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Bloque 5: La Crisis del Antiguo Régimen (1788-1833)

Liberalismo frente a Absolutismo

BLOQUE 5 SIGLO XIX

CRISIS DE LA MONARQUÍA BORBÓNICA. LA GUERRA DE LA


INDEPENDENCIA Y LOS COMIENZOS DE LA REVOLUCIÓN LIBERAL. LA
CONSTITUCIÓN DE 1812

1. INTRODUCCIÓN

2. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

2.1. Causas

2.2. Desarrollo de la guerra

2.3. Consecuencias de la guerra

3. LOS COMIENZOS DE LA REVOLUCIÓN LIBERAL

3.1. Las Juntas

3.2. Las Cortes de Cádiz

3.3. La Constitución de 1812

4. CONCLUSIÓN

1. Introducción
La Guerra de la Independencia (1808-1814) supuso para España la primera sacudida
revolucionaria contra el Antiguo Régimen, caracterizado por la Monarquía absoluta (de
derecho divino, el rey concentra todo el poder), la sociedad estamental (cerrada: nobleza,
clero, Tercer Estado) y una economía agrícola de subsistencia (la tierra, propiedad de los
privilegiados, es el origen de la riqueza).

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Se encuadra en un período que representa


para España la transición a la época
contemporánea, el reinado de Carlos IV
(1788-1808), marcado por el impacto de la
Revolución Francesa, cuyos principios
ideológicos se iban extendiendo de forma
imparable por Europa. Este reinado supuso
el inicio de la crisis del Antiguo Régimen,
motivada por:
el desprestigio de la monarquía (poco
crédito del rey y de su primer ministro
Carlos IV de Borbón (1748-1819). Godoy),
F. de Goya y Luciente ● los deseos de reforma de los
ilustrados y el rechazo de las mismas
por parte de la nobleza y el clero,
● la política exterior errática (primera
fase de enfrentamiento con Francia y
otra de alianza con ella y enemistad
con Gran Bretaña) que agrava la
crisis financiera,
● las crisis agrarias y de subsistencias.

Retrato de Manuel Godoy. F. de Goya y Lucientes

2. La Guerra de la Independencia

2.1 Causas
Las causas que dieron origen al conflicto, al margen de los planes expansionistas
napoleónicos, hay que buscarlos en los acontecimientos históricos que tuvieron lugar en
los años 1807 y 1808 y que fueron:

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1. El Tratado de Fontainebleau (1807): por el


que España y Francia renovaron su alianza; en
él se acordó la invasión y reparto de Portugal
entre ambos países. Para ello se permitiría el
paso de las tropas francesas por nuestro
territorio.

2. El Motín de Aranjuez (marzo 1808): la


creciente oposición interna contra Carlos IV y
su valido (Godoy), pone las esperanzas en el
príncipe Fernando. Se suceden numerosas
intrigas y conspiraciones hasta que triunfa el El Motín de Aranjuez. Grabado de Manuel Alegre

Motín de Aranjuez, promovido por los


partidarios del hijo del rey; como consecuencia,
Godoy fue detenido y Carlos IV abdica en su
hijo (Fernando VII).

3. Las Abdicaciones de Bayona: Napoleón


consigue trasladar a los miembros de la familia
real a la localidad francesa de Bayona; allí se
producen una serie de abdicaciones: Fernando
en su padre, mientras que este lo hizo a su vez
en Napoleón, quien entregó la corona a su
hermano José Bonaparte (José I).

Fernando VII (1784-1833).


F. de Goya y Lucientes

4. El levantamiento popular del 2 de


mayo de 1808: mientras tanto en Madrid
se habían producido numerosos
incidentes con las tropas francesas; la
alarma suscitada por la salida de la
capital de los últimos miembros de la
familia real desembocó en la sublevación
del pueblo madrileño. Los
enfrentamientos los inician los civiles a
los que se suman las tropas españolas,
con los oficiales Daoíz y Velarde. Al final
El tres de mayo de 1808 o Los fusilamientos de la Moncloa.
F. de Goya y Lucientes del día los ejércitos de Murat aplastaron
toda la resistencia y llevaron a cabo una
brutal represión.

