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LA PIEL QUE HABITO RESEÑA CRITICA

En esta crítica se quiere especular sobre lo siniestro que forma posición y término
de lo bello. En tanto que posición, no puede darse resultado estético sin que lo
siniestro esté, de alguna manera, presente en la obra artística. En tanto que
término, el develamiento de lo siniestro destruye de ipso facto el efecto estético. El
resultado, de lo siniestro es situación y es límite, que debe estar presente bajo
forma de ausencia, debe estar oculto, no puede ser despabilado. Es a la vez dígito
y principio de poder de la faena artística, cifra de su encanto, enigma y atracción,
principio de su contenido de sugestión y de furor. Pero la manifestación de ese
principio implica la pérdida del resultado estético. El signo aparencial, fingido —
que a veces se llega a considerar engañoso— de la habilidad reside en esta
interrupción. El arte transita a través de una cuerda: el desvanecimiento que
conduce al resultado estético debe distinguir en esta extraña unión. Por cuanto lo
bello linda lo que no debe ser manifestado, es lo dotado de hermosura, iniciación
de lo espantoso que todavía puede sobrellevar. Por cuanto lo funesto es
develamiento de aquello que debe permanecer oculto, que causa de inmediato la
disolución del efecto estético.
En la piel que habito es todo sobre la lucha de la responsabilidad que obtiene Vera
con su identidad. En la cimentación del ser bello, el cuerpo ya no es parte de lo
legítimo, personificado aquí a través de la dermis sintética. Como si fuese el
proceso contrapuesto del transexual, que busca adecuar lo físico a su
circunstancia interna. En este entrelazado de fantasías en los que se juntan el
doctor Legrand y Vera concibe un eterno aire fatalista, claro por la pasión solemne
de la música, para indicar que lo que coexistimos no puede venir impuesto por
nadie.
Hallamos la inadmisible elocución de la señora del telediario, las pistolas
guardadas en los cajones de la cocina, la exclamación de “¡Tigrinho!” o el disfraz
de este, el zapato de la Cenicienta, el voyeurismo, la beneficiosa fortuna de lo
acaecido para que en el desenlace todo encaje, los referidos al cine clásico, las
ubicaciones pintorescas en La Mancha o Galicia, la música de violines
que, intentando el terror más viejo, etc… La película está invadida de instantes
inolvidables y, como agregado de intervalos insólitos laboriosamente podría ser
superada.
Resumiendo, la piel que habita nos lleva a una investigación o cuento de las
tramas de investigación del CSI, FBI, donde se escudriña cada detalle y llevar
varias líneas de investigación para descubrir una verdad oculta en su primer
plano, ya que suspende, desvergonzada, impertinente, no sabría decir si
sobreactuada, perturbada, ansiosa, valerosa a más no poder… así es ‘La piel que
habito’. No es que rodee lo grotesco, sino que supera esa raya y cae de lleno en
él, logrando momentos que, si se saben rodear, pueden ser lo mejor al mismo
tiempo que lo peor.
Toca muchos momentos de la actualidad el relato de esta parece estar adelantada
a la época en que se realizó y que en la actualidad se ha sobre pasado a la línea
del avance científico en cuanto a los cambios de sexo, la piel sintética que ayuda a
muchos para que sus cicatrices no sean de asombro y dolor ; en si toda la obra se
encuentra bien estructurada y muestra una realidad que aunque entre líneas deja
ver mucho de lo actual, lo oculto en las familias, lo que no se quiere dejar entre ver
y esta parte está muy bien lograda como es la descomposición familiar, la mentira,
la vergüenza, el dolor, la desesperanza, etc. Usted si tuviese el poder de cambiar
en algo lo que sucede en su interior, en su familia como lograría ese mundo
paralelo, armónico, donde estuviera tranquilo y feliz.

María Fernanda Ortega Montaña


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Teoría Crítica 8B

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