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John F.

McArthur

SERMONES
TEMÁTICOS

LA SUFICIENCIA DE
LAS ESCRITURAS
Desatando la verdad de
Dios, un versículo a la vez
___________________________________

La suficiencia de las Escrituras


Series por Tema Escrituras Seleccionadas

Si existe una verdad acerca del hombre moderno, es que ama


la tecnología. Para cada problema que surge, hay un aparato
nuevo, un programa de computadora o alguna medicina para
solucionarlo. Pero, ¿qué ha hecho con respecto a los
problemas espirituales? – el tipo de problemas que el
software y los medicamentos no pueden componer. ¿Han
logrado los consejos de los psicólogos y las técnicas
centradas en el hombre cumplir con sus promesas de
ayudarle a la gente con sus problemas espirituales más
profundos y personales que tienen?

Dichosamente, hay un recurso que siempre puede y siempre


trae consuelo, sabiduría y ayuda práctica: la Palabra de Dios.
John MacArthur, le ayuda a aumentar su confianza en la
Palabra de Dios en su estudio de 2 mensajes titulado La
Suficiencia de la Escritura.
La suficiencia de las Escrituras, 1ª Parte
Salmo 19

Como ustedes saben, estamos estudiando 1ª de Timoteo,


pero en estos últimos dos domingos, no he querido regresar
a 1ª de Timoteo sino hasta que toda nuestra congregación
esté de regreso; muchos están fuera durante esta época en
particular de vacaciones, y entonces he pospuesto la entrada
al capítulo 2, el cual es un capítulo vital, por lo menos durante
un par de semanas, no solo debido a motivos de agendas,
sino también por una segunda razón, y esta es que habido
algo en mi mente durante el último mes o algo así, y en cierta
manera, está ardiendo en mi corazón y necesito pasar un par
de días del Señor simplemente compartiendo mi carga con
ustedes. Y entonces, esta mañana, y la mañana del próximo
día del Señor, quiero hablarles acerca del tema: La suficiencia
de las Escrituras, la suficiencia de las Escrituras. Realmente
creo que este es un tema vital, vital. De hecho, confío en que,
inclusive, después de que se hayan dado los mensajes y los
hayan oído, y puedan volver a escuchar los sermones a través
de la grabación, porque creo que estas son cosas que deben
volver a escuchar una y otra vez, y dárselas a otras personas.

No les voy a dar mi perspectiva acerca de las cosas, no voy a


tratar de hablar de la suficiencia de las Escrituras desde un
punto de vista filosófico, o uno experimental, sino lo que voy
a hacer, lo que quiero hacer es que veamos juntos la Palabra
de Dios, y veamos lo que dice acerca de su propia suficiencia.
Y como iglesia y con congregación, cuyas vidas están
edificadas sobre el fundamento de la Palabra de Dios, este es
un estudio muy, muy importante. Ahora, algo en particular, a
disparado mi interés en este estudio, y me gustaría hablar
acerca de eso si me permiten por tan solo unos momentos.
Yo creo que hay una estrategia fuerte, grande, y algo sutil, que
se está desarrollando el día de hoy entre aquellos que se
llaman así mismos ‘cristianos evangélicos’. Esto está siendo
guiado y planeado de manera maestra por el archi-enemigo
Satanás, y tristemente está siendo adoptado por muchas,
muchas personas en iglesias evangélicas. Esta es una
estrategia sutil y fuerte, que básicamente es un ataque en
contra de la suficiencia de la Palabra de Dios.

Ahora, en toda época y tiempo, la Palabra de Dios está bajo


ataque, y tenemos que ser algo cuidadosos y algo cautelosos,
y algo vigilantes para discernir como está siendo atacada. Yo
creo que en la actualidad, el ataque en contra de las Escrituras
primordialmente viene de aquellos que niegan su suficiencia
para todo asunto de fe y conducta. Una de las grandes
declaraciones de la teología, de la teología tradicional
evangélica, es que las Escrituras es adecuada, son adecuadas
para todo asunto de fe y conducta; eso está siendo está
siendo atacado en la actualidad. Permítame describirle lo que
quiero decir, mediante algunas ilustraciones desde diferentes
ángulos. En primer lugar, en los últimos años en la iglesia, ha
llegado a haber entre los líderes de la iglesia una gran
preocupación con lo que podría llamar “técnica administrativa
mundana”.

Con todos los libros que se escriben acerca de corporaciones


exitosas y estilos exitosos de administración, y liderazgo, y
demás, la iglesia se ha interesado en esto, y realmente lo ha
buscado como si fuera su vida misma. Hay muchos que se
postran –por así decirlo– ante los dioses de la técnica
administrativa mundana. Las iglesias están aprendiendo de
esos métodos como si fueran las claves para edificar el reino
de Dios. Y de una manera muy sutil, este es un ataque en
contra de la facultad adecuada, la capacidad de las Escrituras,
como si dijeran conocer la Palabra de Dios y entender sus
principios, y los principios que se enseñan ahí, en relación con
el crecimiento de la iglesia no son adecuados, y, por lo tanto,
debemos acudir a las técnicas de administración y sistemas
de éxito que el mundo usa en su ambiente corporativo, y
transferirlos a la iglesia, si es que queremos que la iglesia
realmente crezca y se desarrolle. Creo que este es un ataque
sutil en contra de la suficiencia de la revelación de Dios, en el
área del asunto del crecimiento y desarrollo de la iglesia.

En segundo lugar, otro ángulo que me ha preocupado


recientemente es que hay muchas personas que creen que
las Escrituras no proveen una dieta suficiente para los santos
de la iglesia, y que, junto con ellas, debe haber cierta cantidad
de entretenimiento; y las iglesias están gastando mucho
dinero para entretener a la gente. Debido a nuestro anhelo por
el entretenimiento en la sociedad, hemos desarrollado algo
así como una lista de celebridades cristianas; estamos muy
metidos en el entretenimiento, el cual está costándole a la
iglesia; cuando usted incluye el entretenimiento de la
televisión cristiana, billones de billones de dólares del dinero
del Señor. Y en un sentido, es eso una concesión a esas
personas que no creen que la enseñanza y el estudio, y el
aprendizaje y la aplicación de la Palabra de Dios, son una dieta
lo suficientemente emocionante. De hecho, hay muchas
personas que parecen estar más bien aburridas con las cosas
de Dios reveladas en las Escrituras, y realmente están en una
necesidad, tienen una necesidad desesperada de algo de
entretenimiento.

Y en ello, creo yo, existe un ataque en contra de la suficiencia


de la Palabra de Dios, para traer a la vida de los creyentes todo
lo que se necesita, no solo para el asunto de la batalla
espiritual, sino también para el asunto del gozo y satisfacción,
y plenitud en la vida. Otra área que me molesta mucho, es el
área supongo que podríamos llamar “misticismo o el
ocultismo”. Yo creo que entre los evangélicos, si usted ve de
cerca, usted va a oír más de esto el martes por la noche
cuando oiga de David Hunt; pero yo creo que si usted ve de
cerca el movimiento evangélico en la actualidad, usted va a
encontrar que en muchos lugares la gente está preocupada,
se está preocupando más y más con el ocultismo; no creen lo
que es, pero de hecho, eso es en realidad.

Están metiéndose al mundo de los médium y espíritus


demoniacos, y el diablo mismo, porque están poder
sobrenatural, experiencia sobrenatural, experiencias
estáticas; están buscando milagros y señales y maravillas;
hay escuelas que en la actualidad están enseñando cursos de
señales y maravillas; hay gente que está diciendo que nunca
podremos alcanzar al mundo con el Evangelio, a menos de
que podamos resucitar a los muertos y sanar a los enfermos,
y poder hacer que descienda fuego del cielo y hacer todo tipo
de cosas sobrenaturales. Peter Wagner recientemente dijo en
la convención de Universidades Bíblicas Americanas, cito: “El
Evangelio simple y llano es adecuado sin señales y milagros”,
fin de la cita. “No podremos alcanzar al mundo –él está
diciendo– tan solo con la Palabra de Dios. Tenemos que tener
señales y milagros”, y él está diciendo, junto con muchos
otros, acerca de encontrar la fuente de poder, y entrar a
poderes sobrenaturales para hacer milagros, y crear estas
señales y milagros.

Hay aquellos, que en la actualidad, están promoviendo


mantras cristianos, una especie de canto. Hay personas que
están ofreciendo fórmulas para confrontar a Satanás,
fórmulas para enfrentar a los demonios, confesión positiva y
técnica de visualización, en donde usted en cierta manera,
visualiza algo como una realidad, sea su curación, sea su auto
nuevo o la mujer que quiere, una nueva casa, o alcanzar a
cierto grupo para Cristo, o desarrollar un ministerio; entra en
este tipo de técnica de visualización de auto-hipnosis; y este
tipo de cosas, todas son forma de magia ocultista. Están
siendo practicadas, supuestamente, para adquirir poder
divino, pero el poder que adquieren es el poder del enemigo.
De hecho, esto podría ser llamado la nueva ciencia religiosa.
Ahora, hemos desarrollado una ciencia evangélica de la
mente; muchas de las personas se están metiendo en la
manera de pensar oriental o hindú, y creen que pueden
capturar el poder del mundo oriental si tan solo se pueden
meter en el paradigma de su manera de pensar.

Hay una preocupación con este misticismo; el poder síquico


es cultivado, la gente está declarando autoridad sobre el
diablo, autoridad sobre los demonios, autoridad sobre la
enfermedad; van por todos lado en el nombre de algún tipo de
supuesto poder síquico, mandándole, no solo a Satanás y a
sus fuerzas, sino también a la enfermad, a las circunstancias
negativas, y otras cosas. Además, otra categoría en la cual
vemos este tipo de abandono de la creencia de la suficiencia
bíblica, está en el área del matrimonio y la familia. Hubo una
época en la que creíamos que la Biblia nos daba los principios
adecuados para el matrimonio y la familia, que si
estudiábamos la Palabra de Dios podíamos vivir en la familia
a plenitud, que el matrimonio podía ser todo lo que Dios jamás
quiso que fuera si era vivido conforme a principios bíblicos; la
familia puede ser todo lo que Dios quiso que fuera, si es vivida
conforme a principios bíblicos.

Pero ahora, hay una proliferación de trucos y técnicas, y


técnicas sexuales, y simplemente una multitud de cosas que
se añaden a las Escrituras para tratar de enfrentar los
problemas familiares. Y de una manera sutil, están haciendo
el comentario de que la Biblia, a un grado u otro, es insuficiente
o no es adecuada. Solía ser que podíamos aceptar que lo que
la Biblia dijera en áreas sociológicas fuera homosexualidad o
en la función de la mujer; ahora estamos oyendo que la Biblia
más bien no es sofisticada y no puede comentar acerca de
estos asuntos sociológicos contemporáneos, debido a su
falta de sofisticación; y entonces, hay una insuficiencia en la
capacidad de la Biblia de enfrentar los fenómenos
contemporáneos. Está llegando a un nivel global a la iglesia,
particularmente marcado en el área de la iglesia liberal en el
área de la homosexualidad, y en la iglesia más evangélica en
la redefinición de la función de la mujer, alejándose de la
enseñanza bíblica tradicional.

Pero, quizás, igual de dominante o más dominante que


cualquiera de estos temas es el área de la sicología. La
sicología en la actualidad está infiltrándose a la iglesia de una
manera que realmente es aterradora; de hecho, existe en la
iglesia evangélica lo que se está convirtiendo rápidamente en
un éxodo inmenso de la tierra tradicional de la teología bíblica,
a la nueva tierra prometida de la sicología y la psico-terapia.
Las iglesias, que en una ocasión y antes, las iglesias se
acostumbraban siempre contratar a pastores y evangelistas
y maestros; ahora están contratando sicólogos. Los pastores
que antes solían ir al seminario y aprendían la Palabra de Dios,
hoy van a la Universidad Bíblica, y dominaban las Escrituras;
ahora van a escuelas de sicología para estudiar la sabiduría
humana, para enfrentar los problemas de la humanidad. Esto,
de nuevo, es una manera sutil de decir que la Biblia es
insuficiente. Cuando llegamos a entender estas ansiedades
profundamente arraigadas en el hombre, estos problemas
emocionales, no podemos esperar que la Biblia hable de una
manera sofisticada acerca de esos problemas.

Los seminarios están cambiando sus planes de estudios de


manera dramática. Por primera vez, en la historia de la iglesia,
los seminarios están contratando a sicólogos para que estén
en su facultad y enseñen, para que los siquiatras enseñen,
para que enseñen acerca de la sicología; están añadiendo
más cursos de sicología en muchos lugares, disminuyendo
así el contenido bíblico de su plan de estudios. Las
universidades están haciendo lo mismo; las iglesias lo están
haciendo; es un éxodo inmenso. Y a este tipo de misticismo
que se está infiltrando, junto con la preocupación con los
poderes sobrenaturales y la ciencia de la mente, y las técnicas
de visualización y la hipnosis, y todas estas cosas de imagen
personal, viene la sicología, y, de esta manera, en conjunto
están creando al nuevo de dios de la iglesia. Y puedo mirar
hacia atrás a nuestra demanda, en la cual, literalmente se
burlaron de nosotros, por ser tan primitivos como para
suponer que la Biblia podía darle a la gente la ayuda que
necesitaban cuando tenían problemas severos.

El mundo ha estado diciendo que la Biblia no puede ayudar, y


ahora, tristemente, es triste decirlo, que la iglesia está
uniéndose al mundo, y estando de acuerdo con la idea de que
la Biblia no es adecuada para enfrentar problemas
sicológicos. De hecho, iría al punto de decir que hay muchos
que están promoviendo en la actualidad una salvación
sicológica en lugar del nuevo nacimiento. No hay nada en esto
más que un humanismo seudo-evangélico. Esta
preocupación con la auto-estima y el amor propio, y la
satisfacción personal y la actualización personal, que la
sicología ha metido a la iglesia, no conoce una contraparte
bíblica. Y simplemente, para poder tener una perspectiva
correcta del asunto, la iglesia inevitablemente,
inevitablemente, adopta estas cosas, y de hecho, el mundo va
a estar dispuesto a admitir el error de estas cosas con mayor
frecuencia que nosotros.

