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Índice
0. Introducción ....................................................................................................................... 3
BIBLIOGRAFIA ....................................................................................................................... 40
0. Introducción
Una vez explicado el Sistema Monetario Internacional, para entender el entorno en el que se
desenvuelven los tipos de cambio y las actuaciones que realizan los Bancos Centrales para
sostener las paridades cambiarias, vamos a analizar en qué consiste, cuáles objetivos
persigue y cómo funciona la política monetaria.
La Política Monetaria, junto a la Política Fiscal y la Política Económica Exterior, forma parte
del conjunto de políticas instrumentales o específicas, también llamadas macroeconómicas,
que conforman los "pesos pesados" de la política económica de un país. La comprensión del
funcionamiento de la Política Económica, y fundamentalmente, de la Política Monetaria,
constituye un conocimiento básico, indispensable, entre los contenidos de nuestra Aula de
Finanzas Internacionales. La Política Monetaria (PM) afecta a la estructura y funcionamiento
de los mercados financieros domésticos y suministra o reduce la liquidez de una economía,
es decir influye en las decisiones de financiación, y también en la composición de la cartera
de activos financieros deseada por particulares y empresas. Aunque ya nadie cree que los
Bancos Centrales puedan dominar los mercados, sigue siendo cierto que si el mercado
financiero de renta fija se "mueve" en cualquier país, seguramente es porque se ha
producido un cambio de las expectativas acerca de la evolución futura de la PM en dicho
país.
I. Definiciones básicas
y, más concretamente,
En un sentido operativo se suele definir el dinero de diversas formas, según que comprenda
más o menos "clases" de dinero, así la oferta monetaria, estaría formada básicamente por:
M1= dinero efectivo que poseen los particulares o efectivo en manos del público (EMP o,
simplemente E) + Depósitos a la Vista en Bancos
M2 = M1 + Depósitos de Ahorro
M3 = M2 + Depósitos a Plazo
M4= M3 + Otros Activos Financieros
Resulta fácil observar que en el origen de esta ordenación se encuentra una progresión
creciente del componente de ahorro de los activos financieros y una progresión decreciente
del componente liquidez de los mismos. Actualmente la línea divisoria entre uno y otro
componente resulta muy difícil de trazar. Dicho fenómeno ha traído de cabeza a más de un
responsable de la política monetaria, en más de un país, pero de momento, aceptemos esta
sencilla ordenación de los componentes del dinero, para analizar el funcionamiento básico
de la política monetaria.
El efectivo en manos del público (EMP), también conocido por: moneda de curso legal en un
país o, simplemente, efectivo (E), es generalmente monopolio del Banco Central, y en cierta
manera (aunque no totalmente), lo podemos tratar como variable exógena del sistema.
Los depósitos (a la vista, de ahorro o a plazos), son creados por los bancos o instituciones
financieras sujetos a una serie de limitaciones institucionales y económicas.
1) Pasivos monetarios de las IFM y de la Administración Central (Correos, Tesoro) frente a los sectores residentes distintos
de IFM, excluida la Administración Central.
Fuente: BCE
El siguiente gráfico muestra el peso de cada una de las variables en la composición del M3 de
la zona euro:
Fuente: BCE
Generalmente son los gobiernos los que definen los objetivos de la política monetaria. No
obstante, serán los bancos centrales los ejecutores de dicha política monetaria. En algunos
países el Banco Central tiene completa autonomía para ello.
Es decir, de las instituciones financieras que junto al mismo Banco Central conforman el
sistema financiero de un país. La estructura, el tamaño y el funcionamiento del sistema
financiero será diferente en cada país, pero siempre la política monetaria conformará la
articulación entre las instituciones y mercados financieros.
Por ejemplo, el Banco Central puede regular los activos de caja (o reservas)1 que sirven de
cobertura a los depósitos de las instituciones financieras y a través de ese control limita o
potencia el ritmo de crecimiento de la financiación que otorga a los actores económicos y el
volumen de activos netos que estos toman frente al exterior.
En adelante utilizaremos indistintamente "activos de caja", "activos de caja del sistema bancario", "encaje bancario" y "reservas bancarias",
para indicar la porción de los depósitos (de los clientes de instituciones financieras) que formando parte del pasivo de los bancos
comerciales deben mantenerse en cuentas especiales del Banco Central.
Una vez definida la política monetaria, repasados los conceptos básicos de dinero o
agregados monetarios, y conocidos los actores que intervienen en los mercados monetarios,
cabe preguntarnos:¿Cómo controla la política monetaria el crecimiento del dinero definido
en los anteriores agregados monetarios? Responder con claridad a esta pregunta permitirá
entender cómo funciona la política monetaria y distinguir los instrumentos que utiliza para
alcanzar sus objetivos.
Supongamos que se quiere controlar el crecimiento de M3. Dado que el E constituye una
parte pequeña de M3, si se pretende controlar M3, resultará esencial el control de los
depósitos bancarios. Para entender este proceso resulta necesario conocer, cómo se crea el
dinero bancario y el papel que la autoridad monetaria juega en ese proceso.
La BASE MONETARIA (BM) la constituyen los pasivos monetarios del Banco Central, es decir
tanto el dinero legal (E) en manos del público, como el demandado por los bancos como
reservas líquidas/activos de caja (AC).
