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SANTANDER RAFAEL BRITO CUADRADO

Magistrado ponente

SL349-2024
Radicación n.° 98842
Acta 04

Bogotá, D. C., doce (12) de febrero de dos mil


veinticuatro (2024).

Decide la Sala el recurso de casación interpuesto por


AMANDA CRISTINA y CARMENZA SIERRA SALAMANCA,
contra la sentencia proferida por la Sala Laboral del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Bogotá, el treinta (30) de
septiembre de dos mil veintidós (2022), en el proceso que le
instauraron a la ADMINISTRADORA COLOMBIANA DE
PENSIONES – COLPENSIONES y a la JUNTA NACIONAL DE
CALIFICACIÓN DE INVALIDEZ.

Se reconoce personería para actuar en el presente


proceso a la Sociedad Casación Laboral Estudios SAS, en
calidad de apoderada judicial de la Administradora
Colombiana de Pensiones Colpensiones, conforme al poder
que se le extendió y, a su vez, a la abogada Linda Tatiana
Vargas Ojeda, identificada con la C.C. 1.140.862.823 y con

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tarjeta profesional 287.982 expedida por el C. S. de la J., en


los términos en que fue concedido según consta en el
certificado de existencia y representación legal de la misma
sociedad (expediente digital).

I. ANTECEDENTES

Amanda Cristina y Carmenza Sierra Salamanca


llamaron a juicio a la Administradora Colombiana de
Pensiones – Colpensiones y a la Junta Nacional de
Calificación de Invalidez para dejar sin efectos los
Dictámenes 2015113777 LL del 29 de septiembre de 2015 y
el 51798794-1023 del 26 de octubre del mismo año.

Como consecuencia de lo anterior, pretendieron que se


declarara que el estado de invalidez de la señora Carmenza
Sierra se estructuró el 11 de agosto de 2010 y el de Amanda
Sierra, el 19 de octubre del mismo año.

Realizado lo anterior, suplicaron por el reconocimiento


de la pensión de sobrevivientes, desde el 20 de agosto de
2014, data de fallecimiento de su padre, con los intereses
moratorios y la indexación (expediente digital).

Fundamentaron sus peticiones, básicamente, en que el


causante fue pensionado por el ISS, con la Resolución n.°
02922 del 25 de abril de 1983, en cuantía inicial de $7.410;
que tuvo dos hijas y falleció el 20 de agosto de 2014.

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Manifestaron que Carmenza Sierra Salamanca fue


hospitalizada el 6 de febrero de 2010, por padecer de
problemas mentales; que fue dada de alta el 2 de marzo del
mismo año, pero se le diagnosticó esquizofrenia paranoide;
que el 11 de agosto de igual año, se le informó que tenía
esquizofrenia indiferencial, trastorno esquizofrénico,
afirmando que la escala de funcionamiento global era del 30
%.

Expresaron que la Junta Nacional de Calificación de


Invalidez, con Dictamen n.° 51798794 del 26 de octubre de
2015, estableció que se presentó una pérdida de capacidad
laboral del 52.55 % de origen común, con fecha de
estructuración el 5 de noviembre de 2014.

Alegaron que el de cujus, solicitó al ISS, el 14 de enero


de 1994, la inscripción de hija Amanda Cristina Sierra, en
calidad de discapacitada; que, con Oficio del 21 de enero de
1994, dicha entidad remitió a esa demandante, a medicina
laboral, para que realizara la calificación de la invalidez, pero
no adelantó ninguna acción.

Adujeron, que el 17 de agosto de 2010, en valoración


oftalmológica, se anotó, que desde hacía cinco años se
presentaba pérdida progresiva de la visión en el ojo izquierdo
secundario a resección de tumor hipófisis resecado y
reproducido; que el 19 de octubre de igual año se efectuó
campimetría, que reportó pérdida de campo visual temporal
superior e inferior en el ojo derecho y en el izquierdo,
escotoma absoluto; que con Experticia 2015113777LL del 29

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de septiembre de 2015, se estableció una pérdida de


capacidad laboral del 79.2 %, a partir del 15 de diciembre de
2014.

Expusieron, que ambas convivieron bajo el mismo techo


con su difunto padre y dependían económicamente de este.

La Junta Nacional de Calificación de Invalidez se opuso


a las pretensiones formuladas en su contra e indicó que el
estudio de la pérdida de capacidad laboral, estuvo ajustado
a derecho.

En su defensa, presentó las excepciones de legalidad de


la calificación, falta de legitimación en la causa por pasiva, la
Junta no tiene legitimación ni vocación para ser convocada
al proceso, improcedencia del petitum, inexistencia de prueba
idónea para controvertir el peritazgo, legalidad de la
calificación expedida, fundamentación médica a la fecha de
estructuración, la calificación de la fecha de estructuración
de la invalidez debe fundamentarse en criterios médicos,
técnicos y científicos, inexistencia de la obligación,
inexistencia de las pretensiones, competencia del Juez
Laboral y buena fe (ib.).

Colpensiones negó negar las reclamaciones de las


accionante; aceptó que al de cujus le concedió pensión de
vejez, pero informó que las petentes no reunían los requisitos
para acceder a la misma.

