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1.

-Vista Panorámica de la automedicación en tiempos de COVID en el Perú y en el


Mundo 
2.- Causas detalladas y explicadas según la concepción del grupo

Los factores asociados a la automedicación en tiempos del COVID-19 periodo 2020 fueron:
el efecto deseado conseguido, no tener seguro médico, leer la posología del fármaco, lugar
donde lo adquiere, frecuencia de consumo y la información al momento de comprar el
medicamento.

La automedicación no solo está relacionada con problemas de seguridad, sino también


supone, en algunas familias, un elevado gasto económico. Un problema añadido,
interacciones o problemas adversos, es lo referido a la vulneración de las normas nacionales
con respecto a la venta de medicamentos, por ejemplo, antibióticos, la regulación peruana
exige venta bajo receta médica. A nivel global, los medicamentos con mayor frecuencia de
compra sin receta médica son analgésicos, antiinflamatorios, antihistamínicos, antibióticos
y antidiarreicos. La prevalencia general de uso de medicamentos sin prescripción por
profesionales calificados, antes de la pandemia, es superior a reportes en la región. En el
Perú se ha reportado que hasta un 53,4% de usuarios de boticas/farmacias adquirieron
medicamentos sin receta médica; en las regiones de Cajamarca y Loreto las cifras pueden
llegar hasta el 85% y 95% respectivamente, posiblemente por una regulación menos
estricta. El Comité de Expertos encargados del monitoreo y evaluación del Plan Global
contra la resistencia bacteriana han reportado, para el caso peruano, que hasta un 25% de las
personas adquieren (18) antibióticos en automedicación sin receta
3.- Alternativas de cómo se puede solucionar a través de estrategias el combate a este
virus 

Las personas: deben protegerse a sí mismas y a los demás y adoptar conductas como
lavarse las manos, evitar tocarse la cara, practicar una buena higiene respiratoria,
distanciamiento a nivel individual, aislamiento en una instalación comunitaria o en el hogar
si están enfermas, identificarse como contacto de un caso confirmado cuando proceda y
cooperar con las medidas de distanciamiento físico y las restricciones de movimiento
cuando se solicite adoptarlas.

Las comunidades deben empoderarse para garantizar que los servicios y la ayuda se
planifiquen y adapten en función de su opinión y contexto locales. Las funciones críticas,
como la educación comunitaria, la protección de los grupos vulnerables, el apoyo a los
trabajadores sanitarios, la detección de casos, el rastreo de contactos y el cumplimiento de
las medidas de distanciamiento físico solo pueden darse con el apoyo de todas y cada una
de las partes de las comunidades afectadas.

Los gobiernos deben liderar y coordinar la respuesta de todos los partidos para activar y
empoderar a todas las personas y comunidades de modo que se impliquen en la respuesta
mediante la comunicación, la educación, la participación, la creación de capacidades y el
apoyo. Los gobiernos también deben reutilizar y hacer uso de toda la capacidad disponible
en el ámbito público, comunitario y privado para ampliar rápidamente el sistema de salud
pública para detectar y realizar pruebas a posibles casos, aislar y atender a los casos
confirmados (tanto en el hogar como en un centro médico) e identificar a los contactos,
rastrearlos, ponerlos en cuarentena y brindarles apoyo. Al mismo tiempo, los gobiernos
deben prestar al sistema sanitario el apoyo necesario para tratar a los pacientes de
COVID-19 de manera efectiva y mantener el resto de servicios sanitarios y sociales básicos
para todos. Si necesitan más tiempo para poner en marcha las medidas anteriores, es posible
que los gobiernos tengan que implantar medidas generales de distanciamiento físico y
restricciones de movimiento proporcionales a los riesgos sanitarios que afronta la
comunidad.

Las empresas privadas deben garantizar la continuidad de los servicios esenciales como la
cadena alimentaria, los servicios públicos y la fabricación de suministros médicos. Las
empresas privadas pueden ofrecer conocimientos especializados e innovación para ampliar
y mantener la respuesta, principalmente mediante la producción y distribución igualitaria de
diagnósticos de laboratorio, equipos de protección individual, respiradores, oxígeno
medicinal y otros equipos médicos esenciales a precios justos, y la investigación y
desarrollo de pruebas de diagnóstico, tratamientos y vacunas.

4.- Conclusiones y recomendaciones enfocadas en el Uso racional del medicamento.

Los medicamentos son los grandes aliados contra las enfermedades: las curan, ayudan a
paliar los síntomas y, en consecuencia, mejoran la calidad de vida de las personas. Sin
embargo, su uso implica ciertos riesgos y problemas de efectividad que deben ser
conocidos.

Cuando se toma medicación para tratar ciertos síntomas (dolor, fiebre, tos, etc) y un
especialista nos ha informado sobre cuándo y cómo debe tomarse, hablamos
de automedicación responsable. Cuando se decide tomar un fármaco por iniciativa propia
o por consejo de otra persona, sin consultar ni informar al médico, se trata de
una automedicación irresponsable y acarrea riesgos que pueden resultar muy graves para
la salud. Al utilizar medicamentos sin contar con el asesoramiento de un experto, se suelen
cometer errores que dan como resultado daños directos derivados de la toma del
fármaco, interacciones con otros que se estén tomando y que sean incompatibles,
empeoramiento de la enfermedad que se intenta tratar u ocultamiento de otras patologías y
desarrollo de resistencia a los fármacos.

La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC) ha elaborado


una lista de consejos para saber cómo actuar y cuándo se debe consultar a un especialista
para no caer en la mala práctica de la automedicación irresponsable:

 Consultar siempre con un médico cuando se vaya a utilizar un fármaco que no


haya sido recomendado por un especialista: Aunque en España haya muchos
medicamentos que se pueden obtener sin receta, estos no están en absoluto libres de
riesgos. Antes de tomar cualquier fármaco, aunque sea sin prescripción facultativa,
se deberá informar a un experto sobre cuestiones como por qué se va a tomar y qué
otros medicamentos se están utilizando en ese momento.
 

 No tomar fármacos por consejo de amigos, familiares o cualquier persona que


no sea un médico: Los medicamentos no actúan de la misma manera sobre todas
las personas; además, en muchas ocasiones los especialistas aconsejan tomar la
misma medicación a muchas personas, pero por causas diferentes.
 

 No automedicarse cuando se sufren frecuentemente los síntomas de


enfermedades ya diagnosticadas, como las migrañas: En estos casos se deberá
consultar a un médico para un mejor diagnóstico y para que aconseje un tratamiento
o la correcta forma de tomar fármacos paliativos, como analgésicos.
 

 Si el médico ha recetado un medicamento, pero se tienen dudas sobre su uso:


En ocasiones, aunque el fármaco haya sido recomendado por un experto, surgen
dudas sobre cómo, cuándo o si quizá no debe tomarse debido a ciertas
circunstancias (embarazo, lactancia, uso de otros medicamentos, etcétera). Si se ha
olvidado informar sobre cualquiera de estas circunstancias al médico o surgen este
tipo de dudas, es necesario volver a realizar una nueva consulta.
 

 Si se ha seguido correctamente el tratamiento recetado por un especialista,


pero no se nota mejoría en el tiempo previsto: En este caso también se debe
acudir de nuevo al médico y, en ningún caso, probar con tratamientos alternativos
que no haya recomendado una persona cualificada.
 

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