Está en la página 1de 21

MANEJO

INTEGRADO DE
PLAGAS
ING. AGR. MSc. HENRY MORALES
Julio 2,022
Los insectos en los ecosistemas
La enorme diversidad de especies diferentes les proporciona uno de los estatus
más relevantes en el reino animal, por lo que desempeñan un papel
esencial en todos y cada uno de los ecosistemas del planeta.

El mayor beneficio que prestan los insectos es su encomiable labor de


mantener el equilibrio necesario en cada ambiente, y sobre todo,
el sostenimiento de las cadenas alimenticias y polinización vegetal.

Su pequeño tamaño y capacidad de volar les permite acceder a casi todos los
hábitats y microhábitats terrestres y acuáticos que se conocen.
La mayoría de los insectos son magníficos sensores de alarma y excelentes
bioindicadores del estado de salud ambiental de cada ecosistema.

Su estudio, catalogación y seguimiento de sus poblaciones, desde un punto de


vista tanto cualitativo como cuantitativo, aporta a los científicos los datos
necesarios para desarrollar distintos modelos de seguimiento ecológico de
cada hábitat.

El número de mariposas, polillas, abejas, grillos, saltamontes, escarabajos,


hormigas, avispas, moscas, cigarras, luciérnagas, chinches, tijeretas, libélulas,
caballitos del diablo…, se ha reducido de forma alarmante en todo el
mundo.
Los ciclos biológicos de la mayoría
de los insectos son muy sensibles a
cualquier cambio. La revista
científica Science publicó los
escalofriantes datos de la Sociedad
Entomológica de Krefeld, en Alemania,
que ha constatado que la biomasa
de insectos ha disminuido en este
país un 80% desde 1989. 

En España se sabe que tres


cuartas partes de las mariposas
están en declive, datos que
perfectamente pueden
ser extrapolables al resto de
Europa. La reducción de insectos es
alarmante y crece cada año.
La riqueza en especies de insectos
depende del estado de
conservación de las formaciones
vegetales. 

Su diversidad aumenta con la


heterogeneidad estructural
vegetal y su conservación
depende en buena medida de la
conservación del medio natural.

La transformación y destrucción de los


hábitats, (carreteras, el incremento de
zonas urbanas, uso indiscriminado de
insecticidas y cambio climático) son,
entre otras muchas, las causas más
importantes del declive de esta clase
zoológica.
La extinción de los insectos puede acarrear la desaparición
de los humanos de la Tierra. Tan solo las abejas polinizan el
30% de las flores; que sumados a las mariposas,
escarabajos y resto de insectos llegan a polinizar más del
90%; por tanto casi todo el Reino Vegetal, unas 270.000
especies, dependen de ellos para perpetuarse. Sin ellos no
habría fruta que comer.
Insectos-sociedad una relación milenaria
Desde los albores de la especie humana, los insectos han sido considerados un
elemento importante del ambiente, que ha generado un impacto significativo en
la vida social de la humanidad reflejada en la literatura, la tradición oral, la
medicina, el arte, el alimento, la religión y la mitología.

Pinturas rupestres del paleolítico muestran como las abejas fueron apreciadas
por su miel; en Mesoamérica lograron domesticar insectos y los usaron en
medicina y rituales.

Vestigios arqueológicos sugieren que insectos fueron objetos de culto y usados


como protección al representarlos como amuletos en representaciones talladas
en hueso (Bellés, 1997); antiguas culturas como la griega, personificaron la fiereza y
la agilidad de las avispas en sus guerreros.

Los insectos entre el bien y el mal, han sido, por mucho tiempo, parte
fundamental de las representaciones internas de las poblaciones humanas y de
aspectos inmediatos como la alimentación y la salud.
Los insectos, una fuente vital de alimentación
El uso de los insectos como fuente de alimento, está ligado a la presencia y a la
abundancia de estos animales y a diversos aspectos culturales; en Brasil se han
identificado 95 especies como alimenticias (Costa-Neto & Ramos-Elorduy, 2006) y en México,
504 especies son utilizadas como complemento alimenticio y una fuente de
proteínas.

Los insectos comestibles, no sólo son capaces de satisfacer las demandas


energéticas de las poblaciones humanas, sino también en aspectos importantes
como la salud, pero aún más, el cultivo de insectos con fines alimenticios se
puede colocar como una alternativa útil para el futuro próximo.
Uso medicinal de los insectos en las
culturas originarias
Los insectos como las plantas han sido
utilizados desde la antigüedad por sus
propiedades medicinales en muchas
culturas (Costa et al., 2006).

Tras una revisión de códices prehispánicos


se reportan 10 especies que curan 16
enfermedades, entre las que se pueden
mencionar el dolor del cuerpo, tumores,
heridas, postemas, estrés, caída del
cabello, entre otras.

De la misma forma desde hace mucho


tiempo en la India y África, se han utilizado
hormigas de los
géneros Atta y Camponotus para suturar
heridas
Si bien los insectos son útiles para
la salud humana, también son
agentes importantes como vectores
de enfermedades, como la
enfermedad del chagas que es
causada por un protozoario que se
encuentra hospedado en insectos
hematófagos de la familia
Reduvidae.

