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Portada de la edición del primer volumen de la Colección de Poesías Castellanas anteriores al siglo XVI

Por Tomás Antonio Sánchez

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E n el siglo XIV el Cantar del Mío Cid hoy
conservado fue transcrito por un copista
llamado Per Abbat, quien afirma en un primer
explicit, que viene a continuación inmediata del
último verso de la gesta, que <<escrivió esta
libro>>. Desde hace más de un siglo la crítica
está dividida entre los que sostienen que Per
Abbat fue un mero copista y los que defienden
que fue el autor del Cantar del Mío Cid, o por
lo menos de la versión transmitida por el
manuscrito hoy guardado en la Biblioteca
Nacional.

El verismo histórico y geográfico del Cantar del Mío Cid

Según Menéndez Pidal y otros muchos estudiosos de la primera mitad del


siglo XX, el elemento histórico primaba sobre la ficción si hay algún ejemplo claro de
que la poesía heroica nace al calor de los hechos que la producen, este es el Cantar
del Mío Cid. No obstante, desde los años sesenta de ese mismo siglo otros
investigadores (Leo Spitzer) han mostrado que esta joya literaria contiene más de
arte y ficción que autentica historia.

Hasta 1779 la existencia del poema resultaba desconocida para los eruditos.
En esa fecha Tomás Antonio Sánchez lo publicó en el primer volumen de su
Colección de Poesías castellanas anteriores al siglo XIV. En la actualidad y gracias
a la reconstrucción de Menéndez Pidal el poema consta de 3.730 versos.

Este Cantar juglaresco pasa por alto y da como sabida y conocida la mayor parte de
la biografía de Rodrigo Díaz de Vivar: su intervención en la batalla de Graus, su
mocedad como alférez de Castilla, su victoria sobre Jimeno Garcés, que le valió el
sobrenombre de Campidoctor (Campeador), su campaña contra Zaragoza. Etc. Ya
existían otras romances, como el perdido Cantar del Cerco de Zamora, en los que el
Cid ocupa un lugar destacado.

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Autoría del Poema

La fecha y autoría del poema han dado pie a un fertilísimo cruce de hipótesis.
La hipótesis de Menéndez Pidal en un principio era de un solo autor y que fue
redactado hacia 1140, posteriormente en 1961 sostuvo que el auto no era unos sino
dos, uno de San Esteban de Gormaz y otro de Medinaceli, este refundidor del poema
50 años más tarde, puesto que el poema describe con precisión dichos lugares.
Contrariamente a lo sostenido por Menéndez Pidal, Prieto Arciniega aboga por la
autoría individual, apunta además un detalle característico de la psicología del juglar
y su autor llegaría a experimentar un proceso de compenetración con el héroe,
adentrándose en él y humanizándolo dándole una calidad y belleza literaria que
rebasa la mera historicidad. Por su parte Antonio Ubieto Arteta, investigador
valenciano, abunda en la opinión del profesor Prieto Arciniega y llega a poner firma
al poema, su autor sería Per Abat. Timoteo Riaño, quién descubrió a Per, clérigo de
Fresno de Caracena (Soria), cerca de San Esteban de Gormaz y que ha estudiado la
copia, apoya la tesis de Ubieto, y lo fecha en 1207, de ese original se hizo una copia
que por las características lingüísticas y paleográficas, es de hacia 1235 y es la que
actualmente se conserva, esta teoría la estudian conjuntamente el propio Riaño y
María del Carmen Martínez Aja, ese estudio se puede consultar en:

http://www.cervantesvirtual.com/FichaObra.html?Ref=17997&portal=68

Otra tesis es que Per Abat no fue tanto un autor original como un refundidor
dotado de especial sensibilidad literaria, que supo aunar magistralmente cantares
dispersos dotados de vida propia. De hecho el “Cantar del Destierro” fue compuesto
independientemente, como confirma su personificación en la Primera Cónica
General. Otro tanto sucede con el “Cantar de las Bodas” o la “Afrenta de Corpes”,
pura ficción literaria no anclada en realidad histórica, pero incorporada al poema con
fines dramáticos. El Cantar surge así como suma de tres textos diferentes, fusión
realizada por Per Abat.

