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Índice 2
Plagas de insectos y su control: conceptos y métodos 3
Nematoda y Fungi en el control biológico de plagas 13
Estudio e identificación bajo lupa de Nematoda y Fungi 43
Baculoviridae en el control biológico de plagas 65
Bacteriae en el control biológico de plagas 75
Acari en el control biológico de plagas 88
Estudio e identificación bajo lupa de Acari 103
Cría masiva de insectos en el control biológico de plagas 106
Técnicas de captura, preparación y conservación de insectos 113
Clave de identificación de los órdenes de insectos 124
Heteroptera en el control biológico de plagas 132
Estudio e identificación bajo lupa de Heteroptera 145
Coleoptera en el control biológico de plagas 158
Estudio e identificación bajo lupa de Coleoptera 168
Diptera en el control biológico de plagas 175
Estudio e identificación bajo lupa de Diptera 189
Clave de identificación de las superfamilias de Hymenoptera 195
Clave de identificación de Hymenoptera Parasitica no Chalcidoidea 202
Hymenoptera Chalcidoidea en el control biológico de plagas 207
Estudio e identificación bajo lupa de Hymenoptera Chalcidoidea 219
Hymenoptera Cynipoidea en el control biológico de plagas 226
Estudio e identificación bajo lupa de Hymenoptera Cynipoidea 235
Hymenoptera Ichneumonoidea en el control biológico de plagas 239
Estudio e identificación bajo lupa de Hymenoptera Ichneumonoidea 249
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PLAGAS DE INSECTOS Y SU CONTROL:
CONCEPTOS Y MÉTODOS
Jesús Selfa
Universidad de Valencia
Facultad de Biología
Departamento de Zoología
Dr. Moliner 50
46100 Burjasot, Valencia
e-mail: jesus.selfa@uv.es
Existen una serie de factores que de forma natural regulan las poblaciones animales
dentro de un ecosistema. Dichos factores quedan agrupados en torno a dos variables: el
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potencial biótico y la resistencia del medio; y es precisamente la relación existente entre
ambas, la que nos indicará la abundancia poblacional de una especie determinada (Romanyk
& Cadahía, 1992).
El potencial biótico (P), consiste en la habilidad que posee una especie para poder
multiplicarse sin que exista fuerza contraria alguna que lo impida. Este potencial, depende de
una serie de factores tales como la tasa de fecundidad, el número de generaciones de vida, y la
proporción de individuos de cada sexo.
La resistencia del medio (R), engloba a una serie de factores que contribuyen a
disminuir la multiplicación de la especie. Dichos factores son los abióticos y los bióticos.
Entre los abióticos están la temperatura, la humedad, la luz y el viento. Respecto de los
bióticos, podemos mencionar tanto a las características nutricionales y fisiológicas de los
vegetales que constituyen fuente de alimento, como a las relaciones interespecíficas que sufren
los animales (competencia, depredación y parasitismo).
Por su parte, la abundancia (A) de una especie viene determinada precisamente por
el cociente entre ambas variables (A = P/R). En esta relación, el numerador suele permanecer
constante ya que constituye una característica intrínseca a la propia población; por el contrario,
el numerador es cambiante puesto que resulta de la acción conjunta de una serie de factores
ambientales.
En condiciones normales, una población animal vive a expensas de una especie
vegetal sin que su número llegue a constituir una amenaza para el cultivo o la masa forestal.
Para que la abundancia de dicha población se mantenga constante, tiene que haber un
equilibrio entre los distintos factores que componen la variable R, de manera que el cambio de
uno sea compensado por otro, y su valor total quede situado entre pequeños límites de
variación. Cuando R disminuye mucho, la relación se inclina a favor del animal ya que
también aumenta mucho su abundancia, de manera que se dan las mejores condiciones para
que aparezca el fenómeno plaga.
Existen otros factores no menos importantes que intervienen también en la aparición
de las plagas. En primer lugar, los animales pueden efectuar de forma natural migraciones
como consecuencia de la sobrepoblación, alimentación inadecuada o clima desfavorable, e
incluso porque puede existir una fase migratoria dentro de su propio ciclo vital. Por otra parte,
las especies pueden dispersarse de forma accidental debido al transporte de mercancías entre
los países. Finalmente, la existencia de monocultivos que ocupan grandes extensiones de
terreno favorece la aparición del fenómeno plaga, puesto que se altera de alguna forma la flora
natural y se entra en competencia con otros vegetales (malas hierbas).
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• Umbral de Daño Económico (UDE): cantidad de daño que justifica el coste de
medidas artificiales de control.
• Nivel de Daño Económico (NDE): densidad mínima de una población animal
que causa un daño económico.
• Umbral Económico (UE): nivel de densidad al cual deben aplicarse las medidas
de control para evitar que una población animal en aumento alcance el NDE.
Si bien todos estos conceptos son aceptados sin discusión, para el UE algunos
prefieren la definición aportada por Chiang (1979): "el nivel de plaga que causa daño tal que
el valor del incremento en el rendimiento de una cosecha sea doble que el coste de ese
control".
TIPOS DE PLAGAS
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sucumben por competición cuando el hábitat se ha saturado con otras especies;
sin embargo, son capaces de restablecerse en otros hábitats antes de la llegada de
competidores superiores.
• Plagas secundarias: aquellas que en condiciones normales no son dañinas, pero
que pasan a constituir plaga de forma indirecta tras la destrucción de otras
poblaciones integrantes del ecosistema.
Con respecto a este último tipo de plagas, Samways (1990) ya apuntaba la idea de
que la destrucción de la fauna que controla de forma natural a las poblaciones de artrópodos,
puede ocasionar que un organismo habitualmente inofensivo se convierta en plaga.
El término control puede ser entendido de forma natural como: "la capacidad de
mantener la densidad de población de un organismo por debajo del nivel que existiría en su
ausencia"; o de forma artificial como: "la capacidad de mantener la densidad de población de
un organismo por debajo de aquel nivel que cause problemas económicos de importancia".
De esta forma, el control natural puede ser definido como: "la acción de parásitos,
predadores o patógenos, que de forma natural en el ecosistema regulan la densidad de otras
poblaciones de insectos". En este sentido, nos referimos al control que no implica ninguna
manipulación directa o dirigida por el hombre; o dicho de otra forma, constituye el control de
un insecto autóctono o indígena por parte de un enemigo también originario del ecosistema.
Por su parte, el control biológico se define como: "el uso artificial de parásitos,
predadores o patógenos, que lleva a cabo el hombre de forma directa o dirigida para intentar
reducir la densidad de una plaga por debajo del umbral de daño económico".
Sin embargo, algunas de estas ventajas pueden ser cuestionadas. Así por ejemplo, los
insectos parásitos importados pueden llevar asociado de forma ocasional algún patógeno, lo
cual supone un nuevo problema para la cosecha. Asimismo, el parásito importado ha atacado
en determinados casos a otra especie beneficiosa que había sido previamente introducida en el
ecosistema.
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Por su parte, el control biológico de plagas presenta los siguientes inconvenientes:
Cuando los enemigos naturales de una especie particular de plaga no existen o son
inefectivos, deben buscarse en otros lugares para ser introducidos en el ecosistema. Desde el
punto de vista histórico, la introducción ha sido el principal método de control biológico, de
ahí que también sea conocido como control biológico clásico.
El éxito de este método depende, no sólo de la fortuna en encontrar un enemigo
natural efectivo, sino de que este se adapte a las condiciones ambientales del lugar donde
deseamos introducirlo. Todo ello requiere de un reconocimiento detallado de la plaga, de sus
enemigos naturales si es que existen, y de los factores que regulan la interacción plaga-
enemigo natural.
Por otra parte, no debemos olvidar que muchas plagas son introducidas o exóticas, y
precisamente se busca también la introducción de aquellos enemigos naturales que se
muestran como controladores eficientes en su zona de origen. Asimismo, en un ecosistema
existen plagas indígenas que pueden verse afectadas por una operación de control basada en la
introducción de un enemigo natural exótico.
La cuestión más importante que se plantea cuando se quieren introducir enemigos
naturales exóticos, radica quizá en la competencia que estos puedan establecer con los
enemigos naturales autóctonos. A tal respecto existen dos posibilidades: a) cuando las especies
en competencia son homólogos ecológicos y por tanto atacan del mismo modo a un
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determinado hospedador común, y b) cuando las especies no son homólogos ecológicos y
pueden complementarse en su acción -prefieren diferentes hospedadores, o atacan distintas
fases del mismo hospedador-.
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La cría en masa depende en primer lugar de su coste económico; de esta forma,
algunas especies menos eficaces pueden seleccionarse si son más baratas de producir.
Asimismo, resulta importante conseguir una producción constante y elevada que permita la
liberación en masa al poco tiempo de su selección, lo cual exige infraestructura y amplias
posibilidades de venta de los insectos que se van produciendo. Sin embargo, un problema
importante que presenta la cría en masa consiste en el deterioro genético y la pérdida de
eficiencia que resulta en condiciones controladas de laboratorio; de esta forma, para paliar
la pérdida de vigor de estas crías existen determinados procedimientos como son: la
alternancia de hospedadores, la renovación de individuos procedentes del campo, y el
cambio de las dietas, entre otros.
La liberación del enemigo natural en el campo puede ser de diversos tipos:
Para que un enemigo natural sea eficaz como controlador de una plaga deberá poseer
las siguientes cualidades:
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donde vive el hospedador o presa.
• Facilidad de ser criado en masa.
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ENTOMOFAUNA ÚTIL: DEPREDADORES
Los predadores o depredadores, para poder completar con éxito su ciclo biológico, se
alimentan de varias presas a lo largo de toda su vida. Las fases larvaria y adulta son
generalmente de diferente aspecto; cazan a sus víctimas de forma activa o mediante trampas;
en la mayoría de los casos, las presas son más pequeñas y devoradas en su totalidad.
A pesar de que la depredación está bastante extendida entre los artrópodos, tan sólo
unas pocas familias presentan interés para el control biológico. En concreto, las especies más
importantes se encuadran dentro de los Coleoptera, Diptera, Hemiptera, Neuroptera y Acari.
BIBLIOGRAFÍA REFERENCIADA
• Carrero, J.M. 1996. Lucha integrada contra las plagas agrícolas y forestales. Mundi-
Prensa, Madrid.
• Chiang, H.C. 1979. A general model of the economic threshold level of pest
populations. FAO Plant. Prot. Bull., 27: 71-73.
• García-Marí, F. 1992. Control integrado de plagas. Universidad Politécnica de
Valencia, Valencia.
• Rey, J.M. 1976. Gestión sobre plagas en Entomología. Graellsia, 32: 279-306.
• Riba, G. & C. Selvy. 1993. La lutte biologique et les biopesticides. Phytoma, 452: 21-
32.
• Romanyk, N. & D. Cadahía (Coords). 1992. Plagas de insectos en las masas
forestales españolas. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Madrid.
• Samways, M.J. 1990. Control biológico de plagas y malas hierbas. Oikos-tau,
Barcelona.
11
• Stern, V.M., R.F. Smith, V.D. Bosch & K.S. Hagen. 1959. The integrated control
concept. Hilgardia, 29: 81-101.
• Waterhouse, D.F. 1992. Biological control: a viable strategy for the tropics. In: Ooi,
P.A.C., G.S. Lim & P.S. Teng (Eds), Biological control: issues in the tropics, pp. 1-13.
Malaysian Plant Protection Organization Society, Kuala Lumpur.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
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NEMATODA Y FUNGI EN EL CONTROL BIOLÓGICO DE PLAGAS
Magdalena Galeano
Koppert España S.L.
C/ Cobre, 22-24. Parcela P.4 Nave 3
Pol. Industrial Ciudad Transporte Poniente
04745 La Mojonera (Almería)
e-mail: mgaleano@koppert.es
NEMATODOS ENTOMOPATÓGENOS
INTRODUCCIÓN
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Steiner en 1923, describió el primer nematodo entomopatógeno, Aplectana
kraussei Steiner, 1923, que Travassos en 1927, cambió la denominación genérica a
Steinernema, para que dos años después Steiner describiera otro género y especie
Neoaplectana glaseri. Filipjev en 1934, sitúo a los géneros Steinernema y Neoaplectana en
una nueva subfamilia Steinernematinae; Chitwood y Chitwood en 1937 unen la subfamilia
y la familia Steinernematidae, para posteriormente Woots en 1982 reexaminando las
especies S. krauseri y N. glaseri concluya que los dos géneros son idénticos y que
Neoaplectana es sinónimo de Steinernema. En 1994 Nguyen y Smart describen un nuevo
género, Neosteinernema, teniendo actualmente la familia Steinernematidae dos géneros,
Steinernema con más de 30 especies y Neosteinernema con una sola, N. longicurvicaudata
Nguyen y Smart, 1994 (Stock, 2005).
El descubrimiento de las especies de nematodos entomopatógenos está
relacionado con la necesidad histórica de buscar alternativas biológicas al manejo de
plagas de insectos. Después del inicial hallazgo y desarrollo de Steinernema glaseri
(=Neoaplectana glaseri) como agente de control biológico al principio del siglo XX, la
investigación sobre NEP avanza como alternativa al control químico.
El reconocimiento en los años 60 del efecto negativo que producen los
plaguicidas químicos en el medio ambiente unido a su menor eficacia y mayor coste
económico, hace que el uso de los productos químicos sea cada vez más restrictivo en pro
de la investigación en agentes de control biológico (ACB), y ya en los 80 se extiende esta
necesidad al gobierno e industria (Gaugler, 2007), desarrollándose en Australia, USA y
Europa su producción y comercialización.
Las dos familias, a las que pertenecen las especies usadas principalmente en el
control biológico de plagas, Steinernematidae Chitwood & Chitwood, 1937 y
Hetororhabditidae Poinar, 1976, presentan un ciclo biológico muy similar y sencillo, que
comprende la forma de huevo, cuatro estadios juveniles y adulto (Fig. 1).
El desarrollo de huevo a adulto dura aproximadamente 7-10 días en el caso de las
especies adscritas a Steinernema Travasos, 1927 y 12-15 días en las especies de
Heterorhabditis Poinar, 1976, con un total de 4 estadios juveniles. Sólo los terceros
estadios juveniles (J3), de vida libre, son infectivos. Miden aproximadamente 1-1,5 mm, y
están caracterizados por el tegumento antiguo del segundo estadio juvenil, que permanece
alrededor del cuerpo tras la muda.
Las formas infectivas no se alimentan, tienen la boca y el ano cerrados y pueden
sobrevivir en el medio durante varios meses. El género Steinernema presenta la región
bucal sin dientes dorsales mientras que el género Heterorhabditis presenta en la cabeza
una especie de armadura, diente o espina, en el lado dorsal. Los J3 buscan activamente al
hospedador, detectando sus excrementos como rastro (García del Pino, 2007). Steinernema
spp. sólo es capaz de entrar en el hospedador a través de las aberturas naturales: boca, ano
y espiráculos mientras que las especies de Heterorhabditis lo pueden hacer también a
través de la epidermis del insecto (Malais y Ravensberg, loc cit).
Una vez en el interior de los insectos estos J3 se desprenden del tegumento del J2
que conservaban, a través de la pared del tracto gastrointestinal, los juveniles alcanzan la
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cavidad general del insecto y el estado infectivo se transforma en parásito. Dentro del
hospedador el nematodo libera la bacteria simbionte que transporta en su intestino (García
del Pino, loc cit.).
En el plazo de dos días, los J3 mudan y pasan a J4, y éstos, tras uno o dos días,
mudan otra vez, llegando el nematodo al estado de adulto. En el caso de la familia
Steinernematidae, se producen tanto machos como hembras; sin embargo, en los
Heterorhabditidae, sólo formas hermafroditas. Los adultos pueden alcanzar los 6 mm de
longitud, pueden vivir aproximadamente cinco días, y las hembras pueden poner varios
cientos de huevos durante ese tiempo. Una vez puestos los primeros huevos, los juveniles
eclosionan y crecen muy rápidamente a J4 hasta pasar a una segunda generación adulta. En
esta fase, se encuentran machos y hembras también en los especimenes de
Heterorhabditidae. En función del suministro de alimento, pueden llegar a poner hasta
1.500 huevos, que son fertilizados internamente, aunque no llegan a sobrevivir todos. De
los huevos viables emergen juveniles que de forma muy rápida se desarrollan hasta el
cuarto estadio, y posteriormente hasta adultos de segunda generación, compuesta en ambos
géneros por machos y hembras capaces de reproducirse sexualmente. Los machos mueren
tras el apareamiento y la hembra pone los huevos dentro del hospedador. La sucesión de
generaciones continúa hasta que se consumen los recursos alimenticios dentro del cadáver
del insecto hospedador, normalmente dos o tres generaciones.
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Figura 2.- Nematodos juveniles emergiendo de una hembra
de Steinernema carpocapsae (microfotografía cortesía Tomás Cabello).
La Bacteria
Las bacterias simbióticas de los NEP pertenecen a los géneros Xenorhabdus spp.
y Photorhabdus spp. para Steinernema y Heterorhabditis, respectivamente.
Son enterobacterias de forma bacilar y Gram negativas, poseen anaerobiosis
facultativa, no presentan estadios resistentes ni se encuentran libres en la naturaleza, y sólo
viven en el interior de los nematodos o insectos hospedadores.
Estas bacterias poseen una forma primaria y otra secundaria, siendo la primera la
infectiva y la que se debe mantener estable en la producción en masa del complejo
bacteria-nematodo, para que no pierda su eficacia contra los insectos plaga.
Las bacterias son transportadas en la base anterior del intestino (García del Pino,
loc cit.). El nematodo sólo actúa como vector de las mismas, introduciéndolas dentro del
insecto y eludiendo su sistema inmune. La bacteria no es capaz de penetrar por sí misma en
un insecto, por lo que precisa necesariamente del nematodo para este propósito. El
nematodo ayuda a las bacterias a burlar el sistema defensivo del insecto. Esto facilita que
las bacterias se reproduzcan muy rápido, de modo que el insecto muera en el plazo de 24 a
48 horas.
Es en realidad la bacteria la que causa la muerte del hospedador por septicemia
por la liberación de toxinas dentro de su cuerpo. De esta forma proporciona alimento a los
nematodos ya que la bacteria disgrega los tejidos del hospedador, convirtiendo las células
en productos orgánicos que pueden ser fácilmente absorbidos y digeridos por los
nematodos (Malais y Ravensberg, 2003).
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control biológico de plagas de insectos en suelo principalmente (Lacey et al., 2001).
El potencial control biológico de estos nematodos no se restringe a insectos. Así,
Phasmarhabditis hermaphrodita (Schneider), especie de la familia Rhabditidae, se conoce
por su capacidad de controlar babosas, habiéndose incluso desarrollado un producto
comercial para el control de estos gasterópodos que en ciertas latitudes causan problemas
(Stock, 2006).
Además, existen varias especies de nematodos depredadores que pertenecen a los
monónquidos, dorylaímidos, nygolaímidos y diplogastéridos, que se han estudiado como
potenciales agentes biológicos de control de nematodos fitoparásitos. En este sentido, el
aphelénchido, Aphelenchus avenae Bastian, se considera como potencial agente de control
de hongos patógenos edáficos de plantas (Stock, loc cit.).
Una nueva clasificación (Stock y Hunt, 2005) basada en la De Ley y Blaxter
(2002) expone los grupos de nematodos con potencial control biológico. Esta clasificación
se ha obtenido como una interpretación filogenética del árbol preliminar evolutivo basado
en el fragmento 18S de ADN ribosomial propuesto por Blaxter et al. (1998). Se trata de un
nuevo esquema taxonómico de acuerdo con las nuevas técnicas moleculares útiles para
determinar la variabilidad genética entre especies y aislados de nematodos
entomopatógenos (Hashmi et al., 1996).
Nickle y Welch (1984) ya mencionaban nueve grupos de nematodos con
hospedadores definitivos o intermediarios de insectos, pero para el biocontrol sólo son
útiles tres de ellos: Tylenchida, Mermitida y Rhabditida. Entre los Tylenchidos, cabe
destacar Beddingia (=Deladenus) siricidicola (Bedding, 1968) que en la década de los 70
fue utilizado en Australia con gran éxito para controlar la avispa taladradora de la madera
del pino, Sirex noctilis Fabricius, 1793 sobre Pinus radiata D. Don. En Brasil, donde fue
introducido (Gerding y France, 2005) se investigan y producen cepas autóctonas para el
control de esta plaga forestal (Eskiviski et al., 2003). Entre los Mermítidos, destacó
Romanomermis culicivorax Ross y Smith, 1976 producido durante los años 70 (Petersen,
et al., 1978) para controlar larvas de mosquito pero que por problemas de eficacia y
producción se restringió su uso, aunque se siguen encontrando trabajos sobre la eficacia y
producción de especies de mermítidos como Romanomermis iyengari Welch, 1964 y
Strelkovimermis spiculatus Poinar y Camino, 1986 (Rodríguez Rodríguez et al., 2005) en
América Central y Sudamérica.
Los nematodos entomopatógenos que presentan más interés actualmente son los
Rhabdítidos pertenecientes a los géneros Heterorhabditis y Steinernema, adscritos a las
familias Heterorhabditidae y Steinemematidae, respectivamente. Son los únicos patógenos
de insectos con un espectro de hospedadores que incluye a los órdenes y familias más
grandes de insectos, y lo únicos rhabdítidos que poseen una enterobacteria patógena
asociada en simbiosis.
La familia Steinernematidae cuenta con dos géneros, Steinernema Travassos,
1927 con más de 48 especies conocidas en la actualidad (García de Pino, 2007), y el
género Neosteinernema Nguyen y Smart, 1994 con una sola especie (N. longicurvicauda).
Son patógenos obligados en la naturaleza y se caracterizan por su asociación simbiótica
con la bacteria del género Xenorhabdus.
La familia Heterorhabditidae cuenta con un solo género, Heterorhaditis Poinar,
1976, posee hasta la fecha 11 especies descritas (García del Pino, 2007), tienen un ciclo
biológico similar a Steinernema con la única diferencia de presentar también adultos
hermafroditas y la bacteria asociada pertenece al género Photorhabdus.
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Los nematodos entomopatógenos son muy polífagos, lo que significa que las
diferentes especies de Heterorhabditis y Steinernema deberían ser capaces de controlar un
amplio espectro de insectos. Sin embargo, hay grandes diferencias en la eficacia de las
distintas especies y cepas de nematodos. Ninguna cepa es apropiada para el control de
todos los insectos plaga.
De todas las posibles especies con capacidad insecticida descritas sólo un número
limitado de ellas han llegado a ser comercializadas como bioinsecticidas (García del Pino,
2007; Kaya y Koppenhöfer, 1999; Gaugler, 2007) y las cuales se citan a continuación:
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altamente específica para el control de grillo topos adultos. Producida
comercialmente desde 1993 pero con un estrecho mercado.
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convencionales de pulverización y riego, y a diferencia de otros agentes microbianos,
matan al insecto con rapidez, en unas 24-48 horas (García del Pino, 2007).
Las desventajas o mejoras en el uso de nematodos entomopatógenos vienen dados
por los condicionantes ambientales y técnicas en el momento de la aplicación, además de
la dificultad de encontrar la especie más efectiva para cada tipo de plaga y hábitat en la que
se desarrolle.
Los motivos por los que en la actualidad su empleo se ha generalizado es porque
se han desarrollado métodos de producción económicamente razonables, pueden ser
manipulados para mejorar su patogeneidad y su persistencia, algunas de las toxinas que
producen pueden ser transferidas o expresadas en algunas plantas cultivables o en otros
microorganismos, presentan una alta eficacia, en 48-72 horas producen la muerte al insecto
plaga y, por último la bacteria simbiótica es altamente específica y únicamente patógena
para el insecto plaga (García del Pino, loc cit).
Actualmente se producen diferentes especies de NEP a nivel comercial en
fermentadores de 1.000 y hasta 40.000 litros en compañías de USA, Australia y diversos
países de Europa, alternativa económicamente viable y productiva para la obtención de
nematodos (Georgis, 1990b; García del Pino, loc cit). La producción puede realizarse tanto
“in vivo” como “in vitro”. Para la producción “in vivo” se ha empleado tradicionalmente el
lepidóptero Galleria mellonella, L. por su fácil adquisición, la posibilidad de criarla con
pocos recursos y ser un hospedador muy susceptible. La producción promedio de juveniles
infectivos por larva de insecto se cifra entre 30 y 50.000 individuos.
El cultivo “in vitro” en cultivos monoxénicos a gran escala se inició tanto en
medios sólidos (Bedding, 1981, 1984, Georgis y Hague, 1991), como en líquidos mediante
fermentación líquida (Pace et al., 1986), pero este último conlleva un alto coste. El método
de fermentación líquida mediante biorreactores fue iniciado para el cultivo de S.
carpocapsae (Georgis, 1992).
Una vez obtenidos los nematodos se precisan formulaciones estables que
garanticen su supervivencia durante el transporte, la distribución y el almacenamiento para
su comercialización. Se utilizan diferentes sustratos para su conservación, como esponja de
poliuretano, vermiculita, alginato, geles floables, que mantienen la humedad necesaria para
su supervivencia durante unos meses a una temperatura de 4-8ºC (García del Pino, loc cit.).
También existen formulaciones en forma de gránulos dispersables en agua que inducen
una anhidrobiosis parcial de los nematodos, reduciendo el consumo de oxígeno y de sus
reservas lipídicas lo que garantiza su conservación durante al menos seis meses a 4-25º C
(Georgia y Dunlop, 1994). El contenido en agua y lípidos de los nematodos juveniles es
importante en el proceso de almacenamiento, así pues el aumento del porcentaje de ácidos
grasos insaturados mientras decrece el de los ácidos grasos saturados durante el
almacenamiento, hace que las especies de NEP posean poca estabilidad de almacenaje o
conservación (Selvan et al., 1993).
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Figura 3.- Proceso industrial de producción de nematodos entomopatógenos.
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Cuando se trata de pulverizaciones foliares contra insectos plaga en hojas, la
eficacia puede ser irregular dependiendo de los factores climáticos y de aplicación.
Mortalidades muy altas (hasta el 98%) de Plutella xylostella (L.,) por S. carpocapsae en
col china (Lello et al., 1996) o relativamente altas en Spodoptera littoralis Boisduval 1833
en pepino mediante la misma especie de NEP, con algo más de un 80 % de mortalidad
(Gomez-Diaz, com. pers.) se consiguen siempre y cuando la metodología de aplicación y
el manejo sea el adecuado. El sistema de aplicación así como la mejora de la maquinaria
con la que se aplica pueden influir en la eficacia de este tipo de agentes de biocontrol
(Piggot et al., 2003).
Para evitar la desecación y/o efecto de la luz UV, se usan coadyuvantes o aditivos
para mejorar la eficacia de los nematodos contra plagas foliares, en este sentido se vienen
utilizando mezclas de goma xantham o alginato potásico y surfactantes, que consiguen
aumentar la humedad relativa y por consiguiente la eficacia del producto (Schroeder et al.,
2005).