La relación entre el dinero, que es pasivo del Banco Central - la BASE MONETARIA (BM) - y el
conjunto de los activos utilizados como medios de pago- la OFERTA MONETARIA (M) -,
puede ser establecida mediante un esquema muy simple. Para ello supondremos que las
decisiones tomadas por los bancos y el público son también sencillas:
e = E/D
σ= AC/D
En este esquema simple estamos aceptando una constancia en las decisiones del público y
de los bancos simplificadora de la realidad, sin considerar los elementos muchas veces
aleatorios que intervienen en las decisiones de ambos. Los supuestos nos permiten, a partir
de las definiciones de BM y M, establecer la relación entre ambas:
c. La oferta monetaria está constituida por los pasivos monetarios del conjunto del sistema
bancario, dichos pasivos que el público demanda son el dinero legal (E) y los depósitos
bancarios (D):
M3 = E+D (1)
BM = E + AC (2)
donde AC son los activos de caja o reservas bancarias, si realizamos el cociente entre las
expresiones (1) y (2) tendremos que
3 +
=
+
3 / + /
=
/ + /
obtenemos que:
3 +1
=
+σ
que definimos como multiplicador monetario, en este caso, de M3
De donde M3 será
+1
3=
+σ
El multiplicador monetario permite establecer una conexión entre la variable monetaria que
controla el Banco Central (BM) y la cantidad de medios de pago (M3). De esa forma, una
variación en BM se transmite amplificada, y en la misma dirección, automáticamente a M3.
El mecanismo a través del cual actúa ese efecto multiplicador es el proceso de creación de
dinero bancario a partir de un depósito primario en un banco. Al mantener sólo una parte de
dicho depósito en forma de reservas líquidas y prestar el resto, los bancos crean nuevos
depósitos que son igualmente aceptados como medios de pago mientras se conserve la
confianza en el sistema.
Resulta esencial comprender cómo la conducta de los agentes económicos que intervienen
en este proceso pueden influir en la cantidad total de dinero del sistema (M3), así si el
público cambia de gustos o hábitos y decide mantener una mayor cantidad de dinero en
efectivo, disminuirá la BM disponible que le queda a los bancos para multiplicar el dinero de
la economía y, si se eleva el coeficiente de caja (aumentan las reservas de los bancos),
disminuye también la posibilidad de multiplicar el dinero. En los dos casos, el valor del
dinero aumentará respecto al periodo anterior, es decir el tipo de interés subirá.
Se puede calcular un multiplicador para cada una de las distintas definiciones de M (M1,M2
o M4), teniendo en cuenta los diferentes tipos de activos financieros que se incluye en cada
una de ellas. Se pueden también incluir más elementos, para hacer más realista la relación
entre los ACTIVOS DE CAJA y los DEPÓSITOS, como por ejemplo, la estructura del pasivo de
los bancos; los distintos coeficientes de caja, la valoración que los bancos hagan sobre la
conveniencia de mantener reservas libres, etc.
Todas ellas nos mostrarían relaciones definidas entre la cantidad de dinero y una variable
controlada por el Banco Central. Pero, es importante observar, que las demandas de activos
por parte del público y los bancos -determinantes del proceso de expansión del dinero
bancario- permanecen invariables ante cambios en los valores de variables financieras o
reales, como la renta o los tipos de interés. Bajo esos supuestos, sólo los cambios
institucionales, las decisiones de los reguladores o los cambios técnicos, son destacados
como factores capaces de alterar la relación definida entre la cantidad de dinero y la variable
controlada por la autoridad monetaria. Se debe advertir, sin embargo, que el análisis de las
decisiones de cartera proporciona un marco más realista de la influencia de ciertas variables
económicas y de las consecuencias de la incertidumbre, en el proceso de creación de dinero.
Veamos, si:
M3= E+D
Para analizar cómo se determina la oferta de dinero (en este caso M3), de un país,
necesitamos conocer el comportamiento de las dos unidades económicas: las que crean E y
las que crean D.
Los bancos o instituciones financieras utilizan los depósitos de sus clientes para prestar
fondos a cambio de un interés o para comprar alguno de los activos financieros que ellos
posean (bonos, acciones, letras, etc).
Como es sabido, los bancos pueden prestar más de lo que reciben de sus clientes, porque no
todo el mundo retirará todo su dinero a la vez. Y, como parte del dinero prestado vuelve a
los bancos en forma de depósitos, se dice que los bancos "multiplican" el dinero. El proceso
por el cual los bancos crean dinero es común a todos los países. Se basa en un sistema de
reservas parciales por el cual los bancos están obligados a mantener una cierta fracción de
sus depósitos en la forma de unos ciertos activos, los activos de reserva o activos de caja,
sobre estos activos, o mejor dicho sobre su cuantía, se apoya la creación de dinero, es decir,
la base monetaria (conocida también como dinero de alto poder), que es el respaldo último
de la oferta monetaria.
Una vez comprendido que sobre la base monetaria se fundamenta todo el proceso de
creación de dinero nos interesa conocer con más detalle:
En "Creación de dinero ", en esta misma Aula, Patricio Scarpino explica con detalle cómo se produce este proceso.
Los bancos sólo deben mantener una parte de sus depósitos en forma de los activos de
reserva determinados institucionalmente y que llamaremos ACTIVOS DE CAJA. A esa parte
que los bancos poseen, se la conoce como activos líquidos del sistema bancario o activos de
caja, y/o reservas líquidas.
En el caso de la eurozona, las entidades de crédito de la zona del euro han de mantener unas
reservas mínimas en las cuentas corrientes en el Eurosistema. Desde 1999 hasta 2011 el
nivel de dichas reservas era igual al 2% de la base de reservas de las entidades de crédito. El
8 de diciembre de 2011, el Consejo de Gobierno decidió reducir el coeficiente de reservas
del 2% al 1% a partir del período de mantenimiento de reservas que comenzaba el 18 de
enero de 2012, como medida adicional de apoyo al crédito ante la crisis que afecta a esta
región desde hace varios años.
