrione'
en las cuaies esto puede soslayarse como cuando tenemos
una linea base con tendencia opuesta al canbio que
deseamos introducir Sazdin,1e80). ¡ero cu¿ndo es el caso
opuesto, es preferible espe¡a¡ a obtene¡ ciena es¡abilidad
en los datos, ya que lo contrario no nos permiriria afirmar
que los cmbios observados en ia va¡iab1e sea¡ debido a
1a variable independiente sino a cualquier orra cosa.
Además. la excesiva v¡¡iabilid¡d de los datos inter fe¡irá en
taconclusiones que se obtengaa del experimento (Barlow
y Hersen, 1988). Conlo 10 expone Silva (1992), e]úilisis
de la va¡iabilidad es bá¡ico en Anlisis Cordudual, puesto
que nos brindainformación acerca de 1ar posibles vaiables
que controlm la conducta.
Otr¿ dificult¡d en esre tipo de merodologia es la
rel:cionadaccn la dur¡dón de cádafde. ¡s¡epun¡o no se
ou.de ou por ¿ ro pue{o qLe el r¡rerig¡dor ne.eri.¡
datos a partir de los cuales hacer predicciones. Tampoco
en este aspecro hay reglas. Algunos aurores como Barlow
y He¡sen (1988) es¡xble.en que trcs puntos de daros es el
mirino rdmr:blc paa ob,er ar renden.ia. ¡ dererm.nar
parrones de ejecuc;ón. Johnsion (1972) señ:la que es
necesaric que cada fxe lo suficientemente larga para
sea
denostra¡ estabilidad y disipar cualquier duda de1
inves!;gador de que 1os daros de la lnvestigación son
sensibles y representativos de lo sucedido en el proceso
experimertal. Kazdin (1980) recomietrda que se puede
7a Estudió déldesarolló ¡hlmil Cansiderac¡anosgenetales 79

canbiar de f¿se cuando la váriabiLidad se acerca al r^ivel . El propósito u objetivo de investigación

medic de ejecución y cae dentro de un rango especiiico . El ripo de co¡ducu que se invesriga
durante cinco días o t¡nbién cuando la tendencia ' Las posibilidades de nanipulación de la va¡iable
obsenada en la eiecución ra en Cirección cont¡aria a la
que se esPera en eliraramienro. . El tiempo y recursos de que se disponga
La tomparución de intennciones aba¡wlat En este . ¡l mbiente donde se re¿liza el estL¡dio
caso, el invest;gador está interes¿do en demostr3r la . El grado de control experimental que deseeobrener
se
eleai vidad rel ativ¿ de di{e re¡tes variábles independientes ' Las grartia: de validez inrerna y eÍerna deL estudio
sob re el comportamiento. La mayoria de las veces es difícil . Y demás consideraciones de orden práctico y ético
deterni¡ar los efectos de la intenención porque éstos se Es evidente que no €xiste un diseño ideal, que su
pueden confundir por la secuencia o el orden de selección sebasaenlos aspectos ¡ntes señelados. En útima
presentación de las va¡iables implicadas. Estos efeaos, insrarcia el mejor diseño es aquei que permire un máximo
segun Silva (1992) se pueden atenuar de dos maneras. a) de co¡¡rol de va¡iables. un minino de i¡¡erferenci¿ de
int¡oduciendo mediciones de linea base ent¡e las vs,¡ble, en,¿na ) e' e.r¡blec,mienro
intervenciones y b)varlar de manera sustanciai el d¡eño, cenero de relacio¡es ent¡e lx vuiables independientes y
por ejenplo, empl€ando uno de linea base múltiple, dependientes esrudiadas.
multielemen:o, etc.
La conlüb idadmtre ob*mada¡et Debido a que en la
¡rrayor paft de las investigaciones sobre el desarrollo
inlanril se utilizan observadores es muy probable que
sucedan problemas en el registro de las respuestas que
puedar poner en duda la veracidad de los procedimienros
de evaluación y la consúrencia con la que se realizar, 1as
obsenaciones. Aqui la recornendación luirdamen¡al va
d-;gid...ario".'¡oos.a5egur¿-unbue-rnL rn¿mr€nto
de observadores, calcrnar la confiabiidad en pLurtos diferentes
del experimeoto y con diferentes cotejadores (Silva. 1992).

La seleccion de un diseño de in\,esiigacion

Anres de finalizar el apanado sobre consideraciones
generales d€ los diseños de caso únicc es conveniente ¿lud1r
a los factores que deben romarse en cuenta para elegir un
dneño. La selección de un diseño obedece a diversas
consideraciones entre las que podemos destácar:
 'l"iÍseños empteados en el estud¡o de
la conducta infantil desde el punto
dé Vista conductual

Existen muchas ci¡ificaciones de los diseños de ca¡o

único. Birnbrauer, Petersotr y solnick (1e7a)asoma¡ dos
categorías de clasificación: losdiseños de series ternporales
y los diseños rnúltiples. Hay ot¡os como Barlov y Hesen
(1e88) que lo hacen sobre h base del núnero de va¡iables
contenid:s en el diseño. No es objetivo de este trabajo
¡rata¡ de hace¡ una clasific.:ción de los diseños de ca¡o ú¡ico,
ni apuntar ias posibles considerrciones a1 respecro. Só1o
t¡¿ta¡emos de describir algunos de los diseños más
erttpleados en el Aná]¡¡ Conductual en relación co¡ el
estudio de la conduc¡a infa¡til.

Diseño básico AB
Il diseno AB represenra el fundanento de los diseños
cuxiexperinentales (Kratochwill,1978). Este diseño se
car:cteriza por la obsenación reperida bien comrolada
enel tiempo. Se tona¡ datos de la va¡iabte dependiente
durmte un periodo de tiempo en el cual no se imroduce
ring"r ipo de rrar¿mienro o vri,b.e. hno .e.on,rirL¡ye
en l¿ l,-er B¡5e o nr.el operure de' . omponamienro
lA) lNo,¡: homp.on y r.,,¿bow,ki. (te-2) diferenci¿ron
entre ia linea bxe y el nirel operute, dependiendo de si
I rerp:+ra ya .e en..enr¡¿ en el repeñorio del ,ujero o ,-
a2 Eslud¡o dél desarol¡o ¡nfan¡¡l
es condicion¡da expe¡inentalmentel. Luego de haber
obtenido estabilidad en esta mediciótr se introduce la
variable independiente y se sigue registrando durante este
lapso (B). Este diseño puede ser conceptuado como una
forna nejorada del dúeño de pre'tes¡/posrest
(Iiratochwill, 1978). Segun Risley y Volf (1972), el diseño
AB permire apreciar un can:bio en e1¡ivel de laconducta
y lamagnitud aproximad¡ de ese carnbio.
Sin enbargo, con algunas consideraciones ia
afirm¿ción anrerio¡ es cierta. Ba¡iow y Hersen (1988)
apuntan algunas limitaciones importantes de este
diseno que minan su validez in¡errá, Por eiemplo: es
diflcii afirnar que e1 cambio obsen¿do en la VD sea
debido única y exclusivamente a 1a VI manipulada,
puesto que pueden haber ocu¡rido una serie de even¡os
indepero'en enene de Lraramienro qLe renen o
mayor preponderancia o inter¡ctúan con la VI. Po¡
otro l¿do, en es¡e diseño como en ¡odos los denás, la
exigencia de la estabilidad de ia Linea Báse es
fundal11ental (Birnbraue¡, Peterson, Solnick, 1974). La
apsrición de lendencias en los datos a¡tes de in¡¡oducir
una \¡I puede acarrear problemas. Hay varias tendencias
que arnenazrn 1as conclusiones que se puedan obtener
' Tende¡cia en los d¿tos en di¡ección cont¡tia a la
esperrda en la interención.
. Tendencia en los datos en 1a misna di¡ección a la
esperada en la intenención.
' Gra va¡iabilidad en los datos de la linea Ba.se que
no permite apreciar carnbios.
De tod* eil*, tal cono lo ¿punta &zdin (1980)
podero. trb:i:r con la orimer;. pue.ro que perrite
apreciar cambios aún no siendo es¡able. Pero con lx dos
úl¡imas es ba¡t?¡te problenático, ya que esto Lo que
Esludio de la canducta inhn &
denuestra es que no hemos podido aislar posibles fuenres
de ,uima que e,r; co rolüdo el .omponmienro
Sidnd, 1925) y por taaro, cualquier
(Kerlinger, 1988¡
nodificación no podría ser a¡ribuible a la variable
m¿ripul¡d¿. In .írre.ir. podemo, re,rmir e,La.
deblidades a faaores de hisror;a y madur:ción (Campbell
y Stanley, 1978; Kratochwil| 1978).
En ¡esunen, el diseño AB es un diseño muy limitado
con respecto a 1a obtención de conclusiones de relaciones
luncio¡ales ent¡e eventos. Su aplicación se rcsrringe a las
sitL¡aciones en l¡cuales no es posible oua opción, por
ejemplo situaciones clinic¡, do¡de la¡ consideraciones
prácticas o éricas exceden en ¡¡rucho Ia deseabilidad de
comroi experimenral. Pero tarnbién cabe destacar, que
con el propósirc de sr:perar atguns de 1u dificuhades
propiar de este diseño y por su arnplia aplicación en 1a
clínics se hán int¡oducido una serie de conrroles que los
hacen má¡ utilizables @dov y Hersen, 1988). Se h¡n
int¡oducido medidas de seguinienro y medidas
concu¡rentes de conductas, lo cual pernne un mayor
control de algunar fuentes de v¡iación.
Diseños A-B-A
Con la finalidad de supera lx de{iciencia¡ de conr¡o1
del diseno AB se agrega una fase de llnea base (A). Es
decir, se ¡ealiz¿ u¡a medición de la conducra baio
coadicions narurals (A), lueso se introduce 1a \,1 (B) y
posteriormetrre se ¡etiraei rrataniento (A). Esros diseños
conjunt¿mente con rodas las conbinaciores so¡
deno¡nin¿dos en forma genérica, disenos de Inversión
(Barlow y Harn, 1988). Es convenienre etr este punto
hacer una aclnatoria que puede tenerse presenre. Cuando
se habla de es¡e lipo de diseño se aiude, en muchas
ocaiones, ranto al procedimiento para obrener el efecto
a4 Estudio deldesaÍotto ¡nfant¡|
como al efecto n1islr1o. Y esto es un cotrtrareúido. Será
relevante mántener presen¡e, que cua¡do uno habla de
;nversión o ¡eversión, se refiere al procedimiento para
obrener el efecto @arlow y Hersen, 1988). Este diseño
evidentemente permite aJirmar con un rnayor grado de
ceneza que los cambios observados en la VD son producto
de 1a 14 y si se realiza¡ diversas replicaciones en distintos
sujetos con ¡esultados ¡imilares refuerza el poder
expiicativo de la variable (B¡rlow y Hersen, 1e88).
A pesar de las ventajas, desde el punto de vista
experimental que tiene este diseño, sin embargo ofrece
algunas Limitaciones tales como: a) Cuando se uriliza en
conreno. cti¡:co'. el p:.ien e rerm-n;ni el rr:Lmrenro
en la fase A, ftsándosele los beneficios del programa de
intervención. b) Tal vez la limitación más imponaate se
refiera ala imposibilidad de aisla¡ con este diseño fuenres
de in¡erferencias de traramienro múhiple
(K.ratochvil1,1978; Ba¡low y Hersen, 1988). Es decir, no
pernite una comparación inequivoca de lar diferentes
inrenencioner deb'do a po,rble. electo, de recueoci¿ o
de orden f<azdin y Hanrnann, 1978).
. Aún no siendo uno delos rnÍ empleados, quniéramos
presenr¿r un ejenplo de 1a aplicación de esre diseño.
Walke¡ y Bucl<ley (1968) utiliza¡on un diseño de l¡ forna
A-B'A para an¿lizar los efectos de un programa
edu, ¡.ion¿l i¡dividu¡liz¿do en un niño de q xro\ que
presentaba una alta tasa de conducra¡ ina¡enrivx, 1o cual
interferia con su ¡endimiento académico. Dura¡re l¡ Linea
Base (A), se registró ei porcentaje de conducta de atención
que presentaba el pequeno en condición natural.
?osteriormen¡e, se in¡rodujo un prograna de puntos con
la finalidad de refo¡zar la conducta de atención @). La fase
(A) inplicó el retomo a las condiciones orisinales, luego de
va¡ias sesiones de entrenaniento. Los resultados apunran a
Estudió de la @nducta ¡ni nül as
l¡ posibiLidád de conrrold dicho comportamienro a rravés
del prograna de puntos ernpleado.
Diséño A-B'A-B
Este, al igual que otras combinaciones posibles es una
exre¡ción del d¡eño A'B'A. Observemos que aquí se
superala dificulbd de teÍmina¡ la intervención en Fase A
y también permite evalua¡ en dos oca¡iones los efectos
del ¡ra¡amien¡o. Usualmeme se ie denornina diseño de
replicación (Kratochwill,leTs).
Segrjn rstochvill (197s) presenta por 1o menos tres
. Diseños de ¡eversión: I-a segunda fase de Lín€a se puede
obrener por dos procedinientos: a) apiicando d
tntamiento a una conducta alterna pero imcompatible
o b) se altera la contingencia aplicindola sobre
cLralquier conducta nenos la que estaba siendo
.
¡eforz¿da E o).
Diseños de retir:da: La seglnda fase de I-inea b¡e
consis¡e en la descontinuación de la va¡iable de
tratamiento o simple reti¡o de l¡ nisna.
. ApLicación no contingente: En la segunda medición
de Lnea b.r'e.lx conrrngen.,¡ siguer e"e¡e,ropero
son aplicada de na¡era no conringe¡te sobre 1á
Este diseño conserva algunas de l*
deficiencias del
diseño A-B-A, en el sentido de no poder controlar los
efectos de intervención ñúldple, de difícil aplicación en
.otrductas iffevesible! (Krátochvili, 1978j Onh,Lop€s, s/
f,) y de considerables problernas prácticos y éricos.
Algunos ejemplos del uso de este diseño son los
.iguienre.: H¿il. For. \I/ill¡rd. Cold,mitn. Eme,.on.
Oven, Davis y Pórcia (1e71) llevaron a cabo un estudio
con u¡ nino retrsado de 10 anos cuy: conducta de habl*
A6 Esludio del desaialto inhnüt
fuera de riempo durante lacla¡e se había conve¡tido en un
grave problema. Dumte 1á Linea Base, el plofeso¡ resisrró
la conducta problema. Posterio¡¡renre, en la flJe B, se le
die¡on instrucciones at profesor para que ignorara la
conducta problema y prestua a¡ención a la conducta
productiva del niño. Las sesiones de Líneá bas€ 2,
consistieron en un ¡egreso a 1s condiciones de la prinera
medición. Por úl¡imo, se rei¡stala el procedimiento
experimental ernpleado. Los resuhados fueron ahamente
exitosos y se demostró en dos ocasiones que la variable
manipLrlada lue la responsable del ca¡nbio.
Así Inis¡no, or¡o eienplo, Handrickson, Srrain,
Trenblay y Sho¡es (1982), utilizarotr el mismo diseño pero
co¡ la finalid¿d de estudia¡ los efeoos de ]a a¡ención
desplegada por compañeros pra incrementar conducta
sociales en un nii¿ de cuat¡o años que presentaba
aislaniento social. También en esre caso los ¡esultados
Exfensiones del Diséño A-B-A-B
Ba¡low y Hersen (1988) nanifies¡á¡ que la liie¡arura
conductual aplicada esrá plagada de diversos ejemplos en
1os cuales se han utilizado erensiones y varianres del
Diseño básico A-3-4. Sesún esros aurores, esris
eÍei.ione. y o vd;M,e, pLeden .er &v.dido. en .i-.o
I : orimeru carego.r Jude ; l.l replca..ón cn .a
ocasiones del modeio bá¡ico AB, es deci¡, el dneno se
p¡esenta en ]a forma A-B-A-B-A-B. Esra pla¡ificación de
l¿ ¡dr¡inis¡ración de la variable independiente presenra
cienc ventajx, rales como | 3) comprobación de1efecro de
la Vl, b) prolongación del estudio hasta finalizar el
Estud¡a de ¡a conducta inlanil a7
La segunda caregoria se refiere a la evaluación de
oirer.¿s ré.nic¡s o Vt,obre un comporr¿TienLo
determinado. Sigue la fornr A-B-A-C-A con algunos
refinamientos dependiendo del objerivo del estudio y del
control que se puede introducir. En este tipo de diseno es
dificil comparar l¿ efectivid¡d dife¡encial de los
tratamientos involuc¡ados, pero pueden determinare 1os
efectos controladores.
La tercera categoria esurdia va¡iaciones conc¡etas de
un nismo procedimiento sobre la variabie dependiente.
Toma la lo¡na de A-B-A-B-B'-8"-B"'. Esras
investigaciones se han denominado comúnmente
I a.uanr.;rego,ia exmr¡¡ loc e¡eaos ¡nter¡Livo'
de dos o más va¡iables sobre un¡ conducta determinada.
La Io¡m: ¡ri co¡rún es A-B-A-BC-B BC. E¡ estos diseños
se a¡aliza ¡oto 1os efec¡os de cada variable por separado
corno en combi¡ació¡.
La quinta categoria alude al Diseño de C¡ite¡io
Cambiate, del cual hablaremos específicoente en el
Diseño de Criterio Cambiante
Iste diseño puede const:tuir una estrategia útil para
ponderar ei moldeamiento de programas con el fin de
in acelera¡ o dis¡ninuir conduc¡as. Har¡mann y Hall (1976)
proponen el uso de este diseño para evaluar los efectos de
procedirnienros de moldeamien.o; es deci¡, cuodo 1os
n.vele" de .onJrcl¿ irici¿l .on ,¿n b¡jo. que no pe, miLen
al experimenbdor regresar a 1a llnea base y adernár se
desea incrementar o disminuir paulativamente a los
. o¡por¡m enror. L¡ e.r¡resi" q-e.e
'ig!e es l¿,iBL¡ienre:
I¡icialmente, se obtiene unalíneabase para determinar el
nivel pre+ratamiento de conduaa. Consider¿ndo el