El Cantar del Mío Cid ha tomado una parte de la biografía del Cid, correspondiente
al final de su vida, o sea, a acontecimientos ocurridos entre los años 1081 y 1094, y los
ha convertido en gesta. El Cid no entra en escena con sus triunfos y sus victorias,
sino con sus desgracias y miserias: el destierro, el de las bodas de sus hijas y el de la
afrenta de Corpes.

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 El Cantar de Mío Cid
es un cantar de gesta
que relata hazañas
heroicas inspiradas
libremente en los
últimos años de la vida
del caballero castellano
Rodrigo Díaz de Vivar.
Se trata de la primera
obra narrativa extensa
de la literatura española en una lengua romance, y destaca por el alto valor
literario de su estilo.

 Está escrito en castellano medieval y compuesto alrededor del año 1200

 Los editores del texto, desde la edición de Menéndez Pidal de 1913, lo han
dividido en tres cantares. Podría reflejar las tres sesiones en que el autor
considera conveniente que el juglar recite la gesta.

 Primer cantar. Cantar del destierro (Versos 1–1.084)

 Segundo cantar. Cantar de las bodas (Versos 1.085–2.277)

 Tercer cantar. Cantar de la afrenta de Corpes (Versos 2.278–3.730)

El Poema está escrito en versos irregulares en cuanto al número de sílabas, y con rima
asonante.

Ejemplo: Mío Cid Ruy Díaz / por Burgos entraba, 12 Sílabas


en su compañía / sesenta pendones llevaba. 15 Sílabas

Abundan las exclamaciones e invocaciones para atraer la atención del público que
escucha.

Ejemplo: Habló Mío Cid / el que en buena hora ciñó espada.


- "¡Martín Antolínez / sois valiente lanza!
Si yo vivo / os he de doblar la soldada."

Uso de adjetivos y expresiones que ensalzan el valor y la honra del héroe.

Ejemplo: "Mío Cid Ruy Díaz / que en buena hora ciñó espada,
venció dos reyes de moros / en esta batalla;
soberana es señor, / su ganancia.

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Cantar I: Cantar del destierro

El Cid es acusado de falta


de honradez por unos
envidiosos y es desterrado
de Castilla por el rey
Alfonso VI. Sale de Vivar
en compañía de su familia y
sus fieles caballeros. A su
paso por Burgos, todos salen
a verlo porque sienten
admiración; pero nadie se
atreve a darle albergue, ya
que el rey lo ha prohibido
amenazando con fuertes
castigos a quien ayudara al Campeador. El Cid se dirige al monasterio de San Pedro
de Cardeña, donde se despide con gran dolor de su esposa doña Jimena y de sus dos
hijas: doña Elvira y doña Sol.
Una vez fuera de Castilla y siempre pensando en volver con honor a su tierra, el Cid
emprende una serie de campañas militares contra árabes y contra cristianos, que le
van a procurar fama, tierras y riquezas.

Por sus ojos mío Cid va tristemente llorando ;


volvía atrás la cabeza y se quedaba mirándolos.
Miró las puertas abiertas, los postigos sin candados,
las alcándaras vacías, sin pellizones ni mantos,
sin los halcones de caza ni los azores mudados.
Suspiró entonces mío Cid, de pesadumbre cargado,
y comenzó a hablar así, justamente mesurado:
«¡Loado seas, Señor, Padre que estás en lo alto!
Todo esto me han urdido mis enemigos malvados.»

Cantar II: Cantar de las bodas

El Cid se dirige a Valencia, que estaba en poder de los moros, y logra conquistar la
ciudad. Envía a su amigo y mano derecha
Alvar Fáñez a la corte de Castilla con
regalos para el rey, en señal de
reconciliación para que le permita reunirse
con su familia en Valencia. El rey accede a
esta petición y levanta el castigo que
pesaba sobre el Campeador y sus hombres.
Se celebran grandes festejos para dar la
bienvenida a la esposa y las hijas del Cid.
Mientras tanto, el rey de Marruecos manda

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un ejército para recuperar la ciudad. El Cid derrota a los moros y consigue mantener
Valencia en su poder.
La fortuna del Cid hace que los infantes de Carrión pidan en matrimonio a doña
Elvira y doña Sol. El rey pide al Campeador que acceda al matrimonio y él lo hace
aunque no confía en ellos. Las bodas se celebran solemnemente.

