Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Sin duda, es inevitable para todo padre y madre, llegar a esa etapa de la
vida de nuestros hijos donde empiezan a explorar su cuerpo y a descubrir nuevas
sensaciones que antes no habían sentido y que de una u otra forma encuentran
agradables; y ahí, es cuando pasan por la mente de los adultos cientos de
preguntas tales como, ¿Dónde aprendió eso?, ¿Quién le enseñó?, ¿Dónde lo
vio?, ¿Le habrá pasado algo?, ¿Estará siendo abusado?, ¿Estará bien?, ¿Estará
mal?, ¿Será muy pronto para que empiece a hacer eso?, muchas interrogantes
que intentaremos responder en la medida que avanzamos la lectura de este texto.
Por una parte, para los padres de hijos adolescentes es considerado como
algo propio de la edad, sin embargo el hablar con ellos de estos temas suele ser
muy incómodo tanto para los padres como para los hijos, ya que, los adolescentes
quienes no tuvieron “esa conversación” con sus padres, mucho aprenden de lo
que ven tanto en plataformas digitales, como por lo que le enseñan sus amigos,
entonces, cuando llega el momento en que los padres quieren tratar el tema con
ellos, son indiferentes en parte, porque es un tema del que se supone ellos “ya
saben”. Por otro lado, tenemos padres de hijos pequeños, quienes, al ver ciertos
comportamientos sexuales de sus hijos, se alertan inmediatamente pensando que
estas conductas son propias de niños que están sufriendo abuso, y lo toman con
una preocupación que en gran parte no es necesaria, es por eso, que tenemos
que mantener la calma, y detenernos a pensar sobre qué está pasando, y como
vamos a abordar estos temas con los niños según la edad en la que estén.
En el caso de niños mas pequeños, hay que tener claros dos factores, uno
de ellos es el de información básica, que son aquellos datos concretos que le
brindan a nuestros hijos la confianza de hablar con nosotros sin ser juzgados ya
que estamos planteando situaciones que no sentencian su conducta; hay que
mencionarles que niños y niñas somos diferentes, que a medida que vamos
creciendo vamos cambiando, que tenemos genitales, los cuales tienen nombres
específicos, y desde pequeños tratar a los genitales con los nombres
correspondientes, una vez que conozca y diferencie las partes de su cuerpo y de
los demás, hay que dejarle claro que hay partes propias de nuestro cuerpo que
son privadas, y que tienen mantenerse cubiertas y no tocar las partes privadas de
otras personas, y mencionarle que al momento de tocar sus partes privadas puede
sentir una sensación agradable, que es completamente normal lo que siente, pero
que, el tocarse sus partes privadas es algo que tiene que hacer como lo dice el
nombre, en privado. Y también además de brindarle confianza mediante la
información básica, hay información que les entrega seguridad, la cual tiene que
ver mucho con el autocuidado como por ejemplo, mencionarle la diferencia entre
caricias apropiadas (aquellas que son agradables, que nos generan bienestar, y
que en palabras simples “están bien”), mencionarle además que su cuerpo es
suyo y que tiene todo el derecho a decir “no” a ser tocados o acariciados tanto por
adultos, como por sus pares cuando no quieren o no se sienten cómodos, al igual
que nuestro hijo debe respetar cuando otra persona le diga lo mismo, y por
supuesto que, cuando es forzado tanto a ser tocado como a tocar a otra persona
cuando no quiere, tiene que avisar de manera inmediata a sus padres, y nosotros
como tales, debemos estar siempre atentos y receptivos a lo que nos digan
nuestros hijos en momentos así, y tomarlo con la preocupación y a su vez con la
prudencia que sea posible.
Es así, que dentro de la naturalidad del desarrollo sexual de nuestros hijos,
hay ciertas actitudes a las cuales debemos poner mayor atención, ya que
podríamos estar frente a signos que no son propios de una sexualidad normal y
natural de nuestros niños, sino que podríamos estar frente incluso a signos de
abuso: por ejemplo conductas que van mucho mas allá de la edad de desarrollo
sexual del niño o niña (como por ejemplo que un niño de 4 años trate de besar los
genitales de un adulto), también que las conductas propias estén acompañadas de
forcejeo o agresividad, o que hayan emociones exacerbadas en el niño o niña
como lo son la rabia o la ansiedad. Es ahí que tenemos que estar mas alertas y
pedir apoyo en como tratar estas situaciones, siempre velando por la contención,
seguridad y bienestar de nuestros hijos.