ú Estudto út .lesdtutlo nhntl
D'omedio de esla fase se er¡blece un crilero de
con.ecución de los eiecr os espe rados de ras conringencias
Posteriormette, en la condición de interve¡ción, Ias
. omineencias se adn;rir rarán con base en €l cnrcno
pre'
Un¡ uez alc¡nzado éste. se c¿mbi¡ el criterio
",Lableiido. cada vez más exigente hasia alcanzar el nivel
haciéndose
te¡mi¡¿l de comoonamienro C¡d¡ una de la5 t¡tes del
diseño se conuiene en la llnea base de la p'óxima En
sinresis, el Diseño de Criterio Cambiánte se concibe como
serie de diseños AB. en los cuales el efec-ro es rePlicado
"ne
consecutivamente con cambios en el criterio ftlall y Fox'
1.97n.
il cont.ol se demuest¡a si el cambio conduc¡ual se
córre\Donde crc¡n¡rnente al nivel del crirerioestablecido
y si se'obtiene una ejec.ciór estab e. Tai como lo expresa
kazdin e.te diseno presupone '. ',4¿ e\¡recha
1ioS0l.
,onestandcn u m¡¡e e! crttoiá 1 la condtcu a lo laryo tul
ursa tu la lasc fu in¡rntncidt?' (p lb0). Porsu pane Hall
v For {loi4 han reiarrado un xpeao imponmre de este
i;..¡. u n,*
"fecra,u
ualidez inrerna En el caso de que
* tontJ rn..s' t..Ft correspondenciaentre aconduoa
".
r el ,nierio esrablecido er muy dificil decir que se ha
á'.r"'r¿" .l conrrol y. en con<ecuencia l¿s
inrero.er¡oones de los daros pueden ser equi\ ocas Prro
elto Dodri¡ soluenta.se en p¡re con el empleo de una
reveriión en el senddo de regresa¡ a un criterio más bajo
ya logrado y viendo después al criLerio más csrrioo
"o
OL¡os asoecros oor considerar en esre diseño son' La
longi'ud de ia linea baw y de las diversas t¿ses de
tratámienro, la nagnitud de los cambios er €l criterio v
el número de fases o carnbios en el criterio (IJanmann y
Hall, 1976).
En cuanto a la longitud de la línea base y de las divenas
fases re recornienda que las l¡¡es se¡n lo sufc:en erirenLe
Est\dió de ¡aconductainfantil 8g
largas para xegurar que los cámbios coductuales no se
,leban a efectos de la histo¡ia maduración o facto¡es de
rnedida. Tanbién se aconseja que 1as fases tengan diferente
longirud, y, si son todx igúales, incorpora una Línea
Bse m.!s l¡rBr que l¡! raer erper rmenrales pra grmLiar
que loscanbios no oc,.rrren por los cambiosenel criterio.
También se exige estabilidad de 1¿ Linea Ba¡e o a lo sumo
que rendencir \e¡ opúe\,á ¿ la del .ambio que.e
'u que la ere,Jción en,¡C¿ f¿.e.e¿
pretende. )
iuficienremen¡e est¿ble con el fin de poder pasar a Iafue
siguienre.
En relación con }a rnagitud de los cambios de crne¡io,
se estima que el rarnaño de los canbios en e1 cri¡erio debe¡
ser lo suficientemen¡e grandes como para que s€an
En cua¡to al número de fases o cambios en elc¡iterio,
ello depende del númao de replicaciones que se consideren
necesarix p*a demostra el conrrot experimental
Ejemplos de la aplicación de erte diseio los reponan
Hall y Fox (1974. Inun c¡o se trató de disminuir 1*
conductas disruptivas presentadx por dos niños en edad
escola¡. Esras conductas inte¡ferí¿n fuertemen¡e el
aprendizaje de los niños, en espedal en el área de
matemáric¡- los ¿utores toma¡on ¡egistros de iínea base
del número de probleno de aritmética (Sustracción y
División), posteriormente elabora¡on 1os c¡i¡erios sobre
lo' c¡¿le. ¡dmin¡r¡¡¡i¡¡ os rerorz¡do'e' (Re:e'o I i"g¡
bcketball), partiendo de un c¡iterio inicial sus¡entado e¡
e1 pronedio de problernar resueitos correchmeme en 1a
Linea Bue. Los resultados fueron exitosos y se demostró
de manera alt¿¡rente satisfactoria el control experimental
p re.ro que lo. .¡mbio' .onciucru¡le. 'e ¡cer.¿b¡n
;,' *.h,.""*, o, crire-los e.r¿blecido'. I n el orro cao,
los autores trabajdon con un nino de 10 anos de edad,
sA Esudio del desarolla ¡nfantil
diagnosticado como retrdado educable y cor espina bifida.
El problema fundaaental era que este niño no podía
conpietar ia caatidad estimada de rnbajo, a menos que el
naestro trabajase con é1. Por ello se obtr¡vo la Linea bxe
del núnero de asignaciones realizadx de manera comple*-
Posteriormente, se introdujo la variable independiente,
que e¡ esie caro era un¿ economí¡ de fichas co¡ la finalidad
de incremen¡ar el número de arignaciones completas
aunque siguiendo diferentes crherios. luego se incorporó
u¡a fase de reve¡sión y por último se ¡einstau¡ó el
pro edim,enro de economi¡ de rchx. Imbrin en e.re
cxo, los ¡esultados tueron existosos y se demostró control
Diseños de Línea Base l\4últiple
Este tipo de diseño es posiblemente uno de los má¡
usados en Aná.lisis Conductual Aplicado Stratochwill,
1978; Baer, V¡olf y Risiey, 198f. Se empiea cuando se trara
de lograr ca$bios pemanentes, cuando se supone que la
condutaes irreve¡sible cono porejemplo enel caso de lu
conductas concepruales (Orth-ropes, s/1) y cuando
ccnsideraciones prácticas o é¡icas limiran el uso del
revesiótr (Ba¡lov y Hersen, 1988).
Existen t¡es va¡iantes básicas: etrtre conducta, entre
sujetos y entre situaciones,
Diseña d? L/nea Base entre conrlucttzs: En este cxo. se
toma¡ lineas Bue de dos o má¡ conduc¡¡s, las cuales se
suponen son independienles fr¡ncionalnente. Un¿ vez
ob¡enida es¡abilidad, se inrroduce 1a variable
independiente en ura de ellx.¡'e . onr :n:a el regisr ro er
las or¡as corduc¡as. S; se obse¡va un cambio en el
componamiento tratado y ninguno en los otros se aplica
el tratamienLo en la ,eguoda, onducr: ¡ ¡i
'u.e:iv¿menre
ha.sta que la vuiable independiente ha sido aplicada a todas
Estud¡o de ]a conducta inlannl 91
1¡ co¡ductx. Se debe alcaa es¡abilidad de la Linea Bae
utes de cad: aplicación.
Sarlow y Hersen (1988) prese¡¡an una list¿ de
ejemplos de dife¡entes investisaciones e¡ lai cu¡les se há
empleádo el d¡eño de LineaBde Múhiple. A minera de
ilustración presenr:remos una aplicación de esre diseñc.
Berler, cros y Drabmán (1982) u¡ilizdon un d¡eño de
Línea Base Múltiple entr€ conductas para evaluar la
efectividad de u¡ entrenamiento en dest¡ezx sociales
aplicádo aires ¡iños, con edades comprendidas entre los
8 y l0 ¿;o.. qre lue-on etrq"etrdo. .ono niño, .on
problemar de aprendizaje. El ent¡enamiento i¡cluía
modeiaje, ensayos conductuales y feedback sobre la
ejecuciótr. ras conductas ent¡enada¡ fue¡o¡, contacto
visual du¡an¡e la conversación, respuestas verbales
adecuada: y duración de l¿ conversación. También se
tomaron medidas socio¡¡étricas. Los resultados indica¡
que niños con problenas de aprendizaje pueden ser
entrenados y adquirir dest¡ezas sociaies ap¡opiadas en
situaciones de juego. Sln embargo, no se ob¡uvo
generalización de esros comportamienios a otras
D6pña d" L:nea ?a'e M;t.iplc"sfte.'ipto,: ü prrr,,)pio
es e1 nismo consider¿do ¿nteriorme¡tei es d€cir, se
desplieganen pralelo los datos de unaconducr.apanicular
en diferentes sujetos. Posteriormente se aplica la vriable
independiente sobre el componanienro de uno de ellos.
Cuudo se observen c¿mbios en esta co¡duc¡¿ en r¡no de
los sujetos y no en la de 1os otros sujetos, se aplica el
tratamiento al individuo siguienie y asi sucesivme¡re se
va¡ inteni¡iendo los dem!.
Ejenplo de esre tipo de diseño 1o presenta:r Jones,
K¡zdin y H?¡ey (1980. El estudio tenia como propósito
iundmenr¿l ev¡lu¿¡ lo. creflo' de Jn enrren¡m-emu en
 92 Estudia del.téB,ono inhit¡l
habilidades de escapar del fuego en una emergencia, en 5
niños cu¡santes del tercer grado de educación básica. El
enrren¿miento consistía de insrrucciones, moldeamiento,
model¿miento. rerro¡limenr¿ciór reforzamienro
) sujeto. Enel Linea Base Mtiltipleentre sujetos, una variabie
exrerno y auroaplicado. La variable dependiente era la
respuesta de escape correcra medida como porcentaje. Se
¡ ili¿ó el o'seño de Line¿ B¡re MúlLiple entre sLieror pár¿
evaiu¿r la efecividad de este paquete de intervención. ios
resultados indican quc los niños adquirieron las
habilidades de escape del fuego cuando en cada uno de
ellos se produjo la intervención, pero luegc de un
Esntd¡odo ]a .ontu.ta nnan¿l ,3
En ¡esu¡nen, en el Diseño de Línea Base Múitiple entre
conduct¿s, una variable independiente es aplicada
seruenci¡lmenre ¿ conduaas inde¡ndiente: de un mismo
independiente es aplicada secuencialmente a la misma
conducta a través de sujetos distintos que companen las
mismas condiciones experimentales. En el Línea Base
Múltipie entre situaciones, una variable independiente es
¿pl.cad" .ecúencia;menre ¡ ra co-ducra de rr mismo sulet o
¿ través de situ¡ciones diferentes e independientes.

seguimiento de 5 neses se encontró que tales conductas
hablan disrninuido; por lo que ios autores recomiendan
hacer seguiniento de las iltervenciones, puesto que la
durabilidaddel cambio conduaual no debe ser u,ra medida
secundaria de los efec¡os d¡l enrrenamiento sino rn arpecto
de suma importancia por considerarse en cualquier
esrudio.
Duño de Líne¿ Ba'c M;liple e4tre tu^tane::
Signiendo el mismo principio, un tratamiemo es aplicado
sectencialmenre a un ú¡ico sujeto o a un grupo a través
de d r e<¿s riLu¡ciones independientes enrre si.
' Ollendick (1981)empleó una estrategia de Linea Base
Mütiple entre situaciones para el evaluar 1a efeoividad
del automonito¡eo y autosobrecorrección sobre la
conducta de rics (guiños) que presentaba un niño d€
años deedad. Tal conducta comenzó cuando elniñotenía
5 años. Lar situaciones consideradas para elestudio fueron
la escuela y e1 hogar, iniciándose el rraramiemo en el
colegio. Los resultados obtenidos dan confirmación
positiva dei efecto dei rraramiento sobre la disminución
de los dcs tanto en laescuela cono en elhogar. Además,
resaltanen elestudio los indices de confiabilidad v la fo¡ma
en que fueron obtenidos.
Sin enbargo, debemos dest¡car las bondades y
litrrione. de ese ripo de d.seio. 5i bier es cieno que
este diseño se conviene e¡ una aternativa viable para
cuandotenemos casos de conductx irre versibles, cuando
deseamos un ca¡¡bio conductuái perm¿nente o cuando
las consideraciones é¡icas y prácticas no nos permiten la
aplicacrón de controles más depundos, sin embargo no
es menos cieno que es un diseño débil, puesto que
demuest¡a su coúrol de na¡era indireaa; es decir, se
infiere e1 resul¡ado en l¿ variable dependiente a panir de
lo:ucedido en l¿s orns conduaas. su,eros o siruac;one'
tratadas (Barlow y Hersen, 1988) Aden:ás, la necesidad
de obtener lineas de base estables hace que se enplee
dcma'i"do iempo¡ ertueao.enesoeci¿l.nel monitoreo
11
de datos (Kratochwil1,1978). Por otro lado, es
inprescindible que las conductas y situaciones sean
independientes, puesto que si se observ¿n cambios en
aLguna de elias cuando no han sido tratadas, el ccntrol
experimental es dificil de denostrar y 1a interpreración
de los da¡os se oscurece (Kazdin,l9eQ. Por úitimo, en
esteripo de djseño tampoco se eliminan los posibles efectos
de secuenci¿ de los ¡ratamientos (Itazdin y Hanmann,
:
i978; Onh-Lopes, s,/0, y Kratochwill (1978) apunra
algunas consideraciones que podrian tomarse en cuenta

;-,
94 Esfi\,lió ticldaen llo inlánt¡l
pará mejorr el control en estos diseños; po! ejenplo:
irtroducircuado seaposible, fses de reve¡sión, aesuld
independencia funcional & conductd y siruaciones, tomar
un minimo de t¡es o cuatro línes bxe.
Diseño l\4ultielemento o de Condiciones
Alteñaaies
Ei p¡ime¡o en asona¡ este tipo de diseño tue Sidna
(1975) llamándolo "Diseño Line¿ Bxe Mul¡ielemento,
pero tal como lo exponen Ulnan y Sulzer'Az.a¡off (1915),
el no¡¡bre Diseño de Condiciones Alternaates puede ser
igualrnente descriptivo. Éste se r¡tiliz¿ cuando se desea
evalua el efeao de dos o nás vaiables independientes
sobre un componamiento deterrninado, y segun Higgins
y Báer (1e8e) podría ser considerado corno un tipo de
d:.e'o de reve¡.ion (nu.h.:s rever,ione. en tienpo
mlnimo). Resurnidanenre consiste en 1a presentación
alternada & condiciones de línea bxe y experimentales,
ya sea en forma aleatoria o siguiendo algin progrea
.i.rem¡¡co. cenrro de un¿ mi<m¿
'e'ión o errre.e'ione'.
El diseño involucra l¿ nedición repetida de 1a conducta
'b¿io condiciones disd¡ni¡ables alte¡nad* de 1¡ vdables
independientes. Según Kratochwill (1978), e1 d¡eño
multielemento es untipo dediseño de progrma múltiple,
debido a que 1a única diferencia es ¡écdca, en un d¡eño
de progrda múltiple el empieo de una contingencia de
¡eforzamiento se h{e bájo un programa específico
asociado a cada estínu]o, mienrras que en el caso del
multielemento no se¡e¡1izaesto. Porot¡o lado. el control
experimental se demuestra cuadc se desarrollan patrones
diferenciales de respuesta arre cada siruación experimental
Ulnan y sulzer-Aza.roff (1e7s) resaltar una serie de
ventaj* que presenta este dieño,
Estud¡o d.la éandrctt ¡nlútit ls
A. Permite trabajar con conductas irreversibtes o cu¡z
tasa sea m€nos propensa a 1a reversión después de
presenraciones prolongadas de una viriabie
independiente
B. E-sapropiado para analizar conducta: complejas y
eroeci¡lmente aco:uejrble prn risiar Ios efeaos de
vanables conrrolanres inre eta.ionadd.
C. Permite ev¿lua¡ el efeao de dos o más va¡iables
indep€ndientes sobre el comoorramienro.
D. Habilira la posibilidád de mnc|¡ir el estudio con
relariva rapidez.
E. Es convenienie su uro cuardo rcnemos Línea¡ de Base
muy inestables.
F. Tiere -¡yor ¿cepració- por pane delpersonrJ de una
insr.rLcjón. te¿ ho,pi,á ¡ria. escotar o empreiá-iat.
G. Mirl'niza 1or efeoos de v¿ri¡b.es exr r¿ñas r¡les como
los de .ecuenci¿ o el con¡r¡sre conduau¡l
Onh-Lopes G,/0 desracá que aó¡ ¡eniendo todu esa¡
ventajas, cuando e¡ muchas ocasiones se esrudian
co-ducrás conc€pLu¡les o dorde e a2rendizrje requiere
de creno Lrempo. esre
'ipo de dseio no ofrece roo¿s l¿s
9run-ias de conrrol: pues'endrá oue ¡seglr¿ne q-e el
turer o adqJir,o e comporarerro y podria- conf.rndi¡se
los procedimienros más erec.vos. T¡n o ét .omo Kazdin
y Ha¡t¡lrann (19l8) r€corniendan introducir un¡ medida
de pre+est ypost,tesr, además de finaiizar la intenención
con el -"ramento q-e -aya demosrrudo ser mas ereo ivo.
T.mbiin será convenrerre no róto conr-¿b¡l¡ncear los
'¡".¿mienros. s:no h¿certor bie" di(crnina,ivo.
p¡ra
disminuir efecros acumutarivos @arlow y Henen, 11i88).
O endck. Shaprro y Ba..err (1981) ltelaron á crbo
un es,ud.o donde prerendián e!alu¿- to< efecos de oos
tr¿ amierLos tresricción rrs:c¡ ¡ robrecor-ecc.on con
pr¿crca po.rl.vr) \e-rus e -o rr¡r¿m;enro, en l¡