Cuando se trata del control de plagas del suelo con NEP hay que tener en cuenta
que existe además toda una fauna edáfica antagonista que puede influir en la persistencia
de los nematodos. Por ejemplo, una persistencia pobre está directamente relacionada con el
número de ácaros y colémbolos en aquellos suelos donde se aplicaron nematodos
superficialmente pero no cuando se aplicaron a las capas menos superficiales del suelo
(Wilson y Gaugler, 2004).
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Otro curculiónido, el gorgojo negro de la vid, Otiorhynchus sulcatus Frabricius,
1775 es una plaga de climas templados y subtropicales que afecta a numerosos cultivos
ornamentales, en particular rododendro, ciclamen, tejo y azalea, además, de fresa y otros
frutales, vid, y semilleros. A veces pueden encontrarse otras especies, como O. singularis
y O. lugdunensis, con biología similar a O. sulcatus.
Estos otiorrincos tienen también un buen control biológico mediante el nematodo
H. bacteriophora. Su eficacia tanto sobre larvas como pupas está bien comprobada
(Morton y García del Pino, 2005), y es una buena alternativa al control químico debido a
que este tipo de escarabajo presentan resistencias a muchos plaguicidas.
La aplicación de H. bacteriophora en bioensayos sobre el falso gusano del
alambre, Gonocephalum pusillum (Fabricius, 1791) (Coleoptera: Tenebrionidae), causante
de daños en pimiento en Almería al trasplante, consigue un 100 % de mortalidad en sus
larvas (Fig. 5). Las aplicaciones en campo sólo son satisfactorias si el suelo se humedece
bien antes de la aplicación y posteriormente se mantiene igualmente húmedo para
conseguir una eficacia aceptable de control del gusano.
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encontrado una eficacia alta, de hasta un 97 % con S. feltiae en ensayos de campo
realizados sobre cerezos del área mediterránea en donde se aplicaron mediante “cacharreo”
e inyección sin encontrar diferencias significativas en el modo de aplicación (Morton y
García del Pino, 2007).
El picudo rojo de las palmeras Rhynchophorus ferrugineus (Olivier, 1790)
(Coleoptera: Dryophthoridae), plaga exótica originaria del sureste Asiático introducida en
España y Europa en 1995, está causando estragos en los palmerales afectando a especies de
Phoenix canariensis hort. ex Chabaud y P. dactylifera L., principalmente. Dada su
localización en jardines y viviendas particulares, su control es difícil con sustancias
químicas, por lo que se investiga la eficacia de productos biológicos de bajo o nulo riesgo
para el hombre. Se han obtenido buenos resultados de eficacia tanto in vitro (Fig. 6) como
en ensayos de semicampo mediante el uso de S. carpocapsae y de H. bacteriophora
(Galeano et al., 2007; Gómez Vives et al., 2007; Tapia et al., 2007), y en la actualidad se
usan comercialmente dentro de los programas de control integrado del picudo rojo de las
palmeras, solos o combinados con tratamientos químicos.
24
y Sciara Meigen, 1803. Estas moscas se hallan particularmente en ambientes húmedos y
son bien controladas con NEP, como Steinernema feltiae, mediante su aplicación al
sustrato que suele estar muy húmedo, lo cual favorece el parasitismo sobre las larvas de
estos dípteros y así el control de la plaga. Las larvas de las moscas parasitadas por S.
feltiae cambian su color de transparente a blanco o amarillo claro, y tras la aplicación los
cadáveres desaparecen por la destrucción de la cutícula por parte de los nematodos.
Otras moscas que producen también problemas en suelos húmedos como Scatella
stagnalis (Fallen, 1813) se tratan con S. feltiae y S. carpocapsae.
Sobre los mosquitos del género Tipula spp. (Diptera: Tipulidae) que suelen causar
problemas en superficies húmedas como céspedes en campos de golf, se han obtenido
buenos resultados con S. feltiae en bioensayos (Peters y Ehlers, 1994).
25
et al., 2005). Además la profundidad de pupación del trips es otro factor a tener en cuenta
en el control de esta plaga mediante NEP (Ebssa, et al., 2004b).
26
Ensayos de laboratorio también han mostrado una eficacia del 100 % sobre Cydia
pomonella, gusano que ataca a frutales de hueso. Los resultados en campo mostraron cierto
control que se debe mejorar en futuros ensayos (Galeano et al., 2009b).
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HONGOS ENTOMOPATÓGENOS
INTRODUCCIÓN
32
como micoinsecticidas. Su futuro como agentes de control biológico es prometedor aunque
presentan sus ventajas y desventajas frente a la forma tradicional (los productos químicos)
de combatir las enfermedades y plagas producidas por otros organismos. Como
antagonistas ejercen distintos mecanismos de acción como la antibiosis, competencia por
distintos factores bióticos y abióticos, pueden actuar como micoparásitos, inducir
resistencia en las plantas y otras estrategias.
Existen más de 700 especies de hongos entomopatógenos en aproximadamente
100 géneros que se presentan con una distribución mundial, sin embargo, sólo unos pocos
son estudiados de forma intensiva (Roberts y Humber, 1981, Roberts, 1989, Roberts et al.,
1991) en la lucha biológica, ya que uno de los requisitos para ello es que debe ser posible
producirlos de forma estable y masiva, y procesarlos como producto práctico. Debido a
esta exigencia, muchos de los hongos que son útiles en la naturaleza no lo son en el control
biológico de plagas. Por ejemplo las especies de Entomophthorales son, hasta el momento,
no se pueden cultivar en medios sintéticos.
Los hongos se pueden encontrar asociados con insectos que viven en diversos
hábitats, como el agua, el suelo y las partes aéreas (Carruthers y Hural, 1990).
El Reino Mycota está compuesto por un grupo de microorganismos heterótrofos,
eucariotas, unicelulares o hifales y se reproducen sexual o asexualmente. Este reino se
encuentra dividido en cuatro divisiones: Chytridiomycota, Zygomycota, Ascomycota y
Basidiomycota (Hawksworth et al., 1995, Alexopoulus et al., 1999).
Los Deuteromycota y sus subclases, que incluyen un gran número de organismos
caracterizados por formas miceliales que llevan esporas asexuales o conidias, no son
considerados por la mayoría de los micólogos como grupo taxonómico sino como hongos
mitospóricos. Algunos de éstos han sido relacionados con miembros de los Ascomycota
con base en la homología del ADN (18s ADN ribosomial). Cuando un hongo mitosporico
ha sido relacionado con un estado sexual, se le llama estado anamorfo. De acuerdo con el
Código Internacional de Nomenclatura, el hongo anamófico es llamado con el nombre
reconocido para la fase sexual o telomórfica. En algunos hyphomycetos se ha demostrado
la presencia de la fase telomorfa dentro de Clavicipitales, como es el caso de Cordyceps.
De acuerdo con esto, los Deuteromycota son clasificados como Ascomycota anamórficos.
Es conveniente señalar que los ciclos de vida de muchos hongos son conocidos
pobremente, que la conexión entre morfos sexuales y asexuales aún requiere ser
establecida. Entre los géneros más comunes de hongos hifomicetes se encuentran:
Aspergillus, Beauveria, Culicinomyces, Hirsutilla, Metathizium, Nomuraea, Paecilomyces
y Tolipocladium, que producen conidia exógenos de naturaleza hidrófila o hidrófoba.
Dentro del grupo de conidia con cubierta hidrófila encontramos a Conidiobulus,
Antomophaga, Entomophthora, Neozygites, Aschersonia, Verticillium, Hirsutilla y
Culicinomyces (Alatorre-Rosas, 2007).
Los hongos entomopatógenos afectan a una gran variedad de insectos terrestres y
acuáticos, así como a otros invertebrados e incluso a vertebrados. La mayoría pertenecen a
los grupos de Mastigomycotina, Ascomycotina y Deuteromycotina (hongos imperfectos), y
otras raras asociaciones con insectos halladas en los Basidiomycotina. Algunos hongos son
específicos del insecto hospedador mientras otros (Beauveria bassiana y Metarrhizium
anisopliae) muestran un amplio rango de hospedadores.
La clasificación de los dos grupos principales de hongos entomopatógenos, los
Entomophthorales y los Hypocreales han experimentado cambios recientes en la nueva
propuesta de Hibbet et al., (2007) para el Reino de los Hongos (Mycota), no obstante, las
especies más frecuentes aisladas del suelo se encuentran en los ascomicetos motospóridos,
33
con énfasis en los géneros Beauveria y Metarhizium, Isaria, Lecanicillium y Nomurea
(Quesada y Santiago-Alvarez, 2010)
Las especies más estudiadas para el control biológico han sido: Beauveria
bassiana, Paecilomyces fumosoroseus, Metarrhyzium lecani y Lecanicillium muscarium
(=Verticillium lecanii).
Muchos entomopatógenos vencen a sus hospedadores sólo después de su
crecimiento en el hemocele del insecto, y son sus toxinas presumiblemente la causa de la
muerte del hospedador. La importancia de la virulencia de la toxina de un hongo sobre su
hospedador es difícil de evaluar, sin embargo, esta producción de toxina es precedida por
varias actividades del hongo.
Las toxinas provocan alteraciones en varios orgánulos, paralizan las células o
causan un mal funcionamiento del intestino medio, tubos de malpigio, tejido muscular,
hemocitos. El efecto inhibitorio sobre los elementos celulares de la hemolinfa, impide la
actividad fagocítica de los plasmitocitos y permite la rápida multiplicación del hongo, a
reducir la habilidad del insecto de defenderse. Poco tiempo después de la muerte del
hospedador y bajo condiciones favorables, las hifas emergen del cadáver, producen células
conidiógenas y ocurre la esporulación sobre la superficie del hospedador. Cada insecto
infectado constituye un foco de infección para otros individuos de la población.
Como la mayoría de los hongos el desarrollo de la enfermedad se divide en los
siguientes pasos:
34
cuales se agarran a la cutícula. Pero las esporas que no tienen estas "herramientas”,
conocidas como esporas secas, también son capaces de fijarse adecuadamente a la
superficie del hospedador. El mecanismo exacto de esto no está claro. La fijación pasiva
puede convertirse en activa a través de la acción de enzimas, activadas por la superficie del
hospedador. Una vez que la espora se ha fijado adecuadamente, tratará de germinar, tras lo
cual comenzará el segundo paso.
35
germinación. Cuando las circunstancias son buenas para la germinación y se ha alcanzado
una penetración adecuada, el hongo aún se enfrenta a los mecanismos defensivos del
hospedador, los cuales sólo parecen ser suficientemente eficaces contra los patógenos
débiles o niveles bajos de infección.
Los factores que afectan la eficacia de los hongos para el control de insectos de
suelo se pueden dividir en:
36
Hypocrella y Myriangium.
Los hongos Muscardinos pertenecen a la clase Deuteromycetes, donde se
encuentran los géneros Beauveria y Metarrhizium, llamándoles “muscardina blanca” y
“muscardina verde” respectivamente. Beauveria bassiana es un hongo que inicialmente se
halló infectando al gusano de la seda, parece ser muy eficaz con poblaciones bajas de
mosca blanca y bastante estudiado en el control biológico. Se comercializa actualmente
como bioinsecticida.
37
ocasionalmente, en el control de trips.
La dispersión de L. muscarium en el medio se realiza a través de conidiosporas. A
diferencia de otros hongos entomopatógenos, L. muscarium puede producir esporas sobre
insectos vivos, aunque esto es raro; las esporas se forman normalmente una vez que el
hongo ha matado al insecto, o sobre insectos que han muerto por otras causas. L.
muscarium no se puede dispersar rápida o eficazmente dentro de una población plaga
porque las esporas no son transportadas por el aire. Las esporas tienen una cubierta mucosa
y se dispersan, bien por medios mecánicos o bien por el agua. En concreto, por
salpicadura de gotitas de agua, por contacto directo con un organismo contaminado o por
medio de organismos vectores. Esto último puede suceder, por ejemplo, si las
conidiosporas se adhieren a hormigas, tras lo cual pueden ser transportadas a través de
distancias considerables. Sin embargo, la infección se dispersa, principalmente, a insectos
no infectados en el entorno inmediato. Aunque en teoría parecería probable que se
produjera una epidemia al aparecer una infección en una población, en la práctica esto sólo
ocurre con densidades de infección muy altas y en condiciones climáticas muy favorables
(es decir, alta humedad). En la práctica, tales situaciones rara vez se presentan. Para que el
hongo se establezca eficazmente, la aplicación se debe repetir varias veces hasta que casi
todos los insectos están muertos. Si se presenta un resurgimiento de la plaga, se necesitarán
nuevas aplicaciones.
Morfológicamente, todas las cepas de L. muscarium se parecen mucho entre ellas,
sólo puede diferir grandemente su poder patógeno sobre cierto insecto plaga. La mayoría
de las razas que forman esporas pequeñas (Fig. 9) (aproximadamente 3-5 µm) son muy
eficaces contra la mosca blanca, y en menor medida contra los trips. Las que forman
grandes esporas (unas 5-8 µm) son más eficaces contra áfidos y cochinillas. El hongo tiene
un aspecto algodonoso con un micelio blanco a amarillo (pálido), con ramificaciones que
forman (casi) ángulo recto entre ellas, los "conidióforos". Sobre estos conidióforos están
siempre las esporas, cubiertas por una capa mucosa. Dependiendo de la raza y de si forma
esporas grandes o pequeñas, una "cabeza" de esporas puede contener hasta 25 esporas.
38
crisantemos. El producto fue llamado Vertalec® y lanzado en 1981 en el Reino Unido.
Actualmente, la cepa. L. muscarium (Zare y Gams, 2001) utilizada contra mosca blanca
(Fig. 10) y en menor medida contra trips, se comercializa bajo el nombre de MYCOTAL®,
y el producto se halla registrado en España (Galeano et al., 2009) así como en diferentes
países de Europa y Norteamérica.
39
LOS HONGOS COMO BIOINSECTICIDAS
Las ventajas del uso de agentes de control biológico frente a productos químicos
son:
Dentro del marco del registro de productos microbiológicos, hay que decir que la
legislación europea existente en la actualidad tiene muy pocos productos registrados a base
de hongos. Se espera que en un futuro las directivas comunitarias europeas respecto a este
tipo de producto, puedan cambiar y ser más flexibles como sucede en otros países como
Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda (Sempere y Santamarina, 2008). Mientras que
Estados Unidos posee 59 agentes de control biológico (206 plaguicidas), en Europa se
pueden contar con los dedos de la manos . Esta diferente situación es debida a la estricta
legislación europea (directivas 91/414/CEE, 2001/36/CEE, y 2005/25/CE) que exigen un
alto coste y un tiempo medio de evaluación del producto hasta su registro de unos siete
años motivada a que en otros países como Estados Unidos, estos formulados son tratados
40
como entidades biológicas y no como productos químicos.
En este sentido, la nueva directiva comunitaria (directiva 2009/128/CE sobre el
uso sostenible de los fitosanitarios) y el nuevo reglamento nº 11007/2009 relativo a la
comercialización de productos fitosanitarios, va a cambiar el panorama y, en lo que
respecta a los productos fitosanitarios, va a agilizar el registro y crear un marco de trabajo
en línea con una agricultura sostenible que priorizará el uso de los productos biológicos.
Hasta la fecha en España, las empresas interesadas en registrar una materia activa
(microorganismo) o producto formulado debían presentar a una comisión formada por
miembros de todos los estados europeos de la comunidad (UE), un dossier de registro de la
materia activa o microorganismo y del producto formulado a comercializar. Este dossier
consta de tres apartados fundamentales: a) descripción (físico-química, microbiológica,
molecular); b) actividad fitoterapéutica (ensayos de eficacia); y c) seguridad (estudios de
toxicología y ecotoxicología). Inicialmente se elige un país de la Unión Europea que actúa
como RMS (Raporteur Member State) el cual evalúa y aprueba el dossier elaborando una
monografía basada en éste. Posteriormente eran enviadas distintas copias a una comisión
constituida por representantes de cada uno de los 25 (ahora 27) países miembros de la UE,
así como de la Agencia europea de Seguridad Alimenticia (EFSA) actuando como ponente
el país como RMS. Con la nueva normativa el registro de la materia activa a nivel europeo
no tiene muchos cambios pero si el registro del preparado o formulado, con lo cual
disminuye la carga administrativa que alargaba el proceso de registro enormemente y
permitirá junto con el sistema zonal la disponibilidad de un mayor número de productos
fitosanitarios biológicos.
Parece que se abre un futuro más razonable para este tipo de productos en la UE y
finalmente se pueda simplificar el registro y facilitar el desarrollo de pequeñas y medianas
empresas que se encarguen de su comercialización, así como aumentar el número de
productos de formulados registrados. Esto es el futuro, que no la situación actual en el
mundo del registro de productos microbiológicos, y que se encamina a una Gestión
Integrada de Plagas (GIP) entendida en el sentido amplio, donde se incluyen distintas
disciplinas biológicas, agronómicas, técnicas, genómicas, bioquímicas, socieoeconómicas
y ecológicas, que llevará al año 2014 en el cual la agricultura que no se acoja al GIP ya no
tendrá cabida.
BIBLIOGRAFÍA
41
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42
ESTUDIO E IDENTIFICACIÓN BAJO LUPA DE
NEMATODA Y FUNGI
Magdalena Galeano
Diagnostic characters. Ratios and abbreviations used in the following key are: E% = EP/T x 100 (EP =
distance from anterior end to excretory pore; T = tail length); GS% = gubernaculum length divided by
spicule length x 100; IJ = infective juvenile.
4- In IJ, E% > 120, c > 7; lamina of spicule with ventral expansion H. argentinensis.
4’- IJ, E% < 120, c < 7; lamina of spicule without ventral expansion 5.
5- IJ body length averaging 654 um, E% about 96, c about 6.1; male body width averaging 51 m,
spicule length averaging 45 um H. marelatus.
5’- IJ body length averaging 685 um, E% about 108, c about 6.6; male body width averaging 41 m,
spicule length averaging 51 um H. zealandica.
43
IDENTIFICACIÓN DE ESPECIES DE STEINERNEMA
2- Body length of IJ 769 (648-873) um, spicule length 65 (53-70) um SW=2.22 (2.18-2.26)
S. bicornutum.
2’- Body length of IJ 706 (691-800) um, spicule length 71 (54-90) um SW=1.4 (1.0-2.0)
S. ceratophorum.
5- Tail of IJ 67-88 um 6.
5’- Tail of IJ >90 um 8.
44
11- Spicule head as long as wide, spicule length 49 (42-53) um, body length averaging 951 (797-
1102) um S. kraussei.
11’- Spicule head 1.5-2.0 times as long as wide, spicule length 70 (65-77) um, body length
averaging 849 (736-950) um S. feltiae (=bibionis).
12- Body length averaging 980 (820-1110) um; spicule lengt 71 (65-73) um S. oregonense.
12’- Body length averaging 932 (876-982) um; spicule length 83 (73) um S. karri.
14- IJ tail length 77 (71-95), E%=76 (63-86), c=9.3 (7.6-11.1); in male D%=55 (49-61)
S. monticolum.
14’- IJ tail length averaging 62 (maximum 74), E%>94, c>10; in male D%>60
15.
15- Spine-like structure inside IJ tail tip; mucron present, small S. affine.
15’- No spine-like structure inside IJ tail tip; mucron absent 16.
18- Average body length 446 (398-495) um, tail length 36 (31-41) um S. siamkayai.
18’- Average body length about 510 um or more, tail length 50 um 19.
19- First generation male without mucron; spicule length 69 (58-75) um, SW=1.56 (1.44-1.57); in
IJ, E% averaging 88 S. ritteri.
19’- First generation male with mucron; spicule length 47 (42-52) um, SW = 0.94 (0.91-1.05); in
IJ, E% averaging 72 S. rarum.
21- Body length of IJ averaging 589 (424-662) um, spicule length/spicule width about 3.9 (3.6-4.3)
S. kushidai.
21’- Body length of IJ averaging 541 (496-579) um, spicule length/spicule width about 5.1 (4.7-
5.8) S. abbasi.
22- Spicule length 83 (72-92) um, spicule shaft prominent, SW ratio averaging 2.52 (2.04-2.80),
female with large, double-flapped epiptygma S. scapterisci.
22’- Spicule shorter, female without epiptygma 23.
23- Body length about 558 um, spicule length 66 (58-77) um, spicule shaft very short, SW ratio
averaging 1.72 (1.40-2.00) S. carpocapsae.
23’- Body length 530 um, spicule length 77(71-84) um, spicule shaft long, SW ratio averaging
2.0 S. tami.
45
To identify species of Steinernema and Heterorhabditis, the following should be considered (By Khuong B.
Nguyen, Entomology & Nematology Department, University of Florida):
• IJ morphometrics usually are insufficient for species identification, and male and female
characteristics must be considered.
• IJ produced on artificial media (laboratory reared or commercial products) are shorter (rarely
longer) than those produced in vivo, and usually do not meet the criteria of the original description.
Males and females collected 4 or 5 days after the host dies, and IJ collected for one week after they
first appear from cadavers, usually meet original species descriptions.
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IDENTIFICACIÓN DE FUNGI
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63
EJEMPLOS PRÁCTICOS DE CONTROL BIOLÓGICO POR NEMATODA Y
FUNGI ENTOMOPATÓGENOS
64
BACULOVIRIDAE EN EL CONTROL BIOLÓGICO DE PLAGAS
Salvador Herrero
Universitat de València
Facultad de Biología
Departamento de Genética
Dr. Moliner 50
46100 Burjasot (Valencia)
e-mail: sherrero@uv.es
65
BIOLOGÍA DE BACULOVIRUS
El proceso infectivo de baculovirus seguirá una serie de etapas que irán desde la
ingestión del cuerpo de inclusión por parte de la larva del insecto hasta su liberación y
diseminación de los nuevos baculovirus. A lo largo de dicho proceso, el insecto mostrará
una serie de síntomas. Con el desarrollo de la infección, se observa un cambio de
coloración de la larva debido principalmente a una acumulación de los cuerpos de
inclusión en sus tejidos. Además, los insectos disminuirán su movilidad, perderán su
apetito, retrasarán su desarrollo y finalmente adquieren una consistencia muy flácida. En el
caso concreto de los lepidópteros, las larvas tienden a desplazarse hacia las partes
superiores de la planta donde finalmente morirán y quedarán colgando.
El ciclo infectivo de baculovirus comenzará, entonces, con la ingestión de los
OBs presentes en los alimentos ingeridos por la larva (Fig. 2). Una vez en el intestino
medio del insecto y por la acción conjunta de proteasas intestinales y el pH alcalino del
intestino, la proteína principal que compone dichos OBs (poliedrina o granulina) se
solubilizará liberando al lumen intestinal las nucleocápsides del tipo ODVs. Estos viriones
atravesarán la membrana peritrófica del intestino para unirse por fusión a las células de la
membrana epitelial del intestino medio del insecto y facilitar su entrada en el citoplasma
celular. Una vez dentro de la célula se dirigirán hacia el núcleo celular donde se liberará el
DNA. Este hecho marcará el comienzo de la transcripción de los genes virales dando lugar
a la generación de una nueva progenie viral y el fin de lo que se denomina infección
primaria. La posterior diseminación de los nuevos virus (brotados a partir de las primeras
células infectadas) al resto de tejidos del insecto es lo que se conoce como infección
secundaria. Aunque existen ciertas lagunas sobre las vías principales de diseminación de
los virus parece ser que la nueva progenie de nucleocápsides (en esta caso BV) se
diseminarán a través de la hemolinfa del insecto hacia el resto de tejidos. En este caso, la
entrada se produce por endocitosis. Durante el proceso de infección secundaria comienza
la inclusión de nucleocápsides formando la nueva generación de cuerpos de inclusión que
se irán liberando progresivamente por la ruptura de las membranas celulares. Finalmente,
el insecto muere y se produce la lisis del tegumento y licuefacción de la larva con la
consecuente liberación al medio de nuevos cuerpos de inclusión que servirán como inóculo
para nuevas infecciones (Para una revisión extensa, (Caballero et al., 2001).
66
cuando mayor sea el espectro de insectos para los que un baculovirus concreto sea capaz
de infectar, mayor será su patogenicidad. La forma más común de medir este parámetro es
mediante el calculo de la Concentración o Dosis que mata el 50% de los insectos expuestos
(LC50 o LD50, respectivamente). En cambio, la virulencia hace referencia al grado de daño
producido por el baculovirus. Tradicionalmente, el parámetro más empleado para el
cálculo de la virulencia es el tiempo letal medio (LT50). Este parámetro nos da una estima
del la relación entre la mortalidad y el tiempo transcurrido desde la administración del
baculovirus.
Existen numerosas técnicas para la cuantificación de la capacidad insecticida de
baculovirus. Todas ellas consisten en exponer a las larvas a diferentes concentraciones de
poliedros o gránulos y bien medir el efecto para varias dosis transcurrido un tiempo
determinado (cálculo de la patogenicidad) o bien en medir los cambios de mortalidad en
función del tiempo transcurrido. La mayores diferencias se encuentran en los métodos
empleados para administrar el patógeno. Existen métodos en los que se les suministra a las
larvas una cantidad discreta de baculovirus y otros en los que el suministro es continuo
durante la duración del ensayo. Entre los métodos discretos destaca el “método de la gota”
en la que se prepara el baculovirus en una solución azucarada y que contiene un colorante
inerte. Eso permite hacer atractivo el alimento para la larva y posteriormente poder
discriminar entre las larvas que se han alimentado en función de la coloración de su
intestino (Fig. 3). Con este sistema el parámetro variable no es la dosis de baculovirus
ingerida, sino la concentración de baculovirus en la mezcla. Alternativamente se pueden
incluir cantidades conocidas de baculovirus en pequeños pedazos de dieta y realizar el
bioensayo sólo con aquellas larvas que ingieran toda la cantidad de dieta suministrada y
que serán pasadas a una dieta no contaminada. En este caso, se conoce exactamente la
dosis de baculovirus ingerida por el insecto. Entre los métodos continuos, los más
ampliamente utilizados son aquellos en que o bien el virus se incorpora mezclado a la dieta
que se emplea para el crecimiento de la larva o bien se extiende en la superficie de la dieta.
Este último caso no es válido para insectos cuyas conductas alimenticias impliquen el
introducirse en el interior de la comida, ya que en esos casos no hay contacto con el
baculovirus (Munoz et al., 2001).
67
de restricción (REN). Estos análisis permiten distinguir entre diferentes especies de virus,
los cuales prácticamente no tendrán ninguna banda en común y diferentes aislados o
genotipos del mismo virus que compartirán la gran mayoría de las bandas originadas (Fig.
4).
La diversidad genética de baculovirus también se ve reflejada en otro aspecto
como es la diversidad en cuanto al número y características de los genes que podemos
encontrar en su genoma. Los baculovirus tienen es sus genomas, como promedio,
alrededor de 100 pautas de lectura abiertas (ORFs, del inglés “open reading frames”), lo
que supondría la presencia hipotética de aproximadamente 100 proteínas. De estos genes,
se ha observado que alrededor del 60% de ellos están presentes en todos los baculovirus
analizados, considerándose estos los genes mínimos de baculovirus (Fig. 5). Aparte de
esos genes, se han encontrado una serie de genes que son específicos de cada baculovirus y
a los que se le supone una función auxiliar en el proceso de infección y multiplicación.
