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I IFICA vEliEZf)L.{l\A vo¡. i3 ' l\" : '


AC?A OIE:C'! l9ri2

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,
Eneayo sob re unos mritoclos para el Análisis Estructural
i del os bosques tro pica les *
HaNs L¡.mPnrcnt

Cútedra, d..e Siluicuttura, d.e la Faculta{l de Cieneias Farestales Ll¡ti,ttcrstdatl ck. los Attdt's. Mí:¡'ida

Ir os ESTUDtus sobre ia estructul'a de los Llosques llaiura- tructura tie la forcsta tropical, será inrprescindibie exar¡in¿t'
I tu. ocupan un puesto de preferencia en el carnpo de cuidadosamente los métodos y técnicas usualcs tlel arlálrsis
II lu. investig:rciones silvicultul'ales modernas. Lo-* re estructu}al fr-¡restal, modificarlos y adap&lr'lo-s e ])uestr¿s
-.ultados de los ¿nálisis estructurales, permiten --entrt' otras necesidades o, aún más, elaborar sistenras y lirot:edimiento'c
cosas- d..:riucciones itnportantes acerca del orig'en, las ca- ,ruevos en caso de que los tradicie,nales resulten itraplit:alrles'
r¿rcte¡isticas ecológicás y sinecológicas, el dinanrisnro y las !¡ 5isienra realnrentc sa1-isfactorio del análisis estru(:-
tende:rcias del futuro desarl'ollo dt-' Ias comunidades íores- tural, cuzrltluiera qrrr' -qe¿, ti':¡te que cumpiir con los siguicn-
t¿rles. Asiniisnlo, pueden sunrinistrat datos intere-s¡tlltr:s cr.rt: tes rerlut:r'intientol' :
l'('specto a las fuerzas del Iraiiit¿rt. y sris influt'tlcias forltl:¡-
tir'¡rs sol¡r'c los á.rt¡oles y t:l bost¡tle'en su tct:¡lidad' l.-Que sea :lplic:rbirl en no it:lp'rrta qtié r'il¡r) ri"' l;osrlt¡t
(¡tor lo I)1(:ilos ell la ri:giótl intcttropical)'
El forest¿¡l necesita tods l¿r inforltr¿rci6n i:sbozada --y
2.- -Quc los resultadr¡s sealr oiijeir1'r)§; l'()1' lo tairi'tt, e§
muchos datos nlás- ¡rara pcitler traz¿rr soirre bases sóli¡las
tleseable que se dejcn ('\l)rtrs;ll' trn <'ifrar' ¡ littrleros'
y con acierto li¡s direccir¡nes tlel nirinejo de no importa qu{ rlá[i-'is het'llos
3. los resultarios tL': diferrllltes :t t'n
'ripo de bosque. -Qrre
distintos tipo:' de bosqur)s sc¿ut dirr''cta¡tteltte, eoltt-
A pesar del gran valor prírctico de los estt¡dios estruc- parables.
tur¿rles y d'e su indiscutible interós científic<¡. poco se h:r
lrccho al tesltecto hasta la feclta en lc,s trópicos, lo cual es
+.--Que sean a¡:iicables los métodos de la estadisLica
'lácil de conrlrcnder si se ton:a en cuenta c¡ue la investigación rnoderna en la corn¡lil:ición ¡' el av¿rlrio de los dato'c
forestal cicntífic¿r tropical en lnuch¿ts regiones a¡terias está
y la conrparación e ínter¡r'r'tiit:ión de los resultados'
rlando ahora los primeros pasos. En el caso concreto rle las 'La Cátedra dc¿ Silvrcuitura dr' la Univtrsidad <{c Los
invcstigaciones estructurales, existe el agrurvante de quc' lo-e
nrétodos tradicionales sin excepción el l¿rs Andes viene exprlrinentando riesrle h¿rce v¿rrios años ct'tr
legiones templadas-, -desarroilados
resultan con frecuencia poco conve- diversos r.nétodos rlel análisis estructuval en los b«:sques tro-
nientes o hasta inoperantes en los bosques tropicales con las picales; unas de las tócnicas ensayadirs por nosotros fu'rron
propuestas y aplicadas originalntente por Caine y eol*bo'
características estructurales, a menudo por entero distintas
y generalmente niucho más conrpiicadas y con-rplejas t¡ue radores en el Brasil (1, 2).
aquéllas de Ia foresta templada. Aún nrás: incluso en Eu- Antes de entrar en ia discusién, hago constar que los
ro¡ra de la dasonomía científica'- st' han utili- re-"ultados logra<.los hasta la fech¿¡ no pernritcn ningún ,iuicio
--la cuna definitivo con respecto al valor práctico y ia verdadcra efi-
zado con preferencia hasta hace poco tiempo, métodos dtts-
criptivos ( dibujos, descripciones, etc. en la cacia <le las técnicas que sc descrihir'án a continu:¡ción' Dllas
CU muc tampoco son cotnpletas en el senlido de ¿¡b:irc¿tr todos ios
oca,l;e por uap""tra estructuralcs riel bosr¡ue. En el lnejor caso, el si-
gu-ient,: esbozo ¡ructle a¡rortrtr aigurras itir:¿rs tlc utili<látl
f,,.rr, la futur¿r solución cle uno de los' lnÍrltiplt¡s t cotnplejos
&S
qr¡e no representa sino una porción limitadísinra del
froblemas del análisis estructur¿rl fr"r'est¿tl rlt'la
-e-ct¿¡ selva tro-
<lísticamente hablado- "universo" bosque. L<¡ misn-'o vale
pical.
cotr rcs¡tecto a otr¿rs clases de dillujos, fotografías, ctc' Los
rnéto«los puramente descriptivos, a su vez' careccn "nolens
Dc las técnicas que <'utrtplr:tr con los ptin<:i¡rales rcqui'
volens" de la estrict:r objetividad requerida en la investi- sitos arriba m,.:neionados, y que nos parccerl a¡rlicabkis en
gación científica moderna. Además, t:rnto los dibujos ccrno r¡uestras condiciones, se tlcsclilxrn bl'r:"'clntlnte las siguir:ntes :