96 Estud¡o del desaro ainbnlil
disminución de conductas eslereotipadai presenhdás por
t¡es niños con retardo en el desarrolio y trastornos
enocion¡1e,. Adic'on¡m.nre.,e.nrrodulo e) t-:' nien o
ni electivo ai final de la intenención. l.os resultados
indicaron patrones diferenciaies de respuesta ante cada
condición de tratamienb, aunque todos siguieron 1a
rnisma función; pero la magnitud de cambio favorecia a
u¡o u orro ¡ratam;ento dependiendo del cao. En uno d€
los niños, la variable independieme m,i.s efec¡iva fue l¿
práctica positiva mient¡¿s en los dos resta¡nes fue la
¡est¡icción fGica.
Alfonzo, Bermúdez y Calleja (1990) emplearon un
d¡eio de condiciones altern¡¡rtes con 1¿ finalid¿d de
evalu¡r 1os efecros de dos tipos de contingencias de
¡eforz¿¡niento orient¿das al grupo (I¡E¡dependienre y
Dependiente) frente a1 reforzamiento no contingente sobre
la corductr c¡eativa- El fac¡or de Crea¡ividad reforzado
en todos Lcs cxos fue Fluidez. Los resultados indica que
ias contingencias de reforzamiento produjeron cmbios
susranci¡les sob¡e la conduc¡a medida pero no se
obse¡varon efectos diferenciales ante cada tipo de
contingencir ?or otro l¡do, se evidenció la generálización
de un facto¡ entren¡do (Fluidez) a otro no entrenado
(originalidá$.
Diseños balanceados y contrabalanceados
Istos dieños se ernpiea cuando el invesrigador
rnLeres¡do en ev¡lua¡ l¡ e ecu.ión de
'¡io. 'JjF o(. pero
mr¡'teniendo el prircipio fundamental de que cada sujeto
actú¿ coúro su propio control. ?ermite co¡trola¡ faao¡es
de hisro¡i¡, secr¡enciación de condiciones experimentales
y orden de los mismos. T¿¡abié¡ se pueden hacer
comparaciones ranto intra como in¡e¡.individuaies
(Castro, 1979).
Esfud¡a de la @nducta ¡nlant¡¡ 97
Diseños balanceados
Este diseño se carac¡erize porque c:da sujeto (o cada
grupo)es sometido a todas las condiciones experimenrales,
solanente que 1os diferenres grupos o sujeros pasan por
d¡h x con¡licion es en dife¡e¡te o¡den. Este diseño no sólo
permite ev,iuar el efeao de lu vaiables independientes
sobre 1a variable dependiente sino también los efectos
'e'iJuJr. que produ.e J' , ,rsi.nro en el '.gri.r.c 1
los efectos de orden en que se presentan lx condiciones
espcr incrrale'. Ademj.. pe, mi,e como¡r ¿.ione' r-t, ¿,
inter-individuales (Ltnderwood, 1e72).
\eg;n, auo ' Iq-e,. puedenprsentavdel.r 'iguien'e
A-B.A.¡
B-A-B
En est€ cáso, el diseño puede extenderse en forma
hor.-onr¡1.'o cu¿ indir¿ que ei m..mo .u;elo o grl¡o oe
suietos son so¡¡etidos ¡ la secuencia correspondiente.
B, ABA,BAB ó ABAB.BABA
A$e..rr a.egu-ando unr rep i.¿"ion rnLr$Lrero \
ei guión indica que deberá t¡mscu¡rir un periodo de
liempo lo suficientemente prolongado para que la misma
unid.o crper rmen, al pred¡.er.ome'd¿ ¡.¿ or¡ ¡'e.¡er.i¡
¡ del diseño t evitar posibles efectos acu¡¡ulativos.
I
I
Callro (1e7e) señala vai¡ razones para preferir el
prirner tipo de balanceo sobre el segundo: a) realrnente
I
esrá
ningrn diseño balanceado cancela 1os efectos acumul¡tivos
sólo pone de m¡nifiesto los efeoos de orden, y b) es
prclc,ible uriha <u1eto. rndepe rdientr er c:de.ecuencia
I precisamente para resaltar las posibles relaciones
t' funcionales que se estén invesrigardo.
Raqel (1ee0) 11evó a cabo un estudio en ei cual evaluó
I los efectos de dos estrategias de enseñ¿nz¿ de la
1 clasific¿ción en niños en edad prescolu. Paa ello ernpleó
I
i
9A Estud¡o del dasúolo ¡nfanll
un diseño balanceado con dos grupos exp€rimeniales,
donde el orden de presentación de las condiciones
@nqeñar una dinensión vs Enseñar dos dimensiones)
fue dife¡ente para cada grupo. Los resultados de la
investigación mostr¿ron la posibilidad de que es más
efeclivo enseñar primero una dimeirsión y luego dos, en
vez de la secuencia contra¡ia.
Porsu pane, Lacasella (1981) realizó una investigación
cuyo objerivo fundanenral era evalu¿r los efectos de dos
ripos de conr.ngencias de reforramiento (Retoz¿rnienro
Descriptiro'Social vs Reforz¡miento Social) sobre la
conducta c¡eativa en la actividád de collage. Uiilizó
diseño balanceado con dos g¡upos experimeniales, en
donde el o¡den de presentación de lss variables fue
diferente para cada grupo. También se incluyó ua Grupo
Co¡t¡ol al cual no se le administró ningún tipo de
conrrngencia. Aunque lo. resr.r tados no perrrrren
evidenciarlasupremacía de untipo de refo zamiento sobre
el otro, hubo un mayor incremento de las conductas
cL ando est¡b¿ vige-re e Re ozamiento De"cripri'o-
<oci¡1. Por or-o lado. :e concluyó que lat cortingercl¿s
de refozamiento produjeron inc¡ementos sürt¡nciales en
las conductas refozadas.
Diseños Contrabalanceados
Segun Castro (1979) se pueden ciasificar en diseños
contnbalarceados completos e incornpletos, dependiendo
de sise pueden presentar todas las combinaciones posibles
de las condiciones. Están caracterizados porque cada sujeto
o grupo de sujetos es sometido a toda! las condiciones
erper:renutes. ¿unque deb¿n (egu;"se la. "it-ientes
A.
Cadaunidadexperimental es sometida una vez a cada
co¡dición.
Esfudio d6 ]a @Dducta ¡nfant¡l 99
B. Los diferentes sujetos pasan por cada una de la
condiciones en diferentes órdenes.
C. Los grupos o sujetos deben ser aripados al azar a la
dive¡sa condiciones.
Re¿lmente en esros diseños y por Io general no se
enplea la tecnologia & tinea Bxe y no hay replicación
intra+u jeto o intra-gnpo.
I
Villalba (1983) evaluó el efecto de dos tipos de
l
instrucciones (En referencia sólo al arpeao relevante del
esrímulo vs En refcrencia a 1os xpectos rele"antes y no
¡elevan¡es de1 estínulo) sobre la adquisición de una
r!
ú dbcriminaclón visu¿l en ninos preescolares. Para etlo,
utilizó un d;eño contrabala¡ceado, dondese tomaon en
cuenta tato los sujetos,l:s condiciones experinentales y
la taes por enseñar. la aurora justilica la selección de
tal diseno debido a que le permitia controlar los efectos
del orden de entrenamiento, l¿ in¡e¡¿cción de las ¡a¡eas,
elripo de instrucciones urilizadas para su enseñarzay la
posibles diferencix en dificultad de las r¡¡eas. Asimismo,
lar variables edad y sexo fueron con¡roladas al bala¡ce¿
los grupos de foma que los sujeros quedasen equiparados
en est¡ caate¡ísticas. Los resuitados deesrain"estig:ción
de¡rost¡a¡on que es rnás efeciva ia instrucción, que
incluye infomación tarto del aspecto relerarte como e1
irrelev¿nte, en relación con aquélla que sólo incluye
información sobre e1 xpecto relevante del estímulo, puesro
que instiga la conparación entre dichos estí¡nulos.
Por otra parte, Englert (1985) empleó un diseño
con¡rabalanceado con el fin de evalua¡ el efecto de la¡
instrucciones y la e*inción co¡no técnicas de correccióo
en el tos,o d. u-¿ di. -imina.ión ,isu¡t en liio.
p, ec
"
ol*e.. L e'di,eño,econ. ide.ron rrro lo,.ujero'.
ls taeas y los procedinienros de corrección. Igualmeme,
lo. {jeLo' fueron bJ¡n.erdo'.on re.pe.to al *xo 1 ir
i
 Estud¡ó dé la conducta infantil 101
1oo EstLd¡a dél désaÍallo ¡nfart¡!

1996j Maninez y Mucci, 1997; Llindis y Messina, 1998;

eüd. I-os resultarlos confirmaron que 1a eninción funciona
Srefanile, 1999). Todo 1o expuesto anteriormenk no h¿ce
cono un procedinierro má efecivo en el logro de una
olra cosa que destacar nuevamente la imponancia del
discrininación visual. Poro¡ro lado, eluso de 1: instrucció¡
control erperimental pa.'a demos¡ra¡ ¡elaciones f uncionales
de¡¿ll¡da era necesa¡i: solamente pan ia adquisición de la
entre eventos y asi pernitir laconstrucción de una¡eoria
resp uesta deseada, pero posteriormenre podia ma,rtenerse
del componmiento.
con una ninina instrucción.
No po.iriaños finalizar este punto sin hacer referencia
á que los diseños ln.es expuesros son sólo una
demost¡ación. Ellos se e¡igen como 1a estrategiabáica de
abordaie en A¡lún conduc¡r¡al. También en ar¡ de la
búsqueda de un mayor control experimeotal que nos
pernita afirn, ar con mayor precisión las relaciones
encont¡ad¡ ent¡e eventos, Los diseños experimentales se
'¿ " \n crdr .ez mj. co np'no. pero ,ien pre
consenmdo los principoios b*icos de 1a investigación
de caso único enr¡e ell¡s: las medidas repetidas en e1
tienpo, el sujeto cono su propio control, y el canbio
rápido de var;ables cuando se identifica la fuente de
variarza. No podrían hacerse afir¡naciones rce¡ca de c¡¡les
.o, lo' d:vño emp)e"dor er 'o. L riro. L,empo'
rs
puesto que exigiria una inversión de estuerzo que excede
esre trabaio, pero sí se pueden resal¡a¡ los intentos de
algunos invesrigadores por alcanzar un mayor control
experimemal, cono por cjenplo Kazdin y Hanmánn
(1e78), quienes sugieren el enpleo del diseño de
I -¡.¡ ie-,o sin¡lLrneo. donCe
'e .orb:na
e.tr"teg ar
de los diseños de Llnea Base Múltiple, de Crnerio
Canbianre y ?rogranlas nrúltiple. Asi mismo, otras
po.ibil.drd,. ¡ ¡on¿Onh.looe. l.'r\. l-¡ e.c m,.mo
sen¡ido, en los últinos ¿nos, en el Insrituto de Psicologia
y la Escuela de Psicologia de la U¡iversid¿d Ce¡tral de
vcnczuela se han lle"ado a c¡bo estudios e¡ los cuales se
han combinado diseños de grupos t¡adicionales o
cuulexpedmentales con diseños intrxujeto (Lacasella,
.. -.:: Genera¡¡dad de los hallazgos

Tal como 1o resal¡a Ke¡linger (1988), la generalidad

de los hall:zgos es unade las netas inplícitas de la Ciencia.
\in e l¿. l¿ l¡oor cienruir quedlir
circunscrita y no permniria en úl¡ima instanci¡ la
consr¡ucción de una teoria. Posiblemente deberiamos

Para johnsron (1979), la generalidad

....r ¡efie¡e a ]a ui"e¡salid¡d o replicabilida<! fornalmeme
o,o.¿do :.¿pred.'e. del.nid¡.omo, .,r¡. erq . ".
de los dá¡os nLnéricos o ;terpretaciones verbales de los
da¡os, los cu¡]es descnben ¡lgú signi{icado (efecto) nás
allá de las ücüsmatrciás de sú oisen, (p. i).
Is decir,1a generalidad tiene que ver con la posibilidad
de que los resultados obtenidos sea¡ aplicables a otru
circunstucix que difieren en aigún grado de la siruación
original (ohnston y lennypacker, 1980) y por lo tano
en alguna medida es equivalente a la v¿lidez externa.
Joh¡slon (1979) resalta sob¡e 1a base de 1a definición
anterior, diversos tipos de generaiidad en los cuales puede
esra¡ inte¡esado el investigador, dependiendo de su
objetivo. Por ello dúringue la Generalidad eztre y la
cene¡alidadásobre la ba¡e de si se refiere ala generalidad
de las relaciones funcionales en¡¡e las variaciones de
respuesras del sujeto y el ambiente experimental
104 Estudio del desaÍollo infant¡l
ftenaalidad entre) o si se refiere a las caracteristic.ar
de la relación (generalidad de). Expondrenos el esquema
que propone e1 autor, por considerar que aclara esta
distinción.
Ge nerali dad
EN TBE
t"z Generalidatl entre EEec;a se refiere
de que lo, hatlwgo' experimenr¡le. er.onrr¡dos er
erpecie oiologrc¡. gene-¡liz:ble. a lo' 'ureto' de
'e¡n
especies (Sidman,1975).
La Generalid¿d entrc S ietos se refiere a l¿
repre'enr*ividad de lo. \alla:go. enrre surero.. es decrr.
...;ha,ta 4xe pnto es ate rc' taio, "elr*entattuo dz ot"os
organ;snos .te aa apecie?" (Sidman,1975j p.5a).
La Gmoalidatl entre R*p46¿¿5 álude a la blr¡queda
,de unive¡salidad de una ¡elación tuncional e¡tre clases de
re'puertar diferenre' ,: la in!e\rig¿d¡ 0ohnton lqT9l
Lá Generdlid.r,t entre Anbienta también aputta a la
po.ioilid¿d de genc,¿liz.¿r lo' brllazgo'encortrado' en
u.¿ 'i',^'ón. po..jemplo desde elambieor< experinenral
a otros que difieren en algún grado, corno el anbiente
namral (]ohnston,1e79).
Ld I a,i aples,e retiere ¿
Genet at,d¿d J? las . u na
oariabLe o cLxe de pa¡iables d¿d¿ es releunte nás allá de
los canf.nes ,le un exper;mento concreto" (Sidma\' t975i P.
64).
La Generatid¿d de los Mé¡o¿or h¿ce referencia ¡ la
demost¡ación de 1a generalidad de las récnicas
Geneñlda.t de tas ha azgos 105
propix a la replicabilidad de 1os efectos
experimentales¡ es decir,
de los procedimientos sob¡e una conducta. (Guevará,
199a). Tal co¡no 1o resalta Johnston (1979) tanro la
generalidad de variables y la de mérodos alude a 1a prne
de la ¡elación funcional ¡eiacion¿da con Ia variable
independiente.
I'1 Generalid¿¿ dN las Praresos apunra hacia el lado de
1a variable dependiente en una relación funcional, y se
refiere ala generalidad de una interacción de va¡iables,1a
cual podria ser llamada proceso conducrual, o a la
generalidad de la relación tuncional obtenida Sohnston,
t979).
a la posibilidad sidrú3¡ (1e75) ha fo¡mulado dos procedimienros par:
un¿ garántizar lá búsquedá de generalidad de los hallazgos
desde una perspecriva co¡ductua1. Is¡os son la réplica
"tr¡
directa y 1a rép1ica sistemática. Barlow y Hersen (1988)
adenás xoman otro tipo de #plica que es muy común
en la investigación aplicada, la cual es la réplica c11nica.
La replica dírecta es óeÍinida como ....la repeticíón,
cla t,a.ta pot"l ni,'4o ex?ntettador. & un etprinento.
(S;dm¡¡, 1975i p.79). Ésta segin el autor, puede llevase
acabo de dos forma' repitiendoel experimento co¡ otros
.u ero. o -epir iendo obse¡w¡.,ones er e ri.mosuieto.
ls
Es evidente, que 1a primera de elix puede xegurar l,a
generalidad de 1os resultados mientra que 1a segonda dr
mas pruebas acerca de las fiabilid¡d de los datos.
Barlow y Hersen (1e88) resumen una serie de
conside¡aciones que deberán tom¿rse en cuenta pa¡a
si realizar una réplica direoa en la investigación aplicada:
A. Manrener los terapeutas y contextos consla¡¡es a 10
largo de la réplica.
B. Tratar qr.re los ¡ras¡ornos abo¡dados sean lo
sulicieflt€meme simila¡es, desde el punto de vista
ropográfico por Io nenos.
106 Estudio dei desaro o ¡nlanll
C. Manrener una correspondencia 1o n,is cercaa posible
de lx pacientes.
historias de 1os
I). Aplicar de manera uniforme el procedimiento a cada
sujeto involucrado en la réplica.
E. 5e,e(omiend¿ u¡ ñperimenro ) rre. rePli.a eñro'¡
co' a f;nalid:d de dr por Lermirad.la répl:ca dire.ta
y pua a la réplica sistemática.
A panir de la réplica direcúa, tal como se metrcionó
ánreriorm€nte, puede obtenerse la generalidad de los
resultados ent¡e suie¡osj pero no podemos responder
p egrnr¿, relacion¿d¿'.on la aolicrbilidadde lo' hall¿go'
io' "'.ont.oo' o p"'otro' agenr* de.arroio llraello
Sidna¡ (1975) propone el segundo tipo de réplica: La
réplica sistemática. Ésta permitiría replicar los resultados
de una réplica directa, pero baio diferenres contextos,
;genre. de.ambio. condu.tr! o cu¡lcuier otta
combinación; es decir,
'¡ r oonde l,,éolic¡ d re.r¿ ¡ude ¡ er¡bl.cer l¡
e"n*il d-d d" ¡ ie¡o¡ eoo "¡t . .o" ú,enb"o d- ú,
i.p-. ..., r;p-.¡ rqem¡ ic, rmbién pud. loe,¡lo ¡ l¡
qu.exuán& L g"oerrrd¡o d.l l"¡ómeoo e¡.uer o¡
'-z
: Jugm vafled:d d".ir ucione. d,súr s' ls.dlrM c'i:
p.114).
Igualmente, Barlow y Hersen (1e88) realizan un
conjunto de recomendaciones para llevar a cabo con éxno
un¿ serie de réplicás sistemátics'
A. Que la réplica sisternática sea la co¡secuencia de una
réplica directa sólida.
B. Deberá especfica,'se ¡odos los detalles en ¡e1ación
con los suietos, lx conduaas, los agenres de cebio
y cualquier otra variable que se haya inroducido, que
hagan a la investigación diferente de la original.
C. El procedimiento experimemal debe ser susceptible
al regisro de cualquier resuirado' sea a favor de la
Cons¡deQc¡ones geneBles 1O7
rép1ica o no, puesro que la b úsqueda de la.s excepcrones
parte esencial de la replica sisremá¡ica.
es
D. A diferencia de la réplic¿ di¡ecta donde los autores,
junto con la opinión de sidman (19is) asomaa 1a
posibilidrd de finalizar una réplica directa luego de
t rc' erpcrimenro. eti.ro.o.r ello. no propo¡..on¿¡ en
este c¿so recomendación alguna. El número de réplicar
dependerá del fenórneno, del objetivo de investigación,
de la habilidad del investig:dor.
?o¡ ú1timo, ¡h¡di¡erros brer.emenre a lo que Barlow
y Hersen (1e88) denominan réplica cllnica, ya que ésta es
de suma irnponancia en la invesrigación aplicada. Los
autores 1a de{inen co¡no un proceso avaazado de réptica
donde se ev¡lúm dos o más procedimientos de intenención
o un paquete de intervención, sob¡e la conduc¡a de vdos
sujeros con trastornos de conduaa mi o menos simila¡es.
l'rrapodr.a'er n uypodero,asr lo' re'-lrado':on eri,o'o..
pero podría ser muy cosrosa de hailarse resul¡ados
irco-:i:renrer. A.erc¡ de el ¿ \alen a) mi,T¿'
reconendaciones hechc pala la réplica directa.
Como hemos visto e1 problema de 1a generalidad de
los hallazgos no es sencillo nitiene abordajes sencillos. De
ca¡a a la dema¡da diria en relaión con técnicas y métodos,
no sólo los analis¡as conductuales aplicados, sino los
cientilicos que desean consrruir cuerpo de datos coherente,
debe¡ considera¡ seria¡rente que la puesta en marcha de
réplica¡ tanto sislemfticar como direox da¡án una ¡uta
consisrente para la evaluación de la generalidad de los da¡os
y en úhima instrncia para la construcción de una teo¡i¿
del compon:mienro.
i-

