Dar un sentido renovado a lo que deben aprender los
alumnos en educación básica implica:
Reconocer que las niñas, los niños y adolescentes
tienen el derecho a satisfacer sus necesidades de aprendizaje, en su calidad de sujetos de derecho a la educación básica.
Tener presente que las niñas, los niños y
adolescentes son sujetos con múltiples potencialidades y capacidades para aprender, que viven también procesos de desarrollo físico, emocional, social y moral.
Valorar el sentido de aprender a aprender,
considerando que coloca el acento en el aprendizaje que empieza con el nacimiento y se mantiene durante toda la vida.
Tener conciencia de la relevancia del desarrollo
socioemocional de los alumnos por las ventajas que representa en el desarrollo de estrategias para aprender a convivir con los demás.
Devolver la centralidad al aprendizaje como objetivo
fundamental, que tiene valor por su utilidad práctica, pero sobre todo por el placer mismo de aprender, a diferencia de lo que se hace, en ocasiones, de que el proceso educativo dé mayor énfasis a la enseñanza.
Generar oportunidades para el desarrollo de
aprendizajes que utilicen, entre otros fines, para preservar, enriquecer y difundir el patrimonio cultural de la comunidad en la que viven, de este modo los alumnos viven el derecho a la educación.