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Aunque las estadísticas dicen que el 90% de los buenos propósitos del 1º.
De enero no llegan ni siquiera al mes de febrero…
Filip. 3:13 “Mi única mira es: olvidando las cosas de atrás y atendiendo solo
las de adelante”
DIOS DICE: Nunca más me acordaré de vuestras rebeliones, como está lejos
el oriente del occidente, así alejó de nosotros nuestros pecados, los echaré a
lo más profundo de la mar.
Esto sí que es un reto difícil para nosotros… arrancar de nuestro corazón los
rencores y resentimientos… que entre más viejos más enraizados están.
¿Alguien tiene rencor con alguna hermana de la iglesia? Dios nos dice que
ese resentimiento tiene que salir… por favor… no le digan a Dios que no
pueden perdonar porque lo que en realidad le están diciendo: NO QUIERO.
Rom 12:18 Vivid en paz de ser posible y en cuanto esté de vuestra parte con
todos los hombres.
Dios está diciendo a esta iglesia que tiene que iniciar el año restaurando sus
relaciones: Con Dios, familia, hermanos en Cristo, por alguna palabra áspera
que dijimos enojados, y por las acciones insensatas.
¿Cómo puedo restituir lo robado? Tenemos que hacer cuentas con cada una
de nuestras relaciones.
Rom. 6:5-13
Ahora enfrenta a Goliat no con espada ni con ejército ni con tus propias
fuerzas ahora dile… “Vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos…
una sola piedra derribó al gigante, esa piedra es JESUCRISTO.
Que en el hogar el marido ame a su esposa y a sus hijos, que los hijos amen
a sus padres; que en el vecindario y en el trabajo mantengamos buenas
relaciones; que en la iglesia el trato con los hermanos sea siempre de
respeto mutuo y de sincero amor. Pero no de un amor expresado solo en
palabras, sino de hecho y en verdad; (1ª Juan 3:18.)
II. EN EL AÑO NUEVO ACORDARSE DEL DEBER HACIA DIOS
Deuteronomio 8:2-4
5. Debemos recordar que, lo que para los israelitas fueron esos cuarenta
años por el desierto, es para nosotros la vida , en la cual vamos de paso
(Salmo 90:10-12).
Vamos de paso, hoy estamos y mañana quizá hayamos partido de esta tierra
(Hebreos 11:13-16; 1ª Pedro 2:11). Dispongámonos a tomar conciencia de
nuestra transitoriedad y fragilidad para que vivamos cada día del año
venidero sabiamente.
6. Recordemos que el Señor puede darnos la fuerza. A los Israelitas los
alimentó les dio salud (ni el pie se te ha hinchado; Deuteronomio 8:4).
Confiemos que el Señor puede darnos salud el año entrante, y cultivemos
una mente positiva, porque hay muchas enfermedades psicosomáticas, que
si bien es cierto son reales y físicas, comienzan siendo temores y
ansiedades. Dios era visto por Israel como el Sanador y sabemos que Dios
no cambia (Éxodo 15:26).