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COMENTARIO LITERARIO.

EL CANTAR DE MÍO CID


EPISODIO DEL LEÓN

En Valencia con los suyos vivía el Campeador;


con él estaban sus yernos, Infantes de Carrión.
Un día que el Cid dormía en su escaño, sin temor,
un mal sobresalto entonces, sabed, les aconteció:
5 Escapóse de una jaula, saliendo fuera, un león.
Los que estaban en la Corte sintieron un gran temor;
recogiéronse sus mantos los del buen Campeador,
y rodean el escaño en guarda de su señor.
Allí Fernando González, Infante de Carrión,
10 ni en las salas ni en la torre donde esconderse encontró;
metióse bajo el escaño, tan grande fije su pavor.
Diego González, el otro, por la puerta se salió
diciendo con grandes gritos: -¡Ay, que no veré Carrión!
Tras la viga de un lagar metióse con gran temor;
15 todo el manto y el brial sucios de allí los sacó.
En esto que se despierta el que en buen hora nació;
de sus mejores guerreros cercado el escaño vio:
-¿Qué pasa aquí, mis mesnadas? ¿Qué queréis? ¿Qué aconteció?
-Es que, mi señor honrado, un susto nos dio el león.
20 Apoyándose en el codo, en pie el Cid se levantó:
El manto se pone al cuello y encaminóse al león.
La fiera, cuando vio al Cid al punto se avergonzó;
allí bajó la cabeza, y ante él su faz humilló.
Nuestro Cid Rodrigo Díaz por el cuello lo tomó,
25 y lo lleva de su diestra y en la jaula lo metió.
A maravilla lo tiene todo el que lo contempló.
Volviéronse hacia la sala donde tienen la reunión.
Por sus dos yernos Rodrigo preguntó, y no los halló;
aunque a gritos los llamaban, ni uno ni otro respondió,
30 y cuando los encontraron, los hallaron sin color.
No vieseis allí qué burlas hubo en aquella ocasión;
mandó que tal no se hiciese nuestro Cid Campeador.
Sintiéronse avergonzados Infantes de Carrión;
fiera deshonra les pesa de lo que les ocurrió.
LOCALIZACIÓN
Estamos ante un fragmento del Cantar de Mío Cid, el más antiguo poema épico
español conservado.
Su fecha de composición es incierta, para Menéndez Pidal hacia 1120; según los
estudios más recientes entre 1201 y 1207 (S. XIII).

El Cantar del Mío Cid pertenece al género narrativo concretamente a la épica


(narrativa en verso) y al subgénero del cantar de gesta. Este tipo de cantares forman
parte de la tradición oral juglaresa, por ello desconocemos la autoría del poema, y por
lo tanto es una obra anónima. Este cantar de gesta se conserva en un manuscrito de la
Biblioteca Nacional de Madrid, copiado en el siglo XIV por algún juglar para recordar el
texto.

El poema narra el destierro del infanzón castellano don Rodrigo Díaz de Vivar
(históricamente 1043-1099), su lucha en tierras musulmanas por la reconquista hasta
recuperar el favor real y la primera boda de sus hijas, con el posterior juicio contra sus
yernos.

Este fragmento pertenece al Cantar de la afrenta de Corpes, tercera parte de El


Cantar del Mío Cid, ya que hace referencia a un suceso en el que los Infantes de
Carrión son humillados por los hombres de El Cid.

TEMA Y RESUMEN
El tema es la valentía de El Cid frente a la cobardía de los infantes de Carrión.
En cuanto al argumento, un día que el Cid estaba durmiendo, un león se escapó de
una jaula. Los infantes de Carrión (yernos de El Cid) se sobresaltan y reaccionar con
miedo. El Cid se despierta y tranquiliza al animal con solo mirarlo, ante la asombrada
mirada de los espectadores. Entonces, buscaron a los infantes, que se habían
escondido, y estos sufrieron las burlas de los hombres de El Cid. Sin embargo, este
ordena que no continúen las bromas contra los maridos de sus hijas.

ESTRUCTURA
Estructura externa
Este episodio está compuesto por 34 versos y muestra una unidad de sentido.
En cuanto a la métrica, los versos tienen entre 14 y 16 sílabas, están separados por una
cesura en dos hemistiquios y la rima es monorrima y asonante en todos los versos. Se
trata, por tanto, de una tirada.

Estructura interna
Atendiendo a la progresión temática el texto puede dividirse en tres partes:
• En la primera (versos 1 a 4) se presentan los hechos, señalando dónde ocurren
y que El Cid estaba durmiendo.
• En la segunda parte (versos 5 a 27), se relatan los hechos: un león se escapa,
los infantes se atemorizan y El Cid domina a la fiera.
• En la tercera parte (versos 28 hasta el final), los hombres de El Cid se ríen de los
infantes y El Campeador ordena que se detengan las burlas.

