Está en la página 1de 6

Ministerio Oidores & Hacedores

Por el pastor: Jaiver Caro

Así debes orar si estás en un momento difícil.

Dios te bendiga grandemente

Santiago capítulo 5 versículo 13 dice:


¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante
alabanzas.

En los momentos difíciles, nada es más oportuno que la oración, pues es aquí
donde el espíritu está más humillado y el corazón quebrantado y doblado.

Es necesario ejercer fe y esperanza en las dificultades y la oración es el medio


establecido para poder incrementar estas gracias.

Mientras más dolor sintamos, más gracia necesitamos y más cerca de nuestro
consolador venimos.

El consuelo de un hijo de Dios en la oscuridad es la oración. El momento difícil nos


hace recordar las promesas, las promesas de Dios alimenta nuestra fe y la fe nos
conduce a la oración.

Todos experimentamos tiempos difíciles, tendremos presiones económicas,


problemas familiares y de salud; dificultades laborales y diferentes tipos de
oposición. Muchos enfrentan una separación, la pérdida de un ser querido y
algunos que teniéndolo todo no hallan satisfacción y se sienten vacíos.

La lista de problemas podría ser interminable, por lo tanto, es esencial que


entendamos que el Consejo de Dios es que si estamos en alguna de esta
situación hagamos oración y que reaccionemos de la manera que Él desea.

Dios desea que oremos a Él si estamos en momentos difíciles y hoy


aprenderemos a cómo hacerlo por medio de los siguientes ejemplos bíblicos.

Hechos capítulo 16 versículos 23 - 25 dice:


Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al
carcelero que los guardase con seguridad.
El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les
aseguró los pies en el cepo.
Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos
los oían.

No hay nada mejor que poner a convivir nuestro momento difícil juntamente con la
oración y esto fue lo que hicieron Pablo y Silas.
Un momento difícil nos llena de angustia y temor, pero si lo ponemos a convivir
junto con la oración en el mismo ser, la dificultad no tiene otra salida que reducirse
a cenizas.

Que te golpeen, que te desnuden y azoten y luego te pongan en un lugar oscuro y


húmedo donde te toque estar sentado o acostado y lidiar allí con las heridas aún
frescas y todo de manera injusta, desierto resulta esto en un momento muy difícil;
pero todo esto, aunque sea duro, no debe apagar tu oración, por el contrario, debe
ser aún más ferviente.

Sentirse hundido, atrapado y encarcelado puede ser difícil, pero de ti depende


hacer de esa cárcel física o emocional un lugar de oración y devoción a Dios.

Como en toda oración, siempre será válido contarle a Dios todo; cómo estamos,
cómo nos sentimos y qué estamos afrontando; pero también es necesario decirle
cuánto le necesitamos.

Si no sabes cómo hacerlo, aprende de las siguientes palabras.

El Salmo 109 versículos 21 - 28 dice:


Y tú, Jehová, Señor mío, favoréceme por amor de tu nombre;
Líbrame, porque tu misericordia es buena.
Porque yo estoy afligido y necesitado,
Y mi corazón está herido dentro de mí.
Me voy como la sombra cuando declina;
Soy sacudido como langosta.
Mis rodillas están debilitadas a causa del ayuno,
Y mi carne desfallece por falta de gordura.
Yo he sido para ellos objeto de oprobio;
Me miraban, y burlándose meneaban su cabeza.
Ayúdame, Jehová Dios mío;
Sálvame conforme a tu misericordia.
Y entiendan que esta es tu mano;
Que tú, Jehová, has hecho esto.
Maldigan ellos, pero bendice tú;
Levántense, mas sean avergonzados, y regocíjese tu siervo.

El Salmo 119 versículo 107 dice:


Afligido estoy en gran manera;
Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.

El Salmo 70 versículo 5 dice:


Yo estoy afligido y menesteroso;
Apresúrate a mí, oh Dios.
Ayuda mía y mi libertador eres tú;
Oh Jehová, no te detengas.
En otras palabras: Dios mío,
yo soy muy pobre, y estoy muy necesitado; ¡ven pronto!
Dame tu ayuda, dame la libertad; ¡no te tardes!

Este llamado de emergencia se debe a que el salmista consideraba que Dios era
el único que en estos momentos le podía ayudar.

El otro ejemplo muy importante es la oración de Job.

La oración de Job en medio de su momento difícil, la encontramos en su Libro en


el capítulo 42 versículos 1-6 dice:
Respondió Job a Jehová, y dijo:
Yo conozco que todo lo puedes,
Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.
¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento?
Por tanto, yo hablaba lo que no entendía;
Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía.
Oye, te ruego, y hablaré;
Te preguntaré, y tú me enseñarás.
De oídas te había oído;
Mas ahora mis ojos te ven.
Por tanto, me aborrezco,
Y me arrepiento en polvo y ceniza.

Continuamente Job manifestaba su dolor frente a lo que pasaba, pero él supo


exponer su caso ante Dios.

Job tuvo que lidiar de manera repentina con la pérdida de sus bienes, la muerte de
sus hijos y su propia enfermedad.

Recordemos que el momento difícil de Job no era por falta de integridad, y aunque
sus amigos y muchas personas lo cuestionaban por esto, Dios de antemano ya
había hecho una defensa de quien era. Para llegar a esta oración, Job debió pasar
por situaciones difíciles, en las cuales expresó toda su problemática a Dios.

Job reconoció en su oración lo siguiente:

PRIMERO. Que Dios todo lo sabía y todo lo conocía.


