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Planificación
Primero que nada, el líder debe estudiar y comprender todas las interacciones que se dan al
interior de la Empresa, así como la dinámica de coordinación entre áreas, grupos o trabajadores.
La prioridad del liderazgo organizacional es hacer los cambios necesarios en las relaciones
personales dentro de la organización para lograr una comunicación más eficaz.
Integración
Esta comunicación ayudará a construir una relación sólida y cercana, con base en el respeto y la
confianza, entre miembros del equipo y entre el equipo y el líder.
Aprovechamiento
Una vez que se genera un ambiente colaborativo y honesto, se busca sacar lo mejor que cada
empleado puede aportar a un proyecto, colocándolo en el área donde sus fortalezas puedan
desarrollar todo su potencial.
Clima laboral
Uno de los principales valores del liderazgo en la organización radica en propiciar condiciones
emocionales positivas para los integrantes del equipo. La cercanía con los empleados permite que
estos sean más abiertos, creativos y proactivos con las ideas que pueden enriquecer el camino
hacia el logro de los objetivos.
Motivación
En un clima laboral de respeto y confianza, siempre es más fácil motivar al personal, y un equipo
motivado siempre traerá grandes beneficios a la Empresa. Si los líderes organizacionales logran
que los empleados se identifiquen con los valores, visión y misión del negocio, la motivación estará
presente y el trabajo se hará de mejor manera.
Reconocimiento
Una característica importante del liderazgo organizacional es reconocer el buen trabajo de los
demás. Para los miembros del equipo, percibir que son parte crucial de la consolidación de un
proyecto, y que su trabajo y opiniones son valiosas, va creando satisfacción y alimenta su fidelidad
hacia la Empresa.
Pero, así mismo, las oportunidades comerciales también encuentran nuevas formas para
desarrollarse y la organización obtiene herramientas útiles para abordar los problemas
organizacionales más significativos.
Los empleados y los directivos pueden desarrollar habilidades y competencias adecuadas para
incrementar la eficiencia y la productividad de sus equipos de trabajo.
Establecer una conexión de confianza con las personas, que contribuya a desarrollar la capacidad
para aportar ideas constructivas, pero también críticas que conduzcan a la mejora continua.
Desarrollar una mejor inteligencia emocional, que es el principal rasgo de personalidad de un gran
líder.
Hay varios tipos de programas de formación y capacitación en habilidades de liderazgo. Cada uno
de ellos ofrece características y beneficios únicos que funcionan para diferentes tipos de líderes.
Los mejores programas de liderazgo ejecutivo incorporan características y beneficios que las
organizaciones desean ver en sus líderes. Entre estos tipos de programas tenemos, las
conferencias de liderazgo, el entrenamiento para ejecutivos, los seminarios, los talleres y los
cursos de formación en habilidades de liderazgo online.
Algunas de estas habilidades especificas pueden estar relacionadas con el manejo de las
emociones para el éxito, la gestión de equipos de alto rendimiento, la planificación y dirección de
reuniones productivas, o la capacidad para liderar equipos y promover el desarrollo de las
personas, entre otras muchas.
Saber exactamente cuál de estas habilidades se requiere, ayuda a definir el tipo exacto de
programa a elegir. Sobre estos programas online, trata nuestro apartado final.
El liderazgo en el desarrollo organizacional es algo mucho más complejo que el control que se
asume sobre un grupo de personas o la posición dominante del más fuerte en un grupo social. El
liderazgo en el desarrollo organizacional se basa en una visión conjunta, en el seguimiento de
objetivos comunes, la información y el conocimiento.
La importancia del liderazgo en el desarrollo organizacional no se discute. Pero bien vale la pena
conocer las razones por las cuales es tan relevante en las organizaciones del siglo XXI y cuáles son
los tipos de liderazgo que se pueden implementar.
Los líderes son en gran medida los responsables del comportamiento y de los resultados que
obtiene un grupo. Analizamos los diferentes tipos de liderazgo, reseñando los más relevantes:
Liderazgo transformacional
En este tipo de liderazgo, el líder se enfoca en inspirar al equipo para que piense en el bien común
y no solo en sus intereses individuales. De esta forma, se logra que las personas del equipo tengan
una conciencia grupal para la consecución de objetivos así como un pensamiento innovador que
genera cambios propicios para el éxito.