Algunos de estos genes han sido estudiados con mayor detenimiento debido a su
posible implicación en el modo de acción de baculovirus o por sus peculiaridades. Por
ejemplo, en baculovirus podemos encontrar genes que codifican para las denominadas
“proteínas Pif” (del inglés, “per os infectivity factor”) (Kikhno et al., 2002). Se ha
observado que estas proteínas, resultan esenciales para que baculovirus sea infectivo
cuando es ingerido por el insecto, pero no tiene ningún efecto en la infección de
baculovirus cuando este es administrado mediante inyección en la hemolinfa. Así,
variantes de baculovirus que carecen de alguna proteína Pif son incapaces de ser
transmitidos horizontalmente. Otra familia de genes interesantes que se encuentra en
algunos baculovirus son los que codifican para la proteína p35 (Clarke & Clem, 2003).
Diversos estudios han demostrado que la proteína p35 actúa como un inhibidor de la
apoptosis en las células infectadas. Esto permite al virus bloquear la respuesta celular del
insecto (que tendría como consecuencia la entrada en apoptosis de las células infectadas) y
por tanto mantener su replicación en las células del insecto. Otro gen de baculovirus es el
que codifica para la proteína Egt (ecdisteroide UDP glucosiltransferasa) que es un enzima
con capacidad de hidrolizar y en consecuencia inactivar la hormona del insecto ecdisona
(Evans & O'Reilly, 1999). Por tanto, la infección de baculovirus aumentará la presencia de
Egt y reducirá la concentración de ecdisona activa en la larva. Con ello, el virus consigue
evitar la pupación del insecto y así prolongar el estadio larvario y extender el periodo en el
que el virus se puede multiplicar. Se ha observado que mutantes deficientes para el gen
Egt, tienen una mayor virulencia acortando el tiempo necesario para matar el insecto
infectado. Otro gen que se ha descrito recientemente en algunos baculovirus es el que
codifica para una metaloproteasa llamada “Enhancina” (Lepore et al., 1996). Esta enzima
actúa rompiendo la estructura de la membrana peritrófica (membrana de mucina que
recubre el epitelio intestinal del intestino), aumentando así el número de viriones que
pueden acceder al epitelio intestinal y en consecuencia, la patogenicidad de baculovirus.
Es bastante conocida la capacidad que tienen los baculovirus de inducir el
movimiento de las larvas infectadas hacia la zona apical de la planta. Esto, se supone,
facilitará la diseminación de los nuevos OB formados en la larva infectada. Recientemente
se ha descrito, en el baculovirus del gusano de seda (BmNPV) un gen, que codificada para
una tirosina fosfatasa y cuya actividad es la responsable de inducir esa mayor movilidad en
las larvas infectadas (Kamita et al., 2005).
68
APLICACIONES DE BACULOVIRUS AL CONTROL DE PLAGAS
69
el control de esta plaga que los plaguicidas químicos convencionales en las condiciones de los
invernaderos de Almería. Este insecto, que es uno de los más importantes problemas en la
producción hortícola en invernadero, ha desarrollado resistencia a un gran número de
insecticidas que se venían empleando para su control. Debido a esto, al buen funcionamiento
del baculovirus, y la creciente participación de los agricultores a los programas de control
biológico, para la campaña 2008, la demanda existente de producto basado en el SeMNPV en
la zona almeriense se prevé que supere las 10.000 hectáreas de invernadero a tratar.
Un contexto en el que baculovirus resulta de gran utilidad es en el control de
plagas forestales. Dos peculiaridades de las zonas forestales como son la necesidad de
preservar los insectos nativos y reducir el uso de insecticidas de amplio espectro unido al
hecho de que los árboles toleren unos mayores niveles de deforestación han fomentado el
empleo de baculovirus en estos hábitats. Así, se está empleando distintos baculovirus para
el control de plagas forestales como Lymantria dispar (la palomilla gitana), Orgya
pseudotsugata o la procesionaria, Thaumetopoea pityocampa con sus baculovirus
(LdMNPV, OpMNPV y TpNPV, respectivamente). Cabe también destacar el empleo que
se esta haciendo de baculovirus (NsNPV) para el control del himenóptero Neodiprion
sertifer en bosques de pinos canadiense y europeos.
En los últimos años y con el desarrollo de las técnicas de ingeniería genética con
baculovirus se está explorando la posibilidad de minimizar las principales limitaciones de
baculovirus mencionadas anteriormente (modo de acción lento y estrecho espectro de
toxicidad) mediante el empleo de baculovirus recombinantes. En este sentido cabe destacar
los logros alcanzados en disminuir el tiempo necesario para matar las larvas, es decir, en
aumentar su virulencia. Por ejemplo, comparados con el virus normal, virus recombinantes
donde se ha deleccionado el gen para el enzima Egt, tienen un reducción de
aproximadamente el 20% en los valores de TL50, y del 40% de la cantidad de alimento
consumido por el insecto. Como contrapartida, el número de virus producidos por los
insectos infectados también se veía reducido. En otro caso, se ha integrado en el genoma
de baculovirus el gen que codifica para la neurotoxina con actividad insecticida AaIT del
escorpión Androctonus australis. Esta toxina, actúa sobre los canales neuronales del sodio
induciendo la parálisis del insecto. Se ha observado que insectos infectados con
baculovirus en los que esta neurotoxina se expresa activamente, mueren un 25% más
rápido y consumen aproximadamente un 50% menos de alimentos. Resultados similares se
han obtenidos con la expresión de otras neurotoxinas. Todo esto parece indicar que el
desarrollo de baculovirus recombinantes es una vía abierta para la mejora de baculovirus,
no obstante serán motivos ecológicos y políticos los que finalmente determinarán, en un
futuro, su uso generalizado en el control de plagas (Szewczyk et al., 2006).
70
los insectos para desarrollar resistencia a baculovirus.
El caso más documentado de resistencia a baculovirus en laboratorio hace
referencia a los trabajos realizados con distintas poblaciones de A. gemmatalis (Moscardi,
1999). Mediante selección artificial con AgNPV durante varias generaciones se obtuvieron
niveles de resistencia en algunas poblaciones de entorno a un factor superior a 3000. Esto
quiere decir que la dosis de virus necesaria para matar el mismo porcentaje de insectos era
3000 veces superior en la población resistente que en una población susceptible que no
había sido nunca expuesta a baculovirus.
Otro caso documentado de resistencia ha sido en Phthorimaea operculella, donde
se alcanzaron niveles de resistencia en torno a un factor 140 (Briese & Mende, 1983).
Recientemente, tras detectarse fallos en el control de la palomilla de la manzana, C.
pomonella mediante su granulovirus (CpGV) en huertos de manzano en Alemania, se
observo que algunas poblaciones de dicho especie tenían niveles de resistencia superiores a
las 1000 veces. El estudio de estas poblaciones demostró que la resistencia era un carácter
con un patrón de herencia dominante y ligada al sexo (Asser-Kaiser et al., 2007). Esta
herencia dominante hace prever un rápido incremento en los niveles de resistencia al
CpGV. Afortunadamente, ya se han identificado otros aislados del CpGV, procedentes de
otras partes del mundo, para los cuales estas mismas poblaciones no han mostrado
resistencia (comunicación personal).
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72
73
74
BACTERIAE EN EL CONTROL BIOLÓGICO DE PLAGAS
David Bravo
INSECTICIDAS BIOLÓGICOS
El control efectivo a la vez que compatible con la gestión y conservación del medio
ambiente, de las larvas de dípteros hematófagos, tales como mosquitos (Diptera: Culicidae)
y moscas negras (Diptera: Simuliidae), es posible en la actualidad. El desarrollo de
bioplaguicidas entomopatógenos, principalmente los basados en cepas de Bacillus
thuringiensis ser. israelensis (Bti), ha proporcionado una alternativa real a nivel mundial
para el control de vectores con insecticidas químicos convencionales, destacando por su
espectro de acción y especificidad.
Se puede entender por insecticida biológico (de Liñán, 1997) aquel que procede o se
extrae, mediante procedimientos que no cambien la composición química, de un ser vivo,
incluyendo entre los seres vivos a las bacterias, virus y entidades similares, pudiendo estar
constituido por toda o parte de la sustancia extraída, concentrada o diluida y adicionada o no
de los necesarios coadyuvantes. Si contuviera alguna sustancia activa de otro origen, el
conjunto, no sería considerado como insecticida biológico.
También se denominan plaguicidas microbianos (Frutos, 1994). El más conocido y
empleado de este grupo de insecticidas es el Bacillus thuringiensis, descubierto en 1915, que
tiene distintas variedades o cepas que actúan contra las orugas (p.ej., kurstaki y otras), sobre
dípteros (israelensis) o coleópteros (San Diego). En este caso, podemos hablar de control
biológico aplicado, ya que implica un uso o manipulación de los enemigos naturales, para
diferenciarlo del natural (Rojo & Selfa, 2009).
El grupo de los Bacillus thuringiensis está compuesto de bacterias aeróbicas, Gram-
positivo, formadoras de endosporas, así como de un cuerpo proteínico cristalizado (cuerpo
parasporal) (Fig. 1). Las divisiones en subespecies se realizan en sueros de reacción antígeno-
anticuerpo, con respecto al flagelo.
La serología del cristal muestra una correlación directa con el espectro de toxicidad.
Existen cepas que producen hasta 7 compuestos tóxicos a lo largo de su ciclo biológico. Uno
de ellos, la beta-exotoxina, es termostable y puede resultar tóxico para aves y mamíferos. Las
cepas comercializadas en Europa occidental no producen esta beta-exotoxina.
La identificación serológica permite clasificar los distintos aislados de B.
thuringiensis en diferentes serovares. Cada uno de ellos incluye el conjunto de aislados que
tienen en común los factores antigénicos presentes en la proteína del flagelo o antígeno H. El
conjunto de serovares cuyos aislados comparten al menos uno de esos factores forma un
serotipo. La clasificación actual de B. thuringiensis abarca 69 serovares (Caballero & Ferré,
2001). El serovar israelensis y antígeno H 14, es el que presenta mayor actividad frente a las
larvas de mosquitos.
75
Figura 1. Bacillus thuringiensis.
En todos los casos, el modo de acción es el mismo: las esporas del bacilo, base de las
formulaciones, deben ser ingeridas por el insecto; todas ellas poseen una endotoxina (proteína-
cristal) que se desdobla en el intestino produciendo la parálisis del insecto, que cesa de
alimentarse. Es comparable a un veneno estomacal. El intestino sufre una disgregación celular
y el desarrollo del bacilo acaba produciendo la muerte del insecto. Aunque el B.th. es
conocido desde hace más de setenta años, hasta 1950 no se inició su empleo práctico, si bien
con un consumo muy escaso; fue necesario llegar a los años 70 para que adquiriese
importancia y comenzase a aplicarse de forma amplia en el control de plagas.
La bacteria no es capaz de perpetuar y expandir la enfermedad entre las poblaciones
de insectos, pero su persistencia varía desde 3 días hasta 6 semanas, dependiendo de las
condiciones ambientales. Las esporas son destruidas por la luz ultravioleta, lo que no ocurre
con los cristales. Los cristales son insolubles en el agua, y por lo tanto, esporas y cristales
constituyen un insecticida particular, formulado normalmente como suspensión concentrada
(SC), polvo mojable o emulsión, expresando su riqueza en % o millones de Unidades
Internacionales por gramo.
Es un insecticida específico cuya acción se ejerce sólo sobre determinadas especies o
grupos de insectos. La variedad kurstaki se ha empleado ampliamente en los tratamientos
forestales contra la procesionaria y también en algunas aplicaciones agrícolas (polillas de la
uva, Heliothis en el tomate, etc.). Se ha mezclado con estimulantes alimentarios como el
azúcar y en Estados Unidos se ha empleado junto a otros insecticidas, cosa que puede hacer
perder algunas de sus ventajas (ausencia de efectos en la fauna predadora y parásita, no ser
contaminante, etc.), a menos que se seleccione muy cuidadosamente el compañero o sustancia
sinergizante para que no existan efectos adversos.
76
Actualmente Bacillus thuringiensis está sujeto a un estudio intensivo-extensivo de su
comportamiento y utilidad. A través de los medios que proporciona la ingeniería genética, se
trabaja en el cambio de su mensaje genético con objeto de extender su actividad y se analiza la
relación entre la llamada proteína-cristal o toxina, las distintas estirpes, el posible cambio de
unas y otras, etc. También a través de la ingeniería genética, se ha trasladado su actividad
contra plagas a algunas plantas. No obstante, la Organización Mundial de la Salud ha
examinado exhaustivamente este tipo de insecticidas biológicos con el fin de determinar
posible efectos adversos sobre el medio ambiente y la salud humana.
Recientemente ha dejado de comercializarse otro entomopatógeno, el Bacillus
sphaericus, complementario del Bacillus thuringiensis israelensis para el control larvario de
determinadas especies de Culicidae en lugares de cría de aguas contaminadas.
Aunque brevemente, merecen citarse otros insecticidas biológicos que, si bien tienen
un mercado casi inexistente por ser sólo experimental, pueden verse ampliados en un futuro si
se resuelven los múltiples problemas que tienen planteados:
77
Aunque estas técnicas son experimentales, cabe esperar que puedan ser utilizadas en
un futuro próximo, aunque se presentan lagunas legales y existe cierto temor a la aparición de
efectos insospechados.
78
EFECTIVIDAD CONTRA MOSQUITOS Y SIMÚLIDOS
Culicidae (mosquitos)
Los resultados de los análisis de laboratorio muestran que las larvas de Aedes y de
Culex son más sensibles que las larvas de Anopheles. Esto es debido, probablemente, a los
hábitos particulares de alimentación de los mosquitos Anopheles en superficie. También se
han encontrado variaciones de sensibilidad a la bacteria entre cepas de la misma especie de
mosquito.
La temperatura del agua tiene una influencia moderada en la efectividad del Bacillus
thuringiensis serotipo H-14 var. israelensis, debido al mayor metabolismo y a la actividad de
alimentación de las larvas de los mosquitos con temperaturas más altas.
La salinidad del agua (por encima de 20 gr/l. de Cloruro Sódico) no parece tener
ningún efecto en la eficacia de la bacteria, pero se observó un descenso entre 8 y 9 veces, en
una primera formulación en polvo y cuando los ensayos se llevaron a cabo en aguas con
cantidades residuales de cloro. El cloro inhibe o destruye la delta-endotoxina.
Se ha observado también un 0% de mortalidad de larvas cuando en el agua existían
grandes cantidades de hierro. La forma del contenedor y la profundidad del agua, dentro de
unos límites, no ejercen influencia alguna en la efectividad de la endotoxina. Ello es aplicable
cuando el volumen de la suspensión se mantiene constante.
Muchos factores presentes en el agua, incluyendo materia orgánica, pueden afectar a
la actividad de Bacillus thuringiensis serotipo H-14 var. israelensis contra las larvas de
mosquitos. El lodo disminuye drásticamente la actividad de la bacteria. Idénticamente se ha
descubierto que la presencia o ausencia de tierra u otras partículas, afectan a la actividad de la
bacteria. El Bacillus thuringiensis serotipo H-14 var. israelensis fue, en agua destilada,
alrededor de 85 veces más activo que en aguas procedentes de charcas. La pérdida de
actividad se atribuye a la inactivación de los cristales tóxicos, al adherirse el cristal a los
materiales orgánicos de los sedimentos.
La luz solar puede anular la actividad tóxica debido a que los rayos ultravioleta
pueden tener efectos negativos.
La persistencia de la actividad está limitada a unos pocos días, y no se han
encontrado evidencias claras de efectos residuales o de reinicio del ciclo.
En cuanto a la mezcla con otros insecticidas químicos, se constató un efecto
sinérgico, de alrededor de dos veces, con el organofosforado Temephos, materia activa
retirada del mercado. Los compuestos piretroides, como la permetrina, actúan muy
rápidamente e interrumpen la alimentación de las larvas; la efectividad del Bacillus
thuringiensis ser. israelensis es disminuida en 0.8 veces.
79
Simuliidae (Simúlidos)
Los simúlidos o moscas negras, son molestos dípteros hematófagos de picadura muy
dolorosa e importantes vectores de enfermedades.
El Bacillus thuringiensis serotipo H-14 var. israelensis puede ser incluso más activo
contra los simúlidos que contra mosquitos. La causa puede deberse a que, como las larvas de
simúlidos se encuentran en aguas corrientes, no estancadas, y fijadas por una ventosa terminal
al sustrato, reciben una cantidad directa y continua, en un corto espacio de tiempo, del material
insecticida añadido al agua.
Las larvas jóvenes de simúlidos son más susceptibles al Bacillus thuringiensis
serotipo H-14 var. israelensis que las larvas mayores, muriendo alrededor de 45-60 minutos
después del tratamiento. La larva intoxicada no destaca inmediatamente del resto, lo cual
puede adelantar una desestimación de la actividad.
Como en el caso de las larvas de los mosquitos, los simúlidos tienen un pH del
intestino medio próximo a 10, suficientemente alto para liberar delta-endotoxina del cristal de
Bacillus thuringiensis serotipo H-14 var. israelensis. Larvas alimentadas con preparaciones
de esporas/cristal aparecen encogidas y exhiben parálisis general y espasmos, las células del
intestino ciego proliferan, llegando a ser pleomórfico, produciendo escasez de pelos
absorbentes y terminando en una desintegración y desprendimientos.
La temperatura puede afectar de una manera decisiva: incrementos en la temperatura
suponen a la vez incrementos en la mortalidad máxima de larvas de simúlidos. Así mismo,
estos incrementos en la temperatura permiten acortar los tiempos de exposición para alcanzar
estas mortalidades.
Las aplicaciones deben hacerse cuando no existan partículas en suspensión en los
ríos, como ocurre mientras está lloviendo.
La variable a tener más en cuenta a la hora de realizar un tratamiento es el caudal del
río, relacionado con la sección y la velocidad de transporte del curso de agua.
Diversos estudios se han llevado a cabo con Bacillus thuringiensis serotipo H-14 var.
israelensis para determinar su toxicidad y seguridad ambiental. Los resultados se resumen en
la (Fig. 2).
Invertebrados
Los amplios estudios realizados sobre el tema demuestran la inocuidad del Bacillus
thuringiensis serotipo H-14 var. israelensis para la gran mayoría de especies de insectos.
El predador de mosquitos, Toxorynchites splendens, no resultó afectado por el agua
tratada con Bti, ni por la ingestión de larvas de mosquito intoxicadas.
No se han encontrado efectos tóxicos en estudios realizados con Bombix mori
(gusano de seda).
En relación a las abejas no se ha encontrado ningún efecto tóxico sobre las mismas,
ni ha habido una disminución en la fabricación de miel o en su calidad.
A modo ilustrativo, en test de seguridad no se han detectado efectos nocivos sobre
los siguientes órdenes de invertebrados:
80
• Crustacea: Artemia salina, Cyclops spp. (copépodos), Daphnia magna, Gammarus
pulex (amfípodos).
• Coleoptera: Hydrophilus triangularis
• Diptera: Musca domestica
• Ephemeroptera: Ephemerella spp.
• Odonata: Anax spp.
• Plecoptera: Neoperia spp.
• Trichoptera: Hydropsyche bretteni
• Hemiptera: Notonecta spp.
• Lepidoptera: Ephestia kuehniella
• Tubellaria: Dugesia spp.
• Mollusca: Physa spp.
81
Vertebrados
Los estudios toxicológicos llevados a cabo con Bacillus thuringiensis serotipo H-14
var. israelensis en animales de laboratorio, usando diferentes vías de administración
(subcutánea, oral, inhalación, ocular, escarificación) demuestran que no es tóxico para los
mamíferos. No hay toxicidad aguda ni crónica.
Entre los grupos zoológicos estudiados citar:
ESTABILIDAD
82
Actúa por ingestión sobre los estados larvarios, siendo más efectivo contra los
primeros, pudiendo ser controladas las de cuarto estado aumentando las dosis antes de que
cesen de alimentarse.
La bacteria produce dos cristales proteicos de 51.4 y 41.9 kDa, siendo esta última
altamente eficaz contra Culex spp. Otras proteínas también pueden contribuir a la actividad
insecticida.
Después de la ingestión, los cristales de proteína tóxicos son disueltos en el
alcalino tracto intestinal por las proteasas. La muerte acontece, normalmente, dentro de las
24-48 horas.
Varios estudios han concluido en un posible reciclado y persistencia en el medio
de Bacillus sphaericus (Fig. 3). En algunos casos se le ha dado mucha importancia a la
persistencia basada en las esporas presentes en el sedimento, pero otros factores tales como
los cadáveres de las larvas, la influencia de otros organismos filtradores y el medio físico,
deberían tenerse también en consideración. En definitiva, la actividad residual depende
más de la concentración inicial del producto y de la persistencia de las esporas que del
reciclado. La persistencia abarca un rango de entre 2 días y 4 semanas.
Numerosos estudios de campo han mostrado que es necesario multiplicar las dosis
de aplicación entre 2 y 5 veces en lugares con alta carga orgánica, en comparación con
aquellos donde ésta es baja.
Bacillus sphaericus y Bacillus thuringiensis israelensis son complementarios en
su actividad.
Ambientalmente, su efecto sobre el resto de fauna es nulo, incluyendo larvas
parásitas, predadores como Toxorynchites spp., otros insectos acuáticos y crustáceos,
moluscos, peces, anfibios, aves y mamíferos (incluido el hombre).
83
DESVENTAJAS
REGISTRO
84
RESISTENCIA
CONCLUSIONES
Los patógenos constituyen un arma eficaz y respetuosa con el medio ambiente, pero
siempre hemos de tener en cuenta que nos enfrentamos a un enemigo muy poderoso, dado su
grado de adaptabilidad.
Las casas comerciales han apostado por este tipo de larvicidas, con su inclusión en las
listas comunitarias y con el registro de nuevos formulados, motivado seguramente por la
sensibilización mundial respecto al medio ambiente.
Con estos larvicidas, se puede conseguir la ansiada compatibilidad entre la
conservación de espacios naturales y la presencia humana. Las otrora habituales desecaciones
de zonas húmedas en aras del “bien común” y para la erradicación del paludismo o con fines
agrícolas y urbanísticos, han reducido la extensión de los humedales, sobre todo los costeros, a
escala nacional. Hoy en día, la escasez de estos humedales ha llevado a su protección.
Un caso concreto y actual, es el programa de control de mosquitos que se está llevando
a cabo desde 2002 en el Parque Natural del Hondo en Elche (Alicante). Se trata de una zona
húmeda de primera magnitud a nivel europeo, por su riqueza sobre todo ornitológica. Este
amplio espacio natural está sometido a una gran presión urbanística, habiendo problemática de
mosquitos debido a la multitud de focos de cría existentes en el mismo, sobre todo saladar
inundable. La aplicación de este programa de control, basándose en la catalogación y
conocimiento de focos y en la aplicación exclusiva de entomopatógenos bacterianos, ha
obtenido resultados ciertamente esperanzadores.
Las infecciones transmitidas por mosquitos son todavía excepcionales en Europa y
América del Norte. Sin embrago la preocupación es creciente a nivel internacional a medida
que el comercio y los viajes internacionales favorecen la introducción de vectores, siendo el
caso más conocido el del mosquito tigre asiático, vector de al menos 22 arbovirus incluyendo
los que causan el dengue y la chikungunya (Bennefoy, 2008).
Mientras que los años sesenta estuvieron marcados por un claro antagonismo
entre los partidarios del “todo químico” y los del “todo biológico”, el comienzo de los
setenta puso en marcha la integración de estos dos puntos de vista en el concepto de lucha
85
integrada (Ferron, 1994). Se entiende por ésta “el conjunto de métodos de lucha que
satisfagan a la vez exigencias económicas, ecológicas y toxicológicas, otorgando prioridad
al empleo deliberado de los elementos naturales de limitación y respetando los umbrales de
tolerancia”. Este concepto ha derivado en el Manejo Integrado de Plagas (Rojo & Selfa,
2009) como la estrategia de control más avanzada en la actualidad poniendo especial énfasis,
siempre que sea posible, en la prevención y anticipación de los problemas causados por las
plagas, utilizando principalmente métodos de control biológico y parabiológico.
En definitiva, el desarrollo de insecticidas entomopatógenos, básicamente el Bacillus
thuringiensis H-14 var. Israelensis, ha proporcionado nuevas alternativas para el control de
mosquitos resistentes a insecticidas convencionales, destacando además su alto grado de
especificidad, espectro de acción y compatibilidad con la protección del medio ambiente.
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87
ACARI EN EL CONTROL BIOLÓGICO DE PLAGAS
Francisco Ferragut
Universidad Politécnica
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos
Departamento de Ecosistemas Agroforestales
Camino de Vera, 14
46022 Valencia
e-mail: fjferrag@eaf.upv.es
INTRODUCCIÓN
Los ácaros que viven sobre las plantas, y en especial los ácaros fitófagos de la
familia Tetranychidae (Tetraníquidos) que son plagas muy importantes en numerosos
cultivos en todo el mundo, constituyen una rica fuente de alimento para numerosas especies
de depredadores, entre los que cabe destacar a varios grupos de insectos y algunos de ácaros.
Durante los últimos 50 años numerosos estudios han demostrado que una familia de ácaros,
los Fitoseidos (familia Phytoseiidae), son capaces de regular poblaciones de ácaros fitófagos,
despertando un gran interés por las posibilidades de su aplicación práctica en el control de
ácaros plaga en muchos cultivos. La aplicación de los Fitoseidos como agentes de control
biológico de otros ácaros y de pequeños insectos se está llevando a cabo, en estos momentos,
en muchos países y sobre distintos cultivos agrícolas, principalmente cítricos, frutales,
hortalizas en invernaderos, viñedos y cultivos tropicales.
Con los Fitoseidos se han utilizado los tres métodos que se aplican normalmente
para realizar programas de control biológico: introducción, conservación y aumento de
enemigos naturales. En la mayoría de los casos, los intentos de introducir especies
procedentes de áreas geográficas distintas y muy distantes no han tenido éxito debido a que
estos depredadores son muy exigentes en cuanto a las condiciones ambientales,
especialmente a la temperatura y humedad, y también a determinadas características de las
plantas hospedantes, como el porte de la planta o la estructura de las hojas, y las especies
introducidas no han podido adaptarse a las nuevas condiciones ni ejercer su acción de control
de las poblaciones de la plaga.