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2.2 Desarrollo de la Guerra


La insurrección se extendió al resto del país, comenzando la Guerra de la Independencia
(1808-1814); durante el conflicto se produjeron dos fenómenos distintos:

● La guerra contra el ejército francés en defensa de la independencia.


● La reorganización política del país según los principios del liberalismo.

La Guerra de la Independencia se desarrolló en tres fases:

La primera fase abarca los


primeros meses de la invasión
después del fracaso del
levantamiento del 2 de mayo. Los
franceses intentaron ocupar las
principales vías de comunicación
desde la frontera francesa hasta
Lisboa, Sevilla y Cádiz, pero se
toparon con la resistencia
generalizada española, como ocurrió
con el sitio de Zaragoza, con el
general Palafox. El hecho más
destacado de esta fase fue la batalla
de Bailén (julio), en la que el ejército
francés del general Dupont fue
derrotado por las tropas del general
Castaños, la primera derrota de un
ejército napoleónico en campo
abierto. En agosto las tropas
inglesas, al mando de Wellington
Mapa de la Guerra de la Independencia
desembarcan en Lisboa para apoyar
a los españoles.

La Capitulación de Bailén, de J. Casado


del Alisal, 1864, Museo del Prado,
Madrid.

El general francés Dupont se rinde ante


el general Castaños. Esta derrota tuvo
gran repercusión en Europa: Napoleón
había dejado de ser invencible.

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La segunda fase transcurre entre finales de 1808 y 1812. Tras los fracasos de sus
tropas, Napoleón acude a España con un poderoso ejército, la “Grande Armee”, y, desde
Burgos, dominó la costa Cantábrica y el valle del Ebro. La victoria de Ocaña (1809) le abrió
las puertas del sur; sólo Cádiz quedó libre de la ocupación. Esos éxitos lo llevan a retirarse
precipitadamente sin concluir por completo la conquista peninsular, tarea que deja en
manos de su hermano, José I. La resistencia española se organizó en guerrillas, una
nueva forma de lucha caracterizada por la actuación de pequeños grupos de combatientes
que realizaban ataques rápidos y por sorpresa, contra la que poco podían hacer las tropas
regulares francesas. Guerrilleros destacados fueron Espoz y Mina, el cura Merino y Juan
Martín “el Empecinado”

La tercera fase se inicia en la primavera de 1812, aprovechando la retirada de las


tropas francesas para la invasión de Rusia. Los ejércitos españoles, ayudados por tropas
británicas de Wellington, obtuvieron las victorias de Arapiles, Vitoria, Irún y San Marcial.
José I abandona España y Napoleón se ve obligado a firmar el Tratado de Valençay, por
el que se acuerda la paz y el reconocimiento de Fernando VII como legítimo rey de España
(11 de diciembre de 1813).

2.3 Consecuencias de la Guerra


Las más destacadas fueron unas pérdidas demográficas elevadas (más de medio millón
de muertos, una cifra considerable si tenemos en cuenta que la población española de la
época rondaba los once millones). Además de las muertes hay que tener en cuenta
el exilio de miles de afrancesados, españoles que habían colaborado con el gobierno de
José I.

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Las pérdidas materiales fueron igualmente elevadisimas, ciudades, como Zaragoza,


Gerona o San Sebastián fueron arrasadas; también se destruyeron muchas industrias. A
la destrucción material hay que sumar el expolio de obras artísticas, sólo parcialmente
devueltas tras la guerra.

A nivel internacional, la guerra activó el proceso de independencia de la América


española. Ante el vacío de poder creado, los grupos criollos comenzaron a organizarse en
Juntas y establecieron un régimen de autogobierno que está en el inicio del proceso de
emancipación de las colonias.

3 Los comienzos de la Revolución Liberal


En la Guerra de la Independencia no solo hubo luchas militares, sino que se enfrentaron
también dos modelos políticos distintos: el reformista francés, encarnado por José
Bonaparte (José I) y el liberal español, que se fue desarrollando durante el conflicto con las
Juntas, y que alcanzaría su máxima expresión con las Cortes de Cádiz.