El coeficiente de efectivo (e= E/D) depende de las pautas de conducta de los particulares. El
público en general mantiene una relación entre dinero que guarda en el "colchón" y el
dinero que mantiene en el banco en función de diversos factores: del riesgo (de robo, por
ej.); de la estructura y costumbres de pagos y la facilidad de realizarlos a través del sistema
bancario (disponibilidad de cajeros automáticos, tarjetas de crédito y aceptación de las
mismas, por ejemplo); del coste de manipulación (colas en los bancos); del coste de
oportunidad o rentabilidad de los depósitos (altos tipos de interés); del coste fiscal (dinero
negro), etc.
Aunque hay varias posturas entre los economistas respecto al funcionamiento del
mecanismo de transmisión, casi todas ellas parten de la llamada teoría de selección de
carteras de J Tobin3, según la cual los agentes económicos mantienen en su cartera o
patrimonio activos de distinta naturaleza, tanto bienes reales (de producción, consumo
duradero o consumo inmediato) y activos financieros, cada uno de ellos con un mayor o
menor grado de liquidez, rentabilidad y de riesgo y con distintos precios o valores.
1. Las empresas poseen todo el capital físico y los particulares toda la riqueza financiera.
2. Dentro de la riqueza financiera sólo se incluyen dos activos, el dinero y los bonos y, por lo
tanto, sólo hay un precio al que atender: el tipo de interés de los bonos.
La producción de J. Tobin es variada y profusa, a modo orientativo respecto a este tema, sus más importantes aportaciones son: "Liquidy
Preference as Behavior towards Risk", Review of Economics Studies, 1958; "Money, Capital and other Stores of Value", American Economic
Review N° 51, 1961; "Money and Economic Growth", Econometrica N°33, 1965; 'Monetary Policy and the Economy: the Transmission
Mechanism", Southern Economic Journal, enero 1978.
El supuesto original parte de J.M. Keynes en "The general Theory of Employment, Interest and Money", MacMillan, Londres,
1936.
Hay que destacar que, según esta concepción, el aumento inicial de la cantidad de dinero
sobre la renta nominal (renta real y precios), sólo se produce indirectamente, vía reducción
de los tipos de interés y el posterior aumento de la inversión. Es decir, que el mecanismo de
transmisión no pasará directamente desde las variaciones de la cantidad de dinero hacia los
objetivos finales. De ahí, que los autores keynesianos desconfien de este mecanismo y, en
general, de la propia política monetaria, ya que la eficacia de ambos vendrá determinada
por:
1. La elasticidad de la inversión respecto al tipo de interés de los bonos, cuanto mayor sea
esta elasticidad más aumentará la inversión al reducirse el tipo de interés. Los primeros
keynesianos consideraban la inversión muy inelástica al tipo de interés, y en consecuencia,
creían que la política monetaria era poco eficaz para aumentar la inversión.
2. El multiplicador de la inversión, ya que mientras mayor sea éste, mayor será el aumento
de la renta al aumentar la inversión. y,
monetaria no se querrán poseer muchos bonos, con lo cual la eficacia del mecanismo de
transmisión y de la propia política monetaria sería reducida, ya que el interés deja de caer.
Aquí reside otro motivo por el cual los keynesianos desconfiaban de la eficacia de la política
monetaria en cuanto a su influencia sobre las demás variables de la economía.
Los autores postkeynesianos 5 han ampliado el modelo para incorporar otros activos
financieros y reales, pero siempre manteniendo el supuesto que entre el dinero y los bonos
hay grandes dosis de sustituibilidad, mientras esta característica no existe entre bonos y
demás activos.
Los economistas de la escuela conocida como monetarista, reconocen una mayor amplitud
en los mecanismos de transmisión monetaria, e incluyen:
Para explicar el funcionamiento del mecanismo de transmisión de los tipos de interés, parten
de supuestos diferentes: no ven separación tajante entre dinero y bonos, sino que
consideran a todos los activos financieros y reales como buenos sustitutos del dinero, y
tampoco consideran separación entre empresas y particulares.
Según los monetaristas el mecanismo de transmisión de los tipos de interés funciona más o
menos de esta forma: un incremento en la cantidad total de dinero del sistema, provocado
por la política monetaria de las autoridades, produce un exceso de liquidez en la cartera de
los agentes económicos, quienes para hacerla volver a su composición óptima, eliminan
dicho exceso comprando bonos, con lo que sube la cotización de éstos y disminuye su
rentabilidad. Aún se producen más desequilibrios, ya que los agentes perciben un exceso de
bonos y los cambian por acciones, cuya cotización sube y su rentabilidad cae... el proceso
continuará de la misma forma recorriendo todo el abanico de los activos financieros,
después seguirá con los activos reales y los servicios. Al aumentar la demanda de los activos
reales, se estimulará la producción y la inversión, y al aumentar los servicios, se alienta el
consumo con lo que al final la renta nominal crecerá.(ver ilustración 7)
Entre ellos se encuentran: J. Tobin, N. Kaldor, E.S. Shaw, W. Baumol, P.A. Samuelson, etc.
Para los monetaristas existen otros mecanismos de transmisión: 1) los efectos riqueza
directos, que consisten en el incremento (o decremento) directo de la cantidad de dinero
junto a la riqueza neta de los agentes económicos, y por consiguiente, aumenta (o
disminuye) el gasto privado de consumo y 2) los efectos riqueza indirectos, que se producen
porque al aumentar (o disminuir) la cantidad de dinero y bajar (o subir) los tipos de interés
aumenta (o disminuye) la cotización de algunos activos financieros y, por lo tanto, la riqueza
neta y de nuevo el consumo y la renta nominal.
Los monetaristas detectan también el efecto de las expectativas racionales, en su versión del
mecanismo de transmisión monetaria: cuando los agentes económicos forman y revisan
racionalmente sus expectativas, los aumentos esperados en la cantidad de dinero se
traducen en expectativas inflacionistas que provocarán reacciones defensivas por parte de
aquellos, en forma de incrementos salariales y de precios. Por tanto, habrá inflación efectiva,
antes incluso, de que aumente la cantidad de dinero. Si los incrementos no son esperados
funcionarán los mecanismos tradicionales.