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Formuló las excepciones de buena fe, compensación,


prescripción, cobro de lo no debido, falta de causa para pedir,
inexistencia del derecho reclamado, inexistencia de intereses
moratorios e indexación (ejusdem).

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Treinta y Dos Laboral del Circuito de


Bogotá, mediante fallo del 23 de agosto de 2021 (expediente
digital), declaró probadas las excepciones de legalidad de la
calificación expedida, fundamentación médica de la fecha de
estructuración formuladas por la Junta convocada y la de
inexistencia del derecho, presentada por Colpensiones.
Absolvió a las enjuiciadas.

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

La Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Bogotá, con sentencia del 30 de septiembre de
2022, resolvió el recurso de apelación de las demandantes y
confirmó la decisión del Juzgado.

En lo que interesa al recurso extraordinario, señaló lo


siguiente:

Se encuentra acreditado dentro del proceso, que mediante


Resolución 02922 de 25 de abril de 1983, el Instituto de Seguro
Social - ISS reconoció a Juan Evangelista Sierra pensión de vejez,
a partir de 05 de julio de 1982, en cuantía inicial de $7.410.00,
pensionado que falleció el 20 de agosto de 2014; situaciones
fácticas que se coligen del acto administrativo en citado y, el
registro civil de defunción.

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Carmenza y Amanda Cristina Sierra Salamanca son hijas de


Juan Evangelista Sierra, como dan cuenta sus registros civiles
de nacimiento.

A través de dictamen de 26 de octubre de 2015, la Junta Nacional


de Calificación de Invalidez determinó que Carmenza Sierra
Salamanca tenía 52,55%, de pérdida de capacidad laboral,
diagnosticada con trastorno esquizoafectivo no especificado de
origen común, estructurada el 05 de noviembre de 2014.

Mediante dictamen de 29 de septiembre de 2015, la


Administradora Colombiana de Pensiones - COLPENSIONES
calificó a Amanda Cristina Sierra Salamanca con pérdida de
capacidad laboral de 79,2%, estructurada el 15 de diciembre de
2014, por patologías de origen común de alteración visual no
especificada.

Luego, se ocupó de la fecha de estructuración del estado


de invalidez y, para ese efecto, se remitió a los artículos 142
del Decreto 19 de 2012, 3° del Decreto 917 de 1999 y al
Decreto 1507 de 2014 - Manual Único para la Calificación de
Pérdida de Capacidad Laboral y Ocupacional.

Citó el artículo 3° de este último e informó que esta


Corporación había explicado que los dictámenes emitidos por
las autoridades competentes no eran prueba solemne y,
como el juez no estaba atado a una tarifa legal, podía fundar
libremente su convencimiento. También recordó que ante dos
experticias disímiles, podía escoger alguna de ellas para
soportar el fallo, cuando le ofreciera mayor credibilidad o
podía, si lo estimaba necesario, realizar una nueva.

Fijó, que la determinación de la fecha de estructuración


de la invalidez era un aspecto técnico científico y en principio
debía ser definido por el órgano especializado, permitiéndole
al juez asumir ese carácter, pero solo cuando las
conclusiones fueran contraevidentes.

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Luego, dijo:

Además de los documentos referidos, se allegaron al instructivo,


respecto de la demandante Amanda Cristina Sierra Salamanca
los siguientes: (i) historia clínica; (ii) resonancia magnética
cerebral de 02 de mayo de 1994; (iii) tomografía axial
computarizada de cráneo de 03 de septiembre de 1987; (iv)
escanografía silla turca contrastada o de hipófisis de 24 de abril
de 2015; (v) escanografía de alta resolución cerebral simple de 08
de febrero de 1995; (vi) escanografía de 23 de mayo de 1990; (vii)
informe radiológico de 22 de marzo de 1988; (viii) examen
escanografía de silla turca de 30 de julio de 1987; (xi) resultado
de laboratorio de neurofisiología de 13 de enero de 2015; (x)
examen de 20 de agosto de 1997 del Hospital Infantil de Bogotá
con diagnóstico clínico de adenoma de hipófisis; (xi) resultado
laboratorio de electroencefalografía de 08 de abril y 19 de octubre
de 1988; (xii) resultado examen de prolactina de 04 de marzo de
2016; (xiii) exámenes de laboratorio de 01 de julio de 2015; (xiv)
uroanálisis y hemograma automatizado de 19 de septiembre de
2012; (xv) examen de sangre y parcial de orina de 1O y 05 de
febrero de 1995; (xvi) resultado laboratorio clínico de 29 de
noviembre de 1993 de inmunoensayo, exámenes especiales -
cortisol plasmático; (xvii) resultados laboratorio de 25 de
noviembre y 28 de octubre de 1993, 24 de agosto de 1990, 16 de
mayo de 1990, 23 de marzo de 1988, 15 de diciembre de 1987,
07 de julio y 01 octubre de 1987.