De hecho, los españoles estaban divididos frente a los franceses. Podemos distinguir
los siguientes grupos:
Afrancesados. Eran minorías ilustradas, liberales, funcionarios, nobleza, clero y parte
de las clases medias urbanas, que apoyaban la presencia francesa en la península y
eran favorables al gobierno de José I. Vieron en la monarquía del bonaparte la
posibilidad de dar fin al Antiguo Régimen en el país y establecer un régimen liberal
similar al francés, tal y como se había hecho al aprobarse el Estatuto de Bayona. Junto
a esta razón ideológica, en algunos casos el apoyo a los franceses se debía al interés
de aprovechar el cambio de poder para sacar un rendimiento político, económico y
social.
Patriotas. Eran los que apoyaban a Fernando VII, aunque entre ellos se pueden
distinguir a su vez:
Liberales. Eran los que no apoyaban la presencia francesa pero sí sus ideas. Fueron
esa minoría que protagonizó las Cortes de Cádiz. La formaban burgueses, clases
medias urbanas y parte del clero.
Jovellanistas. Apoyaban las reformas pero sin perder parte de la tradición
Tradicionalistas o absolutistas. Eran la mayoría de los españoles. Apoyaban las
ideas del Antiguo Régimen, y formaban parte de este grupo la mayor parte del clero y
el pueblo.

3.1 Las Juntas


Desde 1808 ante la ausencia de autoridad por las abdicaciones de Bayona y la negativa
de gran parte de la población a aceptar al nuevo rey José I, el pueblo español en su
conjunto asume la soberanía en un acto auténticamente revolucionario. Se crean las
Juntas, como manifestación palpable de la asunción de la soberanía: declaran actuar en
nombre del rey, pero su legitimidad procedía del pueblo español, y se convierten en un
poder paralelo al de la nueva monarquía.
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Tras las abdicaciones reales se crearon Juntas locales y provinciales en numerosas


ciudades y pueblos. Estuvieron compuestas por miembros de procedencia diversa, casi
siempre pertenecientes a los grupos sociales más influyentes. En septiembre de 1808 se
forma la Junta Central del Reino en representación de las principales juntas provinciales,
presidida por el conde de Floridablanca. Esta Junta estableció su sede en Aranjuez,
después pasó a Sevilla y, ante el avance de las tropas francesas, a Cádiz, única ciudad
importante libre de la ocupación francesa. La importancia de la burguesía en esta ciudad,
centro del comercio colonial con América, explica que en ellas predominará la ideología
liberal y que fuera aprobada la Constitución. Su labor va a consistir en gobernar el país,
asumiendo la regencia hasta la vuelta de Fernando VII al trono; dirigió la resistencia contra
el invasor y convocó una reunión extraordinaria de las Cortes en Cádiz. Esta sí que fue una
iniciativa realmente revolucionaria, pues la potestad de convocar Cortes la tenían
únicamente los reyes. Tras la convocatoria, en enero de 1810, la Junta Central se disuelve
y cedió sus poderes a un Consejo de Regencia de cinco miembros.

3.2 Las Cortes de Cádiz


Mediante un complicado sistema de elección fueron elegidos representantes de 33
ciudades, tanto peninsulares como de las colonias americanas. Su apertura tuvo lugar el
24 de septiembre de 1810 y, a diferencia de las Cortes tradicionales, divididas en
estamentos, las de Cádiz unieron a todos los diputados (más de 200) en una única
asamblea.

La mayoría eran clérigos, funcionarios,


abogados o militares; hubo escasa
presencia de nobles y miembros del alto
clero: la clase media urbana fue la
verdadera protagonista.

La ideología política era muy variada:


● Liberales: partidarios de la
soberanía nacional, una nueva
Constitución y una sociedad sin
estamentos. Mayoritariamente
intelectuales, fueron los que
Juramento de los primeros diputados en las Cortes de Cádiz, de ejercieron mayor influencia. Destacó
Casado del Alisal. Congreso de los Diputados. Madrid
Agustín de Argüelles.

● Renovadores o jovellanistas: seguidores de Jovellanos, partidarios de reformas


que conjugaran la soberanía del rey y la nación y el respeto a los estamentos
superiores.

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● Absolutistas: llamados despectivamente “serviles”, defendían la vuelta al Antiguo


Régimen.