vivir
ca:
éndaciones
para la ra de artículos
basados en diseños de gruPo.

Cristína Varga*lntín

Una de 1as alegría más senerálizadas ¿l arumir una

en p'icologir et poder decirle
"o.i,ron Leór',¿,:onduc,uJ
¿A;¿' ¿ l¿ e'r¿d;",c¡ y ¿ 'u parrenre ,e,cano. el di'eno de
gapo.. F.Le so6<o di'L¡n, i¿menro d- ¿nili i' e'r¿di'ri.o
no r 'i¡n¿ ¡ lo. e+¡d.¡¡,e. de pregrado.. r.o que hr
.ido erprc'¿do er fo,m¿ ¡bie¡¿ ¡ jubilo'a por "ann
p..'onj;aua.. a"t *a*i, conductual como Brarch (1999)
; Ator (19ee). El conductista goza no sólo de Ia aprobarión
social de sus colegas al utilizár d¡eños exPe¡inentales sin
esr¿distica, si no que rambién cuenta con un mplio bagaje
oe liL::aLur: rerodolog'.arondu. ra que le ofrece mu'
buenu razones para no hacer aquello que de rodc formas
resulta tan desagradable. ¿Porqué hablar en¡onces de
es¡adística, si podernos goza de lo mejcr de todos los

Existen varias rázones para ello. Por una pane, el

asumir un rechazo generalizado ¿ tos disenos est¿dhticos
ísla al Anlisis Conductual de buena pane de la disciplina
psicológica tat y corno 1o han puesto de marifiesto autores
cono H"i¡ema, i1986). Dificilmeme existe algln iea
denuo de1 an,lisn conductual que no tenga un paralelo
denrro de a in ve.Liga' ion psi.ologi'a en gener¡l con ' ¿rix
decadas de investigación urilizando dneños de gupo En
 :
'I lo Eslud¡ó de¡ desáró|lo ¡nfant¡l
el ánbito clidco o educa¡ivo esro es especialmente cieno,
ya que el anlisis co
Ddual es sólo una pequeñaminoria
ú cuanúo ¡ inv€stigacions realizadar en cua.lquiera de estas
árss. B¡sta d¡¡ un vistazo a cualquier ejemplar de revistu
de psicología cünica com o eI laamal ofclin;cal Pslcbologt,
án¿ Eaterimenta! Therdp, a a revista de Terapia
^6r pata dtse aenta del
Corductuái cono ,Rer¿?i or TheraVl
aplastante predominio de la metodología estadística. Esta
snuación sólo se acentúaen las publicaciones psicológicx
de interés general, como Aneriün Psycbolosi.n, Annual
Rniea of Pslchalogl, Pqchological Bulbtin y Prycbolognal
R¿t'iea, donde el núme¡o de publicaciones de orientación
conductual no parece haber pxado de un 60:6 en los úhimos
20 rños (R.obbins, cosiing y Crtk, 1999), lo cual evidencia
la influencia limirada que la metodologia del diseño
intrasujeto puerie rener en la actuaiidad. El descalifica¡
auomíicamente ¡odo ei inmenso cúmulo de infomáción
que ha generado la netodología de grtrpo en psicologia a
lo largo de 1os últinos cie¡ años luce cua o menos
arogante y cuado más temerario. Con toda seguridad
debe existir ¿unque sea una rninirna porción de esta
literatura que resulte valiosa, aún asumiendo una posición
cent¡ada en la co¡ducta del orgxLismo individual.
Una segunda razón parapreocupanos por los diseños
de grupo son lx lini¡aciones intrinsecu de los dneños
intrasujeto. El valor de ta metodología conductual para el
'estudio y Ia nodificación del comportamiento del
orgzlnno individual es indiscutible. No obsranre, su
poder y vaiidez interna de¡ivan de u¡ est¡ioo cont¡ol de
variables que penanen el estudio de los efectos de un muy
reducido nú¡1ero de facrores simultáne¿nenre. De hecho,
buena parte de los diseños t¡adicionales de1 An isn
Conductual. taies cono las dis¡in¡as va¡iantes de los
diseíos de ¡eversión o los diseños de linea b*e nú1tip1e,
Algunas remendac¡ones 11 1
- han sido concebidos pa¡a evalua¡ el efecto de una sola
variable independiente. Aú¡ 1os denoninados diseños
conductuales de i¡reracción (Hersen y Ba¡lon', 1976)
resultan te¡¡iblemen¡e engorosos cuddo el número de
variables independientes pu¿ de dos o tres. E¡ carnbio,
1os d¡eños de grupo y 1a netodología a¡alitic¿ de la
¡oder'. e.r¡dir¡c¡ mu.L:\ari¿d¿ perriren m¡nej¿r
simuliá¡eamente decenx de vriables dependientes e
independientes, xí como modela conplejar relaiones
ent¡e ellas má¡ allá de ia simple relación lineal del ripo .a
mryor rnteLgerci.: m;yor rendin ie.(o r.¡demrco."
Una tercera y últimá razón para ocuparnos de la
es.¡dísdca es que no podemos evitarla. Los alcaces de
es¡a rnodalidad analitica ¡ebasan los límites de la vida
:cadenica, invadiendo cada rincón de nuestro quehacer
cotidido. El valo¡ ¡¡gunentativo de la estadistica ha sido
retñ¡do por auto e'.omo Abel,on rlee5r. qui¡nes 1or
alenan sobre sus usos inadecuados. Otra de o rzones
por l:s cuales e1 aalista conductr:al debe saber manejar el
a¡gor €stadGrico, es e¡tonces el evitar caer víc¡i¡ra de é1.
La utilidad y ubicuidad de la estadGtica y de los
diseños de gnpo ¡o ios exi¡nen, sin enbargo, de los
peligos que ta
agudanene hái señalado los ¡eóricos
conductuales cono Sidman (1e60) y Skinner (1956).
f¡mbién e. .iero qre no odr la in\e{:B¿.ione, que
utilizd d;seños de grupo son igualmente buenx o valiosa
desde unaperspectivaconductual. El objetivo del presente
cápitulo radicá en identificar esos puntos claves en lx
investigaciones basadc en diseños de grupo que pueden
resultar más imponotes desde la penpectiva conductual
del des:r¡ollo infa¡til. Más específicmenre, buscarnos
llam¿r 1a atenció¡ acerca de cienos cpectos metodológicos
de los reportes de investigación que sLrelen pasar
desapercibidos en r:na lectura guiada principalmente por
112 Eeludio del desañlla lnlanlil
i¡¡e¡eses susta¡tivos. Paa e1lo, fornuláños una se¡ie de
ocho preguntar que deberiu ser respondidx en un examen
de las ca¡ácterGticás ¡r'etodclógicas de una invesigación
¿Qué bLlscar en un artículo?
La leau¡a de r¡n a¡iculo de investigación no es un
proceso univoco, si no que debe relacion¿rse con los
obietivos de la investigación o intervención para Ia cuat
se está ¡ecabándo informació¡. Dependiendo de dichos
objetivos, cienos apectos re rornan m& relevames que
orros. Es por ello que resulta dificil el fo¡¡rular
prescripciones específicm para la lectura de aní."los No
obsrote, e1 asunir una perspeciva conductuál codlevg
¡ecesai¿mente el porer en relieve algunos elementos
panicut¡res de los repoftes d€ i¡vestigación, ¡anto en el
ámbi¡o sus¡a¡tivo como en e1 merodológico.
¿Qué constituye un buen rtículo, es decir, un artículo
útil, desde una perspectiv¿ conduoual) Johnston y
Pennypacker (1990) hm dado respuesta parcial a esra
p¡egu¡1ta en su formulació¡ de los lineanientos de la
investigación conductual pura en contraposición a lo que
éstos auro'e' de¡oninan .investigación cuasi
conducrLral,l. Por investigación conductr:al puraJohnston
. l.nnypr.ker en,ienden aque'b inre.ttgrc:ore' qre
preservan la gama conpleta de propiedades de la conducta
a través de rodo ei proceso de investigación, "( ) sín tliluir,
abraiar o ¡lbto¡siour su nan;festr.ión en los d¿tos , b.32).
los jóve¡es e$ldiús ile ptcolosia que no !e fóñrú
-Púel txto d;6ico de Cúpb¿! y stanlel.Disenos Experinen¡ales t
crdiexperinen¡:les en lsicólosia y Edudión, rál¿ la!e¡¿ nii3lú
larayNradeJoh.rón r ren¡IPrk*. Ei cl nenciD¡¡do libro,
cdpbell r $ulóy d¿nonjnab:¡ "o6i ¿xprine¡hls" a los
d¡eñ;sconductuá16,deallil¿re¡s a¡!utilzdeli&nino"@di
co¡dütu¡l" pdá hrr referen.ia a lós dlseños de grupo.
Algunas.$anehdaaahés 113
Par¿ que una investigación sea considerada como
rmplir.on una 'e,'e
inr e+iga.,ón .ondunu:J p:ra debe.
de c¡nerios que pueden ¿gruparse en dos grandes
categorias: lx consideraciones con respecro a la medición
de 1as vari¿bles y las conside¡¿ciones con respecto a la!
estrategix de inferencia.
Les Trampas d€ la Medición Psicológic¿
En lo que respecta a las conside¡aciones relacio¡ad¿¡
con la medición de lx variables, el priner aspecto por
tomr en cuema es la cla¡a de{inición de ix unidades de
análisis en térmi¡os del conponsniento del sujeto
:ndi' idrrJ q:e de.e; e..rdia. PJeciera queen pr'njoio.
'e
l¡ medi.ion en p.i.ologia 'ue e rdherine r e'te prirer
c¡i¡erio ¡a¡to dent¡o como fuera del anáüsis conductual,
ya que las técnicas clásicas de ¡ecolección de información
psicológica tales corno el áuto¡repone, la ent¡evista o ias
ptueb¡r pch ométric¿5 prJ1 en sie ¡Pre del -omPon,r:ento
del organisno único (aun cuando eslas medidas de
organisaros individuales se combinen luego durarte el
aná1isis de da¡os, pero sobre esto ahond¿remos más
adelate). No obsrare, existen a esle respecto ¡res peliSros
o rranpu tundamentales referentes a 1¿ medición de las
variables presenles en ios repoftes de invesrigación ete
los cuales debe estarse aierta, a saber: ]a¡ mediciones
indirectr del componamiento, l¿ técnica de recolección
de in{o¡mación como fuente espúrea de corelación y las
medidas adi¡nensionales del comportamiento. In primer
1ugar, es frecuente encontrar que si bien 1as ntediciones se
recogen para cada sujeto en pdticula¡, la info¡n¿ción no
b¿jo
se ¡ecaba di¡ecta¡ren¡e de1 cornponaniento del sujeto de
rnreré,, ..no ind',e.,¿m.nLe ¡ tr¡\e. der Lor¡por ¡m.ento
de los sujetos en cotrtacto próximo con aquel cuya
conductaes el foco de la investigación. Un eiemplo puede
contribuir a aclarar este punto.
114 Eslud¡o.1e1 desaffallo ¡nlant¡t
Evans, Shejw¿l y Palsa¡e (1998) estudia¡on l¿s
-epercl\iole. del h¿cinmien,o,-onico.ob¡e ur¿,erie
de v¿riables ¡elacionadx con et bie¡esta¡ infantil, tales
como el ¡endimien¡o aadérnico, e1 ajusre escolar, la presión
añeriai y la d€sesperúzá aprendida. Pareciera que rodx
e.I ¡. \ r:áble, h! ie' ú ¿lu.ior drect¡ ¡l compon m:en,o
de ios niños en condiciótr de hacinamienro doméstico
crónico. No obstante, una revisión n1ás cercaa de l¿
defi¡ición de lx variables reponada! por 1os autores revel:,
por ejemplo, que el .ajuae escola.r no se mide di¡ec¡amente
a través de1 componamienro de los niños en d coleglo
sino media¡¡e u¡ cuestionario aplicado a las maestras. El
.ajuste escolo a.sí nedido, consriruye uü muestra direcra
só1o de1 comportamiemo ve¡ba1 de 1¡ maesrra¡, estando
¡elacionado cua¡do más en folna indi¡ecra cotr el
compo¡tamiento de los niños. No es de extrañarse
enronces que esrr váriable ¡esulrarr menos sensible que
1¡ deni a los efectos del hacinaniento doméstico, 1'a
que e1 hacinamiemo debia producir no sólo diferencias
en el ajuste escolar de los niños si ¡o tmbién diferencix
del tipo que pudiesen afectar directamenre el repone verbal
de l¡' m¿..,r¿'. Ln rL,n.ióo de l¿s con.,der¿c:one,
¿¡ erio¡e.. oodeno. entonce. ro-n ul¡r una pr:nera
pregunta a planreamos en la revisión de un anicuio de
inrestigación:
mide realrcnte el conportami€trto individual
¿Se
del suieto de interés?
Una segunda versión má sutil del problema anterior
\iene d¿do po¡ aquellx med.ione' del compormi.iro
del sujero panicular que es e1 foco de la investigación,
p"-o que no m:den aquella porción de ,u rcperorio
conductual que nos interesa sus¡a¡tivañetrre. Esre suele
ser el caso de las investigaciones baadas en el autorepone
Alguna s ¡ecanenda. ¡óñés 1 1 S
cono récnica de ¡ecolección de infornrión, do¡de se
pre end. nceder bie- rr., oLrx pon,ore. de r.penorio
conductual del sujeto o a porciones imponanres de su
histo¡ia de vida media¡¡e su repone verbal.
Un p-imer elemplo e.pecialne"re i u,,r¡rño ¿ e.re
respecto es el que nencionan Leland \lilkinson y 1a
Connión sob¡e Infe¡e¡cia Estadís¡ic¿ de i: Asociación
Psicolósica Nofteámericda, A?A (1999). Est€ afticulo,
que recoge una serie de recomendaciones metodológicc
paa los repones de investigación en psicologíry presenta
coi¡cidencias, a vcces sorprendentes, con rlgunu de lu
criricx que el Arálisis Conduau¿l ha formulado a la forna
t¡adicion¿l de hce¡ investigación en psicología. Esto es
especiaimente cieno en lo rlue araie a Ix recomendaciones
sobre 1a nedición. Los aurores enfatizu en este punto la
inportdcia del no¡lbre que sele daa 1¡ va¡iables. No es
lo nn¡no, nos advienen 1os autores, habl¿r de .abuso
sexu:l infmtil" que de1
"autorrepote restrospecrivo del
abuso sexu¿1 infa¡il,. En el primer cxo se le arribuye
mayor fiabilidad a la ocu¡¡enci¡ del incidente de ¿buso,
mientrx que en el segundo cxo se resalta la influencia
del recuerdo y la etaboración verbal del sujero sobre el
incidenre paricula¡. lodrimos e¡tonces formul¡¡la un¿
sesundapreguntapor toma en co¡sideración enl: lectu¡a
de un atículo de la siguiente maneral
er
¿Hást¡ qué punto lás vári¿ble! ¡eport¡das el
¡¡ticúlo consrituyetr medidás direct¡s det
Una ¡e¡ce¡a trampa de la medición psicológica
estrechamente vinculada con la amerior, ya que suele ser
rambién una co¡secuencia del L¡so ind¡c¡iminado del
au¡o¡¡epone, es 1o que aurores como co¡rnan (1998)
denominan .efecto glop,. El.efecto glop, hace referencia
a 1a presencia de conelrciones significativas entre variables