las descripciones so¡r difícilntente comparables. En vista de 1.-Unas técnic¿is para el análisis iltr l¿r estructula flo-
tnles y otros inconvenientes, los investigadores europeos es- rística de los bost¡ues tro¡ricalcs.
tán ex¡-rerimentando en Ia actualidad con métodos nuevos 2.-Un¿r. técnica pal'a analiz:rr l¿r r:::tl'uctttra dianrétric¿r
nrás eficaces (7). los bosques troPicales.
«ie
Todó lo expuesto arriba demuestra que antes de poder 3.-Una técnica para el estu<lio a¡raiítir:o drr la estl'uc-
emprender sob¡e bases firmes el estudio metódico de la es-
tura vertical de los bosques tropicairrs'
'I'rubrjo lrresenlndo trI¡tc l{t )(I Corlvtllci(ilI .\lru¡rl {le lrr 'tSOY'{C
'
Ctraca¡, Ábril alc 111(il. Para la mejor comprensibilidad se ilustra cada descrip-
I \rí,irsc i,,rr cj. : (í, {il. ción con un ejemplo práctico proveniente de uno de los le-

,[?
TABLA 1

Leoantamien.to Bosque Caimital UL"A. (Barinas)

Feclta: Dimeneiones: 20 x 500 m. = 1.0 ha.

Le¡:an.tado: Todos los árboles desde 10 cm. DAP.

a) Lista de las especies forestales

Nombre uuLgar Notn.bre científico* Fatt¿ilia N,

Aceituno Vitex sp. Verbenaceae I


Anonciilo Annonaceae 7
Araguato Calycophyllum candidissimum Rubiaceae 18
Bototo Cochlospermum vitifolium Cochlospermaceae 10
Cachito cf. Sloanea Elaeocarpaceae 4
Caimito Chrysophyllum sp. Sapotaceae 2
Casabe Torrubia sp. Nyctaginaceae 1
Cedro dulce Trichilia sp. Meliaceae 5
Clavellino Pseudosamanea guachapele Mimosaceae 1
Coralito Hamelia sp. Rubiaceae 1
Charo amarillo Moraceae 8
Charo blanco Piratinera sp. Moraceae 35
Chupón Pouteria sp. Sapotaceae
.D

Erizo Apeiba tibourbou Tiliaceae 4


Espinito blanco cf. Ixora sp. Rubiaceae 2
Gateado Astronium graveolens Anacardiaceae 9
Guácimo blanco Guazuma ulmifolia Sterculiaceae
Guácimo cimarrón Luehea sp. Tiliaceae
Guamo Inga sp. Ivlimosaceae 2l
Guanábana de monte Annonaceae 2
Guayabón Terminalia sp. Combretaceae I
Higueron Ficus sp. Moraeeae I
Jobo Spondias mombin An¿icardiaceae l-1
Laurel Nectandra sp. Lauraceae 1
Majagua Heliocarpus sp. Tiliaceae 1
Mamón Melococcus bijugatus Sapindaceae ó
Miguelejo cf. Pterocarpus Papilionaceae 1
Palma de agua Scheelea maracaibensis Palmae 30
Palo maría Triplaris sp. Polygonaceae ó
Parapara Sapindus saponaria Sapindaceae ,
Peonío Leguminosae 10
Roble Platymiscium sp. Papilionaceae 2
Saquisaqui Rombacopsis sepium Bombacaceae I
Sarare Palmae 11
Surure 1
Tacamajaca Protium sp.' Burseraceae 8
Taparo de monte Couroupita guaianensis Lecythidaceae e
Tasajo Fissicalyx sp. Papilionaceae 11
Tasajo negro 2
Yag'rumo Cecropia sp. Moraceae 2
Zorrocloco Dendropanax sp. Araliaceae 7
Desconocido
1

