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LA PERSONA, UN SER ESPECIAL

1.-Creados a imagen y semejanza de Dios

La Biblia deja claro que el ser humano posee una grandeza especial (Gn 1, 26-28a.31a).

El ser humano no es una criatura más de la creación, sino que ocupa un puesto
privilegiado, ya que Dios se la entrega toda para que pueda disponer de ella, porque sólo él ha
sido creado “a imagen y semajanza” de Dios.

Ser imagen de Dios implica que toda persona es valiosa porque refleja a Dios, y debe
ser respetada y tratada por los demás como tal sin excepción; y que toda persona debe actuar
como actúa Él, respetando y no dañando a los demás.

2.-La dignidad humana

La grandeza del ser humano recibe el nombre de dignidad. A lo largo de la historia, no


sólo la Biblia, sino también otras religiones y pensadores han defendido que las personas son
valiosas en sí mismas. La dignidad implica que las personas deben ser respetadas de forma
absoluta, independientemente de sus creencias, religión, sexo, poder económico, nivel
cultural… En consecuencia, nada se puede poner por encima de ellas.

En el siglo XVI, el Humanismo defendió la grandeza de los seres humanos. La persona


era considerada el centro del Universo y, en consecuencia, todo giraba en torno a ella. Algunos
humanistas pensaron que la grandeza del ser humano se debía a que la persona es un ser que,
por la libertad, decide qué quiere ser en la vida, al contrario que los animales. Y esto las hace
especiales porque tienen una gran responsabilidad, ya que deben buscar siempre lo que es
mejor.

En el siglo XVIII, el filósofo alemán I. Kant defendió la dignidad humana afirmando que
el ser humano existe como un fin en sí mismo y no como un medio que pueda ser usado por
otras personas. La diferencia entre las cosas y las personas es que las personas son medios, ya
que están al servicio de las personas, pero las personas nunca pueden ser usadas por otras en
busca de un beneficio.

3.-Los derechos humanos

La dignidad humana no siempre se respeta. Muchas personas sufren violencia, son


sometida a trabajos inhumanos o no tienen lo necesario para vivir. Para proteger su dignidad,
en el año 1948, la ONU proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Este
documento, que muchos países han incorporado en sus leyes, recoge los principales derechos
y libertades de las personas.

Estos derechos, que deben ser respetados siempre y sin excepción, se dividen en varias
generaciones, dependiendo de la época en que han surgido:

-Derechos de primera generación: Se relacionan con la libertad y tienen como objetivo


que se respeten los derechos civiles y políticos: derecho a la vida, a la libertad de conciencia, a
la libertad de expresión, a la participación política…
-Derechos de segunda generación: Se relacionan con la igualdad e intentan garantizar
que se respeten los derechos económicos, sociales y culturales (derecho al trabajo, a una
vivienda, a la educación, a la asistencia sanitaria…)

-Derechos de tercera generación: Se relacionan con la solidaridad y buscan unas


relaciones pacíficas entre las personas, la cultura y el medio ambiente (derecho al desarrollo
de los pueblos, a un medio ambiente adecuado, a la paz…)

-Derechos de cuarta generación: El uso de las nuevas tecnologías hace necesario que
se establezcan derechos relacionados con el mundo digital y las redes sociales para evitar
casos de acoso, de amenazas, de noticias falsas…

4.-Crecer en humanidad

El ser humano se distingue de los animales en que no sólo evoluciona biológicamente,


sino también moral y culturalmente. Este proceso de hacerse más humano recibe el nombre
de humanización. Por él, las personas deben elegir aquellos modos de vida que las hacen
mejores y más humanas, y que las conducen a superar todas aquellas situaciones que las
degradan.

Igualdad entre hombre y mujer

El proyecto de Dios para los seres humanos es el de la igualdad. El primer relato de la


Creación subraya la igualdad entre el hombre y la mujer, ya que afirma que los dos fueron
creado a su ‘imagen y semejanza’. En consecuencia, poseen la misma dignidad y merecen el
mismo respeto.

Los creyentes, y toda la sociedad, deben poner todos los medios a su disposición para
que el proyecto divino de una sociedad de hombres y mujeres con igualdad de derechos y
oportunidades sea realidad en todos los ámbitos de la vida.

¿Mejorados por la tecnología?

El desarrollo actual de la ciencia y de la técnica permite intervenir en la naturaleza


humana y modificarla. Algunos científicos ven en ello algo positivo; otros, en cambio,
consideran que podría llevar a situaciones como la de los “bebés a la carta”, es decir, crear
niños modificados genéticamente, para que los padre puedan elegir el color de ojos o del pelo
y el sexo del bebé. Ante dilemas como éste, los científicos se dividen en dos posturas: los que
actúan según el imperativo tecnológico, que defiende que se debe hacer todo lo que la ciencia
y la técnica permitan que se haga; y los que lo hacen según el imperativo ético de la
responsabilidad, que defiende que no todo lo que se puede hacer se debe hacer y que primero
hay que pensar si esos descubrimientos humanizan a la persona.

Con la manipulación genética, posible tras descifrar el genoma humano, se puede


modificar el material genético de las personas. Esto ayuda a avanzar en la lucha contra algunas
enfermedades, pero también a lograr los “bebés profetas”. Surgen preguntas morales como:
¿qué tipo de ser humano es mejor? Tener una enfermedad, ¿significa menos dignidad? ¿Para
ser feliz hay que ser “perfectos” físicamente; ¿diseñar el hijo que se quiere no es dejar de ver
la vida como un regalo?

El poshumanismo biónico pretende implantar tecnología en las personas para dominar


y transformar su entorno. Esta postura origina preguntas morales: ¿estas técnicas favorecerán
la discrimación entre los que pueden pagarlas y los que no? ¿las personas biónicas tendrán
más dignidad que las “normales”?

El transhumanismo robótico pretende, mediante la ingeniería, construir humanos


artificiales o robots. Para ello, se copiaría la mente humana, como si fuera un software y se
pondría en un soporte físico como un hardware. Pero los robots, ¿tendrían autoconciencia,
sentimientos o libertad? ¿sería sustituir el cuerpo por una máquina?

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