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Educando en el cuidado del cuerpo y el pudor
En su lógica de niños, los pequeños intuyen que cada parte
de su cuerpo tiene una función específica, una razón de ser;
saben que sus ojos son para mirar, los oídos para escuchar, que
con sus piernas pueden correr y con sus manos, sujetar. De la
misma forma, tendrán que ir reconociendo que sus genitales
tiene una función, que en los niños el pene es para hacer pipí
y los testículos les permitirán crecer grandes y tener cuerpo de
hombre, y en el caso de las niñas, identificarán que por sus ge-
nitales es por donde hacen pipí y que gracias a los pechos pue-
de una madre alimentar a su bebé.
Es importante que los niños aprendan a cuidar su cuerpo,
mantenerlo limpio, protegerlo y a identificar las partes que
son privadas; siendo la mejor forma para lograrlo, el fomento
del pudor desde pequeños.
Podemos definir el pudor, como el cuidado con el que se
guarda y protege aquello que es lo más íntimo de nosotros,
algo que es sagrado, es la precaución o vigilancia que se tie-
ne de exhibir desnudo el propio cuerpo. No hay que educar
el pudor como algo que da “vergüenza por feo o malo”, por el
contrario, al ser nuestro cuerpo nosotros mismos, es nuestro te-
164 Prepárate y conversa con tus hijos sobre sexualidad (Parte II)
dos”, que implican la salida del semen por las noches durante
el sueño.
Es importante resaltar que esta forma de eliminación de
los espermatozoides sobrantes, que se producen diariamen-
te en un adolescente, explica por qué no es necesaria la mas-
turbación para este fin. Así mismo, esta eyaculación nocturna
suele venir acompañada de una sensación placentera, misma
que es natural y no debe causar vergüenza o culpa.
Por lo general, la primera vez que el que el chico experimen-
ta una eyaculación nocturna, es similar a un sueño en el que
quiere “hacer pipí” y no llega a tiempo al baño. De forma simi-
lar, así mismo, puede ocurrir como parte de un sueño, sin que él
se dé cuenta; pero la humedad del pijama lo hará despertarse y
sentirse sorprendido, o tal vez, no lo advertirá hasta la mañana
siguiente, cuando el mismo observe manchas en el pijama o la
ropa interior.
Cada papá debe conversar esto con su hijo, uno o dos
años antes de la llegada de estas eyaculaciones nocturnas,
de forma muy natural, con respeto y sobre todo procurándo-
le seguridad ante todos los cambios que experimentará duran-
te la adolescencia.
Recuerda…
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1 El pudor, es un sano sentimiento que nos invita a
cuidar y respetar el cuerpo.