Total especies 42 Total árboles 284

42 1
b) Cociente de lo, m.ezcla (CM) CM : c\f,
284 -7
-

Expreso mi6 gracias a los Dres. Elbeft Little y Alessandro Bernardi por la determinación bo-
tánics de las especies contenidas en esta lista. Algunas eún no son del todo definitivas y por
conslguiente sujetss a la eventual revisión posterior.

ie
I

valltelnientos hechos por la Cátedra de Silvicultura en dife- TABLA 2


rcntes tipos de bosques venezolanos' EI levantamiento aquí
citado que la gran mayoría de los denrás- abarca
-iguale incluye todos los árboles de 10 o más centíme-
una hectárea DE LAS ESPECIiis
ABLINDANCIA
tros DAP :, pues se limita única y exclusivamente a la ve'
getación arbórea en el sentido más estricto. !)l espacio limi-
taclo no permite la interpretación de los datos presentados'
L¿r selección correcta, el uúmero y las dirnensiones de Lct'tuttotniento: Véase Tabla 1

las parcelas de muestreo, son de in-rportancia fundamental


para la validez, Ia significancia y la comparabilidad esta-
dística-mater¡ática de los resultados. Por no ser del caso, no
se entra en discusiones sobre este particular.
Uno de los rasgos más llamativos en la estructura del Arboles Abundancitt
bosque tropical es, sin lugar a dudas, stt conqtosición florís' Nr
Especie %
tica. Itlna simple tabla conteniendo los nombres de la espe-
cies que rnedran en la parceia en cue-stión, puede dar una
idea general al respecto. (Véase tabla 1.) Esta idea se Charo blanco ói) 12,3 1

concretiza en algo al calcular el Ilamado cociente de la Palma de agua 30 10,56


nrczcla que mide la intensidad de la mezcla. Con tal fin, se
Guamo 21 7,39
divide el número de especies encont¡adas por el total de ár- 6,34
Araguato 18
boles levantados. El cociente de mezcla en los bosques ve-
Jobo 11 3,87
nezolanos (prescindiendo de unas pocas excepciones), oscila
11 Sarare 1t 3,87
por lo general entre a nlás o lrlenos, lo que indica Tasajo 3,8?
-48 -, 11
Bototo 10 3,54
una mezcla sumamente intensiva, pues en el promedio cada
especie está representada tan sólo por 4 a 8 individuos. Peonío 10 3,54
La verdadeia participación o lu abundancia relntiua:t Saquisaqui I 3,1?
de las diferentes especies se calcula, por norma general, en Gateado o ó,1 I
por ciento del número total de los árboles levantados, ta! q
Guayabón órl I
como lo presenta la tabla 2. ¡) 1a
La simple lista de las especies tiende a suministrar en Aceituno I
¡nuchos casos una impresión poco acertada con respecto a Tacamajaca 8 9e,
la verdadera estructur¿ florística; lo mismo puede aconte- Charo amarillo 8 L19
cer con respecto a los datos sobre las abundancias absoluta Mamón 8 D aq
y relativa. Para mejorar y completar la información, es Anoncillo 7 2,4i
menester incluir otras características estructurales, tales
como l¿¿ frecuer¿cia y la dom.irur.ncia de las especies. Zorrocloco 7 2,4i
La frecuenci¿ de las especies forestales mide su dis- Chupón 5 lr'l ('
persión media, definida por el número de subdivisiones d¿l Cedro dulce 5 1,76
áre¿r en que se presentan, o sea, que la frecuencia deter- Cachito + 1,47
tnina la regularidad de la distribución de cada especie sobre Erizo 4 1,41
el terreno. Para calcularla se divide el muestreo en un nú- Palo maría o 1,06
mero conveniente de subparcelas con igual tamaño entre sí.
Entonces se controla la presencia o ausencia de cada es' Guácimo blanco ó 1,06
pecie en cada subparcela. (Véase tabla 3.) La frecuencia Guácimo cimarrón 1,06
absoluta de una especie se expresa en por ciento de las sub- Taparo de monte a 1,06
parcelas en las cuales ocurre, siendo el número total de Tasajo negro , 0,?o
subparcelas igual a 100%. Conviene agrupar, por fin, las ,
Yagrumo 0,70
especies en categorías de frecuencias. En la tabla 3 b se pre-
senta un ejemplo numérico al respecto. Relativamente'pocas Parapara 2 0,?0
especies acusan una frecuencia elevada (solamente 5 caen Espinito blanco 2 0'?0
en las categorías D y E de 6l-80"/, y 8l-100'/t, respectiva- Roble z 0,70
mente) ; la gran mayoría está irregularmente distribuída en Caimito 2 0,70
el área en consideración. La misma tabla 3 indica también 0,70
Guanábana 2
cór¡o calcular la frecuencia relativa sobre cuya utiiidad
se hablará más adelante. Casabe 1 U,óD