Por ejemplo, en Los Ángeles Times, en el día 18 de este mes,


quizá leyó usted un articulo interesante acerca de una
convención reciente de siquiatras, sicoanalistas y sicólogos
en Phoenix, Arizona, la convención más grande, 7,000
personas aparentemente asistieron; y por primera vez en la
historia del mundo, los principales sicoanalistas, sicólogos y
siquiatras del mundo se unieron; hombres como Carl Roger,
Albert Ellis, R. D. Lan, Bruno Bettelheim, Joseph Wolf y Thomas
Szasz; estos son los nombres más famosos en el mundo en
términos de técnicas y métodos de sicoterapia; todos
estuvieron ahí. Y el artículo era realmente sorprendente. Decía,
por ejemplo, y cito: “Los héroes estaban ahí para evaluar a
dónde ha llegado la sicoterapia en 100 años, y a dónde puede
estarse dirigiendo”, fin de la cita. Nada más que realmente no
pudieron ponerse de acuerdo. Lan, uno de los más famosos,
conocido por su trabajo en la esquizofrenia, dijo, y cito: “Él no
podía pensar en ningún principio fundamental acerca de las
relaciones entre hombres, entre seres humanos, que había
resultado de un ciclo de sicoterapia”, fin de la cita.

¿No podía pensar en ninguno? Los 7,000 sicoterapeutas, que


estaban practicando, y que eran alumnos, siquiatras y
trabajadores sociales que asistieron a las diferentes
secciones, no quedaron sorprendidos por los debates y
diferencias de opinión. Obtener autógrafos fue la prioridad
para muchos. Uno de estos principales sicoanalistas dijo, y
cito: “La mejor terapia que él había descubierto para su
ansiedad era tararear una melodía”, fin de la cita. Y lo triste
acerca de eso es que la iglesia ha adoptado eso como si fuera
el salvador del hombre. Richard Feynman dijo, y cito: “El
sicoanálisis no es una ciencia”, fin de la cita. ¿Qué quiso decir
con eso? Él quiso decir que no hay reglas que lo guíen, es
simplemente muchas opiniones humanas. El profesor de la
Universidad de Nueva York, Paul Bitts, criticó al cristianismo,
y criticó a la iglesia cristiana por su tendencia a ser lo que él
llamó ‘comprar a un alto precio, y vender a bajo precio’ con
respecto a la ciencia social. Él dijo, y cito: “La iglesia está
pronta a adoptar corrientes o tendencias populares de
pensamiento, mientras que al mismo tiempo los profesionales
seculares están comenzado a criticarlas”, fin de la cita.

De hecho, él lo dijo de esta manera, y cito: “Es cuestión de


subirse al vagón, casi al punto en el que está reduciendo su
velocidad”, fin de la cita. Tendemos hacer eso, meternos en
movimientos que están a punto de morir porque han probado
ser una farsa, inclusive para la gente en el mundo que los
comenzó; pero aquí estamos en nuestra iglesia cristiana
contemporánea, estas cosas se han metido de manera
tremenda a la iglesia, y estoy absolutamente sorprendido por
ver la influencia del misticismo, la ciencia de la mente, el
ocultismo, la sicología, y esta otras cosas que se han metido
a la iglesia, a la universidad, al ambiente del seminario, y cómo
la teología bíblica ha sido minimizada junto con la suficiencia
bíblica. Ahora, todo esto, creo yo, no es un problema pequeño;
yo creo que es una perspectiva seria y pecaminosa de la
Palabra de Dios; yo creo que es el pecado de la iglesia al creer
que la Biblia no es adecuada. J.I. Packer, en su pequeño libro,
acerca de la Palabra de Dios, colocó el dedo en la llaga en un
párrafo que dice esto, y cito: “Ciertamente, entre los grandes
temas de la fe cristiana y la conducta, ciertamente está
faltando algo en los grandes temas de la fe cristiana y la
conducta.

El observador externo nos ve que estamos tambaleándonos


de técnica en técnica, y de truco en truco, como muchos ebrios
en una neblina, sin saber quiénes somos o hacia dónde
debemos ir. La predicación es nebulosa, las mentes están
confundidas, los corazones aterrados, las dudas quitan la
fortaleza, la incertidumbre paraliza la acción. A diferencia de
los cristianos del primer siglo, quienes en tres siglos ganaron
al mundo romano, y esos cristianos que vinieron después,
quienes fueron pioneros de la reforma, y el avivamiento
puritano, y el avivamiento evangélico, y el gran movimiento
misionero del siglo pasado, nosotros carecemos de certeza”,
fin de la cita. Y la razón por la que carecemos de certeza es
porque tenemos una perspectiva pecaminosa de las
Escrituras; ya no parecemos creer que la Biblia es suficiente
para la vida y conducta de la iglesia. ¡Ese es un pecado! Un
pecado de propulsiones monstruosas; negar la suficiencia de
la Palabra de Dios. Ahora, ¿cómo podemos responder esto?
¿Cómo podemos enfrentarlo? Y podría tomar un par de horas
más para delinearle el problema, pero quiero enfrentar la
situación. Va a oír más acerca del problema el martes por la
noche, pero podemos ir a la Biblia y encontrar ahí que es
suficiente para toda la vida y conducta.

Pero, ¿acaso podemos ir a la Biblia y encontrar ahí que es


suficiente para toda la vida y la conducta? Y la respuesta, creo
yo, es un ¡sí! resonante; y la prueba viene de la autoridad más
grande en todo el universo quien es ningún otro que Dios
mismo; y lo que quiero que vea el día de hoy, y el próximo día
del Señor, es el testimonio mismo de Dios acerca de la
suficiencia de la Palabra de Dios. Ahora, vamos a
concentrarnos el próximo día del Señor en un solo pasaje, y
ese será el Salmo 19, y creo que ese es el pasaje más
importante acerca de la suficiencia de las Escrituras en toda
la Biblia; pero en esta mañana, quiero que simplemente
veamos varios pasajes que van a fortalecer nuestro
entendimiento de esta verdad vital. Ahora, les voy a dar
muchos pasajes bíblicos; no espero que los busque, pero esto
es muy, muy importante, y muy básico. Entonces, quiero que
por lo menos los escriba, y asegúrese de conseguir los
sermones para que pueda escucharlos como referencias
futura; pero no trate de seguirme al buscarlos, puede perderse.

Le voy a decir cuáles son los importantes para que los busque.
Un buen lugar donde comenzar para darnos una especie de
perspectiva general de lo que vamos a ver, sería la 2ª carta de
Pablo a los Corintios, y quiero mencionarle un versículo, y
citarlo, y después hacer un comentario. 2ª de Corintios 3:5, 2ª
de Corintios 3:5. Escuche lo que dice, muy corto, así que
escuche con atención: “Nuestra competencia viene de Dios”.
¿Oyó eso? Nuestra competencia viene de Dios. Ahora,
podemos predicar simplemente de esa declaración por mucho
tiempo; nuestra competencia, nuestra suficiencia no es de los
hombres; nuestra suficiencia no viene de la sabiduría humana;
nuestra suficiencia no viene de los recursos humanos; nuestra
suficiencia o competencia viene de Dios. Nuestra suficiencia
o competencia, ¿qué quiere decir eso?, eso significa nuestra
capacidad de vivir la vida en el plan de Dios al máximo nivel,
y eso viene de Él. En otras palabras, nosotros, debido a que
somos cristianos, vivimos en un ambiente, en el cual los
recursos para la vida son divinos, ¿está claro? Son divinos.

Vivimos en una esfera, en un estrato, en un nivel, en el cual la


sabiduría humana no nos puede alimentar, para el cual la
sabiduría humana no puede proveer recursos. Ahora, quiero
que entienda en lo que digo esta mañana, que no estoy
diciendo que no hay nada fuera de la Biblia que no tiene valor
alguno, hay muchas cosas que tienen valor. La gracia común
de Dios, esto es la gracia de Dios hacia todos los hombres, va
a crear ciertas cosas en nuestro ambiente humano que son
muy útiles; pero cuando hablamos de asuntos de vida
espiritual, todo lo que necesitamos conocer está revelado en
la Palabra del Dios Vivo, y nos es ministrado mediante el
Espíritu a través de esa Palabra.

Y fuera de la Palabra de Dios no tenemos que buscar una


suficiencia que no es provista en las Escrituras. Ese es el
pecado. No estamos diciendo que no hay nada en el mundo
que no sea útil, hay muchas cosas útiles en el mundo; pero
esos asuntos que tienen que ver con la vida espiritual, y la
conducta, y el ministerio, están en la Palabra del Dios Viviente,
y son suficientes, son suficientes; nuestra suficiencia, como
creyentes, viene de Dios. Entonces, no decimos: “Bueno, este
es un problema que no podemos enfrentar”, ¡hombre! Tienes
un problema espiritual que la Biblia no toca. Más vale que
encuentres alguna fuente de poder que esté haya afuera, más
vale que te metas en algún tipo de actualización o
visualización, o sicoterapia o sicoanálisis, o ¡hombre!,
simplemente no podemos enfrentar ésta. Si es un asunto
espiritual, si tiene que ver con la vida de un creyente, si tiene
que ver con la vida de la iglesia, si tiene que ver con el alma
del hombre, las luchas del hombre, esas cosas que están en
su vida que le traen dificultad, la Biblia puede enfrentar esas
cosas y lo hace; es suficiente.

Otro versículo en 2ª de Corintios está en el capítulo 9, de


hecho, son partes de dos versículos, versículo 8 y 10. 2ª de
Corintios 9:8 dice, y escúchelo, simplemente escuche lo que
digo con atención, y quiero que ponga atención en los
superlativos, los superlativos. De hecho, por qué no abre su
Biblia en 2ª de Corintios 9:8, para que pueda subrayarlos.
Observe los superlativos aquí. 2ª de Corintios 9:8: “Y Dios”, y
ahí de nuevo está nuestra suficiencia, Dios es nuestra
suficiencia, Él es nuestra fuente; Dios puede, no hay límites en
su capacidad. “Dios puede hacer que toda gracia”, ahora, ahí
está el primer superlativo, ‘toda gracia’, no solo alguna gracia,
no solo la mayoría de la gracia, sino toda gracia, “Él puede
hacer que toda gracia abunde”, ahí hay otro superlativo, otra
palabra que habla de un grado superlativo: “Él puede hacer
que toda gracia abunda hacia vosotros, para que”, aquí viene
otro superlativo, “siempre”, no algunas veces, no la mayoría
del tiempo, sino, todo el tiempo, “tengáis todo lo suficiente”,
ahí otro superlativo, “tengáis todo lo suficiente”, no en algunas
cosas, unas cuantas cosas o la mayoría de las cosas, sino,
¿en qué?, en todas las cosas.

Digo, es una declaración absolutamente sorprendente, y


cualquier persona que anda por todos lados diciendo: “Bueno,
tú sabes, el Evangelio simple, simplemente no es suficiente, la
Palabra de Dios no es suficiente, tengo esta y esta, tengo esta
y aquella filosofía, y esta sabiduría humana, y este enfoque”;
esa persona no entiende que es un pecado contra la
declaración de Dios mismo, el que Él tiene la capacidad de
hacer que toda gracia abunde hacia usted, de tal manera que
usted siempre tenga todo lo suficiente en todas las cosas; y,
de nuevo, usted abunde –otro superlativo y aquí viene otro–
para toda buena obra, o todas las buenas obras; superlativos
absolutamente ilimitados. Y después el versículo 10 añade:
“Siendo enriquecidos en todas las cosas o en todo”, y aquí
viene de nuevo, “con todo lo suficiente, lo cual, causa que
demos gracias a Dios, causa que expresemos gratitud a Dios”.
Los superlativos aquí son absolutamente impresionantes,
son impresionantes.

Ahora, cuando alguien viene y dice que la Biblia simplemente


no es suficiente, hombre, este es un tema que las Escrituras
no pueden tratar. “Bueno, las Escrituras no pueden entrar en
esa cultura, hombre, necesitamos tener algún tipo de poder
sobrenatural, hombre, las Escrituras no son adecuadas”, o
cuando alguien dice: “Bueno, simplemente no tenemos las
respuestas en el cristianismo para ese tipo de problemas más
profundos”, y lo que hacemos al decir eso, es que vamos en
contra del testimonio de Dios en este mismo pasaje. Nuestro
Dios tiene la capacidad de proveer los recursos para todas
nuestras necesidades. Nuestra suficiencia, entonces,
comienza con Dios, y Dios es suficiente. Ahora, ampliemos
nuestro entendimiento de esa idea básica, de que Dios es
suficiente, y que nuestros recursos tienen que venir de Él. Yo
creo que los recursos que Dios nos da, vienen a través del
Espíritu de Dios y la Palabra de Dios; y el enfoque,
particularmente en la actualidad, está en la Palabra de Dios.

Y escuchemos algunos de los testimonios de las Escrituras


conforme consideramos este pensamiento. En primer lugar, y
simplemente escuche con atención y escriba las Escrituras
para que pueda consultarlas después; cuando Jesús habló
de la santificación total de un creyente, esto es, la santidad
completa de un creyente, la separación completa del pecado,
Él dijo esto al Padre en Juan 17:17: “Santifícalos en tu verdad”.
Ahora, la palabra ‘santificar’ significa apartar del pecado,
santo, separado para Dios; tiene la idea de perfección
espiritual, de estar espiritualmente completo, para que
lleguemos a la totalidad de estar en Cristo, para que nuestro
crecimiento espiritual llegue a su totalidad, a su máximo nivel.
Y Él dice:” Oh Dios, hazlos puro, hazlos santos, apártalos del
pecado para ti mismo, y hazlo mediante tu verdad”.

Y después dice en el mismo versículo: “Tu palabra es verdad”.


Concluimos, entonces, de manera muy obvia, que la santidad
plena del creyente es la obra de la Palabra de Dios, es la obra
de la Palabra de Dios. No es la Palabra de Dios más algo más,
eso es lo que hacen las sectas; eso es lo que las sectas han
estado diciendo durante años: “Usted necesita la Palabra de
Dios más Mary Baker Edith, la ciencia y salud y llave de las
Escrituras. Usted necesita la Palabra de Dios más las visiones
de José Smith y los escritos de Brigham Young, etcétera,
etcétera. Usted necesita la Palabra de Dios más los edictos
de la iglesia y demás y, a lo largo de los años que ha producido
la Iglesia Católica Romana. Usted necesita la Biblia más los
escritos de esta persona o aquella persona. Usted necesita la
Biblia más sabiduría humana y filosofía humana”. Es algo que
ha existido durante siglos; este es un golpe contra la
suficiencia de las Escrituras. Pero Jesús dijo: “Hazlos
perfectos y puros por tu verdad. Tu Palabra es verdad”, tu
Palabra es verdad. La santidad completa del creyente es la
obra de la Palabra de Dios.