En el proceso, el grupo se siente motivado, aumenta la moral y mejora el desempeño laboral,
generando una identidad colectiva que se mueve con base en los mejores propósitos para la
organización.
Liderazgo transaccional
Son varias las razones que podemos argumentar para explicar la importancia del liderazgo en el
desarrollo organizacional. Estas son algunas de ellas:
El líder influye en el comportamiento de los empleados con su capacidad de liderazgo. Así, el líder
asume el control y hace que su grupo se esfuerce para alcanzar los objetivos de la organización. El
líder obtiene resultados a través del esfuerzo de sus seguidores.
El líder no se ocupa solo de los objetivos de la organización. Las expectativas y las necesidades de
los empleados son la base de la relación entre el líder y su grupo. Muchas personas siguen a un
líder porque les ofrece seguridad y oportunidades de desarrollo profesional para satisfacer sus
necesidades y expectativas.
Resolver conflictos
La influencia del líder sobre su grupo se convierte en factor definitivo en el momento de resolver
conflictos, entre empleados, empleados contra organización o el grupo contra otros grupos. El
líder tiene la capacidad de entender el conflicto y ofrecer una solución oportuna y minimizar la
probabilidad de un resultado adverso.
El líder, a través de su influencia sobre el grupo, puede hacer que entienda las condiciones que
afrontará la organización en el futuro, y en consecuencia, prevean las acciones que será necesario
adoptar para garantizar la sostenibilidad.
El líder conoce las necesidades de los miembros de su grupo y sabe cómo satisfacerlas.
Igualmente, sabe cuáles son las herramientas que necesitan para sentirse cómodos y desarrollar
su potencial. Un buen líder explica las tareas que necesita que sus subordinados ejecuten y está
ahí para ayudarlos en caso de que se presenten problemas.
Construir moral
La moral es el elemento que une a las personas para perseguir un objetivo común. El líder
aumenta la moral del equipo manifestando que aprecia el trabajo. A veces, basta un gesto, una
palabra, o una pequeña recompensa o reconocimiento, para subir la morar y regenerar el ánimo.
El rol que desempeñan los líderes permite a los empleados trabajen por objetivos que construyen
el desarrollo organizacional. Por eso, la formación de líderes debe ser un objetivo siempre
presente en las organizaciones modernas. Sobre ello hablamos en nuestro apartado final.
Formar líderes no es nada fácil. Sobre este tema, específicamente, existen innumerables libros,
vídeos, conferencias, cursos, literatura… Este nuevo programa de la Escuela Europea de
Excelencia, que pertenece a la categoría de Habilidades Directivas, se enfoca en el desarrollo
práctico de habilidades en personas por lo que el objetivo es fomentar el conocimiento en cuanto
al liderazgo y el coaching.
El Curso Líder Coach. Liderar Equipos y desarrollar personas, permite a los futuros líderes
desarrollar su máximo potencial y contribuir al desarrollo profesional y personal de las personas
bajo su control.
¿Qué es el liderazgo empresarial y por qué es clave para las organizaciones actuales?
El liderazgo empresarial se refiere a la capacidad de una persona para dirigir, guiar e influir en el
comportamiento y el trabajo de otros hacia la consecución de las metas de negocio. En otras
palabras, el liderazgo es el factor humano que une al equipo y lo motiva hacia unos propósitos.
Un líder poderoso garantiza que una organización alcance sus objetivos y actúe con decisión para
superar las amenazas y caminar hacia el éxito. Para ello, los líderes empresariales tratan con
partes interesadas internas y externas y, a menudo, son la cara de una empresa al ascender a
puestos ejecutivos como el de CEO, director de operaciones, director financiero o presidente.
Así, los líderes motivan e inspiran a los empleados, al tiempo que interactúan con los accionistas y
los clientes. Su capacidad de influencia es tal que puede impulsar o estancar una organización.