L¿ dom.inacióm Font-Querrt (3), sería mejor I{iguerón 1 0,3i;


hablar de "expansión -según
horizontal"-, es la sección determi- Laurel 1 0,35
nada en la superficie del suelo por el haz de proyección Surure 1 0,3J-r
horizontal del cuerlro de la planta, lo que equivale en el Clavellino 1 0,31-.r
anlrlisis forestal a la proyección horizontal de las copas de
llf ajagua 0,35
los áriroles. En el bosque tropical resulta a menudo impo-
1

sible determinar dichos valores, debido a la existeneia dc Miguelejo l 0,35


varios doseles dispuestos uno encima de'otro y la entre- Coralito 1 0,35
mezcla íntima de ias copas unas con otras. Desconocido 1 0,35

I)AI' = Diánletro a la olturft de ¡reelto. Colrrenciolritltrle¡tt('


2

mide a 1,30 In. aobre e[ sue]o.


§(,
TOTAL 284 100,00
LoÉ térmlnos &quf utllizados xo rjustart en lo ¡rosible ¿ l¡t terl¡ti
n,rlrrgis de Poltl-Quer (3).

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l'ara salvar esta dificultad, Caine y colaboradores (2) ques tropicales se encuentran normaimente condiciones al
respecto ,ruy se*ejantes a las represen&rdas en la tabla 6n'
I)roponen que se utilice el área basal de los ártroles en susti-
tución de la proyección de las copas. La tabla 4 suministra Es decir, hay mucho material delgado, menores cantidades
los. resultados de los cálculos sobre la expansión ho¡izontal de in<iividuos con diámetros medianos y sólo escasos árboles
o la dominancia de las diversas especies en base al 'áre¡t muy corpulentos. Tal composición diamétrica constituye la
basal. Como es lógico, resaltan claramente en la lista las rr.,ejor garantía para la existencia y sobrevivencia por tiem-
especies representadas por individuos de grandes dimensio- po. irrdltit ldos de la asociación forestal climática' Los pocos
nes a pesar de su número (abundancia), a veces reducido individuos entre los de las mayores dimensiones elimnados
(por ejemplo, Saquisaqui). ocasionalmente por muerte natural, son sustituidos sin di-
Ahora bien, los análisis de la abundancia, frecuencia y ficultad y en cualquier momento por material proveniente
dominancia permiten cada uno formarse una idea sobre un de las ricas reservas en las categorías tliamétricas inferiores'
deterrninado aspecto de la estructura del bosque' A pesar Al contrario, revela el análisis estructural diamétrico por
' del gran valor científico y práctico de tales enfoques espe- especies 1o menirs en parte- condiciones muy dife-
cíficos, ellos no suministran sino informaciones parciales y ."nt".. -por
Por cierto, hay especies cuya estructura diamétric¿
obedece a las reglas arriba esbozadas' Pero existen
otras
hasta cierto punto aisladas. Lo ideai sería indudablemente
distinta' En
combinar los mencionados datos en una u otra forma con eI con una estructura diahrétrica fundametrtalmente
fin de llegar a una sola expresión sencilla que abarque el la tabla 6 b aparecen unos ejemplos típicos, acusando una
espectro Átructural contemplado hasta aquí en su totali- escasezmarcadaenlascategorÍasdiarnétricasinferiores(re- i'
dad, y que sea un reflejo fiel de las respectivas condiciones' población, material joven y hasta de dimensiones medianas)
En realidad existe, por lo menos, un ensayo que parece La interpretación correcfa de tal fenómeno no resulta fá-y
protnetedor para llegar a dicha meta. Curtis y Mclntosh cil, ni rnucho menos. A pesar del gran inte-rés científico
fcitado seg:un (Z)], proponen calcular al efecto el ilamado prictico que presentan, no vendría ai caso discutir aquí los
.z ilndice del valor de importanciq", que es simplemente la su- múltiples problemas respectivos, máxime . que el suscrito
ma de la abundancia relativa * la frecuencia relativa * la vu prtll.O^ en varias oportunidades su hipótesis sobre el
expansión ho¡izontal relativa de cada especie' Los valores particular (4, 6)'
leiativos mencionados de nuestro levantamiento se hallan Se sobreentiende que el estudio est¡uctural forestal
en las respectivas tablas. La tabla 5 a su vez ttae los ín- tiene que incluir también el análisis de la posición socio-
dices de valor de importancia de las diferentes especies' lógica ie los árboles, o sea, Ia estructura vertical dei
bos-
Aunque quizás sería prematuro querer juzgar la precisión q,r-o. po, regia general, se distinguen tres o cuatro categorías
y .orr"..ió, del mencionado índice, por lo menos en el
caso presente, refleja en apariencia bastante bien la impor- 1()0 Ilrt
So ¡rrcsttntntt lo§ ro§trltados de ulI lsluntsllllcllto s()bro
tanciá relativa de las diferentes especies en la comuniclad pu.* t"n"a la seguritlttl qtle ollo§ sesrr re{llnente reprcselltxtiYÓ8
boscosa contemplada. ;ioi'qr" rrnottrr quc en el áret cor¡tenlpln(ltr fucronqtle xplotttltts )os
Otra característica muy interesante de la vegetación r,r¡u.u* y ltrás \'oltllllinosos Cedros y Ctlrtltas Lo
di('zllló l¡I
tn ltrs ctttegorírts
selvática es la .gg!41g¡lton d'iutnétric.a de la masa forestal a-uprrr*o,ita"iOn tltt llts tlos cspecltls l¡ttll¡t'irlllÍItltls
(liillI(il ric¡ls §tlPerl0r('ñ.
y de cada ,no ,1. lai especies que 1á integran' En los bcs-