En las Cortes se aprobaron dos tipos de medidas revolucionarias que acabaron con la
estructura del Antiguo Régimen. Unas de carácter político, para acabar con el
absolutismo, cuyo resultado fue la Constitución liberal de 1812. Otras de carácter
económico y social, cuyo objetivo era erradicar la sociedad estamental y los privilegios
para establecer una sociedad organizada sobre los principios de libertad, igualdad,
propiedad y seguridad.

Las más destacadas fueron la desamortización sobre las propiedades de los


afrancesados; la eliminación de los mayorazgos; la supresión del régimen señorial,
eliminando los derechos feudales y los señoríos jurisdiccionales; la libertad de trabajos y
contratos, lo que suponía terminar con los gremios y limitar el poder de la Mesta; y la
supresión de la Inquisición, recibida con hostilidad por parte del clero.

3.3 La Constitución de 18121


La Constitución de 1812 fue la obra más importante de las Cortes de Cádiz, la primera
Constitución liberal española y la primera aprobada por un Parlamento nacional. Se aprobó
el 19 de marzo de 1812, fiesta de San José, por lo es conocida popularmente con el
nombre de “La Pepa”. Puede ser considerada como un ejemplo de conciliación entre
liberales y absolutistas. Sus principios básicos son:

1
La Constitución de 1812 estuvo vigente en tres ocasiones:
● De marzo de 1812 a mayo de 1814
● De enero de 1820 a noviembre de 1823 (Trienio Liberal durante el reinado de Fernando VII)
● De agosto de 1836 a junio de 1837 (regencia de Mª Cristina, tras el pronunciamiento de un grupo de
sargentos en La Granja de San Ildefonso y la promulgación de la Constitución de 1837)

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1. Soberanía nacional: el poder


político pertenece a la Nación
española. El régimen político era
una monarquía parlamentaria, con
limitación de los poderes del rey.
2. División de poderes: el legislativo
reside en unas Cortes2 unicamerales;
el ejecutivo recae en el rey y sus
ministros; el judicial queda
depositado en los tribunales.
Además, el monarca no podía
disolver las Cortes.
3. Reconocimiento de derechos
individuales, como la libertad de La promulgación de la Constitución de 1812, de S. Viniegra. Museo
de las Cortes de Cádiz
imprenta, derecho de propiedad,
inviolabilidad del domicilio y derecho
a la educación, entre otros.

4. Igualdad de todos los ciudadanos ante la ley: se establecen unos mismos


códigos y tribunales para todos los españoles. Con respecto a los impuestos, todos
los pagarían de modo proporcional a su fortuna.
5. Sufragio universal masculino indirecto para los mayores de 25 años.
6. Estado confesional, el catolicismo es la religión oficial del Estado y no se reconoce
la libertad religiosa.
7. Se establecía una Milicia Nacional3 para garantizar el orden constitucional.

4. Conclusión
CONCLUSIÓN
La Guerra de la Independencia fue un acto más patriótico que liberal, por lo que no fue
difícil para Fernando VII el poner final a la aventura de la Constitución de 1812. Pero de
todos modos el que diera frutos era solo cuestión de tiempo. Aunque el regreso de los
liberales en 1820 fue efímero, a partir de la muerte de Fernando VII se instauraría ya de
forma definitiva.
La monarquía de Isabel II, con la que se inicia el Estado Liberal en España, tendrá
que hacer frente a diversos problemas, el mayor de los cuales será el enfrentamiento con
los seguidores del absolutista don Carlos en la Primera Guerra Carlista.

2
Las Cortes adquieren una gran capacidad decisoria (Artículos 1 y 2) al ser la reunión de todos los diputados
que representan a la Nación, elegidos por los ciudadanos.
3
Milicia Nacional: cuerpo de ejército instituido por la Constitución de 1812; su objetivo era velar por el orden
público y el orden político. Fue utilizada por los liberales progresistas para la defensa del liberalismo.

