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las pacientes histriónicas poseen una capacidad para el compromiso emocional
superior a la del emocionalmente distante trastorno narcisista de la
personalidad. Su mismo aferramiento, y la estabilidad de sus compromisos
altamente inmaduros, contrastan con la ausencia de este rasgo en la
personalidad narcisista.
A diferencia del trastorno histérico de la personalidad, las personalidades
histriónicas presentan una labilidad emocional difusa, relaciones
indiferenciadas con los otros significativos e investiduras emocionales
inmaduras, egocéntricas. En contraste con la extraversión socialmente
adecuada de la personalidad histérica, la personalidad histriónica se identifica
en exceso con los otros y proyecta en ellos intenciones fantaseadas, carentes
de realismo. Su dramatización de los afectos, su conducta lábil y
emocionalmente explosiva, su excitabilidad general y la incoherencia de sus
reacciones revelan una superficialidad emocional subyacente e incapacidad
para las relaciones objetales diferenciadas. A las personalidades histriónicas
les cuesta comprender profundamente a los otros y comprenderse
profundamente a sí mismas: la naturaleza infantil, aferrativa, de todas sus
relaciones objetales, contrasta en este aspecto con la personalidad histérica.
Suelen escoger compañeros matrimoniales o sexuales sumamente
inadecuados.
Los rasgos dependientes y exhibicionistas están menos sexualizados en
el trastorno histriónico que en el trastorno histérico. La personalidad histriónica
puede utilizar de modo tosco e inapropiado la conducta sexualizada para
expresar necesidades exhibicionistas y dependientes, tiende a tener menos
inhibiciones sexuales y es más frecuentemente promiscua que la personalidad
histérica. En la vida sexual de la personalidad histriónica hay menos rasgos
represivos y más rasgos disociativos generalizados, como por ejemplo la
alternancia de fantasías y compromisos sexuales contradictorios (expresados
en una conducta sexual infantil polimorfa). El grado de patología de cada
relación interpersonal en particular es proporcional a la intensidad del
compromiso o intimidad con la otra persona.
El trastorno histriónico de la personalidad puede presentar tendencias
masoquistas, pero éstas no están estrechamente ligadas a las conductas
sexuales. Esta paciente es difusamente impulsiva, lo que lleva a una
impredecibilidad que refuerza la inestabilidad e intensidad de las relaciones con
los otros; además presenta cólera intensa, inadecuada, o cólera incontrolada y
agudas oscilaciones del estado de ánimo. Es proclive a los gestos e intentos
suicidas y a utilizar fantasías y apetencias suicidas para atraer la atención y el
reaseguramiento. Las amenazas suicidas manipulativas son sólo un aspecto de
las relaciones interpersonales manipulativas en general. Estas pacientes
mienten con frecuencia y manifiestan conducta antisocial. Estos casos deben
diferenciarse del trastorno antisocial de la personalidad.
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La personalidad histriónica en los hombres