TABLA 4

DOMINANCIA O EXPANSION HORIZONTAL DE LAS ESPECIES

Leaantantiento: Véase Tabla 1

Dotnin.
Dotnin,
Area relatiua
Area ¡'elatiua
basal m2 % Espec'ie bosal nf Vo
Dspecie

0.2594 0,89
Saquisaqui 8.0613 27,66 Cedro dulce
0.1810 0,62
Palma de agua 3.8053 13,05 Clavellino
0.1582 0,52
Charo blanco 8,14 Erizo
0.1328 0,46
Jobo 1.9004 6,52 Parapara
0.r274 0,44
Araguato 1.8460 6,33 Chupón
0.1044 0,36
4,55 Guácimo blanco
Guácimo cinrarrón 1.3270
0.0937 0,32
Guamo 1;2339 4,23 Caimito
0.0917 0,31
PeonÍo L.2077 4,L4 Roble
Palo maría 0.0610 0,21
Charo amarillo 0.6368 2,18
0.0589 0,20
Miguelejo 0.622L 2,16 Cachito
0.0438 0,15
Higuerón 0.5675 1,95 Tasajo negro
0.0360 0,12
Guayabón 0.5507 1,89 Yagrumo
0.0331 0,11
Gateado 0.4915 1,68 Espinito
0,10
Bototo 0.4501 1,54 Guanábana de monte 0.0287

Anoncillo 0.3828
' 1,31 Surure 0.0254 0,09
0.0201 0,07
Aceituno 0.3801 1,30 Majagua
0.01?7 0,06
Taparo de monte 0.3532 1,21 Desconocido
0,0133 0,04
Tasajo 0.313? 1,07 Laurel
0.0113 0,04
Sarare 0.3029 1,04 Coralito
0.0095 0,03
Mamón 0.294t 1.01 Casabe
Zorrocloco 0.2910 1,00
Tacamajaco 0.2639 0,90 TOTAL 29.1631 100,00

61
TABLA t¡

TNDICE r.)E VALOR DE TMPORTANCTA (IYt)


Let,ut tr¡núen.t.o Véase Tabla l

E spe<:ie
Abundanctt Dont ina,ncia Frecuenciu
M
rel&tita relatiaa relatü:a
q 1-
Saquisaqui 27,66 5,40 36,23
Palma cle agua 10,56 13,05 5,40 29,01
Charo blanco 72,31- 8,14 6,76 27,21
Guamo 7,39 4,23 6,08 17,70
Araguato 6,34 6,33 2,70 15,37
Jobo 3,87 6,52 4,05 14,44
Peonío 3,54 4,14 4,05 1 1,?3
Bototo 3,54 1,54 4,05 9,13
Sarare 3,87 1,04 4,05 8,96
Gateado 3,17 1,68 4,05 8,90
Aceituno 3,1? 1,30 4,05 8,52
Anonciilo 2,47 1,31 4,i3 8,51
Guayabón 3,1? 1,95 3,38 9,50
Charo anrarillo 2,82 2,18 3,38 8,38
Tasajo 3,87 L,07 3,38 8,32
Guácimo cimarrón 1,06 4,55 2,03 7,M
Tacamajaca 2,82 0,90 3,38 ?,10
Mamón 2,82 1,01 2,70 6,53
Zorrocloco 2,47 1,00 2,03 5,50
Chupon 1'?6 0,44 2,70 4,90
Cedro dulce L,76 0,89 1,35 4,00
Cachito 1,41 0,20 2,03 3,64
Taparo de nlonte 1,06 1,21 1,35 3,62
Erizo 1,41 0,52 1,35 3,28
Mieuelejo 0,35 2,76 0,68 3,19
Higuerón 0,35 1,95 0,68 2,98
Guácimo blanco 1,06 0,36 1,35 2,77
Palo maría 1,06 0,21 1,35 2,62
Parapara 0,?0 0,46 1,3 5 2,51
Tasajo negro 0'?0 0,15 1,35 2,20
Yagrumo 0'?0 0,12 1,35 2,17
Caimito 0,?0 0,32 0,66 1,70
Roble 0,70 0,Í31 0,68 1,69
Clavellino 0,35 0,62 0,68 1,65
Espinito 0,?0 0,11 0,69 1,49
Guanábana de rronte 0,?o 0,10 0,68 1,48
Surure 0,35 0,09 0,68 1,12
Majagua 0,35 0,07 0,68 1,10
Desconocido 0,35 0,06 0,68 1,09
Coralito 0,35 0,04 0,68 1,07
LaureI 0,35 0,04 0,68 1,07
Casabe 0,35 0,03 0,68 1,06