En relación con Carmenza Sierra Salamanca, se aportó al


instructivo (xvii) historia clínica de 07 de abril de 2016. Asimismo
se aportó (xvii) certificado de ALMAGRAN hoy SUPPLA S.A. sin
fecha, informando que conforme a la Resolución 02922 de 25 de
abril de 1983 proferida por el ISS, la pensión de jubilación
otorgada por la sociedad es compartida; (xix) certificado de
ALMAGRAN en cuyos términos Juan Evangelista Sierra trabajó
en esa empresa de 21 de febrero de 1955 a 31 de agosto de 1990;
(xx) expediente administrativo del causante; (xxi) dictamen de
determinación de origen y/o pérdida de capacidad laboral de
Carmenza Sierra Salamanca emitido por la Junta Nacional de
Calificación de Invalidez el 15 de agosto de 2019, ordenado de
oficio por el juez de conocimiento, que estableció como fecha de
estructuración de la invalidez el 29 de septiembre de 2014 y; (xxii)
dictamen de determinación de origen y/o pérdida de capacidad
laboral de Amanda Cristina Sierra Salamanca elaborado por la
Junta Nacional de Calificación de Invalidez el 17 de diciembre de
2019, ordenado de oficio por el a quo, que señaló como fecha de
estructuración de su invalidez el 15 de diciembre de 2014.

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Analizó los testimonios de Stella Matamoros, Doris Bello


Lozano y lo expuesto por los peritos Manuel Humberto
Amaya Moyano y Lisímaco Humberto Gómez e indicó que
esos medios de convicción le permitían concluir que los
estados de invalidez de las actoras se estructuraron con
posterioridad al fallecimiento del causante (20 de agosto de
2014) y, por esa razón no tenían derecho al pago de la
pensión de sobrevivientes.

Para reforzar esa tesis, señaló que la señora Amanda


Sierra padecía de alteración visual no especificada, calificada
por Colpensiones con un 79.32% a partir del 15 de diciembre
de 2014, que fue nuevamente evaluada por la Junta Nacional
de Calificación de Invalidez, en el curso del proceso; que esa
entidad estableció la misma fecha y para ello, estimó:

[…] decisión fundamentada en que se trata de una mujer de 51


años de edad, con escolaridad hasta noveno grado, cuya
sintomatología inició en 1985, desde los 17 años presentó
cefaleas constantes, calificada con adenoma hipofisiario, el 19 de
agosto de 1987 le realizaron procedimiento quirúrgico para
resecarle tumor cerebral, quedando con afectación visual en sus
ojos, especialmente el izquierdo, en 1997 su ojo izquierdo quedó
ciego, el ojo derecho presenta baja visión, condiciones que
interfirieron en el desempeño y ejecución de las actividades de la
vida diaria y doméstica; para 15 de diciembre de 2014, la
paciente superó el 50°/o de PCL adquiriendo su estado
invalidante.

Luego, se refirió a lo expuesto por el médico Manuel


Humberto Amaya Moyano, del que destacó que había
afirmado que la invalidez pudo presentarse antes de la
calenda relacionada con antelación, pero el sentenciador
recordó que la valoración no podía soportarse en
suposiciones, porque no había una historia clínica que

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soportara esa situación, ya que de 2010 a 2013 no existía


ninguna valoración que demostrara que el porcentaje
alcanzado fue del 50 %.

Frente a la señora Carmenza Sierra informó que se le


diagnosticó trastorno esquizoafectivo, que le generó,
conforme la Pericia realizada por la Junta Nacional, una
pérdida de capacidad laboral del 52.55 %, a partir del 5 de
noviembre de 2014; que, en la valoración ordenada en esta
causa, esta varió al 29 de septiembre de 2014.

Se remitió a lo explicado por Lisímaco Humberto Gómez


Adaime y destacó que este fue contundente cuando afirmó
que una fecha de estructuración no coincidía con el momento
del diagnóstico y por esa razón, no podía tener en cuenta el
11 de agosto de 2010, como si desde allí se hubiera alcanzado
el porcentaje superior al 50 %, porque los manuales de
calificación siempre plantean el elemento de tratamiento y
rehabilitación, como acciones que en un momento
determinado pueden estabilizar el cuadro, mejorarlo o sanar
el padecimiento.

Reprodujo la sentencia de casación radicación 82502 y


expresó:

Siendo ello así, las demandantes no desvirtuaron las fechas de


estructuración de sus respectivos estados invalidantes emitidas
en su oportunidad por las autoridades competentes, en tanto, el
peritazgo emitido por la Junta Nacional de Calificación de
Invalidez, con los demás medios de prueba forman el
convencimiento, dada su fundamentación y concordancia con los
demás medios de persuasión, bajo los principios científicos que
informan la crítica de la prueba, en este sentido, las

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demandantes no demostraron su condición de discapacidad


antes del fallecimiento de su progenitor, con arreglo al artículo
38 de la Ley 100 de 199344, pues, respecto de Amanda Cristina
Sierra Salamanca se encuentra demostrado que luego de la
consulta del año 201O de la que se infiere pérdida de capacidad
laboral de 40% a 43%, conforme lo precisó el perito ponente, no
existe historia laboral sino hasta 15 de diciembre de 2014, en que
ya evidencia un retroceso significativo de la agudeza visual del
ojo derecho que permitió establecer 79,2% de PCL, sin que
existieran medios probatorios para que la Junta Nacional de
Calificación de Invalidez pudiera determinar el momento en que
la promotora del proceso alcanzó el 50%, pues, se requería el
soporte debido, historia clínica, exámenes clínicos y, la ayuda
diagnóstica necesaria. Respecto de Carmenza Sierra Salamanca,
la única historia laboral en que se reflejó un cuadro psicótico con
hospitalización fue el 11 de agosto de 201O, luego tuvo una
mejoría importante conforme a las consultas efectuadas desde 29
de septiembre de 2014, incluso el perito ponente señaló que
podría hablarse de una pérdida de capacidad laboral inferior a
50%, aunque dicho asunto no fue objeto del dictamen. Cabe
mencionar, que los dictámenes aportados se encuentran
debidamente soportados con diagnósticos y consultas realizados
a cada demandante, sin que existan otros medios de persuasión
que permitan a la Sala apartarse del estudio científico efectuado
por la Junta Nacional de Calificación de Invalidez.