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Los infantes de Carrión piensan casar con las hijas del Cid
Besándole allí las manos, se fueron a descansar;
mandó el rey darles de cuanto pudiesen necesitar.
Ahora, de los infantes de Carrión quiero contar,
que, aconsejándose aparte, hablando en secreto están:
«Los negocios de mío Cid muy para delante van;
pidámosle, pues, sus hijas para con ellas casar;
que ello nos puede dar honra y darnos prosperidad.»
Y al rey Alfonso, en secreto, así le empiezan a hablar:
Los infantes logran que el rey les trate el casamiento. - El rey pide vistas con el Cid. –Minaya
vuelve a Valencia y entera al Cid de todo. –El Cid fija el lugar de las vistas

Cantar III: Cantar de la afrenta de Corpes

Los infantes de Carrión, Fernán y Diego González, muestran


pronto su cobardía, primero ante un león que se escapa del palacio
del Cid, después en la lucha contra los árabes
Sintiéndose humillados, los infantes deciden vengarse. Para ello
emprenden un viaje hacia Carrión con sus esposas y, al llegar al
robledal de Corpes, las azotan y las abandonan desfallecidas.
El Cid pide justicia al rey y reta a los infantes. Se realiza un
duelo en el que los guerreros del Cid vencen a los infantes. Éstos
quedan deshonrados y sus bodas deshechas. El Poema termina
con el proyecto de boda entre las hijas del Cid y los infantes de
Navarra y Aragón.

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« ¡Ah, mis primas, primas mías, doña Elvira y doña Sol,


mala proeza os hicieron los infantes de Carrión!
¡Dios quiera que de esto tengan ellos su mal galardón! »
Las va volviendo con mucha solicitud a las dos;
tan traspuestas se encontraban que no tenían ni voz.
Partiéndosele las telas de dentro del corazón,
llamábalas: « ¡Primas, primas, doña Elvira y doña Sol!
¡Despertad, primas queridas, por amor del Creador,
mientras que de día sea, porque, si declina el sol,
pueden comeros las fieras que hay por este alrededor!
Poco a poco se recobran doña Elvira y doña Sol,
y así que abrieron los ojos vieron a Félez Muñoz.
« ¡Esforzaos, primas mías, por amor del Creador,
porque si me echan de menos, los infantes de Carrión,
me buscarán con gran prisa, sospechando donde estoy.

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ESTRUCTURA

En el poema hay dos tramas que se cruzan:

 El tema del deshonor: eje central de la obra, motivado por el injusto destierro
del Cid ; continúa con el progresivo engrandecimiento del Cid mediante sus
victorias y las riquezas que éstas le procuran y finalmente se describe la entrada
triunfal del Cid en Valencia

 Las bodas de las hijas del Cid y el injusto trato que estas reciben por parte de
los infantes de Carrión: esto motiva que el Cid obtenga la culminación de su
honor. Finalmente las hijas del Cid se casan con los infantes de Navarra y
Aragón.

ASPECTOS FORMALES Y MÉTRICA:

MÉTRICA

Característica: versificación irregular : medida de los versos oscila entre las 10 y las
20 sílabas, aunque se aprecia un predominio de los de 14, 15 y 13 con hemistiquios de 6,
7 y 8 sílabas combinados preferentemente en 7 + 7, 7 + 8 y 6 + 7. Los versos están
agrupados en series o tiradas que encierran una misma idea, cuya asonancia es más o
menos continua. Suele cambiarse la asonancia cuando la narración da paso al
discurso directo o viceversa y cuando una nueva escena o tema.

ESTILO

Con el propósito de ennoblecerlos el poeta dota a los personajes de cualidades


excelentes mediante el epíteto épico - "el que en buen hora nació", "el bueno de Vivar",
o de adjetivos caracterizadores, ponderativos o afectivos que se extienden no sólo al
héroe, sino también a su mujer, a su caballo, ... Visualiza las escenas de
emocionantes mediante expresiones deícticas, señaladoras - afectos (heos aquí),
veriedes - porque presupone un auditorio ; en estos casos el autor se introduce en la
obra haciendo sus propios comentarios. El vocabulario que alude a prácticas legales,
usos feudales, arte de la guerra y ropajes es amplio y sirve para dar a conocer
costumbres y modos de vida. Se usa con cierta frecuencia el ablativo absoluto. Hay
pleonasmos - llorando de los ojos - que intensifican la expresión emotiva. Se suelen
anteponer el artículo al adjetivo, con lo que se le individualiza y se le atribuye la

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cualidad en exclusiva - Castilla la gentil, Valencia la clara. Abundan las
descripciones de personas, batallas y lugares. Para terminar hay que destacar la
claridad, simplicidad y a la vez severa grandeza que el poeta confiere a la narración
que discurre con rapidez y viveza (dinamismo). La ornamentación es sobria y la
adjetivación escasa. La expresión adquiere una infinita gama de matices que van
desde lo finamente irónico a lo dramático.