Escuche el testimonio del profeta Miqueas. Miqueas, el


profeta, en el capítulo 2, versículo 7 habla de la obra de la
Palabra de Dios en la vida de un santo, y él hace esta
declaración tan, tan importante: “¿Acaso mis palabras no le
hace bien al que camina en rectitud?”; en otras palabras, Dios
hablando a través del profeta dice: “¿No es verdad que cuando
usted vive una vida obediente, mi Palabra produce bien en su
vida o bendición en su vida?”, sería otra manera de decirlo. El
punto es que la Palabra de Dios es la fuente de la bondad de
la vida; la Palabra de Dios es la fuente de beneficio a un
creyente, o para un creyente obediente, que camina en
rectitud; la Palabra de Dios nos trae toda la bondad que Dios
puede darnos conforme caminamos en obediencia a su
Palabra. Cuando Pablo le escribió a los Corintios, como lo
vimos antes en la segunda carta, la primera carta también
tiene un capítulo muy importante que va de la mano con este
tema, y es el capítulo 2. Cuando Pablo escribió a los Corintios,
él les escribió que el Espíritu de Dios les revelara la enseñanza
de Dios a ellos, y lo describió de esta manera en 1ª de Corintios
2:13, él dijo: “La enseñanza de Dios que viene a nosotros por
el Espíritu Santo viene –escuche y cito– no en palabras que
la sabiduría humana enseña, sino en aquello que el Espíritu
Santo enseña”, maravilloso.

La sabiduría de Dios viene a nosotros no a través de fuentes


humanas; nuestra suficiencia es de Dios. Dios da su sabiduría,
Dios nos da su sabiduría a través del Espíritu de Dios
revelando su enseñanza en la Palabra de Dios, y es la
sabiduría no en las palabras que el hombre enseña, sino en
las que el Espíritu Santo enseña. De hecho, es tan amplia, es
tan eficaz, tan completa; él dice en el versículo 15 que por la
Palabra de Dios, a través del Espíritu Santo, podemos juzgar
o evaluar o valorar todas las cosas. Es una declaración
tremendamente amplia. Podemos juzgar, y valora, y evaluar,
y entender, y comprender todo, en base al conocimiento de la
Palabra de Dios; porque él dice, las Escrituras, la Palabra
revelada de Dios en el versículo 16, una declaración
maravillosa nos dan –escuche esto– la mente de Cristo.
¿Escuchó eso? La mente de Cristo. Ahora, ¿hay alguna
insuficiencia en la mente de Cristo?, ¿está limitado Cristo?, ¿Él
conoce unas cuantas cosas, pero también está aprendiendo
de algunas personas? Difícilmente.

La mente de Cristo es la mente consumada de Dios, la mente


de Cristo es omnisciente, la mente de Cristo es suprema, la
mente de Cristo no conoce insuficiencia. Pablo dice que
tenemos una Palabra de Dios, una palabra no de la manera en
la que el hombre enseña, sino enseñada por el Espíritu de
Dios; esa Palabra de Dios nos permite juzgar, evaluar, valorar,
entender, comprender y razonar todas las cosas, ¿por qué?,
porque nos trae la mente de Cristo; y escúcheme, amados, la
mente de Cristo es una mente suficiente. ¿Puede haber más
suficiencia que la mente de Cristo? No, no puede haber. Todo
lo que necesitamos entender en la mente de Dios acerca de
cualquier problema, cualquier necesidad, cualquier punto,
cualquier tema. Todo lo que necesitamos es entender cómo
es que Dios lo ve, cómo Dios piensa a cerca de eso, y lo que
Dios dice al respecto, y eso es suficiente para nosotros. En
Marcos 12:24 Jesús afirmó algo muy importante; de una
manera inversa, Jesús dijo que conocer las Escrituras es
experimentar –y aquí viene la cita– el poder de Dios.

Jesús estaba diciendo: “Conocer las Escrituras es


experimentar el poder de Dios”. Ahora, escuche, la gente dice
que quiere poder; dicen que: “No les podemos dar nada más
la Biblia, no tiene suficiente poder, tenemos que hacer señales
y milagros”. Dicen que: “No podemos simplemente esperar
que la gente viva la Biblia, tenemos que tener cierto poder
sobrenatural sobre los demonios, y poder sobre el diablo, y
poder sobre la enfermedad, y poder sobre esto, y tenemos que
estar atando, y atando esto, y llamando esto, y llamando
aquello, y demandando esto, y demandando aquello, y en
cierta manera con este tipo de manera de pensar controlar
nuestro ambiente”. Pero las Escrituras dice que conocer las
Escrituras es experimentar el poder de Dios. Cuando Jesús
fue a enfrentar al diablo, cuando el diablo vino a tentar a Jesús
en el monte, y el diablo lo tentó, ¿qué hizo? ¿Cómo es que
Jesús enfrentó a Satanás? ¿Le dijo: “Ah, te ato, te condeno, te
envío al pozo”? ¿Le dio algún tipo de fórmula como esa?
¿Cómo es que Él enfrentó al diablo? Muy simple. Él lo enfrentó
en tres diferentes tentaciones, y en cada caso, ¿Él hizo qué?
Él dijo: “Escrito está”; ahí está la fórmula. El poder de Dios fue
expresado en la Palabra de Dios, y cuando esas tres
tentaciones se acabaron, la Biblia dice que el diablo le dejó; el
diablo le dejó, y ángeles vinieron y le servían.

El poder no está en algún tipo de control mental místico, el


poder está en la Palabra de Dios. Cuando usted habla la
Palabra de Dios, cuando usted vive por la Palabra de Dios,
cuando cree en la Palabra de Dios, hay suficiencia ahí. El poder
de Dios para enfrentar cualquier necesidad viene de la Palabra
de Dios, activada en el creyente por el Espíritu Santo. Ahora,
piense en otro pasaje conocido que habla acerca de lo mismo,
en Hebreos, uno muy conocido, Hebreos 4:12. Permítame
recordarle lo que dice: “Porque la Palabra de Dios es viva y
eficaz (o activa), y más cortante que toda espada de dos filos”.
Usted habla de un arma, le voy a decir algo: El arma más
grande, más poderosa que existe es la Palabra de Dios, es
más cortante, más filosa que cualquier otra arma.
Eso es lo que el escritor está diciendo: “No hay un arma como
la palabra, no existe otra igual, penetra hasta partir el alma y
el espíritu”; en otras palabras, entra al corazón y al alma y a la
naturaleza de una persona; no solo puede llegar a las
profundidades el alma y el espíritu, sino también de las
coyunturas y los pensamientos, sino también de las
coyunturas y la médula, y puede juzgar los pensamientos y
las intenciones del corazón. La gente dice: “Hombre, ese es
un problema tan profundo; más vale que acudas a la
sicoterapia. Hombre, ese es un problema tan profundo; más
vale que vayas aquí con esta persona que tiene un ministerio
de atar al diablo y que te saque esos demonios. Oh, ese es un
problema realmente profundo, eso es demasiado para
nosotros; más vale que te enviemos alguna clínica en algún
lugar. Más vale que te vayas a un ambiente diferente porque
no podemos enfrentar eso”. Escuche: la Palabra de Dios es
viva, es activa, es poderosa, es más cortante que cualquier
otra arma, y va a llegar a una profundidad, va a entrar a una
profundidad, y va a cortar de una manera tan limpia y tan veraz
por encima de cualquier otra cosa que existe, para revelar los
pensamientos e intensiones más profundos del corazón
humano.

De tal manera que el versículo13 dice: “Todas las cosas están


abiertas y desnudas”, va hacer lo que el sicoanálisis nunca
hará. La Palabra de Dios abre el alma, penetra, rompe el
corazón, revela, es suficiente para penetrar hasta la para más
profunda del alma de una persona. Y estoy en contra de
aquellos que niegan que la Palabra de Dios hace lo que dice
que hace, y esto es el poder, la Palabra de Dios tiene el poder
–y lo afirmamos–, tiene el poder de penetrar con mayor
profundidad que cualquier otra cosa. Yo creo que decir que la
Biblia, la Palabra del Dios Viviente no puede enfrentar un
problema, es pecar contra Dios. ¿Puede haber más suficiencia
que la mente de Cristo y la Palabra del Dios Vivo? Jesús
también dijo, y esto está en Lucas 11:28: “Bienaventurado los
que oyen la Palabra de Dios y la guardan o la obedecen”, Lucas
11:28. Ahora, ¿qué quiso decir con eso? Lo que dijo es que
toda suficiencia espiritual se encuentra en oír y obedecer la
Palabra de Dios, oír y obedecer la Palabra de Dios.

¿Qué quiere decir la palabra ‘bienaventurados’? Bueno, creo


que pensamos en la palabra ‘bienaventurados’ como una
especie de emoción momentánea. El concepto de
‘bienaventurados’ significa un estado de bienaventuranza, de
vida; un estado de vida de bienaventuranza, esto es una vida
de paz, gozo, vida con significado, valor, vida con esperanza
y satisfacción, vida de felicidad; una vida satisfecha, feliz,
significativa, le pertenece aquellos que oyen la Palabra de
Dios y la obedecen; y eso, querido amigo, es el testimonio que
viene de los labios de Jesús. La obediencia a la Palabra de
Dios es la puerta a la suficiencia, es una puerta a una vida de
bendición; esa es la respuesta. En las últimas dos semanas
tuve la oportunidad de hablar con una mujer dos veces, una
vez en persona y una vez por teléfono; ella tiene una
enfermedad mortal, está cerca de la muerte, y es muy querida,
y una dama muy preciada, y ella me dijo, ella dijo: “Estoy
viviendo en terror absoluto, esto tan aterrada, tengo tanto
miedo”, y le dije: “¿Por qué tiene miedo?”, ella dijo: “Me da
miedo que no voy a ir al cielo”, yo le dije: “Pero usted cree en
el Evangelio, ¿no es cierto?”, “Sí”, “¿Y ha comprometido, ha
entregado su vida a Cristo?”, “Sí”, “¿Y su deseo más profundo
es obedecerle?”, “Sí”, “¿Y lo ama?”, “Sí”, “Bueno, ¿de qué tiene
miedo?”, “Bueno, cuando, cuando me diagnosticaron por
primera vez esta enfermedad, maldije a Dios y temo que no
me va poder perdonar, y que Él no me va a perdonar, y me voy
a ir al infierno por lo que hice. Hice algo terrible, terrible. Le
hablé a Dios y usé palabras profanas”.

Ahora, ¿qué le va a decir usted a una persona así que está al


borde de la muerte? Digo, que la muerte está quizás a días de
distancia; “Bueno, ese es un problema muy profundo, necesita
alguna… algo de análisis”, o: “Más vale que ate al demonio de
la duda”, “Entonces, tengo la fórmula pueda hacer eso”, o:
“Más vale que visualices, simplemente, visualícese así mismo
en el cielo, simplemente…”, bueno, eso es lo que está siendo
promovido en la actualidad y nos reímos ante eso, pero eso
es algo bastante serio para algunas personas. No. ¿Sabes
usted lo que le dice alguien así? Primero le dije: “Permítame
citarle un pasaje de las Escrituras”, aún si hizo eso, aún si
maldijo a Dios, hubo alguien que maldijo a Dios aún más que
usted, y su nombre fue el apóstol Pablo quien fue un blasfemo.

Y le cité primera de Timoteo 1:12 y en adelante, cómo Pablo


dijo que: “El Señor me tuvo por fiel, poniéndome en el
ministerio, habiendo yo sido antes blasfemo, injuriador”, y él
dice que: “Yo estoy seguro de una cosa, y esto es palabra fiel
y digna de ser acepta, que Cristo Jesús vino al mundo a salvar
a los pecadores de quienes yo soy el primero”. Y yo le señalé
que la razón por la que Pablo dio ese testimonio de ser el
primero de los pecadores, fue para que él pudiera ser
presentado como un ejemplo para todo el mundo, de que si
Dios podía salvar al pecador más grande, Él también podía
salvar a los que no eran tan grandes. Y Yo le dije: “Dios salvó
al peor blasfemo sobre la faz de la tierra, quien peleó en contra
de Jesucristo mismo, quien persiguió y mató a sus santos
amados; y si Él lo puede perdonar, Él puede perdonarla a
usted”. Hubo gran esperanza en su voz, y después en la
primera ocasión le había hablado de algunos pasajes de las
Escrituras que hablan del perdón completo que le pertenece
a los creyentes.

Como puede ver, la respuesta para alguien que está


enfrentando ese tipo de ansiedad es simplemente abrirle la
Palabra del Dios vivo, en la cual creen, y la cual leen, y oyen, y
es activada en ellos por el Espíritu Viviente de Dios. No hay
insuficiencia ahí, inclusive para alguien que está al borde de
la muerte, puede haber una vida de bendición si está la
confianza en la Palabra del Dios Vivo. Santiago también da
testimonio de la suficiencia de las Escrituras. Santiago dice:
“El que obedece la Palabra de Dios”, y la llama –me encanta
esto–, “la ley perfecta”, ¿qué significa ‘perfecta’? ¿Cuál es otra
palabra para ‘perfecta’? Completa. La ley completa. ¿Está
incompleta? ¿Está incompleta la Biblia? Difícilmente. De
hecho, al final dice: “Si añades algo a esto, se te añadirá las
plagas que aquí están escritas”. No, la Biblia es la ley
completa. Santiago 1:25 la ley perfecta, hermoso
pensamiento; él la llama ‘la ley real’ en el segundo capítulo, la
ley perfecta.

Y él dice: “Cualquier persona que obedece la ley perfecta


(Santiago 1:25), será bendito”. De nuevo, bendición,
satisfacción, plenitud, todo lo que pertenece a la vida y a la
conducta para un creyente, está encerrado en la Palabra de
Dios. Nuestra suficiencia espiritual viene de Dios, es
ministrada de la Palabra de Dios por el Espíritu al corazón de
un creyente. Escuche el testimonio de Lucas al escribir el libro
de los Hechos. Lucas se identificó a los cristianos más nobles
en Grecia. Estaban en una pequeña ciudad llamada Berea, y
esto es lo que dijo: “Los santos en Berea eran los más nobles
de todos los santos (cito, Hecho 17:11) porque recibieron la
Palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las
Escrituras”. Qué gran declaración. La nobleza espiritual le
pertenece aquellos que reciben la Palabra de Dios con
prontitud, con disposición. ¿Qué significa eso? Con
aceptación, con fe, con disposición. Ellos recibieron la Palabra
de Dios y escudriñaban las Escrituras diariamente.

