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20100569
El dogma constituye una expresión del alma más completa que una teoría científica, pues esta
última sólo es formulada por la conciencia. Además, para la representación de algo vivo, la
teoría únicamente puede valerse de conceptos abstractos, en tanto el dogma, sirviéndose de la
forma dramática del pecado, de la penitencia, del sacrificio y de la salvación, logra expresar
el proceso vivo de lo inconsciente. (Jung 1981: 79)
Como acabamos de ver, la comunicación se expresa a veces con la imagen de una columna
universal, Axis mundi, que une, a la vez que lo sostiene, el Cielo con la Tierra, y cuya base
está hundida en el mundo de abajo (el llamado "Infierno") (...) la comunicación con el Cielo
se expresa indiferentemente por cierto número de imágenes relativas en su totalidad al Axis
mundi: pilar (cf. la universalis columna), escala (cf. la escala de Jacob), montaña, árbol, liana,
etc. (Eliade 1967: 41)
Recientemente la razón crítica ha hecho desaparecer, junto con muchas otras concepciones
míticas, la idea de la vida postmortal. Esto resultó posible porque actualmente los hombres
casi siempre se identifican exclusivamente con su consciencia y se imaginan ser únicamente
lo que de sí mismo saben. Todo el que tenga una idea de psicología puede darse cuenta de
lo restringido que es este saber. Racionalismo y doctrinarismo son las enfermedades de
nuestra época: ellas pretenden saberlo todo. (Jung 1961: 177)
Aquí Jung alude a la pérdida del mito que explique la vida después de la muerte por
una obsesiva identificación solo con la consciencia, lo cual deja de lado todos los elementos
inconscientes que nos mueven. Esto crea inmensos problemas existenciales. Cuando se
anuncia la guerra en la película, todos los personajes entran en crisis. Parece ser la llegada
del apocalipsis. Esto se ve mejor en la magnífica escena de la crisis de la esposa de
Alexander. Una angustia tremenda a una muerte violenta y carente de sentido;
desacralizada. Esto nos lleva a la idea del sacrificio mismo.
La tercera guerra mundial, la autodestrucción de la raza humana es a lo que estaba
apuntando esta vida desacralizada enfocada solo en la técnica, identificada solo con los
aspectos consientes, ignorante de una unidad muchísimo mayor entre conciencia e
inconsciencia, entre lo sagrado y lo profano. Esto es lo que Alexander, en sus propias
palabras, esperó toda su vida. Es curioso que, sintiendo tanta impotencia, lo que hace
Alexander es rezar un padre nuestro ya que previamente había dicho que su relación con
Dios era inexistente. Es decir, a lo que atendemos acá es a una persona que intenta re
vincularse con el ámbito de lo sagrado por la inminente muerte de la humanidad. Por ello,
pide no solo por su familia, sino por todos. Pide por sus hijos, por sus seres queridos, por
todos los que rezan a Dios, por todos los ignorantes que no toman en cuenta a Dios, por
todos los desesperados que creen que este va a ser el final porque realmente esa guerra es la
última de todas: el apocalipsis. Para ello ofrece absolutamente todo lo que él posee: su
familia, su hijo, su casa, hablar. En suma, todo lo que lo ata a la vida. Esto lo promete para
que todo vuelva a ser como era antes de que comience la guerra.
Ahondemos ahora en la idea del sacrificio. Henninger, en la lectura de Betts sobre la
búsqueda de un Arquetipo de la muerte revela el carácter etimológico de la palabra
sacrificio. Vemos que "the term sacrifice, from the Latin sactificium (sacer, "holy"; facere,
"to make"), carries the connotation of the religious act in the highest, or fullest sense; it can
also be understood as the act of sanctifying or consecrating an object” (Henninger en Betts
2003: 27). En este sentido sacrificio significa hacer sagrado, o en otras palabras, santificar.