En definitiva, los monetaristas encuentran que las alteraciones en la M producen una serie
de efectos en los tipos de interés que resumen de la siguiente manera:
a) Efecto Liquidez: al aumentar la oferta de dinero disminuyen los tipos de interés como
consecuencia de los cambios que se producen en la cartera de los agentes económicos.
b) Efecto Renta, se produce como resultado del anterior: el aumento de la oferta monetaria
reduce los tipos de interés, ello aumenta la inversión y vía multiplicador, la renta. Este
incremento de la renta aumenta la demanda monetaria, con lo que los tipos de interés
suben.
c) Este efecto renta se ve reforzado por los Efectos Riqueza. El aumento de la cantidad de
dinero aumenta de forma directa e indirecta la riqueza neta de los agentes económicos lo
que estimula el consumo, la renta, la demanda de dinero y acaba subiendo los tipos de
interés.
d) Efecto Fisher cuando aumenta la oferta de dinero se producen expectativas inflacionistas,
como los prestamistas esperan una mayor inflación subirán sus tipos de interés nominales
para protegerse de la pérdida de valor real que la inflación supone.
La tesis monetarista, según la cual existen estos tres efectos, y además, al menos a medio y
largo plazo los dos últimos, pueden y suelen ser más relevantes que el primero, contrasta
una vez más con las tesis que reconocen sólo el efecto liquidez.
En conclusión, para los monetaristas, los tipos de interés no son fiables como variables
intermedias, porque cuando están bajando pueden ser indicativos de una política monetaria
expansiva -si en ese momento predomina el efecto liquidez sobre los otros-, pero también,
podrían ser indicativos de una política monetaria restrictiva, si entonces los efectos renta y
Fisher predominan sobre el efecto liquidez. En definitiva, para esta escuela de economistas
los tipos de interés resultan engañosos y, si ni siquiera nos sirven para interpretar
adecuadamente la política monetaria, menos aún nos servirán para aplicarla. Por ello, los
monetaristas reclaman la utilización de los agregados monetarios o el control de los mismos
para la ejecución de la Política Monetaria.6
La relación entre la renta nominal y la oferta de dinero puede establecerse como: m=Byr+P, donde m, Yr y P son, respectivamente, las tasas
de variación de la oferta de dinero, de la renta real y del nivel de precios, siendo B la elasticidad de la demanda de dinero en términos
reales respecto a la renta real.
Una vez analizadas las distintas corrientes teóricas que han estudiado los mecanismos de
transmisión monetaria, se hace necesario analizar la visión actual de los bancos centrales y
en qué medida han llevado a la práctica los principios que dibujaban las distintas teorías
económicas. El siguiente apartado muestra la posición que el BCE tiene en relación a los
mecanismos de transmisión monetaria.
La larga cadena de causa y efecto que vincula las decisiones de política monetaria con el
nivel de precios comienza con una variación de los tipos de interés oficiales que fija el banco
central para sus propias operaciones. En ellas, el banco central proporciona financiación a las
entidades de crédito.
El sistema bancario demanda dinero emitido por el banco central, la denominada «base
monetaria», para hacer frente a la demanda de efectivo, compensar saldos interbancarios y
cumplir las exigencias de reservas mínimas que han de depositar en el banco central. Debido
a su situación de monopolio en la creación de la base monetaria, el banco central puede
determinar los tipos de interés que aplicará a sus operaciones y, con ello, puede influir en el
coste de financiación de la liquidez de las entidades de crédito. Éstas, a su vez, trasladarán
dichos costes a sus clientes.
A su vez, las variaciones de los tipos de interés del mercado monetario repercuten en otros
tipos, aunque con distinta intensidad. Por ejemplo, las variaciones de los tipos del mercado
monetario influyen en los tipos de interés que las entidades de crédito aplican a los
préstamos y depósitos a corto plazo. Además, las expectativas sobre futuras modificaciones
de los tipos de interés oficiales también afectarán a los tipos de interés de mercado a más
largo plazo. No obstante, el impacto de las variaciones de los tipos de interés en los tipos a
plazos muy largos (como el rendimiento de la deuda pública a diez años) no es tan directo,
ya que dichos tipos dependen, en gran medida, de las expectativas del mercado sobre las
tendencias del crecimiento y la inflación.
Debido al efecto que tiene en las condiciones de financiación y en las expectativas, la política
monetaria puede influir en otras variables financieras, como el precio de los activos (p.ej. las
cotizaciones bursátiles) y los tipos de cambio. Esto, a su vez, provoca efectos importantes
sobre la denominada economía “real”:
1) Las variaciones del precio de los activos financieros influyen en las decisiones de
ahorro, gasto e inversión de los hogares y las empresas. Por ejemplo, manteniéndose
constantes las demás variables, unos tipos de interés más altos tienden a hacer que a
los hogares o a las empresas les resulte menos atractivo endeudarse para financiar su
consumo o su inversión y, también, que los hogares prefieran ahorrar a gastar sus
ingresos corrientes, ya que la rentabilidad de su ahorro es mayor. Además, las
modificaciones de los tipos de interés oficiales también pueden influir en la oferta de
crédito. Por ejemplo, tras una subida de los tipos de interés, el riesgo morosidad
puede alcanzar un nivel tal que las entidades de crédito dejen de conceder créditos,
lo que, a su vez, obligaría a los prestatarios, a aplazar sus planes de consumo o de
inversión.
b. En segundo lugar, unos precios más bajos de las importaciones de bienes que
se utilizan como consumos intermedios podrían traducirse con el tiempo en
precios menores de los bienes finales.