Por último, se ocupó del argumento relativo a la


renuencia de Colpensiones de calificar en forma oportuna a
las demandantes, el cual, despachó desfavorablemente,
porque el debate se suscitó en definir si el estado de invalidez
de las actoras fue antes o después de la fecha de muerte de
su progenitor e informó que la sentencia CSJ SL1931-20189,
trató de un caso diferente.

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por las demandantes, concedido por el


Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver.

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V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretenden que se case la sentencia recurrida, para que,


en sede de instancia, revoque la del Juzgado y acceda a las
súplicas de la demanda.

Con tal propósito formulan dos cargos, por la causal


primera de casación, que fueron replicados por Colpensiones
y se analizarán, en las consideraciones, de forma secuencial.

VI. CARGO PRIMERO

Acusan la sentencia por la vía directa, en la modalidad


de interpretación errónea del artículo 47 de la Ley 100 de
1993, con la modificación hecha por el 13 de la Ley 797 de
2003, en relación con el 3° del Decreto 917 de 1999 y el 3°
del Decreto 1507 de 2014; 1° de la Convención sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad del año 2006;
47, 48 y 53 de la Constitución Política.

Al desarrollarlo, sostienen, que no se discute que


convivieron con el causante bajo el mismo techo y que
dependían económicamente de este.

Advierten que se realiza una interpretación exegética


del artículo 47 de la Ley 100 de 1993 y no se acude a una
teleológica, porque la pensión de sobrevivientes tiene por
finalidad amparar a los miembros de la familia más próximos
del pensionado fallecido, ya que, sufren las consecuencias
emocionales y económicas de ese insuceso.

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Señalan que esa disposición no regula que la invalidez


de los hijos deba estructurarse antes de la muerte del
causante, porque solo trata de la dependencia y del
porcentaje del 50 %.

Luego dicen:

Así que, pese a que la invalidez de las demandantes las hermanas


Carmenza Sierra, se estructuran en una data muy cercana al
fallecimiento de su PADRE, no desvirtúan el espíritu de la norma
que rige la prestación, adicional al hecho que en el asunto de la
referencia se debe establecer una connotación diferente para
superar las barreras socialmente impuestas al grupo de personas
en situación de invalidez, máxime cuando existen varios
elementos discriminatorios que se cruzan entre sí, generando la
necesidad de acudir al concepto de la interseccionalidad, el cual
fue explicado de manera clara en sentencia CSJ SL1171 de 2022.

Si el Tribunal hubiera realizado una correcta interpretación de la


norma citada anteriormente este habría concluido que las
demandantes tendrían derecho al reconocimiento de la
prestación solicitada, definiendo que estamos en presencia de
imposición por parte del Estado y la sociedad de barreras en la
vida de estas a causa de su discapacidad y concluir que su
condición de invalidez no se configuró desde su declaratoria por
arte de los entes calificadores, siendo esta postura concordante
con los mandatos de la Ley 1346 de 2009, por la cual se aprueba
la Convención Sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad.

VII. CARGO SEGUNDO

Denuncian el fallo por la senda indirecta en la


modalidad de aplicación indebida de las normas relacionadas
en la acusación anterior.

Le atribuyen al Tribunal, los siguientes errores


evidentes de hecho:

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1. Dar por no demostrado, estándolo que COLPENSIONES antes


Instituto de Seguros Sociales, incumplió con su deber de calificar
de manera oportuna la pérdida de capacidad laboral de las
demandantes AMANDA CRISTINA SIERRA SALAMANCA
(Q.E.P.D.)

2. Dar por no demostrado, estándolo que CARMENZA SIERRA


SALAMANCA Y AMANDA CRISTINA SIERRA SALAMANCA
(Q.E.P.D.), estructuraron su invalidez antes del fallecimiento de
su padre JUAN EVANGELISTA SIERRA (Q.E.P.D.)

3. Dar por no demostrado, estándolo que CARMENZA SIERRA


SALAMANCA Y AMANDA CRISTINA SIERRA SALAMANCA
(Q.E.P.D.) dependían económicamente de su padre JUAN
EVANGELISTA SIERRA (Q.E.P.D.)

4. Dar por no demostrado, estándolo que CARMENZA SIERRA


SALAMANCA Y AMANDA CRISTINA SIERRA SALAMANCA
(Q.E.P.D.) son beneficiarias de la pensión de sobrevivencia con
ocasión del fallecimiento de su padre JUAN EVANGELISTA
SIERRA (Q.E.P.D.).

Esas equivocaciones las supeditan a lo siguiente:

1. Errada valoración del oficio mediante el cual el ISS remite a


calificación a la señora AMANDA CRISTINA SIERRA SALAMANCA
que obra a folio (63) del documento con código
52023271116422256.