sociológicas de árb<¡les en base a la ¡tosición rel¿Ltiva de las quc itrfluyelr cie una u otr¿l ltraltera continuamt¡ntr¡ sobl'e cada
col)as en los diferentes estratos del bosque tropical. bosque y cada árbol que crcce en é1. Ya no se ve, cn conse-
Los datos resumidos en la tabla ? su¡ninistran una idea cuencia, las comunirlades vcgetales como estructuras está-
.sob¡e la estructura vertical tal como se presenta a tnenurlr, ticas, sino como unidades dinámicas, lo que son en realidad.
y en r.nuchos tipos de bosques tropicales. Llanra la atención La investigación estructulal no se contenta, por lo tanto,
cl hecho de que la com¡rosición florística dc los cliversos t:s- con una "fotografía" lnás o menos ¡rrecisa de una situación
tratos dif.iere parcialmente hasta en mucho, lo que pennite momentánea, sinn que se interesa por la "película" cotnpleta
establecer ciertas conjeturas acerca del din¿rmisnlo evolutivo desde el conrienzo hasta eI fin. El campo de trabajo incluye
inhert¡nte al bosque y las tendencias de su futuro desarrollo por consiguiente también el estudio de los orígenr:s, las ten-
tatrto en cl tiempo como en el espacio. dencias del desanollo estructural, el ciclo de vida de lcs bos-
Con es<¡ entramos en otro sectot sumarnente interesante ques y de cad¿r una de las es¡.lecies pr(]sentes en ellos desde
e irnportante de la investigación estructural forestal clue ei r-nomento en quc ¡racen hasta que llueren.
consiste, no ya en el simple invent-ario de Ias condiciones Es lógico qu tales estudios dinámicos tienen que basarse
estructu¡ales tal cual como se presentan en un momento da- en una u otra forma sobre la edad de los árboles. Pero ahí
do, sino en el estudio de los posibles cambios al respecto precisamente está un obstáculo gravÍsimo que impide prác-
¡rrovocados por las fuerzas naturales interiores y ext€riores ticamente, por lo menos hasta el presente, la realización de

62
TABLA 6a

LA DISTRIBT]CION DIAMETRICA

LetuuLtttnúento: Véase Tabla 1

Categoría, Categoría
diantétrioa díant étrica
clla N' % cln N! 7o

10-20 1 ao 46,4 91
- 100 1 ,j
21-30 56 19,6 101 -- 110
31-40 40 14,0 111
- 120
0,4
41-50 8,1 121
-
130 1

0,4
51-60 L1 3,9 131
- 140 1
0,4
61-70 8 2,8 141
- 150 1
0,4
71-80 5 1,8 151
- 160 1

81-90 4 714
TOTAL 284 100,0

TABLA 6b

LAI)ISTRIBL|CI,NDIAMETRTADEUNA§ESPECIESEN¿oSRoDALES
t, Y 5 t¡ot, oosqu| 1AIMITAL U'L'A' (BARINAS) SOB/?E
APROXIMADAMENTE 100 ha'

Apamate Sa¡tá.n Ca,oba


Saquisaqwi Cedro
Cat.egoría
did,métricu N!% N? % Nit
('/(
Nr%
No %

o 4 1,7 1
,, 2 3,1 1 2r8
13,9
2,(t 5
I 18 7'6 8 1?,8 t6 25,0 1
46,9 10 25,6 11 30,5
II 48 20,2 15 33,4 30
20,3 15 38,1-.r 15 41,7
III 44 18,6 15 33,3 13
10 25,6 ¿ 8,3
11,1

l
D
IV 83 35,0 5
99 2 5,1 2,8
v 30 12,7 1
_ 1 2,6
vi 10 4,2

237 100,0 45 100,0 64 100,0 39 100,0 36 100,0


TOTAL

Categoría o: DAP 0- 10 cm. repoblación

Categoría I: DAP 11 30 cm. materiai joven

Categoría II: DAP Dt 60 cm. materi¿l joven a medianc)

Catcgoría III : DAP bI 100 cm. material r-nediano

Categoría IV: DAP 101 150 cm. material maduro

Categoría v: DAP aJl 200 cm. nlaterial maduro a sobretnaduro

Categoría VI: DAP 201 cni. material sobremaduro

Saquisaqui Rombacopsis sePiuni


Cedro Cedrela mexicana
Apamate Tabebuia rosea
Samán Pithecolobium saman
Caoba Swietenia macroPl'rYlia