Otras especies de insectos son


también transmisores de
patógenos peligrosos como el virus
del denge que es transportado por
dos especies de mosquitos: Aedes
aegypti (Lineo, 1762) y Aedes
albopictus (Skuse, 1894).
Los insectos en los agroecosistemas
Las interacciones biológicas que establecen los insectos con otros
organismos, no han pasado desapercibidas para la humanidad, de hecho
tampoco los efectos secundarios ocasionados por sus actividades.
Ejemplo: hormigas enriquecen las propiedades físicas y químicas del suelo, los
escarabajos coprófagos enriquecen los horizontes edáficos, incrementan la
relación bacterias-hifas, lo que favorece el desarrollo de bacterias amoniacales
que aceleran el reciclaje de la materia fecal, entre otros.
Cultivos de importancia no sólo alimentaria sino también económica, dependen
en gran medida de los polinizadores, como es el caso del aguacate y la
vainilla, mientras que otros causan daños económicos importantes a una gran
variedad de cultivos en México y Centro América como la gallina ciega.
Los odonatos en grandes congregaciones indican la llegada de las lluvias en
la India o el cambio de las estaciones en algunas partes de México.

Campesinos e indígenas en distintas partes del mundo, han desarrollado


estrategias de control de plagas a través del uso de los recursos naturales
y del manejo de sus agroecosistemas como la tolerancia de plantas
repelentes, rotación de cultivos y cultivos mixtos, por lo que el
incremento de la biodiversidad y la heterogeneidad ambiental dentro de los
sistemas de producción agrícola, favorecen las interacciones ecológicas, lo que
es importante para el control de organismos patógenos e inclusive para la
producción
La interacción insectos-
sociedad, ofrece un campo
prometedor donde la
conservación y el uso de
la naturaleza se
encuentran en un marco
social, que ha sido
ampliamente reconocido
como la piedra angular de
la sustentabilidad; el trabajo
con estas poblaciones
humanas, puede derivar en
proyectos integradores con
enfoque agroecológico que
poco se han realizado.
Generalidades sobre las plagas
Los cultivos son afectadas por plagas, enfermedades y malezas que reducen la
vitalidad y capacidad de producción de las plantas.
Las plagas están constituidas principalmente por insectos, ácaros, nematodos,
caracoles, aves y roedores.
Las enfermedades son causadas por microorganismos como virus, bacterias,
micoplasmas, viroides y hongos; y las malezas son aquellas plantas que
resultan indeseables en un campo porque compiten con las plantas cultivadas
en el uso de espacio, nutrimentos y agua.
Definición
En su sentido más amplio, una
plaga se define como cualquier
especie animal o vegetal que el
hombre considera perjudicial
a su persona, a su propiedad
o al medioambiente.
De modo que existen plagas de
interés médico (zancudos,
chirimachas y otros parásitos y
vectores de enfermedades
humanas); plagas de interés
veterinario (piojos y garrapatas
del ganado); plagas caseras
(cucarachas y moscas); plagas de
productos almacenados (diversos
insectos y roedores); y las plagas
agrícolas que dañan los cultivos.
Plaga agrícola
Es una población de animales fitófagos (se
alimentan de plantas) que disminuye la producción
del cultivo, reduce el valor de la cosecha o
incrementa sus costos de producción. Se trata de
un criterio esencialmente económico.
Efecto sobre la producción agrícola
El concepto de plaga agrícola implica reducción en el valor o en el beneficio
económico que se obtiene de la cosecha; puede tratarse de reducciones en
cantidad de la cosecha, en la calidad del producto, o en el incremento de los
costos de producción.

Se entiende por pérdida de calidad el deterioro en la presentación o aspecto


del producto cosechado, o la disminución de su valor nutritivo u otra cualidad
que influya en el uso del producto y baje su valor unitario.
Al tratar las plagas agrícolas hay que distinguir tres criterios
básicos: el daño causado por el insecto, el perjuicio a la planta, y
la pérdida en la cosecha de un campo cultivado.

Daño del insecto a la planta: Es el efecto de la aumentación


u otra actividad del animal sobre el crecimiento, la apariencia, la
fisiología o el vigor de la planta.

Perjuicio a la planta: Es el resultado del daño del insecto en


términos de pérdida de rendimiento o calidad del producto en
una planta.
Pérdida de cosecha o de rendimiento del cultivo: Es
la reducción de la cosecha en cantidad o calidad en una
extensión cultivada; es la expresión económica
cuantitativa del perjuicio que ha ocasionado la plaga en
toda un área.

Cosecha es la producción y su expresión final es el


rendimiento económico. La pérdida de cosecha por causa
de las plagas es la diferencia entre los rendimientos o
valores de la cosecha en un cultivo sin plagas y un cultivo
con plagas.
GRACIAS POR SU ATENCIÓN

También podría gustarte