116 Estudio del desanalo ¡nfant¡l
conceptualme¡re disrintas ent¡e si, siendo estas
co¡¡elaciones un artefaclo de la forrna en que dichas
v¡r.iables son nedidas, y no un reflejo de relacions
funcionales entre los eventos esrudiados. El efecro glop es
especiaLnente común en aquelias invesrig:ciones en las
cuales va¡ias variables tan¡o dependientes corno
independientes se miden mediante el auronepone de una
ú¡ica fue¡te, o de fuentes al¡amente relacionadx ent¡e sí;
esto hace que las correlaciones encont¡¡das ent¡e dich¡
variabies respondan más a la fuente de infornación
utiliz¿da que á la relación süsrútiva bajo efudio.
Gottnátr (1998) menciona corno ejemplo
p:rrdrgmári.o del elecro op di\en¡s :a\e.ris¡r iore.
¿
sobre ¡elaciones de pareja que arrojab¡n corelaciotres
inversas imponantes entre la satisfmción rnatrirnonial
la f¡ecuencia de conflictos de pareja. Amba. variables
.orr¿¡ .er meoid¡ medi¡¡re e) rurorrepone de.adr rno
de los cónyuges. No tue si no hasta que los conflictos de
pareja fuerorl medidos direaamenre medi¿nte observación
sisternárica, que se encoatró que las p:reja funcionales y
di'tur.io'rales no dte¡r¿n en -.t c¿ntidád de LonniLlo\ enLre
los cónyuges sino en la dinánica p:nicul:r de las pelex.
Nai'D, -¿. que en l¡. p¿reja dr.Lncionrle. ls pelc^ rsLe.
un patrón de escalad¿, donde cada queja o agresión es
respondida mediante otra queja o agresión más luene, en
1d pdejas funclona.les cu¿lquieradelos cónyuges es capaz
de heer bajar el ¡o¡o enocion¿l de la discusión,
respondieido de forma no conflicriv¿. Est. tipo de
hallazgo só1o fue posible r¡edi¿nre medidas
.omp.ermen,e irdependier.e. de.¡da .r na de l- r ¡ i¡o.e.
en juego, utiiizando incluso medidx psicofnioBgicu del
grado de activación ernocional de las prejas. Es por ello
que un te¡cer punto por considera¡ en la revnión de los
anículos de investisación es 1a siguiente:
L
Algunas rc.oñendaclones 117
los procediñientos de medición iá
itrdependie¡te de 1ás aari¡bles
Un segundo c¡nerio enunciado por Johnston y
Pemypacker pa.ra considerar a una investigación cono
inve*igación conductual pur: es 1a nedición de alguna
cantidad dinensional del componamiento (iohnsron y
rennypa.ker. lqqo). L¡en. i¡. d:r¿, ión. frec¡er.i¡- L¡¿.
celeración y tiempos entre respucsra son roda: carridades
dinensionales de la conduct* que permiren la
inrerpreración susranriva no sólo de valo¡es individuales
sino tanbién de diferencia¡ ent¡e dos o nás v¿1o¡es. Esta
últlna propiedad de la medición en té¡ninos de ca¡tidades
y dimeruionales es especialmente ¡elevmte en e1 mome¡to
de evaluar la efectividaci de las inte¡ve¡ciones. Si un
tratamiento es capaz de producir un¿ dis¡rinució¡ en el
número de cig:rrillos funados por dia de 20 a s cig¿¡rillos,
1a diferencia de 15 cigarillos riene un sig¡ificado cla¡ó y
univoco con respecto al conponmie¡¡o del sujeto. A
difersr.i¡.elo¡re,io,. i ul r-,r¿ñienLolog¡¿meoa
el rendimiento e¡ maremáricas de un niño del percentil
60 ¿l percen¡i1 7s en una p¡ueba es¡and:¡izada, la dilirencia
de 15 puntos percenritaes nada noi dice acerc¿ de los
cambios concretos operados en el componaniento dei
niño. Dependiendo de la dirpersión de 1a ejecución de1
grupo normativo, esra diferencia de 15 puntos puede ser
tan trivial coúo un¿ pregunra adicional contestada
Lmen¡ablemente, el uso de nedidas adimensionates
del componamiento pcece serun mat igualmente común
t¡ro dent¡o como fue¡a de1 a¡lisis conductual. En una
¡evisión de los *k.dos det lotmal of Applied Eebaaior
,1nal1's; publicados dura¡re la década de los serenra,
Sprinse¡, Biovn i' Duncan (1981) €ncon¡nion q ue un 41olo
11A Esfudio del desarclto ¡nlant¡l
de las medidas reportadas en 1os a¡ticulos e¡an
xdimensionales, producto de procedimienros de
obsenación discontinuos, tales cono el muest¡eo de
tiempo. Es.asituación pdece habene mantenido dura¡e
lo. úl,ino.20 ¿no,. , iu/gr por l¡ renerad.: in{{eD.:¡
de anplios sectores del Anlisis conducrual Aplicado en
la necesidad de volver a la, medid?i de ¡ala de respuesra,
por contraposición a 1¡s medida¡ porcentuales de1
conportamiento (Binder,1993).
Ot¡o tátrto puede decirse de la medición en la
psicología en general. Repuradas figuras dentro de la
estadGtica como John Tukey (el de ]a T de TLrkey) y rnás
¡e, itr,Frenre. J¿.ob , ohcn h¡ . uer ion¡do .er,me nre
la proliferación de nedido adinensionales en psicologia
'Estar tan poco intercsados por nuestra vari¿bles," nos
advierte Tukey, rcono ?átu qre no nos im?o¡e¡ sts
unidada, tliftilmente ptede sú dlso dg'eable." Fil:ey, te6e,
p. 8e). Cohen por su parte exhona a los psicó1ogos a (.1
"
canenzar a regetar Lr un;lzdes con las qae Úabajan ., a
genoar nue"^as un lada k sufcientenmte respaables como
?ara que ks inre'tisadares det átea puedan concordar m sx
(Cahen, t991, p. 1001). Isra! consideraciones
"rilizdción.,
pueden etrtonces t¡¿duci¡se e¡ una cuána preguntá a
responde¡ e¡ l¿ lectur¡ de un a¡tlculo:
¿ Cuáles son iás ¡nid¡des en que se úider las
variables de h i¡vestig.ciór?
Un ú1timo requisiro referente a la medición enunciado
por Johnfon y ?ennypacke¡ hace ¡efere¡cia a l¿ necesidad
de garaniz:r su fiabilidad y vatidez. En es¡e seniido, las
estrategias de estimación de fiabiiidad y v:lidez utiliz.adas
en los diseños de gnpo suelen difenr de aqué1lx empleadas
er 1a inve,rigac;ón .ondu. tua1. 1a qre e'r esre úhno . nn
la ¡redición suele ¡ealizarse nedianre la obsewación
di¡ecta, mientras que en los d¡eños de grupo suelen
l
Algun¿s t4onenddc¡ónes 1 19
prcdonina 1os cuestiondios, autorreportes y pruebas
estmdaizads. A este respecto, es conveniente resaha ote
de las ¡ecomendacio¡es de vilkhsony 1a Connión sobre
Inferencia EstadG¡ica de 1a APA (1999), quienes nos
recuerda que la co¡Jiabilidad y 1a validez son propiedaCes
de las puntuaciones en la prueba para una población en
particular y no del ins¡rumento e¡ sí mismo. Po¡
consiguieme, toda invesrigación debe reponar datos sobre
la fiabilidad y validez del insr¡umenro utilizado para la
población padculal estudiada. Nuesrra quinta prepnta
puede enronces formularse de la siguiente maera,
¿Qué ta válid* y confiables son lo mediciones para
lá pobl¡ción estudia&?
Puede resul¡a¡ ertaño el énfasis dado a aquí a las
operaciones de ¡redida, sobre rodo porque nuestro
objetivo manifiefo consiste en ofrecer una guia para 1a
interpretación de los resultados de investigación de los
diseños estadis¡icos. No obstante, insisrimos en que el
carácter concrelo de ias variabies del estirdio y su
dr t.mcra,on re.pecro al.omportam,enro del orgrri.mo
individual deben constnüir ei primer punto a abordar
.r ¡ ¡,¡ de ¡n ¿¡ i. -lo ro rondc. ' u¡1. No ,nrpoí¡
l.cr
que diseño de investigáción sea impecable o cuán
e1
elaborado sea el ¡nálisis estadis¡ico de los datos si las
va¡iables de fondo nada nos dicen sobre 1a conduct¡ del
organismo único. Tal y cono 10 señ,lan Johlston y
Pennypacker (1990), si bien la metodología del diseño
de grupo no hace prescripciones especlficas sobre los
p-ocedi-:en'o. de redi. ioi. el .o o l-e ho de *qrerir
graades muestras de sujetos ejerce dena¡das sob¡e el
invesrigador que le alejan de l:s medid¡s direct¿s,
d.¡e, ':, -,1e,, ral'd I r"rfirb e' de o.grn''mo
'.
individual. Es por e1lo que una 1ec¡ura cuidadosa de 1os
procedimienros de nedición enpleados se hace
 I

120 Esludio dal desarol¡a inlanli i Alornas Ecomemlacones 121

-!
especiálmenLe imporlanre. Adiciorxlmente, sólo sobre nula al nivel de 0.0s' y el por demás
"Rechazo iahipóresis
labase de un adecuado proceso de medició¡ tiene sentido aberra¡¡e "Acep¡o la hipótesis nula al nivel de 0.01":, en
ia evaluación de los resultados de investigación. Sobre e1 el cónclave de los Sumos S¿ce¡dotes las pruebas de
respaldo que b¡ind¿n los daros a las hipótesis y signilicmcia esradisrica erm sometidar a durislnrar criticd,
conclusiones de investigacióa venan los siguientes puntos dandb origen a un¡ a"alancha de ¿¡ticulos ran¡o de
focales en l¿ lectura de a¡tic,.rlos ba¡ados en diseños de
g¡upo.
t Iiterarura estadisrica especializada cono de a¡tículos de
divulgacióa.
El ¡rovimiento c¡i¡ico en ¡orno a las pruebx de
Tratamiento Estadístico ..sn r..,n.ir ' or.o .n l, i'e-"'u-¿
El Anlisis Conductual, tanto básico como aplicado, psicológica con la publicación del aniculo deJacob Cohen
pero especialrnente el segundo, ha insistido a 1o 1:rgo de "La Tierra Redonda (p <0.05)" (Cohen, 1ee1). Como
es

su desanollo en ta irnpo*ancia de que el anlisis de datos
sea determi¡ado por el objeto de estudio;
componarniento del invesrigador debe esrar controiado
por 1os datos (\4ichael, 1974). Como consecuercia de 1tl
anterior, pan utilizar las palabrar de Killeen (1978), el
anlisis de datos es vis¡o como conducta gobern¿da por
conlinse¡cias, no como conducra gobernada por reglas,
siendo la ¡raüción conductual poco prescriptiva sobre ei
procedimiento m¿litico, áún mar de 20 años después del
a¡liculo de Killeen (al respecto, réase Davidson, 19er).
lor contraposición, la t¡adición de1 diseno estadGtico
ha desarrollado un anplio caud:1de estrategix de oálisis
y ton: de decisiones con r€specto ¿ los ¡esuilaCos
experimentales. Esras estrategias ¡naliticas han
constituido pañe de la fornación metodológica de los
psicólogc,s por generaciones y no en poca nedida por su
crácter cu¡¡titativo estas est¡ategia! han tendido ¿ ser
v, r¡liz¿os denrro de l¡ di.. ip in¿ fl apec,o del efl i\r...
del anáisn de datos ha sido sus¡ituido poco a poco por la
consecuencia de esta tende¡ci¿, laAsoci¡ción kicolósica
e1 L Nonea¡neicma nomb¡ó en 1996 una conisión especial
conlomada por Cohen, Roben Rosenthal (pa&e del meta-
mlisis) y Roben Abehon para esrudiu e1 abuso de las
pruebas de significa¡cia en la investigación psicológica.
tst¿ co¡risión se amplió para inclui a nueve pe¡sonas
nás, uí como a figuras de la talla de Lee Cronbach, P¿ul
Meeh1, Frederick Mosteller y Iohn Tukey de¡r¡o del
Comiré uesor, produciendo su primerdocumenro oficiai
a linales de 1999 (WiLk;nson,v 1a Conisióo sobre
Inferencia Estadística, 1999). Tan inportame es ei
morimiento que se viene gesrando que el próxino
objeLi"o de la Conisión es una ¡evisió¡ conpleta del
Ma¡ual de lublicació¡ de la APA, Lo cual tendrá
repercusiones nás alLá de las f¡onte¡ss de nues¡¡a
disciplina, dado quedichx normai constituyen un patró¡
de re{erenciatmbién para lapublicación de investigación
r Aun..unoóLn¡oo-D,ld.doeL,ró, I óo I n" ller o: J nr el de

repe¡iciólr necá¡ica de rituales estadtuicos, que como la ''s,,.,..,.' ,. c ' q. c,i p.l"l-po,'.. o:- o
" .eslhádo
m.is que no5 permi¡e e$d s "no.(h¿dh,. El6nr
lerania en Latin, son realmente entendidos solamente por $ra desafodun¿da expresión és ya úna reconen&dó¡ ¿xflícnr de
un pequeño gupo de .ungidos'. No obsta¡ie, mientrás los l2 Com¡ión Sóbic Ini¿rencú Es¡dis¡ica de l¡ APA r con tódá
fiels rsos conti¡uábanos repitiendo nuestro Rosario de :¿sundad 5c.á in.órpór¡d¿ en h ¡u$a edición del Mmu¡1 de
.{ N.rñr ¡¿ P"bli.,.ló¡

