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En la antigua américa Latina las mujeres solían ocupar puestos de liderazgo, eran
ello lamentablemente se perdió con la llegada de Europa a tierras americanas, y queda la tarea
de restablecer el orden inicial, no con una visión de superioridad de uno de los géneros, sino
con la intención de crear la sinergia que el mundo requiere para conseguir el equilibrio que
lector sobre: ¿Cuáles son los problemas, retos y paradigmas que no permiten que las mujeres
líderes se desarrollen en su totalidad, y cuáles son las actitudes y acciones que debería tener
la sociedad latinoamericana para erradicarlos? esto con el propósito de dar conocer que los
principales problemas que afrontan las mujeres líderes son: desigualdad de condiciones,
masculinas, y así crear conciencia de que es necesario adoptar nuevas maneras de pensar
como sociedad, integrar de una manera real a las mujeres y restituir el liderazgo femenino a
partir de respetar y valorar las características originales del mismo, por ello como parte de la
de emprendedoras y de lideresas, para explicar mejor esta posición servirá conocer un poco
sobre la historia del liderazgo femenino en Latinoamérica, problemas del liderazgo femenino,
paradigmas que prevalecen al respecto al día de hoy, y posibles alternativas de solución, con
surgimiento de la contradicción con la lógica occidental respecto al rol jerárquico del padre
(Salles & Noejovic, 2016), por lo cual, gran parte de la historia, acerca de las mujeres líderes
sobre los roles que debería, inclusive hasta la actualidad, realizar la mujer como cabeza de los
la forma de hacer las cosas (Poncela, 2008), un estereotipo que no permite que la mujer pueda
desarrollarse del todo, al no explotar, o no habérsele permitido utilizar de manera natural sus
que no van acorde a su realidad, ni su naturaleza femenina, se verá líneas después, como esta
que el patriarcado está siendo cuestionado y en el que enfrentamos una grave crisis
ecológica” (Sagols, 2016). Se sabe que mujeres y varones analizan y procesan la información
de manera distinta, “las mujeres como grupo poseen una serie de valores distintivos (valoran
de liderazgo diferente al de los hombres” (Druskat en Cuadrado, 2004), esto nos hace pensar,
cosas de las mujeres hubiera sido desde un principio liberado, cultivado, valorado y
humanidad, quizás inclusive hubieran existido menos guerras y pugnas criminales por el
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poder, esto debido al carácter vinculante de lo femenino, y se hubiera podido gozar de una
sociedad más igualitaria, compasiva, y equilibrada a nivel general, aunque esta es una
suposición y no ha podido ser comprobada, guardaría estrecha relación con el tema principal
de este ensayo que afirma que existe una necesidad de restituir el liderazgo femenino no solo
A todo lo anteriormente expuesto se suma el problema de que los roles otorgados a las
mujeres, sea por tradición o herencia, le representan a las mismas, un alto costo afectivo y
su propia naturaleza (Gonzales de Chavez, 1998, p. 15) obligándolas a negar, ceder o relegar
sus propias aspiraciones en el ámbito personal, debido a que caen en contradicción con el
otros, el respeto y la valoración, los cuales son logros que alcanzarán muchas veces a costa
hijos y familia en general. Estas acciones han provocado en las mujeres una presión excesiva
por querer cumplir exitosamente las demandas de todos los ámbitos en los que se desarrollan,
las cuales son muchos más que en el caso de los varones, y esto se ha traducido en una
desventaja para ellas, porque bajo esta perspectiva androcéntrica, donde en los roles
existentes establecidos siempre se ha dado por sentado que la mujer va a cumplir el papel de
soporte para el hombre, se les exige a las mujeres el éxito, sin considerar que ambas
realidades son muy diferentes, esto ha conllevado a que se gesten conflictos, resistencias,
sociedad, urge la necesidad de empatizar y apoyarlas a encontrar el equilibrio que les permita
en libertad y fuera de expectativas, cumplir sus objetivos y ejercer sus funciones de una
creadora.