Amados, la clave para una vida adecuada no es la Biblia más


muchas otras cosas; es la Palabra de Dios buscada con
prontitud, disposición y escudriñada cada día de la vida de
uno; es una dieta diaria, es una dieta diaria. Y no creo que
vemos la vida espiritual así en absoluto; nos metemos en
problemas, suponemos que los problemas van más allá de la
capacidad, que van más allá de la perspectiva y la capacidad
de la Palabra de Dios, porque realmente no estamos inmersos
en la aplicación diaria de la Palabra de Dios. La nobleza
espiritual está ligada a un estudio diario de la Palabra de Dios;
de ahí viene la fortaleza para enfrentar la vida, y ahí es donde
está la suficiencia. Tristemente, la gente que está buscando
su suficiencia y no la está encontrando, sino que la está
buscando en la sicología y en este tipo de ciencia de la mente,
y misticismo y experiencias estáticas, y lo sobrenatural, y en
entretenimiento y técnicas de administrativas, y en técnicas
administrativa para la iglesia, toda esa búsqueda va en la
dirección equivocada; y en lugar de darle lo que creen que
necesitan, y lo que creen que van a obtener, los va a llevar a lo
opuesto, exactamente a lo opuesto.

En su carta a los Colosenses, el Apóstol Pablo identifica la


clave para una vida feliz; escuche esto: La clave para una vida
feliz, la clave de un corazón gozoso, ¿le gustaría tener un
corazón gozoso, una vida feliz? ¿Le gustaría tener un espíritu
que canta, simplemente que canta todo el tiempo porque está
tan contento?, ¿buenas relaciones con todo el mundo?, ¿un
matrimonio absolutamente rico y estable?, ¿una vida familiar
totalmente satisfecha y un empleo que disfruta? Digo, ahí está
todo, todo, todo. Colosense 3:16 depende de esta frase: “La
Palabra de Cristo more (¿en qué?) en abundancia en
vosotros”, ahí está; y a partir de eso, fluyen estas otras cosas.
Escúchelas de nuevo: Una vida feliz, un corazón gozoso, un
espíritu que canta, buenas relaciones, un matrimonio estable,
rico, una vida familiar satisfactoria y un empleo satisfactorio,
todo está encerrado en dejar que la Palabra de Cristo more en
abundancia en usted.

Dice usted: “¿Quieres decir la Biblia, solo la Biblia puede


proveer todo eso?” ¡Claro, para eso está! El boleto para la vida
llena del Espíritu es la mente controlada por la Palabra, la
mente controlada por la Palabra, lo cual lleva la suficiencia y
a la aptitud, a la capacidad. Escuche las palabras de Pedro en
1ª de Pedro 2:2: “Desead como niño recién nacido la leche no
adulterada, para que, por ella, crezcáis”. El crecimiento
espiritual, la madurez espiritual, la fortaleza espiritual, el
proceso de maduración, el moverse hacia la semejanza a
Cristo, está ligado a su deseo de la Palabra de Dios. Usted va
a crecer mediante la Palabra de Dios, y crecer realmente es
desarrollar la fortaleza para enfrentar la dificultad. Si usted
hace eso, al alimentarse de la Palabra de Dios, así como un
bebé crece bebiendo leche, y eso es lo que Pedro está
diciendo; Pedro está diciendo: “Así como un bebé desea la
leche”, con esa misma devoción singular, ese mismo deseo
fuerte singular –y todos sabemos cuánto un bebé quiere
leche–, esa es la manera en la que un creyente debe anhelar
la Palabra de Dios.

Cuando su corazón busque eso, y desea eso diariamente,


usted hallará fortaleza espiritual. La Palabra provee todo
recurso espiritual necesario para ser fortalecido. Y después,
Pedro añadió esto en su segunda epístola. 2ª de Pedro 1:3,
una de las grandes declaraciones de este tema en todas las
Escrituras, él dice: “Según el poder divino de Dios, Él nos ha
dado –escuche esto– todas la cosas que pertenecen a la vida
y a la piedad”. ¡Qué declaración! El poder divino nos ha dado
no solo algunas cosas, sino todas las cosas que pertenecen
a la vida y a la piedad; y después él dice: “Mediante el
conocimiento de Aquél que nos ha llamado a la victoria y a la
virtud”. Cuando llegamos a conocerlo, y Él es revelado a través
de su Palabra, estamos disfrutando de los recursos que nos
permiten, que nos capacitan, para poder enfrentar cualquier
cosa.

Tenemos todas las cosas que pertenecen a la vida y a la


piedad. Amados, todo lo que necesitamos para la vida, todo lo
que necesitamos para la piedad, todo lo que necesitamos en
toda nuestra vida cristiana está encerrado en la Palabra de
Dios; y usted se pregunta, ¿por qué siempre enseña la Biblia?
¿Por qué siempre estudiamos la Palabra de Dios? Porque a
dónde más vamos a ir para encontrar suficiencia espiritual.
Todo lo demás es superfluo. A través del conocimiento de Él,
a través del conocimiento de Aquél que nos llamó, y Él se
revela a sí mismo en su Palabra, viene todo lo que
necesitamos para la vida y la piedad. Y le voy a decir algo: me
entristece, de manera constante, cuando la gente inventa esta
idea de que la Biblia no es suficiente, y tenemos que estudiar
todas estas cosas, y encontrar todas estas otras técnicas
para poder disfrutar de los recursos necesarios; la Palabra de
Dios activada por el Espíritu de Dios es suficiente para la vida
y la piedad.

Ahora, inclusive, de una manera más directa y amplia, es la


declaración de Pablo en el libro de los Hechos en el capítulo
20, cuando él se estaba reuniendo con los ancianos efesios,
esta es una declaración interesante, él les dijo, recitando un
poco de la historia de su ministerio: “No retuve nada de lo que
era útil, les di todo lo que era útil”. Ahora, él no retuvo nada, él
les dio todo lo que era útil, y ellos eran simplemente como
nosotros, ellos tenían todos los problemas que tenemos, ellos
tenían todas las luchas en su vida que tenemos, ellos tenían
todas las necesidades que tenemos. Él le dijo: “Yo no retuve
nada de lo que fuese útil, sino que le mostrado y les he
enseñado”, y lo que él está diciendo es: “De manera amplia,
les he dado todo lo que fue útil”, eso está en versículo 20 del
capítulo 20. Después en el versículo 27, nos dice qué fue: “No
he dejado de declararos todo el consejo de Dios”.
No todo el consejo de Dios y algo del consejo de los hombres,
él vio en la revelación de Dios suficiencia total; y después,
más adelante, diciéndoles a ellos, en el versículo 32 les dice:
“Así que os encomiendo a Dios y a la Palabra de su gracia, la
cual puede sobreedificaros, la cual tiene poder para
sobreedificaros”. ¿Es suficiente? ¿Es la Biblia suficiente para
edificarnos? ¿Es suficiente para satisfacer, para enfrentar
toda vicisitud, lucha, necesidad y ansiedad de la vida humana?
¡Claro que sí! Y alguien que dice que no lo es, sea de manera
explícita o por implicación, peca, comete un pecado contra
Dios porque llama a Dios un mentiroso; y ese no es un acto
pequeño, sino de hecho un acto de traición seria. “No, –dice
él– yo los encomiendo a la Palabra de su gracia, la cual tiene
el poder para sobreedificaros y daros herencia entre los
santificados”.

La Palabra es todo lo que necesita, la Palabra es lo que es útil,


la palabra fortalecerá. A los Colosenses, Pablo les dio una
declaración que debemos recordar. Colosenses 2:3: “En Cristo
están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del
conocimiento”. Yo no dije eso, él lo dijo; eso incluye todo, todo
lo que usted necesita acerca de la sabiduría y el conocimiento
lo va a encontrar en Cristo. Entonces, ningún creyente debe
estar buscando en ningún otro lado. En el versículo 4 de
Colosenses 2, él dice: “No sea que alguno os engañe con
palabras persuasivas. No dejen que el mundo los engañe con
sus palabras persuasivas. Todos los tesoros de la sabiduría
y del conocimiento están en Cristo, y estamos –dice en el
versículo 7– arraigados y edificados en Él, estamos
arraigados en Él, y vamos a ser edificados en Él”; es casi como
si fuera la palabra de Pablo a los Gálatas, habiendo
comenzado en el espíritu, ¿van a ser perfeccionados en la
carne? ¡No! Fueron arraigados, establecidos en Él, y van a ser
edificados en Él, y establecidos en la fe como fueron instruidos
a partir de la Palabra.

Todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento se


encuentran en Cristo, en el Cristo que está revelado en la
Palabra. Y por lo tanto, él dice en el mismo capítulo, versículo
8: “Guardaos, no sea que alguno os engaña a través de
filosofía y huecas sutilezas según las tradiciones de los
hombres, según los rudimentos del mundo, (esto es la
filosofías e ideas del mundo) y no según Cristo porque
–versículo 10 dice– vosotros estáis completo en Él”. En Él
están todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento, y
están completos en Él. Entonces, manténganse alejados de la
filosofía humana; no puede hablar acerca de asuntos
espirituales; puede hablar de algunas cosas, y puede ser útil
en los aspectos prácticos de la vida, pero cuando hablamos
de la dimensión espiritual y las necesidades del corazón y el
alma y la mente del hombre a su nivel más profundo, para
aquellos de nosotros que conocemos a Dios, solo Dios provee
nuestra suficiencia a través de su Palabra.

Juan añade un testimonio muy fuerte al testimonio de Pedro


y Pablo, y Santiago, y Lucas, y Jesús, y otros. Escuche lo que
Juan dice en 1ª de Juan 2:20: “Más vosotros, tenéis la unción
del Santo –escuche esto– y sabéis todas las cosas”. ¡Qué
declaración! ¿Qué quieres decir con ‘todas las cosas’? “Bueno,
no todas las cosas que deben conocerse en el universo entero,
y ni siquiera todas las cosas que hay por conocer en el mundo
entero; pero todas las cosas que hay por conocer en relación
a su vida espiritual. Ustedes saben todo, ustedes saben todo
lo que necesitan saber, ¿cómo?, tienen una unción del Santo,
el Santo es Dios, la unción es el Espíritu Santo, tienen la
Palabra de Dios y el Espíritu de Dios, y conocen todas las
cosas”. ¡Qué declaración! Y él afirma que los cristianos
conocen la verdad mediante la revelación en la Palabra de
Dios en el versículo 21, y después en el versículo 27 él dice: “Y
no tenéis, de tal manera que no tenéis necesidad de que
ninguno os enseñe”, no lo necesitamos.

Conocemos todas las cosas por la Palabra de Dios y el Espíritu


de Dios. 1ª de Tesalonicenses 2, quiero que pase este
versículo. 1ª de Tesalonicense 2:3, esta es una declaración
poderosa a favor de la suficiencia de las Escrituras. Si usted
en el versículo 11 de 1ª de Tesalonicenses 2, él dice que “los
exhortamos y alentamos, y mandamos a cada uno de
vosotros como un padre a sus hijos”; en otras palabras:
“Queríamos que se condujeran de una manera que honraría a
Dios. Queríamos –versículo 2– que anduviesen dignos del
Dios que los llamó”. Y entonces, los alentamos y alentamos.
Entonces, Pablo está diciendo: “Miren, realmente queríamos
que ustedes vivieran en obediencia, y vivieran como deben
vivir, y tuvieran todos los recursos que necesitan”; y después
en el versículo 13: “Por esta causa, también damos gracias a
Dios sin cesar, de que cuando recibisteis la Palabra de Dios
que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de
hombres, (no es la palabra de hombres, no es nada parecido
a la palabra de los hombres) sino como es en verdad la
Palabra de Dios”. Deténgase ahí por un momento.
Él dijo: “Ustedes recibieron la Palabra de Dios como la Palabra
de Dios. –Él añade entonces– la cual obra en vosotros, los
que creen”. Obra, literalmente lleva a cabo su obra en aquellos
de usted que creen. Ahora, escúchenme: Hay una obra y es la
obra de madurar, es la obra de maduración, de fortalecimiento,
de edificación; una obra de crecimiento, una obra de llevarlo
a usted a la semejanza a Cristo. Esa obra es una obra que solo
puede ser hecha por la Palabra de Dios y el Espíritu de Dios, y
va a llevar a cabo su obra; ustedes se comprometieron a sí
mismo (él los felicita) con la Palabra de Dios, no como si fuera
la palabra de los hombres, sino como es en verdad la Palabra
de Dios, y está haciendo su obra en ustedes; y la Palabra que
hace, de hecho, es suficiente. Job, el testimonio de Job, ese
santo noble, qué testimonio tan inspirador da acerca de la
Palabra de Dios y su suficiencia.

Aquí hay un hombre que perdió todo. El diablo vino y le quitó


todo, le quitó sus posesiones, sus tierras, sus cultivos, sus
animales, le quitó su familia en una muerte terrible, le quitó su
propia salud; un hombre en privación y destitución absolutas.
En el capítulo 23, versículo 12, él dice: “Ni me he retraído del
mandamiento de sus labios. No dejé de obedecer sus palabra,
no dejé de obedecer su palabra. He estimado las palabras de
su boca, más que mi necesaria comida”, él dice. ¡Qué
declaración! La Palabra de Dios tiene una prioridad más
elevada para mí que comer. ¿Qué hay acerca de usted? La
gente lucha con todo tipo de problema en la vida, y puede ser
algo tan básico como, ¿cuál es la prioridad en su vida? ¿Es
usted como los Bereanos nobles, escudriñando las Escrituras
diariamente? Como Job, ¿les es más importante para usted
alimentarse de la Palabra de Dios que de la comida terrenal?
¿Qué es lo que más estima? ¿Estima más su propia
comodidad o estima la Palabra de Dios más? ¿Es la
autoestima lo que busca o es la estima de la Palabra de Dios?

Oh, si tan solo la gente regresara a esta realidad tan básica.


Nos metemos en problemas, en problemas emocionales,
porque nos enfocamos en nosotros mismos en lugar de
enfocarnos en la Palabra del Dios Vivo. Él estimó las palabras
estimó las palabras de la boca de Dios como algo más
importante que nada en su vida, y esa es la razón por la que él
pudo soportar lo que enfrentó; y al final, le dio a Dios la gloria.
Quiero que vea otro pasaje del Antiguo Testamento. Pase en
su Biblia a Deuteronomio 6, y después un pasaje de nuestro
Señor después de ese, y vamos a una palabra final de Pablo.
En Deuteronomio 6 tenemos la declaración doctrinal básica
de Israel, versículo 4: “Jehová, nuestro Dios, Jehová uno es, y
amará al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma
y con toda tus fuerzas”; esa fue la verdad medular de toda la
teología en la tierra de Israel y entre el pueblo de Dios; eso era
lo que Dios quería que supieran. Ahora, eso no era todo lo que
había, ese fue el resumen de la ley, fue el resumen: “El Señor
nuestro Dios uno es”.