2. Errada valoración del requerimiento interno del ISS mediante


el cual se solicita la historia clínica de la señora AMANDA
CRISTINA SIERRA SALAMANCA que obra a folio (64) del
documento con código 52023271116422256.

3. Errada valoración de la resolución GNR 3148 de 20116,


mediante la cual COLPENSIONES niega la pensión a la señora
AMANDA CRISTINA SIERRA SALAMANCA que obra a folio (79-
80) del documento con código 52023271116422256.

4. Errada valoración de la resolución GNR 3148 de 20116,


mediante la cual COLPENSIONES niega la pensión a la señora
AMANDA CRISTINA SIERRA SALAMANCA que obra a folio (79-
80) del documento con código 52023271116422256.

5. Errada valoración de resolución VPB de 2016 mediante la cual


COLPENSIONES niega la pensión a la señora AMANDA CRISTINA
SIERRA SALAMANCA que obra a folio (81-86) del documento con
código 52023271116422256.

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6. Errada valoración de resolución GNR 58948 de 2016 mediante


la cual COLPENSIONES niega la pensión a la señora CARMENZA
SIERRA SALAMANCA que obra a folio (87-90) del documento con
código 52023271116422256.

Dicen que esas pruebas calificadas, llevan a estimar o


tener en cuenta los siguientes elementos probatorios:

1. Oficio mediante el cual el señor JUAN EVANGELISTA SIERRA


(Q.E.P.D.), le solicita al ISS que califique a su hija AMANDA
CRISTINA SIERRA SALAMANCA que obra a folio (62) del
documento con código 52023271116422256.

2. Historia clínica de la señora AMANDA CRISTINA SIERRA


SALAMANCA que obra a folio (65) del documento con código
52023271116422256.

3. Dictamen No. 2015113777LL de 2015 emitido por


COLPENSIONES y en el que se califica a la señora AMANDA
CRISTINA SIERRA SALAMANCA que obra a folio (67-70) del
documento con código 52023271116422256.

4. Campimetría visual ojo izquierdo y derecho de la señora


AMANDA CRISTINA SIERRA SALAMANCA que obra a folio (206-
207) del documento con código 52023271116422256.

5. Campimetría visual ojo derecho de la señora AMANDA


CRISTINA SIERRA SALAMANCA que obra a folio (208) del
documento con código 52023271116422256.

6. Historia clínica de la señora CARMENZA SIERRA SALAMANCA


que obra a folio (38-61) del documento con código
5202327111642293

7. Dictamen No. 51798794-1023 de 2015 emitido por la Junta


Nacional en el que se indica que la señora CARMENZA SIERRA
SALAMANCA no puede laborar y que se encuentra vinculada al
régimen subsidiado en salud que obra a folio (79- 84) del
documento con código 5202327111642293.

8. Dictamen pericial de la señora AMANDA CRISTINA SIERRA


SALAMANCA rendido por el doctor Sixto Alfonso Paramo
Quintero, que obra a folios (171-179) del documento con código
5202327111642270.

9. Dictamen pericial de la señora CARMENZA SIERRA


SALAMANCA rendido por el doctor Sixto Alfonso Paramo

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Quintero, que obra a folios (180-190) del documento con código


5202327111642270.

10. Dictamen No. 51798794-20530 de 2019, que reposa a folios


(251-260) del documento con código 5202327111642270.

11. Historia clínica de la señora AMANDA CRISTINA SIERRA


SALAMANCA que obra a folios (138-274) del documento con
código 52023271116422256.

12. Testimonio rendido por la señora STELLA MATAMOROS de


la audiencia de pruebas min 00:31:55. 13. Testimonio rendido
por DORIS BELLO LOZANO de la audiencia de pruebas min
00:49:51

Al soportarlo dicen que se acreditan, con el oficio que el


causante le envió al ISS, que este solicitó se calificara a su
hija Amanda Sierra; que con la historia clínica se prueba que
esta presentaba en su ojo izquierdo ceguera total y en el
derecho atrofia óptica, que fue generada por un tumor del
cerebro; que esas situaciones acreditan los padecimientos de
salud desde antaño y la imposibilidad de laborar, lo que la
hizo dependiente económicamente de su padre y así lo
señalaron las testigos Stella Matamoros y Doris Bello Lozano.

Expresan que esas documentales también acreditan la


inoperancia del ISS, al no realizar oportunamente la
calificación y que esa situación perjudicó las aspiraciones de
la señora Amanda Sierra; que con los dictámenes periciales,
realizados por el doctor Sixto Paramo, se establece que la
fecha de estructuración correspondía al 17 de agosto de
2010, porque se observaron campimetrías visuales
realizadas el 15 de diciembre de 2014 y del 19 de octubre de
2010, que acreditan las mismas afecciones del ojo derecho,
ya que el izquierdo estaba diagnosticado con ceguera total;
que en la experticia realizada por Colpensiones se ordenó la

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práctica de pruebas complementarios, lo que denota la que


«fecha de estructuración debía ser establecida incluso con la
evolución natural de la enfermedad».