Los mayores esfuerzos se han centrado en aumentar las poblaciones de Fitoseidos
existentes en los cultivos mediante sueltas inoculativas de ácaros producidos y
comercializados por empresas que venden sus productos (en este caso enemigos naturales
vivos) en el interior de pequeños recipientes de plástico. El técnico o el agricultor vacía el
contenido de estos botes directamente sobre las plantas atacadas por los fitófagos y los
depredadores son capaces de reducir las poblaciones de la plaga en poco tiempo. Estas
técnicas han tenido mucho éxito en cultivos de invernadero del norte y centro de Europa, y
en la actualidad se aplican en superficies de varios miles de hectáreas. Entre las especies de
Fitoseidos que se comercializan destacan Phytoseiulus persimilis y Neoseiulus californicus
para el control de la araña roja Tetranychus urticae, y Amblyseius cucumeris para el control
del trips de las flores Frankliniella occidentalis, una plaga importante de cultivos hortícolas y
ornamentales que transmite el virus del bronceado del tomate. Sin embargo, la aplicación de
estos depredadores en los países mediterráneos y en concreto en España no ha tenido un éxito
88
comparable al de otros países europeos, a pesar del esfuerzo de técnicos y personal de las
propias empresas productoras. Entre las causas que se aducen para justificar estos fallos en el
control biológico se encuentran la escasa tolerancia de los depredadores a ambientes muy
cálidos y secos, como los que caracterizan al litoral mediterráneo, o el deficiente estado
sanitario de los especimenes que se sueltan sobre las plantas.
La fauna de ácaros depredadores en la región mediterránea es muy rica y abundante,
incluso sobre las plantas cultivadas. Por este motivo, las técnicas de conservación de las
especies de Fitoseidos autóctonas son muy adecuadas para el control de las plagas en algunos
de nuestros cultivos. Los mayores éxitos en la aplicación de estos depredadores en España se
han conseguido utilizando esta filosofía en los cítricos, donde Euseius stipulatus controla
eficazmente al ácaro rojo Panonychus citri, y en frutales, donde Amblyseius andersoni es
capaz de reducir las poblaciones del ácaro rojo de frutales Panonychus ulmi a niveles en los
que no puede hacer un daño económico. Las técnicas de conservación asumen que las
actividades humanas influyen de forma positiva o negativa en el potencial de estos
depredadores para controlar a sus presas, y por tanto busca conocer y modificar las prácticas
culturales para favorecer la acción de los depredadores. Desde el punto de vista científico,
estas técnicas son enorme-mente atractivas, ya que su aplicación exige conocer con detalle la
biología y ecología de las comunidades de ácaros de los distintos ecosistemas agrícolas y de
qué forma se pueden manejar las poblaciones y el medio para que los depredadores puedan
ejercer su acción.
ALIMENTACIÓN
89
La posibilidad de utilizar otros alimentos presentes en las hojas les permite permanecer
durante todo el ciclo vegetativo en la planta y poder responder a los crecimientos
poblacionales de la plaga cuando estos se producen.
REPRODUCCIÓN Y DESARROLLO
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA
90
• El alimento: Algunas especies se presentan en plantas en las que encuentran alguna
fuente de alimento favorable. Phytoseiulus persimilis y Neoseiulus californicus,
depredadores de la araña roja, viven preferente-mente en plantas herbáceas con
colonias de tetraníquidos, por lo que su distribución viene determinada, en parte, por
la de su presa.
Euseius stipulatus
91
Amblyseius andersoni
Este fitoseido, conocido antes Amblyseius potentillae, está distribuido desde el norte
y centro de Europa hasta los países mediterráneos. En España su área de distribución parece
restringida a algunas zonas del tercio norte de la península, siendo muy escaso o inexistente
en el resto (Fig. 2).
Su dinámica poblacional se ha estudiado con detalle en los manzanos de la
provincia de Lérida. El ácaro se encuentra sobre las hojas de mayo a octubre,
experimentando notables crecimientos poblacionales en los meses de verano, principalmente
julio y agosto, mientras que en el resto del periodo vegetativo predominan en el cultivo otras
especies de fitoseidos.
Es un fitoseido polífago, que se desarrolla sobre tetraníquidos, especial-mente
Panonychus ulmi, eriófidos y varios tipos de polen. Actualmente puede considerarse como
una pieza clave en el control integrado de Panonychus ulmi en la zona frutícola leridana. Es
capaz de controlar al ácaro rojo a bajos niveles poblacionales siempre que se empleen
plaguicidas poco tóxicos para el fitoseido, reduciéndose o eliminándose en algunos casos las
aplicaciones acaricidas. En Suiza y norte de Italia se han desarrollado líneas de este
depredador resistentes a algunos plaguicidas. El seguimiento de sus poblaciones en parcelas
comerciales y la toma de decisiones por parte de los técnicos en Producción Integrada sigue
una filosofía semejante a la expuesta en el caso de E. stipulatus.
92
en países del centro y norte de Europa, donde las sueltas se realizan en invernaderos cerrados
y con temperatura controlada.
Phytoseiulus persimilis
Neoseiulus cucumeris
93
Figura 1. Euseius stipulatus. Aspecto dorsal y ventral.
94
Figura 3. Neoseiulus californicus. Aspecto dorsal y ventral.
95
Figura 5. Neoseiulus cucumeris. Aspecto dorsal y ventral.
El ácaro rojo de los cítricos, Panonychus citri, es una plaga introducida que se
detectó por primera vez en España en 1981. Actualmente se considera una de las dos o tres
plagas más importantes del cultivo, junto a los Cóccidos y la mosca blanca, causando daños
importantes en todo tipo de especies y variedades, pero de manera especial en los naranjos
Navel y Valencia y en limoneros.
La evolución de las poblaciones de este ácaro sigue una pauta similar todos los años
(Fig. 6). Durante el invierno y la primavera se mantiene a niveles poblacionales muy bajos,
aumentando de forma espectacular a partir del mes de agosto, y alcanzando poblaciones muy
elevadas en septiembre y octubre. En esa época produce importantes daños en hojas y frutos
afectando a la producción. Posteriormente, sus poblaciones descienden por acción de los
enemigos naturales, o se mantienen durante los meses de invierno si la presencia de
depredadores se ve impedida por la aplicación de productos químicos.
Euseius stipulatus es muy abundante en invierno y primavera, alcanzando
importantes niveles poblacionales al estar alimentándose de otras presas o polen. Su
presencia en esta época impide el aumento de las poblaciones del ácaro rojo. A mediados de
julio sus poblaciones descienden de forma brusca debido a las altas temperaturas y bajas
humedades relativas que afectan a los fitoseidos, y no vuelven a recuperarse hasta finales de
septiembre u octubre. Es en esta época cuando se produce el pico poblacional de la plaga y
los daños más importantes.
96
10
P. Citri
número de ácaros por hoja
8 Euseius stipulatus
0 ene feb mar abr may jun jul ago sep oct nov dic
01- 31- 02- 01-abr 02- 01-jun 01-jul 01- 31- 30- 31-oct 30-
ene ene mar may ago ago sep nov
Figura 6. Evolución poblacional de Panonychus citri y Euseius stipulatus en parcelas de cítricos. Observar la
abundancia de fitoseidos en ausencia del ácaro rojo durante el invierno y la primavera, el incremento de la plaga
en ausencia de E. stipulatus, y su posterior recuperación y disminución del ácaro rojo durante el otoño.
Tabla 1. Protocolo del control integrado del ácaro rojo de cítricos Panonychus citri.
Seguimiento Observar formas móviles del ácaro rojo en las hojas jóvenes de la última brotación
totalmente desarrolladas y fitoseidos en las hojas del interior de la copa.
Muestreo
Semanalmente de agosto a octubre mirar 40 hojas en 10 árboles al azar por la parcela.
Anotar presencia-ausencia. El resto del año se muestrea sólo cuando se vean ácaros o
síntomas de daños.
Umbral de Si hay fitoseidos en más del 30% de las hojas no tratar.
tratamiento Si hay fitoseidos en menos del 30% de las hojas entonces tratar si:
• hay más de un 20% de hojas con ácaro rojo de agosto a octubre
• hay más de un 80% de hojas con ácaro rojo el resto del año.
Productos
Utilizar únicamente productos químicos que no sean muy tóxicos para los fitoseidos. Por
recomendados
ejemplo, aceite mineral de verano, hexitiazox y fenbutestan.
97
CONTROL BIOLÓGICO DEL ÁCARO ROJO SOBRE MANZANO EN CATALUÑA
98
1er. año 2º año
1000 1000
P. ulmi
Fitoseidos
100 100
P. ulmi
Fitoseidos
10 10
100 100
10 10
1 1
5º año
1000
P. ulmi
Fitoseidos
100
10
Figura 7. Dinámica poblacional de Panonychus ulmi y los Fitoseidos en una parcela de manzano a lo
largo de 5 años. En cada gráfico se ha representado la abundancia de ácaros (en escala logarítmica)
durante el periodo vegetativo (de mayo a octubre). Las flechas indican aplicaciones con acaricidas.
99
LIBROS DE ACAROLOGÍA GENERAL
100
Typhlodromus phialatus Athias-Henriot (Acari:Phytoseiidae) como depredadores del
ácaro rojo Panonychus citri (Acari:Tetgranychidae) en los cítricos españoles. Tesis
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102
ESTUDIO E IDENTIFICACION BAJO LUPA DE ACARI
Francisco Ferragut
DESCRIPCIÓN DE LA PRÁCTICA
103
Reconocimiento de los estados de desarrollo
Los fitoseidos son ácaros de tamaño pequeño, de unos 0,5 mm., visibles a simple
vista cuando se mueven sobre las hojas o cuando su color contrasta con el del medio en que
se encuentran. Su coloración suele ser blanquecina, aunque la transparencia de su tegumento
hace que aparezcan rojos o anaranjados cuando se han alimentado de araña o ácaros rojos, o
bien amarillentos cuando lo hacen de polen.
La característica más destacable cuando se les observa sobre las hojas es su
extraordinaria movilidad y rapidez, apreciándose su cuerpo aperado desplazarse por el haz y
el envés en busca de alimento. En su desplazamiento emplean seis de sus ocho patas,
mientras que el primer par, generalmente de mayor longitud que los otros, va palpando y
tanteando el terreno delante del ácaro, supliendo de esta forma la falta de antenas u otros
órganos sensoriales en estos animales.
En la parte anterior del cuerpo tienen las piezas bucales o quelíceros y los palpos,
estos últimos con función sensorial. Los quelíceros tienen forma de pinza y el ácaro los
emplea para sujetar, desgarrar y trocear el alimento. Los fitoseidos, como la mayoría de los
ácaros, son incapaces de ingerir alimentos sólidos, por lo que inyectan saliva a la presa para
104
realizar una predigestión y absorben este fluido a través de unos pequeños estiletes.
Quelíceros y palpos son las únicas estructuras que sobresalen del cuerpo de los fitoseidos,
además de las patas.
Los diversos estados de desarrollo presentan una forma externa parecida, aunque su
tamaño es muy distinto. La larva es de un tamaño similar al del huevo y se distingue por
poseer seis patas. Protoninfas y deutoninfas son ya octópodas y muy parecidas,
distinguiéndose por el tamaño ligeramente mayor de las últimas.
Machos y hembras difieren también en tamaño. Las hembras son sensiblemente
mayores y presentan en estado adulto el cuerpo aperado debido a la continua producción de
huevos, que son de gran tamaño y ocupan un volumen considerable en el cuerpo de la
hembra.
Los huevos son de forma oval, incoloros y de un considerable tamaño en relación al
cuerpo de la hembra, dotados de un brillo característico, excepto en Phytoseiulus persimilis
que son esféricos y de color anaranjado.
Neoseiulus californicus es el fitoseido más abundante sobre cultivos hortícolas y el
depredador más útil en el control biológico de la araña roja en estos cultivos. En el
laboratorio puede criarse en pequeñas bandejas de plástico con un fondo de algodón saturado
de agua y sobre unas hojas de judía que le sirven de sustrato. Periódicamente se le suministra
alimento que consiste en todos los estados de desarrollo de la araña roja Tetranychus urticae.
Phytoseiulus persimilis es el fitoseido que se comercializa por diferentes empresas
para combatir a la araña roja en cultivos de invernadero, aunque su aplicación y éxito en
España es limitado. Su cría en el laboratorio se realiza de forma similar a la descrita para N.
californicus.
105
CRIA MASIVA DE INSECTOS
EN EL CONTROL BIOLÓGICO DE PLAGAS
Jesús Selfa
INTRODUCCIÓN
106
Algunos motivos que sirven de justificación para la cría en masa son los
siguientes:
• Es una alternativa viable, incluso necesaria, a los plaguicidas. Sobre todo para la
puesta en marcha de programas de control biológico e integrado.
• Es una actividad que contribuye a la mejora medioambiental. Por una parte en los
procesos de producción no se contamina con vertidos peligrosos como ocurre en la
producción de productos químicos, y por otra, respeta la biodiversidad agrícola.
• Muchas plagas adquieren resistencia a los plaguicidas y es necesario que algo los
sustituya; los insectos útiles pueden ser unos buenos candidatos.
• No existe peligro de toxicidad para el aplicador cuando se realizan las sueltas.
• Tampoco hay problemas de residuos tóxicos en el producto agrícola con la
utilización de fauna útil por lo que no hay ningún peligro para los consumidores.
Esto favorece una mejora en la calidad de los alimentos.
• No hay riesgo de efectos secundarios, como ocurre con algunos productos químicos
que controlan una plaga y favorecen la aparición de otras.
• La cría en masa permite: (a) la suelta de un número suficiente de individuos para
colonizar una zona determinada, (b) disponer de material para colonizar una
variedad de medios diferentes en una región, y (c) repetir las colonizaciones en el
tiempo tantas veces como sea necesario.
107
En los casos de introducción de exóticos, la cría es compleja y cada especie
necesita ser criada durante al menos una generación como medida de cuarentena para
evitar parasitoides o hiperparasitoides. La importación de insectos exóticos consiste
simplemente de una pequeña muestra con muy pocos individuos, e incluso alguna vez se
ha realizado con sólo una hembra. Estas primeras generaciones con tan pocos individuos
tienen un mayor deterioro genético, y junto al hecho de poseer unas condiciones de cría
artificiales con elevadas temperaturas constantes, existen unas alteraciones en la biología y
comportamiento que hay que tener en cuenta a la hora del establecimiento de la especie en
la nueva zona. La cría será más o menos grande en función del poder de aclimatación y
eficacia que consiga la especie exótica introducida; puede actuar eficientemente y
establecerse en las nuevas áreas con sólo una pequeña colonización, o bien puede ser
imprescindible realizar repetidas colonizaciones para lo cual es necesario la cría masiva.
Como se ha comentado anteriormente, el objetivo principal de una cría en masa es
el de conseguir un control efectivo de la plaga. Quizás lo más importante sea acertar en la
elección de la especie adecuada.
Pero existen otros factores que influirán en la eficacia del insecto útil:
108
• Un área donde poder elaborar dietas artificiales; laboratorio.
• Un área para empaquetar y cargar para el transporte.
• Un vestuario para los trabajadores.
• Un almacén para utillaje y materias primas.
• Un recinto donde poder desinfectar materiales.
• Cámara o cámaras para guardar los insectos obtenidos hasta su utilización.
• Una oficina.
En cuanto a las áreas de cría, las más importantes, éstas son algunas
características que tienen que cumplir para evitar problemas:
COMENZAR
CONTROL DE CALIDAD
Es esencial mantener una "calidad" en este tipo de producto que será medible en
definitiva por su eficacia en campo. El principal problema que se puede presentar es un
deterioro genético en las crías masivas. Este deterioro repercute en la eficacia del insecto,
y puede afectar a la fecundidad, en la eficacia de búsqueda, la longevidad, etc. Por lo tanto
es necesario comenzar una cría con una población elevada (unos 1000 individuos), y
aportar periódicamente material capturado en campo para compensar ese deterioro.
También es importante disponer de unas condiciones en el insectario lo más similares a las
naturales, aunque hay tendencia a mantener temperaturas y humedades constantes con
109
intensidad de luz y fotoperíodos fijos.
La calidad en los insectarios está normalmente dividida en cuatro componentes:
• adaptabilidad,
• selección del hospedador,
• actividad sexual y
• movilidad.
PROBLEMAS
Debido a los muchos factores que influyen en los ciclos de vida de los insectos
útiles, la cría en masa es difícil y complicada. En la mayoría de casos, la producción
necesita del mantenimiento simultáneo de crías del insecto plaga presa/hospedador, la
planta asociada, y el mismo enemigo natural; una ruptura en la secuencia de cría y se
puede perder la población del parasitoide o depredador deseado.
Si los problemas se solucionan, miles de individuos se pueden producir para su
suelta. La cría de algunos enemigos naturales sobre la presa/hospedador natural es muy
cara o imposible de realizar por el riesgo de aparición de otras plagas o enfermedades. En
estos casos, la solución pasa por encontrar un medio artificial para la presa/hospedador u
otras presas/hospedadores no naturales. La desventaja de usar esta alternativa es la
posibilidad de que la preferencia hacia la presa/hospedador natural pueda ser alterada y la
eficacia en campo disminuya.
Los principales problemas podemos encontrarlos en la aparición de especies de
parasitoides que impidan la cría del depredador o de hiperparasitoides que impidan la del
parasitoide, problemas con hongos o ácaros por falta de ventilación adecuada o falta de
condiciones higiénicas mínimas, problemas en al almacenamiento de los enemigos
naturales antes de la suelta, etc.
COSTE
110
ALMACENAJE, TRANSPORTE Y SUELTA
111
BIBLIOGRAFÍA
112
TÉCNICAS DE CAPTURA, PREPARACIÓN
Y CONSERVACIÓN DE INSECTOS
Jesús Selfa
113
PRINCIPALES TÉCNICAS DE CAPTURA
Una vez obtenido el permiso oficial y definido el grupo de estudio, hay que elegir
la técnica de captura más adecuada para nuestros propósitos.
Las formas voladoras se han capturado, tradicionalmente, con manga
entomológica de malla fina. Los insectos que permanecen ocultos en la vegetación se
obtienen con manga de barrido (con malla mucho más consistente, y de embocadura
circular o triangular), o mediante el “vareo” utilizando una superficie recolectora (paraguas
articulado, sábana, etc.). Asimismo, la recolección a mano está indicada para las agallas y
estructuras minadas o similares. Finalmente, los grupos acuáticos se pueden recolectar por
medio de una manga de embocadura triangular.
El uso de mangas, en cualquiera de sus formas, tiene serias limitaciones en cuanto
a la eficacia numérica de las capturas. Para subsanar este hecho y, a la vez, disponer de
más información sobre la composición de las comunidades, se utilizan trampas entendidas
en sentido amplio.
Básicamente podemos dividirlas en dos grandes grupos: a) trampas activas, que
ejercen atracción mediante estímulos de distinta naturaleza como pueda ser la luz, los
colores, los olores u otros atrayentes químicos, y b) trampas pasivas, que interceptan o
retienen de manera fortuita, aprovechándose de ciertas características naturales de los
insectos.
114
a los machos.
5. Trampas de luz: son de uso habitual en la captura de insectos nocturnos o
crepusculares como algunos Lepidoptera, Coleoptera e Hymenoptera. La alta
iluminación puntual con respecto al ambiente circundante altera los mecanismos
fotorreceptores, haciendo que los insectos se dirijan hacia el foco de luz (hay que
recordar que los insectos presentan fototropismo positivo). Como fuentes de luz
más usuales se utilizan las lámparas de vapores de mercurio, los tubos fluorescentes
de luz actínica o ultravioleta, y las de luz negra. Un problema común a todos ellos
es el deterioro que sufren los insectos tras su captura, a no ser que en el recipiente
receptor haya un potente agente anestésico que inmovilice las presas al poco de ser
capturadas, para que con sus movimientos no se dañen el resto de individuos.
6. Trampa manitoba: diseñada principalmente para la captura de tábanos que son
atraídos por una esfera negra o roja suspendida por una cuerda en el centro de un
trípode. El cono superior del trípode se rodea con un plástico y en su vértice se
coloca el bote receptor.
7. Trampas de sonido: se ha demostrado que ciertos sonidos actúan como atrayentes
para mosquitos y probablemente para otros insectos, de igual manera que otros, se
utilizan como repelentes.
115
EN MEDIO LÍQUIDO
Lo ideal es conservarlos en alcohol al 70% con unas gotas de glicerina para evitar
el endurecimiento excesivo. Los recipientes deben cerrarse herméticamente para evitar la
evaporación del alcohol y la pérdida de material.
Posteriormente y antes de su almacenaje definitivo, se procederá al etiquetado del
material. Para ello, se indicarán en una etiqueta adhesiva, aplicada sobre el propio
recipiente, todos los datos de la captura previa: nombre de la localidad o punto de
muestreo, coordenadas de localización UTM, altura en msnm, fecha de captura, tipo de
hábitat y nombre del recolector (este último, seguido de la abreviatura leg., abreviatura de
“legit o legítimo de”).
EN MEDIO SECO
Es la forma más común y apropiada para conservar los insectos. Los ejemplares
pueden guardarse en triángulos de papel, en cajas entomológicas o en tubos con virutas de
corcho, pero siempre con la precaución de tenerlos en un ambiente seco y con alguna
sustancia que evite el ataque de hongos y parásitos.
En el caso de que no se quiera preparar rápidamente el material, se aconseja
también la congelación de los ejemplares vivos o recientemente muertos, ya que la
posterior descongelación reblandece las estructuras blandas y flexibles (membranas y
articulaciones), y por tanto el insecto puede manejarse fácilmente sin que se rompan sus
apéndices. Sin embargo, no deberá congelarse el material seco, puesto que la
descongelación no reblandece nunca as estructuras inicialmente secas.
Los insectos se montan sobre alfileres entomológicos (generalmente, de calibre 0
ó 1), en diferentes posiciones según el orden, dejando 2/3 del alfiler por debajo y 1/3 por
encima del ejemplar, y procurando que el mismo alfiler quede perpendicular al eje antero-
posterior del animal. Las patas y las antenas se colocarán de forma simétrica y recogidas
junto al cuerpo para evitar que se rompan al manejar el ejemplar, pero con la precaución de
que no enmascaren los caracteres diagnósticos. A este respecto, los extendedores
entomológicos facilitan mucho la preparación de las alas en algunos órdenes (e.g.
lepidópteros, ortópteros, neurópteros, odonatos, entre otros). Los ejemplares pequeños se
pueden clavar con minucias sobre un pequeño trozo de corcho, o incluso pegarse sobre un
triángulo o cartulina de montaje (el pegamento utilizado comúnmente está formado por
goma arábiga, glucosa, fenol y agua).
En el caso de que el material haya sido conservado en alcohol durante mucho
tiempo, o que por cualquier motivo se haya endurecido, pasaremos a reblandecerlo. Un
método sencillo consiste en colocar el material dentro de un tubo de cristal abierto en el
interior de un recipiente con arena húmeda, a la cual se le añaden unas gotas de fenol para
evitar el ataque de hongos.
De la misma forma que anteriormente, se procederá al etiquetado del material. En
este caso, todos los datos de la captura quedarán reseñados en una etiqueta de cartulina de
tamaño estandarizado, que deberá ir pinchada justamente por debajo del cuerpo del insecto
pero sin que ambos entren en contacto directo, es decir, colocada a una distancia que
permita su lectura directa.
Finalmente, todo el material deberá ser depositado en el interior de cajas
entomológicas provistas de un agente letal contra insectos parásitos.
116
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123
CLAVE DE IDENTIFICACIÓN DE LOS ÓRDENES DE INSECTOS
Jesús Selfa
1 Con alas. 2
1' Sin alas. 25
CON ALAS
2 Un solo par de alas bien desarrolladas, el otro ausente o transformado. 3
2' Dos pares de alas bien desarrolladas. 7
7 Alas estrechas con pelos en sus bordes. Tarsos con empodio grande. Thysanoptera
7' Alas normales sin pelos en sus bordes. Tarsos diferentes. 8
124
16 Alas con venación reticulada. 17
16' Alas con venación no reticulada. 23
18 Alas posteriores mucho más pequeñas que las anteriores. Abdomen terminado
en 2 ó 3 filamentos largos. Ephemeroptera
18' Alas anteriores y posteriores aproximadamente iguales. Abdomen sin
filamentos. Ojos compuestos prominentes. Odonata
20 Alas posteriores con la región anal bien desarrollada. Tarsos de 2-3 artejos.
Cercos largos y multiarticulados. Plecoptera
20' Alas posteriores sin la región anal bien desarrollada. Tarsos de 3 ó 5 artejos.
Cercos cortos o ausentes. 21
22 Area costal del ala anterior con numerosas venas. Sin cercos. Neuroptera
22' Area costal del ala anterior con solo 1 ó 2 venas transversales. Cercos cortos.
Cabeza con rostro vertical y aparato bucal masticador con piezas alargadas.
Mecoptera
24 Alas cubiertas con pelos finos y largos. Antenas tan largas o más que el
cuerpo. Trichoptera
24' Alas transparentes y sin pelos largos. Hymenoptera
SIN ALAS
25 Abdomen terminado en apéndices largos. 26
25' Abdomen no terminado de esta forma. 35
125
30 Apéndices con varios artejos. 31
30' Apéndices indivisos. 34
39 Base del pico extendiéndose entre las coxas anteriores. Abdomen con 2 tubos
cortos situados dorsalmente. Homoptera
39' Base del pico no alcanza las coxas anteriores. Abdomen sin tubos. Hemiptera
40 Piezas bucales entognatas. Tibias y tarsos fusionados. Con un aparato saltador Collembola
abdominal pregenital.
40' Piezas bucales ectognatas. Tibias y tarsos no fusionados. Sin aparato saltador.
41
42 Tarsos de 1 ó 2 artejos. 43
42' Tarsos de 5 artejos. 44
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130
131
HETEROPTERA EN EL CONTROL BIOLÓGICO DE PLAGAS
Francesc Gessé
C/ Major 9, 2º, 2ª
08860 Castelldefels (Barcelona)
e-mail: fgesse@xtec.cat
MORFOLOGÍA
132
Las patas se adaptan a los diferentes sistemas de locomoción, incluida la natación,
o a otras funciones (raptoras, cavadoras, etc.). Los tarsos están formados por 2 ó 3 artejos y
acabados en un par de uñas, y a menudo otras estructuras tarsales de valor taxonómico.
En el abdomen no hay ninguna particularidad destacable. Al final se localizan los
órganos reproductores, que son utilizados a menudo en la sistemática del grupo, sobre todo
en el caso del macho.
HÁBITAT
ALIMENTACIÓN
REPRODUCCIÓN
Acostumbra a ser sexual, con los sexos separados, y ovípara. Los huevos pueden
ser puestos en el interior de los tejidos vegetales, o bien superficialmente, ya sea también
en vegetales, debajo de las piedras, en la hojarasca o en el suelo. De estos huevos salen
ninfas. Habitualmente hay cinco estadios ninfales, de apariencia y régimen de vida similar
a los adultos, ya que tienen metamorfosis sencilla (heterometábolos). El número de
generaciones anuales es variable, igual que el estadio en el cual hibernan.
La utilización de feromonas se encuentra en diversas familias: Míridos, Ligeidos,
Pirrocóridos y Cimícidos. En el caso de las especies útiles se utilizan para incrementar su
presencia allí donde se desee, aunque hay que tener en cuenta que la traza de estos olores
puede servir de orientación para especies que depreden o parasiten a estos heterópteros.