La importancia de los efectos del tipo de cambio dependerá del grado de apertura de la
economía al comercio internacional. En general, los efectos de las variaciones del tipo de
cambio son menos importantes en un área monetaria amplia y relativamente cerrada, como
la zona del euro, que en una economía pequeña y abierta.
Otros canales a través de los cuales la política monetaria puede influir en la evolución de los
precios operan, principalmente, por el efecto de las expectativas a largo plazo del sector
privado. Si un banco central disfruta de un alto grado de credibilidad respecto a su
compromiso con el objetivo de la política monetaria, ésta puede tener un efecto directo en
la evolución de los precios, reconduciendo las expectativas de los agentes económicos sobre
la inflación futura. Por lo tanto, la credibilidad de un banco central en cuanto al
mantenimiento de la estabilidad de precios es esencial. A su vez, repercutirá en la fijación de
precios y salarios.
Aunque siempre es una difícil tarea, con el tiempo se ha ido disponiendo de más información
y de los resultados de nuevos estudios económicos, que han permitido alcanzar un
conocimiento más detallado del proceso de transmisión de la política monetaria. No
obstante, es necesario avanzar en los estudios y realizar un seguimiento permanente del
funcionamiento del mecanismo de transmisión.
Cuadro 2. Mecanismo de transmisión desde los tipos de interés hasta los precios
Fuente: BCE
precios y no el efecto de esta variación sobre la tasa de crecimiento de los países. Como se
verá en los siguientes apartados, esto se debe a que la finalidad última de la política
monetaria en la eurozona es el control de la inflación y no el fomento del crecimiento
económico.
III.IV.I. Estimaciones empíricas de los efectos de las variaciones del tipo de interés a corto
plazo en la actividad real y en los precios
Se han utilizado diversos modelos econométricos de la zona del euro para realizar una
estimación de los efectos de las variaciones del tipo de interés a corto plazo sobre el
producto y los precios. A modo de ejemplo, en el cuadro 3.1 se presentan los resultados de
los efectos de estas variaciones, proporcionados por tres modelos diferentes para la zona del
euro, que reflejan estructuras económicas y/o metodologías econométricas diferentes. El
cuadro muestra las respuestas de los niveles del PIB y de los precios a un incremento
transitorio de 1 punto porcentual del tipo de interés oficial controlado por el banco central,
que se mantiene al nuevo nivel más elevado durante dos años.
Los principales rasgos de las respuestas del PIB y de los precios son, desde el punto de vista
cualitativo, coherentes entre los tres modelos. Una subida de los tipos de interés a corto
plazo ocasiona una disminución transitoria del producto, que alcanza su punto más bajo
aproximadamente dos años después del impulso inicial generado por la política monetaria,
y, posteriormente, retorna al nivel de base. Al mismo tiempo, los precios se ajustan
gradualmente a un nivel permanentemente más bajo.
En un grupo de modelos empíricos más amplio que el que se recoge en el cuadro 3.1 se
observan pautas, en general, similares y coherentes con los resultados para otros países y
con los modelos teóricos del mecanismo de transmisión para los que existe un mayor
consenso. En resumen, estos modelos muestran que la política monetaria es neutral a largo
plazo. Su efecto sobre el producto es transitorio mientras que sobre los precios es
permanente.
Cuadro 3. Estimaciones de las respuestas del PIB real y de los precios de consumo a un
aumento de 1 punto porcentual del tipo de interés oficial de la zona del euro
Notas: Las cifras se expresan como una variación porcentual respecto a los niveles iniciales del PIB y del índice de precios.
El Modelo 1 es el modelo «Area Wide» del BCE (AWM, en sus siglas en inglés). El Modelo 2 se refiere a un agregado de
los modelos macroeconómicos de los bancos centrales nacionales de la zona del euro. El Modelo 3 es el modelo
multipaís del National Institute of Economic and Social Research del Reino Unido. Las simulaciones presentadas suponen
que el incremento del tipo de interés genera una elevación del tipo de interés a largo plazo y una apreciación del tipo de
cambio.
Fuente: «Resultados recientes sobre la transmisión de la política monetaria en la zona del euro», Boletín Mensual del
BCE, octubre 2002
III.IV.II. Evidencia sobre los canales de transmisión de la política monetaria en la zona del
euro
En lo que respecta a las respuestas de los componentes individuales del PIB a las variaciones
de los tipos de interés, algunos estudios destacan la importancia del impacto de la política
monetaria en la inversión, en comparación con su efecto en el consumo y en otros
componentes de la demanda agregada. La inversión empresarial se ve influida,
principalmente, por las modificaciones del coste de uso del capital (una variable
estrechamente relacionada con los tipos de interés), y también es sensible, aunque en
menor medida, a las restricciones de liquidez o de tesorería (es decir, la capacidad de las
empresas de emitir deuda en los mercados financieros o de obtener préstamos de las
entidades de crédito).
Los estudios empíricos disponibles también sugieren que los efectos del tipo de cambio en la
zona del euro pueden ser de importancia considerable. Por ello, la respuesta de los precios
de consumo a una modificación de los tipos de interés oficiales del banco central también
dependerá de los efectos de dicha modificación en el tipo de cambio. Por ejemplo, cuanto
más se aprecie el euro como consecuencia de una variación de los tipos de interés, mayor y
más rápido será el descenso de la inflación. Sin embargo, el banco central no puede dar por
hecha la dirección ni la magnitud de la respuesta del tipo de cambio a una variación del tipo
de interés porque dicha respuesta depende de otros factores, como la evolución de la
política monetaria en otros países, que no están
El 1 de enero de 1999, el Banco Central Europeo (BCE) asumió la política monetaria de toda,
la zona del euro, la segunda área económica más extensa del mundo (después de Estados
Unidos). La transferencia de la responsabilidad de la política monetaria desde doce bancos
centrales nacionales a una nueva institución supranacional ha constituido un hito en un largo
y complejo proceso de integración de los países europeos. No obstante, antes de adoptar el
euro, todos los países candidatos tuvieron que cumplir una serie de criterios de
convergencia que tenían por objeto garantizar las condiciones económicas y jurídicas
necesarias para poder apuntalar la futura unión monetaria. A continuación, se describirán
los aspectos institucionales más relevantes para entender la política monetaria del BCE.