ESTILO
En lo referente a los personajes, podemos destacar que el protagonista aparece con
diferentes nombres (Rodrigo, el de Vivar, el Cid, el Cid campeador, Nuestro señor,
buen esposo, buen padre, el que en buen hora nació, el que buena espada ciñó).
Donde la aposición explicativa sirve para dar importancia y relevancia a las virtudes del
héroe. Esta fórmula descriptiva, es un calco de los textos antiguos, por ejemplo, La
Ilíada y La Odisea de Homero y Aquiles, el de los pies ligeros.
Los personajes antagonistas son Fernando y Diego González los llamados Infantes de
Carrión. Por medio de una antítesis o contraste se exalta la cobardía de estos frente a
la valentía del Cid.
Es de destacar el personaje colectivo de las mesnadas, refiriéndose con ellas al
ejercito del héroe.

El narrador del texto es la voz que narra los acontecimientos. En algunos momentos,
se dirige directamente al receptor (v. 4: “sabed”, v. 31: “no viéseis allí”).
Esta necesidad de mantener la atención está relacionada con el hecho de que
originalmente estas composiciones se transmitían de forma oral.
Una de las características de los Cantares de gesta son los formalismos, es decir, las
formas que los juglares tenían para memorizar a base de continuas repeticiones. El
narrador presenta a El Cid como un valeroso y virtuoso guerrero que apacigua a las
fieras con solo mirarlas. Por contraste, los infantes aparecen como hombres cobardes.
También consigue esa exaltación con el uso del epíteto épico (v. 16: “el que en buen
hora nació”). Esto también lo consigue con el uso de exclamaciones e interrogaciones,
y con el empleo del estilo directo para expresar los diálogos directamente en boca de
los personajes.

En cuanto al estilo, hay que decir que no proliferan los recursos retóricos. Aún así
podemos encontrar los siguientes: la antítesis o contraste cuando se opone la
cobardía de los infantes (v. 6 “sintieron un gran temor”, v. 11 “su pavor”, v. 14 “gran
temor”, v. 30 “los hallaron sin color”) con la valentía del Cid (vs. 25-26 “por el cuello lo
tomó (…) y en la jaula lo metió”); la hipérbole (vs. 22-23 “La fiera, cuando vio al
Cid al punto se avergonzó; /allí bajó la cabeza, y ante él su faz humilló”) que sirve
para exagerar las virtudes del héroe; el polisíndeton ( v. 25 “y lo lleva de su diestra y
en la jaula lo metió”) típica de la literatura oral ya que el juglar se sirve de este recurso
para transmitir a los receptores las acciones virtuosas de los protagonistas; los
continuos hipérbatos que hacen resaltar a veces el lugar de la acción, otras a los
antagonistas... Para terminar, con el epíteto épico que es característico en toda la
literatura oral.

CONCLUSIÓN

Este poema es parte de la tradición literaria del Mester de Juglaría. La intención de los
juglares era doble: por un lado, la de divertir al pueblo que suponía el 85% de la
población, (analfabetos), y gracias a la labor de los juglares podían enterarse de lo que
ocurría (a modo de noticiero de periódico oral). Y así también disfrutar de los pocos
momentos de ocio que tenían. Por otro lado, y el más importante, hacer propaganda
política para conseguir un ejercito militar, las mesnadas, que bajo la cruz del
cristianismo luchaban para conseguir y arrebatar los territorios que los árabes
habitaban. A estas luchas por la reconquista de los territorios ocupados por los árabes
se les llamaban cruzadas.

Respecto al lenguaje, se aprecian aquí todos los elementos estilísticos típicos de la


épica medieval (el epíteto épico, los formalismos, el estilo directo, tono exclamativo e
interrogativo…).

La escena del león desempeña un papel importante para la trama narrativa del
Poema del Mío Cid porque es el punto de arranque para el segundo ciclo dentro de la
estructura bipartita del Cantar (caída – recuperación honor social – caída –
recuperación del honor personal). Pues, aquí se muestra por primera vez la cobardía
de los Infantes de Carrión yuxtapuesta a la valentía mesurada del Cid. De este núcleo
nace el sentimiento de humillación en los Infantes que conduce a la afrenta de Corpes
y da paso a muchos de los sucesos del tercer cantar.

La crítica ha interpretado que en este episodio se advierte una muestra del


enfrentamiento entre Castilla y León. El Cid, caballero castellano, se enfrenta al rey,
de origen leonés. El juglar lo repetirá hasta la saciedad: “¡qué buen vasallo, si oviesse
buen señor!”. Pero, además, los nobles de procedencia leonesa son los principales
enemigos del Cid. El poema se encuadra así en la tradición castellana antileonesa y
exalta al Cid y con él a Castilla. El Cid destaca por su sabiduría, su templanza, mesura,
coraje y valor, frente a él se encuentran sus yernos, los infantes de Carrión,
pertenecientes a la nobleza leonesa, que se presentan como cobardes y moralmente
inferiores al héroe épico, que aun pertenecientes al estamento nobiliario, no hacen
honor a los valores que han de tener. A nivel social, por tanto, destaca que sea el Cid,
un infanzón, sea el que amanse al león, mientras que los nobles se esconden. El Cid,
representa al pueblo que lucha y demuestra que el honor y el valor ético no se
heredan, sino que se conquistan.

La exaltación y mitificación del héroe que se va realizando en el cantar de gesta es


también la exaltación y mitificación de Castilla y de los valores antinobiliarios y por eso
no extraña la ridiculización y degradación de la alta nobleza, representada en los
cobardes infantes de Carrión y en los nobles intrigantes de la corte del rey Alfonso VI.

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