Respecto a la gestión, implica administrar el trabajo y garantizar que las actividades se realicen
como se debería. Un gerente busca conducir a su equipo para que alcance las metas mientras
sigue las reglas de la empresa. Por ello, es más probable que los gerentes se resistan al cambio y a
la innovación preservando las estructuras existentes de la organización porque ellos mismos
operan precisamente dentro de esa estructura.
La gestión tradicional destinada a mantener el “status quo” está quedando obsoleta en un entorno
empresarial cambiante marcado por la innovación y la disrupción. El rol de gerente ya no es
suficiente y este tema se estudia de forma profunda en los mejores Máster en Dirección y
Administración de Empresas como en el MBA Online telepresencial de la Cámara de Comercio de
Valencia. Para sobrevivir en el contexto actual las empresas necesitan líderes estratégicos que
desarrollen sistemas y procesos duraderos capaces de impulsar el cambio y la mejora de las
prácticas actuales para asegurarse de satisfacer las necesidades futuras del mercado.
Si quieres profundizar sobre este tema lee el artículo diferencias entre un jefe y un líder antes de
ver los tipos de liderazgo empresarial.
En función de los métodos, habilidades y técnicas que utilizan los líderes para manejar situaciones
y desempeñar su papel dentro de una organización, podemos distinguir varios tipos de liderazgo
empresarial.
Cabe señalar que los diferentes estilos de liderazgo darán como resultado un impacto diferente en
la organización. No existe un tipo de liderazgo correcto o incorrecto; cada uno puede ser
apropiado según el contexto específico.
Si bien lo más probable es que se necesite uno de los estilos más empáticos para crear un
compromiso a largo plazo, en otras situaciones será necesario recurrir a un estilo más coercitivo,
por ejemplo, cuando se requiera una respuesta rápida y decisiva.
Por ende, un líder sabrá qué estilo utilizar en función de los lugares de trabajo, el equipo y el tipo
de negocio que dirija. Por supuesto, ser un buen líder requiere conocimientos, habilidad y mucha
práctica en gestión de equipos de trabajo. No obstante, el enfoque de liderazgo que adopte será
determinante para alcanzar sus propósitos.
Bajo los estilos de liderazgo autocrático, todos los poderes de toma de decisiones están
centralizados en el líder, que asume el control y la responsabilidad total de una situación. Por
tanto, esta es una forma extrema de liderazgo, puesto que el líder ejerce altos niveles de poder
sobre sus empleados o miembros del equipo y toma decisiones sin consultarles.
Las personas dentro del equipo tienen pocas oportunidades para hacer sugerencias, incluso
aunque sean de interés para la organización. Se espera que los empleados obedezcan las órdenes
sin recibir ninguna explicación. En estos casos, el entorno de motivación se potencia mediante la
creación de un conjunto estructurado de recompensas y castigos.
Este tipo de liderazgo empresarial es adecuado cuando las decisiones se deben tomar
rápidamente o cuando los miembros tienen poca o ninguna experiencia. Por contra, un liderazgo
tan estricto mata la creatividad y la innovación, además de reducir las sinergias y la colaboración
grupal.
Liderazgo de coaching
Los líderes bajo este estilo de liderazgo basan su influencia en su capacidad para ayudar a los
empleados a identificar sus debilidades y fortalezas, además de considerar sus aspiraciones
personales y profesionales. El líder actúa como un verdadero coach animando y motivando a los
empleados a fijar unos objetivos y alcanzarlos.
El estilo de coaching funciona bien cuando los empleados ya son conscientes de sus debilidades y
pretenden mejorar su desempeño. Por el contrario, el estilo de coaching tiene poco sentido
cuando los empleados, por la razón que sea, se resisten a aprender o cambiar sus formas.
Liderazgo de laissez-faire
El estilo de liderazgo, también conocido como conoce como delegativo o de “no intervención”, es
aquel en el que el líder proporciona poca o ninguna dirección y otorga a los empleados la mayor
libertad posible. La autoridad recae sobre los miembros del equipo que deben determinar
objetivos, tomar decisiones y resolver problemas por sí mismos.
Es una estrategia de liderazgo exitosa si los miembros del equipo son responsables, competentes y
hábiles, ya que se les permite aprovechar sus competencias y experiencia para el desarrollo de la
empresa. Además, el ambiente de trabajo es altamente positivo.