Por su parte, el término «Eurosistema» se refiere al BCE y a los BCN de los Estados miembros
que han adoptado el euro. Mientras sigan existiendo Estados miembros que no hayan
adoptado esta moneda, será necesario mantener la distinción entre Eurosistema y SEBC. El
término «zona euro» se refiere al área que comprende los Estados miembros de la UE que
han adoptado el euro.
Con arreglo al apartado 1 del artículo 105 del Tratado «el objetivo principal del SEBC será
mantener la estabilidad de precios» y «sin perjuicio de este objetivo, el SEBC apoyará las
políticas económicas generales de la Comunidad con el fin de contribuir a la realización de
los objetivos comunitarios establecidos en el artículo 2». Entre dichos objetivos figuran «un
alto nivel de empleo (…), un crecimiento sostenible y no inflacionista, un alto grado de
competitividad y de convergencia de los resultados económicos». Por lo tanto, el Tratado
establece claramente un orden de prioridad para los objetivos del Eurosistema, atribuyendo
una importancia preponderante a la estabilidad de precios. Al centrar la política monetaria
del BCE en este objetivo primordial, el Tratado establece sin lugar a dudas que el
mantenimiento de la estabilidad de precios es la contribución más importante que la política
monetaria puede ofrecer para conseguir un entorno económico favorable y un elevado nivel
de empleo. Cabe señalar que el Tratado no se refiere al Eurosistema sino al SEBC, dado que
su redacción se basó en el supuesto que, en última instancia, todos los Estados miembros de
la UE acabarían adoptando el euro.
De conformidad con el apartado 2 del artículo 105 del Tratado, las funciones básicas que se
llevan a cabo a través del Eurosistema serán las siguientes:
• definir y ejecutar la política monetaria de la zona del euro
• realizar operaciones de divisas
El BCE también tiene el derecho exclusivo de autorizar la emisión de billetes en la zona del
euro. En coordinación con los BCN, el BCE recopila la información estadística necesaria para
el desempeño de las funciones del Eurosistema, obteniéndola de las autoridades nacionales
o directamente de los agentes económicos. Con arreglo al artículo 6 de los Estatutos del
SEBC, el BCE y, siempre que éste lo apruebe previamente, los BCN podrán participar en
instituciones monetarias internacionales. El BCE será el organismo que decidirá cómo se
representará el Eurosistema en el ámbito de la cooperación internacional.
Los órganos rectores del BCE a los que corresponde la responsabilidad de la formulación y la
ejecución de la política monetaria única son (véase gráfico 4):
• Consejo de Gobierno
• Comité Ejecutivo
• El Consejo General
El Consejo de Gobierno del BCE está compuesto por los seis miembros del Comité Ejecutivo y
por los gobernadores de los BCN de la zona del euro. Tanto el Consejo de Gobierno como el
Comité Ejecutivo están presididos por el presidente del BCE o, en ausencia de éste, por el
vicepresidente. Las principales responsabilidades del Consejo de Gobierno las siguientes:
• Adoptar las orientaciones y decisiones necesarias para garantizar el cumplimiento de
las funciones asignadas al Eurosistema;
• Formular la política monetaria de la zona del euro.
De conformidad con el artículo 12.1 de los Estatutos del SEBC, la formulación de la política
monetaria de la zona del euro incluye la adopción de decisiones relativas a «los objetivos
monetarios intermedios, los tipos de interés básicos y el suministro de reservas» en el
Eurosistema. Además, el Consejo de Gobierno establecerá las orientaciones necesarias para
la aplicación de dichas decisiones.
El Comité Ejecutivo del BCE está compuesto por un presidente, un vicepresidente y cuatro
miembros, todos ellos nombrados de común acuerdo por los Jefes de Estado de los países
miembros de la zona del euroLas responsabilidades del Comité Ejecutivo son:
• Preparar las reuniones del Consejo de Gobierno;
• Poner en práctica la política monetaria de conformidad con las orientaciones y
decisiones adoptadas por el Consejo de Gobierno y, en consecuencia, impartir las
instrucciones necesarias a los BCN de la zona del euro;
• Gestión diaria del BCE;
• Asumir poderes que delegue en él el Consejo de Gobierno.
El Consejo General del BCE está compuesto por el presidente y el vicepresidente del BCE y
por los gobernadores de los BCN de todos los Estados miembros de la UE. El Consejo General
se mantendrá mientras sigan existiendo Estados miembros que no hayan adoptado el euro y
no participa en la toma de decisiones de política monetaria relativas a la zona del euro.
También desempeña las funciones, heredadas del Instituto Monetario Europeo (IME), que
todavía han de llevarse a cabo precisamente porque no todos los Estados miembros han
adoptado el euro. El Consejo General también colaborará en:
• La coordinación de las políticas monetarias de los Estados miembros que aún no han
adoptado el euro y del BCE, con el fin de garantizar la estabilidad de precios;
• La recopilación de información estadística;
• Las obligaciones de información del BCE;
Fuente: BCE
Otros importantes principios del marco operativo son la necesidad de garantizar el trato
equitativo de las entidades financieras y la armonización de las normas y procedimientos en
toda la zona del euro. Las entidades de crédito deben recibir el mismo trato,
independientemente de su tamaño y de su ubicación en la zona.