A continuación, exponen:

Ahora, respecto de la señora CARMENZA SIERRA SALAMANCA,


es claro que en la respectiva historia clínica que reposa a folios
(38 a 61) del documento con código 5202327111642293, se
visualiza de manera diáfana que presenta problemas
psiquiátricos que le imposibilitaron trabajar y que requirió
hospitalización por cuadro psicótico.

En igual sentido solo basta con observar el folio (40) del


documento con código 5202327111642293 en el que se indica
que la señora CARMENZA SIERRA SALAMANCA viene
presentando problemas psiquiátricos desde hace siete años,
situación que se acompasa con lo manifestado por el doctor Sixto
Alfonso Paramo en su dictamen que reposa a folios (180-190) del
documento con código 5202327111642270 y que lo lleva a
determinar que la invalidez de la señora CARMENZA SIERRA
SALAMANCA, se estructuro el día 18 de febrero de 2010.

Advierten que esas situaciones concuerdan con lo


manifestado por la Junta Nacional de Calificación de
Invalidez en el Peritaje 51798794-1023 de 2015, pues, indica
que no puede laborar y está vinculada al régimen subsidiado
en salud.

Precisan que existe un contraste entre los distintos


documentos emitidos por esa entidad, porque en el de 2019
se dice que la estructuración corresponde a la primera
valoración de psiquiatría, realizada después de la crisis
psicótica del año 2010, sin percatarse que se encontraba con
precaria atención en salud y, por lo tanto, con poca
documentación clínica.

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Radicación n.° 98842

Alegan que la señora Carmenza, conforme a lo dicho por


las señoras Matamoros y Bello Lozano, dependía
económicamente de su progenitor y que si el Tribunal
hubiera analizado de manera correcta esos medios de
convicción habría concedido el derecho pretendido.

VIII. RÉPLICA

Colpensiones, para enfrentarse al primer cargo, dice


que esta Corporación, en la CSJ SL4329-2021, dio alcance
al artículo 13 de la Ley 797 de 2003, que modificó los
artículos 47 y 74 de la Ley 100 de 1993 y sostuvo que la
invalidez debe presentarse al momento del fallecimiento del
pensionado.

Para oponerse al segundo, señala que no existe un error


manifiesto y protuberante, porque el juez de la apelación no
distorsionó los medios de convicción que analizó.

IX. CONSIDERACIONES

Antes de definir ese asunto, debe decirse que en la


primera acusación se parte de un supuesto que no fue objeto
de pronunciamiento por parte del juez de la apelación, como
que este nada dijo sobre la convivencia y dependencia, ya que
solamente estableció si las accionantes demostraron el grado
de discapacidad previsto en la ley, para acceder al derecho
pensional pretendido en la demanda.

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Radicación n.° 98842

Y con la segunda acusación presentada por la senda de


los hechos, pretenden mostrarle a esta Corporación los
errores valorativos en que dicen, incurrió el juzgador.

Sin embargo, la forma en la que se plantea ese ataque


es deficiente, porque no se ocupó en cuestionar todas y cada
una de las pruebas con las que el Tribunal formó su
convencimiento. En efecto, no se relacionó, entre otras, lo
expuesto por los peritos Manuel Humberto Amaya Moyano y
Lisímaco Humberto Gómez, con los que estableció que las
actoras, al momento del fallecimiento de su progenitor, no
contaban con el porcentaje fijado en la ley, para que pudieran
lograr a su favor la pensión pretendida.

Esa situación implica que el fallo, con sustento en lo no


objetado debe permanecer inalterable. Además, el desarrollo
de esa acusación parte de suposiciones, con las que no se
acredita un error, manifiesto y protuberante en la casación
del Trabajo. En efecto, las recurrentes expresan que la
omisión del ISS al no calificar a la señora Amanda Sierra, le
ocasionó unos perjuicios, pero ese evento tan solo muestra
esa omisión, pero no, que antes del fallecimiento del
causante contara con el porcentaje de pérdida de capacidad
laboral como requisito para acceder a la pensión de invalidez.

Sin embargo, si se superaran los defectos descritos,


teniendo en cuenta, además, que se discute un tema
pensional calificado como fundamental, se pasa a estudiar
de fondo.

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Radicación n.° 98842

En atención a la fundamentación de las acusaciones, le


corresponde definir si i) el Tribunal se equivocó en el
entendimiento que le otorgó al artículo 47 de la Ley 100 de
1993, modificado por el 13 de la 797 de 2003, porque no
acudió a una interpretación teleológica de la norma, pues de
haberlo hecho, se habría percatado de que la pensión de
sobrevivientes ampara a los miembros más próximos del
pensionado fallecido y que esa disposición no dice que la
invalidez de los beneficiarios debe estructurarse antes de la
muerte del causante. También se debe establecer si ii) en este
asunto era necesario acudir al concepto de
interseccionalidad y si iii) las demandantes ya tenían el
porcentaje de pérdida de capacidad laboral al momento de la
muerte del causante.

Esta Corporación en otras ocasiones ya ha definido el


alcance del artículo 47 de la Ley 100 de 1993, con la
modificación realizada por 13 de la 797 de 2003 y ha
señalado, de forma pacífica y reiterada, que esa disposición
prevé, a favor del hijo inválido, la concesión de la pensión de
sobrevivientes, siempre y cuando acredite esa condición en
los términos del artículo 38 de la Ley 100 de 1993.