Frente a estas ventajas, el estilo de liderazgo de laissez-faire puede acarrear situaciones en las que
los líderes no ejerzan suficiente control y los empleados pierdan el foco, se interesen menos por su
trabajo y aumente su insatisfacción.
Este es un estilo de liderazgo que enfatiza las normas y métodos. Los líderes burocráticos se basan
en el cumplimiento objetivo y estricto de los procedimientos marcados, asegurándose de que el
personal los siga de forma disciplinada. Este es un tipo de liderazgo muy apropiado para trabajos
que implican serios riesgos de seguridad, como trabajar con maquinaria, sustancias tóxicas o
donde entran en juego grandes sumas de dinero.
Sin embargo, en otros contextos, el nivel de inflexibilidad y riguroso control del liderazgo
burocrático puede llegar a desmotivar al personal y reducir la capacidad de la empresa de
reaccionar o adaptarse a un contexto externo cambiante.
A través del liderazgo democrático, el líder invita a otros miembros del equipo a contribuir en el
proceso de toma de decisiones. Se busca obtener el consenso de todos sobre las decisiones,
aunque la decisión final recaerá sobre el líder. Este tipo de liderazgo aumenta la satisfacción
laboral al involucrar a los empleados y ayuda a desarrollar habilidades y aptitudes entre el equipo.
En definitiva, los empleados y miembros del equipo aprecian la confianza puesta en ellos y
responden motivados para trabajar por algo más que una recompensa financiera, cooperando y
desarrollando el espíritu de equipo en pro de los objetivos empresariales.
Entre las ventajas del liderazgo transaccional está el aumento de la motivación y la productividad
al contar con objetivos específicos, medibles y delimitados en el tiempo. Además, se minimiza la
confusión en la cadena de mando.
La falta de creatividad, innovación y empatía son puntos flacos de este estilo de liderazgo de «dar
y recibir», que se preocupa más por seguir rutinas y procedimientos establecidos de manera
eficiente que por realizar cambios transformadores en una organización.
Este estilo de liderazgo empresarial tiene como meta crear un cambio valioso y positivo entre los
empleados. Para ello, el líder se enfoca en empoderar y transformar al equipo para que se ayuden
de forma mutua, trabajen en armonía y velen por la organización como un todo. Una persona con
este estilo de liderazgo es un verdadero líder que inspira a su equipo con una visión compartida
del futuro.
Las relaciones y la comunicación cobran especial importancia bajo este estilo de liderazgo que
conduce a una menor tasa de rotación de empleados y consigue una alta motivación e implicación
del equipo. No obstante, bajo este liderazgo se corre el riesgo de que los protocolos se desvíen.
Para subsanarlo es beneficioso que los líderes transformacionales se rodeen de personas que
prestan atención al detalle y las normas. Para ello, el departamento de RRHH ha debido trabajar
previamente, en la fase de selección de personal, haciendo uso de técnicas como people analytics
que permite formar equipos de trabajo con personas adecuadas que se adapten a los roles de
trabajo específicos.
¿Cuáles son las principales habilidades del liderazgo empresarial y cómo potenciarlas?
Para desempeñar con éxito el liderazgo organizacional y conducir a una empresa al éxito, un líder
necesita reunir una serie de cualidades. Las repasamos.
Pasión para ser capaz de motivar a los empleados, construir relaciones sólidas entre los miembros
del equipo, difundir la visión de la organización e inspirar a otros a compartir esa visión.
Si bien hay personas que parecen estar naturalmente dotadas de más habilidades de liderazgo que
otras, cualquiera puede aprender a convertirse en líder mejorando sus propias capacidades con el
fin de lograr competencias empresariales que potencien el valor profesional. De hecho, a lo largo
de la historia observamos casos de personas que, aunque no tenían experiencia previa en
liderazgo empresarial, destacaron en situaciones de crisis y persuadieron a otros hacia el cambio
asumiendo roles de liderazgo.