Jeremías capítulo 32 versículo 17 dice:
¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y
con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti;
y el versículo 27 dice:
He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para
mí?
Si hay algo que no podemos perder de vista, es que por más duro y difícil que sea
el momento que vivimos, a Dios no le queda imposible ayudarnos y guiarnos en
medio de él.

Dios es todopoderoso y tiene un propósito inevitable en todo lo que hace.

SEGUNDO. Reconoció que hablaba de cosas que no alcanzaba a comprender.


Así suele pasar con nosotros, sólo nos quedamos reclamando y especulando
acerca de las cosas y aunque los planes de Dios son perfectos no siempre los
conocemos y al hablar terminamos metidos en áreas que escapan de la
comprensión humana.

Pecamos cuando preguntamos enojados ¿Si Dios tiene el control, por qué permite
que esto suceda?

Debido a que estamos atrapados en el tiempo y no somos capaces de ver más


allá del día de hoy, no podemos conocer todas las razones de lo que pasa; pero a
pesar de esto, hay una verdad inamovible: No importa cuál sea la situación, Dios
está en control.

LO TERCERO que hizo Job es muy claro en el versículo 6; dice:


Por tanto, me aborrezco,
Y me arrepiento en polvo y ceniza.

Las situaciones difíciles nos llevan a quejarnos y hablar mal. En este momento,
Dios nos ve como chiquillos desesperados y angustiados; sin embargo, Él espera
que rectifiquemos lo que hemos dicho y si le hemos ofendido nos arrepintamos.

Job oró en medio de su momento difícil, el logró captar la atención de Dios; ahora
Dios hablaba con él y él podía verle obrar más allá de lo que podía imaginar.

Para terminar, uno de los ejemplos más grandes acerca de cómo debemos orar en
los momentos difíciles nos lo dejó Nuestro Señor Jesucristo.

Leamos o Mateo capítulo 26 versículos 38 - 39 dice:


Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y
velad conmigo.
Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío,
si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.

Estos versículos nos describen lo difícil de la situación en que el Señor se


encontraba.
-Mi alma está destrozada de tanta tristeza. fueron sus palabras.

Lo dura y difícil que fue la situación que el Señor vivió, fue a tal intensidad que
ningún ser humano puede entenderlo cabalmente.
Su oración nos revela su terrible sufrimiento; su agonía fue tan dura como su
muerte, ya que tuvo que pagar personalmente por todos los pecados y
experimentar la separación de su Padre.

Jesús sabía lo que le esperaba y sabía por qué, sin embargo, Él confió en la
voluntad de su Padre.

En medio de toda esta tristeza, el Señor se dispuso a orar y para fortuna nuestra
tenemos conocimiento de cuáles fueron sus palabras y así discernir cómo fue su
oración.

PRIMERO. Su oración fue una oración a solas.


La oración a solas nos permite intimar con Dios y sentirle cerca.
La oración a solas nos permite estar con Dios sin ninguna distracción y sin
ninguna interrupción.

SEGUNDO. Su oración fue una oración humilde.


El pasaje dice que se postró sobre su rostro o se arrodilló; en otras palabras, se
rebajó ante una autoridad superior.

Orando, debemos reconocer cuál es el lugar de nuestra voluntad y de nuestros


deseos. Debemos saber que todo lo que necesitamos yace al frente de un Dios
que sabe todas las cosas.

TERCERO. Su oración fue una oración dirigida a la paternidad celestial.


Un hijo cuenta con la protección paternal, la atención paternal y el cuidado
paternal. Nuestra oración debe ser humilde pero confiada hacia un Padre que nos
ama.

CUARTO. Su oración fue una oración prevaleciente.


Nuestro Señor Jesús oró tres veces bajo la misma agonía y bajo las mismas
peticiones.
La Palabra de Dios nos enseña que debemos persistir en la oración, velando en
ella con acción de gracias.

Una oración continua, nos permite direccionar constantemente nuestra agonía


delante de Dios, lo que a su vez nos dará descanso y aumentará nuestra
confianza en nuestro Padre celestial.

QUINTO. Su oración fue una oración sumisa.


El Señor dijo en su oración:
-No se haga como yo quiero, sino como tú.

Todo momento difícil deseamos que termine pronto, pero lo mejor es decirle a
Dios que se haga como Él quiere.
Muchos dirán: la verdad no tengo claro lo que Dios quiere. No es necesario saber
lo que Dios quiere, pero si es importante saber que todo lo que Dios quiere es
bueno, justo y perfecto.

Debemos ceder ante Dios. Deja que sea como Dios quiere y el determinará lo
mejor.
De nosotros es dejar nuestra oración en sus manos y de Dios es saber cuándo
dar, cómo dar, qué dar y qué retener.

Nunca olvides que nuestras aflicciones más largas también tendrán su final.

Padre celestial, te doy gracias por la vida de todos aquellos que han escuchado
este mensaje.
Sólo tú sabes el momento difícil que están viviendo; ayúdales, fortaléceles,
guíales y sobre todo animales a estar y a permanecer en comunión contigo.
Señor, a medida que hablamos contigo, tú nos fortaleces, te podemos sentir cerca;
cerca de nosotros, cerca nuestra familia y cerca lo que hacemos.
Gracias te doy porque tú eres nuestra ayuda y nuestro pronto auxilio en medio de
las tribulaciones. En el nombre de Jesús. Amén.

Dios te bendiga grandemente.

También podría gustarte