63
TABLA 7

POSICION SOCIOLOGICA

Leuant«ntiento: \,'éase Tabla 1

Eet¡'oto d.e los arboles +

Total
Especie E, superior E . medi ano D in f e r i o r
ú ot *+ o/
lr"
rv O/
/o O7**
/o Ne % "/o*r, N. /o /o N" /o

Roble 1 100,0 ,)rJ 1 100


Clavellino 1 100,0 óró 1
Saquisaqui 8 88,9 26,7 I r1t 1,1 I
Taparo de monte 1 50,0 óró
oo
; ;0,0 0,8 2
Caimito 1 50,0 1 50,0 0r8 2
Palo maría 1 9A I ó'ó 2 66,? t,7 ó
Charo amarillo 2 28,6 6r1 ; 4r,8 l,n , 28,6 t,'i
Araguato 4 25,0 13,3 o 56,2 70,2 r) 18,8 2,5 16
Jobo 2 20,0 6,7 4 40,0 4,6 4 40,0 10
IVfamón 1 14,3 ürü 3 42,8 3,4 a 42,8 7
Charo o 12,0 10,0 8 32,0 9r1 74 56,0 11,8 25
Gateado 1 11,1 órü 4 44,4 4,5 4 44,5 DA I
Peonío I 10,0
q,
2 20,0 7 70,0 5,9 10
Paima <ie agua 2 112 6r7 72 4?,8 13,6 14 50,0 I1,8 28
Guamo 1 5,6 orü 4
.)r9 4,5 aó aq 0 10,9 18
Higuerón 1 100,0 1,1 1
Miguelejo 1 100,0 1,1 1
Tacarnajaco 6 85,7 6,8 ; 14,3 0,8 7
Guayabón 5 55,6 5,7 4 44,4 3,4 I
Sarare 4 50,0 416 4 50,0 314 8
Aceituno o 50,0 314 ó 50,0 2,5 6
Anoncillo 50,0 3,4 5o;o L¡O 6
Tasajo negro 1 50,0 111 1 50,0 0,8 2
Parapara 1 50,0 1,1 1 50,0 0,8 2
Bototo 4 40,0 4,6 t) 60,0 5,1 10
Zo¡rocloco qqg o9
2 4 66,7 3,4 6
Cedro dulce q
40,0 og o 60,0 2,6 5
Chupón 1 o9, 1,1 , 66,7 t,7 ó
Erizo 1 c92 1,1 2 66,7 t,7 ó
Guácimo blanco q
1 óorü 1,1 2 66,7 1r7
Tasajo 2 ,90 oe 7 77,8 5,9 I
Yagrumo 2 100,0 lr7 2
Cachito 1 100,0 0,8 1
Guácimo cimarrón 1 100,0 0,8 1
Lau¡el 1 100,0 0,8 1
Surure 1 100,0 0,8 1
Majagua 1 100,0 0,8 I
Desconocido 1 100,0 0,8 1 100

TOTAI, 30 99,8 88 99,8 119 100,0

No 6e inclu-r'en lo8 /rrbolcs tlcl sotolX¡srlue (+? iI(lifi(llt0s) IXrr ñe¡


el levirrll¡rt¡riento
(1)rrcspon(lie¡tte incotrlploto (sélo ért)oles dc lO l.
Itrds crls. I)AP).
¡1buÜtltncia tl,llttiv¿ (lc l&s ('§[re(iies en ol rstrato rcspeeti\,().

64
.*i
I
'investigaciones de esta índole en los trópicos. Aún no existe The diffe¡ents technics are explained on the base of
ningún método indi¡ecto digno de plena confianza para de- practical surveys and the relative value of each for thel struc-
ternirrar la edad de nuestros. árboles, los cuales, como es tural analysis of the tropical forests is discussed.
sabido, carecen de anillos anuales de crecimiento. Aunque
por'el momento faltan indicios positivos, estoy convencido
de que tarde o temprano este obstáculo será vencido en for-
ma satisfactoria.
Sin embargo, con tales especulaciones se abandona ei IlIllLI()tiItilFI.\
campo de las posibilidades reales en los actuales momentos,
lo que no ha sido la finalidad del breve esbozo presentado. l) (,'Arx):. S. 4., f G. Il. llE ()r.tvIER.\ ('As'I'Iio .llailil(l of rt'O?l'
rttiotr rtrtulyrit. Nerr York. IO¡-rf),
Como se inCicó al comienzo, consiste su único cometido en
¡rresentar, someter a discusión y despertar quizás el interés 2l ('^r,\r:, §..\. et ttl.--.{¡r¡rlicttioil ol 81tilc phlllo*ociolotticttl lt:(h'
por unas técnicas parcialmente nuevas que parecen real- rtit¡uts to llria:ili,ln rtiil Íorcst. r\l¡It't. Jott¡. l|r¡t. 'lil. lflii(i.
mente útiles y prometedoras en el estudio y el análisis es- ;i) Ifo¡-'l'-()r'r:n, l'.-Di?cioiltt|io tI( Ilotóilia(. ll¡tttTlr¡tl¡t (llrlilorirtl
tructural de nuestros bosques tropicales. fr¡tlxrr, S. :t.). If)i-r3.
..1) t¡..\rfl,Il)(jllT, ll. -t¡,tos (px,tlCE aoltrc cl ,trittcil¡o dfl r(nditti?ilttt
$ostcttid.o en lo ley forcstol y ile a¡unx t ¿'r¡¿'^'ol¿rttl. llol. Ii'ltt'.
SUMMARY (.:iencirts l'or. Ne IO, l0ifi,