I
122 Estúdió dél desaroló infañt¡!
¿Qué inplicáciones tiene esto para qurenes nos
desenvolvernos den¡¡o del ámbito del Análisis
Coqductual? Por una parie, debernos preocuparnos por
e¡¡ender ei sentido de las pruebas de significancia, de
forma de no hacernos panicipes de la pelpetuación de
málos ente¡didos en tortro á ells. En segundo lugar,
renemos que ¡evisar nuestras críticas t¡adicionales al
anlnis estadistico a la 1uz de las nuev¿s tendencias en el
a¡á1isis de d¡tos, so pena de terminar atacando a un
bo nbre de p¿'a Fn ter.er I.rgar. e.t" rccicnte
cuestio¡aniento de lai prácticas analíticas debe hace¡nos
e\lore\ m¡: Lnt.!o\ r¡nro de l¡' lnverig¿,iore. ¿tena¡
como propias, con et fin de nmtenernos ¡l d1: sob¡e los
nuevos cánones de ev¡luación de la investigación
psicológica.
Es en este sentido que queremos llamar la aiención
sobre rres punros claves po¡ considera¡ en la lectu¡a de
r .rerr.gr. one' qLre -ril.u ar d.enor e" adn. i.o., e dig:o
de los ta¡¡años ¡ruestrales, la imponaacia de magnitud
de los efectos y la importancia de la réplica. Para un
adecuado tra¡aniento de estos puntos es sin ernbargo
imponar e e :c:rur lr erp e'ior .c'r¿dnt c¿men e
significativo".
S gnilicativo pero irrelevante: Significancia clínica
y estadística
.,b.en en .¡.ell¿no l¡ p¡labrr *ig-ificrr:ro qriere
decir q,e 'sisn¡jica o indica claramente una cosa,
(o.' ora.o lrorse). co¡.,:rLle -r ¿ne,ic¡ni\mo
conún el enrender la significación cono inponucia. El
invesrir además a la significación de carácter es¡adístico
como en la expresión .sipificancia esadísrica" no hace
más que aumentr el sesgo de considerar alo significativo
como inponalre, trasce¡den¡e o ¡e1eva¡te- Nada más
I
Algunas recomende¡ones 123
alejado de la verdad. Tal y como ha siáo repetido ad nau-va
den¡¡o de la li¡e¡¿ru¡¿ estadística diferencix minúsculas y
m"¡ e relevanLe,
-b.olu de.de e. pu
"¡" pra.ri.o pueden .r¡ e.,¡d,,ri.¡m"r e
Leú,i.o
signi{icativas,. Lo único que nos indica u¡ resul¡ado
"es¡adísricamente significativo, es que los efectos
observados probablemente no son nulos, pero no que sear
grandes, importmtes o relevan¡es. De hechc,, es¡a "ause¡cia
de nulidad' es rodo lo que podemos alirrnar at rechaz:r cl
inferencia estadisrica Fisheriana: la hipótesis nula.
eje de la
¿Qué significarealrnente iahipóresis nula en rérninos
de l¡ ¡el- ione, tur.ion¡le, enLre \ri¿ole,) Bai.d.nre
una de dos cosar:que los grupos que estamos comparando
son isuales en lo que respecta a la vaiable es¡udiad¿ o
bicn que la asociación entre dos varinbles es nul¿. Si nos
detenemos un momento en esta úhima afirmación
podemos darnos cuenta de aigo que autores como Cohen
(leeo) han estado predicmdo en el desieno desde hace
muchos años: 1a hipótesis nula sienpre .s f,lsa. Nunca
enconúaremos que las medix de dos grupos (o de dos
fases de trarmiento, para los efecros) sean ex¿cramen¡e
iguales. y de e.contra¡se, es¡o sólo habluia de la poca
sensibilidad de nucsrros insr¡umemos de rnedida. O¡ro
tarto puede decirsc de los coeficientes de correlación, ya
que ésros sienpre serán distintos de cero, aunque sea en
el décino decimal. Po¡ io ranto, al rechazar la hipóresis
nula Io único que podemos áJirnd es que la diterencia
entre los grupos es disrimade cero,lo cual no quieredecir
que sea grande, independientemente de que el nivel de
significancia utilizado sea de 0.05, 0.01 o O.OO1.
Si la magnitud de ir ¡elación funcional no es el
principal de¡e¡minarte de la significancia estadistica,
¿entonces qué la detenninJ Uno de 1os facto¡es con mjs
peso al estabtecer la significmcia es¡adí*ica es el rar¡ano

12¿ Fs¡u.1iódeldesarol¡o¡nfañt¡l
ñuesfral. Quienes nos formamos a la vieia usanza,
utilizando tablas para dete¡min¡¡ 1os valores c¡iticos de la
F de Snedecor o la t de Srudent y no b probabilidad de
Irror Tipo I reponada por 1os progrm¡ estadísticos
contemporáneos, pudimos ver como los valo¡es criticos
de estos esLadisticos se h¿c1o nás pequeños en la medida
en que aumentabm los grados de libenad, para I". .f.cros.
el tam¿üo muesrral. Es¡o evidencla que no impona cuán
pequeñr sea la dilerencia entre los grupos, ella puede ser
sisnif;cat;v1 si se uiilizs un tamaño muestral lo
suficientemenre grznde.
Cohen (1ee0), cita un ejemPlo especiaimente
ilustratjvo de cómo ei tam¿ño rnuestral puede hacer
significativas aociaciones ñinúsculas Este au¡or repona
u¡as inves¡igaciones publicadas en el periódico Nro lor&
Izas. en las cuales se encontró um aociación significativa
entre la esumra y la inteligencia en una muest¡¿ de 14 000
niño. enüp ) ' r ohel. .o el e .ePti.:'ru
' poder de iaprueba estadislic¿ (1'beta (b),la prob¿bilidad
"ño'.
cafacteris¡ico del buen invesdgador, calculó el valor
minino de1 coeficiente de corelación que resultaria
significativo con este tamaio muestral y un nivel de
significaacia de 0.001. El valor resultáite tue .le 0.027s
Isro quiere decir que lx varianza conún ent¡e las raiables
(el coeficiente de deterninació¡, o cuadrado del coeficien¡e
de correlacióa) podría ser ta¡ pequeña como del0.07% ! y
rodavla !a corrlació¡ ¡esuttar atadísticamenre signif icarival
Me¡cionamos en prine¡ lusar el peligro de lar
conclusiones exrraídu a panir de tamaños mu€srales
sumsmenle g¡andes )'a que e] entrenamiento es¡adístico
tradicionál nos enseña ¿ considerar a las muestr:s grades
como inconCicionatm¿nte buenas. sin adveni¡nos sobre
lo triviales que p,:eden resuhar en estos cxos las pruebas
de significarcia. No obst¿nte, si los ramáños muestrales
grandes práaicmente garantizan el rech?"o de lahiPóies;
Alguñas rcconendaciones 125
nul¡, 1o inveno t¿mbién es cieno: con tam?iios mucstrales
lo sLrficientememe pequeños resulta muy difícil que 1as
relaciones enconrradas resulten esradís¡ica¡nente
signilicati'ras.
¿Cuándo es entonces una muesr¡alo suficientemente
grá¡de como p{a pernitir detectar relaciones imponartes
pcro no ran grande corno par:r que todas las posibles
reláciones resul¡en sigdficarivs¡ Larespues!¿exactaa esta
pregunta requiere adentranos en e1 ¡nundc, del cálculo
de1 poder de las pruebas estadísticas, rebasando por
corsiguiente ei objetivo de la presente discusión. No
obstante, podemos senalar que Ia prueba de hipótesis
estadistica tiene en re¿lidad cuatro parámetros, cada uno
delos cuales riene deterninado por los otrosrres (Cohen,
1988). rstos cu¿tro páránetros son el nivel de sigrificancia
o alpha (a-probabilidad de rechazar la hipótesn nula
siendo esta verdadera), la mag¡nud de la ¡elación en 1a
población (tmaño del electo), el tmaño muestrai y e1
de rechazar la hipótesis nula). De estos cuatro parámetros,
sólo tres se encuentran b¿jocontrol del experimentador,
e1
ya que la nagnitud de la relación en 1a población viene
dada por el fenómeno esn¡diado, ¡irn cuaado se pueda
e.,im-. - p¡ Lir de la' rnve'Lig.rciore. p-e.:".
(aho¡duenos ná en esto en lx consideraciones sobre 1a
replicabiiidaQ. Esto nos deja con tres parámetros "librel':
al lija cualquier par dc ellos, auromíicinrenle eslaremos
dcte¡mina¡do ei valor del te¡cero. T¡adicionalmente, el
nivel de significancia a se elige entre uno de dos valores,
0.0. ) 0.0q /.on.'de,,..one. pm.Li.r Le'an rw "r
tamaño muest¡¡I, con lo cual se fiia ar¡toná¡icamen¡e eL
poder de la prucba eaadís¿ica. Esto exime ¡l investig¡dor
de tona¡ decisiones sob¡e b, 1a probabilicad dc rcchaar la
hipóresñ nula, pero es nuy imponante desncar quc esro
126 Eslud¡o del desatalo ¡nlant¡l
no quiere decir qu€ b sea el inverso de a. De hecho, üna
es!r¿tegia metodológicmente n1ás sána seía decidi¡ sobre
.o. r J.ore de ¡ y o. e.r:n ú lr ¡¿sii,udd(l eie.ro ¡pln:l
de 1as invesigacrones rteriores, y en lunción de estos
tres p3¡ámerros de¡erminar el tanaño óprino de 1a
nuestra. ¿Quéhacer, sinemba¡go, mienrras no contemos
co¡ las dest¡ezas del clcLrlo de poder? Conro regla
práctica, debemos es!ár alertas y tomar con cautel¡
cualquier diferencia significa¡iva e¡contradá co¡ mues¡r¡s
superiores á 500 sujercs, así cono cualquia ausencia de
ditcrencias con mues¡r¡ inferio¡es a 50; por rnás alláde
esro, debemos asunirun escepdcnrno ilusrrado sobre las
pruebas de significancia. Resumie¡do entonces lás
.on.:der". ione. ¡nreriorc. 'oon p.Jer y rra¿io
rnuestral, podemos formula¡ nuestra siguie¡te pregunta
r,
p^ co-reJ n ¿, e\'.ón de un anrcrlo d. rnve.riga.iór
¿r. (lr¿m¿ño mu.rtr.l lo \uñ'iertedenLe sr¿nde
como pará aletectd las relacio¡es buscadar, pe.o ro
to grande como pata hacer hivial lá sigúificaNia
El t¡aiamiento anterior de lx prueba-s de significancia
pareciera confirna tod¡¡ nuestrx sospech* acerca de la
irelelanciá de la es¡adisticá, ju*ific¡do ¡si el rechazo
de 1* misnas por pane de los alistas condu.lutes y
r¡ás ¡€cientemente (aun cuando repitiendo en forna
menos el¡borada l¡s críticas de los conductisus) el rechazo
de los e oques cuali¡a¡ivos en cienci$ sociales. No
obstante, basta con pasearse por cualquiera de tas
publicaciones sobre métodos cuutitarivos en psicologia
publicadas en 1os últimos 20 o 30 anos pda nolar córno
estas c¡iricas han sido respondidas desde dentro de la
comunidad estadísrica y l: variedad de 1as soluciones
cudt;ta¡ivs que tenemos a la mano hoy por hoy pan
AloLnas r4óméhdaciónes 127
responder a las pregunta de investigación. Ura de esÉs
familias de esrrategias que resulm especialnente releva,rte
desde la perspectiva de 1a prácrica clinica es la estimación
de la magnitud de los efectos.
Exis¡e un consenso imponante entre Los Analis¡as
Conductuales y los merodólogos cuánri.ativos (por llamar
de algüna forma a aquéllos que perpetr:n la metodologia
estadGtica en psicologia) de que la ciencia psicológica y
sus aplicaciones tecnológicx no pueden avanzar mucho
sob¡e 1a b¿se exclusivme¡te de ¡elaciones de orden, sino
que resuLta imprescindible el especificar relaciones de
masnitud. Y¿ pda 1969, John Tukey planteaba el ejemplo
interesmre de io que sería la física de la ela¡ticidad si los
fGicos se hubiesen ii¡nitado a enrinciados del ripo .Sr lo
balas, * bae nkk\o., Aukey, 1e6e, p. 86). Con cuiint¿
fuerza se hala y qué tanto se alarga son aspectos
imprescindibles para llegar a enunciados como Ia ley de
HooLeocl ,r. ire de eló,:.,d¿o. F( p,r. hJjnenre e.re tipo
de representación formal de los datos por la cual abogaba
Skinner (1950)como la fo¡ma idóneade hace¡reoriaen el
anlisis conduauat, ral y como lo expresó en su célebre
a¡¡ículo ¿Son Necesa¡iar lx Teoria de Aprendizajei. A
pesa de Io arterior, rara vez encon¡ramos ¡elerenci¡ a la
nagnitud de los efec¡os de las interencio¡es ¡mto
experinenoles cono clinicas en la literatura psicológica,
aun cumdo sea una reconendación explicita de 1a cuarta
edición del Ma¡ual de No¡mas de lublicación de laAPA.
nn vez de ello, conseguinos al anodino y poco i orrnativo
valo¡ de F o I jutrto con su consabido nivel de significa¡cia,
0.05 o 0.01.
No es de extrañarse entonces el desdén hacia la
estadisticacurndo todo lo que nos ofrece es esaF enclenque
quc n,dr ror di.e ¿ce-c. de l¿. rel¡.:oae'.u,1¿r,i\¡s
que reaimente nos inreresaa. ¿Fueefeaivo eltratamientol
12A E.lu.t¡o tlcl désztolla ¡nlentil
¿Quétdto neioró la ejecuciótr de los sujetos¡ ¿sejusrifica
1a inversión en tienpo y dinero pua la magdtud de cambio
obren;dat ¿Qué rar signilicativo {ue el cambio desde el
punto de visra clínico? El problema está en busc¿r l¿
¡espuest¡ ¡ estás pregrntas en el lugar equivoc¿do, es decir
en las pn:ebas de significancia, cuando 1o que realmente
nos interesa es la rnagnitud del efecto.
El ejemplo de Cohen ¡ce¡c¿ de la relació¡ entre
erL¡rur¡ e inreligen.i¿ es e'pe. ialmcnLe il.r.trarño ¡ ere
respecúo. Como reco¡d¡án, Cohen repona cómo 1a
relación entre la estatura y la inteligencia resultó ser
esÉdlsdcamenre significa¡iva al nivel de a-0.001para una
nuest¡a de 14.000 esludiantes enrre 7 y 17 años (Cohen,
1990) . La correlación entre arnbas variables era mayor que
el valor significarivo mínimo para ese ramáo muestral
calculado porel autor(0.0278), siendo en realidadde 0.11.
Ahorabien, la pregunta realnente interesante es ¿cuánto
debe crecer una persona para aunenra su inteligencia,
digaaros, en 30 puntos de C.L? La respuesta es 87.5 cm.
Esto ¡evela que ninguna cantidad de ho¡mona de
c¡ecimiento sería capaz de prodr:cir cambios en la
inreligencia lo suficientemente graades como paa tener
alguna imponocia práctica. Podenos pensr que ei
ejenplo de Cohen es un caso ex¡remo, pero
desgraciadanente no 1o es. Buena p¿t¿e d€ nuestra
tradición psicológica local bien podría esrar baada en
hallazgos significativos pero totálmente i¡relevantes.
Co roe;erplo. o*ra.ira l¡rel¿crónenrre l¡;u,oer'¡¿
yel rend nierro a,rd; n oerer¡dmte<¡n,ve,.n¡r.o..
donde el duplicar la autoes¡ima de una person: sólo
producnia cambios plrricos en su pronedio de notx, aun
cuando la ¡elación entre lás v¿riables resultá ser
es¡adís¡icamenre significativa (Rob1es, 1992). Esre falso
sentido de segurid¿d que da ei rechazar la hipótesis nula
Algúnas rccanendaciones l29
se ve ¡elo¡z¡do por orr¿ caracterhtica cornún a ia
investigrión psicológica en general que mencionarnos con
:¡rcriori¡la¡l el crácte¡ adimensional de la ¡nedición. En
e1 ejernplo de la estatura, la i¡¡eleva¡cia de l¿ asociación
es lácil de ver porque tenemos unx unidades unívoca y
con significado p*a nedir esta váriable No obsÉ¡te, si
en lLrgu de esrar unidades ruviésernos puntos percentilares
(un au¡nen¡o del Percentii 4s át 75 en estatura), seria mucho
S' Sy
más dificil juzg* la importancia de1 hallazso. Isre es
precisamente el caso cuando se reportar los resuttados
áe investigación media¡te coeficie¡tes estanda¡izados
cono el coeficiente de correl¡ción. Al igrral que en el
caso delos porcentajes, es precisamente su independencia
de las unidades de medida lo que los hace fácilmente
comparables unos con otros, sabemos que una correlación
deO.8 es nr¿yo¡ que unaco¡rel¿ción de0.5. No obstante,
el precio que pagamos por esta facilidad de comparación
es el perder de vista las unidsdes de cambio en la va¡iable
dependiente. Esro se debe a que el coeficiente de
correlació¡ es el resultado de dividi¡ la covariación entre
1as va¡iables porsus desviaciones tipicas (Glass y Sraaley'
t973).
Por ello. el coeficiente de co!¡elación ¡ealmente no
nos dice cuánto influye una vriable sobre otrá, al menos
no etr términos sust¡rtivos si desconoce¡ros 1as unidades
de medida de l¡s va¡iables.
Si la sigaificancia estadística es enganosa. los valores
de F poco informativos y los coeficientes de correiación
no nos hablan de nagnitudes sustantivas, ¿qué nos quedd
lrincipalmente e1 tarnaño del efecto, que no es máLs que
13O Eslud¡o del desanó o ¡hfañt¡l
una foÍna de expresd t diferencix emre las medias, por
lo general entre unidades de desvjación ípica (serlin y
Lapdey, 1993). No obstdte, la diferencia bruta entre las
medias ¡esulta de po¡ si insusrituible cuando tenenos
v¿ri¿bles dine¡sionales, co¡ u¡idades de medida con
significado sustativo. En el c¡o de la¡ correlaciones, los
coeficientes de regresión constituyen tarnbién b¡¡enos
indicadores de la nagnirud de los efectos. Adicionalmente,
un buen r.pone de in\eLigrc:ón debe proporc,on.rr
inter-valos de confiaza para la magnirud de los efecros
(véase Y¡ilkinson y ]a Comisión sobre inferencia
estadística 1999), aun cuando esta práctica resulte hoy
por hoy infrecuente. Estainfornación sobre la nagnitud
de los efecros dewelve el foco del arlisis yel juicio sobre
I¡ ¡'il.d¡d de l¡ in¡erver, iore. aJ p uo
'u.Larrño
y por
tanto a la conpetenciay responsabilidarl del investigador.
Resumiendo muy sucinramente la discusión amerior, la
pregun!á ceniral por responder a1 leer un reporte de
resuhados es la siguiente:
¿Qú¿ tan grmdes fuerotr los efe.tos e¡co¡tr¿dos?
Umú1iima preocupación que debetener todo lector
curioso de un aniculo de investigación es la generalidad
de los resuftados obrenidos. ¿Hasra qué punto son efos
resultados replicables? Una muy difundida
malinterpretación de 1as pmebas de significanciaes pensa¡
que éstar nos habla¡ directamenre de la replicabilidad.
De hecho, el rechazr la hipótesi nula a u¡ nivel de
significancia de 0.05 se interprera erróneamente como que
1os ¡esultados obtenidos se replica¡{¡ en un 95% de ios
casos. Esto es un eror sarafal. La probabilidad de 0.05
no hace ¡eferenci¡ a la frecuencia de ¡esultados dis¡intos a
lo' dc a inverrigacion. porar no háce -eteren.i¡ ¿ rung!n¡
frecuencia. El nivel de significarcia no u una probabilidad
absolura, sino unáprobabilidadcondicional. ¿Condicio¡al
Algunas rc@ñ,endaciones 131
a qué?, cabria pregunta. ?ues condicional a la hipóesis
nu1a. El fmoso 0.0s es la probabilidad de obtener unos
¡es,.¡itados como los obsewados en la investigación en
cúesrión Lá bi?ótesi n lafuese.te adcra. Paraotiliz*r Ia
expresión'; de Box (1979) no es un enunciado del ripo .La
luna está hecha de queso", sino ¡nás bien.si la luna
estuviese hecha de queso, sería un luga¡ ideal paa los
latones". Como cualquier terto de lógica nos diría el
encontrr a la luna piagada de ratones de ninguna forma
probaria que estuviese hecha de queso. Errónemente
r ra mo. de i-rerpre,* hs prueba de .ign fi.r, i¡ . omo
la probabilidad de la hipó¡esis nula en vi¡a de nuestros
d¿tos cu¿ndo l¡ información que realmenre nos dan es la
probabilidad de nuestros datos dada la hipótesis nula.
Tal y como bien lo aJi¡mó sidman (1e60), pero
tanrbi¿n F¡her (1e3s) veinticinco años a¡tes que é1, la
generalidad sólo puede establecerse rnedianre la r¿plica-
Ni siquieraeJ tamano nuestral es un sustituto de la réplic¿
independiente, ya que co¡1o :puntabá Nunnally, (1960)
de .e:.. enros ,u ero' só o .on'rn"¡e rnr
instacia de los procedinientos, ambienres y condiciones
ur tiz¡d¡. De he,ho. rodx l¡.omder¿.ione, ¿nre,io,es
con respecro a la significancia estadíslica, el r¿maño
muestral y la magnitud de los efectos deben hace¡nos no
sólo nás exigentes con la répiica de los hallazgos
experinentales, buscando consistenciu mis ¿11á del ¡echazo
o no de 1a hipótesis nula sino rúbién con respecto a la
magnitud de lc diferenciu y sus intenalos de confiarza.
Esto soiuente es posible media¡te la cont¡asración de los
resultados con lu investigúiones eieriores. Resuaie¡do
esto en nuestra ú1tima pregunta, esta podría formulase
:Há¡tá qué punto son consistent s los result¿<los co¡
lá investig¡ción á¡terior?
132 Esfud¡a del desaÍollo ¡nfant¡t