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Entre otros de los problemas que aquejan a la mujer, más específicamente en lo que
empleo femenino, según la OIT, la brecha de informalidad en trabajos entre ambos sexos es
femeninas son informales, sólo el 44.1% lo son en el caso de los hombres (OIT, 2006), esto
puede deberse al problema de machismo que se arrastra en Latinoamérica, que sigue sin
permitir que muchas mujeres puedan acceder a una mejor educación, esto porque existe el
paradigma de encasillar a las mujeres en el papel de cuidado de los hijos y actividades del
hogar, paradigmas que operan inclusive tras la violencia de género en cualquiera de sus
formas manifestadas. Adicionalmente a ello, está el supuesto del costo que representan las
licencias por maternidad, ya sea a nivel de productividad en las empresas privadas o los
costos dentro del sector público, que sutilmente siguen permitiendo que exista aún la
salarial entre hombres y mujeres se ha reducido en los últimos años, esto ha sido a costa de la
trabajo es el mismo, la paga por las mismas tareas es menor en caso de las mujeres, estos
problemas laborales hacen que nos cuestionemos como sociedad: si realmente estamos
solucionando el problema de la discriminación por género, que de no ser así demostraría una
vez más, que lamentablemente las mujeres siguen a la espera de ese quiebre final, que pueda
pocos han sido los casos en los que la mujer ha alcanzado el mismo nivel de poder que el
hombre. Cuando una mujer ha llegado a los más altos círculos de poder, pocas son las que se
conducen de forma diferente a los hombres, y esto surge debido al hecho de que el núcleo de
poder y las reglas del juego continúan siendo predominantemente masculinos, es por ello que
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importante, que juega en contra de las mujeres en esa misma línea, es la imposibilidad de
mujeres en la práctica científica (aún hoy, en que prácticamente en ningún país, al menos
occidental, se admite la discriminación por razón de sexo) ante ello sociólogas e historiadoras
han investigado algunas causas explicativas a dicho fenómeno, y se ha hallado, que las
mujeres son admitidas prácticamente como iguales hasta que una actividad se institucionaliza
proporcional al prestigio de esa actividad. “Por otro lado, se han apreciado dos formas
el por qué en el primer caso las mujeres quedan relegadas a disciplinas y trabajos concretos
marcados por el sexo, embarcándolas en tareas o campos que están sumamente feminizados,
a los que se les atribuye menor valor y se los considera rutinarios o poco importantes por el
Una buena noticia es que al día de hoy existen más mujeres en el poder público o
puestos gerenciales a diferencia de los años anteriores, un adelanto general en las capacidades
países, han creado un clima favorable para que las mujeres lleguen a ocupar puestos de poder
en números que sorprenden por su optimismo, “Hoy en día, las mujeres representan alrededor
del 13% de los miembros de las dos cámaras alta y baja, en América Latina (si se toma en
cuenta América del Norte y el Caribe, la cifra sube para 15.4%) cuando a principios de la
década era del 10%.” (Mala, 2000), al analizar este tema a profundidad, se ha notado que
muchas mujeres han llegado a tener el respaldo de la población para ocupar puestos de poder
en la actualidad principalmente debido a su preocupación por abogar por cambios en las leyes
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y en la política, que mejoren la vida de las mismas mujeres, o los más necesitados. También
se sabe que en la sociedad en general, a las mujeres se les asocia en mayor proporción, con la
compasión y la preocupación por las masas y en menor, con la corrupción, siendo estas las
impulsar el emprendimiento de las mujeres hacia el liderazgo a todo nivel, pero aun estando
la sociedad y los políticos del lado de ellas al opinar que sería recomendable y beneficioso
este tipo de liderazgo para la sociedad, es irónico que sigan existiendo grandes brechas que
debieran ser acortadas, una posible solución sería promover que aproximadamente el 50% de
los políticos que nos representan en cámaras, senados o congresos, sean mujeres, esto
