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Tema y resumen

El texto que se propone como comentario pertenece al Cantar del Destierro, primero de los tres
cantares que componen el Cantar de Mío Cid, uno de los mejores exponentes de la épica castellana
medieval. El Cantar de Mío Cid exalta la figura del infanzón don Rodrigo Díaz de Vivar, tanto en su
dimensión histórica como en las circunstancias personales de la vida del héroe. El episodio recrea el
momento en el que el Cid llega a Burgos de camino al destierro y la reacción de los habitantes de la
ciudad. Podría considerarse que el tema que desarrolla es el de la nobleza del héroe ante la injusticia
del rey.

Estructura
El fragmento escogido presenta una anécdota narrada cronológicamente que muestra la típica
estructura narrativa: introducción, nudo y desenlace.

El Cantar de Mio Cid exalta, como se ha señalado, la figura de Cid. Todo el texto está organizado de
modo que se destaquen las virtudes del Cid como perfecto caballero medieval.
El Cid presenta las virtudes típicas de un héroe medieval, es decir, es un caballero fuerte (fortitudo),
inteligente y sabio (sapientia), cuyas acciones están dominadas por la mesura (la prudencia y la
discreción).
Observamos, por ejemplo, su fortaleza física en su actitud al encontrar la puerta de su casa de Burgos
cerrada. El Cid espolea a su caballo y se dispone a derribar la puerta a patadas. Todos los adjetivos
que aparecen referidos al Cid o a sus caballeros inciden en los conceptos de fuerza y potencia : “Los
de mio Cid con altas voces llaman” y “sacó el pie del estribo, un fuerte golpe le daba” El poeta se
recrea en la escena para hacer destacar la mesura del Cid y su comportamiento caballeresco cuando
aparezca la niña.
Ante semejante muestra de “saña” del rey, el Cid hace gala de su mesura. Además de fuerte y sabio, el
perfecto héroe medieval es un caballero cristiano. El Cid, ante las dificultades, no reacciona con la
violencia o la furia, sino que es capaz de calmarse y rezar a la Virgen María (“llegó a Santa María,
entonces descabalga. / Se hincó de rodillas, de corazón rogaba. / La oración hecha, entonces
cabalga”). El poeta insiste en el orden de los acontecimientos para recordar que el Cid no ha querido
ni siquiera bajar del caballo en la ciudad para no perjudicar a nadie, de hecho ha pasado por ella a
galope (“Apartóse de la puerta, por Burgos aguijaba”) y sólo ha desmontado para entrar en la iglesia y
rezar de rodillas ante la Virgen.
El último verso, “Así acampó el Cid, como si estuviera en la montaña” guarda cierto eco de la función
conativa propia del modo de transmisión de estos poemas. Como es sabido, los cantares de gesta
solían ser recitados o cantados por un juglar ante el público. El texto está pensado para ser recitado en
público, el hecho de utilizar el estilo directo en el fragmento en el que interviene la niña da una mayor
vivacidad a la narración haciendo que resulte más fácil de seguir en la reproducción oral.

