1. ¿Qué es la des incrustación de la economía, según Karl Polanyi y cómo se
vincula con las teorías de las ciencias económicas en el pensamiento occidental? Polanyi pretende explicar con el concepto de desincrustación de la economía, un cambio que se generó en las sociedades sobre todo occidentales al que denominó como la “gran transformación”, la cual refiere a la separación de la actividad económica de las esferas en las que se encontraba históricamente. A esto se refiere con que la economía permeaba los distintos ámbitos de la sociedad como la política, la religión, relaciones de parentesco etc, y no fue sino hasta el siglo XIX donde se produce la separación de la economía de manera institucionalizada a favor de generar un mercado autorregulado principalmente en los estados nación modernos. Polanyi se apoya en trabajos como el de Malinowsky para explicar cómo la producción y distribución de bienes se encontraba incrustada en todas aquellas relaciones sociales no económicas tales como la magia o el parentesco. La desincrustación configuró un elemento esencial para el desarrollo de las economías occidentales de corte liberal, al generar una metodología que le permitiese desligarse lo más posible de cualquier tipo de regulación por parte del Estado, y fomentando la libre empresa. Esta idea de un mercado bajo la lógica de la desincrustación de la economía de todos aquellas esferas sociales se manifiesta de forma latente bajo las corrientes neoclásicas que sostienen una ida universalista del fenómeno económico y que dejan a la vista la oposición sustantivista que defiende Polanyi, en el sentido de que la economía debe analizarse desde lo empírico y contextual de cada cultura, donde a pesar del intento de separación de la economía institucionalizada se mantienen los vestigios de otras formas de relacionarse en espacios no formales de la economía donde alguna vez fuera parte incuestionable.
2. ¿Cuál es la novedad del análisis de Susana Narotsky sobre la figura del
productor (rural) independiente en relación con la teoría marxista clásica y su comprensión de las relaciones capital/trabajo? Susana N. nos plantea en su estudio de las figuras de productores rurales independientes una mirada particular sobre un tipo de relación enmarcada en el espacio de producción rural donde se destaca como los individuos de una comunidad en el caso de su estudio de Catalunia, se encontraban bajo un tipo de organización económica en la que eran dueños de fuerza de trabajo y controlaban los medios de producción, y sin embargo se encontraban subsumidos del capital ya que no controlaban el mercado donde se comercializaban sus productos. En este caso particular los productores dependían de los intermediarios que transaban sus mercancías con los clientes. Desde la perspectiva marxista este ejemplo se puede analizar como una subsunción formal en el que las unidades de producción FPI no tienen control sobre la etapa final de la producción y por lo tanto existe un tipo de explotación del capital sobre estas figuras. Las FPI deben analizarse también desde la perspectiva más micro en el sentido de que como bien plantea Narotsky, estas unidades se conforman como núcleos familiares donde se pueden observar tipos de explotación ya que generalmente giran en torno a una figura patriarcal que controla y administra la producción del propio núcleo. Este tipo de conformación productiva que Narotsky trae como ejemplo de FPI se encuentra respaldada a nivel nacional y fomentada desde una perspectiva de discurso nacionalista e identitario, que opera como agente adherente de los grupos y da cuenta de cómo el estado y la política son fundamentales para permitir el desarrollo de este tipo de economías institucionalizadas.
3. Desarrolle el concepto de “infrapolítica” de James Scott exponiendo sus
principales proposiciones y posibles limitaciones, ilustrando con algún ejemplo histórico o etnográfico. El concepto de infrapolitica que plantea James Scott permite comprender el accionar de distintos grupos que a modo de resistencia se las ingenian para manifestar el rechazo hacia una institución, grupo o política que opere de forma hegemónica. Esta acción se da de forma clandestina y siempre de manera sutil, intentando no dejar huellas que descubran a los perpetradores. Múltiples ejemplos se pueden encontrar en todas las sociedades, y van desde acciones inofensivas hasta las más violentas; tales como la celebración de un ritual que haga referencia en formato de parodia sobre algún grupo de poder, o hasta la acción militar entendida como guerra de guerrillas. Los grupos afectados por quienes detentan el poder encuentran en la infrapolitica una forma de canalizar el descontento, pero teniendo presente la posición en la que se encuentran y por esto es que el modo de operar debe ser lo más sutil posible para que este no se reprimido. Ahora bien, Scott nos advierte que muchas veces los grupos de poder juegan con esta idea de infrapolitica en el sentido de que pueden llegar a hacer la “vista gorda” para permitir que estos grupos actúen a efectos de evitar un mal mayor. Ya que se basan en la teoría de la válvula de escape, que evita una sublevación que a la larga pueda tambalear el dominio de los grupos de poder hegemónicos. Un ejemplo de infrapolitica que me parece adecuado como para traer a colación, tiene que ver con la descripción que Patrick O´Hare (2017) realiza en su trabajo “La madre de todos los basureros” donde da cuenta del accionar de los “gateros” que se dedicaban a la recuperación de materiales en la usina del basureros municipal y que cuando estos eran reprimidos por los guardias que allí trabajaban custodiando el predio y les impedían realizar la actividad de clasificación, estos perjudicados les ensuciaban las garitas de los vigilantes con materia fecal a modo de manifestar su descontento, pero claro esta acción era realizada cuando las mismas unidades se encontraban vacías.