Pero hubieron muchas otras cosas que eran verdad también


acerca Él. Esto está resumido: “Y debes amar al Señor, tú Dios,
con todo tu corazón, alma, mente y fuerzas”; esa fue una
manera simple de expresar una multitud de mandatos que
Dios había establecido. Pero, toda la ley fue reducida y
resumida en esto. La Palabra de Dios, entonces, es la clave.
Y estas palabras, dice él en el versículo 6: “La ley de Dios, la
ley, la Palabra de Dios revelada, la cual te mando este día,
estará en tu corazón y se la enseñarás a tus hijos, y hablarás
de ellas cuando te sientes en tu casa, y cuando te levantes, y
cuando andes por el camino, y cuando te acuestes, y cuando
te levantes; y las atarás como una señal a tu mano, y estarán
como señales entre tus ojos, y las escribirás en los postes de
tu casa y en tus puertas”; en otras palabras: “Toma la Palabra
de Dios y se las enseñas a tus hijos, y hablas de ella cuando
te levantas, cuando te sientas, te acuestas, y vas por el
camino. Escríbela en tu mano, escríbela en tu cabeza,
escríbela en tus puertas”, a donde quieras que vayas, siempre
estás consiente de la palabra del Dios vivo: esa es la clave
para vivir.

Este es el diseño de Dios para la vida que Él le dio a su pueblo.


Las Escrituras eran suficientes, debían ocupar toda su
atención como la fuente de todo. Y después, un pasaje
fascinante y algo conocido en Lucas 16, en donde nuestro
Señor da su testimonio acerca de la suficiencia de las
Escrituras. En Lucas 16, Jesús cuenta de Lázaro, el mendigo
lleno de yagas, y el hombre rico. Recordará usted que Lázaro
murió y fue al seno de Abraham, el lugar de la bendición. El
hombre rico murió y se fue al fuego y fue atormentado. Y el
hombre rico dijo: “No quiero que mis hermanos vengan aquí,
oh, no quiero que mis hermanos vengan aquí. –versículo 28–
Tengo cinco hermanos (Lucas 16), necesito ir y decirles, no
sea que vengan a este lugar de tormento”, y Abraham le dijo:
“A Moisés y a los profetas tienen, óiganlos”. Tienen a Moisés
y a los profetas, eso es la Palabra de Dios, que lean la Palabra
de Dios. “Oh –dijo él– no, padre Abraham, si uno fuera de ellos
de los muertos se arrepentirán”. Digo, esto es evangelismo
espectacular: “Acabo de regresar del infierno, y quiero decirle
no vayan ahí”, esto es algo pesado.

”Sin tan solo pudiera regresar de aquí y predicar, se


arrepentirían”, esa es la perspectiva de aquellos que buscan
la afirmación sobrenatural; el Evangelio simple no es
suficiente. Tenemos que tener señales y maravillas y
resurrecciones, de lo contrario, nunca podremos convencer a
la gente. Y el versículo 31, Jesús, que podría resucitar a los
muertos y que resucitó entre los muertos, y probó esta verdad:
“Si no oyeren a Moisés y a los profetas, tampoco se
persuadirán aunque unos se levantara de los muertos”, y Él
fue prueba viva de eso. Usted no necesita milagros, ¿por qué?,
porque la Palabra de Dios es lo suficientemente poderosa. La
suficiencia de las Escrituras, oh, es suficiente. ¿Es todo
suficiente en relación a todo asunto del alma del hombre, en
relación con Dios y en relación con otros hombres? La clave,
claro, es creerla y obedecerla, estudiarla. Hemos estados eso
durante años, y lo volvemos a decir con gusto, con gusto.

¿Es la Biblia suficiente? Un pasaje final lo resume todo. 2ª de


Timoteo 3, 2ª de Timoteo 3, escuche este testimonio. Ni
siquiera voy a decir mucho de él, simplemente voy a dejar que
hable. 2ª de Timoteo 3:15, es un gran… de hecho, es el
testimonio más grande en el Nuevo Testamento acerca de la
suficiencia de las Escrituras. 2ª de Timoteo 3:15: “Y que desde
la niñez –Pablo le dice a Timoteo– has sabido las Sagradas
Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación
por la fe que es en Cristo Jesús”. Escuche, ¿son suficientes
las Escrituras para salvar? Es correcto, son suficientes para
salvar. No se necesita nada más. Has conocido las Sagradas
Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación.
Además, toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para
enseñar, redargüir, corregir, instruir en justicia. Escuche eso.

Las Escrituras proveen doctrina; toda la enseñanza que


necesitamos: redargüir, corregir. Redargüir significa ‘deja de
hacer eso’; corregir significa ‘comienza hacer esto’; e ‘instruir
en justicia’ es ‘tomar un paso más hacia adelante’. Puede
convertir a la gente y apuntarla al camino correcto. Pero, ¿qué
tan suficiente es? Observe el último versículo, versículo 17: “A
fin de que el hombre de Dios sea (¿qué?) perfecto, completo,
enteramente preparado para toda buena obra”. ¡Qué
declaración tan amplia! ¿Es suficiente? Sí. La Biblia es
suficiente para serlo sabio para la salvación; es suficiente
para darle la doctrina, la reprensión, la corrección, la
instrucción necesaria para justicia; es suficiente para hacer a
un hombre de Dios perfecto, enteramente preparado toda
buena obra sin que le falte nada. La Palabra de Dios es
absolutamente suficiente. Hace algunos años atrás, Maud
Frazer Jackson escribió estas palabras, escúchelas, y cito:
¿Qué si digo que la Biblia es la Santa Palabra de Dios,
completa, inspirada, sin error? Pero deje que sus páginas
queden sin ser leídas diariamente, y no aprenda ahí de la ley
de Dios. ¿Qué tal si no voy ahí a buscar la verdad, de la cual
hablo, para encontrar guía en este camino terrenal? ¿Importa
lo que digo?”, fin de la cita. Palabras potentes, y la respuesta
es ‘No’, no importa. Usted puede decir que la cree, pero si
usted no la estudia, si usted no va ahí a buscar la verdad, de
la cual usted habla, entonces no importa lo que dice. La
Palabra de Dios debe ser creída y debe ser obedecida, y ahí
está la suficiencia.
Inclinémonos en oración. Te damos gracias, Padre nuestro,
por este día que nos ha dado para adorar; y sabemos que Tú
mismo has dicho: “He exaltado mi Palabra sobre todo mi
nombre”, y si Tú eres suficiente, y Tú lo eres, entonces tu
Palabra también debe ser suficiente. Gracias por una Biblia
completa que no deja nada afuera, las verdades de la cual nos
pueden llevar a ser un hombre perfecto, enteramente
preparado para toda buena obra; la verdad de la cual nos
puede traer una vida de bendición en toda dimensión. Padre,
salva tu iglesia del pecado horrendo de creer que tenemos
una Biblia insuficiente. Y, Señor, oremos por toda necesidad
de toda vida el día de hoy. Que la suficiencia de la Palabra de
Dios en el poder del Espíritu de Dios sea aplicada a toda vida
por causa de Cristo. Amén.
La suficiencia de las Escrituras, 2ª Parte
Salmo 19

Abramos nuestras Biblias en esta mañana al Salmo 19, Salmo


19. Como usted sabe, la semana pasada comencé a
compartirle el tema de la suficiencia de las Escrituras. Y me
gustaría concluir ese breve interludio, en medio de nuestro
estudio de 1ª de Timoteo, al regresar a ese mismo tema. Nada
más que en esta ocasión, en lugar de enfocarnos en él desde
diferentes pasajes, quiero que nos enfoquemos en un pasaje:
el Salmo 19. Tengo por hábito, de vez en cuando, el disfrutar
la lectura de los puritanos, y saco un libro de los puritanos de
mi repisa, y me siento en mi silla en mi estudio, y leo. Y esta
semana, estaba leyendo la gran sección de Thomas Watson
acerca de las Escrituras, y él incluyó una declaración, una
afirmación que pensé que era apropiada para nosotros, y él
dijo lo siguiente, y cito: “El diablo y sus agentes han estado
soplando contra la luz de las Escrituras, pero nunca han
podido apagarla; una señal clara de que fue encendida por el
cielo”, fin de la cita.

Compartí con usted la semana pasada que es mi convicción,


tengo la convicción de que un grupo bastante raro parece
estar soplando en contra de las Escrituras, tratando de apagar
su luz; y lo que me parece sorprendente acerca del ataque, y
es lo que más me preocupa, acerca de la Palabra de Dios, es
que parece estar viniendo por parte de aquellos no que niegan
que es la Palabra de Dios, sino por parte de aquellos que
afirma que lo es.
Me parece que una de las amenazas más sutiles y peligrosas
que enfrenta la Palabra de Dios, viene de adentro de la
categoría del cristianismo evangélico, por parte de personas
que dicen creer que la Biblia es la Palabra de Dios, pero
realmente manifiestan una falta de confianza en su
suficiencia, y, de esta manera, hablan mal de la Palabra de
Dios. Leer la Palabra, enseñar la Palabra, proclamar la Palabra,
obedecer la Palabra, vivirla, no parece para muchos ser
suficiente para asuntos de vida y conducta dentro de la
dimensión espiritual.

Y me imagino que estas personas están desarrollando lo que


ellos creen que es una especie de estructura necesaria para
poder detener la Biblia, y evitar que se caiga; quizá creen que
necesita algún tipo de transfusión para darle el poder que
parece carecer por sí misma; y yo creo, como lo señalé la
última vez, que este es un pecado abierto contra Dios, y contra
su Palabra, y manifiesta una seria falta de confianza en la
suficiencia de las Escrituras. Como señalé la última vez, el
movimiento casi masivo en la iglesia evangélica hacia la
sicología, como un medio de resolver los problemas del
hombre, la búsqueda de la metodología, del igle-crecimiento
en los patrones, siguiendo los patrones del mundo de los
negocios, la estructura corporativa, la demanda del poder
político como la clave para el avivamiento como algunos
están diciendo, el clamor por milagros y señales y maravillas
y nuevas revelaciones y actividades sobrenaturales, la
perversión del Evangelio simple y la verdadera Palabra de
Dios convertida en una especie de Evangelio moderno de la
prosperidad, indulgencia, sensualidad y éxito, propagado por
celebridades que supuestamente tienen una gran capacidad
de alcanzar a la gente, lo cual la palabra simple nunca podría
alcanzar; todo esto manifiesta no solo una mundanalidad
horrible en la iglesia, sino también una terrible perspectiva
bastante débil de las Escrituras.

Me ha forzado a hacer la pregunta: ¿Acaso es la Biblia


realmente suficiente para asuntos de vida espiritual? ¿Es
suficiente para el pueblo de Dios y para todos los recursos
necesarios para vivirla en plenitud en la voluntad de Dios? ¿O
necesitamos conceder que la Biblia tiene más bien alguna
limitación obvia, que solo puede ser vencida por la sabiduría
y la técnica desarrollada por personas bien intencionadas que
quieren ayudarle a Dios un poco? Ahora, para responder la
pregunta de la suficiencia escritural, quiero que me acompañe
al Salmo 19, el cual creo que es el tratado más conciso y
directo de la suficiencia de las Escrituras en toda la Palabra
de Dios. Y por cierto, vamos a comparar al Salmo 19 con el
Salmo 119, porque tiene muchos paralelos.

Permítame decirle desde el principio que David, quien es el


autor del Salmo 19, fue un hombre que entendió las
extremidades, y las vicisitudes, y las luchas, y las pruebas, y
los problemas, y las tribulaciones de la vida, a un grado que
pocas personas jamás conocerán; él sabía lo que significaba
que su vida estuviera bajo amenaza continua, él sabía lo que
significaba haber caído en las profundidades del pecado, él
sabía lo que significaba haber enfrentado una traición
monumental, él sabía lo que significaba que sus propios hijos
se rebelaran contra él, él sabía lo que significaba tener
matrimonios destruidos y circunstancias familiares terribles;
este es un hombre que habla a partir de la profundidad de la
emoción humana; y, sin embargo, encuentra una suficiencia
consumada, perfecta en la Palabra de Dios. Ahora, en el Salmo
19, a manera de introducción general, tiene la intención de
expresarnos la importancia de la revelación de Dios. En primer
lugar, en los versículos 1 al 6 leemos de la revelación de Dios
en la naturaleza, Dios es revelado a sí mismo en los cielos,
dice el versículo 1, los cuales declaran su gloria en el
firmamento, todos los cuerpos estelares los cuales
demuestran la obra de sus manos; procede a hablar acerca
del movimiento del sol y su curso maravilloso en órbita por
todo el universo; todo eso, y todo eso es simbólico de la
revelación natural, lo que los teólogos durante años han
llamado ‘la revelación general’.

Dios ha revelado en su creación, en gran parte como Romanos


1, las cosas que vemos nos revelan que hay un Dios, y que es
eminentemente poderoso. Pero hay inclusive una revelación
más específica en su Palabra, en lo cual se concentra el
salmista en el versículo 7, y en la segunda mitad del Salmo del
7 al 14; el enfoque se encuentra en la revelación especial, la
revelación de Dios en las Sagradas Escrituras, y eso es lo que
queremos estudiar; y lo encontramos en los versículos 7 al
14, y aquí encontramos la suficiencia de las Escrituras. De
hecho, quisiera señalarle tres cosas en esta mañana: la
suficiencia de las Escrituras, el valor de las Escrituras, y
finalmente el compromiso con las Escrituras. Permítame decir
antes de que entremos en profundidad, quiero que escuche
con mucha atención: Es necesario que cubra mucho material,
en cierta manera rápidamente, y quiero que esté en sintonía
conmigo, y esté pensando, porque realmente creo que este es
un mensaje fundamental para nuestro compromiso con la
Palabra de Dios.

Ahora, para comenzar, veamos la suficiencia de las Escrituras,


versículos 7 al 9, y sígame conforme leo: “7 La ley de Jehová
es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es
fiel, que hace sabio al sencillo. 8 Los mandamientos de
Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de
Jehová es puro, que alumbra los ojos.9 El temor de Jehová es
limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová
son verdad, todos justos”. Ahora, quiero que observe por un
momento la estructura de esos tres versículos. Hay seis líneas
de pensamiento, y cada una de esas seis líneas tiene tres
elementos: tiene un título para la Palabra de Dios, una
característica de la Palabra de Dios, y un beneficio de la
Palabra de Dios. Los títulos son: las Escrituras son llamadas
‘la ley’, ‘el testimonio’, ‘los mandamientos’, ‘el precepto’, ‘el
temor’, ‘los juicios’; todos esos son sinónimos de las
Escrituras. Sus características son: es perfecta, es fiel, rectos,
es puro, limpio, y verdad. Sus seis beneficios son: convierte el
alma, hace sabio al sencillo, alegran el corazón, alumbra los
ojos, permanece para siempre, y son todos justos. Esto es:
Provee recursos espirituales completos. Ahora, en esos tres
versículos de manera coherente con la inteligencia infinita de
la mente infinita de Dios, usted tiene una afirmación
absolutamente amplia que está por encima de cualquier otra
acerca de las Escrituras, reducida a unas cuantas palabras.