133
Figura 1. Morfología general de un Heteróptero Miridae.
Figura 2. (I) Sección longitudinal de la cabeza. (II) Sección transversal de los estiletes.
(III) Estadios en la inserción de los estiletes.
134
CLASIFICACIÓN DE LOS HETERÓPTEROS
Una clasificación fácil, aunque artificial, es la que divide a los heterópteros según
su hábitat en tres grandes grupos:
135
HETERÓPTEROS Y CONTROL BIOLÓGICO DE PLAGAS
Entre los enemigos naturales de las plagas, los heterópteros son bien conocidos
por sus actividades depredadoras, tanto de los adultos como de las ninfas (Carayon, 1961).
Las familias más relevantes por dicha actividad son Anthocoridae, Lygaeidae
(Geocorinae), Miridae (Bryocorinae), Nabidae, Pentatomidae (Asopinae), Reduviidae y
Beritidae, aunque las más utilizadas en Europa desde el punto de vista comercial son sólo
tres (ver Tab. 1).
En los invernaderos de España, las dos plagas más problemáticas son la mosca
blanca y los trips, sobre todo por su actividad como vectores de virus, que provocan las
mayores pérdidas.
En el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) de Cabrils
(Comarca del Maresme, Barcelona), se están realizando muchos estudios en este sentido.
Los repetidos muestreos realizados sobre distintos cultivos han permitido encontrar una
serie de heterópteros muy útiles en la lucha integrada. Se han utilizado sobre todo los
Míridos Macrolophus y Dicyphus, como depredadores de la mosca blanca (Casadevall et
al., 1979; Bordas et al., 1985). También se han estudiado diversos Antocóridos del género
Orius como depredadores de trips (Riudavets et al., 1993).
ESPECIE PRESAS
Anthocoridae
Anthocoris nemoralis Psyllidae
Anthocoris nemorum Psyllidae (Cacopsylla pyri), Thripidae
Orius albidipennis * Thripidae
Orius laevigatus * Thripidae (Frankliniella occidentalis, Thrips tabaci)
Orius majusculus * Thripidae
Miridae
Macrolophus melanotoma * Aleyrodidae
Pentatomidae
Picromerus bidens Lepidoptera
Podisus maculiventris * Lepidoptera, Coleoptera (Leptinotarsa decemlineata)
136
Además son vectores de varias enfermedades víricas.
En la comarca del Maresme (Barcelona), las elevadas poblaciones de mosca
blanca que se dan, se deben a los intensos tratamientos con insecticidas y a la proximidad
de los cultivos en el tiempo y en el espacio, lo que facilita una transferencia indiscriminada
de la plaga, y permite su presencia durante todo el año (hasta 10 generaciones). Para
mejorar los resultados en la lucha contra esta plaga, se han estado ensayando sistemas de
control biológico en el IRTA de Cabrils (Bordas et al., 1985; Albajes et al., 1987; Alomar
et al., 2003).
Un primer paso que ha tenido buenos resultados es su control dentro de los
invernaderos a través de la introducción del parasitoide exótico Encarsia formosa
(Hymenoptera: Aphelinidae) (Casadevall et al., 1979; Albajes et al., 1980). Estos
parasitoides nunca controlan los adultos y tienen un efecto sobre las larvas cuando están ya
relativamente desarrolladas.
Un segundo paso ha sido encontrar enemigos naturales autóctonos para la mosca
blanca. Los estudios en cultivos anuales de tomate (en junio se siembran y en octubre se
recolectan) ponen de manifiesto que los heterópteros depredadores más comunes en este
caso son los Míridos Dicyphus tamaninii y Macrolophus melanotoma (Bryocorinae,
Dicyphini) (Goula y Alomar, 1994; Castañé et al., 2000).
Estos Míridos también se alimentan de otras plagas como son el trips
Frankliniella occidentalis (Riudavets et al., 1993), la araña roja Tetranychus urticae y
diversos Áfidos (Folgar et al., 1990), la minadora Liriomyza trifolii y huevos del
lepidóptero Heliothis armigera (Salamero et al., 1987). Son depredadores de movimientos
rápidos y muy voraces: un adulto puede consumir 30 huevos de mosca blanca por día.
Como son muy polífagos se han encontrado en diversas plantas de cultivo: D.
tamaninii se ha localizado sobre alfalfa, haba, judía, apio, boniato, berenjena, patata,
pimiento, calabaza, pepino y lechuga, mientras que M. melanotoma lo ha sido en judía,
berenjena, patata, pimiento, calabaza y pepino. Se han realizado diversos estudios de su
comportamiento sobre estas plantas para mejorar así su aplicación en el control biológico
(Gessé, 1992).
Muchos Míridos presentan un régimen alimenticio mixto, zoófago y fitófago. La
relación entre la abundancia de este tipo de depredadores con los niveles de daño que
pueden ocasionar al huésped vegetal no es simple, habiéndose observado que la nutrición
en la planta está relacionada con la falta de presa alternativa. Por ello, el papel de estos
insectos zoofitófagos dentro del cultivo es complejo, y cada especie debe evaluarse por
separado en relación a las presas presentes y para un cultivo dado (Puchkov, 1961;
Wheeler, 1976).
El hecho de que sean zoofitófagos no implica necesariamente un daño para el
cultivo, y puede ser ventajoso para su mantenimiento en el cultivo: permite que las ninfas y
los adultos sobrevivan cuando hay poca presa, de forma que se evita la extinción del
depredador y permite que estos depredadores puedan colonizar los cultivos antes que las
plagas (Bugg et al., 1987).
Experimentos de campo utilizando parcelas tratadas y no tratadas con insecticidas
demostraron la efectividad de D. tamaninii para controlar las poblaciones de T.
vaporariorum en cultivos de tomate. Los resultados mostraron que las poblaciones de
mosca blanca se reducían drásticamente en las parcelas no tratadas; pero también se anotó
el daño en los tomates causado por las picadas nutricias del mírido (Salamero et al., 1987;
Gabarra et al., 1988). En las tratadas fueron más abundantes, tanto la mosca blanca como
137
la negrilla. Por otro lado, Macrolophus melanotoma no produce ningún daño en los
cultivos de tomate (Fauvel et al., 1987).
Con la hipótesis que el daño del fruto causado por Dicyphus tamaninii se
relacionaba con una falta de presa alternativa, se desarrolló un programa de control
integrado en cultivos de tomate al aire libre basado en un cuadro de decisión para los
tratamientos insecticidas (Tab. 2).
Tabla 2. Cuadro de decisión para los tratamientos insecticidas en cultivos de tomates. Se basa en los
umbrales de intervención de 4 ninfas o adultos de D. tamaninii y 20 adultos de T. vaporariorum por
planta obtenidos empíricamente. El objetivo de este cuadro era permitir la conservación de los
Míridos depredadores autóctonos hasta el punto en el cual estos controlarían excesivamente las
poblaciones de mosca blanca y empezarían a picar el tomate. Los umbrales de intervención se fueron
modificando cada año de acuerdo con los resultados obtenidos (Alomar, 1994).
Situación Recomendación
La población de los dos insectos es pequeña, o No hace falta ninguna intervención con
hay suficientes Míridos para controlar la mosca insecticida.
1
blanca sin que ninguno de ellos haga daño al
fruto.
Los depredadores aún pueden prevenir que la No hace falta una intervención insecticida
2 mosca blanca llegue a niveles perniciosos, pero inmediata: se debe esperar a tomar más muestras
el resultado es incierto. la siguiente semana.
No hay suficientes depredadores y/o se puede Si el índice de mosca blanca se mantiene más de
3 desarrollar bastante negrilla antes de que la una semana, es recomendable tratar con un
mosca blanca sea controlada. insecticida para volver a la situación 1.
Dicyphus ha reducido el número de mosca Se recomienda un tratamiento insecticida para
blanca de forma que ya no será problema, pero reducir la población del depredador.
4
el número de Míridos puede llevar a picadas en
el fruto.
• Durante los meses de invierno, los adultos de los Míridos Dicyphus tamaninii y
Macrolophus melanotoma están ampliamente repartidos por la franja litoral de la
comarca y se pueden recolectar en distintos cultivos y en la vegetación no agrícola.
La influencia de la vegetación que circunda los cultivos afecta a la abundancia de
los depredadores y por lo tanto al control de la mosca blanca. Es necesario conocer
estos refugios invernales como fuentes desde donde los Míridos se dispersan hacia
los campos de tomateras tempranas. Otra ventaja de disponer de estas plantas cerca
de los cultivos es que sirven para recolonizarlo en caso que se hubieran eliminado a
los enemigos por tratamientos plaguicidas.
138
• Se puede confiar en la entrada espontánea y temprana de estos dos depredadores en
los campos de tomates, al mismo tiempo que se puede prever que la colonización
será más abundante cuando coincidan las siguientes características:
o Proximidad de los cultivos que albergan Míridos, a partir de los cuales los
adultos del insecto se van desplazando;
o Que los cultivos contiguos sean maduros o sean arados poco después de
trasplantar los tomates, de manera que se favorezca la emigración de los
adultos;
o Proximidad (<50m) de plantas huésped no cultivadas desde donde los
Míridos también puedan salir para desplazamientos cortos.
139
controlador de las poblaciones de mosca blanca en otros cultivos (Khristova et al., 1975).
Aunque los Míridos han mostrado una muy buena eficacia frente a la mosca
blanca, también se ha puesto en evidencia cuales son sus puntos débiles. Los Míridos
necesitan 1 ó 2 meses (según la temperatura) para formar una buena población y, durante
este periodo inicial hay que contar con otros auxiliares contra la mosca blanca, como los
parasitoides Encarsia formosa y Eretmocerus eremicus (para Trialeurodes) o E. mundus
(para Bemisia). Además, hasta ahora su cría en masa resulta relativamente cara.
140
que la población sea lo suficientemente grande para controlar el trips eficazmente. En la
práctica, esto dura entre 4 y 7 semanas, dependiendo de la temperatura ambiental media y
la disponibilidad de alimento (van der Blom et al., 1997).
Se ha llevado a cabo un estudio de taxonomía y distribución de las especies de
Antocóridos del género Orius en la España peninsular (Ferragut et al., 1994), así como una
aproximación a la fauna de Orius en la comarca del Maresme (Goula et al., 1993), con
vistas a su posible utilización en el control integrado de plagas. Para ello se han examinado
cerca de cien muestras, recogidas sobre plantas cultivadas y vegetación espontánea
asociada a los cultivos procedentes de una amplia área geográfica. Se han identificado 6
especies diferentes, siendo las más frecuentes y abundantes Orius laevigatus y O.
albidipennis. Las cuatro restantes (Orius niger, O. majusculus, O. lindbergi y O.
pallidicornis) se encuentran en menor proporción.
La especie más indicada en España para el control biológico es O. laevigatus, que
demuestra una excelente reproducción en los invernaderos y no entra en diapausa. En los
cultivos de pimiento en Almería, se ha demostrado que O. laevigatus se instala en mayor
cantidad y controla con mayor rapidez las poblaciones de trips que O. albidipennis (Lara et
al., 2002).
Según Van Emden (1990), la presencia de ciertas plantas cercanas a los cultivos
es fundamental para que los enemigos naturales puedan sobrevivir, al servirles como
refugio y fuente de presas alternativas. Igualmente, se produce la colonización del cultivo
antes y en mayores cantidades que si no estuvieran.
En plantaciones comerciales de fresón se ha estudiado el efecto del cultivo
asociado de habas como refugio de poblaciones de Antocóridos beneficiosos en el control
del trips Frankliniella occidentalis (González-Zamora et al., 1994). Se realizaron ensayos
en parcelas de fresón, algunas de ellas con filas asociadas de habas, y se hizo un
seguimiento de las poblaciones de trips y Antocóridos en los dos tipos de plantas.
Las habas presentaban poblaciones del antocórido Orius laevigatus entre febrero
y abril. Los adultos predominaron en los ápices y las ninfas en las flores y frutos. En abril,
cuando decae la floración y fructificación de las habas, los Antocóridos se desplazan a los
cultivos adyacentes de fresón. Sin los cultivos asociados de habas, la aparición de los
Antocóridos en las parcelas de fresón suele ocurrir como muy pronto a comienzos de
mayo.
Así pues, se observaron varios efectos beneficiosos del cultivo asociado de habas:
en general, las parcelas con más Antocóridos en las habas tuvieron más Antocóridos en el
fresón, y se encontró que las filas de fresón más cercanas a las habas llegaban a tener más
Antocóridos que el resto de la parcela de fresón. La población absoluta de Antocóridos que
se encontró en las habas en marzo-abril fue del mismo orden que la encontrada en las
parcelas de fresón en el mes de mayo una vez desaparecidas las habas, lo que parece
confirmar la existencia de un desplazamiento de la población de Antocóridos procedentes
de las habas hacia el fresón. Por último, los Antocóridos aparecieron entre 15 y 20 días
antes en aquellas parcelas de fresón con filas de habas asociadas. En algunas parcelas de
fresón con habas adyacentes, el trips F. occidentalis no superó el nivel de daño debido al
control biológico realizado por los Antocóridos.
141
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144
ESTUDIO E IDENTIFICACIÓN BAJO LUPA DE HETEROPTERA
Francesc Gessé
1. Cuerpo cubierto de una pubescencia ventral muy densa, sedosa e impermeable (insectos que
viven en la superficie del agua): 25.
1’. Cuerpo sin pubescencia impermeable ventral (insectos terrestres): 2.
3. Tarsos biarticulados. Hemiélitros mucho más largos que el cuerpo, presentando una arti-
culación que les permite replegarse transversalmente debajo del escutelo; éste recubre
completamen-te el abdomen: Plataspidae (xv-2).
3’. Tarsos generalmente triarticulados. Hemiélitros no más largos que el abdomen, sin articulación
basal: 4.
4. Tarsos triarticulados: 5.
4’. Tarsos biarticulados: Acanthosomatidae.
5. Extremidad de las coxas intermedias y posteriores con flecos apretados de cerdas rígidas. Tibias
generalmente con espinas múltiples: Cydnidae (xii-2).
5’. Coxas intermedias y posteriores sin flecos apretados de cerdas rígidas. Tibias, a lo sumo, con
algunas cerdas rígidas o pelos aplanados: 6.
145
6. Anchura del pronoto entre los ángulos posteriores menor que la anchura basal del escutelo.
Borde anterior del prosternón con una dilatación semioval que cubre la base de las antenas:
Scutelleridae (xiv-2).
6’. Anchura del pronoto entre los ángulos posteriores igual a la del escutelo. Borde anterior del
prosternón recto o sólo sinuoso: Pentatomidae (xiii-2).
7. Meso- y metapleuras formadas por distintas piezas. Hemiélitros acortados en forma de escamas
o desarrollados normalmente; corias subdivididas en partes distintas (cúneo): 22.
7’. Meso- y metapleuras simples. Hemiélitros con corias simples, raramente acortadas y nunca en
forma de escama: 8.
10. Rostro largo. Ocelos situados entre los ojos y muy próximos entre sí. Último artejo de las
antenas nunca filiforme: Saldidae (i-1).
10’. Rostro corto. Ocelos situados detrás de los ojos. Último artejo de las antenas filiforme: 11.
12. Membrana de los hemiélitros con numerosas nerviaciones longitudinales que emergen de una
nerviación transversa paralela al borde posterior de la coria: 13.
12’. Membrana con sólo 5 u 8 nerviaciones longitudinales: 16.
13. Antenas insertas más o menos en la parte superior de la cabeza, muy próximas entre sí: 14.
13’. Antenas insertadas lejos una de la otra, por debajo del nivel superior de la cabeza:
Stenocephalidae.
14. Obertura de las glándulas odoríficas metapleurales distinta. Cuarto y quinto terguito
abdominales con su borde posterior sinuoso, formando un lóbulo que sobresale del segmento
siguiente: 15.
14’. Obertura de las glándulas odoríficas metapleurales igual que el resto. Cuarto terguito abdomi-
nal escotado en la base y el ápice. Coria de los hemiélitros a menudo hialina en la parte medial:
Rhopalidae.
15. Cara inferior de la cabeza con expansiones lamelares encuadrando la base del rostro,
extendiéndose por detrás más allá de la inserción de las antenas: Coreidae (xi-2).
15’. Cara inferior de la cabeza con expansiones lamelares muy pequeñas, no extendidas hacia atrás
hasta el nivel de la inserción de las antenas: Alydidae.
17. Antenas insertadas por encima de una línea que va desde el centro de los ojos hasta el vértice
de la cabeza. Antenas y patas muy largas y filiformes, el primer artejo de las antenas y los
fémures con un brusco ensanchamiento apical..Cabeza estrechada por delante los ocelos:
146
Berytidae (ix-2).
17’. Antenas insertadas por debajo de una línea que va desde el centro de los ojos hasta el vértice
de la cabeza. Antenas y patas normales. Cabeza no estrechada por delante los ocelos: Lygaeidae
(x-2).
18. Patas anteriores raptoras. Antenas ocultas, en reposo, en un surco situado debajo del borde del
pronoto: Reduviidae, Subfam. Phymatinae (vi- 2).
18’. Patas anteriores no raptoras. Antenas no ocultas debajo del borde del pronoto: 19.
19. Coxas anteriores insertadas en el disco del prosternón. Hay una fuerte espina por fuera de la
base de las antenas. Cuerpo muy aplanado por encima y por debajo: Aradidae (vii-2).
19’. Coxas anteriores insertadas en el borde posterior del prosternón: 20.
21. Coria, clavus y base de la membrana areoladas, esta última con 4 nerviaciones rectas (insectos
terrestres): Piesmatidae (viii-2).
21’. Hemiélitros no areolados, la membrana sin nerviaciones (insectos que viven en la superficie
del agua): Hebridae (iii-1).
22. Hemiélitros acortados en forma de escama transversa, muy ciliados: Cimicidae (iv-2).
22’. Hemiélitros raramente acortados, nunca ciliados o en forma de escama: 23.
23. Zona externa de la coria separada del disco por una sutura móvil. Membrana con algunas
nerviaciones longitudinales que emergen de una celda triangular situada en el borde apical de la
coria: 24.
23’. Zona externa de la coria no separada del disco. Membrana que presenta en la base 2 (o
ramente 1) celdas, sin nerviaciones longitudinales: Miridae (ii-2).
25. Coxas contiguas. Escutelo no recubierto por ninguna prolongación del pronoto. Uñas apicales:
26.
25’. Coxas posteriores muy separadas, insertadas en los lados del cuerpo (= lateralmente).
Escutelo recubierto completamente por una prolongación triangular del pronoto o apenas visible
(género Hydrometra). Uñas generalmente preapicales: 27.
26. Ocelos grandes. Pronoto con un surco transverso, sin reborde. Uñas muy pequeñas, patas y
antenas delgadas, primer artejo de las antenas mucho más largo que el segundo. Hemiélitros
enteros o nulos: Mesovelidae (ii-1).
26’. Sin ocelos. Pronoto rodeado lateralmente y por delante, sin surco transverso. Uñas muy
grandes; patas y antenas robustas; 1er artejo de las antenas mucho más corto que el 2o. Hemiélitros
acortados: Saldidae (i-1).
27. Cabeza muy alargada, horizontal, subcilíndrica, ensanchada hacia delante. Ojos insertados
hacia la mitad de su longitud, muy lejos del borde anterior del pronoto. Uñas apicales. 3er artejo
de las antenas, el más largo: Hydrometridae (iv-1).
27’. Cabeza corta, inclinada hacia delante. Ojos tocando el borde anterior del pronoto. Uñas
preapicales. 1er artejo anterior, generalmente el más largo: 28.
147
28. Patas posteriores no mucho más largas que las anteriores. Coxas intermedias más o menos a la
misma distancia de las anteriores que de las posteriores, los tres segmentos torácicos poco
diferentes en cuanto a su longitud. Rostro de tres artejos: Veliidae (vi-1).
28’. Patas posteriores y sobretodo las intermedias más largas que las anteriores. Coxas intermedias
muy cercanas a las posteriores. Mesosternón muy grande. Rostro de 4 artejos: Gerridae (v-1).
Las familias Ceratocombidae y Dipsocoridae incluyen un número muy reducido de especies de pequeño
tamaño (1-2,5 mm), con las antenas delgadas y peludas. Viven en ambientes muy húmedos y son de hábitos
crípticos.
4. Cabeza y pronoto más o menos soldados. Cabeza no móvil. Patas posteriores no natatorias:
Pleidae.
4’. Cabeza libre, no soldada al protórax. Patas posteriores aplanadas y natatorias: Notonectidae
(xi-1).
En la Península Ibérica se cuentan unas 500 especies de Míridos, con una gran
variabilidad entre ellas tanto en tamaño, coloración y biología. Los Míridos se distinguen
de los otros chinches por los siguientes caracteres:
148
• Falta de los ocelos en la cabeza (excepto en la subfamilia Isometopinae).
• Antenas con cuatro artejos y de inserción siempre visible dorsalmente.
• Rostro de cuatro segmentos. En reposo se adosa sobre la cara ventral del cuerpo.
• Cúneo claramente separado del resto del hemiélitro.
• Membrana de las alas con una o dos celdas en la base y sin nerviaciones
longitudinales.
• Son insectos pequeños (entre 2 y 5,5 mm) de cuerpo alargado, con las patas y
antenas muy largas que les confieren un aspecto grácil.
• Las tonalidades son en general poco vistosas.
• Dorsalmente, el cuerpo es liso, a menudo provisto de largas sedas.
• Los ojos acostumbran a estar alejados del pronoto.
• El pronoto tiene una silueta trapezoidal y presenta un collar grueso, característico
de la subfamilia; en la zona de las callosidades es mucho más estrecho que en su
parte trasera. Estas callosidades son muy evidentes en algunos géneros como
Dicyphus.
• Las uñas presentan un diente grueso en la base, y amplios pulvilos membranosos.
Género Dicyphus
149
El género Dicyphus es de dispersión holártica y neotropical. Nuestra fauna cuenta
con una quincena de especies, y hay que advertir que a menudo es imprescindible estudiar
la genitalia del macho para tener una completa certeza de la identidad específica.
Género Macrolophus
• Presenta una coloración verdosa tanto dorsal como ventralmente, con manchas o
trazos oscuros en la cabeza, antenas y dorso.
• La cabeza vista dorsalmente es de silueta casi pentagonal.
• Casi siempre existen sendas bandas negras longitudinales, más o menos anchas
según la especie, situadas lateralmente entre el ojo y el margen anterior del
pronoto.
• El primer artejo antenal es completamente negro o bien presenta anillos negros, y
los otros tres amarillos o verdosos.
• Las callosidades del pronoto son perceptibles, aunque no muy prominentes.
• Según las especies el ápice del escudete puede ser claro u oscuro.
• El ápice del clavo suele estar oscurecido.
• La membrana de los hemiélitros es grisácea, con regiones de tono más oscuro.
• Los fémures y las tibias son amarillentos, pero el ápice de los tarsos está
oscurecido.
150
DESCRIPCIÓN GENERAL DE LOS ANTHOCORIDAE
• Son insectos de tamaño pequeño. Los representantes de nuestra fauna miden de 1,3
a 5 mm de longitud.
• Tienen ocelos.
• Presentan un cúneo en el ápice de la coria.
• Nerviaciones libres que no forman células sobre la membrana.
Género Orius
151
Género Orius
O. albidipennis O. majusculus
O. laevigatus O. niger
Pentatomidae
• El pentatómido Nezara viridula es un insecto muy polífago que ataca hojas y tallos.
• Distintas especies del género Aelia son plagas frecuentes de los cultivos de cereales
de nuestro país. Pican caña, hojas y granos tiernos, sacan valor al grano y pueden
provocar el secado de la espiga.
Scutelleridae
• El género Eurygaster también tiene varias especies que atacan los distintos cultivos
de cereales, con las mismas consecuencias.
Tingidae
• Stephanitis pyri (tigre del peral) y Monosteira unicostata (tigre del almendro) son
dos Tíngidos que atacan distintos frutales: peral, cerezo, manzano, melocotón,
albaricoque, almendro, ciruelo, etc. Las picadas deforman las hojas, que se acaban
secando y cayendo.
152
• Corythucha ciliata (tigre del plátano) es otro tíngido que, en este caso, ataca las
hojas de plátano. Como árbol ornamental, se encuentra en muchos sitios, y por lo
tanto, la presencia de enormes cantidades de este insecto provoca sobre todo una
gran molestia.
Lygaeiidae
• En este orden existen distintas especies que no causan a priori ningún problema,
pero que cuando se encuentran en grandes cantidades pueden ocasionar importantes
destrozos. Este es el caso, por ejemplo, de Oxycarenus lavaterae.
Miridae
• Calocoris trivialis es una chinche que pica el reverso de las hojas de cítricos y otros
árboles frutales.
Coreidae
153
Figura 1. Familias de heterópteros acuáticos y semiacuáticos.
154
Figura 2. Familias de heterópteros terrestres.
155
Figura 3. Clave de identificación de los géneros de Dicyphini hallados
en el tomate en Catalunya (la escala corresponde a 1 mm).
156
Figura 4. Habitus de Orius sp. (a). Pronoto de los tres subgéneros
de Orius s. str. (b), Heterorius (c) y Dimorphella (d).
.
157
COLEOPTERA EN EL CONTROL BIOLÓGICO DE PLAGAS
INTRODUCCIÓN
158
que los adultos y las larvas utilizan recursos tróficos diferentes, casos en los que las larvas
son depredadoras y los adultos son florícolas.
Muchos coleópteros son predadores activos, ya sea como larvas o como adultos, y
al mismo tiempo todas las especies de coleópteros son susceptibles a la predación,
particularmente por los vertebrados insectívoros (aves, reptiles, musarañas, etc.); pero
también en muchos casos por otros invertebrados ( insectos, arañas, miriápodos, etc.).
En algunos grupos de coleópteros, como la mayoría de los Adephaga, Histéridos,
Estafilínidos, Cléridos y Cantáridos, tanto los estados larvarios como los adultos, son
carnívoros, con tendencia bastante general a que las larvas se alimenten de otras larvas de
insectos o invertebrados de cuerpo blando.
Sin embargo, entre los coleópteros carnívoros pueden encontrarse varios grados
de especificidad. En un extremo se encuentran varias especies de Carábidos que pueden
comer cualquier clase de animal vivo o muerto que se encuentren, y que a menudo
suplementan su dieta con materiales vegetales. En el otro extremo se encuentran los
Antríbidos cuya larva se alimenta exclusivamente de determinados géneros de Hemípteros
(Crowson, 1981; Taylor & Karban, 1984).
Entre los depredadores que ocupan el nivel de suelo, son los Carábidos y
Estafilínidos los grupos dominantes, y son los causantes, en el caso de los “controladores
de plagas”, de la muerte de muchos huevos y pupas de coleópteros radicícolas.