Las formaciones de alto nivel especializadas en gestión y administración empresarial, como los
masters Executive MBA Online o presenciales, dirigen una parte de su programa académico a
potenciar el liderazgo empresarial. El objetivo es ofrecer al alumnado la oportunidad de adquirir
herramientas, competencias y aptitudes sobre motivación, estrategia, comunicación y liderazgo
para ponerlas en práctica en entornos de empresas reales.
Puede ser que una empresa, organización o grupo de cualquier índole haga muy bien su trabajo,
venda muchos productos o tenga éxito económico en lo que se ha propuesto, pero si no tiene un
líder apropiado y si sus integrantes no están alineados, siempre será una organización que va a
estar en riesgo.
Por el contrario, si esta organización no lo está haciendo bien en ventas o en el objetivo que se
hayan planteado al crearla, pero sí tiene buenos Liderazgos, tiene grandes posibilidades de salir
adelante y sortear esos obstáculos.
Definición de gerente
Según la Real Academia Española de la Lengua (RAE), un o una gerente es «una persona que lleva
la gestión administrativa de una empresa o institución». Estos profesionales se encargan de
implementar estrategias marcadas por la dirección, realizar un uso óptimo de los recursos
humanos y materiales de la empresa, y supervisar a grupos específicos de trabajadores. En otras
palabras, los gerentes tienen más contacto con los trabajadores y están más involucrados en el
trabajo diario de la empresa.
Nota: Ninguna de las empresas, instituciones ni organizaciones mencionadas en este artículo están
afiliadas a Indeed.
Cabe aclarar que, en la estructura jerárquica de las empresas, los gerentes están por debajo de los
directores.
Tipos de gerentes
Una vez definido de manera general el concepto de gerente y sus funciones, pasamos a detallar los
tipos de gerentes que existen en las empresas. Estos tipos dependen básicamente de los
diferentes niveles de operación de las actividades de las empresas. Entre estos se incluyen los
siguientes:
Gerentes de primera línea. También se denominan gerentes de primer nivel o supervisores, y son
las personas que controlan el trabajo de los empleados que ocupan el nivel más bajo en una
empresa. Se caracterizan por realizar sus tareas como un trabajador o una trabajadora más, pero
tiene asignadas labores de control de un grupo de empleados. Por lo tanto, sirven de nexo entre
los empleados y el o la gerente general de la empresa.
Gerentes medios. Estos profesionales dirigen las actividades de los gerentes de niveles más bajos
y, en algunas situaciones, también dirigen a algunos empleados. Por lo general, se encargan de las
actividades destinadas a poner en práctica las políticas y los objetivos de la organización.
Igualmente, supervisan el trabajo de los gerentes de primera línea, se responsabilizan de temas
administrativos y también intervienen en la contratación de personal.
Gerentes generales. Pertenecen a la alta gerencia y se trata de uno de los cargos más altos en la
estructura jerárquica de los negocios, ya que estos también ejercen de portavoces de las
empresas, además de dirigir la interacción de las compañías con su entorno.
Según la RAE, un director o una directora es «la persona que dirige algo en relación con su
profesión o cargo». Los directores son miembros electos de las empresas y se encargan
básicamente de cuidar las actividades de la organización. Además, estos profesionales son los
responsables de establecer planes y políticas, crear estrategias y establecer los objetivos y metas
de las compañías.
Tipos de directores
Se puede diferenciar entre directores ejecutivos y directores generales. En cualquier caso, los
puestos de dirección están por encima del resto de la plantilla. A continuación, definimos ambos
perfiles:
Directores ejecutivos. También se les denomina CEO (Chief Executive Officer, por sus siglas en
inglés). Los directores ejecutivos son los responsables de las estrategias, la gestión y la imagen de
las empresas, además de encargarse de hacer cumplir los objetivos de estas. Asimismo, trabajan
en coordinación con los gerentes. Es más, en las empresas pequeñas a menudo se les atribuyen
funciones de gerente.
Directores generales. Aunque muchas veces comparten tareas con los directores ejecutivos, los
directores generales tienen más presencia en el día a día de las empresas. Por ejemplo, se
encargan de informar a la junta directiva sobre las diferentes actividades de la organización.
Además, son los responsables de los presupuestos anuales.
Las principales diferencias entre los directores y los gerentes son las siguientes:
Los gerentes están a cargo de una unidad o departamento específico de la empresa, mientras que
los directores regulan todas las actividades de esta.