La magnitud de esta sección de las Escrituras nos lleva más


allá de nuestra capacidad. Quiero que observe otro elemento,
otro elemento séxtuple, seis veces en estos tres versículos,
leemos: ‘de Jehová’; la ley de Jehová, el testimonio de Jehová,
los mandamientos de Jehová, el precepto de Jehová, el temor
de Jehová, los juicios de Jehová. De nuevo, señalamos que
esto entonces representa aquello que procede de Dios. Seis
veces el nombre de pacto de Dios, ‘Yahweh’, es usado para
identificar la fuente de la Palabra suficiente. Ahora, entonces,
tenemos aquí en el Salmo 19, a través del salmista, el
testimonio mismo de Dios acerca de la suficiencia de las
Escrituras para toda necesidad espiritual. Ahora, veamos
estos seis. Número 1, en el versículo 7: “La ley de Jehová es
perfecta, que convierte el alma”. Ahora, el primer título para
las Escrituras es ‘la ley’, y eso nos da un énfasis de la Palabra
de Dios, la palabra es ‘Torah’, y básicamente significa
enseñanza bíblica o divina; apunta a la enseñanza o a la
naturaleza didáctica de las Escrituras; es Dios instruyendo al
hombre, el término se refiere a instrucción, identifica las
Escrituras como doctrina, entregadas por parte de Dios al
hombre.

Tiene en mente instrucción divina en relación con el credo


(esto es lo que creemos), en relación a lo que somos, y en
relación a la conducta (esto es lo que hacemos); es una
explicación completa de las instrucciones de Dios para la vida
del hombre; es enseñanza de Dios para la vida. Ahora, esta
enseñanza que viene a través de las páginas de las Sagradas
Escrituras –dice en el versículo 7– es perfecta, es perfecta.
Santiago inclusive la llamó ‘la ley perfecta’, y se presenta en
contraste por parte del salmista, con los razonamientos
imperfectos, fallidos de los hombres. Ahora, para entender la
palabra ‘perfecta’ solo necesitamos entender que es una
palabra común la cual significa perfecta o completa, o entera,
o suficiente. De hecho, un erudito del Antiguo Testamento
dice que la plenitud del significado, es decir qué significa, que
abarca todos los lados como para cubrir completamente todo
aspecto de una cosa; es una palabra de amplitud. Es decir,
entonces, que las Escrituras cubren todo, no les falta nada, no
les falta nada; es una fuente amplia de enseñanza por parte
de Dios, la cual, por lo tanto encarna todo lo que es necesario
para la vida espiritual del pueblo de Dios.

Ahora, el enfoque en particular del versículo 7 de la


declaración inicial del versículo 7, es que su perfección se
relaciona con convertir el alma, y allí encontramos al primero
de los seis beneficios: convierte el alma. El término hebreo
para ‘convertir’ puede significar revivir, restaurar, refrescar,
convertir; pero mi sinónimo favorito es ‘transformar’. Tiene la
idea de que las Escrituras son tan amplias, que cuando son
seguidas de manera literal pueden transformar la vida de una
persona; da vida completa en todo aspecto al alma. Ahora, la
palabra ‘alma’, una palabra conocida también, ‘nefesh’, esa
palabra significa la persona, o el corazón o la persona misma,
algunas veces es traducida en todas esas maneras; el
resumen es la persona interior, la persona entera, el verdadero
usted. La Palabra entonces es tan amplia como para tener la
capacidad de transformar de manera total al verdadero usted,
a la persona entera; es suficiente entonces para una
conversión, para transformación, para restauración, para
nacimiento espiritual, y crecimiento, para llevar a la perfección
a la persona entera.

Realmente es un recordatorio de la carta de Pablo a Timoteo,


2ª de Timoteo 3:15-17, en donde Pablo le recuerda a Timoteo
que las Escrituras te pueden hacer sabio para la salvación por
la fe, y no solo eso, sino para hacerte perfecto, enteramente
preparado para toda buena obra. La Palabra de Dios entonces,
tiene el poder de transformar de manera total; es tan amplia
en su obra, que puede moldear un alma, una persona viva, y
conformarla precisamente en lo que Dios desea que la
persona sea; y eso comienza en la conversión. En 1ª de Pedro
1, leemos el mismo testimonio, versículo 23: “Siendo
renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible,
por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre”.
En otras palabras, el nuevo nacimiento, la conversión, la
transformación, es llevada a cabo por la Palabra de Dios; y en
el siguiente versículo él dice: “Y esta es la palabra que por el
Evangelio os ha sido predicada”.

Entonces, es la Palabra la que convierte el alma. Pablo dijo


que el Evangelio de Cristo en sí mismo es el poder de Dios
para salvación, en Romanos 1:16. La Palabra entonces, en su
poder, tiene la capacidad de transformar una vida; es la
agencia del nuevo nacimiento. Sin embargo, en la actualidad
me parece que hay personas que no creen en el poder de la
Palabra de Dios; creen que la Palabra de Dios, debido a ciertas
áreas de debilidad, algunas deficiencias o impotencia, debe
ser asistida al empacarla quizás en algún cantante de rock
sexy, mundano, quien entre comillas, como dice la Revista
Eternity, “mezcla su representación de la antigua historia, con
un poco de vulgaridad”, fin de la cita. ¿O acaso la Palabra de
Dios es tan débil y tan carente de poder en sí misma como
para ser convincente solo cuando es propagada por una
celebridad súper estrella, personalidad, alguien que es famoso
por el hecho de ser famoso? Y no famoso por ser piadoso, y
no bien conocido por su gran capacidad en la Palabra, sino
famoso no debido a su gran capacidad para Dios, sus grandes
logros por Dios, o su gran virtud, sino más bien porque los
medios masivos de comunicación los hicieron famosos por
ser famosos.

¿Debemos creer que pueden hacer lo que el poder de la


Palabra de Dios no puede lograr? ¿O necesitamos hacer
apelaciones inteligentes, mundanas a las emociones de la
gente en base a sus sentimientos, sus egos lastimados, y su
necesidad de auto-estima? Y de esta manera, alterar el
Evangelio duro, y convertirlo en algo que es tan fácil que lo
adopten, y quizá ni siquiera sepan lo que realmente es. ¿O
acaso el Evangelio debido a que en sí mismo es débil, tiene
que ser contaminado con promesas de éxito material? ¿Por
qué los evangelistas de la televisión nos tienen que decir que
solo si les mandamos grandes cantidades de dinero y
creemos, nuestra fe (entre comillas) ‘de semilla’, nos va a traer
más dinero de lo que podemos imaginar? ¿Es necesario añadir
dinero al Evangelio para hacerlo apetecible porque en sí
mismo no puede convertir al alma? ¿Acaso las Escrituras son
tan insuficientes como para salvar, que necesitamos un
congreso cristiano, y necesitamos controlar el gobierno,
necesitamos el control del gobierno para poder traer la
regeneración de una nación?

¿Realmente es el plan de Dios que los hombres llamados a


predicar las inescrutables riquezas de la Palabra de Dios,
dejen la Palabra de Dios no para servir las mesas, sino para
convertirse en activistas políticos, esperando vencer la
deficiencia de las Escrituras con el poder humano?
¿Pensamos que el Evangelio aleja a la gente cuando viene
directamente de la Palabra de Dios, y por ello debe ser
empacado en un plan de mercadotecnia sofisticado, que
muestre la perspectiva del comprador primordialmente lo que
va a obtener como beneficio para él? Ahora, ¿qué estamos
diciendo con todo esto? Me parece que estamos diciendo que
no confiamos en el poder de la Palabra perfecta de Dios para
convertir el alma. La Palabra es el mar en donde Cristo, la perla
de gran precio, se encuentra; la Palabra es el campo en donde
Cristo, el tesoro escondido, está sepultado; y el testimonio del
Salmo 119 ciertamente afirma esto, y estaremos refiriéndonos
a este Salmo como paralelo a lo largo de este sermón. Salmo
119:41 nos dice: “Venga a mí tu misericordia, oh Jehová; Tu
salvación, conforme a tu dicho”. La salvación, dice el salmista,
está conectada con la Palabra de Dios.

En el versículo 50: “Ella es mi consuelo en mi aflicción, porque


tu dicho me ha vivificado”. Versículo 81: “Desfallece mi alma
por tu salvación, mas espero en tu palabra”. Versículo 146, de
manera similar dice: “A ti clamé; sálvame, y guardaré tus
testimonios”. Versículo 155: “Lejos está de los impíos la
salvación, porque no buscan tus estatutos”; en otras palabras:
“Se encuentra en tu Palabra y no la están buscando ahí”.
Versículo 158: “Veía a los prevaricadores, y me disgustaba,
porque no guardaban tus palabras”. Versículo 174: “He
deseado tu salvación, oh Jehová, y tu ley es mi delicia”. La
Palabra del Dios Viviente es suficiente. Es sorprendente que
Pablo dijo que prediques la Palabra; la Palabra es suficiente
para convertir el alma. En segundo lugar, el salmista dice: “El
testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo”, y él
da un paso más hacia adelante al continuar construyendo
esta presentación tan magnífica y tremenda de la suficiencia
escritural; él usa la palabra ‘testimonio’ la cual ve la Palabra
de Dios no como instrucción divina, sino como testimonio
divino. Es Dios dando testimonio acerca de quién es Él y lo
que Él demanda.

Entonces, conforme usted ve el testimonio de Dios mismo, en


la Palabra de Dios usted encuentra que su testimonio –dice
el salmista– es fiel. De nuevo, en contraste con las nociones
de los hombres que son inseguras, cambiables, que no son
fiables, la Palabra del Dios Viviente es segura, y la Palabra
significa ‘inamovible’, digna de ser confiada y confiable, fiable.
La Palabra entonces, provee un cimiento sobre la cual la vida
y el destino eterno puede ser construido sin titubeo alguno.
Recuerdo lo que Pedro dijo en 2ª de Pedro 1, él estaba
recordando su encuentro personal con la majestad de Cristo
en la transfiguración, y él dijo: “Yo estuve ahí en la
transfiguración, cuando Él se transfiguró; vi su gloria
majestuosa en esa escena majestuosa, cuando los héroes del
Antiguo Testamento aparecieron y estuvimos ahí en el monte,
en la maravilla de la gloria sobrenatural. Y yo les digo esto
–versículo 19– que hay una Palabra más segura que ésta: la
experiencia, la experiencia sobrenatural, las señales y
maravillas tienen su lugar –dice Pedro–, pero hay una Palabra
más segura que ésta, y es la Palabra que está en las
Escrituras, las Escrituras dadas conforme los hombres santos
fueron movidos por el Espíritu de Dios”.

Las Escrituras son la Palabra más segura en contraste a los


razonamientos y opiniones no seguros de los hombres acerca
de Dios y la moralidad, y por eso podemos depender de las
Escrituras. ¿Y cuál es su beneficio? Observe de nuevo: Su
beneficio es que hace sabio al sencillo. La raíz de la palabra
hebrea para ‘sencillo’ es la idea de una palabra abierta; una
persona simple es una persona que no discierne, no sabe
cuándo cerrar la puerta, no sabe qué dejar afuera, todo entra,
no discierne, es inexperto, ignorante, e ingenuo; pero puede
ser hecho sabio. ¿Y cuál es la fuente de eso? La Palabra de
Dios. Las Escrituras toman a los ingenuos, a los que no
disciernen, a los inexpertos, a los ignorantes, y le trae a ese
individuo sabiduría.

Me encanta la palabra ‘sabio’, es una palabra hebrea rica,


básicamente significa estar capacitado en el arte de la vida
piadosa, estar capacitado en los asuntos de la vida práctica,
es dominar el arte de la vida diaria alcanzada mediante el
conocimiento y aplicación de la Palabra de Dios; y por cierto,
en las Escrituras, Dios es siempre la fuente, es esa sabiduría
la cual dice Santiago: “Es de arriba”; y el Antiguo Testamento
realmente define esto como la capacidad de tomar buenas
decisiones acerca de cosas correctas en los momentos
correctos en la vida, y aquí está una promesa maravillosa: La
Palabra de Dios puede tomar a una persona ingenua,
inexperta, que no discierne, que no está informada, que es
ignorante, y llevarle eso, traerles tal sabiduría que pueden vivir
una vida piadosa de acuerdo con la voluntad de Dios; esto es
a través de la Palabra de Dios, es la fuente que provee todo lo
que es necesario para aplicar la voluntad de Dios a la vida
diaria.

¿Debemos creer que la Palabra de Dios no es suficiente


entonces? ¿Debemos creer que encontramos en los recursos
humanos que nos rodean de la sociología, sicología, filosofía,
y sabiduría humana, lo que reemplaza la deficiencia en la
Palabra de Dios? ¿Realmente es necesario que los
predicadores salgan de la Biblia, para que (entre comillas)
‘hagan de la verdad relevante y práctica’ como con tanta
frecuencia escucho? Escuche: el testimonio de Dios mismo
es que su Palabra es suficiente para hacer del más simple,
sabio en el asunto del arte de vivir la vida en la voluntad de
Dios; y escuche de nuevo el maravilloso testimonio del Salmo
119, como conforme en ese gran, gran Salmo de tributo a la
Palabra de Dios, el salmista dice en el versículo 27: “Hazme
entender el camino de tus mandamientos, para que medite en
tus maravillas”; en otras palabras él le está pidiendo a Dios
que le enseñe, porque Dios conoce el camino correcto por el
que debe andar; el camino correcto, la manera correcta de
vivir. Versículo 34: “Dame entendimiento, y guardaré tu ley, y
la cumpliré de todo corazón”; es la fuente de sabiduría.

Versículo 66: “Enséñame buen sentido y sabiduría, porque tus


mandamientos he creído”. Versículo 98 al 100: “Me has hecho
más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, porque
siempre están conmigo. 99 Más que todos mis enseñadores
he entendido, porque tus testimonios son mi meditación,
(tengo más entendimiento que todos aquellos que propagan
el conocimiento humano) 100 Más que los viejos he
entendido, porque he guardado tus mandamientos”. En el
versículo 104: “De tus mandamientos he adquirido
inteligencia, por tanto he aborrecido todo camino de mentira”.
En el versículo 25: “Tu siervo soy yo, tu siervo soy yo, dame
entendimiento para conocer tus testimonios”. Versículo 169:
“Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová, dame
entendimiento conforme a tu Palabra”. Como puede ver, el
salmista sabía que la fuente de sabiduría estaba en la Palabra
de Dios. ¿Las Escrituras son suficientes? Son suficientes para
transformar el alma, son suficientes para traer sabiduría
perfecta en el área de la vida diaria para la gloria de Dios.