Estos coleópteros en general, ya sean adultos o larvas, tienden a tener las patas
relativamente largas, y los órganos sensoriales bien desarrollados. Las patas son más largas
y los ojos y antenas más desarrollados en los depredadores que han de realizar
desplazamientos más o menos importantes para conseguir las presas, mientras que en los
que disponen de presas abundantes, como en el caso de los Coccinélidos las patas son más
cortas y los ojos y antenas más pequeños.
Presentan estructuras especializadas en la limpieza de las antenas, que actúan
como auténticos cepillos cuando el insecto frota la antena por estas zonas, a fin de
garantizar la recepción de estímulos, que en ocasiones son las propias feromonas de
agregación y reclamo sexual de sus presas. Básicamente consisten en filas de dientes,
espinas o pelos situados en la cara interna, en la parte distal o tapizando pequeñas fosetas
de las tibias anteriores en las larvas de Estafilínidos y en adultos de Carábidos.
Las larvas suelen estar bien esclerotizadas, y bien pigmentadas, en algunos casos
llegan a presentar una rigidez característica. Tienen la cabeza prognata, bien diferenciada.
Una característica general de las partes bucales de estos coleópteros predadores es la
reducción o pérdida de la parte molar de las mandíbulas y la forma bastante aguzada y
dentada de la región incisiva que es la que utilizan para perforar, rasgar o trocear el cuerpo
de la presa.
La mayoría de los predadores entre los Polyphaga se encuentran dentro de las
familias Cantáridos, Cléridos, Melíridos y Coccinélidos. Estos predadores suelen tener
segmentos lobulados en sus tarsos o uñas especializadas para poder sujetarse a las plantas
sobre las que se encuentran, ya que su alimentación consiste en insectos fitófagos.
159
COMPORTAMIENTO DEPREDADOR
ESTRATEGIAS DE CAPTURA
• Localización de la presa.
• Reconocimiento y manipulación de la presa.
• Selección y especificidad por la presa.
160
Las tácticas de captura de presas en coleópteros puede dividirse en dos categorías:
2) Acecho, en este caso el predador espera oculto en pequeñas galerías del suelo ó
camuflado el paso de su presa; en ese momento lanza sus patas y mandíbulas sobre
ella sujetándose al suelo con las espinas de las patas y tórax un ejemplo es el caso
de las larvas y adultos de cicindélido.
161
utilización de las larvas depredadoras del coleóptero Ditíscido, Acilius sulcatus, se ha
comprobado, en un reciente trabajo realizado en el oeste de Bengala (India), que son un
eficaz agente de biocontrol como depredadores de larvas del díptero Culex
quinquefasciatus, considerado una de las principales especies vectoras de filarias (Goutam
et al, 2008).
Los coleópteros depredadores carnívoros son insectos de vida libre que capturan a su
presa y habitualmente la devoran completamente y normalmente de manera rápida. Los
depredadores pueden alimentarse de alguno o de todos los estados (desde huevo a adulto) de
su presa, y cada depredador generalmente consume muchos individuos presa durante su vida.
El hábito depredador frecuentemente caracteriza tanto a los estados inmaduros como adultos.
Algunos depredadores como el coccinélido Rodolia cardinales tienen un estrecho
rango de depredación alimentándose de una única especie-presa, el cóccido Icerya purchasi
(cochinilla acanalada), son por tanto monófagos.
Otros se alimentan de unas pocas especies y son oligófagos como Coccinella
septempunctata. cuyas larvas se nutren de Áfidos de varias especies; y por último otros
depredadores se alimentan de un amplio espectro de presas como los Carábidos, son polífagos.
Estos últimos tienen la ventaja de que a densidades bajas de población de presas plaga, pueden
sobrevivir alimentándose de otros insectos pero este hecho hace que sean menos eficaces para
el control biológico ya que no eliminan la plaga puesto que pueden alimentarse de otras
especies que estén en gran número pero no sean plaga.
Entre las características que hacen a los depredadores unos buenos agentes de control
biológico están las siguientes (Pedigo, 1991):
162
adultos. La mayoría de los escarabajos de tierra son oportunistas de manera que devoran
cualquier artrópodo que cruza por su camino, el único factor limitante es el tamaño de la
presa. Se alimentan por tanto de pulgones, pequeñas babosas y caracoles, huevos e
insectos, moscas, colémbolos, ácaros, hormigas, nematodos y otros muchos invertebrados.
Entre las especies de pequeño tamaño, aparecen con bastante frecuencia algunas de los
géneros Bembidion y Trechus, que son importantes depredadoras de las fases inmaduras de
la mosca de la raíz de la col, y pueden tener un importante impacto sobre el número de
huevos de ésta mosca. Las especies de gran tamaño como el carábido Megodontus
purpurascens llamado “escarabajo violáceo”, son importantes depredadores de pequeñas
babosas y otros invertebrados. Los Carábidos y Cicindélidos, tanto larvas como adultos,
pueblan determinado tipo de ambientes entre los detritus vegetales que se descomponen en
el suelo a los que llegan atraídos por la disponibilidad de los recursos, una gran masa de
otros pequeños depredadores de insectos. En el caso de Calosoma sycophanta se han
utilizado sus hábitos predadores para controlar huevos del lepidóptero Lymantria dispar en
Norte América.
*Cleridae: La mayoría de los miembros de esta familia son predadores tanto de
larvas como de adultos. Los Cléridos en todas sus fases persiguen a los Escolítidos en sus
galerías y por el exterior de los troncos. Especies del género Thanasimus son importantes
predadores del escolítido Ips typographus en Europa Central.
*Elateridae: Las larvas de Elatéridos recorren las galerías de los insectos xilófagos.
Destruyen sobre todo las larvas de Cerambícidos lignícolas.
*Lampyridae: Las luciérnagas en su fase larvaria se alimentan de caracoles y
pequeñas babosas. Ponen huevos en el suelo cerca del caracol, al eclosionar las larvas
penetran en la concha del caracol para alimentarse, al igual que hacen los adultos.
*Gyrinidae y Dytiscidae: Son predadores muy activos que encuentran en hábitats
acuáticos el medio idóneo para el desarrollo de sus larvas que cazan al acecho entre la
vegetación acuática. Las familias más significativas se utilizan en las plantaciones de arroz
para el control de las plagas en esas áreas. Tienen también un alto interés en el ámbito
médico-sanitario.
163
Tabla 1. Coleópteros depredadores utilizados en el control biológico (Basado en diferentes fuentes
bibliográficas).
Depredador Presa
Familia/Género y Especie Género y especie Orden
Anthribidae
Anthribus nebulosus Coccoidea Homoptera
Carabidae
Calosoma sycophanta Lymantria dispar Lepidoptera
Scaphinotus striatopunctatus Helix aspersa Gastropoda
Scaphinotus striatopunctatus Limax maximus Gastropoda
Coccinellidae
Adalia bipunctata Psylla pyricola Homoptera
Adalia bipunctata Acyrthhodiphon pisum Homoptera
Adalia flavomaculata Schizaphis graminum Homoptera
Chilocorus bipustulatus Planococcus citri Homoptera
Chilocorus bipustulatus iranensis Planatoria blanchardi Homoptera
Chilocorus kuwanae Quadraspidiotus perniciosus Homoptera
Chilocorus kuwanae Unaspis euonymi Homoptera
Chilocorus kuwanae Chionaspis pinifoliae Homoptera
Chilocorus kuwanae Chionaspis salicinigrae Homoptera
Chilocorus kuwanae Pseudalacaspis pentagona Homoptera
Chilocorus nigitus Aspidiotus destructor Homoptera
Coccidophilus citricola Coccoidea Homoptera
Coccidophilus citricola Quadraspidiot perniciosus Homoptera
Coccinella septempunctata Aphis gossypii Homoptera
Cryptolaemus montrouzieri Pseudococcus sp. Homoptera
Cryptolaemus montrouzieri Planococcus citri Homoptera
Cryptognatha nodiceps Aspidiotus destructor Homoptera
Curinus coeruleus Heteropsylla cubana Homoptera
Delphastus pusillus Aleurodicus dispersus Homoptera
Deraecoris sp. Coleophora laricella Homoptera
Harmonia axyridis Phorodon humili Homoptera
Harmonia axyridis Matsucoccus matsumurae Homoptera
Hippodamia convergens Aphis gossypii Homoptera
Hippodamia variegata Schizaphis graminum Homoptera
Hyperaspis pantherina Orthezia insignis Homoptera
Lindorus lophantae Melanaspis glomerata Homoptera
Nephaspis amnicola Aleurodicus dispersus Homoptera
Propylea quatordecempunctata Aphidoidea Homoptera
Rhyzobius forestieri Saissetia oleae Homoptera
Rhyzobius lophantae Chrysomphalus dictyospermi Homoptera
Rodolia cardinalis Icerya purchasi Homoptera
Stethorus nigripes Tetranychus urticae Arachnida
Stethorus punctillum Panonychus ulmi Arachnida
Sticholotis madagassa Melanaspis glomerata Homoptera
Cybocephalidae
Cybocephalus nipponicus Unaspis euonymi Homoptera
Dytiscidae
Acilius sulcatus Culex quinquefasciatus Diptera
Laccophilus anticatus anticatus Aedes aegypti Diptera
Histeridae
Pachylistes chinensis Stomoxys calcitrans Diptera
Pachylistes chinensis Stomoxys nigra Diptera
Rhizophagidae
Rhizophagus grandis Dendroctonus micans Coleoptera
Staphylinidae
Ocypus olens Helix aspersa Mollusca
164
Depredadores frondícolas: Estos escarabajos son fundamentalmente de dos familias.
*Coccinellidae: Todas las especies son depredadoras tanto en fase adulta como en
la de larva exceptuando unas pocas especies que se alimentan de leguminosas y que
pueden ocasionar plagas menores. Son depredadoras de distintas plagas como pulgones,
cochinillas, gorgojos harinosos, trips, pequeñas orugas y ácaros. Solo algunas pocas
especies son específicas en su dieta. Este grupo de coleópteros es importante para el
control biológico, ha sido utilizado introduciéndolo como predador para el control de
plagas introducidas y se ha potenciado en invernaderos y viveros. Entre las especies
introducidas de Coccinélidos está Rodolia cardinalis, la cual controla a Icerya purchasi en
California. Otro coccinélido, Cryptognatha nodiceps, controla al Homóptero Aspidiotus
destructor en Trinidad. Las especies de Coccinélidos Chilocorus distignus y Chilocorus
nigritus, son también controladoras de Aspidiotus destructor. No obstante muchas de las
introducciones realizadas de Coccinélidos, especialmente algunas de las que se hicieron
siguiendo años consecutivos en California sobre estas especies fallaron porque no se tuvo
en cuenta o se prestó poca atención para conocer la verdadera dieta y la ecología de los
Coccinélidos primeramente introducidos (Van Driesche et al., 1996). Las especies nativas
de Coccinélidos en muchas localidades son predadores comunes de Áfidos, Cóccidos,
huevos de varios insectos, arañas hormigas y otras plagas. Su conservación en los sistemas
agrícolas es útil para ayudar a suprimir las plagas, como en el caso de Coleomegilla
maculata un predador de huevos de Leptinotarsa decemlineata. Algunas especies de
Coccinélidos se crían comercialmente para el control de la mosca blanca, arañas, Áfidos
en invernaderos o para inocularlas estacionalmente en viveros, ejemplos: Stethorus
punctillum (de arañas, hormigas), Chilocorus nigritus (de Cóccidos), Cryptolaemus
moutrouzieri (de insectos de la harina).
*Cantharidae: Las larvas de alguna de esta familia son predadoras. Los adultos
de algunos grupos (Cantharis, Chaliognathus) comen áfidos y otras presas comen huevos
de langosta.
165
Icerya purchasi, llamada la “cochinilla acanalada” de los cítricos es un cóccido
originario de Australia, cuyas hembras, ápteras, son de forma ovalada, de color anaranjado,
con las patas y antenas negras. No sobrepasan los 10mm de longitud y tienen unos largos
pelos de color blanco sobre el dorso que forman una especie de bolsa u ovisaco. Los
machos son alados, y muy poco frecuentes.
Guardan la puesta, de más de 600 huevos, en el saco ovígero alrededor de su
cuerpo en cuyo interior se desarrolla la progenie, que le da un aspecto característico de
escama. Esta escama, cuya superficie no es lisa sino acanalada, está fijada en el envés las
hojas. Después de la primera muda las ninfas se trasladan a las yemas, tallos y troncos de
los naranjos, hasta que definitivamente se quedan totalmente recubiertas por las hembras
adultas y sus ovisacos. La escama, succiona la savia de los árboles, debilitándolos
completamente. Esta especie puede tener hasta tres generaciones anuales con lo que los
daños que puede ocasionar son incalculables.
Cuando fue detectada esta cochinilla en 1887 en California, se pusieron en marcha
importantes programas de control biológico; las primeras experiencias las llevaron a cabo
utilizando para su control un díptero parasitoide Cryptochaetum iceryae pero fue en 1889
cuando consiguieron erradicar la plaga de los cítricos con un coleóptero Rodolia
cardinalis.
Rodolia cardinalis es un pequeño coccinélido de forma ovalada cuyos adultos
miden unos 3mm de longitud en el caso de los machos y 4 mm si son hembras. Tienen la
cabeza negra y el pronoto rojo con una mancha negra en la parte posterior que se prolonga
hacia delante principalmente por la línea media; los élitros son rojos con la sutura negra y
con manchas negras laterales en la parte posterior y anterior. Las patas son rojas. Las
hembras de este coccinélido ponen sus huevos dentro del saco ovígero o bien bajo los
cóccidos. Las larvas recién nacidas son de color rojo, a medida que van creciendo su
cuerpo es más rechoncho y el color es más bien azulado con dos filas de puntos negros en
el dorso Se alimentan de los huevos del saco ovígero donde nacieron y posteriormente van
buscando nuevas puestas y cóccidos hasta completar su desarrollo. Las larvas en las
últimas edades pueden alcanzar entre 6 y 6,5 mm de longitud. La pupa es roja o negra.
En España, se hicieron sueltas del coccinélido no solamente en los campo de
naranjos infectados sino también en las zonas adyacentes con plantas ornamentales,
campos de cultivo abandonados, jardines, etc. (Domínguez García-Tejero, 1977). Esta
plaga que había logrado extenderse rápidamente y ocasionado cuantiosos daños, fue
controlada completamente.
Se han realizado ensayos, asimismo, con la especie Stethorus punctillum. Este
coleóptero coccinélido tiene una gran importancia como depredador, y en España se ha
utilizado en ocasiones para controlar las poblaciones de ácaros (Alvis et al., 2002), aunque
los estudios llevados a cabo sobre esta especie son más parciales que los llevados a cabo en
otros países.
Las técnicas de control biológico también se han llevado a cabo en nuestro país
para controlar las plagas forestales. En 1911 se utilizó la especie de carábido Calosoma
sycophanta contra la especie Lymantria dispar para proteger los daños que ocasionaba este
lepidóptero en los alcornocales de Gerona (Carrero, 1996).
166
BIBLIOGRAFÍA
167
ESTUDIO E IDENTIFICACIÓN BAJO LUPA DE COLEOPTERA
OBJETIVOS
METODOLOGÍA
DESARROLLO DE LA PRÁCTICA
168
2. Reconocimiento de las larvas de coleópteros depredadores
Para ello se colocará, bajo la lupa binocular, una placa Petri con cada una de las
larvas, conservadas en alcohol de 70º. Se observarán en detalle los distintos tipos de larvas.
Las larvas de tipo Campodeiforme son las típicas de los coleópteros depredadores (A), aunque
también existen ciertos grupos de tipo Eruciforme que también son depredadoras.(B). A
continuación se procederá a la identificación utilizando las claves dicotómicas simplificadas
(Anexo II).
De igual manera que en el punto anterior, en este caso se observarán las larvas de
tipo eruciforme-ápodo típicas de coleóptero seminívoro (C). A continuación se procederá a
la identificación de las especies a las que pertenecen las larvas, utilizando las claves
dicotómicas (Anexo II).
Para ello se procederá a la separación de las valvas de las legumbres para localizar
y contabilizar las semillas sanas y las atacadas por coleópteros. Cálculo del tanto por
ciento de infectación.
169
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174
DIPTERA EN EL CONTROL BIOLÓGICO DE PLAGAS
INTRODUCCIÓN Y GENERALIDADES
BIODVERSIDAD
175
• Dípteros Nematóceros: Adultos con antenas filiformes o plumosas sin arista.
Vulgarmente agrupa los conocidos mosquitos y las típulas. Las larvas generalmente
poseen una verdadera cabeza.
• Dípteros Braquíceros: Adultos con arista en antenas robustas. Las larvas pueden
ser hemicéfalas (“Orthorrapha”) o acéfalas (“Cyclorrapha”). Las pupas pueden ser
obtectas (“Orthorrapha”) o bien exaradas (“Cyclorrapha”). Entre sus representantes
más conocidos están los tábanos y las moscas comunes y de la carne.
En todos los grupos anteriores existen especies entomófagas sin embargo el mayor
número de las más de 40 familias con este régimen trófico son Ciclorrafos.
CICLO BIOLÓGICO
Los dípteros son insectos Holometábolos, es decir que entre el embrión y el adulto
(= imago), se desarrollan diferentes fases larvarias y una etapa de pupa. En esta
metamorfosis, los cambios que experimenta la larva son tan drásticos que no presenta, en
principio, ninguna semejanza morfológica con el adulto.
El ciclo biológico típico de los dípteros se inicia con la cópula de los imagos y
con la posterior puesta de la hembra. Una gran parte de los dípteros utilizados como
agentes de control biológico poseen larvas entomófagas, por lo que la hembra deberá (en la
mayor parte de los casos) localizar las presas o el hábitat adecuado para el posterior
desarrollo de su prole. De estos huevos emerge una larva que comúnmente no posee ni
patas, ni cabeza y que discurre por tres estadíos interrumpidos por mudas. Al final del
periodo larvario, se endurecerá la capa más externa del tegumento de la larva formándose
el pupario o puparium, en cuyo interior se producirán las diferentes transformaciones que
finalizarán con la emergencia de un nuevo adulto.
Este ciclo puede prolongarse, según las especies, desde unos pocos días o
semanas hasta meses e incluso años. En relación con este parámetro y según el número de
generaciones por año tendremos especies univoltinas (con una generación anual) bivoltinas
(dos generaciones anuales) o polivoltinas/multivoltinas... Naturalmente pueden existir
diferentes modificaciones relacionadas con la duración de estas etapas preimaginales como
la existencia de especies ovovivíparas (en las que los huevos eclosionan en el interior de la
hembra) o incluso especies vivíparas con hembras que poseen pseudoplacentas y “paren”
larvas vivas. También hay que considerar que muchas especies hibernan en los estados de
larva madura o pupa.
176
estos hábitos tróficos podemos encontrar grupos altamente especializados en la coprofagia
(alimentación sobre heces), necrofagia (alimentación en cadáveres), micofagia (hongos),
hematofagia (sangre)… o simplemente la omnivoría (alimentación no especializada).
Es evidente que las especies con mayor importancia en el control biológico de
plagas son (en alguna de sus etapas de desarrollo) zoófagas y en particular entomófagas.
Sin embargo, en casos particulares algunas especies fitófagas o saprófagas pueden ser
también utilizadas para el control de malezas o malas hierbas.
Familia Scathophagidae
Pequeño grupo de dípteros con unas 250 especies descritas (20 en España), que
fundamentalmente se localizan en los países del hemisferio norte. Su tamaño varía entre
los 3 y los 11 mm y a pesar de que las larvas de los escatofágidos presentan una gran
variedad de nichos tróficos, entre los que destaca la fitofagia o la saprofagia (en ocasiones
la depredación), los adultos son todos aparentemente depredadores de insectos u otros
tipos de artrópodos.
Desde el punto de vista del control de plagas una de las especies mas importantes
es, Scathophaga stercoraria, también llamada la mosca dorada del estiércol por la
apariencia extremadamente llamativa de su cuerpo rodeado de una pilosidad característica.
Esta especie se encuentra íntimamente relacionada con las heces de mamíferos,
fundamentalmente con las de fitófagos (como vacas y equinos) pero también con la de
otros animales como el cerdo. Los adultos detectan rápidamente las heces y acuden en
grandes cantidades a sus alrededores. Una vez en esta posición, tanto machos como
hembras capturan una gran variedad de insectos coprófilos que se acercan a las
deposiciones ya sea para su alimentación o parar realizar la ovoposición. Los machos,
poseen una actividad depredadora mas elevada que las hembras.
Las principales presas son generalmente dípteros de pequeño y mediano tamaño
como Múscidos, Antómidos... Aunque no existen muchos trabajos cuantificando la acción
depredadora de esta especie, es de destacar que muchas especies de moscas coprófagas
causan graves molestias al ganado, retardando la producción de leche y el rendimiento de
carne, así como la transmisión de enfermedades. Las fases larvarias de S. stercoraria se
desarrollan en el interior de las heces.
En España, la mosca dorada del estiércol es mas abundante en la zona norte, ya
que se trata de una especie claramente higrófila, con unos máximos poblacionales en
primavera y otoño. Es de destacar que en ocasiones es frecuente observar ejemplares
activos en pleno invierno, aunque su rango óptimo de temperatura se sitúa entre los 12-
177
16ºC. Por último conviene destacar que la actuación de este díptero en el control de las
plagas de dípteros que afectan al ganado, esta claramente influenciada por la utilización
incontrolada de determinados tipo de tratamientos antiparasitarios. En algunos de estos
tratamientos se aplican productos que son eliminados por las heces del ganado y que
presentan una actividad insecticida sobre los animales que se allí se desarrollan, pudiendo
afectar incluso a los coleópteros encargados del reciclaje de la materia orgánica.
Sin embargo, los Scathophagidae son muy polífagos por lo que sus posibilidades de
actuación futuras son muy amplias. Por ejemplo, recientemente se están estudiando como
posibles agentes de control de dípteros Simúlidos. Esta plaga son un grupo de “mosquitos”
hematófagos que causan dolorosas picaduras y actúan como transmisores de importantes
enfermedades en hombres y animales domésticos.
Familia Asilidae
Los Asílidos son un grupo de dípteros con mas de 6.700 especies descritas (más
de 230 en el territorio español), distribuidas por todo el mundo, aunque son especialmente
abundantes en las zonas cálidas y tropicales del globo (Sudamérica y algunas partes de
Australia). La mayoría de los Asílidos son frecuentes en zonas áridas y arenosas, aunque
algunas pocas especies prefieren zonas húmedas o boscosas. Miden de 5 a 30 mm de
longitud y tienen en general un tórax robusto, un abdomen largo y delgado y patas largas y
fuertes. La cabeza tiene apariencia barbada.
En la naturaleza, los Asílidos poseen un importante papel en la regulación de las
poblaciones de muchos otros insectos voladores, afectando fundamentalmente a otros
dípteros pero también a himenópteros y otros artrópodos. En líneas generales, son
beneficiosos al atacar y destruir una gran cantidad de plagas agrícolas, pero algunas
especies pueden causar graves daños a las explotaciones de colmenas.
La gran mayoría de las presas de los Asílidos son insectos, aunque también se han
citado capturas de arañas. Algunas especies son bastante selectivas atacando por ejemplo
únicamente himenópteros, pero muchas otras son oportunistas afectando a un gran número
de órdenes de insectos. En varios casos las hembras capturan presas más grandes y más
abundantemente que los machos, aunque ambos sexos son depredadores.
Generalmente, prefieren hábitat abiertos y soleados. Su actividad de vuelo se
concentra en los momentos más cálidos del día y aunque el umbral requerido para cada
especie es diferente, generalmente es superior a los 20°C para la mayor parte de las
especies. El método general de captura consiste en la espera en un punto determinado de
las presas a atacar. El ataque se produce generalmente sobre un sustrato, pero muchas
especies son también capaces de atacar a sus presas en el aire. Tras realizarse una captura,
matan a la presa mediante la inserción de su hipofaringe en el cuerpo de su víctima e
inyectando saliva con enzimas neurotóxicos y proteolíticos. Estos enzimas inmovilizan la
presa y posteriormente licuan sus tejidos en un periodo de tiempo muy corto, lo que
permitirá al Asílido ingerirlos mediante succión.
Las fases larvarias viven generalmente en el suelo, si bien algunas también lo
hacen en la madera muerta. Aunque ha existido cierta controversia sobre las capacidades
tróficas de las larvas, parece claro que son también depredadoras, alimentándose
directamente de huevos o larvas de coleópteros Escarabeidos o incluso siendo
ectoparásitos de ellas. De hecho, se han utilizado para el control biológico de las larvas de
coleópteros radicícolas. Algunas especies también se han citado alimentándose de larvas
de himenópteros y dípteros.
178
Generalmente los Asílidos invernan como larvas maduras y presentan una única
generación por año. En la actualidad existen pocos estudios sobre su posible acción en
programas de control biológico, pero se ha demostrado su importancia en programas
generalistas de control de coleópteros y ortópteros causantes de plagas. Sin embargo son
necesarios más estudios sobre su biología tanto en medios naturales como en agrosistemas
para poder ser utilizados de manera eficaz.
Familia Muscidae
Este grupo incluye los principales dípteros con interés en el control biológico de
plagas. Las larvas son eminentemente entomófagas pero los adultos suelen ser florícolas
(alimentándose de néctar y polen florar). Antes de realizar una breve diagnosis de cada uno
de ellos, es necesario diferenciar entre dos tipos de estrategias: las especies depredadoras y
179
las especies parasitoides.
Familia Bombyliidae
Los Bombílidos son dípteros de tamaño muy variable (entre 1-20 mm), con el
cuerpo rodeado de pilosidad y alas manchadas o incluso brillantemente coloreadas.
Existen unas 5.000 especies descritas (200 en la península Ibérica), que a pesar de
estar presentes en todos los continentes, presentan una mayor biodiversidad en ambientes
semiáridos. Los adultos son florícolas y representan un activo papel en la polinización de
muchas plantas Angiospermas. De hecho, las llamativas largas probóscides de muchas
especies están sin duda relacionadas con determinadas estructuras florales.
La inmensa mayoría de los Bombílidos son parasitoides. Las hembras depositan
cientos o miles de huevos en los hábitat preferidos de sus futuras presas. El primer estadío
larvario (planidium) es móvil y busca activamente un hospedador favorable, entonces
comienza a crecer y muda sucesivas veces hasta alcanzar el último estadío que es
sedentario y muy diferente morfológicamente de los anteriores. La pupa permanece
enterrada junto al lugar de alimentación y el adulto emergerá desde el sustrato.
La mayor parte de los Bombílidos son ectoparásitos, aunque algunas especies son
claramente endoparásitas. Más de la mitad de las especies de hospedadores citados son
himenópteros pero su rango se extiende por 7 órdenes de insectos (desde coleópteros hasta
Múscidos o puestas de Ortópteros) y Arácnidos. En general los Bombílidos siempre se
desarrollan sobre estadíos poco móviles de sus hospedadores como larvas maduras o
pupas.