Convencionalmente se refiere a la entrega de algo (ya sean bienes o incluso una vida) a un
ser divino y para un bien más grande. Sobre esto, y en específico sobre el sacrificio de una
vida humana, escribe Betts:
Según Betts no puede existir un arquetipo del suicidio ya que casi no existen
suicidios por motivos individualistas en los mitos. Incluso en culturas como la cristiana el
suicidio es penado como pecado, pero ser un mártir es glorificado. Es decir, si buscamos
un arquetipo de la muerte, puede ser el del sacrificio, la entrega de la vida de un individuo
por un bien mucho más grande (parecido a la muerte de Jesús). Pero el sacrificio que vemos
en este caso es un sacrificio expiatorio. También, parece que en la película estamos
jugando con las reglas de juego de un Dios cristiano. Es decir, un Dios compasivo e
inherentemente bueno. La guerra no es un castigo divino (como las plagas del antiguo
testamento), sino que el producto del apartarse de Dios por parte de los humanos. Entonces,
lo que se necesita en este caso es un sacrificio expiatorio. Henninger describe este caso
claramente cuando escribe:
On the other hand, the higher beings may be regarded as inherently benevolent, so that any
disturbance of a good relationship with them is attributed to a human fault; the normal good
relationship must therefore be restored by an expiatory sacrifice or other human action; in
these cases we speak of atonement, conciliation, or propitiation. (Henninger en Betts 2003:
28)
Es el ser humano el que tiene que recuperar su relación dañada con Dios a través de
un sacrificio expiatorio. Por otro lado, en esta película Alexander no entrega su vida en el
sentido de que se va a matar, sino que promete entregar absolutamente todo lo que lo ata a
la vida. Es como una muerte a su antigua forma de vida ya que "to let go, to remove
oneself from the attachment to the present situation precipitates a death. This death is of the
old attitude" (Betts 2003: 34). Este es el tipo de muerte, el tipo de sacrificio que está
representado en esta película. Por eso hay tantas referencias a la pintura llamada
Adoración de los magos de Leonardo Da Vinci. En especial la imagen del rey mago
arrodillado, poniéndose por debajo del niño Jesús, entregándole un regalo en plena
devoción. Esta es la representación de lo que tiene que hacer Alexander: entregarse en
humildad a lo divino para poder restaurar el orden. Por ello hay un par de escenas en las
cuales se ve a Alexander reflejado en el vidrio del cuadro. Esto es la confrontación de
Alexander con su tarea.
Luego de este "pacto" que realiza con Dios, el cartero se le aparece a Alexander a
decirle que si se acuesta con su sirvienta María (es interesante aquí la referencia bíblica en
su nombre), el orden será restablecido ya que ella es una bruja (en el mejor sentido de la
palabra). Esto es algo que se ve en lo que Jung refiere cuando comenta la pérdida de los
símbolos religiosos europeos ya que "la conciencia ilustrada no quiere saber nada del
asunto pero busca silenciosamente en otros lugares lo que se ha perdido en Europa" (Jung
1970: 19). En este caso es claro que a lo que recurre es a una especie de culto pre cristiano.
Prácticas que lindan más con lo mágico. Sin embargo, el cuarto de maría está lleno de
simbología religiosa cristiana. En especial el momento que está a punto de realizar el acto
sexual con María, su cabeza colinda con un crucifijo, mostrando la relación análoga que
tiene con Cristo, relacionado con su sacrificio para salvar a la humanidad. Luego de esta
escena, surgen escenas algo oníricas, entre las cuales destaco la misma escena del carro
destrozado por un choque brutal, pero esta vez el espacio está lleno de gente corriendo,
saliendo de una casa. Esto sugiere la liberación o la reconexión con el ámbito sagrado que
logra hacer Alexander con el acto sexual.
En la última sección de la película, todo regresa a la normalidad y se cumple el
deseo de Alexander de que se regrese al estado previo al estallido de la tercera guerra
mundial. Dado esto, Alexander debe cumplir su parte del sacrificio: abandonar todo. Esto
se ve resumido en la película en el hecho de quemar su casa. Hay varias referencias a la
casa durante toda la película mostrando que es un bien muy preciado para Alexander y su
esposa. Desde el inicio, en el que le cuenta al niño como la consiguieron, el hecho de que
el niño le hizo una casa miniatura (a imagen de la real), hasta cuando a Víctor le dicen que
Alexander no tiene nada, este responde que tiene una casa magnífica. Se ve pues que esa
casa es el bien más preciado (sino el único) para Alexander. Quemarla implica el total
desprendimiento, la ekpyrosis a una nueva forma de relacionarse con el mundo y con lo
sagrado. Sin embargo, más fuerte me parece el hecho de dejar a su hijo. Esto no se ve
explícitamente en la película ya que lo único que se ve es la quema de la casa, el hecho de
no hablar (Alexander comienza a hablar, pero luego recuerda que prometió no hacerlo) y el
hecho de apartarse de su familia empujándolos para no permitir que se suban a la
ambulancia. Pero si sigue con todo lo prometido, alejarse del niño es también fundamental.
Esto es tan fuerte porque al comienzo de la película él dice que ya no sentía que su vida era
un fracaso desde que llegó su hijo y que teme estar muy apegado a él. Esto solo refuerza el
hecho de que el final es un desprendimiento total. Un atenerse a las mismas condiciones
del sacrificio para poder mantener está unión sagrada que logró.