Así, para que se cause el derecho, es necesario que la


invalidez y la dependencia económica estén presentes al
momento del fallecimiento del progenitor, pues ese es el
sentido que emana de la protección que brinda la seguridad
social a quien, encontrándose con una pérdida de capacidad
laboral del 50 % o más, se ve privado del soporte económico
que, en vida, su padre le prohijó.

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Radicación n.° 98842

Precisamente, en la sentencia de casación CSJ SL3348-


2021, se indicó:

Para la Corte, es oportuno precisar que la contingencia protegida


por la seguridad social a través de la pensión de sobrevivientes
es la muerte del afiliado o pensionado, cuando este hecho
inevitable de la vida produce una consecuencia en las personas
beneficiarias que en el momento de la defunción convivían o
dependían económicamente del causante, siempre que
pertenezcan a la población objeto de cobertura, que en el caso de
los hijos son los menores de edad, los estudiantes hasta los 25
años y los que padecen una invalidez, quienes demandan una
protección y atención inmediatas, de tal manera que, si esas
condiciones no están dadas al acaecimiento del suceso objeto
de protección por el sistema de pensiones, no se causa el
derecho a la pensión de sobrevivientes, como sucede cuando
la invalidez del hijo se estructura con posterioridad al hecho
generador de la protección, es decir, por fuera de la cobertura
del riesgo o de la contingencia.

[…]

Es reiterada la jurisprudencia en donde se informa sobre la


necesidad del cumplimiento de los requisitos de la dependencia
económica y del estado de invalidez al momento del deceso del
progenitor, para que se cause la pensión de sobrevivientes a favor
del hijo inválido, conforme al literal c) del artículo 47 de la Ley
100 de 1993, modificado por el artículo 13 de la Ley 797 de 2003;
sin embargo, no se desconoce que en algunas circunstancias
particulares, esta Sala ha encontrado justificación jurídica y
social para mantener la sustitución pensional que el hijo menor
viene disfrutando, la cual continúa percibiendo por la
incapacidad laboral causada en razón de la atención de sus
estudios y que luego sobrevenga un estado de invalidez, sin que
exista motivos razonables para suspender el pago de la pensión,
lo que aquí no sucede.

Ahora bien, el precepto materia de análisis precisa que para


determinar cuándo hay invalidez se aplicará el criterio previsto
por el artículo 38 de la Ley 100 de 1993, que básicamente se
refiere a que se debe establecer una pérdida de la capacidad
laboral en un porcentaje igual o superior al 50%, para efectos de
que se considere inválida la persona, conforme al manual único
para la calificación de la invalidez vigente a la fecha de la
calificación, como se desprende del artículo 41 ibídem, que, en
este caso, por haber la entidad demandada calificado al actor el
17 de marzo de 2018, corresponde al manual contenido en el
Decreto 1507 de 2014, que derogó expresamente el Decreto 917

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Radicación n.° 98842

de 1999, lo que se traduce en la impertinencia del cargo al


plantear la infracción directa del artículo 3 de este último decreto,
pues, como se dijo, no era la norma aplicable, por encontrarse
derogada al momento de la calificación.

Siendo eso así, a las censoras no les asiste razón en el


reproche que le plantearon al Tribunal, pues este no cometió
el desvió interpretativo alegado en la inicial imputación.

Siguiendo con los aspectos presentados en los cargos,


debe decirse que las acudientes en casación no presentan
hechos concretos para sustentar que en el caso se está
quebrando el concepto de interseccionalidad, por lo que no
puede entrar la Sala a su estudio.

Además el Tribunal, con fundamento en


pronunciamientos de esta Corporación, definió que los
dictámenes emitidos por quienes calificaron las patologías de
las demandantes no eran una prueba solemne y, como no
estaba atado a una tarifa legal, podía fundar libremente su
convencimiento.

Para ese efecto, frente a Amanda Cristina Sierra


Salamanca, fue a la historia clínica, la Resonancia Magnética
Cerebral del 2 de mayo de 1994, la Tomografía axial
computarizada de cráneo del 3 de septiembre de 1987, la
Escanografía silla turca contrastada o de hipófisis del 24 de
abril de 2015, la Escanografía de alta resolución cerebral
simple de 08 de febrero de 1995, la Escanografía de 23 de
mayo de 1990, el Informe Radiológico del 22 de marzo de
1988, el Examen Escanografía de silla turca del 30 de julio

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Radicación n.° 98842

de 1987, el resultado de Laboratorio de Neurofisiología del 13


de enero de 2015, el Examen del 20 de agosto de 1997 del
Hospital Infantil de Bogotá con diagnóstico clínico de
adenoma de hipófisis, el resultado del Laboratorio de
electroencefalografía del 8 de abril y 19 de octubre de 1988;
el resultado del Examen de prolactina del 4 de marzo de
2016, los Exámenes de laboratorio del 1° de julio de 2015;
los Uroanálisis y Hemograma automatizado del 19 de
septiembre de 2012, el Examen de sangre y parcial de orina
del 5 y 10 de febrero de 1995, el resultado del Laboratorio
clínico del 29 de noviembre de 1993 de inmunoensayo, los
Exámenes especiales - cortisol plasmático, los resultados de
Laboratorio del 25 de noviembre y 28 de octubre de 1993, 24
de agosto de 1990, 16 de mayo de 1990, 23 de marzo de
1988, 15 de diciembre de 1987, 7 de julio y 1° octubre de
1987.