Un principio específico del Eurosistema es la descentralización de la instrumentación de la
política monetaria, encargándose, normalmente los BCN de efectuar las operaciones de
política monetaria del Eurosistema. Así, El BCE será responsable de la coordinación de las
operaciones y los BCN de su realización.
Por otro lado, el marco operativo debe aplicar los principios de sencillez, transparencia,
continuidad, seguridad y eficiencia en los costes. La sencillez y la transparencia facilitan una
comprensión correcta de la finalidad de las operaciones de política monetaria. El principio de
continuidad tiene por objeto que los bancos centrales y sus entidades de contrapartida
puedan basarse en la experiencia para la ejecución de las operaciones de política monetaria.
El principio de seguridad requiere que se reduzcan al mínimo los riesgos financieros y
operativos del Eurosistema, mientras que la eficiencia en los costes supone contener los
costes que entraña el marco operativo para el Eurosistema.
En el cuadro 4 expone las principales características de los dos grupos de operaciones de las
que dispone el Eurosistema para la ejecución de la política monetaria única: las operaciones
de mercado abierto y las facilidades permanentes. El grupo de operaciones más importante
es el de las operaciones de mercado abierto. Este término designa las operaciones
realizadas a iniciativa del banco central, que habitualmente se llevan a cabo en el mercado
monetario. El «mercado monetario» se refiere al mercado en el que las operaciones tienen,
en general, un plazo inferior a un año. Las operaciones de mercado abierto desempeñan un
papel importante a efectos de controlar los tipos de interés, señalar la orientación de la
política monetaria y gestionar la situación de liquidez del mercado monetario.
Fuente: BCE
Entre las operaciones de mercado abierto, las más importantes son las operaciones
principales de financiación (OPF), que representan el instrumento fundamental de política
monetaria del Eurosistema. Mediante estas operaciones, el Eurosistema presta fondos a sus
entidades de contrapartida, siempre contra la entrega de activos de garantía, para proteger
al Eurosistema de posibles riesgos financieros.
Para controlar los tipos de interés a corto plazo del mercado monetario y, en especial,
reducir su volatilidad, el Eurosistema ofrece, asimismo, dos facilidades permanentes a sus
entidades de contrapartida: la facilidad marginal de crédito y la facilidad de depósito. Ambas
son facilidades a un día y las entidades que operan con el Eurosistema pueden recurrir a
ellas por iniciativa propia. Por lo general, el tipo de interés de la facilidad marginal de crédito
es sensiblemente más alto que el tipo de mercado correspondiente, y el tipo de interés de la
facilidad de depósito es notablemente inferior al tipo de mercado. En consecuencia, las
entidades de crédito suelen utilizar las facilidades permanentes sólo si no existen otras
alternativas. Dado que no existen restricciones para acceder a estas facilidades, excepto la
relativa a la entrega de garantías exigida en la facilidad marginal de crédito, sus tipos de
interés constituyen, normalmente, el límite superior y el límite inferior del tipo a un día del
mercado monetario.
Al fijar los tipos de interés de las facilidades permanentes, el Consejo de Gobierno determina
la banda de fluctuación del tipo de interés a un día del mercado monetario. El gráfico 5, que
presenta la evolución de los tipos de interés oficiales del BCE desde enero de 1999, muestra
también que los tipos de interés de las facilidades permanentes han constituido el límite
superior y el límite inferior del tipo de interés de mercado a un día (EONIA7).
Fuente: BCE
Como puede apreciarse en el gráfico, el EONIA se ha mantenido, en general, próximo al tipo
de interés de las operaciones principales de financiación, lo que demuestra la importancia de
estas operaciones como principal instrumento de política monetaria del Eurosistema. Por
último, el gráfico también muestra que las diferencias entre los tipos de interés de las
7
El índice medio del tipo del euro a un día (EONIA), publicado por la Federación Bancaria Europea, es la media ponderada de todos los
préstamos a un día no garantizados, de acuerdo con la información facilitada por un panel compuesto por las entidades de crédito más
activas en el mercado monetario.
Atendiendo a las conclusiones del Informe Delors, el Consejo Europeo decidió en junio de
1989 que la primera fase de la unión económica y monetaria comenzase el 1 de julio de
1990, fecha en la que, en principio, quedaban suprimidas todas las restricciones a la
circulación de capitales entre los Estados miembros. Al mismo tiempo, al Comité de
Gobernadores de los Bancos Centrales de los Estados miembros de la Comunidad Económica
Europea, le fueron atribuidas nuevas competencias en virtud de una Decisión del Consejo de
12 de marzo de 1990, entre las que se incluían mantener consultas sobre las políticas
monetarias de los Estados miembros y fortalecer la coordinación de dichas políticas a fin de
conseguir la estabilidad de precios.
Para la realización de las fases segunda y tercera, resultaba necesario revisar el Tratado
constitutivo de la Comunidad Económica Europea (el «Tratado de Roma») con objeto de
establecer la infraestructura institucional necesaria. Con este fin, se convocó una
Conferencia Intergubernamental sobre la UEM, que tuvo lugar en 1991. Las negociaciones
concluyeron con la adopción, en diciembre de 1991, del Tratado de la Unión Europea, que
fue firmado en Maastricht el 7 de febrero de 1992, aunque no entró en vigor hasta el 1 de
noviembre de 1993. El nuevo Tratado modificó el Tratado constitutivo de la Comunidad
Económica Europea, que pasó a denominarse Tratado constitutivo de la Comunidad
Europea, e incorporó, entre otros, el Protocolo sobre los Estatutos del Sistema Europeo de
Bancos Centrales y del Banco Central Europeo y el Protocolo sobre los Estatutos del Instituto
Monetario Europeo.