En tercer lugar, ¿sería tan amable en ver el versículo 8 del


Salmo 19? “Los mandamientos de Jehová son rectos, que
alegran el corazón […]”, ¿a dónde va un creyente para
encontrar gozo? ¿A dónde va un creyente para encontrar
alivio, felicidad, liberación de la tristeza, ansiedad y depresión?
¿A dónde va un creyente? ¿Dónde está el recurso? El
testimonio del salmista es la Palabra de Dios, es la Palabra la
que alegra el corazón. El término aquí para las Escrituras es
la palabra ‘mandamientos’, no significa enseñanza divina; sin
embargo, en un sentido, incluye enseñanza divina; tiene la
idea no de testimonio divino específicamente, aunque incluye
eso, pero más la idea de principios divinos, preceptos divinos,
guías divinas. Las Escrituras están llenas de guías para vivir
por parte de Dios. Ahora, observe lo que son, dice en el
versículo 8: “Son rectos”; esto quiere decir que muestran el
camino verdadero, le dan la guía verdadera, la guía correcta;
lo guían en el camino apropiado para llevarlo al entendimiento
verdadero. ¡Qué cosa tan maravillosa es esa!

Digo, para aquellos de nosotros que hemos sido cristianos


durante mucho tiempo, tratar de pensar atrás y ver cómo fue
cuando usted tenía que trazar su propio curso sin
conocimiento de lo que tenía que hacer; qué legado tenemos
en la Palabra de Dios presentándonos un camino verdadero.
No se nos ha dejado sin un mapa y una brújula, no se nos ha
dejado sin principios para la vida, no se nos deja divagando
ahí en una neblina de opinión humana; tenemos una Palabra
verdadera qué seguir, y el resultado de eso es que caminamos
en un camino correcto que alegra el corazón. Yo creo que el
verdadero gozo viene de seguir la Palabra de Dios, de aplicar
sus principios, de andar en sus preceptos y en su camino.
Jeremías, en medio de estrés humano tremendo, rechazo de
su mensaje, rechazo de su persona, el desastre cayendo en
su nación entera, dio un gran testimonio del gozo que viene a
través de la Palabra de Dios en el capítulo 15 de su profecía,
versículo 16 cuando él dijo: “Fueron halladas tus Palabras por
mí, y yo las comí, y tu Palabra me fue por gozo y regocijo de
mi corazón”. Y Juan escribe en su epístola, en 1ª de Juan 1:4:
“Estas cosas os he escrito para que vuestro gozo sea (¿qué?)
cumplido”.

La Palabra de Dios da testimonio del hecho de que es la fuente


de gozo, y cuando usted camine en obediencia a la voluntad
de Dios, y se mueve en ese camino correcto, alegra el corazón.
¿Necesitamos tener voces del cielo y pláticas con ángeles y
experiencias y milagros sobrenaturales? ¿Y necesitamos
depender de la ciencia mística de la mente para ser guiados
por Dios y encontrar el gozo pleno? ¿No podemos seguir su
Palabra? ¿Aquellos que pueden estar deprimidos o ansiosos,
o temerosos, o dudando, sin saber en qué dirección ir? ¿Si no
están sufriendo quizá por algún problema físico o enfermedad,
no pueden ellos volverse a la Palabra de Dios para encontrar
la solución, y la respuesta, y la guía y la dirección que convierte
su tristeza en gozo? Yo creo que el testimonio de las
Escrituras es que nuestro verdadero placer y deleite, viene de
seguir el camino presentado por la Palabra de Dios, y no de
buscar de manera egoísta la autoestima, la satisfacción
personal, y las búsquedas personales.

De hecho, me temo que la gente que huye de la Palabra de


Dios a los siquiatras del mundo, y a fuentes que el mundo
ofrece, y a todas las cosas materiales en el mundo, se alejan
del gozo, no se acercan al gozo; encuentran menos de lo que
pensaban que iban a encontrar, y se encuentran más lejos de
la fuente de lo que estaban antes de que se alejaran. El
testimonio de las Escrituras mismas es que es una fuente, de
hecho, la fuente del gozo del creyente. De nuevo, en el Salmo
119, a donde vamos para encontrar un testimonio que
confirma, en el versículo 14 el salmista escribe: “Me he gozado
en el camino de tus testimonios más que de toda riqueza”. Me
gustaría poder decir hoy que la gente estaba tan emocionada
acerca de las cosas de la Palabra de Dios como… me gustaría
decir que en la actualidad la gente está tan emocionada
acerca de las cosas de Dios, como lo están por el
materialismo; me gustaría que pudiéramos decir que
realmente estamos presentando un Evangelio de la Palabra
de Dios, y no un Evangelio de prosperidad prometida.

En el versículo 54 leemos: “Cánticos fueron para mí tus


estatutos, en la casa en donde fui extranjero”; uno de los
versículos más hermosos en todos los Salmos: “Mi vida ha
estado llena de canciones acerca de tu ley”, eso quiere decir
que me traen gozo que brota en la música de mi corazón. En
el versículo 76 él dice: “Sea ahora tu misericordia para
consolarme, conforme a lo que has dicho a tu siervo”. En el
versículo 111: “Por heredad he tomado tus testimonios para
siempre, porque son el gozo de mi corazón”. Versículo 114:
“Mi escondedero y mi escudo eres tú, en tu Palabra he
esperado”. “Yo voy a ti, Dios, en medio de mis necesidades y
tristezas, las Escrituras son lo suficientemente perfectas
como para convertir el alma lo suficientemente sabias como
para hacer al simple, sabio, y también pueden hacer del triste,
gozoso”. En cuarto lugar, notará al final de versículo 8: “El
precepto de Jehová es puro”, la mejor traducción es ‘claro’,
“Que alumbra los ojos”, y usa la palabra aquí ‘mandamiento’.
Ahora, ‘precepto’ es otra manera de ver las Escrituras; sí, las
Escrituras son preceptos, sí, son instrucción, sí, son
testimonio, pero también son decretos divinos.

Y aquí encontramos el énfasis en la autoridad, en la naturaleza


no opcional de las Escrituras; la Biblia no está llena de
sugerencias, son mandamientos con autoridad total; esto es
lo que Dios demanda y para aquellos que responden hay
bendición, y para aquellos que no responden hay juicio. Y la
Palabra de Dios que viene a nosotros como mandamiento de
Dios, él dice: “Es clara”, es clara, esto quiere decir ‘lúcida’, no
es mística, no es confusa. Oh, sí, hay elementos oscuros en
ella, pero la Palabra de Dios en general, conforme es leída, es
clara, es fácil de ver, da dirección clara para la vida. El Antiguo
Testamento dice que un hombre, aunque fuera un necio, no
necesita errar; alumbra en la oscuridad. Cuando hay
oscuridad en el mundo, usted puede entender lo que está
pasando, y usted no sabe por qué las cosas están pasando
como están pasando. La Palabra de Dios hace que las cosas
sean claras en contraste a los pensamientos turbios, lodosos
de los hombres, que en sí mismos están ciegos.
El poder ser la verdad en este mundo oscuro, luchando por
conocer lo que es la verdad, poder entender lo que está bien
y lo que está mal, el poder entender y ser confortado en
momentos en los que no podemos comprender lo que está
sucediendo; tiempos como los que Job soportó, todo el
conocimiento de las cosas que no son vistas de manera fácil,
es revelado en la Palabra de Dios al grado que nuestros ojos
pueden ser lo suficientemente alumbrados. ¡Qué verdad tan
maravillosa! La Palabra de Dios es toda la revelación que
necesitamos, es clara, es fácil de entender; no nos deja con
duda alguna en referencia a lo que es la verdad necesaria.
Proverbios 6:23 dice que el mandamiento es lámpara, y la
enseñanza es luz; y entonces, hacemos la pregunta: ¿Es la
Biblia tan insuficiente que no nos puede mostrar estas cosas
y por ello tenemos que depender de la sabiduría humana?
¿Tenemos que ir con los hombres y preguntarles que nos
expliquen lo que está pasando? ¿Necesitamos más
revelación? ¿Necesitamos el sicoanálisis para problemas
espirituales de fuentes que por mucho tiempo han rechazado
las Escrituras, inclusive como fuente de verdad? ¿Está la Biblia
tan incompleta que necesitamos volvernos a la ciencia para
explicar los orígenes, la filosofía para explicar la vida, y la
sociología para explicar el pecado? ¡No!

Toda la luz de la vida está en la Palabra de Dios. Y de nuevo,


lo llevo al Salmo 119; observe, si es tan amable, el versículo
52: “Me acordé, oh Jehová, de tus juicios antiguos, y me
consolé; en medio de la aflicción, regresé a la Palabra y fui
confortado”, observe el versículo 59: “Consideré mis caminos
y volví mis pies a tus testimonios; vi el camino conforme iba
caminando, y me alineé de nuevo contigo”. En los versículos
81 al 83 encontramos un testimonio igualmente poderoso de
la claridad de las Escrituras conforme alumbran el camino:
“Desfallece mi alma por tu salvación, mas espero en tu
palabra. 82 Desfallecieron mis ojos por tu palabra, diciendo:
¿Cuándo me consolarás? 83 Porque estoy como el odre al
humo; pero no he olvidado tus estatutos”. Cuando no puede
ver usted, y todo está cubierto con humo –por así decirlo–
usted ve la Palabra. En el versículo 86: “Todos tus
mandamientos son verdad. Sin causa me persiguen;
ayúdame”. Versículo 92: “Si tu ley no hubiese sido mi delicia,
ya en mi aflicción hubiera perecido”. Versículo 105: “Lámpara
es a mis pies tu Palabra, y lumbrera a mi camino”. Versículo
130: “La exposición de tus Palabras alumbra, hace entender
a los simples”.

Versículo 140: “Sumamente pura es tu Palabra, y la ama tu


siervo”; en otras palabras, él está diciendo: “La Palabra es
suficiente para darme la información que necesito; alumbra el
camino oscuro, me da entendimiento”; sí, las Escrituras son
suficientes para salvación, suficientes para tener la capacidad
de vivir, suficientes para el gozo y felicidad y satisfacción,
suficientes para tener entendimiento claro de las cosas que
no son fácilmente entendidas. Y también, en quinto lugar,
versículo 9 del Salmo 19: “El temor de Jehová es limpio, que
permanece para siempre”, y aquí él usa el término ‘temor’
como un sinónimo para las Sagradas Escrituras, ¿por qué
hace él eso?, porque las Sagradas Escrituras intentan
expresar el temor de la magnificencia de Dios para producir
un asombro reverencial para llevarnos a la adoración; es
usada en el sentido de lo que busca producir.
Las Escrituras buscan producir temor o asombro o respeto o
adoración hacia Dios, y de esta manera se dice que es el temor
de Jehová; y debido a que el hábito del alma humana es
adorar, las Escrituras entonces nos instruyen para que
sepamos a quién debemos adorar y cómo debemos adorar; y
estas Escrituras, las cuales nos instruyen en la adoración de
Dios, dice él: “Son limpias”, es un pensamiento maravilloso.
La palabra ‘tahor’ es la palabra de raíz, la palabra significa
ausencia de impureza, la ausencia de inmundicia, ausencia
de contaminación, ausencia de imperfección; esto es: no está
manchada con pecado, no tiene maldad, no tiene corrupción,
no tiene error; esto, de nuevo, en contraste con las
imaginaciones malvadas de los hombres. La Palabra de Dios
es limpia; no hay una mancha de maldad en ella; usted puede
ir a ella y saber que lo que dice es absolutamente puro; la
verdad que expresa no tiene mancha de maldad. El testimonio
del salmista en el Salmo 12:6 es maravilloso: “Las Palabras
de Jehová –dice él– son palabras limpias, como plata
refinada siete veces en horno”. La Palabra es tan pura, santa,
sagrada, separada del pecado.

Ahora, esto es en contraste con las palabras de los hombres,


si usted no siempre puede confiar en ellas, usted puede
confiar en la Palabra de Dios; y como consecuencia, notará
que permanece para siempre. Esto significa que usted
siempre la puede seguir, es confiable en todo momento, es la
Palabra Viva, y la Palabra Eterna como Pedro dijo en 1ª de
Pedro 1:23, lo cual lo cité hace un momento. Nunca cambia,
nunca es alterada, no importa en qué generación esté. Y
cuando oigo estas personas que vienen y dicen: “Bueno, la
Biblia no es lo suficientemente sofisticada para nuestra
sociedad de alta tecnología”, ¡no entienden! La Biblia es
absolutamente pura, y no tiene error, y no tiene pecado, no
tiene mancha, y por lo tanto no necesita ser actualizada, ni ser
editada, ni ser refinada. Es perfecta.

¿Debemos creer de pronto que tiene debilidades y errores, y


faltas, y necesita corrección y edición? ¿Debemos creer que
necesita ser ampliada por personas que son más sofisticadas
que el Espíritu Santo que la escribió? ¿Debemos creer que no
puede purificar un corazón, y un alma, y una vida? ¿Debemos
creer que la gente tiene que ir a algún lugar para aprender una
fórmula para deshacerse de su pecado, para encontrar
sanidad interna, para que se limpie su alma por algún tipo de
practicante en algún lugar, porque la Palabra de Dios no es
suficiente para liberar a la gente del pecado? ¿Ya no debemos
creer en su poder para purificar una nación de personas, y de
tal manera debe volverse a la política del poder para vencer la
debilidad de la Palabra eterna del Dios vivo? Que Dios prohíba
que debamos creer eso por un momento, la Palabra es
adecuada y suficiente como una palabra limpia para limpiar
el corazón, para purificar el corazón.

Y de nuevo, lo llamo al testimonio del salmista, en el Salmo


119, todo está ahí; el Salmo 119 comenzando en el versículo
3, y podremos ver muchas Escrituras; más bien versículo 2:
“Bienaventurados los que guardan sus testimonios, y con
todo el corazón le buscan”; andan en sus caminos; la gente
de la Palabra está limpia, la gente de la Palabra está pura.
Versículos 9 al 11: “¿Con qué limpiará el joven su camino?”,
¿con qué va a limpiar usted su vida? ¿Al tener algún tipo de
sanidad interna, al tener un encuentro con alguien que puede
dirigir sus problemas porque esa persona tiene algún poder
mágico sobrenatural? ¿Al llamar a alguna ciencia
contemporánea de la mente? ¡No! “Con guardar tu Palabra. 10
Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme
de tus mandamientos.11 En mi corazón he guardado tus
dichos, para no pecar contra ti”. En el versículo 38: “Confirma
tu Palabra a tu siervo que te teme; lléname con la Palabra”.
Versículo 67: “Antes que fuera yo humillado, descarriado
andaba, mas ahora guardo tu Palabra”; la Palabra y la
obediencia van de la mano.