A largo de estar páginas he¡nos t¡atado de idendfica¡

10
una serie de aspectosinpoía,tes por considerd aL exmi¡¡r
. Feferercias del capítulo
,repones de invesrigación basados e¡ diseños esradísticos, a
1a vez que procuramos aclrar alguaos nale¡tendidos
,on-una r.ercr de l¡. pruebr d<.igrifican. ra. l- r ningrnr
de estas cosar prerendemos ser origin¡1es y ren*inos a los
lectores a ios excelentes anículos que a este respecro han
publicado Cohen (1990, 1994) y wilki¡son y 1á Con¡ión
sobre Inferencia Estadistica (1999). No obsra¡te, pensamos
que por el mismo distanciamiento ent¡e los analistas
.onducLu¡le. y I: l, errr-rr ei¿d\-i.¡ e'¿ coi\enienre
ll¿¡rar l¿ atención sob¡e estos ,r..ículos que bien pu¿ield
ABELSON, R. (1995). S&tistics as ¿ PrincipledArgumenL
haber pasado desapercibidos para una importante
Hillsdaie: Lavrence ¡¡lbaum Associates.
pmporción de los niembros de nuestro.colegio invnibb'.
ATOR, N. (1999). St¿tistical Inference in Behavior
Una última aclaato¡ia. Buena pane de lx críticx al
Anaiysis: Environnremal D e''etminar,rs. Tbe Behário|
análisis estadístico que aquí se recogen pueden ser
Anabst, 22, 93-97 .
perfectamente aplicables al análisis de los diseños
conductuales, Ios cu:les presentan a su vez dificultades BINDER, C. (1993, Ocmber). Behavior3l fluency: A n€w
propid (át ¡especto, véase Vargx, 1999). El poder y la ¡nradilm. Edrcational Tecbnalag, 8.t4.
m¿s, i,Jd de lo. ete.to. en Io. d,.eño. in',xujero .on BOX, G. (1979). SomeProblems ofStatistlcs a:rd Everyday
tópicos que sólo recientemenÉ han recibido ate¡ción por Lile. laendi afthe Ane.rican Stutitical Assac;ation, 74,
1-4.
parte de los cuantitativos,! comituyendo
"metodologos BR-{NCH, M. (1999). S¡a¡¡tical Inference in Behavior
por t¿nto un áea po¡encialmente fénil de intercambio
con el análisis conduc¡ual. Lo anterior, aunado a los Analysü: Some rhings Significance Tesring Does and
cmbios que se están operando con respecro al anlisis de Does N ot Do. The Behapiar Andbst, 22, 87'92.
datos en la comunidad psicológica en general, dem:ndan COHEN, J. (1988). S¡¿rJt¡cal and Pouer Aubsis for the
del analista condr¡ctu¡1 una cornpetencia en el rnaaejo de Bebaúoral and Sacial Scienres. Flillsdale, Erlbaum.
la esradistica. Esperamos que como comunidad cientíiica COH¡N, J. (1990). Things I have Learn€d (so Fd).
podmos esrar a la altura de este reto. Americdn Plchalngist, 1 t, 1]A4'1312.
COHEN, J. (1994). The Earth is Round (p<rl.os).
Amencdn PsJchakgtst, 49, 997 -1003 .

