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Aldo Badillo Hernández

Filosofía en películas
En el presente trabajo me enfocaré en explorar las ideas de 3 películas de ciencia
ficción reconocidas alrededor del mundo: Matrix (1999), Avatar (2009) y El origen
(2010). Las tres películas fueron galardonadas con premios Oscar, y en lo general,
cuentan también con gran aceptación por parte del público. Las 3 películas ofrecen
distintas perspectivas sobre lo que es la realidad, y por ende, reflejan ideas
filosóficas. Relacionaré las ideas de Descartes, Kant y Hegel con dichas películas.

Matrix (1999)

En Matrix, se nos introduce a una realidad distópica controlada por máquinas, que
se nutren de los humanos y los tienen atrapados en una realidad alterna. La historia
sigue a Neo, un hacker al que los rebeldes le ofrecen la posibilidad de ver la
realidad tal y como es.
Descartes era escéptico con respecto a poder conocer la verdad tal y como
es, en especial con nuestros sentidos. Esto se relaciona con la duda que presenta
Neo una vez que Morfeo le da la opción de ver la realidad como es. Neo descubre
que lo que sus sentidos le habían engañado todo este tiempo. Aunque Descartes
propone la duda metódica y el razonamiento para llegar a la verdad, lo que hace
Neo para descubrir la realidad es meramente tomar la opción que le da Morfeo.
Kant, en otra parte del espectro del escepticismo, menciona que lo que
nosotros percibimos es meramente fenómeno, algo que no coincide con la realidad
en sí, a la que él llama noúmeno. En este caso, la simulación creada por las
máquinas podría ser comparable al fenómeno mientras que la realidad de la Matrix
sería el noúmeno kantiano.

Avatar (2009)

James Cameron dio a luz a una de las más brillantes obras de ciencia ficción
ambientada en el futuro con Avatar. La obra está explícitamente ambientada en el
año 2154, donde los humanos buscan extraer un preciado recurso del planeta de
Pandora, habitado por los Na’vi.
Aldo Badillo Hernández

Como parte de su filosofía, Hegel nos introduce al espíritu absoluto, todo


cuanto nos rodea y que contribuye al progreso social. Esta idea se ve claramente
reflejada en la sociedad Na’vi, que vive en armonía con la naturaleza. Parte
fundamental del espíritu absoluto es el componente religioso, que es representado
por la diosa Eywa venerada por los Na’vi.
En cambio, los humanos son retratados como contrarios a los ideales
hegelianos, despreciando la naturaleza y haciendo lo posible por destruir el árbol sin
que les importe la historia y los vínculos que los Na’vi tienen con él.
Hegel además cree que todo lo comprendido por medio de la razón es real.
El protagonista y sus compañeros de tripulación se ven obligados a convivir entre
dos realidades: su ser humano y su ser avatar. Esto nos da a entender que ambos
mundos son en sí parte de uno sólo, y los personajes no se tienen que conflictuar
pensando si están actuando en una realidad que si cuenta o una que no cuenta. En
este sentido, la película y Hegel coinciden en la percepción de la realidad.
Por último, la película también plasma la dialéctica hegeliana. Hegel describe
el proceso en tres fases: tesis, antítesis y síntesis. Centrándonos en la vida en
Pandora, la tesis es la convivencia pacífica de los Na’vi con la naturaleza y la
suspicacia entre humanos y Na’vi. La antítesis es la guerra consumada entre Na’vi y
humanos, causando un desequilibrio en la naturaleza del lugar. Por último, la
síntesis es la restauración del equilibrio natural, y los Na’vi aceptan colaborar con
los humanos en términos pacíficos y científicos.

El origen (2010)

La influencia de los sueños en nuestra vida y la duda en torno a si la vida misma es


un sueño no son temáticas meramente exploradas en las obras surrealistas o en las
reflexiones de Sigmund Freud. El origen, a nombre del séptimo arte, explora estas
posibilidades centrándose en la posibilidad de implantar ideas en el subconsciente
de las personas.
En primera instancia, Descartes habla sobre el poder de conocer el mundo a
través de las ideas innatas y la razón, oponiéndose a la experiencia empírica como
fuente de conocimiento. En la película, los personajes se ven forzados a estar
cambiando entre capas de sueños y la realidad en sí. Los personajes dudan
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constantemente de la realidad en la que están, coincidiendo con lo que propone


Descartes de desconfiar de nuestros sentidos. Si lo queremos ver incluso de forma
más profunda, los tótems de los personajes pueden representar la razón cartesiana,
la única ancla hacia la certeza.
Kant nos dice que nosotros hacemos sentido del mundo a través de
categorías. Estas categorías residen únicamente en la mente del sujeto, que lo
alejan del noúmeno. Aunque la relación entre dicho pensamiento y la película puede
no ser tan clara, hay un aspecto de Cobb clave para explicarla. El protagonista sufre
por las memorias de su esposa fallecida, que sin embargo puede percibir en las
distintas capas de sueño. Esto confirma que la realidad del sujeto (en este caso
Cobb) está construida en su mente, y coexiste con la realidad en sí.

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