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los niveles de violencia en los conflictos. Según él, la violencia no se limita a la agresión física
directa, sino que se manifiesta en diferentes formas interconectadas. Vamos a explorar los tres
tipos de violencia que Galtung distingue:
1. Violencia Directa:
o Es la forma más visible y reconocible de violencia.
o Se ejerce directamente por un actor hacia otro.
o Incluye actos como tortura, asesinato, maltrato físico o psicológico, humillación y
discriminación.
2. Violencia Estructural:
o Esta violencia es menos evidente pero igualmente perjudicial.
o Surge de las injusticias sociales y las estructuras que perpetúan estas desigualdades.
o No tiene un perpetrador individual visible, sino que está incorporada en sistemas y leyes.
o Ejemplos incluyen el apartheid, leyes de segregación racial, condiciones de vida degradantes y
pobreza.
3. Violencia Cultural o Simbólica:
o Esta forma de violencia se manifiesta en actitudes y prejuicios.
o Legitima el uso de la violencia directa o estructural.
o Incluye actitudes racistas, sexistas, fascistas y otras formas de discriminación.
Galtung sostiene que estos tres tipos de violencia están interconectados. Para prevenir uno,
debemos abordar los otros dos y considerarlos en nuestras acciones. La paz real no se logra
solo con la ausencia de violencia directa, sino también al abordar las raíces estructurales
y culturales del conflicto12.
En resumen, la paz debe construirse en todos los niveles: cultural, estructural y directo. Al
entender y abordar estos niveles, podemos avanzar hacia una sociedad más justa y pacífica.
1. La Víctima: Actúa desde una posición inferior, similar a una posición filial o infantil. Las víctimas
suelen sentirse indefensas y paralizadas ante los problemas.
2. El Perseguidor: Tiene una función parental. Se muestra crítico, acusador y busca culpar a otros. Su
objetivo es señalar los errores y fallas de los demás.
3. El Salvador: También tiene una función parental. Quiere ayudar y rescatar a la víctima, pero a
menudo lo hace de manera controladora y asumiendo responsabilidades ajenas.
Estos roles pueden oscilar en una persona según las circunstancias, pero lo más habitual es
que una persona tenga uno de los roles como el más predominante. El problema surge
cuando estos roles se vuelven establecidos y nuestras relaciones se basan en ellos. En el
Triángulo Dramático, no hay una posición adulta ni relaciones de igual a igual, ya que
cada rol evita asumir responsabilidades y las coloca en los demás12.
¿Cómo salir del Triángulo Dramático? Aquí hay algunos pasos:
1. Identifica que estás inmerso en él. Reconocer los patrones es el primer paso para cambiarlos.
2. Cuestiona tus roles: ¿Te encuentras en la posición de víctima, perseguidor o salvador? Reflexiona
sobre cómo actúas en tus relaciones.
3. Busca la posición adulta: Trata de asumir responsabilidad por tus acciones y comunicarte de
manera directa y sincera.