Hay que reconocer que los avances logrados en cuanto al liderazgo de la mujer en las
últimas dos décadas pueden atribuirse a la expansión educativa en la región, los cambios
afirmativa a su favor. Sin embargo, estos avances, no han beneficiado a todas las mujeres por
igual, por citar algún ejemplo, las oportunidades que tienen las mujeres indígenas,
afrodescendientes, pobres y de origen rural para acceder a mejores posiciones siguen siendo
limitadas y casi todas las mujeres de América Latina siguen enfrentándose a barreras
política y en el mundo laboral. Pero resulta esperanzador con visión hacia el futuro que las
preferencias, votarán más frecuentemente por candidatas mujeres y les darán mayor peso a
puestos políticos debería incrementar a medida que el nivel educativo general de la población
se eleve junto con el desarrollo económico. Otra de las cosas que juega a favor del sector
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mayor longevidad de la mujer, dará cierta base a que se realice el cambio paradigmático que
Como se puede ver, el liderazgo femenino sigue siendo una situación compleja y hasta
lejana para una gran cantidad de mujeres que desean asumir el liderazgo de sus instituciones,
ser reconocidas y alcanzar el poder al igual que los hombres, es por esto que urge una
respaldo del tipo de liderazgo que pueda ejercer. Ante ello surgen algunas iniciativas, que
sociales, tal como lo fue en un inicio en Latinoamérica, dentro de estas alternativas se plantea
problemática del acceso de las mujeres al cargo, también impulsar el análisis y debates en
torno a la discriminación (para tender puentes entre ambos géneros y educar a la población
acerca de los retos que nos toca resolver), se debería también continuamente apoyar el
transformacional con respecto al tema, Massolo (2006). Existen iniciativas también por parte
en alianzas políticas para abogar por cambios en las cuestiones que afectan a las mismas
patria potestad.
conjunto con toda la humanidad para tener la posición que ocupan al día de hoy, han sacado
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constantemente fuerzas de flaqueza para hacer siempre más, por encontrarse en una posición
poco ventajosa principalmente por los problemas de masculinización de sus tareas y roles, las
menos frecuencia a la actualidad. Y hay que reconocer que, si como sociedad latinoamericana
se ha mostrado mayor empatía y apoyo hacia este sector de la población, existen aún muchas
barreras que derribar y mucho trabajo por hacer para el restablecimiento del liderazgo
femenino. Afortunadamente las leyes vienen favoreciendo a las mujeres, y se han creado
múltiples organismos que las respaldan y protegen, pero existe aún un déficit en lo que
respecta a organismos que puedan no solo concientizar y velar por ellas, sino también
factibilizar todos los cambios que vienen siendo planteados e inclusive aceptados desde hace
ya un tiempo. Afortunadamente cada vez más, los varones en Latinoamérica, están abiertos a
dejarse guiar por un liderazgo femenino, y se considera que, involucrándolos un poco más, se
podrían tener mejores resultados, esto, junto a la promoción de más mujeres a puestos
dar el soporte necesario para hacer el cambio de paradigma como sociedad. Por su puesto
siempre está la responsabilidad de cada ser humano de seguir educando a toda la población
sobre las mejores maneras de vivir en comunidad, para el bien de todos y sobre todo para el
propio desarrollo del ser humano, existe entonces un panorama esperanzador para las
mujeres, y para que finalmente se pueda restituir el liderazgo femenino como orden válido
Referencias
Buvinic, M., & Roza, V. (2004). La mujer, la política y el futuro democrático de América
Htun, M. (2000). El Liderazgo de las Mujeres en América Latina: Retos y Tendencias. New
Dominicana: INSTRAW
Oficina Internacional del Trabajo, (2006). Trabajo decente y equidad de género en América
proquest-com.ezproxybib.pucp.edu.pe/docview/199518759?accountid=28391
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human dimension of the "femenine" in emmanuel levinas philosophy: Limits and for
com.ezproxybib.pucp.edu.pe/docview/1881955502?accountid=28391
DOI: 10.4000/bifea.4758