En España se ha citado como parasitoide de la crisálida de la Procesionaria del
pino y de otros Noctuidos a especies del género Villa, concretamente a Villa brunnea. En
el resto del mundo, se utilizaron tras la II Guerra Mundial, para el control de plagas de
Ortópteros Acridoidea en diferentes países, generalmente especies del género Systoechus
(depredador de puestas) pero sin lograr un establecimiento definitivo. También se está
investigando su acción sobre lepidópteros Geometridae e himenópteros Xylocopidae.
Familia Tachinidae
Los Sírfidos constituyen una familia de dípteros con cerca de 6.000 especies
descritas (350 en la península Ibérica), presentes en casi todos los hábitat de todo el
mundo. Esta abundancia se debe a la enorme amplitud del nicho trófico explotado por sus
fases larvarias que incluyen: especies fitófagas, coprófagas, saprófagas, comensalistas y
depredadoras entre otras. Dentro del grupo de especies depredadoras (aproximadamente un
40% de la familia), se localizan algunas con grandes posibilidades en el biocontrol de
180
plagas agrícolas. Algunas especies fitófagas se han utilizado para el control de maleza
invasiva.
Los Sírfidos depredadores adultos presentan generalmente una morfología muy
llamativa, basada en un patrón de manchas amarillas y negras, que los hace en ocasiones
superficialmente similares a avispas (pero obviamente sólo con dos alas). Su tamaño es
muy variable entre 8 y 18 mm. Su forma de volar “de manera suspendida” es también fácil
de observar en la naturaleza. Al contrario que la mayor parte de larvas de dípteros, los
Sírfidos presentan sus fases preimaginales frecuentemente coloreadas o incluso con
diseños crípticos que los ayudan a evitar a sus depredadores.
Los Sírfidos depredadores se alimentan básicamente de homópteros de cuerpo
blando como pulgones, Psílidos, cochinillas... pero también existen especies depredadoras
de orugas y larvas de coleópteros. Algunas especies ingieren una gran cantidad de alimento
y por ejemplo se han citado consumos de hasta 400 pulgones por una única larva de
Sírfido.
Generalmente la hembra necesita la presencia de la presa como estímulo necesario
para comenzar la ovoposición, pero algunas especies pueden depositar los huevos en
lugares donde no esté localizada todavía la plaga. Del huevo nace una pequeña larva a los
2-3 días que inmediatamente comenzará su alimentación mediante la perforación del
cuerpo de su víctima y su posterior succión. Aunque las tres fases larvarias son
depredadoras, mas del 80% de la alimentación se realiza durante el tercer estadío larvario.
La inmensa mayoría de las especies presentan actividad depredadora nocturna, pero
algunas son también activas durante el día. La pupa puede formarse en los alrededores de
sus presas o bien enterrarse en el suelo.
Según las especies pueden existir de una hasta numerosas generaciones anuales.
Algunas especies como Episyrphus balteatus y Eupeodes corollae son muy abundantes en
una gran cantidad de cultivos y zonas alteradas por el hombre. Episyrphus balteatus
inverna como adulto, presentando hembras ginoinvernates que comenzarán la ovoposición
en los primeros días de la primavera. Eupeodes corollae, por el contrario, permanece en
estado de pupa durante el invierno, emergiendo los adultos tras las primeras lluvias de la
primavera. Sin embargo, en muchas zonas de la Península Ibérica (especialmente en el
Sur) ambas especies pueden estar activas durante todo el año. Son frecuentes también las
migraciones Norte-Sur.
Quizás su mayor inconveniente a la hora de su utilización en los programas de
control de plagas es su baja resistencia ante la actuación de los tratamientos insecticidas,
que reducen drásticamente sus poblaciones en muchos agroecosistemas. Desde el año 2003
se pueden adquirir comercialmente pupas de Episyrphus balteatus, por lo que la utilización
de esta especie en los programas de control de todo el mundo se ha incrementado
notablemente.
Familia Cecidomyiidae
181
hospedadoras, sin embargo junto a A. aphidimyza, existen al menos otras 4 o 5 especies
depredadoras. Los adultos son diminutos mosquitos de no más de 3 mm de longitud
destacando la gran longitud de sus antenas. Los huevos y larvas son de un característico
color anaranjado y las pupas de un tono rojizo.
Aphidoletes aphidimyza es una especie ampliamente distribuida por casi todo el
mundo y que ha sido citada alimentándose de aproximadamente un centenar de especies de
pulgones, muchos de ellos importantes plagas agrícolas. También se pueden alimentar de
cochinillas y ácaros, siendo utilizada en todo el mundo (fundamentalmente en
invernaderos).
Los Cecidómidos afidófagos son nocturnos, copulando y ovopositando entre el
anochecer y el amanecer. Los adultos viven poco tiempo (machos 1-3 días y hembras 2
semanas) y las hembras necesitan el estímulo de la presencia de áfidos para la puesta que
puede alcanzar hasta los 250 huevos. Se ha demostrado que el número de huevos esta en
relación con el tamaño de la colonia de pulgones, actuando otros estímulos como la
presencia de melaza, o la variedad de planta cultivada directamente en la ovoposición.
La larva recién emergida del huevo tratará de localizar un pulgón al que inyecta
rápidamente una toxina paralizante que facilitará la absorción de todo su contenido interno,
incluso en el caso de presas de gran tamaño. Según el tamaño del pulgón, este puede ser
“vaciado” en algunas horas o casi todo el día. El periodo larvario dura aproximadamente 1
semana mientras que el imago tarda en emerger entre 15-20 días dependiendo las
condiciones climáticas.
En España el periodo de vuelo comienza en abril o mayo y durante el resto de
primavera hasta comienzos del otoño se pueden localizar las larvas sobre las colonias de
pulgones. Aphidoletes permanece el invierno en fase de pupa invernante enterrada en el
suelo, de donde emergerán los adultos en la siguiente primavera.
A pesar de que el número de pulgones ingerido no suele ser muy elevado, su
efectividad no deja lugar a dudas debido a su gran abundancia. Por otro lado se ha
demostrado que si el alimento es muy numeroso, las larvas de los Cecidómidos pueden
matar y destruir más pulgones de los que consumen. Variaciones en la temperatura o el
aire seco influyen negativamente en su acción beneficiosa sobre las plagas de pulgones.
Por último hay que destacar que A. aphidimyza se puede adquirir comercialmente en
envases de diferentes concentraciones, lo que facilita su utilización en los programas de
control de plagas de todo el mundo.
Familia Syrphidae
Los Sírfidos constituyen una familia de dípteros con cerca de 6.000 especies
descritas (350 en la península Ibérica), presentes en casi todos los hábitat de todo el
mundo. Esta abundancia se debe a la enorme amplitud del nicho trófico explotado por sus
fases larvarias que incluyen: especies fitófagas, coprófagas, saprófagas, comensalistas y
depredadoras entre otras. Dentro del grupo de especies depredadoras (aproximadamente un
40% de la familia), se localizan algunas con grandes posibilidades en el biocontrol de
plagas agrícolas. Algunas especies fitófagas se han utilizado para el control de maleza
invasiva.
Los Sírfidos depredadores adultos presentan generalmente una morfología muy
llamativa, basada en un patrón de manchas amarillas y negras, que los hace en ocasiones
superficialmente similares a avispas (pero obviamente sólo con dos alas). Su tamaño es
muy variable entre 8 y 18 mm. Su forma de volar “de manera suspendida” es también fácil
182
de observar en la naturaleza. Al contrario que la mayor parte de larvas de dípteros, los
Sírfidos presentan sus fases preimaginales frecuentemente coloreadas o incluso con
diseños crípticos que los ayudan a evitar a sus depredadores.
Los Sírfidos depredadores se alimentan básicamente de homópteros de cuerpo
blando como pulgones, Psílidos, cochinillas... pero también existen especies depredadoras
de orugas y larvas de coleópteros. Algunas especies ingieren una gran cantidad de alimento
y por ejemplo se han citado consumos de hasta 400 pulgones por una única larva de
Sírfido.
Generalmente la hembra necesita la presencia de la presa como estímulo necesario
para comenzar la ovoposición, pero algunas especies pueden depositar los huevos en
lugares donde no esté localizada todavía la plaga. Del huevo nace una pequeña larva a los
2-3 días que inmediatamente comenzará su alimentación mediante la perforación del
cuerpo de su víctima y su posterior succión. Aunque las tres fases larvarias son
depredadoras, mas del 80% de la alimentación se realiza durante el tercer estadío larvario.
La inmensa mayoría de las especies presentan actividad depredadora nocturna, pero
algunas son también activas durante el día. La pupa puede formarse en los alrededores de
sus presas o bien enterrarse en el suelo.
Según las especies pueden existir de una hasta numerosas generaciones anuales.
Algunas especies como Episyrphus balteatus y Eupeodes corollae son muy abundantes en
una gran cantidad de cultivos y zonas alteradas por el hombre. Episyrphus balteatus
inverna como adulto, presentando hembras ginoinvernates que comenzarán la ovoposición
en los primeros días de la primavera. Eupeodes corollae, por el contrario, permanece en
estado de pupa durante el invierno, emergiendo los adultos tras las primeras lluvias de la
primavera. Sin embargo, en muchas zonas de la Península Ibérica (especialmente en el
Sur) ambas especies pueden estar activas durante todo el año. Son frecuentes también las
migraciones Norte-Sur.
Quizás su mayor inconveniente a la hora de su utilización en los programas de
control de plagas es su baja resistencia ante la actuación de los tratamientos insecticidas,
que reducen drásticamente sus poblaciones en muchos agroecosistemas. Desde el año 2003
se pueden adquirir comercialmente pupas de Episyrphus balteatus, por lo que la utilización
de esta especie en los programas de control de todo el mundo se ha incrementado
notablemente.
Familia Sarcophagidae
183
Familia Sciomyzidae
TACHINIDAE
Control de ortópteros
184
efectivos resultados hacen que la relación coste/beneficio sea positiva.
Control de lepidópteros
APHIDOLETES APHIDIMYZA
185
transporte y comercialización.
Por otro lado, es de destacar que este díptero no es afectado por la acción
determinados acaricidas por lo que es factible la utilización de ciertos productos químicos
para el control de ácaros plaga junto con Aphidoletes como agente de biocontrol. Lo
mismo ocurre con algunos insecticidas utilizados contra los pulgones, pero no con la
mayoría, por lo que no se recomienda su uso conjunto.
Para facilitar el éxito de su utilización en invernaderos la temperatura ambiente
debe oscilar entre 20 y 25ºC y unas 16 horas de luz diarias, por lo que en ocasiones será
necesaria la presencia de alguna fuente de luz artificial. También es de especial
importancia la “aplicación de las pupas” cuando el número inicial de pulgones no sea muy
elevado.
SYRPHIDAE
Como ya hemos indicado anteriormente, la mayor parte de los Sírfidos con larvas
depredadoras se alimentan fundamentalmente de pulgones y otros homópteros como
cochinillas y Psílidos. Es por ello que sobre estos grupos es sobre los que se ha incidido
más en los programas de control biológico. Sin embargo algunas especies se desarrollan
también sobre larvas de coleópteros (Parasyrphus nigritarsis) o de Lepidópteros gregarios
como la Procesionaria del pino (Xanthandrus comtus). Con objeto de resaltar las
principales potencialidades de este grupo de dípteros explicaremos de manera resumida su
papel como agentes biocontroladores de plagas de pulgones.
Junto con los Coccinélidos, los Sírfidos son los agentes afidófagos más
importantes. No obstante, a pesar de que ya Reamur en 1734 recomendaba recolectar
huevos de moscas afidófagas para su uso contra los pulgones y que se ha constatado que se
trata de los depredadores más numerosos en un gran número de cultivos, son pocos los
trabajos existentes acerca de la cuantificación de la acción beneficiosa de estos dípteros.
Esto es debido, entre otros factores, al gran desconocimiento que se posee acerca de la
biología y taxonomía de muchas especies y en especial de su presencia en los campos de
cultivo.
La efectividad de los Sírfidos afidófagos se refiere al mantenimiento de la plaga
por debajo de los niveles de daño económico necesarios para cada cultivo. A pesar de que
es obvia su decisiva acción beneficiosa, muchas veces es difícil cuantificar dicha acción,
porque son varias las especies de Sírfidos que interaccionan sobre una misma plaga y por
otro lado debido a la presencia de otros depredadores como los Coccinélidos y los
Neurópteros.
En cualquier caso es evidente la acción beneficiosa de algunas especies polífagas
que están presentes sobre una gran variedad de cultivos como Episyrphus balteatus,
Eupeodes corollae o Sphaerophoria scripta. No obstante, en cada área en particular
existen especies de una menor distribución geográfica pero que localmente pueden tener
unos efectos mucho más satisfactorios. Es el caso del género Paragus en toda la región
mediterránea.
El impacto de los Sírfidos sobre las poblaciones de pulgones es importante debido
sobre todo a varias razones: a) la gran movilidad y habilidad de búsqueda de la hembras
fecundadas, b) los hábitos de ciertas especies que necesitan el estímulo visual de la colonia
de pulgones para realizar la puesta, c) la gran voracidad de sus larvas y d) la rápida
intervención desde los primeros momentos de aparición de la plaga. No obstante, son
necesarios más estudios acerca de su actuación en condiciones naturales ya que muchas
186
especies son fundamentalmente nocturnas y se alejan de la fuente de alimento durante el
día por lo que su importancia puede verse artificialmente devaluada.
Recientemente se produce comercialmente Episyrphus baltetus, pero
especialmente en toda la región Mediterránea es muy importante favorecer la acción
beneficiosa de estos dípteros, mediante determinadas prácticas agrícolas como la
utilización de insecticidas con poco efecto residual o la inclusión en los bordes de los
cultivos de determinadas especies vegetales cuyas flores funcionaran como “atrayentes” de
los adultos. Por otro lado y debido a que los Sírfidos son mas sensibles a la acción de los
agentes químicos tanto herbicidas como insecticidas que otros insectos, la IOBC
(Organización Internacional de Lucha Biológica) los ha seleccionado como insectos test de
insecticidas para depredadores afidófagos. Por todo ello, los sírfidos presentan grandes
posibilidades en ciertos tipos de producción, como la ecológica de invernadero,
fundamentalmente en pimiento del Sureste de España.
Por último podemos destacar que los Sírfidos son capaces de localizar y destruir
colonias de pulgones tanto de colonias aéreas como de las especies con hábitos
subterráneos. Incluso algunas especies están adaptadas para penetrar en el interior de las
agallas creadas por la acción de algunos pulgones. En conclusión se trata de un grupo
prometedor en relación al control de determinadas plagas, pero hacen falta mas estudios de
conjunto sobre su verdadero impacto en condiciones naturales así como su relación con
otros insectos.
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188
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194
CLAVE DE IDENTIFICACIÓN DE LAS
SUPERFAMILIAS DE HYMENOPTERA*
Jesús Selfa
8.- Ala anterior con venas C y R tocándose o fusionadas (Fig. 12) Ichneumonoidea.
8’.- Ala anterior con venas C y R separadas (Fig. 13) 9.
13.- Metasoma unido al propodeo por su parte superior (Fig. 20) Evanioidea.
13’.- Metasoma unido al propodeo por su parte inferior (Fig. 21) Chrysidoidea.
195
14.- Tégula separada del pronoto por el mesoescudo (Fig. 22) Apoidea.
14’.- Tégula conectada al pronoto (Fig. 23) Vespoidea.
15.- Ala anterior con vena C (Fig. 24) o vena C + R (Fig. 25, 26) 16.
15’.- Ala anterior sin vena C ni C + R (Fig. 27) 21.
20.- Metasoma unido al propodeo por su parte superior (Fig. 20) Evanioidea.
20’.- Metasoma unido al propodeo por su parte inferior (Fig. 31) Proctotrupoidea.
21.- Ala anterior en forma de raqueta y con pelos distales (Fig. 32) Mymarommatoidea.
21’.- Ala anterior de aspecto diferente 22.
22.- Tégula separada del pronoto por el mesoescudo (Fig. 33) Chalcidoidea.
22’.- Tégula conectada al pronoto (Fig. 34) 23.
24.- Segmentos I y/o II del metasoma en forma de nudo (Fig. 28, 37) Vespoidea.
24’.- Segmentos I-II del metasoma diferentes 25.
25.- Tégula separada del pronoto por el mesoescudo (Fig. 33) Chalcidoidea.
25’.- Tégula conectada al pronoto (Fig. 34) 26.
28.- Escapo al menos 5 veces más largo que ancho (Fig. 39) 29.
28’.- Escapo a lo sumo 3 veces más largo que ancho 30.
196
31.- Tégulas presentes 32.
31’.- Tégulas ausentes 33.
34.- Escapo al menos 4 veces más largo que ancho (Fig. 41) 35.
34’.- Escapo menos de 3 veces más largo que ancho (Fig. 42) 36.
*Clave para la Región Paleártica, simplificada de “H. Goulet & J.T. Huber. 1993.
Hymenoptera of the world: An identification guide to families. Agriculture Canada”.
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CLAVE DE IDENTIFICACIÓN DE
HYMENOPTERA PARASITICA NO CHALCIDOIDEA*
Jesús Selfa
1.- Cabeza provista de un círculo de dientes alrededor del ocelo mediano (Fig 45). Coxa posterior
anchamente articulada (Fig. 46): Stephanidae (STEPHANOIDEA).
1’.- Cabeza con diferente aspecto. Coxa estrechamente articulada: 2.
2.- Espacio malar con una depresión profunda donde se inserta el escapo (Fig. 47): Megalyridae
(MEGALYROIDEA).
2’.- Espacio malar sin depresión: 3.
4.- Metasoma inserto en la parte alta del propodeo (Fig. 20): EVANIOIDEA -5.
4’.- Metasoma inserto en la parte baja del propodeo (Fig. 21): 7.
7.- Ala anterior con 3 o más celdas cerradas por venas conspicuas: 8.
7’.- Ala anterior a lo sumo con 2 celdas cerradas por venas conspicuas: 12.
8.- Ala anterior con la venas costal y subcostal fusionadas (Fig. 12). Estigma alar siempre presente.
Antena con 16 o más flagelómeros: ICHNEUMONOIDEA -9.
8’- Ala anterior con las venas costal y subcostal separadas (Fig. 13). Si hay estigma alar o si las alas
están reducidas o ausentes, entonces la antena tiene menos de 16 flagelómeros: CHRYSIDOIDEA -
10.
9.- Ala anterior con 2 venas recurrentes y con la celda 1M fusionada con la celda 1R1 (Fig. 12):
Ichneumonidae.
9’.- Ala anterior con 1 vena recurrente y con la celda 1M no fusionada con la celda 1R1 (Fig. 52:
Braconidae.
11.- Cabeza prognata (Fig. 29). Metasoma con 6-7 terguitos visibles: Bethylidae.
11’.- Cabeza hipognata (Fig. 30). Metasoma a lo sumo con 5 terguitos visibles: Chrysididae.
202
13.- En visión lateral, el terguito metasomal de mayor longitud es el 4º, 5º ó 6º (Fig. 53): 14.
13’.- En visión lateral, el terguito metasomal de mayor longitud es el 2º, 3º (Fig. 54): 15.
17.- Segmentos I-II del metasoma tubulares. Ala anterior con un penacho distal de setas (Fig. 32):
Mymarommatidae (MYMAROMMATOIDEA).
17’.- Diferentes características: 18.
18.- Escapo antenal como máximo 4 veces más largo que el pedicelo: PROCTOTRUPOIDEA-19.
18’.- Escapo antenal más de 4 veces más largo que el pedicelo: 21.
19.- Estigma alar lineal, en forma de vena (Fig. 25, 57): Diapriidae.
19’.- Estigma alar ensanchado: 20.
21.- Metasoma deprimido y carenado lateralmente (Fig. 58, 59): PLATYGASTROIDEA -22.
21’.- Metasoma diferente: CERAPHRONOIDEA -23.
*Clave para la Región Paleártica, simplificada de “H. Goulet & J.T. Huber. 1993.
Hymenoptera of the world: An identification guide to families. Agriculture Canada”.
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HYMENOPTERA CHALCIDOIDEA
EN EL CONTROL BIOLOGICO DE PLAGAS
INTRODUCCIÓN
El control biológico de plagas es una parte de un fenómeno más amplio que sería
el control natural. El control natural es la regulación de las poblaciones, dentro de ciertos
límites mínimos y máximos, a lo largo del tiempo, por una combinación de factores
naturales. Estos factores se dividen en bióticos y abióticos y los más importantes son:
CHALCIDOIDEA
207
azules ó bronce. Su coloración, escultura y la amplia variación morfológica los convierten
en uno de los grupos más atractivos y variados de los himenópteros.
Tanto en el campo como en laboratorio se pueden confundir con otros pequeños
himenópteros. Uno de los caracteres que los diferencian es la venación muy reducida. No
hay celdas cerradas y solo existe una vena principal que se puede ramificar en dos, la
postmarginal y la estigmática o radial. El otro carácter es la existencia de un esclerito en el
tórax llamado prepectus.
208
machos. La proporción de sexos dependerá de varios factores, principalmente de la calidad
del hospedador. Se ha observado que el tamaño del hospedador influye en el tipo de huevo
depositado, los más grandes dan lugar a hembras. Igualmente, si la mortalidad larvaria del
hospedador es baja la estrategia es primero hembras y en segundo lugar machos. Cuando
se realizan sueltas periódicas de parásitos es fundamental tener en cuenta estos hechos para
que exista un mayor control. Hay que fijar exactamente el tamaño del hospedador para que
la progenie resultante sea, en su mayor parte, hembras (Opp & Luck, 1986).
Los huevos de los Chalcidoidea pueden ser sinovigénicos ó provigénicos. Este
carácter depende del tipo de conducta, idiobionte ó koinobionte. Generalmente, los
koinobiontes producen huevos provigénicos y los idiobiontes producen huevos
sinovigénicos. En algunas familias, cómo los afelínidos, se produce una reabsorción de los
huevos cuando no encuentran hospedador. Ello contribuye a la alimentación del parásito e
impide que se “desperdicien” huevos.
La poliembrionía es un fenómeno asociado fundamentalmente a los encírtidos,
aunque otros himenópteros también lo presentan. En el género Copidosoma, un sólo huevo
puede dar lugar a varios miles de individuos. Hay que distinguir la poliembrionía del
parasitismo gregario. En la primera, todos los descendientes son del mismo sexo.
Todos los calcidoideos contribuyen al control natural de las poblaciones, no
obstante las familias Aphelinidae, Encyrtidae, Mymaridae y Trichogrammat-idae se
pueden considerar cómo las más relevantes en proyectos de control biológico.
FAMILIA APHELINIDAE
209
Los Afelínidos están ampliamente distribuidos. Se han descrito unas 1200
especies y cerca de 100 géneros, aunque solamente cerca de 40 son reconocidos como
válidos. La clasificación de la familia es altamente inestable ya que hay autores que
separan los Eriaporinae como grupo distinto. La familia Elasmidae se considera
actualmente una tribu de los afelininos.
Las especies son primariamente endoparásitas o ectoparásitas cenobiontes o
hiperparásitos, principalmente de Aleyrodoidea, Aphidoidea, Psylloidea y especialmente
Coccoidea, sin embargo también parasitan huevos de Lepidoptera y Orthoptera. Algunos
atacan huevos, larvas y pupas de Diptera y otros pueden atacar larvas de otros
calcidoideos.
La familia es bien conocida por sus complicados modos de desarrollo diferencial
y parasitismo de los sexos. En algunas especies las hembras son endoparásitos y los
machos ectoparásitos de las mismas especies hospedadoras. Incluso en otras especies los
machos son hiperparásitos de las hembras de sus propias especies (adelfoparasitismo o
autoparasitismo obligado), de otras especies de afelínidos (adelfoparasitismo facultativo) o
de otros parásitos primarios.
Los adultos se alimentan de néctar y también del hospedador. Mediante un
elaborado proceso, construyen un tubo alimenticio por el que exuda el fluido del
hospedador. La mortalidad causada por la alimentación es importante aunque difícil de
evaluar.
La reproducción es normalmente biparental, aunque la reproducción uniparental
también es común. En este caso se presume que es causada por una bacteria llamada
Wolbachia.
Es la familia más importante en los programas de control biológico. Greathead
(1986), observa que en 90 de 216 proyectos de control desarrollados con éxito los agentes
son afelínidos. Los ejemplos más importantes y representativos de estos proyectos se tratan
a continuación.
210
descubrimiento e importación de los más eficaces.
El control del piojo rojo de California se puede considerar cómo importante,
aunque son necesarios los tratamientos químicos en algunas zonas. El principal parásito es
Aphytis melinus, importado de la India y Pakistán, junto con A. lingnanensis y Encarsia
perniciosi. En Israel, A chrysomphali es dominante en la costa, A. melinus en áreas
intermedias, y A. coheni en los valles más cálidos del interior. El encírtido Comperiella
bifasciata contribuye al control en algunas áreas. Este proyecto ayudó a comprender la
competencia interespecífica y la importancia de las razas adaptadas a diferentes climas.
En España, el control biológico de Aonidiella es parcial. Se realizan sueltas de A.
melinus en algunas zonas de Andalucía pero no suficientes para producir un buen control.
En el año 2000 el IVIA ha introducido las especies Comperiella bifasciata y Encarsia
perniciosi. En la actualidad se crían estas dos especies en los Servicios de Sanidad
Vegetal de Almazora (Castellón) para realizar sueltas inoculativas. Ambas especies se han
establecido aunque con poblaciones pequeñas.
Las moscas blancas Trialeurodes y Bemisia son las principales plagas de los
cultivos de hortalizas tanto al aire libre como en invernadero. Atacan cerca de 250 especies
de plantas, entre ellas se encuentra el tomate, pepino, berenjena, pimiento y muchas
ornamentales. El afelínido Encarsia formosa fue descubierto en 1926 por un cultivador de
tomate, y pronto se reveló cómo un parásito muy eficaz para el control de la plaga. Pero no
es hasta 1967 en que se cría en masa y empieza su distribución en los invernaderos. En
Italia se introdujo Encarsia pergandiella para el control de Trialeurodes. Una vez
establecida se comprobó que era un hiperparásito pero ya no se podía hacer nada para
erradicarla. En la actualidad hay unos protocolos muy estrictos para la introducción de
fauna útil.
211
Eretmocerus mundus es otro afelínido utilizado en los invernaderos. Su
hospedador es Bemisia tabacci, que transmite virosis a las plantas hortícolas. Es muy
eficaz en el control de la plaga.
FAMILIA ENCYRTIDAE
En Kenia, en 1923 se convirtió en una seria plaga del café. La cochinilla fue
inicialmente identificada cómo Planococcus citri y se utilizaron los parásitos adecuados,
pero fallaron. Posteriormente se identificó cómo Pseudococcus lilacinus, una especie de
origen oriental. Por lo tanto, se realizó la búsqueda de parásitos en Filipinas, Indonesia, y
la India, pero todas las introducciones resultaron fallidas. Finalmente se identificó cómo
Planococcus kenyae, una plaga de la próxima Uganda. Allí se realizó la búsqueda y esta
vez con éxito, con lo que en la actualidad está perfectamente controlada. Los enemigos
naturales responsables del control son los encírtidos Anagyrus sp. próximo a kivuensis y
212
Anagyrus beneficians.
