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ramIro guerra

por Manuel Hidalgo

B ailarín, coreógrafo, maestro, investigador, crítico y


sobre todo, fundador de la Danza Moderna en
Cuba, nació en La Habana en 1922. Graduado de
Derecho de la Universidad de La Habana en 1949, estudió
ballet con Nina Berchinina, y luego en Pro Arte Musical con
ca, para en una feliz síntesis, devolverle al mundo lo que se
conoce como Danza Moderna de Cuba. Labor monumen-
tal. Tras regresar a su país, realizó presentaciones en solita-
rio y algunas coreografías para las salitas teatrales de La
Habana en los años 50 del siglo pasado. En 1959 funda el
Alberto Alonso. Después de su graduación, se integró al Conjunto de Danza Moderna, posteriormente llamado
Ballet Ruso del Coronel de Bassil, para más tarde radicarse Danza Contemporánea de Cuba, obteniendo la colabora-
en Nueva York. Y fue allí donde pudo beber de las esencia- ción de figuras de Estados Unidos y México, que ayudaron
les fuentes de la danza contemporánea, nada menos que en la formación técnica de los primeros bailarines, entre
como alumno de Doris Humphrey y José Limón, pero, ellas, Lorna Burdsall, Elfrieda Malher, Elena Noriega, y
sobre todo, de la gran Martha Graham, quien fue su pinci- Manuel Hiram, nombres claves para la consolidación de
pal inspiración. los primeros diez años del conjunto.

Cuando se habla del papel de Cuba en el mundo de la En la primera función, el 18 de febrero de 1960, en el Teatro
Danza, inmendiatamente se piensa en el Ballet Nacional y Nacional, Guerra mostró dos piezas que reflejaban el pasa-
su importancia, reconocida por décadas en todos los rin- do histórico de Cuba, Mulato, con música de Amadeo
cones del Globo. Sin embargo, el país no se relaciona tan a Roldán, y Mambí, con partitura de Juan Blanco. Sus coreo-
menudo con la llamada Danza Moderna, que paralela- grafías se convertirían en hitos de la danza contemporánea
mente alcanzó allá un desarrollo y una relevancia, que tam- mundial: Suite Yoruba (1960), considerada su obra cumbre,
bién lo han colocado en un puesto cimero en el ámbito Impromptu Galante (1970), El Milagro de Anaquillé, Auto
internacional. La figura clave para dicho desarrollo, Ramiro Sacramental, La Rebambaramba, Orfeo Antillano, Medea y
Guerra, acaba de fallecer en La Habana en mayo a los los Negreros, Ceremonial de la Danza y Freda.
noventa y seis años, y cientos de bailarines, coreógrafos,
expertos de danza y admiradores le rindieron homenaje. Como investigador y crítico de danza, escribió importantes
trabajos como Apreciación de la Danza (1968),
Guerra supo interiorizar todo ese conocimiento universal y, Teatralización del Folklore y Otros Ensayos (1988), Una
a la vez, investigar y nutirse de las raíces más profundas de Metodología para la Enseñanza de la Danza (1989), Calibán
la cultura cubana, con las fuerzas telúricas de España y Áfri- Danzante (1998), Procesos Etno-culturales de la Danza en
Latinoamérica y el Caribe (1993), Coordenadas Danzarias
(2000), Eros Baila. Danza y Sexualidad (2001) y De la
Narratividad al Abstraccionismo en la Danza (2003), estos
últimos, Premio Alejo Carpentier de Ensayo y Premio de
Investigación del Instituto Juan Marinello, respectivamen-
te. Fue distinguido con el Premio Nacional de Danza en
1999, la medalla Alejo Carpentier, la Orden Félix Varela y el
título Honoris Causa en el Instituto Superior de Arte de La
Habana.
Su legado creativo dejó también huella en otras compañí-
as de la Isla, como el el Ballet Nacional de Cuba, el Ballet de
Camagüey y el Conjunto Folklórico Nacional, y sus ense-
ñanzas se transmitieron a varias generaciones de bailarines
por décadas.

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