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Jaime Cham y el equipo detrás de su aplicación PicCollage jamás se imaginaron que en corto
tiempo estarían entre las primeras 10 aplicaciones para teléfonos inteligentes en Estados Unidos,
Inglaterra y Japón. La compañía, en la cual Jaime además de ser cofundador ocupa el cargo de jefe
de Tecnología, fue establecida en 2009. La idea, nos comentó Jaime, surgió de ver el interés de las
personas por la fotografía. Después de estar dedicados por algún tiempo a desarrollar aplicaciones
para Facebook, dieron el salto a aplicaciones para dispositivos móviles. Cuando en 2011 lanzaron
PicCollage al Apple Store, en una hora los usuarios bajaron 10,000 veces la aplicación ¡y hoy en día
la bajan más de 100,000 veces en un día!
Jaime trabajó en dos compañías startup, GWcom y Flarion, donde aprendió que emprender era
cuestión de sentarse a crear algo y poner el trabajo para montar un equipo con el cual desarrollar
y hacer realidad la idea. Esa fórmula cimentó el éxito de PicCollage.
Desde muy temprano, mientras cursaba la secundaria en el Colegio Javier de Panamá, Jaime tuvo
la inquietud de crear contenidos: “Cuando aprendí a programar en la secundaria, quise crear mis
propias aplicaciones y juegos. Retomé la idea después de empezar a trabajar en Silicon Valley,
cuando vi cómo surgía alrededor mío el internet”. En el camino, Jaime comprendió que el
emprendimiento era necesario para poder terminar de hacer realidad sus ideas y ofrecerlas al
mundo, como nos explica: “A pesar de que mi interés está centrado en crear cosas, descubrí que el
emprendimiento en sí es un vehículo para poder sostener y lograrlo puesto que, en general, las
ideas siempre están ahí y todo el mundo tiene las mismas, pero no todos ponen el esfuerzo y el
talento para desarrollarlas y evolucionarlas a lo que tienen que ser. En mi caso particular, es muy
gratificante cuando conversas con alguien nuevo y te cuentan que han usado tu app por años”.
Melisa de León nació y estudió en Chiriquí. Cuando decidió estudiar Ingeniería Industrial se mudó
a Panamá donde hizo un año en Florida State University y luego se transfirió a Purdue University,
en Estados Unidos. En 2015, su sueño de emprender se hizo realidad cuando cofundó Mandao,
una alternativa a los servicios de courier tradicionales o al correo, basada en la idea de la
economía colaborativa, a través de la cual los mismos viajeros se conectan con compradores.
Melisa nos explicó cómo funciona: “El comprador publica el pedido con el precio que está
dispuesto a pagar por todo el manda´o (compra y entrega). El viajero que está interesado en hacer
el manda´o contacta al comprador, para afinar todos los detalles. Nosotros le cobramos al
comprador en cuanto el viajero acepta el pedido; sin embargo, le pagamos al viajero cuando
entrega el producto. Creamos confianza, usando el sistema de valoraciones de usuarios.
Adicionalmente, tenemos una plataforma de pago que permite hacerlo en línea, y brindarle
seguridad a nuestros clientes”.
Encontrar la idea y desarrollarla requiere un camino que recorre cada emprendedor. En el caso de
Melisa, participar en un programa llamado Discovery, del Centro de Innovación de la Ciudad del
Saber, ayudó a su desarrollo y a atreverse a lanzar Mandao.
La página web, que fue lanzada en octubre de 2015, logró 100 clientes en los primeros dos meses
de funcionamiento. Basándose en el modelo de UBER, entre otros, Melisa espera que el año 2016
sea uno de expansión para la compañía. Tienen como meta proyectarse a otros mercados a
mediados del año. A su vez, el año pasado recibieron un reconocimiento de Seed Star World como
uno de los nueve mejores startups de Panamá.
A todos los emprendedores los mueve la fuerza de la creatividad, y desde que Melisa tenía 23
años de edad sabía que quería tener algo propio. “No toda persona creativa es emprendedora. Lo
que realmente define a un emprendedor del resto de las personas es que nosotros ejecutamos las
ideas que tenemos, no dejamos estas en solo sueños”, explicó Melisa respecto al proceso creativo
de Mandao. La idea surgió en el último año de su MBA en Madrid: “Siempre necesitaba cosas de
Panamá; sin embargo, tenía que esperar que alguien viajara de Panamá a España para pedírselo.
Ahí me di cuenta de que necesitábamos una manera más eficiente de envíos internacionales. Usar
el concepto de economía colaborativa me pareció que era la mejor manera de solucionar el
problema, dado que así podemos hacer un uso más eficiente de todos los recursos que tenemos,
en este caso, del espacio libre que ya tiene el viajero”. A sus 27 años, Melisa vive con pasión el
poder darle valor a muchas personas en el mundo con el servicio que ha creado.
Emprendedor - Juan Alberto Corradine
La historia de Juan Alberto Corradine y su empresa, Recicla Panamá, fundada en 2009, es una
historia de éxito, pero también de enormes retos, como en muchas de las historias que cuentan
los emprendedores.
Cuando se graduó del Colegio Javier continuó sus estudios en Ingeniería de Sistemas en la USMA,
lo cual le sirvió como base para la carrera que continuaría como emprendedor. “Muchos describen
comenzar una empresa como tirarse de un avión sin paracaídas, y tener que fabricarlo
rápidamente mientras caes. En nuestro caso, fabricar el paracaídas consistía en lograr conseguir
un flujo constante y suficiente de equipos electrónicos para lograr operar una planta de reciclaje
de forma rentable. Por lo cual, como emprendedor, aparte de la creatividad, creo que se debe
tener dedicación, perseverancia, disciplina y actitud de sí se puede para no entrar en pánico”,
comentó mientras recordaba cómo inició el camino del emprendimiento con Recicla Panamá.
Mientras Juan Alberto trabajaba en Dell, surgió en él un interés por la literatura relacionada con el
tema de emprender, en especial los libros de Robert Kiyosaki. Al poco tiempo, decidió renunciar a
su trabajo, pero no solo. Logró convencer en ese momento a su novia Fernanda, ahora su esposa,
de que renunciaran juntos. Mientras se planteaban qué idea perseguir, un amigo les habló sobre el
reciclaje de artículos electrónicos. “Siendo ingeniero de sistemas y habiendo trabajado 6 años en
una empresa líder de fabricación de electrónicos, no tenía ni idea de qué se trataba el reciclaje de
electrónicos. Luego de investigar en internet, nos gustó mucho la idea y decidimos que eso era en
lo que íbamos a emprender”.
En la actualidad, Recicla Panamá se encarga del proceso de reciclaje de estos equipos, el cual
según nos compartió Juan Alberto, es igual al de su fabricación, pero en reversa: “Manualmente se
desensamblan los equipos –con destornilladores eléctricos, pinzas, etc.– para lograr separar los
diferentes materiales que los componen y luego enviar estos materiales “limpios” a diferentes
recicladores especializados. También se le conoce como logística reversa. Al reciclar los equipos,
nos aseguramos que estos no terminan en vertederos, ríos, y mares, ya que son altamente