TEMAS

En primer lugar se señala el tema del restablecimiento del honor del héroe, perdido
a causa del destierro. Entonces el concepto del honor equivalía a "posición o rango
social".

La ascensión del Cid al poder es


otro de los temas. El destierro que
sufre el héroe supone el desamor del
rey y la muerte jurídica del Cid.
Para conseguir el poder lucha y
gana batallas y riquezas a las que
se les concede gran importancia en
la obra. En la lucha por el poder son
importantes las hijas, por las que
siente gran ternura, pero las mueve
en el tablero según sus conveniencias como cualquier señor medieval.

También hay que destacar el tema de la integridad. El Cid se demuestra íntegro


en un sentido cristiano, feudal y social. Esta integridad le gana la adhesión de sus
vasallos y su generosidad y fidelidad le hacen recuperar el favor del rey. Es tierno y
humano en el amor a su familia y a sus amigo, religioso, cortés, astuto, discreto y
valiente en la lucha.

HISTORICIDAD, FICCIÓN Y REALISMO

Según Menéndez Pidal el poema tiene un gran valor histórico, porque gran parte
de los personajes y hechos que nos muestra están atestiguados históricamente.
Conscientemente o no, Pidal transfiere a la Edad Media y sus protagonistas
características que en realidad no les corresponden. Su propósito mitificador altera
seriamente la realidad histórica al objeto que esta cuadre perfectamente con una
imagen juiciosa.

A pesar de lo sostenido por don Ramón, el carácter fabuloso de la acción central


del poema (la “Afrenta de Corpes” es sin lugar a dudas la parte donde se aúnan
poesía y dramatismo, en detrimento de la realidad histórica) afecta a todo, de suerte

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que el Cantar debe ser calificado como obra eminentemente literaria que cita
personajes históricos.

Muchos personajes no tienen presencia histórica como los generales Galve y


Tarik, ambos completamente ficticios. Tampoco tienen correspondencia con la
historia los nombres de las hijas del Cid, que en el poema responden a Elvira y Sol.
En realidad se llamaban María y Cristina, y contrajeron matrimonio con el conde de
Barcelona y el infante de Navarra respectivamente.

También tiene carácter irreal la primera y tercera batalla de Cuarte; si el juglar las
cuela de rondón en el poema es para dotar de lógica a la ficción que estará en el origen
de la “Afrenta de Corpes”.

Sin embargo, la intensa exaltación priva al texto de cierta imparcialidad y


exactitud que, cosa que, por otra parte, tampoco era buscada por el autor.

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Bibliografía

Cantar del Mío Cid (Texto antiguo: Ramón Menéndez Pidal) Colección Austral

Antología Literaria, 6ª curso, Plan 1957. Ediciones Bruño

Revista Historia y Vida números 348 Pag. 52 y 62; 375, pag. 70; 466, pag. 55

Web: http://www.rinconcastellano.com/edadmedia/index.html
http://elromancero.wordpress.com/el-romancero-viejo/
http://www.arteguias.com/musicamedieval.htm
http://roble.pntic.mec.es/~msanto1/lengua/1juglar.htm
http://www.funjdiaz.net/index.cfm
http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/LiteraturaEspanola/EdadMe
dia/index.asp

http://www.cervantesvirtual.com/seccion/literatura/psegundonivel.jsp?cont
en=presentacion

http://www.cervantesvirtual.com/FichaObra.html?Ref=17997&portal=68

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Obradoiro Rosalía de Castro

Grupo Romances y Cantares de Gesta

Autores
Rita Ordás

Isabel rubio de la Torre

Luis Basilio Marimón

José Antonio Porto

Miguel Ángel Cabezas

Agustín Cabezudo

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