Los gerentes supervisan e instruyen a la plantilla en sus tareas diarias. Por otro lado, los directores
se encargan de la administración general de las empresas.
Los directores se encargan del liderazgo de los gerentes y del personal directivo de la empresa,
pero los gerentes se encargan del liderazgo de los trabajadores que tengan a su cargo.
Los gerentes ejecutan las estrategias, las políticas y los objetivos en nombre de los directores. Los
directores son los que se encargan de diseñar estas estrategias, además de los objetivos y las
metas de la empresa.
Los gerentes pertenecen a la gerencia de nivel medio y los directores a la gerencia de nivel
superior.
Los gerentes tienen menos responsabilidades legales que los directores, ya que el papel de estos
profesionales es puramente ejecutivo. Sin embargo, el papel de los directores es decisivo y
legislativo.
Los directores son a veces los propietarios de las empresas, sobre todo sin son pequeñas o
medianas empresas (pymes). Por otro lado, los gerentes ocupan puestos más bajos en la jerarquía
de la empresa.
Los gerentes hacen planes a corto plazo, ya que su función principal es ocuparse de las actividades
diarias de la empresa. Por el contrario, los directores hacen planes a largo plazo.
Los directores definen la cultura corporativa, además de los valores, la misión y la ética de la
empresa. Por su parte, los gerentes se encargan de implementar todo esto.
Los gerentes informan a los directores, mientras que los directores informan a las partes
interesadas, tales como los accionistas o los socios.
Para ser gerente o director o directora deberás cumplir con algunos requisitos relacionados con la
formación y la experiencia, además de poseer y desarrollar algunas habilidades específicas.
Formación
A continuación, exponemos la formación necesaria para los gerentes o los directores. Además,
debes tener en cuenta que es muy usual que las empresas exijan un nivel de inglés fluido o
conocimiento de otros idiomas.
Formación universitaria
Los gerentes y los directores suelen tener formación universitaria, tanto de grado como de
estudios de posgrado. Los grados universitarios más frecuentes que cursan estos profesionales
son:
grado en Derecho
grado en Economía
Cursos profesionales
Experiencia
Para dedicarte a la gerencia o la dirección es imprescindible poseer experiencia, ya que son
puestos que conllevan una gran responsabilidad y que implican un profundo conocimiento de las
empresas. Por este motivo, las organizaciones prefieren ascender a los empleados más destacados
para que ocupen estos cargos. Es más, en muchas ocasiones son las juntas directivas de las
empresas las que eligen a los directores y, con frecuencia, también a los gerentes.
Habilidades
Adaptabilidad: Para afrontar los cambios tanto dentro como fuera de la empresa y, de esta
manera, aportar soluciones ante estos cambios de manera rápida y eficaz.
Liderazgo: Deben ser capaces de motivar a sus subordinados e involucrar a toda la plantilla en los
objetivos de la empresa.
Trabajo en equipo: Los directores deben ser capaces de trabajar con los gerentes y, a su vez, los
gerentes deben ser capaces de trabajar con la unidad que supervisan.
Comunicación: Esencial para transmitir los objetivos, las metas y las tareas que se deben llevar a
cabo de manera eficiente y clara.
Toma de decisiones: Ambos puestos requieren tomar decisiones, aunque a distinto nivel.
Para que te hagas una idea, el sueldo medio de los directores generales en España es de 62 692 €
anuales, mientras que el sueldo medio de los gerentes es de 50 000 € anuales. Además, debes
tener en cuenta que estas retribuciones pueden variar en función de los años de experiencia, el
tipo de empresa o industria en la que se trabaje, y la ubicación geográfica.
Las cifras salariales reflejan los datos registrados en las páginas web indicadas en el momento de
redactar este artículo. Los salarios pueden variar dependiendo de la empresa de contratación y de
la experiencia, el historial académico y la ubicación de los candidatos.
Ahora ya sabes las principales diferencias entre los gerentes y los directores. Como has podido
comprobar, estos dos perfiles comparten habilidades y formaciones académicas similares, aunque
sus funciones no sean las mismas.