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3.- FASES DEL CONFLICTO ENTRE LIBERALES Y ABSOLUTISTAS DURANTE EL REINADO


DE FERNANDO VII

Fernando VII, una vez terminada la guerra de independencia, y las guerras napoleónicas
en Europa, regresa como rey con gran entusiasmo del pueblo, que lo llamó “el Deseado”.
Nada más llegar encontró los apoyos necesarios para restablecer el Antiguo Régimen.
Unos 70 diputados le presentan el llamado Manifiesto de los Persas, en el que le piden la
vuelta al absolutismo. Mientras las Cortes esperan que jure la Constitución, él promulga un
Decreto suprimiendo la Constitución y volviendo al absolutismo.
Su reinado (1814-33) se iba a caracterizar por la pugna entre liberalismo y
absolutismo.

El Sexenio Absolutista. 1814-20


La imposición del absolutismo supuso el regreso de la Inquisición, de los privilegios,
y la desaparición de las libertades.
En este periodo la monarquía se enfrentó a graves problemas, entre los que
destacaron la inestabilidad e ineficacia del gobierno, y el agravamiento de la crisis de la
Hacienda estatal. Ante esta situación, los liberales optaron por el uso de la fuerza para
conquistar el poder mediante la conspiración y la rebelión. Para ello recurrieron al Ejército,
a las sociedades secretas y a la masonería. La contrapartida fue la persecución política de
los liberales.

El Trienio Liberal (1820-1823)


La oposición liberal vio cumplidos sus deseos en 1820 con el Golpe de Riego. El
coronel Riego, que se encontraba en Las Cabezas de San Juan, al frente de un regimiento
acuartelado, con destino a sofocar la sublevación de las colonias americanas, proclamó la
Constitución de 1812. Poco después el rey aceptaba las peticiones de los liberales y
volvieron a suprimirse la Inquisición y los privilegios, entraron en vigor los derechos
ciudadanos, y se ponían en marcha medidas desamortizadoras. Pero pronto se hizo
patente la división de los liberales (doceañistas -moderados- y veinteañistas -exaltados-)
y esto debilitó al gobierno.
Aprovechando el enfrentamiento interno de los liberales, se materializa una
contrarrevolución absolutista. Los absolutistas solicitaron la intervención de la Santa
Alianza para restaurar el absolutismo en España. De esta forma, los Cien Mil Hijos de
San Luis, al mando del francés duque de Angulema, entraba en España y restauraban el
Antiguo Régimen.

La Década Absolutista (1823-1833)


Con un nuevo decreto anula toda la legislación del Trienio Liberal y comienza una dura
represión del liberalismo. Fracasaron todas las tentativas de insurrección. Numerosos
liberales fueron ejecutados. Entre las víctimas encontramos a Riego, al Empecinado o a
la granadina Mariana Pineda, acusada de haber bordado una bandera en la que figuraban
las inscripciones “Ley, libertad, igualdad”. Aunque a partir de 1826 se suavizó la represión,
esto no impidió el fusilamiento de Torrijos y sus compañeros, tras una intentona liberal.
El principal problema del gobierno fue la falta de recursos en la Hacienda para
acometer reformas. Entre las reformas administrativas cabe destacar la creación del
Consejo de Ministros, para coordinar las políticas del gobierno, y el Ministerio de Fomento,
para estimular el desarrollo económico.

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Al final del reinado de Fernando VII se plantea el problema sucesorio. En 1830


nace su hija Isabel pero no podría reinar ya que la Ley Sálica prohibía reinar a las
mujeres. Fernando VII la anula con la Pragmática Sanción. En este contexto actuará el
carlismo desencadenando la primera guerra carlista.

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4. EL CARLISMO Y EL PROBLEMA SUCESORIO

El carlismo había surgido como oposición al liberalismo. En sus orígenes propugnaba no


