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La mujer frente a los estereotipos de la sociedad

Jeferson Cuenca Orjuela

Facultad de ingeniería civil, Universidad Cooperativa de Colombia

Humanidades III

Docente: Gleiber Sepulveda

Agosto de 2023
La mujer frente a los estereotipos de la sociedad

Históricamente la mujer ha enfrentado múltiples escenarios que le han permitido demostrar


que, su papel en la sociedad va mucho más allá del género, pues tiene que ver con sus
capacidades físicas, académicas, intelectuales, entre otras, en razón de ello, a través del
tiempo la humanidad ha atravesado por diversos estereotipos, los cuales pueden concebirse
como la formación de creencias enfocadas en los atributos de un determinado grupo social,
para este escrito, se va a abordar el estereotipo hacia la mujer por el hecho de ser mujer y
que en algunas personas se ha arraigado el pensamiento de que el género femenino solo
puede llevar a cabo ciertas actividades en su vida.

Con esto quiero decir que, La sociedad machista, ha encasillado a la mujer en ciertas
conductas, que en ocasiones son mal vistas solo si las hace el género femenino, asunto que
ha sido debatible desde tiempos de antaño y por lo que es importante reconocer que estas
son más que paradigmas e ideas sobre las características, actitudes y aptitudes de las
mujeres y los hombres, un evidente ejemplo de una crítica inmersa en una obra literaria es
la narración del texto “Letra para salsa y tres soneos por encargo” (Vega, 1981) el cual
expone “Adióssss preciossssa, se desinfla el Tipo en sensuales sibilancias, arrimando
peligrosamente el hocico a los technicolores rizos de la perseguida. La cual acelera
automática y, con un remeneo de nalgas en high, pone momentáneamente a salvo su virtud”

Ha sido, tal la exposición de la mujer frente a su comportamiento, es decir, como debe ser o
comportarse en sociedad que, cuando alguna pretende salir de ese confort donde ha sido
encasillada, la sociedad no logra asimilar tal asunto y de allí, surge el reproche moral donde
si bien es cierto, es necesario conservar algunos patrones de conducta, cada quien sin
importar si se es hombre o mujer, puede comportarse libremente, eso si respetando los
limites y derechos del otro, allí es pertinente cuestionarse si ¿existen los estereotipos de
género, solamente desde la masculinidad a la feminidad?

Frente a lo señalado, es importante referenciar que, la obra previamente referenciada, nace


de una revolución de la autora por captar los sentimientos reprimidos, sobre todo sexuales
de una mujer latinoamericana, situación que, podría enfrentar cualquier otra persona en otro
lugar del mundo, escrito en el que la protagonista pasa de ser la perseguida a ser quien
persigue o mejor, propone un encuentro a quien siempre de forma inescrupulosa la hostigo
cada vez que caminaba por un lugar cercano, historia no tan alejada de la realidad, pues
usualmente es ese el paisaje en el que viven las mujeres sus días, baste con señalar,

La Tipa se viste. Le lanza la ropa al Tipo, aún atrincherado en el baño. Se largan del
motel sin cruzar palabra. Cuando el Torino rojo metálico del ‘69 se detiene en la De
Diego para soltar su carga, sigue prendida la fiesta patronal con su machina de
cabalgables nalgas. Con la intensidad de un arrebato colombiano y la perseverancia
somociana, con la desfachatez del Sha, el Tipo reincide vilmente. Y se reintegra a su
rastreo cachondo, al rosario de la interminable aurora de qué meneo lleva esa
mulata, oye baby, qué tú comes pa estal tan saludable, ave maría, qué clase e
lomillo, lo que hace el arroz con habichuelas, qué troj de calne, mami, si te cojo...
(Vega, 1981)

Es pertinente en este punto, manifestar que, el estereotipo de género, ha prevalecido desde


épocas antiguas, generando una cultura de machismo en la sociedad, situación que nace no
solo de los hombres sino también de las mismas mujeres y que, es un asunto que genera una
precarización de lo que puede hacer la mujer en diversos escenarios que impactan
significativamente el mundo, la tesis aquí planteada, ha sido objeto de estudio desde
diversas profesiones, análisis que ha determinado que existe una desigualdad enmarcada en
las posibilidades del hombre y de la mujer, por su género específicamente.

Hay que mencionar que, a criterio propio, (Gavaldón, 1999) acierta al afirmar que,

Cada vez observamos una mayor incorporación de la mujer a todas las profesiones,
y aunque a pesar de tener la misma cualificación suele ocupar puestos de menor
responsabilidad que los hombres, es progresivamente más habitual verla en puestos
anteriormente típicos de hombres. Esto provoca un cambio en el papel tradicional de
hombres y mujeres. Las expectativas de la juventud son que las mujeres trabajen
fuera del hogar y que los hombres tengan que compartir con sus compañeras las
tareas del hogar. Se valora más, al menos entre la población universitaria, a los
hombres que no se identifican con posturas machistas o discriminatorias respecto a
la mujer (p.85)
En ese sentido, nace la posibilidad de crear las bases de una sociedad que no este
delimitada por el sexo de las personas, contrario a ello, debiera escogerse a las personas
para un determinado rol, solo por sus capacidades, las cuales debieran ser diferenciales por
si mismas sin tener que ver que el ser humano, sea hombre o mujer. Así las cosas, no es
necesario hacer una categorización de los sujetos por pertenecer a un género, puesto que,
ambiguamente gracias a ello, existen una serie de creencias y prescripciones culturales,
fundamentadas en el género.

Todavía cabe señalar que, otras posturas que han complementado el argumento de este
escrito, han señalado que, las repercusiones de ser objeto de un estereotipo, tales como el
denominado machismo, puede acarrear serios problemas de tipo personal, de acuerdo a la
postura de (García & Castro, 2017), donde se indica que “Cuando los hombres o las
mujeres no cumplen con lo socialmente esperable para su sexo, sufren las consecuencias
que impone la sociedad y sus actuaciones suelen ser criticadas y rechazadas socialmente”.

En definitiva, el ser diferente a otro no debe ser un criterio de estigmatización alguna, el ser
hombre o mujer viene de una condicional natural que, no debería limitar nuestras
proyecciones en ningún ámbito, por ello, los estereotipos de genero enfocados en
discriminar cual es el papel de la mujer, en una sociedad que habla de empatía y de
igualdad, es un asunto que debe ser abolido en su totalidad y debería enfocarse la mirada
en, evaluar cuales son esos factores que hacen diferenciales a una persona en un
determinado rol, oficio o profesión sin importar sus creencias, cultura, orientación sexual,
genero, etc., con esto, sumo la voz a la necesidad de enfocar esfuerzos en salvaguardar la
integridad del ser humano, y de catalogar a un sujeto por ello, invitando a respetar los
derechos del otro y a tratar a los demás como quisiera ser tratado sin importar si soy
hombre o mujer.

Referencias

García, M. J., & Castro, A. M. (2017). Análisis de los Estereotipos de Género en alumnado
de Formación Profesional. Revista de Investigación Educativa, 154.
Gavaldón, B. G. (1999). Los estereotipos como factor de socialización en el género.
Comunicar, 85.
Vega, A. L. (1981). Letra para salsa y tres soneos por encargo.

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