The traditional methods in temperate zones for the study Ir) Lrltt'lrt:r'tt'l'. II.- t cüc,. l'rotiloxlrtohrilet iu 'l'roptnt tltl. .A,r't¡ts
of structural caracteristics of forests can not be used easiely 1:le (l)n,{reso (lp lt Uniól¡ InterD1rcioDnl (lo lo§ Irlñlillllos tlt'ltt.
' \'estis¡lcion()s l'orestftl (It-rfBo), Oxford, 1f]í{i.
in the tropics. Therefore, some new modifications are des-
cribed: (i) L.\lfpttDItI1', If. -§olt'c ttrtos t'cst.ltadot dt ttttttliot citructuro.lel
., ¡'rn'ios tí¡tos de bos¡lttc8 ten?:olor¡or. f1¡¡ltTrsituts Irn¡erito¡r§is
a) The analysis of the floristic structure; Na +,1057.
b) the anaiysis of the diametric structure, and ?) L¡ilBt'\t)(¡t'r'. IL-L'(D", Ztt't'ck tnd ){ctltodili dt'r Ntrlktttr tt,t(l
c) the analytical study of the vertical structure of Ztrtrttrltxtttttl¡lx( 1\,n l'rt¿lld?rtr. Scll\§oiz.7,('itscllI. f. |orstwesPb
tropical forests. 3, l9i)f ).

CitologÍa ginecológica de fluoreseencia


METODO DE BERTALANFFY (1es6)

VÍcron BpNeÍu PrNro (*) Y HUMBERTo ClsaLLBRo (**)

INTRODUCCION sugerido en 1956 y aplicado a la clínica en 1959, a fin de


evaluar sus posibilidades, Nuestra apreciación ha sido tan
favorable con respecto a ellos, que la hemos adalrtado como
It1ESDE 1911, año en que Stubel aplica la microscopia cptt método de rutina a nuestras pacientes privadas y a nues-
I I luz ultravioleta en citología e histología, hasta nues-
IJ t"o. días, en que se han desarrollado las técnicas de tras unidades de patología cervical que funciona en el Hos-
la'citología fluorescente aplicada a la clínic¿r (Ilcrtalanffy, pital Bello dc Caracas. En el Servicio de Ginecolo¡¡ía rlel
19i>6), a la mic¡obiología e inmunohistología (Coons y cola- Ilospital Vargzrs ha conrt:¡rzado a fu¡rcionar en forma ruti-
boradores) *, ¡rasando ¡ror Provakez (1914) *, Iletzner (1919) *, naria un De¡r:rrtamento de Citología Ginecológica, una dt:
f)errien y Turchini (1924-t927), Hamperl (1933), Ios pror:t:- cuyas técnicas fund¿t¡rentales cn el c:rnr¡ro del dcspistaje del
dimientos que inicialmente eran del dominio de la investi- chncer cen,ical es l¿r dc: Fluorotinción, asociada o no al
gación han pasado a ser métodos clínicos simples y de una Pa¡r:rnicolau, cn estricta colaboración con el I)epartanlento
seguridad y precisión tales, que permiten adaptarlos a las tie Patología del Instituto. Tenenros la scguridad clue d<:
nccesidades de trabajo de la rutina diaria. cllo puede nacer un¿r célula que se transfonnará en tll lle-
Con esta finalidad iniciamos hace aproximadalnente uI.t p:rrtarnento de Clínica de Cuello Uterino, verdadero centro
arlo (enero, 1961) nuestros ¡rrimeros ensayos clínicos con de despistaje del cáncer cervical, que hacc falta en fornr¿r
la técnica de Ludrvig y Félix v. Bertalanffy, que habÍan urgente en éste y otros hospitales getrerales del país.
-l
Ituego a ustedes tomar con la mal'or benevolencia la
r' Jclir rlcl Sen'icir¡ tle Ginecologfrt (Ilospitnl Ctrl¡¡s.I. Rello <1o intromisión de un ginecólogo en tenenos cuyas fronteras
lrt Cruz ltoju Yenezolutra y Ilrlspittl Yurg¿ts rle Cnrrtc¡ts). limitan con la patologí:r, oncología, endocrinología y funda-
*4 Arljunto lI los il)is¡nos Scryicios. nrentalmente con la citología, y que no vean en ello nada
* Oitndo en IItriting{:r, lf.: l¡luorcszertslnikroskolr¡c. Leipzis, ll)5f). más que el esfuerzo de un grupo de trabajadores en f;,r-

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