sólo la vuelta al Antiguo Régimen, sino también una política de Cristiandad. Su ideario
se resumía en “Dios, Patria, Rey”, con el añadido tardío de “Fueros”. Estuvo encabezado
por el propio Fernando VII, por un sector de la oficialidad del ejército y de las élites, la
mayor parte del clero, disgustada con la desamortización, y amplias capas populares de
las áreas rurales y campesinado en general.
Su contrarrevolución absolutista se manifestó en una serie de rebeliones militares.
Y uno de sus mayores logros había sido acabar con el Trienio Liberal.
Durante la Década Ominosa proliferó una facción cada vez más reaccionaria.
Recurrieron a intrigas en el entorno de la familia real, creando organizaciones
clandestinas como “El ángel exterminador” o “El ejército de la fe”. La acción más notable
fue la revuelta de los malcontents o agraviados, en Cataluña en 1827, promovida por
campesinos y contraria a los impuestos y la Administración. Llegó a estar formada por
30.000 hombres. Es el precedente más directo de las guerras carlistas.
La facción ultra absolutista apostó por Carlos María Isidro como sucesor de
Fernando VII. Tras la decisión de Fernando VII de nombrar sucesora a su hija, los
partidarios de Carlos María Isidro presionaron a la reina María Cristina para derogar la
Pragmática Sanción. No tuvieron éxito. Desde entonces el monarca dio un giro liberal a
su política. A la muerte de Fernando VII en 1833 el país estaba al borde de una guerra
civil: la Primera Guerra Carlista.

5. LA EMANCIPACIÓN DE LA AMÉRICA ESPAÑOLA

La guerra por la independencia en los virreinatos se produce entre 1808 y 1824.


Entre las causas podemos destacar la independencia de los EEUU (4 julio 1776), la
influencia de las ideas ilustradas: libertad, igualdad; los criollos quieren más poder político,
descontentos por las medidas administrativas y fiscales impuestas desde España; quieren
libertad de comercio y acabar con el monopolio español.
Además la situación política en España es muy confusa por la Guerra de la
Independencia. Cuando Napoleón invade España, en los cuatro virreinatos se inician
levantamientos de apoyo a FVII. Poco a poco va surgiendo el sentimiento
independentista apoyado en las ideas liberales. Entonces en cada región estallan
revoluciones sin conexión entre ellas; surgen también las Juntas, que toman el poder y
deponen a los virreyes en Caracas, Buenos Aires, Santa Fe, Santiago de Chile, aunque
también hay guerras civiles.
Entre 1816 y 1820 tienen lugar las grandes campañas de Simón Bolívar y el
general San Martín, llamados libertadores. En 1816 se independiza Argentina; desde allí
San Martín conquista Chile. Bolívar lidera la rebelión de Caracas, que da lugar a la
independencia de Colombia, Venezuela y Ecuador. En 1824 se produce la definitiva derrota
española en la Batalla de Ayacucho; se independizan México y las Provincias Unidas de
América Central. Los virreinatos españoles se convierten en repúblicas independientes,
apoyadas por Gran Bretaña y EEUU.
Por tanto, con Fernando VII se pierde el gran Imperio americano, y con ello todo
el comercio. España pasaba a ser una potencia de segunda fila conservando solo Cuba,
Puerto Rico y Filipinas, que se perderán en el Desastre del 98.

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CONCLUSIÓN
La Guerra de la Independencia fue un acto más patriótico que liberal, por lo que no fue
difícil para Fernando VII el poner final a la aventura de la Constitución de 1812. Pero de
todos modos el que diera frutos era solo cuestión de tiempo. Aunque el regreso de los
liberales en 1820 fue efímero, a partir de la muerte de Fernando VII se instauraría ya de
forma definitiva.
La monarquía de Isabel II, con la que se inicia el Estado Liberal en España, tendrá
que hacer frente a diversos problemas, el mayor de los cuales será el enfrentamiento con
los seguidores del absolutista don Carlos en la Primera Guerra Carlista.

PREGUNTAS DE SELECTIVIDAD DE AÑOS ANTERIORES

* ¿Con qué nombre se conoce la guerra mantenida por España contra la Francia de
Napoleón?
* ¿Con qué nombre se denomina a los españoles que se mostraron favorables al
gobierno de José I?
*¿Qué rey francés gobernó España durante la Guerra de la Independencia?
¿En qué año se proclamó la primera Constitución española?
¿En qué ciudad se proclamó la Constitución española de 1812?

● Explique las razones por las que se produjo la Guerra de Independencia y sitúela
cronológicamente
● Explique las razones que tenían los españoles que se mostraron favorables al
gobierno de José I
● Describa las características esenciales de la Constitución de 1812

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