Versículo 101: “De todo mal camino contuve mis pies para
guardar tu Palabra”. Versículo 172: “Hablará mi lengua tus
dichos, porque todos tus mandamientos son justicia”.
Escuche, la Palabra es suficiente para limpiar, es suficiente
para purificar la vida, es eternamente relevante, es todo lo que
es necesario para la limpieza del alma; no necesitamos a
practicantes, necesitamos la Palabra de Dios. Y finalmente, y
de manera tan importante, él dice en el versículo 9, la Palabra
aquí es llama ‘los juicios’, o ‘las ordenanzas del Señor son
verdad’, y como resultado son todos justos; la palabra ‘juicio’
u ‘ordenanzas’ significa veredictos divinos. Entonces,
tenemos instrucción divina: la ley de Jehová; testimonio
divino: el testimonio de Jehová; principios divinos: los
mandamientos de Jehová; tenemos decretos divinos: en los
mandamientos; tenemos adoración divina: en el temor de
Jehova; y ahora tenemos veredictos divinos de: el Juez de
toda la tierra. La Biblia es la determinación judicial por parte
de Dios para la vida del hombre y el destino eterno, por parte
del Juez eternamente supremo.
Y él dice: “Su Palabra es verdad”. ¡Oh, qué declaración! ¿Sabe
usted qué difícil es para la gente en nuestra sociedad, o
cualquier parte del planeta Tierra, encontrar verdad? ¿Sabe
usted qué batalla es descubrir la verdad? ¡Y tenemos la
Palabra que es verdad! La Palabra del Señor es verdad, es
siempre verdad, por lo tanto es siempre confiable, siempre
relevante, siempre aplicable en contraste con las mentiras de
los hombres –que son víctimas de su padre, el diablo
mentiroso mismo–, es siempre verdad. Escuche, amado, si la
Palabra de Dios es suficiente para la salvación, si es suficiente
para transformar de manera perfecta el alma de una persona,
si es suficiente para cubrir todas las áreas de la vida espiritual,
si es suficiente para traer gozo pleno, para vencer las tristezas
y luchas de la vida, si es suficiente para traer entendimiento
a las cosas oscuras difíciles de ver, si es suficiente para
purificar todo el pecado; y si es siempre verdad en todo lo que
expresa, tiene que ser la fuente de todo para la vida espiritual,
y es tan digna de confianza.

El hecho es que Dios, en las Escrituras que tenemos en


nuestras manos, nos ha dado una expresión relativamente
perfecta de su voluntad eterna para establecer toda la verdad
necesaria para la vida espiritual y el deber. Espiritual. Y yo
creo eso con todo mi corazón porque ese es el testimonio de
Dios mismo; y que la Palabra en la vida de un individuo
capacitada, activada por el Espíritu de Dios, trae una
suficiencia total; creer algo menos, es dar un golpe en contra
de la integridad del Dios Vivo. Y ahora, observe el resultado de
la veracidad de las Escrituras en el versículo 9, y es que son
todos justos; esto es que está totalmente correcta; y la idea
de esa frase es hablar de su amplitud. Son todos justos. ¿Hay
errores en ella? No. ¿No hay errores en ella? Claro que no. Pero
más que eso, es una fuente que abarca toda la verdad, es una
fuente completa, suficiente de la verdad. Esa es la razón por
la que las Escrituras dicen cosas como éstas, Deuteronomio
4:2: “No añadiréis a la Palabra que yo te mando, ni le quitaréis
nada, a fin de que guardes los mandamientos de Jehová, tu
Dios, que yo te mando”. Más vale que no le añadas nada, más
vale que no le quite nada. ¿Por qué? Porque cubre todo, está
completa. Dice en Apocalipsis 22:18 y 19, que si usted le
añade algo, se le añadirán las plagas que están escritas en
ella. No le añada nada, no le quite nada.

Al dar instrucción en cómo un rey debía vivir, en el capítulo 17


de Deuteronomio, versículos 19 al 20, la Palabra del Señor dijo
esto: “Y estará con él (esto es con el rey), y él leerá las
Escrituras todos los días de su vida, para que aprenda a temer
al Señor, su Dios, para guardar las Palabras de esta ley y estos
estatutos para hacerlos, 20 para que su corazón no se exalte
sobre sus hermanos, para que no se desvíe del mandamiento
a la diestra o a la siniestra, para que pueda prolongar los días
en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel”. La bendición
prometida venía en conexión con la obediencia a las Sagradas
Escrituras. ¿Debemos creer que necesitamos más revelación?
¿Debemos creer que necesitamos más visiones y palabras de
profecía? ¿Ve usted lo ridículo que todo eso es? La Palabra de
Dios es suficiente, es verdad y absolutamente suficiente. Y lo
llevo una vez más al Salmo 119:89, comencemos en el
versículo 89: “Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra
en los cielos”; una declaración maravillosa de la suficiencia, y
el hecho de que la Palabra de Dios está completa.
Versículo 128: “Por eso estimé rectos todos tus
mandamientos sobre todas las cosas, y aborrecí todo camino
de mentira”. Versículo 137: “Justo eres tú, oh Jehová, y rectos
tus juicios”. Versículo 138: “Tus testimonios que has
recomendado son rectos y muy fieles”. Versículo 142: “Tu
justicia es justicia eterna, y tu ley la verdad”. Versículo 151:
“Cercano estás tú, oh Jehová, y todos tus mandamientos son
verdad”. Versículo 160: “La suma de tu Palabra es verdad, y
eterno es todo juicio de tu justicia”; testimonio tremendo, es
una fuente totalmente completa de verdad espiritual,
necesaria para la vida espiritual, y que satisface de manera
perfecta todas las necesidades espirituales del hombre.
Ahora, eso, amados, es un esfuerzo a toda velocidad de
capturar en un breve periodo de tiempo la magnitud de esos
tres versículos; presentan la suficiencia de las Escrituras. En
segundo lugar, quiero que vea como resultado de eso, el valor
de las Escrituras, el valor de la misma. Observe los versículos
10 al 13, únicamente los voy a mencionar, así que escuche
con atención; tiene tanto valor como una fuente completa
para la vida, sin paralelos en valor, porque, número 1: provee
la posesión más grande. Versículo 10: “Deseables son más
que el oro, y más que mucho oro afinado”; escuche, la Palabra
de Dios es la posesión más grande, tener la Palabra de Dios
tiene más valor que todo el metal precioso.

Oh, si tan solo pudiéramos hacer que nuestra sociedad


entendiera esto; si tan solo pudiéramos hacer que más
personas en la iglesia evangélica entendiera que no
necesitamos prometer a la gente cosas materiales; la Palabra
es la posesión más grande, tiene un valor supremo ya que
lleva al camino del gozo, convierte el alma, hace sabio al
sencillo, y todas las cosas que hemos visto; es la fuente de la
posesión más grande. En segundo lugar: el placer más
grande. En el versículo 10 dice: “Y dulces es más que miel, y
que la que destila del panal”, nada es tan dulce, nada trae
tanto placer, nada es tan enriquecedor, y nada tiene tanto
significado a nivel personal; trae las cosas más dulces de la
tierra. ¿Qué es lo que usted busca? ¿En dónde encuentra su
placer? Honestamente le puedo decir que no hay placer en la
vida que se compare con el placer y gozo, el placer duradero,
el placer duradero de horas pasadas en la Palabra de Dios.
Como puede ver, la resolución de todos nuestros problemas
no es el resultado de una carencia en las Escrituras, es el
resultado de una aplicación inadecuada de las Escrituras, de
un estudio no diligente, no apropiado de las Escrituras; las
Escrituras son la posesión más grande, y la fuente del placer
más grande. En tercer lugar es la fuente de la protección más
grande. Versículo 11: “Tu siervo es además amonestado con
ellos”, es una fuente de protección frente a la tentación, y el
pecado, y la ignorancia; necesitamos la Palabra, nos protege,
nos escondemos en ella para que no pequemos, la
escondemos en nuestros corazones para que no pequemos.

Y en cuarto lugar, es la fuente de la utilidad más grande,


porque al guardar sus verdades hay una gran recompensa. La
verdadera recompensa no está aquí y ahora, la verdadera
recompensa no es la confesión positiva, la visualización de lo
que usted quiere en este momento; la verdadera recompensa
es la obediencia a las Escrituras que trae la gloria venidera.
En lugar de vivir para lo que podemos acumular aquí y ahora,
como la preocupación de las sectas cristianas por tener salud,
riqueza y prosperidad, y éxito inmediato, necesitamos conocer
la bienaventuranza de vivir para la recompensa eterna. Las
Escrituras sí son lo que nos dan, sin duda alguna, la posesión
más grande, el placer más grande, la protección más grande,
la utilidad más grande, y en quinto lugar –versículos 12 y 13–
la purificación más grande; es un purificador. Observe la
respuesta del salmista, inclusive conforme él está en medio
de todo esto, él dice: “¿Quién podrá entender sus propios
errores?”, en medio de este tipo de declaración acerca de las
Escrituras, cómo puedo llegar a entender por qué peco,
¿verdad?

¿Por qué voy a llegar a violar aquello que puede


transformarme, y hacerme sabio, y llenar mi corazón de gozo,
y alumbrar mis ojos, y purificar mi corazón, y proveer de
manera suficiente todos mis recursos? ¡Cómo es posible que
llegue a violar tal verdad! ¿Cómo puedo entender eso? Y al ver
la Palabra, él clama: “Líbrame de los que me son ocultos”,
esos son los que no planeo, y los que no premedito: los
pecados escondidos, y quizás ni siquiera recuerdo
confesarlos. Y también dice: “Preserva también a tu siervo de
las soberbias”, esos son los pecados que veo, y premedito, y
planeo, y de los que sé, los pecados arrogantes. “Mantenme
alejado de los que no conozco, y mantenme alejado de los que
conozco, y que eso no me dominen, que no se enseñoreen de
mí, entonces seré íntegro y estaré limpio de gran rebelión. Oh,
Dios, mantenme alejado de ellos”; el término ‘gran rebelión’
es la idea de liberarse a uno mismo, o romper una barrera,
escapar del dominio de Dios, de la esfera de la gracia.
Entonces, usted puede ver que una mirada a las Escrituras
causa una limpieza, un clamor por pureza en el corazón; sí, es
la fuente de la purificación más grade.
Esa pequeña lista debería mantenerla en algún lugar, y cuando
usted estudie la Palabra de Dios y la ve, le va a recordar lo que
va a hacer en su vida; es la posesión más grande porque le da
aquello que es necesario para todo asunto de la vida; es
riqueza gloriosa, es el placer más grande, llena su corazón de
gozo en todas las circunstancias, es la protección más grande
porque lo advierte y lo amonesta, es la utilidad más grande
porque lo lleva a la recompensa eterna, es la purificación más
grande porque limpia su corazón; la suficiencia de las
Escrituras, el valor de la misma, y finalmente, el compromiso
con ella. ¿Cuál es la respuesta a todo esto? Viene en el
versículo 14. Conforme el salmista clama, y confío que usted
también clamará desde su propio corazón: “Sean gratos los
dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti,
oh Jehová, roca mía y redentor mío”. Lo que está diciendo es
esto: “Oh Dios, que las cosas que pienso y las cosas que digo
sean aceptables a ti, ¿por qué?, porque son coherentes con
(¿tu qué?) tu Palabra, tu revelación”, y él está diciendo: “Hazme
un hombre de la Palabra, haz que mis pensamientos sean
bíblicos, haz que mis palabras sean bíblicas. Mantenme en la
Palabra”, ese es el compromiso correcto.

Realmente creo que estamos viendo cosas tristes pasar en la


iglesia evangélica en la actualidad, y se las señalé a detalle; si
no estuvo aquí la semana pasada, necesita escuchar ese
sermón. La gente está dejando la Palabra de Dios, mientras
que está afirmando su veracidad, y buscando todo tipo de
cosas porque tiene la idea de que la Palabra no puede
satisfacer su necesidad, y eso realmente es una mentira del
diablo que se ha levantado, porque nunca realmente han
vivido una vida bíblica, y nunca realmente han sido nobles
como los Bereos que escudriñaban diariamente las Escrituras;
y nunca han permitido, como Pablo le dijo a los colosenses,
que la Palabra de Cristo more en abundancia en ellos; la han
tratado de manera ligera, nunca han disfrutado el poder de
sus profundidades; y qué triste es en este día que tengamos
que llamar a la iglesia de Cristo de regreso, es una
preocupación que los consuma a preocuparse con la Palabra
del Dios Vivo, con la Palabra viva de Dios, y que nuestro
mensaje no sea el mensaje de la Biblia más el mundo, sino
que sea el mensaje de la suficiencia de la Palabra de Dios
únicamente. Como un africano ya de edad dijo en una tribu en
una ocasión, hablándole al gran misionero Robert Moffat, él
sostuvo una Biblia y le dijo a ese misionero: “Esta es la fuente
de donde bebo, y este es el aceite que hace que mi lámpara
arda”. Que así sea para nosotros.

Inclinémonos en oración. En su corazón en este momento,


¿puede hacer delante del Señor un pacto renovado, para
comprometerse usted mismo con su Palabra? ¿Puede hacer
eso? ¿Un pacto que usted desea guardar delante de Él?
Digamos a su oído en esta mañana, a partir de la Palabra de
Dios que no tiene paralelos, y no tiene paralelos en la
importancia en la vida de un creyente. ¿Hará usted un pacto
con Dios para ser un hombre, una mujer de la Palabra,
encontrando sus recursos ahí y aplicándolos? Oh, usted
nunca sabrá lo que la Palabra puede hacer si usted no la
estudia, nunca sabrá lo que puede hacer si usted no la aplica.
No es suficiente simplemente expresar verbalmente que usted
cree en ella, sino que cuando se le da su lugar en la vida de un
creyente, es el recurso espiritual perfecto a través del poder
del Espíritu Santo. Padre, oro por mi propia vida, y la vida de
todos los que están aquí que oyen este mensaje, que podamos
estar comprometidos con la Palabra, la cual leímos al
principio en el Salmo 138, que has exaltado por encima de tu
nombre. Oh, Señor Dios, ayúdanos a ser como estos bereanos
nobles, que escudriñaban las Escrituras diariamente.
Ayúdanos a encontrar en ellas, como ese africano de edad, la
fuente de la cual bebemos, y el aceite que alumbra nuestra
lámpara. Y actívala en nosotros, oh Espíritu Santo, para que
no sea ortodoxia fría o información académica, sino verdad
viva para la causa de Cristo. Amén.

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