Es una plaga, a escala mundial, de todas las áreas citrícolas. Generalmente está
controlada por un coccinélido, que se cría artificialmente y se suelta cada año. No obstante
se ha introducido el encírtido Leptomastix dactylopii para que exista una población
permanente de enemigos naturales. El control realizado se puede considerar parcial.
Actualmente se utiliza Anagyrus sp.
La introducción fortuita de enemigos naturales es un fenómeno frecuente. En unos
casos se introduce junto con la plaga y en otros con material vegetal. Recientemente se ha
localizado Coccidoxenoides peregrinus, parásito del cotonet, y empleado en Italia y otros
países para el control de la cochinilla en invernaderos.
FAMILIA EULOPHIDAE
213
Comprende alrededor de 4288 especies en 294 géneros. Los hospedadores
incluyen un vasto número de taxones desde arañas y huevos de insectos, nemátodos,
ácaros, trips, u otros Hymenoptera y abarcan mas de 100 familias en 10 órdenes de
artrópodos. La mayoría son parásitos primarios de larvas de hábitats protegidos,
especialmente minadores. Algunos parasitan insectos gallícolas y otros son parásitos de
huevos. Pueden ser ecto- y endoparásitos, cenobiontes ó idiobiontes, y algunos son
hiperparásitos facultativos. Una especie es hiperparásito obligatorio de los sacos ovígeros
de arañas.
Son fundamentales en el control natural de las poblaciones, pero su utilización en
proyectos de control biológico es escasa. No son muy específicos y, el hecho de ser
hiperparásitos facultativos limita su introducción.
Un gran número de Eulófidos ataca a los minadores, entre ellos los géneros
Chrysocharis, Neocrhysocharis y Diglyphus. La especie Diglyphus isaea se comercializa
para el control de minadores en invernadero.
FAMILIA TRICHOGRAMMATIDAE
214
dispuestas en líneas regulares.
A escala mundial la familia Trichogrammatidae comprende alrededor de 600
especies, incluidas en 80 géneros. La familia ha sido inadecuadamente muestreada a través
del mundo y las colecciones necesarias para realizar estudios de revisión global no existen
aun.
Son endoparásitos solitarios ó gregarios de huevos de otros insectos,
principalmente de Lepidoptera, Hemiptera, Coleoptera, Thysanoptera, Hymen-optera,
Diptera y Neuroptera. Dos géneros parasitan huevos de insectos acuátcos y se han
registrado nadando bajo el agua para alcanzar a sus hospedadores.
FAMILIA MYMARIDAE
215
del curculiónido de los eucaliptos, Gonipterus scutellatus.
FAMILIA PTEROMALIDAE
PROCTOTRUPOIDEA
FAMILIA PROCTOTRUPIDAE
FAMILIA DIAPRIIDAE
216
control biológico contra plagas de dípteros.
PLATYGASTEROIDEA
FAMILIA SCELIONIDAE
FAMILIA PLATYGASTERIDAE
Pequeños a diminutos insectos, 0,5-3 mm, coloración negra, sin brillo metálico.
La familia comprende aproximadamente 78 géneros con 1100 especies descritas y se
estiman miles de especies por describir.
Son endoparásitos, idiobiontes algunos y la gran mayoría cenobiontes, solitarios
de larvas de cecidómidos y de ninfas de homópteros. La especie Platygaster zosine
presenta polembrionía. Pocas especies han sido utilizadas en control biológico clásico. En
España se ha introducido la especie Amitus spiniferus para el control de la mosca blanca de
los cítricos, A. flocossus. Se ha establecido en la región citrícola de Alicante pero la
población es muy baja.
BIBLIOGRAFÍA
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218
ESTUDIO E IDENTIFIACIÓN BAJO LUPA DE
HYMENOPTERA CHALCIDOIDEA
INTRODUCCIÓN
MORFOLOGÍA
219
220
221
CLAVE DE IDENTIFICIÓN DE CHALCIDOIDEA*
Jesús Selfa
2(1’) Tórulos muy separados entre sí, contiguos a los ojos (Fig. 62). Ala posterior peciolada:
Mymaridae.
2’ Tórulos cercanos entre sí, bastante separados de los ojos (Fig. 63). Ala posterior no
peciolada: 3.
3(2’) Coxa posterior muy grande, triangular y aplanada (Fig. 64): Elasmidae.
3’ Coxa posterior de tamaño normal y nunca aplanada: 4.
4(3’) Fémur posterior engrosado, con dientes en la zona ventral. Tibia posterior arqueada (Fig.
65): 5.
4’ Fémur posterior normal. Tibia posterior recta: 6.
7(6’) Propodeo con una área triangular delimitada por finos surcos (Fig. 67). Ala anterior con
setas marginales largas: Signiphoridae.
7’ Propodeo sin área triangular. Ala anterior marginalmente distinta: 8.
8(7’) Coxa posterior, como mínimo, 3 veces más ancha que la anterior: 9.
8’ Coxa posterior sólo un poco más ancha que la anterio: 10.
10(8’) Collar pronotal grande y rectangular (Fig. 68). Carena occipital ausente: Eurytomidae.
10’ Collar pronotal diferente. Carena occipital presente: 11.
12(11’) Tarsos con 4 artejos. Antena con 9 artejos. Tibia anterior con espolón corto y recto (Fig.
70): Eulophidae.
12’ Tarsos con 5 artejos; si tienen 4, entonces la antena tiene 11 artejos y la tibia anterior un
espolón curvado: 13.
222
13(12’) Ala anterior con la vena marginal siempre más larga que la vena estigmática (Fig. 71).
Terguitos distales del metasoma transversos: 14.
13’ Ala anterior con la vena marginal más corta que la vena estigmática. Terguitos distales del
metasoma en forma de V (Fig. 72): Encyrtidae.
14(13) Mesopleura un poco o claramente más larga que ancha y sin marcas (Fig. 73): Eupelmidae.
14’ Mesopleura claramente más ancha que larga y con marcas: 15.
15(14’) Mesosoma corto y elevado, no reticulado (Fig. 74). Metasoma fuertemente convexo y
transverso: Perilampidae.
15’ Si el mesosoma es corto y elevado, entonces el escudo y el escutelo están reticulados.
Metasoma diferente: 16.
*Clave para España, simplificada de “H. Goulet & J.T. Huber. 1993. Hymenoptera of the
world: An identification guide to families. Agriculture Canada”.
223
224
225
HYMENOPTERA CYNIPOIDEA
EN EL CONTROL BIOLOGICO DE PLAGAS
Juli Pujade-Villar
Universidad de Barcelona
Facultad de Biología
Departamento de Zoología
Avenida Diagonal 645
08028 Barcelona
e-mail: pujade@bio.ub.es
INTRODUCCIÓN
FAMILIA AUSTRALOCYNIPIDDAE
FAMILIA IBALIIDAE
226
FAMILIA LIOPTERIDAE
FAMILIA FIGITIDAE
• Figitinae: que ataca larvas de dípteros ciclorrafos. Es un grupo parafilético por lo que
no hay caracteres morfológicos que agrupen todos los géneros; se identifican por la
ausencia de caracteres típicos de las otras subfamilias. Fauna peninsular desconocida,
sólo unas pocas especies han sido citadas (Ros-Farré & Pujade-Villar, 2000; Pujade-
Villar, Blasco-Zumeta & Ros-Farré, 2001).
• Aspicerinae: que atacan larvas de dípteros predadores de áfidos pertenecientes a las
familias Syrphidae y Chamaemyiidae. Morfológica-mente se caracterizan por la
especial reducción de la venación alar, por presentar el tercer terguito linguliforme y
por la espectacularidad del escutelo (con espinas, fuertes carenas, enormes fosetas
escutelares, ...). Fauna peninsular desconocida, sólo unas pocas especies han sido
citadas (Ros-Farré & Pujade-Villar, 2000; Pujade-Villar et al., 2001).
• Anacharitinae: que atacan larvas de neurópteros predadoras de áfidos pertenecientes
a los Hemerobiidae y Chrisopidae. Morfológicamente caracterizados por presentar la
cabeza triangular y/o la superposición de mandíbulas. Fauna peninsular desconocida,
sólo unas pocas especies han sido citadas (Ros-Farré & Pujade-Villar, 2000; Pujade-
Villar, Blasco-Zumeta & Ros-Farré, 2001).
• Eucoilinae: que en su mayoría atacan larvas de dípteros ciclorafos. Muy fácilmente
identificables por presentar una estructura cóncava y elevada en el escutelo. Fauna
peninsular desconocida y número de especies presumiblemente muy alto.
• Charipinae: en su mayoría parasitoides de bracónidos que controlan poblaciones de
áfidos. Son de tamaño muy pequeño y carecen de escultura en el cuerpo. Fauna
peninsular desconocida, sólo unas pocas especies han sido citadas (Ros-Farré &
Pujade-Villar, 2000; Pujade-Villar, Blasco-Zumeta & Ros-Farré, 2001).
• Parnipinae: Parasitoide de un Cynipidae que ataca cápsulas de Papaver. Sólo una
especie conocida de distribución mediterránea.
227
La biología de muchas especies es desconocida por lo que el campo de estudio de
estos grupos es enorme. La dificultad está en poder separar las especies puesto que no
existen trabajos recientes que reviesen los géneros; además muchos grupos han sufrido
recientemente reestructuraciones importantes de taxones. Para los géneros de todas las
subfamilias podemos recurrir en cierto modo a Weld (1952) y para los Charipinae a Menke
& Evenhuis (1991).
FAMILIA CYNIPIDAE
IBALIIDAE Y LIOPTERIDAE
Figura 1. Ibaliidae.
228
FIGITIDAE
Tabla 1
NOTA: Díptero ciclorrafo es aquel que presenta las antenas triarticuladas con unas sedas laterales
en el tercer segmento.
Los parasitoides útiles son los parasitoides primarios, pues inciden directamente
en el control del huésped, mientras que los parasitoides entorpecedores interfieren en el
control atacando los parasitoides primarios de un determinado huésped o los predadores
directos de éstos. Por ello, el estudio de estos grupos, es esencialmente distinto.
Eucoilinae
229
Liriomyza, etc.) o al menos ya se han testado sus posibilidades (Fontal-Cazalla,
Buffington, Nordlander, Liljeblad, Ros-Farré, Nieves-Aldrey, Pujade-Villar & Ronquist,
2002); en su mayor parte, estos estudios han sido realizados en la zona neotropical por lo
que su acción en la fauna Peninsular aún está por ver.
De todos modos la lógica apunta que este grupo presenta grandes posibilidades ya
que se han colectado atacando muchas familias de dípteros dañinos: Tephritidae,
Anthomyiidae, Chloropidae, Canaceidae, Agromyzidae, Sepsidae, Sphaeroceridae,
Drosophilidae, Ephydridae, Phoridae, Muscidae, Opomyzidae, Otitidae, Calliphoridae y
Sarcophagidae.
230
CYNIPIDAE
231
Figura 4. Principales características morfológicas de géneros dañinos de árboles: Callirhytis (superior) y
Plagiotrochus (inferior). Derecha: mesosoma dorsal (superior) y lateral (inferior). Izquierda: propodeo.
Figura 5. Ejemplo de daño producido por Plagiotrochus suberi en ramas de Q. suber (izquierda). Obsérvese
la rama con orificios de salida (central) y las cámaras larvales en su interior (derecha).
232
La recolección de agallas pone de manifiesto que no solo la especie inductora está
presente en las mismas (Pujade-Villar, 2004). Todo un conjunto de fauna,
extraordinariamente diversa interacciona en mayor o menor grado con ella. De hecho, las
agallas de los artrópodos soportan una rica comunidad asociada de organismos que
encuentran en ellas acomodo, cobijo y disponibilidades alimenticias. Es por ello que son
consideradas como “puntos calientes” ecológicos, especialmente las de los cinípidos y
cecidómidos debido a su mayor complejidad.
Podremos diferenciar tres grandes grupos de organismos asociados a las agallas:
(i) los inductores, (ii) la fauna primaria (directamente relacionada con la agalla o con sus
habitantes por una relación obligatoriamente trófica) y (iii) la fauna secundaria (constituida
por organismos que usan las agallas sin ninguna relación trófica o sin una rigidez trófica).
Los inductores son los organismos gallícolas; la fauna primaria está constituida por los
“inquilinos” y los parasitoides, y la fauna secundaria por el resto de organismos asociados
(los cecidófagos y los sucesores).
Por todo lo mencionado, las agallas son pequeños mundos dónde múltiples
interelaciones tróficas se encuentran presentes. Como modelo (Fig. 6) ver el caso de A.
hispanica en el que diversas especies de Cynipidae “inquilinas” y de múltiples familias de
Chalcidoideos interaccionan (Ros-Farré & Pujade-Villar, 1998). El control de las especies
dañinas es posible mediante la fauna autóctona; las especies gallícolas introducidas
ocasionan graves trastornos poblacionales en muchos lugares del planeta. Así por ejemplo
el alcornoque, cuya distribución nativa es circummediterránea, presenta una plaga de
Plagiotrochus suberi muy severa tanto en California como en Argentina; en el mejor de los
casos, el corcho no se puede extraer, y en el peor de ellos, mueren árboles enteros.
Figura 5.- Relaciones tróficas en una agalla de cinípido (Andricus hispanicus): “---“ relación poco
frecuente, “?” relación posible, “ “ si apunta a la agalla es que se encuentran en la cámara central,
y “ “ es que se encuentran en el tejido periférico. Especies inquilinas (12), parasitoides (15). Géneros
implicados (12), especies (27). Representantes de parasitoides: Eupelmidae (2), Torymidae (3),
Pteromalidae (5), Eurytomidae (3) y Ormyridae (2).
233
BIBLIOGRAFÍA CITADA
234
ESTUDIO E IDENTIFICACIÓN BAJO LA LUPA DE CYNIPOIDEA
Juli Pujade-Villar
OBJETIVOS
MATERIAL
1. El tergito mayor del metasoma es el cuarto (fig. 1), el quinto (fig. 2) o el sexto (fig. 3),
(observar en vista lateral). Tamaño relativamente grande (5-30 mm.); macrocinipoideos: 2.
- El tergito mayor es el segundo (fig. 11) o el tercero (fig. 12). Tamaño relativamente pequeño
(1-6mm); microcinipoideos: 3.
2. Celda radial 9 veces más larga que ancha (fig. 4), Metasoma muy comprimido, con aspecto de
hoja de cuchillo (fig. 3). Primer tarsómero del último par de patas más largo que todos los otros
juntos (fig. 5): F. Ibaliidae.
[Parasitoide de larvas de Siricidae (Hymenoptera)].
- Celda radial mucho más pequeña, a lo sumo 6 veces más larga que ancha. Metasoma no tan
comprimido y de aspecto distinto (fig. 1, 2). Primer artejo metatarsal más corto que todos los
otros juntos (fig. 6): F. Liopteridae.
[Parasitoides de Buprestidae, Curculionidae y Cerambicidae (Coleoptera)].
3. Escutelo con una prominencia cóncava, situada en la superficie dorsal (fig. 7): F. Figitidae (en
parte).
[Estas características definen la subfamilia Eucoilinae.
Parasitoides de larvas y ninfas de Diptera].
- Sin estas características: 4.
235
4. Cuerpo, particularmente el escutelo, casi siempre liso (fig. 20 derecha), sin escultura y/o con un
anillo de sedas rodeando el metasoma (fig. 8). Tamaño muy reducido (1-2 mm.): F. Figitidae
(en parte).
[Estas características definen la subfamília Charipinae.
Parasitoides de Psyllidae (Hemiptera-Homoptera) o hiperparásitos de pulgones (Hemiptera-
Homoptera atacados por Aphidiinae (Hymenoptera, Braconidae)].
- Cuerpo normalmente con escultura definida (fig. 20 central), y si es liso (fig. 20 izquierda)
nunca hay un anillo pubescente en la base del metasoma. Tamaño normal-mente mayor: 5.
5. Segundo terguito visible del metasoma más grande que el tercero y sobrepasando la mitad de la
longitud del propio metasoma (observar en vista lateral) (fig. 11) o ocupando la mayor parte
del metasoma puesto que en este caso el TII y el TIII están fusionados. Vena RS+M de las alas
anteriores, cuando es visible, dirigiéndose hacia el punto medio de la vena basal (fig. 9, 11).
Metasoma más o menos comprimido en los dos sexos. Escutelo siempre redondeado en el
margen: F. Cynipidae.
[Cecidógenos o asociados a agallas].
- Tercer terguito visible del metasoma más grande que el segundo (fig. 12) y si son de longitud
parecida o el segundo es el mayor entonces el segundo terguito no llega a ocupar la mitad del
metasoma. Vena Rs+M de las alas anteriores, cuando es visible, dirigiéndose hacia la base de la
vena basal (fig. 10). Metasoma comprimido o no. Escutelo redondeado, truncado o proyectado
en una espina: 6.
6. Cabeza en visión anterior con fuertes carenas frontales (fig. 13) y con una impresión facial
característica (fig. 13). Primer terguito visible del metasoma linguliforme (fig. 16). Venación
del primer par de alas muy reducida, con la vena R1 muy corta o inexistente (fig. 17): F.
Figitidae (en parte).
[Con estas características se define la subfamilia Aspicerinae.
Parasitoides de dípteros depredadores de áfidos].
- Cabeza sin carenas frontales ni impresión facial. Primer terguito visible no linguliforme aunque
a veces el margen sea un poco curvado. Venación alar nunca tan reducida; R1 siempre bien
representada: 7.
7. Placa pronotal formada por un arco continuo (fig. 15). Mandíbulas completamente
superpuestas por lo que prácticamente sólo una mandíbula es visible (fig. 14). Propodeo
reticulado: F. Figitidae (en parte).
[Con estas características se define la subfamília Anacharitinae.
Parasitoides de neurópteros depredadores de áfidos].
- Placa pronotal diferente. Mandíbulas no superpuestas, se observan las dos perfecta-mente.
Propodeo provisto de dos carenas verticales sin un reticulado en el centro: F. Figitidae (en
parte).
[Con estas características se define la subfamília Figitinae.
Parasitoides de dípteros ciclorafos].
236
237
RECONOCIMIENTO DE LA MORFOLOGÍA DE LAS AGALLAS DE CINÍPIDOS
OBJETIVOS
MATERIAL
238
HYMENOPTERA ICHNEUMONOIDEA
EN EL CONTROL BIOLOGICO DE PLAGAS
Jesús Selfa
Universidad de Valencia
Facultad de Biología
Departamento de Zoología
Dr. Moliner 50
46100 Burjasot, Valencia
e-mail: jesus.selfa@uv.es
INTRODUCCIÓN
FAMILIA BRACONIDAE
Los Braconidae constituyen una de las familias más amplias entre los himenópteros
con unas 15.000 especies decritas en todo el mundo, aunque se estima que existen más de
40.000. Se encuentran ampliamente distribuidas en todas las regiones biogeográficas, si bien
muestran una clara preferencia por los climas secos y cálidos. La mayoría son especies de
pequeño tamaño, muy activas, de color negro, ocre o leonado.
En su mayoría son endoparasitoides solitarios o gregarios cenobiontes de las fases
preimaginales de insectos, e incluso de su fase adulta; los ciclostominos Braconinae,
Doryctinae y Rogadinae son ectoparasitoides idiobiontes. Los ectoparasitoides eligen
hospedadores situados en espacios confinados, mientras que los endoparasitoides atacan a
aquellos que viven al aire libre
Alysiinae
239
a veces paralizadas temporalmente durante la oviposición; el parasitoide pupa en el interior del
pupario del hospedador. Géneros Alysia, Aphaereta y Dacnusa..
Aphidiinae
Braconinae
Cheloninae
Doryctinae
Euphorinae
240
Homolobinae
Microgastrinae
Opiinae
Rogadinae
FAMILIA ICHNEUMONIDAE
La familia Ichneumonidae constituye una de las más grandes dentro de todos los
himenópteros, con cerca de unas 60.000 especies que se estiman existentes en el mundo; de
todas ellas, se han descrito aproximadamente una cuarta parte. El grupo presenta una mayor
riqueza específica en las regiones templadas y en los trópicos húmedos, siendo
particularmente abundante en la regiones Paleártica Este y Neártica; sin embargo, está
escasamente representado en las áreas secas y calurosas.
Los icneumónidos están estrechamente emparentados con los bracónidos, de los que
se diferencian por tener: a) una segunda vena recurrente en el ala anterior, espectral (Figura
4.2A) o marcada (Figura 4.2B), ausente en cualquier caso en los bracónidos; y b) los terguitos
2 y 3 del metasoma separados, y no fusionados como en bracónidos si exceptuamos a los
afidiinos.
Dentro de la familia, existe una acusado dimorfismo sexual. Las hembras son más
robustas y tienen las patas más cortas y gruesas que los machos, debido a sus hábitos de
rastreo para buscar a sus hospedadores. Por su parte, los machos tienen las antenas más largas
y están provistas de determinadas estructuras sensoriales adaptadas para la búsqueda de las
hembras.
241
En su mayoría son endoparasitoides primarios cenobiontes o ectoparasitoides
primarios idiobiontes de larvas y pupas de insectos holometábolos, aunque algunos
también son hiperparasitoides de otros icneumonoideos. Pueden parasitar incluso a
arácnidos (huevos y adultos de araneidos, y huevos de pseudoescorpiones). Sin embargo,
nunca lo hacen sobre imagos de otros insectos, o sobre estados preimaginales de insectos
heterometábolos (a excepción de algunos Mesochorinae).
Anomaloninae
Banchinae
Campopleginae
Cremastinae
Cryptinae
242
Ichneumoninae
Ophioninae
Pimplinae
Tryphoninae
CULTIVOS DE ALFALFA
243
control biológico de plagas agrícolas.
Por su parte, un caso concreto de lucha biológica sobre los noctúidos de la alfalfa,
Spodoptera exigua y Spodoptera littoralis, fue desarrollado en Córdoba (España) por
Caballero et al. (1990) (Fig. 1) y por Guimaraes et al. (1995) (Fig. 2), respectivamente,
donde se demostró la eficacia de la acción conjunta de varios parasitoides en conjunción
con patógenos.
CULTIVOS DE ARROZ
CULTIVOS DE TOMATE
244
INVERNADEROS
245
Hyposoter didymator
Cotesia plutellae (Ichneumonidae)
(Braconidae)
Spodoptera exigua
Spodoptera littoralis
Helicoverpa armigera
246
BIBLIOGRAFÍA
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CLAVE DE IDENTIFICACIÓN DE LAS
SUFAMILIAS DE ICHNEUMONIDAE
Jesús Selfa
4.- Basitarso posterior más largo que el conjunto restante de tarsómeros (Fig. 4)
Paxylommatinae.
4’.- Basitarso posterior tan largo como el conjunto restante de tarsómeros.
Anomaloninae.
10.- Metasoma comprimido, con segmentos III-IV mas altos que anchos 11.
10’.- Metasoma deprimido, con segmentos III-IV mas anchos que altos 19.
11.- Ala anterior con vena 2r-m y sin vena 1r-m (Fig. 10) 12.
11’.- Ala anterior con vena 1r-m y sin vena 2r-m (Fig. 11) 14.
12.- Ala anterior con vena 3/1A’ larga y paralela al margen posterior (Fig. 2)
Ophioninae.
12’.- Ala anterior sin vena 3/1A’ o muy corta 13.
265
14.- Propodeo sin carenado regular (Fig. 14) Anomaloninae.
14’.- Propodeo con carenado regular 15.
15.- Carena postpectal completa por delante de las coxas medias (Fig. 15) 16.
15’.- Carena postpectal incompleta por delante de las coxas medias (Fig. 16) 17.
18.- Ala anterior con 2 zonas claras en la vena 2m-cu (Fig. 21) Cryptinae.
18’.- Ala anterior con 1 zona clara en la vena 2m-cu (Fig. 22) Ctenopelmatinae.
20.- Ala anterior con la vena r-rs unida en la base del estigma (Fig. 23) Tryphoninae.
20’.- Ala anterior con la vena r-rs no unida de esta forma (Fig. 24) Metopiinae.
22.- Carena postpectal completa por delante de las coxas medias (Fig.15) Campopleginae.
22’.- Carena postpectal incompleta por delante de las coxas medias (Fig. 16) Metopiinae.
23.- Ojos con los márgenes internos convergentes (Fig. 25) Orthocentrinae.
23’.- Ojos con los márgenes internos no convergentes (Fig. 26) 24.
25.- Propodeo sin carenado o sólo con una carena transversal (Fig. 28) Banchinae.
25’.- Propodeo con carenado variable 26.
266
31.- Escapo dos veces más largo que ancho (Fig. 31) Orthocentrinae.
31’.- Escapo nunca dos veces más largo que ancho 32.
32.- Cara proyectada en un triángulo entre la base de las antenas (Fig. 32) Metopiinae.
32’.- Cara no proyectada de esta forma Ctenoplematinae.
34.- Hembra con hipopigio largo y triangular (Fig. 34). Macho con un diente subapical en las uñas
anteriores y medias (Fig. 35) Acaenitinae.
34’.- Hipopigio y uñas con otro aspecto 35.
35.- Labro claramente expuesto por debajo del clípeo (Fig. 36) Orthopelmatinae.
35’.- Labro apenas o nada expuesto por debajo del clípeo 36.
36.- Ala anterior con la vena 2m-cu más o menos recta (Fig. 37) Ctenopelmatinae.
36’.- Ala anterior con la vena 2m-cu en zig-zag (Fig. 38) 37.
39.- Terguitos II-IV del metasoma con surcos oblícuos (Fig. 40); si faltan, entonces la vena 2m-cu
del ala anterior tiene un zona clara (Fig. 22), y el propodeo no tiene carena longitudinal mediana
(Fig. 41) Banchinae.
39’.- Terguitos II-IV del metasoma sin surcos oblícuos. Vena 2m-cu del ala anterior con 2 zonas
claras Orthocentrinae.
44.- Vena 2m-cu del ala anterior con 1 zona clara (Fig. 22) 45.
44’.- Vena 2m-cu del ala anterior con 2 zonas claras (Fig. 21) 49.
267
45.- Segmento I del metasoma con glima (Fig. 44) 46.
45’.- Segmento I del metasoma sin glima 47.
53.- Clípeo con una muesca mediana apical (Fig. 47) u ojos con márgenes internos invaginados a la
altura de las inserciones antenales (Fig. 48) Pimplinae.
53’.- Clípeo sin muesca mediana apical. Ojos sin márgenes internos invaginados
54.
56.- Cara fuertemente abombada a la altura de la base de las antenas (Fig. 52)
Orthocentrinae.
56’.- Cara no abombada en dicha zona 57.
57.- Mandíbulas con 1 diente (Fig. 53). Fémur posterior con diente ventral (Fig. 54)
Xoridinae.
57’.- Mandíbulas con 2 dientes. Fémur sin diente ventral Acaenitinae.
Clave para España, simplificada de “H. Goulet & J.T. Huber (Ed). 1993. Hymenoptera of the
world: An identification guide to families. Agriculture Canada”.
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