DAVIDSON,1v1. (1999). Sraiistical Inference in Behevior

Analysis: Having my cake nd. eatinsú? . The Behaoior
AnabsL, 22,99-1a1.
134 Estudia del d*aftúta intant¡t
EVANS, G., LEPORE, S. SHE\IAL, B. & ?ALSANE,
M. (1eeB). Chronic Residentiai Crowding and
( hildrer's \ver.-B.ir8: An Ecologi(¡l terspe.ri'e.
ChtA De.,elo?nent, 69, 1514-t523.
FISHER, R. (1935). ?leresisn of Bcpeinol\.Edrl'búryh:
Oliver & Boyd.
GLASS, G. & STANIEY,I. (1973). MétodDs Estadísticas
Apkcidos d L1s Cienciás Socklei. Méúco: ?¡enr;ce Háll.
GOTTMAN, J.M. (1es8). Psychology ad rhe sridy of
mtiral prccesses, Annaát Reritu af rycbolosJ, ae,
t69.97.
HERSEN, M. & BARLO\í, D.H. (1976). S;ngle Ca'e
Ea?úihaú.xl Daigw: Str,ategies Jbr St4dying Bebaaiar
Cbange in tbe Indioielual. New York lergÍnon.
HUIT¡MA, B. (1986). Srar¡rical Analys¡ in Single Subjecr
Designs. Er: A. Polins y R.\l. Ftqra, Research
Metba& in Applied Beha?iar Analysí', Neñ yorkl
JOHNSTON, J.M. & ?ENNYPACKER, H. (1990).
Reaiings in Strategizs and Tart;cs ofBehdrionl Re'earch.
Hillsdale: Law¡ence E¡lbaum Associares.
KILLEEN, P. (1978). Stabili¡y Criteri^. lourn¿l of the
Erpeiqeua l A u lui ol Beha t, ú.. 2c, t-. 2a.
MICHAEL, J. (1974). S¡aristical Reasoning for Individual
Organism Res*rch> Mixed Blessing or Curse.
laumal ofAppl;ed Beha.tíor Andbs;s, 7, 647-6s3.
NUN\{l IY, J. (lqbol. Tne P Le o} \r¿ri,r:c. in
Psychology. Edrcát;andl and Psychological
Measrrem ent. 20, 641.65A.
ROBLES, J. 0992). Un Madeh Estrbcturdl sobre el
R,ndnteno r'ed?ai.o ca t:t'dMnt6I aiueñ¡tdna,.
Documenro no Publicado del Ce¡t¡o de
Investigaciones del Componoiento, Universidad
Católica Andrés Bello, Ca¡acas, Venezuela.
Befétenc¡as del capítula 135
ROBBINS, R., GOSLING, S. ¿{ CRATK, K. (1999). An
Empirical A¡alysis of Trends in psychology.
Ameicdn Pslcbologist, t4, 117-t28.
SERLIN, R. & LAPSLIY, D. (1991). Rar;onal Appraisa.l
of Psychological Rese¡ch a¡d the Good Enough
Pri¡ciple. En: c. Kere! y C.Lewis F.ás) A Hantbooh
af Data dndlysn in tbe Beb¿r.)íaftl dn¿ Sociat Scienc5.
Hillsdále Lav¡ence Erlbaum Associates.
SIDT.,LAN, M. (e6a/]9e8). Taatics af Scimtifc Rueanh.
Acton: Copley PubLishing Group.
SKINNER, B.F. {1es0). Are Theories of Lea¡nins
Necessary), Pr¡cáolog'cal Rniee, 57, t93-2t6.
SKINNER, B.F. (1956). A C e H¡rory in Scie¡rific
Mefhod. Anelicdn Prrchalogist, 1 1, 221-233.
SPRINGER, B. BROVN, T. E¿ DUNCAN, p. (19s1).
. Cu¡¡ent Measu¡ement in Applied Behavior Anatysis.
Tbe Bebdviar An¿lrst, 4, 9-31.
TUKLY. J. llebqr A1¡ )z¡ng D¡r¡: s¡ncLifi.¿Ljon or
Detec¡iee V ark. American Psfchc,lolkt, 24, B3-9t.
VARGAS, C. (1eee). Consideraciones Sobre et Antisis
Estadístico en los Diseños Conductuales. En: A.
Rdsel, C. silva, E¿ L. sá¡chez F.ds.) Cantr;buc;ones
d la Psícalasíd en Venezeela: Yol nI, e50-26r. Ctacas:
Facultad de Hurna;dades y Educación, Universidad
Centrál de Venezuela.
vlrKrNSoN, t. &t { coMIsIÓN SOBREINFERE ¡OA
ESTADÍSTICA (1999). Srar¡ricát Me¡hods in
Psychology Joun¡ls: cuiedelines and ExpJanations.
Aner;cdn Prcbokgit, i4,s9t 6A4.
ACHENBACH, T. (1e78). Researcb in De,"elopnntal
PsJcbolog: &ncefts, Srategi*, Metbods. New \ork
The F¡ee l¡ess, A division of MacMillan ?ublishins
Co. Inc.
ALFONZO, Y., BERMÚDEZ, N. & CALLEJA, F,
Q99q. E. ctos de dos tipos de contí.ngnci,$ anenüdás 4l
gmpo nbre k con&rcaz oeathra. Thbajo Espe.ln de
Grado para opta al título de Licenciado en Psicología
Mención Clínica Escuela de Psicología, UCV.
ANGUERA, M. (1983). Mánral de Prácticas ¿e
O bsn a ió n. l¡I.éÁ.co :T nll*.
ARAGóN, L. & NAVA, c. (1992). Lás gráficas en
t,icolog a. tn: A. Silva 1e¿) M¿rcda' caatil¿t;aos ea
Psnohck, (127 -úa), MéÁco.T Álas.
ARNAU, J. 0e7e). Psnohsía exper;neatal. Un nfaque
mendn lósico. México:Trili¡.
ARNAU,l. (1980. D¡etos experinentales en Psicología y
&trcacíón. YoL 2,MéÁco:'f rnlÁ.
BAIR, D., WOLF, M. & RISLEY, T. (198¿. Solne srill-
currenr dimensions of applied behavior analysis.
lormal ofíppl;ed Bebaviat Analrsi, 2a @,313-327 .
BARLOST, D. & HERSEN, M. (1988). Düeños
erryrinentlnes de casa úniro Barcelon* Ma¡tínez Roc:-
134 Estud¡o déldésatótó ¡hlant¡t
BIRLE& E., GROSS, A. & DRABMAN, R. (1982). Social
skills training with children: proceed with c¡ution.
larmal ofApplied Bebatior Anabsis, lt O), at fi.
BIJou, s. (1e72). The crnical need tnr methodologicat
cons;srency in field ¿nd labo¡atories studies. En.
Detemírunx of Bebatior Doelopnent.(geJ 13) New
York Acadenic Press, Inc.
BIJOU , s. (1982). hiaksb del D**ollo Infantil pa etapz
b:ásica de la niñez remprana). México:Tritlu.
BIJOU, S. & BAER, D. (t978). Bebaúar Ana\sn of Chikl
Deoekpnent. Neq lersey:P¡entice Hall, Inc.
BIJOU, S., PETERSON, R. & AUIT, M. (1968). A
merhod to inreg:re descriprive and experimental field
srudies at the ievel of data and enpirical conrepts.
laumdl ofAt?bed Behdaior Anallsis, 1, t75-1et.
BIJOU, S., PETERSON, R., IiARRIS, F., ATLEN, K.
& JOHNSTON, M. (1969). Methodology for
experimental studies of young children in na¡u¡¿l
setings. The PslcbohgicaL Recard, 19, 177-2ta.
BIRNBRAUIR, J., PETERSON, C. tT SOINICK, J.
(197a). The design and inte¡p¡era¡ion of studies of '
single sub jeas.,4zrmcaz Io mal ofMentdl Defcienc)
(¡eprinted).
CASALTA, H. (1989). A?raxinác¡ón a la Psicolagia
Ex.perimental. Ce¡acas:Fondo Editorial Acta
Cien¡ific¿ Venezolana.
CASALTA, H. & PENFOLD,I. (est). Mo¿;f'ución da
I aady,ta. li.t¿,6 dp obsertatrcc e tn¡eruen¿ón.
Caracás, Ediciones de l¿ Facultad de Humanld¿des
Educación, UCV.
CAMIBEIL, D. & STANLEY, 1.0978). D;seños
ex? ein en ta k n oa a:iexperi nn t¿ 16 d ü in ust tgat ; ón
J¿r¿1 Buenos Aires: Amo¡róÍu
CASTRO, L. (t979). Di-.no sin estddisttc¿.
^teñnenn'l
CRA]GHEAD, 1üI., Kq.ZDIN, A. T. TtrA.HONTY, M,
ltegl). Mod;Jia¿ón da Canductz. Principios, Técnicas
Apliaciones. B*celona: ¡diciones Omega, S.A.
1
CHAVEZ, M. (1992). D¡eños de investigación con
grpo. Fn A. >ilva (ed.) t4ercaos tuantita,in" en
Psn o I o gia (2 t. a a).México :T nllx.
DAVISON, G. &STUART, R. (1975). Beháviorrhe¡apy
ad civil libenies. ln¿nr¿,2 PrcbohenL 30 (4,755-
763.
DOKE, r.
(1e76). Assesme¡r of child¡en\ behavioral
deficit. In
M. Hersen 3r A.BeIlxk (eds) Behaoíoul
Assessment. A ?rdctic¿t banrlbook (ap.18). oxtorá:
Pergánon Press Lrd., (Enslá¡q.
ENGLERT, P. {te8s). Efecta ¿e das ?rccedinientas de
coreccíón d¿ errores sobre la adq*iicíón de una
de -n%aú ú,'M1.T briodeCradopraoprr aJ
r Llo de M€ire.S.ienrimr en P.ico ogi¿ ['lencion
A¡ili.i. f vermenL¿ de l¡ Condua¿. Uni.er.iüd
Cent¡al de Venezuela, Ca¡aca¡.
ETZEL, B. & IeBLANC ,1. Qe82) . A,"itnk Experinentdl
d.e h Conducta Infantil. Conferencia dicrad¿ en 1a
Escuel¿ de PsicoloBía de 1¿ Universidad Cenr¡al de
venezueta, craca¡, 21l04l1982.
FERNANDEZ.BALLESTEROS, R. & CARROBIES, J.
(1983). E.¿al"ación Condrctual. Metodologia 1
Ap liaciones Maáid,: Eüt. Pirlm)áe.
v GUEVAR-{, M. (t985). Enseñanza d. la seriaciónr U/a
estrategid tara Wmoper su gmetaLzación. T nbqo ¿e
urado prJ oprar ¿l ,,,Jlo de \4¿c:,rer scie-rimn
Anlisis Experimental de Ia
en ?sicologia, Mención
Conduca. Universidad Central de Venezueta,
14O Estúdió dcl desar. . infanil
GUEVARA, M. T. (1994) . La obsereaión como estategia
hkrca para el *udí.o de la condrctz infantil. Carac*:
Fondo Editorial Facult¿d de Hunanidades y
Educdó¡.
GUEVARA, M., BARREAT, y. & ROSSO, L (1984).
VaL;dac;ón enpirica de destlezt camponentes
nrriculun & notrndadfnd para niños thecscalares.
XXXIV Convención Anual de AsoVAC, Cumaná.
GUI\¡ARA,M., DEMBO,M., ROSSO,L, BADELL,M.
& GARCLA, M. (1e85). tes¿nollo 1 ,talidación tlz an
caniculxn de dLtnninación smsoríal para n;ños pte.
er.ola¡es. xxXV Convención Anual de AsoVAC,
Mé¡id¡.
GU¡VARA, M., RANGIL, A,, LACASELLA, R.,
GOMEZ, K. & LADRON DE GUEVAiA, T.
v¿lidaión d¿ an aninhn nlnero en la
en el área ck
enseñanza ?re.escoldr. ]{]{XVII Convención Anu:l de
AsoVAC, Maracaibo.
GUEVARA, M.. RANGEL, A., TACAS¡LLA, R,,
GOMEZ, K. & Krt-A"N, M . (1988) . Vdliddrión .le un
cuniculun de núnero para la enrñanzd prc-e'calar
XXX\/III Convención Anuá1de AsoVAC, Mara.¡y.
GUEVARA, }'I,, VILIATBA, D,, RANGSL, A.,
I qLA:FI I c. R.. & LtRÓN. s. t ls¡-). c"r,,-,-,o
dc un grupo de niños que pasan de an aala prcescolar
etperímental a otros ambiente' e&tcdtitos.. XJ.j{]r'ü
Conven.ión Anual de AsoVAC, Ma¡¿caibo.
HALL, R. (t974). Manas;ng behaúor (Pan 1). Behavior
Mod;fuation: The neasurenent af Kansas. Kansx: H
& & Etrterprises, Inc.
HAI-L, R. & FOX, R. (1970. Cha¡ging-C¡iterio¡ Design:
An alernarive applied behavior aaalysis procedure.
En: B.Etzel, J.LeBl¿nc & D.Baer (edt
¡lcpelo?¡nents in beha¡¡io¡al research
ffheory, method
and application)(1s1-166). New Jersey: L¡vrence
Erlbaum Associares, lublishe¡s.
HALL, R,, FOX, R., \IILLARD, D., GOLDSN'I]TH, L.,
EIVIERSON, M., O\üEN, M., DAVIS, F. &
PORCIA, i. (1971). The reacher ¡ obsener and
en n experimenter in the trodificarion of disputing and
talking-ou! behaviors. /oumal of Applied Bebatior
Ana\st' 4, 141.r19 .
HARROP. A. & DANIELS, M. (1986). Methocir of lime
samplins: A reappraisal of momenra¡y ¡ime sampling
and parrial interval rccordini. Ia&mal af Ap?lie¿
iJehd!tar A ndt\)t¡t. tr. / l-/ /.
HARTLLANN, ú (198s). Estratesid de EvatuacióÍ. rn:
D. Bdlor' )' M. Hersen ,'s¿t os expeinntaLes de cao
(198¿. ú.nio 0a7 -131), B^tcelora: Má¡rínez Roc¿.
HARTI4ANN, D. & II-A.LL, R. (1976). The chdgitrg
cr it erio n desisn' J o um¿l of A pp I ie d B e h ao i o r A na ly ü,
9 (4),527-s32.
HARTIL{NN, D. & \íOOD, D. (1990). Obsenational
methods. En: A. Bellack, M. Hersen & A. K¿zdin
(e ds) I n t rna tio nal Han tlbo o h af Be b a v h r M o d ifiu t ; o n
antl Tberag (107-118), New york and rondon:
HA\VIüNS, R. & DOTSON, V. (1975). Reliabiüty scores
that delude: And Alice wonderland trip through rhe
nisleading characterisdc interobsener agreement
scores i¡ inrenal ¡ecordins. En: E. Rmp &J. semb
(eds) Bebdoiol Anab'b: Areas of Research cnd
Apdicdtian /3 t9.376). Enitewood Clitrs, New Jersey:
l¡c.
P¡entice H¿.11
HAVKiNS, R. & DOBIS, R. (1977). Behavioral
dennnions in applied behavior a¡alysls, Explicit o¡
N¿2, implicit. En: B. E¡zel,J. LeBldc €¿D. Bae¡ Gdt Ner,
Deoela?nentsin Lehdl,iordl rsurch: Theotl, netbod and
142 Estud¡. del desanalL. ¡ñlánl¡l
aP?licdtion. In honor of S;dney Bijou (167-t88),
I:ilhd¿le. \eq J.,ey: rrq,en.e r-,lb¿-'n.
HAINES, R. & ZANDER,A. (1978). Obsenáción de 1¿
conducta de grupo. In: L. Festinger y D. Kátz (e&)
Las nétados de inxatigacíón en las ciencias sociales (353-
345), Buenos Aires, Pndós.
HENDRICKSON,J,, STRAIN, P,, TREMBLAY, A: I¿
SHORES, R. (1982). inter¿ctions of behaviotally
handicrpped children: Functional effects of peer social
jnteftctiors. Beháoior Mo dif c átion, 6, 323 -353.
HIGGINS, A. & BAER, D. (1989).Inter¿c¡ion effecrs in
mr¡itieleme¡t designs: Inevitable, Desi¡¿b1e and
Isrorable. lourul ofApplie¿ BebdliorAMbsis, 22 (1),
57-69.
JACKSON, D., D¡LLA-PIANA, G. & SLOANE, H,
(1973). Hou ta esüblisb a Bebaxior OL,semation Systen:
A selfinstructional Pragraz. University of Urah:
Bure¿u of Educaiioná] Research.
JOHNSTON, J. (1979). On ¡he ¡ela¡ion be¡wee¡
generaiization ad generaliry. the Bebavior Analyst,
Fall, p.1-6.
loHNsToN,J. (1e72). ?unishrnent of hurna¡ behavio¡.
Ane¡;cdn Prrchahg^t, 27, n33-1054.
JOHNSTON, J. E¿ PENNYIACK¡R, H. (1980),
St ategies and tdctics of H"man Behaúoral Research.
Neq ler.ev I ¡wrence Frlbar m A.,oc,¡re.,
publ¡hers.
JoNEs, R., KAZDIN, A. & rL{NEY, J. (1e81). Social
Validatio¡ a¡d ¡raining of emergency fire safety ski11s
for potúrial injury prever¡jon andlife sa''i^g. lo"rnal
of Alrylied Behdlrior Andlyb, 1 4, 24e-2sa.
KAZDIN, A. (1977). An],f^ct, bias ard complexity of
assessment: The ABC'S of rúiability. lournal af
Aqlied Aehaobr A%bsh, 10, 141'$A.
LAZDIN, A. (1979). Unobtrusive measu¡es in behavioral
Iormdl af Afilietl Behaoior Analysis, 12,
arsessnet\f.
7t1721.
KAZDIN, A. (19s0).,Roearch &sign in ctinical¡xycbolop.
New Yorh Hrper and Ro*, ¡ubkhen.
KAZDIN, A. E¿ HARTMANN, D. (1978). The
SimulrmeouvT¡ea¡ment D esisí. Bebapíot Therap|, 9,
912-922.
KETLY, M (1977). A review of the obsena¡ion¿l data-
collection ud reliability procedures reponedin The
Journal of Applied Behar;or AnalysÁ. lotnal of
Anlied Bebda;ot AMI:!s;s, 10, 97 -1a1.
KERLINGER, F. (1988).
Investisación del
(hnponaninto Mé.rJco:Mccraw H;11.
KR^TOCHVILL, T. (1978). Single s"bject rese¿rch
(Strategies lor evaluating change). Nev
York:Academic ?¡es.
I \' A\FI I A. R. (re8l. ¿l¿".dtd,a ripsde.onn4en a:
refonaniento sobre k can¡lsct¿ cre¿¡ír* Un estu¡lia
de
de Valülación Soci¿\. Trabajo de crado para optar al
!ítu1o de M¡gisrer Scientia.um en Psicologia Mención
Anlis; lxperimental de la Cond,.¡cta- Unive¡sidad
Ceni¡al de Venezuela. Caracas.
LACASELLA, R. (1996) . AtuílEis dt interacc¡oñe' ,erbdles
en niños ?reescoldres: UM rédict1 sistenátira. Trtbajo
presentado para optar a1 ascenso correspondienre a la
caregoria de l']ro{esor Asiste¡te en el escal:Jón de1
personal docente de la Unive¡sidad Cent¡al de
LACASELLA, R-, MORENO, R-, R,ANGEL, A. &
VTLLALBA, D. (199L). Diseño 1 oaiitl¿ción ¡le tn
ctric un Tara el tlcsanolLo de de*¡ezas de asto-
cuidado. xLI Conve¡ción Anual de AsovAC,
Ma¡¿cnbo.
144 Eslud¡o del desarc¡lo ¡nfani¡¡
LADRON DE GUEVARA, I., RANGEI-, A.,
GUEVA¡Á, M. & MORENO,R. (t99a). Vatid*ión
d< ¡n.u-..
"l.n e¡t ela,ea b letvajepa.a k en. anu
?rc e'colat. XL Convención Anual de AsoVAC,
Cun¿ná.
LLINDIS, V. & M¡SSINA, P. (t998). A&au;s;c;ón y
t,an.l",ea;a Je.t¡'e,iote' pnfa.dl^ cn nirc.
t/.er."lrler Trabajo Especial de Grado paa oprar a1
riulo de Licerciado en l'}sicolceia, Mención Clinica.
Unive¡sidad Cent¡al de Venezuela, Cuac¡.
MAGNUSSON, D. (.t977). Tearía de los tests.
México:Tri11x.
MANSELL, J. (1e8s). l inte smpling md measu¡ement
e¡ror. The effect of interval length and sanpling
parrern. Jo m,¿l af Bebáoiot lh*apy awl hperinental
Prchiatry, 16,215-251.
M,\RTíNEZ, J. ¿{ MUCCT, L. (t991. vaúabtes det
,or,a,o 1 r tn4"er, a m k afuarcot Jz r¡^to,as
Iingnlsiros en n;ños preyolares. Trabajo Especial de
Grado p¡lraopta 11títu1o de Lienciado en Psicologia.
Mención C1ííicá. Universidad CentraL de Venezuela.
NELSON, R. & tlAYES, S. (1981). Nature ofBehavioral
En: M. Hersen ¿. A. Bellack
ássessment. kdt.
Behárioral Assessment. A ?ract;cdl han.tbook, Neñ
Yo¡h Pergamon Press.
oLLENDICK, T. (1981).self-nonitoring and sell-
adnriniste¡ed ove¡co¡¡ection. Beharior Motlifcation,
t,75"84.
OLI,ENDICK, 1., SHAPIRO, E- & BARRETT, R.
(1981). Reducing stereotypic behaviors: An ualysh
of,re¿rmenr pru..or re. urilizing ud ah" ra :ng
¡reatnenis design.,¿¿a"iat Ikelal,r, 12, 570.577.
oRltl-LoPEs, L. (s/i). Una reajsión de clneños
er?er i n en ta le s. M1atc tial mineo gratiado-DraÍt.
PARSONSON, B. &BAER, D. (1978). The r¡alysis ¿nd
presentnion ofsraphic dara. En, T. Krarochwill (ed)
Single subjea aeanh. Stratesies fot e'L)dl düns ch¿nge,
New York,Acadernic Pres.
po\0rl-l, MARIrNDALE, A. & KULP, S. (1975).
J.,
An evalution ¡¡f time sample neasures of behavior'
l.),mdt af AP?Lied Behdaiot Aubsi' 3, 163469 .
RANGEL, A. {Iega). Ld conducta de cla:iJicacién: dos
enrdtug;d' d. enseñanza. l rabajo de Grado para optar
a1r1tülo de Magister Sci-ntiar,¡m en ?sicología,
Mención Análisis Experimental de la Conduc¡a,
IICV
NBES, il. (1980). Teoriade laConduaa. En F. Rib:s, C
Fernández, B. Rueda M. Talento y F. López (eds)
En'eñanu, ej"rcich e inlEsti dción d¿ la Psnologia. Un
neielct nzteyal. México,T till¿s.
RIBES, E. (1990). Proólem as conce?tudles en el AnAis¡s del
Cokl?ortdmiento ¡1 m¿no México:T¡ill¡
Rl\l r\ , L & V Ol I . M. (le-2). \tr¿!eg-e. tor r¿vzir8
behavioral change over tine. En:J NeselroadeyH.
neese Gdl ¿¡,ts¡¿¿ deaelapnentaL psychalogy:
)tethodolosícal isaes (t7 5-181), New YorhAcader'ic
ROMANCZYK, R., KENT, R., DIAMENT, C, E¿
O'LEARY, K. (1973). Measuring rhe reliability of
obse¡vational d¿t¿, a ¡eactive proax lournA of
Apd;ed Bebdliar Avbsi' 6, 17 5'184
RUGGLES, T. & LeBLANC, l. Qe79) ob:entation
nerha¿s in Anlied Behador,a zal¡n. Kansas Reseach
lnsrirule for Early Childhood Educ¡tion of the
Handicrpped.
146 Estud¡o dél dcsa .Ió iñfrnt¡l

SIDI/LA.N, M. (t975). Táctic* de ;n!6tis{ión científca. En: E.Rmp & G.Semb (e dsj Beha"tior Aulsi. Area
Bdceloná: Fo¡!a¡elh. ofresearch antl apliatícn. New Jersey: Prentice Hall,
SILVA, A. (1992). D¡eños de irvestigación con N- 1 o Inc. Englewood Clills.
de series de úiempo. En: A. Silva (ed) ,r1átolos UIIDER\iOOD, B. \1972). Psicolagia expetinentcl.
cuantitatiros m Psiología.(a 5.7a). Mésico:T r:lls. Mé¡ico,1'rillas.
SILVA, A. & NAVA, C. (1992). Confiabilidad y v:1idez VIILALBI\, D. t¿.to dt la íwtrucciones sobre la
(1983) .
en t.:. ologa. l-i : \ \.1!a\e4. u¿nda,.,aa i.a.i a aútisición ¿e tna ¿¡scrim;nac;ór, !;:,al en niños
en Ps;colcsla (71 98), México:Trilla. preescolazes. Trrbajo de crxlo para optar al tírulo de
SKINNER, B. F. (1971). C;enc;a y Candrcta Humana. I{agister Scienriarum en Psicclogía, Mención Análisis
Barcelona, Fontuella. Experimeatal de la Conducta, UCV.
SKIN'¡IIR, B.Ii. (197s). Tendencias acruales en Psicologia \IALKER, H. & BUCKLEY, N. (1968). fhe use oi
rxperimenr¡l. Enl B.F. Sk)nnet Regisna Aunrldtí@, posirive reinforcemenr in conditioning anending
(329-350). Barcelona:Fonranellá. t¡ehavlor. Iatmdl of Applied Behaoior A na$si, 1,215-
SPzuNGER, B., BRO\{N, T. & DUNCAN, p. (1981). 250.
Current measurernen¡ in Applicd Behávio¡ Aná1).sis.
Ihe BehdN;ar AnalJst, 4,19-31.
STEFANILE, A. (1999). Ej;ctilid¿d.le u ¡reqlana dt
enLrenaniento para fac;litat l. trdnsf€tenct,l de
aprendizaje de la seiación Trábájo Especial de crado
para optar al ¡iiulo de Licenciado en Psicologia,
Me¡ción Clínica. Unive¡sidad Centr¿l de Vcnezuela.

SULZIR-AZAROFF, B. t{ MAYER, c. (1983).

Pracedínientos del An¡ílix Con¿uctual A¡licado con
niños y jóunes. }.féxlco:T rll*
THONIPSON, C, & GR,{BO\i/SKY, T. O972),
*hedul* and nuhioperant awlysís. New
Reinforcernent
York; Appleton Century Crofts.
THOMSON, C., HOLMBERG, M. &BA¡R,D. (197r).
A brief report on a comparison of time+mpling
prced\tres. Ia4tMI of AÚlied Behaúot And\5n, 7,
623.626.
ULM¡-N, J. & SULZERAZAROFF, B. (1975).
L{ul¡ielenent bueline design in educationai research.