En esta sección de la película aparece una nueva imagen que no estaba. Durante
toda la sección Alexander tiene puesta una bata con la imagen del Yin Yang en la espalda.
Este es un símbolo propio de la cultura china desde hace muchísimo tiempo. Esta imagen
implica oposición y complementariedad, flujo, cambio y movimiento. Es una imagen clave
para poder entender la mutua interdependencia de los pares de opuestos. Para esto sirve
citar algunos versos del Tao Te Ching, que si bien son posteriores al desarrollo del concepto
del Yin Yang, está íntimamente interpelado por esta forma de pensar:
Así es como:
Ser y no-ser se engendran uno a otro.
Lo difícil y lo fácil mutuamente se integran.
Ancho y angosto se forjan uno a otro.
Alto y bajo se corresponden uno a otro.
Voz y tono se armonizan uno a otro.
(Ferrero 1972: 45)
The third stage, on the other hand, is usually entered into with a rather depressed and
questioning attitude, as a person in the middle of life begins to shed the trappings of
conformity and enters slowly and often painfully into a process of becoming born anew as a
whole and integrated individual. (Stein 2006: 210)
Esta cambio de eje del centro, desde el ego hacia el conjunto consciente-inconsciente
es el que caracteriza esta última parte (representado por el Yin Yang). Se ve claramente
representado en la película lo que Stein refiere: una actitud depresiva, un proceso doloroso
para volver a renacer como un individuo integrado. Sin embargo, yo creo que esto no alude
al proceso de un individuo, sino que la película refiere a un proceso necesario para la
humanidad entera. Es decir, una reconexión que se urge a toda la cultura moderna.
Finalmente, y de manera gloriosa, la película termina con la imagen del niño yendo a
regar el árbol de la misma manera como su padre le contó que hacia el monje. Este es el
ritual, la alimentación del Axis mundi.el cambio de eje al sí-mismo. Estamos ante un nuevo
comienzo y uno con esta conexión firmemente enraizada y atendida por esta creciente
humanidad. El niño representa el nuevo comienzo, la inocencia conectada a lo espiritual.
Esto se ve aún más reforzado con las primeras palabras del evangelio de Juan formuladas
por el niño que dicen que en el principio fue la palabra. Claramente esto alude al renacer
necesario tras el sacrificio, al cambio de eje del ego hacia el si-mismo.
En conclusión, se puede ver en esta película de manera muy alegórica una sociedad
desvinculada del ámbito de lo sagrado, es decir una cultura desacralizada. Este desarrollo
desbalanceado lleva poco a poco a la humanidad a su autodestrucción inminente. Sin
embargo, a través de la muerte simbólica del personaje principal, se restablece el vínculo
con lo sagrado. En esta historia se puede ver claramente el arquetipo de la muerte en tanto
sacrificio ritual. Es decir, los actos de Alexander en la película encarnan un sacrificio
expiatorio para poder vincular a los seres humanos con lo divino. Por esto, el Arquetipo de
la muerte se encuentra manifiesto en esta película.
Bibliografía
BETTS, J
2003 Towards a jungian theory of suicide: questions. Symbol paper in partial
fulfillment of the requirements for Training Candidate phase of the Diploma
in Analytical Psychology, C.G. Jung Institute. Zürich: C.G.Jung Institute.
ELIADE, Mircea
1957 Lo sagrado y lo profano. Traducción de Luis Gil. Barcelona: Editorial
Labor, S.A.
1976 Occultism, witchcraft, and cultural fashion. Chicao: The University of
Chicago Press.
2001 El mito del eterno retorno. Traducción de Ricardo Anaya. Buenos Aires:
Emecé.
FERRERO, Onorio
1972 El tao te ching de Lao Tzu. Lima: Gráfica Morsom.
FORDHAM, Frieda
1961 An Introduction to Jung´s Psychology. Bungay, Suffolk: Penguin Books.
JACOBI, Jolande
1963 La psicología de C.G. Jung. Madrid: Espasa-Calpe.
JUNG, C.
1961 Recuerdos, sueños y pensamientos. Barcelona: Seix Barral (Sección: “Sobre
la vida después de la muerte”)
1970 Arquetipos e inconsciente colectivo. Traducción de Miguel Murmis.
Barcelona: Paidós.
1981 Psicología y religión. Traducción de Ilse T. M. de Brugger. Buenos Aires:
Paidós.
MULLER, Max
1989 The Upanisads. Vol. 15. Delhi: Motilal Banarsidass Publishers pvt. Ltd.
STEIN, Murray
2006 “Individuation”. En PAPADOPOULUS, Renos k. The handbook of Jungian
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