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Origen de la Demanda

Dra.Ana M.Girardelli

El compromiso con sustancias de abuso de cualquier intensidad, con independencia de


los trastornos que origine… siempre modifica la relación del paciente con los agentes
sanitarios.
En general, son individuos que desconocen estar enfermos, no creen en nuestra
capacidad de ayuda ni tienen interés en obtenerla. Se incluyen en esta aseveración
aquellos que recurren a un profesional con graves problemas de salud, familia, trabajo,
etc.
Somos los agentes de salud los que debemos “salir” a detectar esta patología y
prepararnos para asistir a pacientes negadores, mentirosos, manipuladores, descreídos,
incumplidores, con las más diversas situaciones familiares y sociales (muy
frecuentemente desfavorables).
Puede parecer una propuesta desalentadora pero no más que otras circunstancias de
prioridad sanitaria. El uso indebido de sustancias puede equipararse a una enfermedad
infecto-contagiosa y nos confrontaría con los mismos desafíos:
1- Detectar a los enfermos y tratarlos
2- Detectar a los portadores sanos
3- Difundir medidas de prevención
4- Educar para erradicar la enfermedad
Obviamente, no parecen asimilables si pensamos en Poliomielitis o Sarampión, pero lo
son cuando se trata de enfermedades con connotaciones sociales como SIDA o Sífilis.

¿Cuándo debemos intervenir? La respuesta es fácil: siempre. Todo paciente que tome
contacto con el sistema de salud merece ser evaluado sobre el consumo de alcohol y
otras sustancias. Incluir preguntas específicas en la anamnesis y utilizar las herramientas
descriptas en cada unidad para valorar el grado compromiso.
Los pacientes inmersos en esta problemática llegan a la consulta por diferentes vías.
Consulta sin urgencia:
1- El consumidor busca asistencia a un síntoma provocado por la droga consumida
2- Consulta por otra entidad y el médico presume el consumo a partir del examen
del paciente.
3- Consulta explícita por uso indebido de sustancias

1- En el primer caso, el paciente suele negar el antecedente de consumo. Busca eliminar


un efecto indeseable de la droga consumida (por ej.: epistaxis o hipertensión por
cocaína) sin modificar sus hábitos.
Algunas características pueden ayudar a detectarlo. Suele ser un paciente con numerosas
visitas a otros profesionales, que no describe ni relaciona su síntoma con su vida
personal y en quien, los tratamientos reconocidamente efectivos, no dan resultado.
Estas características pueden ser expuestas o escondidas por el consumidor. Este último
caso reafirma la necesidad de evaluar consumo en todos los pacientes.

2- En este caso, se deben extremar las medidas para realizar diagnóstico. Es


recomendable reiterar las citaciones hasta lograr una relación de cálida y confiable.
Cada consulta ofrece un espacio para conceptos preventivos e información de riesgos.

3- La consulta explícita siempre tiene una circunstancia desencadenante. Puede basarse


en afectación física (consulta post-internación) o en conflictos familiares, legales o
sociales. Es imprescindible tener en cuenta, que sino recibe respuesta rápidamente, la
situación que motivó la consulta lo arrastrará a un nuevo consumo.
Debe conectarse al paciente con un equipo entrenado en el abordaje de esta patología.

Consulta con urgencia:


1- Directamente relacionado al consumo de sustancias de abuso
2- Indirectamente relacionado al consumo de sustancias de abuso

1- Los episodios agudos emanados del abuso de drogas (sobredosis y abstinencia) deben
ser tratados en unidades de emergencia.
Las características de estos cuadros dependen de la droga utilizada y la intensidad de la
sintomatología de la dosis habitual, de la tolerancia desarrollada y del estado físico y
mental del individuo.
En todos los casos se procederá a evaluar el riesgo de vida, examen del paciente (Piel –
Pupilas – FR - FC - TA), toma de muestras, medidas generales y específicas de acuerdo
al caso, registro de toda medicación administrada y anamnesis al paciente y/o su
entorno.

2- Es habitual que el ingreso de estos pacientes se deba a politraumatismos o heridas


ocasionadas en accidentes o situaciones violentas inducidos por su estado de
intoxicación. Son comunes los casos de violencia callejera o familiar, los accidentes de
tránsito o laborales y las tentativas de suicidio.
La atención se orientará al diagnóstico de mayor riesgo y cuando la evaluación clínica o
bioquímica determine afectación por sustancias de abuso, se derivará a un equipo
especializado en cuanto la evolución lo permita.

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