Frente a Carmenza Sierra Salamanca estudió la


Historia Clínica del 7 de abril de 2016; el Certificado de
Almagran hoy Suppla S. A. sin fecha, donde se informó que
conforme a la Resolución 02922 de 25 de abril de 1983
proferida por el ISS, la pensión de jubilación otorgada por la
sociedad era compartida; el Certificado de Almagran que dice
que Juan Evangelista Sierra trabajó en esa empresa; el
Expediente Administrativo del causante; el Peritazgo de
determinación de origen y/o pérdida de capacidad laboral
emitido por la Junta Nacional de Calificación de Invalidez el
15 de agosto de 2019, ordenado de oficio por el juez de
conocimiento y donde se estableció como fecha de
estructuración de la invalidez el 29 de septiembre de 2014.

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También se ocupó del Informe de determinación de


origen y/o pérdida de capacidad laboral de Amanda Cristina
Sierra Salamanca elaborado por la Junta Nacional de
Calificación de Invalidez el 17 de diciembre de 2019,
ordenado de oficio por el a quo, donde se señaló como fecha
de estructuración de su invalidez el 15 de diciembre de 2014.

Además, analizó los testimonios de Stella Matamoros,


Doris Bello Lozano, junto lo expuesto por los peritos Manuel
Humberto Amaya Moyano y Lisímaco Humberto Gómez.

Con fundamento en esos medios de convicción, definió


que los estados de invalidez de las demandantes se
estructuraron con posterioridad al fallecimiento del causante
y concluyó, en la siguiente manera:

Siendo ello así, las demandantes no desvirtuaron las fechas de


estructuración de sus respectivos estados invalidantes emitidas
en su oportunidad por las autoridades competentes, en tanto, el
peritazgo emitido por la Junta Nacional de Calificación de
Invalidez, con los demás medios de prueba forman el
convencimiento, dada su fundamentación y concordancia con los
demás medios de persuasión, bajo los principios científicos que
informan la crítica de la prueba, en este sentido, las
demandantes no demostraron su condición de discapacidad
antes del fallecimiento de su progenitor, con arreglo al artículo
38 de la Ley 100 de 199344, pues, respecto de Amanda Cristina
Sierra Salamanca se encuentra demostrado que luego de la
consulta del año 201O de la que se infiere pérdida de
capacidad laboral de 40°/o a 43%, conforme lo precisó el
perito ponente, no existe historia laboral sino hasta 15 de
diciembre de 2014, en que ya evidencia un retroceso
significativo de la agudeza visual del ojo derecho que
permitió establecer 79,2% de PCL, sin que existieran medios
probatorios para que la Junta Nacional de Calificación de
Invalidez pudiera determinar el momento en que la
promotora del proceso alcanzó el 50%, pues, se requería el
soporte debido, historia clínica, exámenes clínicos y, la

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Radicación n.° 98842

ayuda diagnóstica necesaria. Respecto de Carmenza Sierra


Salamanca, la única historia laboral en que se reflejó un
cuadro psicótico con hospitalización fue el 11 de agosto de
201O, luego tuvo una mejoría importante conforme a las
consultas efectuadas desde 29 de septiembre de 2014,
incluso el perito ponente señaló que podría hablarse de una
pérdida de capacidad laboral inferior a 50%, aunque dicho
asunto no fue objeto del dictamen. Cabe mencionar, que los
dictámenes aportados se encuentran debidamente soportados
con diagnósticos y consultas realizados a cada demandante, sin
que existan otros medios de persuasión que permitan a la Sala
apartarse del estudio científico efectuado por la Junta Nacional
de Calificación de Invalidez. (Negrillas de la Sala).

Por lo visto, los cargos no salen avante.

Las costas en el recurso extraordinario estarán a cargo


de las demandantes y a favor de Colpensiones. Como
agencias en derecho se fija la suma de $5.900.000 que
deberá incluir el Juez de primer grado en la liquidación que
realice, siguiendo los términos del artículo 366 del CGP.

X. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre
de la República y por autoridad de la ley, NO CASA la
sentencia dictada el treinta (30) de septiembre de dos mil
veintidós (2022) por la Sala Laboral del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá, dentro del proceso ordinario
laboral seguido por AMANDA CRISTINA y CARMENZA
SIERRA SALAMANCA, contra la ADMINISTRADORA
COLOMBIANA DE PENSIONES – COLPENSIONES y la
JUNTA NACIONAL DE CALIFICACIÓN DE INVALIDEZ.

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Costas como se dijo en la motiva.

Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al Tribunal de origen.

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Firmado electrónicamente por:

SANTANDER RAFAEL BRITO CUADRADO

CECILIA MARGARITA DURÁN UJUETA

CARLOS ARTURO GUARÍN JURADO

Este documento fue generado con firma electrónica y cuenta con plena validez jurídica, conforme a lo dispuesto en artículo
103 del Código General del Proceso y el artículo 7 de la ley 527 de 1999

Código de verificación: 4D0888FD0521588545A346F4DB4999F045794063B5905AFDF0CCC9808E1E565B


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