recursos y tópicos
El texto contiene dos epítetos épicos (“Ya Campeador, en buena hora te ceñiste la espada”, y “Mio
Cid Ruy Díaz, el que en buen hora ciñó espada”) que son una fórmula típica de la épica castellana y
que se utilizaban para identificar inequívocamente a los personajes y como recurso mnemotécnico del
juglar.
La transmisión oral por medio del canto o del recitado se muestra en la aparición de figuras retóricas
relacionadas con la repetición que favorecen el ritmo. Es el caso de los elementos binarios (“los
cuerpos y las almas”, “los bienes y las casas”) o la bimembración (“llegó a Santa Maria entonces
descabalga” / “la oración hecha, entonces cabalgaba”).
Los tiempos verbales muestran una alternancia de presente y pasado. El pasado se utiliza en el relato
de la historia, mientras que los verbos en presente aparecen en el estilo directo de la niña y en algunos
versos en los que el juglar “actualiza” ante su auditorio la escena: “se esconden de mio Cid,
no osan decirle nada” ; “Los de mio Cid con altas voces llaman”; “no se abre la puerta, que estaba
bien cerrada”; “la oración hecha, entonces descabalga” y “acampó en la glera, cuando no
lo acoge nadie en su casa”.
PRESENTACIÓN DEL FRAGMENTO
Estamos ante un fragmento del Cantar de Mío Cid, el más antiguo poema épico español conservado.
Fue recuperado de un texto desconocido ya que provenía del mester de juglaría donde era propagado
de manera oral. Fueron recopilados por un autor posteriormente en 1207 Per Abbat y el texto que
utilizamos hoy en día fue trascrito en el siglo XIV. El Cantar del Mío Cid pertenece al género
narrativo concretamente a la épica popular y al subgénero del cantar de gesta. Este tipo de cantares
forman parte de la tradición oral juglaresca, por ello desconocemos la autoría del poema, y por lo
tanto es una obra anónima.
El poema narra el destierro del infanzón castellano don Rodrigo Díaz de Vivar, su lucha en tierras
musulmanas por la reconquista hasta recuperar el favor real y la primera boda de sus hijas, con el
posterior juicio contra sus yernos.
Este fragmento pertenece al Cantar de la afrenta de Corpes, tercera parte de El Cantar del Mío Cid, ya
que hace referencia a un suceso en el que los Infantes de Carrión son humillados por los hombres de
El Cid.

TEMA Y RESUMEN
El tema que trata el fragmento es la valentía de El Cid frente a la cobardía de los infantes de Carrión.
En cuanto al argumento, un día que el Cid estaba durmiendo, un león se escapó de una jaula. Los
infantes de Carrión (yernos de El Cid) se sobresaltan y reaccionar con miedo. El Cid se despierta y
tranquiliza al animal con solo mirarlo, ante la asombrada mirada de los espectadores. Entonces,
buscaron a los infantes, que se habían escondido, y estos sufrieron las burlas de los hombres de El
Cid. Sin embargo, este ordena que no continúen las bromas contra los maridos de sus hijas.

ESTRUCTURA
Este episodio está compuesto por 34 versos y muestra una unidad de sentido.
En cuanto a la métrica, los versos tienen entre 14 y 16 sílabas, están separados por una cesura en dos
hemistiquios y la rima es monorrima y asonante en todos los versos. Se trata, por tanto, de una
tirada.
Atendiendo a la progresión temática el texto puede dividirse en tres partes
 En la primera (versos 1 a 4) se presentan los hechos, señalando dónde ocurren y que El Cid
estaba durmiendo.
 En la segunda parte (versos 5 a 27), se relatan los hechos: un león se escapa, los infantes se
atemorizan y El Cid domina a la fiera.
 En la tercera parte (versos 28 hasta el final), los hombres de El Cid se ríen de los infantes y
El Campeador ordena que se detengan las burlas.

ESTILO
En lo referente a los personajes, podemos destacar que el protagonista aparece con diferentes
nombres (Rodrigo, el de Vivar, el Cid, el Cid campeador, Nuestro señor, buen esposo, buen padre, el
que en buen hora nació, el que buena espada ciñó). Donde la aposición explicativa sirve para dar
importancia y relevancia a las virtudes del héroe.
Los personajes antagonistas son Fernando y Diego González los llamados Infantes de Carrión. Por
medio de una antítesis o contraste se exalta la cobardía de estos frente a la valentía del Cid.
El narrador del texto es la voz que narra los acontecimientos. En algunos momentos, se dirige
directamente al receptor (v. 4: “sabed”, v. 31: “no viéseis allí”). Esta necesidad de mantener la
atención está relacionada con el hecho de que originalmente estas composiciones se transmitían de
forma oral.
Una de las características de los Cantares de gesta son los formalismos, es decir, las formas que los
juglares tenían para memorizar a base de continuas repeticiones. El narrador presenta a El Cid como
un valeroso y virtuoso guerrero que apacigua a las fieras con solo mirarlas. Por contraste, los infantes
aparecen como hombres cobardes. También consigue esa exaltación con el uso del epíteto épico (v.
16: “el que en buen hora nació”). Esto también lo consigue con el uso de exclamaciones e
interrogaciones, y con el empleo del estilo directo para expresar los diálogos directamente en boca
de los personajes. Por otro lado, también se incluyen otras técnicas juglarescas como el traslato
temporum.

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