4. ¿Qué es el trabajo socialmente necesario? ¿Cuál es su conexión, si alguna,
con las relaciones de sexo-género? El trabajo socialmente necesario se entiende como una medida que cuantifica el tiempo que un trabajador requiere para producir una mercancía, en la teoría marxista sería explicado como la mitad del tiempo que el obrero dedica, si este trabajara ocho horas diario para producir una mercancía y tenemos en cuenta el plusvalor que representa la mitad de esas horas, podemos decir que el trabajador produciría en cuatro horas las mercancías que necesitaría para su sustento diario. Por esta razón para Marx el trabajo puede dividirse entre trabajo productivo e improductivo. El trabajo productivo es el que produce valor para el capitalista, en este caso las 4 horas que el trabajador no percibe ya que es expropiada por el empresario. Sin embargo podemos señalar la critica que se le ha hecho a Marx con respecto a estas definiciones del trabajo, ya que si consideramos la condición de los trabajadores podemos vislumbrar que para que estos puedan ejercer cualquier actividad laboral deben poder sustentarse de forma básica para que las condiciones materiales permitan un desempeño optimo, entonces podemos conectar con lo que implica una mirada hacia el propio seno del hogar donde se manifiesta en muchas ocasiones el trabajo producido por las mujeres principalmente, donde para Marx se trata de trabajo improductivo en el sentido de que las tareas como los cuidados o labores domésticas no producen plusvalor para el capital; sin embargo este argumento es cuestionable desde una perspectiva de género donde el concepto de trabajo productivo adquiere otros significados que matizan con la teoría Marxista, principalmente en la contemporaneidad.
A – Procesos de mercantilización. Su importancia para el estudio antropológico
de la economía y la cultura.
El análisis de los procesos de mercantilización permite comprender como a partir de
los fenómenos que fueron alterando la economía en las sociedades, principalmente en el mundo occidental y a partir de la irrupción de las corrientes liberales que fueron permeando las distintas esferas sociales, y que afectó sin dudas las formas de relación entre individuos al punto de implantar un modelo económico que se impuso históricamente sobre gran parte del globo, y moldeando las estructuras políticas. Este modelo hegemónico que conocemos como capitalismo permitió un aumento de la producción a escalas nunca vistas en la historia de la humanidad, y trajo consigo un predominio por fomentar el proceso de mercantilización que intenta abarcar todo lo que le sea posible, desde la naturaleza hasta lo más abstracto. El control de mercado es en sí la utopía del capitalismo, y para dirigirse a ella es necesario que todo sea transable. Polanyi advierte sobre este mercado regulado que se basa en mercancías ficticias, y refiere a esto a la mercantilización del trabajo, la tierra o el dinero. Todas ficciones ya que no se tata de mercancías “natural” sino de una invención del propio sistema para poder regular en el mercado. Esto trae como consecuencia múltiples aspectos negativos ya que considerar el trabajo como mercancía deja a las personas libradas a la suerte del mercado laboral para su propia subsistencia, y desprotegidos si estos no lograsen acceder a este. Por otro lado, la tierra que se considera un recurso natural, al ser mercantilizado se ve afectada por el uso que se haga de ella según los intereses privados que la adquieran en el mercado. La mercantilización es un tema de sumo interés en el campo antropológico ya que al ser un aspecto que afecta a la humanidad en gran medida y sobre todo en el orden de globalización en el que nos encontramos en la actualidad, permite aproximarnos al entendimiento de cómo es que se da ese proceso y si es que es posible pensar en un mundo donde nada escape de ser mercantilizado. Como plantea Kopytof en su análisis de la biografía cultural de las cosas, existen elementos que no logran ser mercantilizados ya sea por cuestiones subjetivas de quien lo posea o desee, o también por imposición jurídica o política; por ejemplo, los sistemas de áreas protegidas como parques públicos, reservaciones etc. O bien aquellas posesiones que arraigán un significado simbólico, sentimental o cultural para un individuo, pongamos de ejemplo los bastones de metal que son considerados como bienes de prestigio para una tribu y que Kopytof menciona, que al mismo tiempo si bien estos pueden llegar a ser transables en alguna ocasión, esta sería a causa de cubrir un tipo de necesidad vital extrema, y que el acto sería considerado como una ofensa pública. Por todo esto Kopytof nos intenta decir que, si bien existe una tendencia a mercantilizar todo, esto no se da así porque siempre existirán motivaciones, aspectos culturales o particularidades de un determinado contexto que se resistan a forzar esta condición. En algunas culturas que se caracterizan por una fuerte tendencia a mercantilizar, podemos encontrar ejemplos del proceso inverso. Recuerdo lo que Susana Narotsky menciona en una capitulo cuando habla del consumo, el caso que se da en las celebraciones del día de acción de gracias en EEUU, y da cuenta de cómo esta tradición histórica gira entorno a la idea de representar una cena familiar donde los productos a consumir son adquiridos en el mercado, por ejemplo verduras enlatadas o pavo congelado, lo que poco tiene de natural sin embargo una vez preparados estos productos adquieren un valor que se desprende de lo mercantil, ósea que pasan a ser desmercantilizados ya que culturalmente son apreciados como como productos que han sido ofrecidos y en condiciones naturales. Finalmente, a modo de cerrar la ida del interés de la mercantilización para el estudio antropológico, me quedo con la idea de Kopyof cuando menciona que más allá de las sociedades que tienden a mercantilizar todo lo posible y de aquellas que por lo contrario no buscan hacerlo, lo que realmente genera curiosidad es entender los puntos intermedios donde no siempre está realmente claro este proceso de mercantilización.