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“Reflexiones sobre “El placer de dibujar”

En relación al texto, se podría decir que hace una fuerte crítica a la educación artística
tradicional donde mide a los estudiantes por su nivel de “talento” y es orientado en base a las
formas proporcionadas, medidas y canonícas; establecidas en el arte clásico. Personalmente,
comparto la idea que propone el autor de “negarse a adaptar la obra del estudiante a la
percepción de docente”, orientándolo a investigar por sí mismo con las guías que puede
aportarle su propio cuerpo.

Hoy en día, no solamente es primordial evitar limitar al estudiante bajo nuestras


concepciones estéticas, sino que, es importante permitirle indagar en sus propias formas,
representaciones, estilo y hasta gustos; ya que muchas veces quedan limitados a la literalidad
de los contenidos curriculares, que a veces parecen descontextualizados del mundo que rodea
los niños y adolescentes, quienes están atravesados por la multiculturalidad digital en la que
están insertos.

Personalmente considero que preguntas tales como, “¿Que te gusta?”, “¿Te gusta
algún ilustrador/a?” “¿Conocer algún/a influencer que dibuje?” Son detonadores de
información que no solamente despiertan el interés, por ende atención del estudiante, sino
que brindan claves al docente para saber hacia dónde apuntar sus orientaciones.

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