A fin de completar y desarrollar las disposiciones del Tratado relativas a la UEM, el Consejo
Europeo adoptó, en junio de 1997, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, del que forman
parte dos Reglamentos, cuya finalidad es garantizar la disciplina presupuestaria en relación
con la UEM.
El 1 de enero de 1999 daba comienzo la fase tercera y última de la UEM con la fijación
irrevocable de los tipos de cambio de las monedas de los once Estados miembros
participantes desde el principio en la unión monetaria y el inicio de la ejecución de la política
monetaria única bajo la responsabilidad del BCE.
Posteriormente, en el período comprendido entre el verano de 1999 y finales del año 2000,
las presiones inflacionistas fueron acentuándose paulatinamente en un entorno de intenso
crecimiento económico, de presiones crecientes sobre los precios de importación
impulsadas por la subida de los precios del petróleo y la depreciación del tipo de cambio, y
Fuente: BCE
Gráfico 7. Tipo de cambio efectivo nominal del euro y precios del petróleo
Fuente: BCE
A partir de la primavera del 2001 se comenzó a evidenciar una disminución gradual de las
presiones inflacionistas. Los principales factores que contribuyeron a la reducción de estas
La actividad económica de la zona euro en 2012 se vio afectada por los siguientes factores:
1. Frágil confianza económica
2. Aumento de los precios de las materias primas
3. Proceso de ajuste de los balances en curso en la mayoría de sectores económicos
4. Desempleo elevado
5. Política fiscal más restrictiva
6. Contracción de la demanda exterior
Como resultado, el PIB registró un descenso del 0,5% en el conjunto del año, tras dos años
de crecimiento moderado, debido en gran parte a la evolución particularmente negativa de
la demanda interna.
La inflación medida por el IAPC se situó por encima del 2%, durante todo el año 2012,
pasando del 2,7% observado a principios de año al 2,2% de noviembre y diciembre. La tasa
media para el año en su conjunto fue del 2,5%, solo algo más baja que la tasa del 2,7%
registrada en 2011. Este nivel de inflación obedeció principalmente a la subida de los precios
de la energía y al aumento de los impuestos indirectos derivado de las políticas fiscales
orientadas a reducir los desequilibrios fiscales. Las expectativas de inflación a medio y largo
plazo se mantuvieron en niveles compatibles con el objetivo del Consejo de Gobierno de
mantener la inflación en tasas inferiores al 2%.
En general, el crecimiento de M3 se fortaleció moderadamente a lo largo de 2012, a una tasa
media interanual del 3,1%, en comparación con la reducida tasa de crecimiento del 1,5%
registrada en 2011.
Por el contrario, la tasa de crecimiento interanual del crédito al sector privado se tornó
negativa durante 2012. En gran medida, la debilidad en la concesión de los préstamos reflejó
la fragilidad de la situación, con un aumento de la aversión al riesgo y el ajuste de balances
8
En este sentido, países como Grecia, España, Portugal o Francia han tenido que aprobar importantes planes de reformas económicas para
poder así mejorar sus expectativas de crecimiento ante los mercados mundiales y los organismos internacionales.
tanto en los hogares como en las empresas. Por lo tanto, 2012 se pudo apreciar la
persistencia de factores que siguieron contribuyendo a una caída tanto de la oferta como de
la demanda de crédito.
En el contexto de las medidas de política monetaria adoptadas, el Consejo de Gobierno
consideró durante todo el año que la evolución de los precios se mantenía en línea con sus
objetivos de estabilidad de precios en la eurozona.
A fin de atenuar el impacto negativo que producían las tensiones en los mercados
financieros sobre la evolución económica y monetaria, en julio de 2012 el Consejo de
Gobierno recortó los tipos de interés oficiales en 25 puntos básicos. Para tomar esta decisión
se tuvo en cuenta el hecho de que las presiones inflacionistas se habían seguido moderando.
Los tipos de interés oficiales se mantuvieron en niveles históricamente reducidos en el
segundo semestre de 2012: 0,75% en el caso del tipo principal de financiación; 0,00%, en el
de la facilidad de depósitos, y 1,50%, en el de la facilidad de marginal de crédito (gráfico 8).
Fuente: BCE
La reducción de los tipos de interés oficiales del BCE en julio de 2012, tras dos recortes de 25
puntos básicos a finales de 2011, se tradujo en un descenso adicional de los tipos de interés
del mercado monetario. Aunque en 2012, en promedio, los tipos de interés de los los
préstamos a hogares y empresas disminuyeron en la zona del euro, como consecuencia de la
trasmisión de los recortes de los tipos de interés oficiales del BCE, este proceso no fue
homogéneo en todos los países de la zona del euro, como había ocurrido en el pasado.
Como resultado, en algunos países las rebajas de los tipos de interés oficiales se trasladaron
en gran parte a los tipos de interés de los préstamos bancarios, mientras que en otros países
se mantuvieron prácticamente sin cambios o incluso llegaron a aumentar.
Para contribuir a una transmisión más eficaz de la política monetaria del BCE a la economía
real, el Consejo de Gobierno adoptó nuevas medidas de política monetaria no
convencionales durante 2012. Estas medidas, por un lado, consistieron en realizar
operaciones de financiación cuyo objeto era promover el crédito bancario y la liquidez en los
mercados y, por otro lado, se tomaron medidas que pretendían abordar el mal
funcionamiento de determinados segmentos de los mercados financieros.
Para aliviar las restricciones de financiación experimentadas por las entidades de crédito y
ayudar a evitar el desapalancamiento desordenado de activos bancarios, el BCE continuó
proporcionando apoyo financiero mediante operaciones de financiación a plazo más largo
con plazos de vencimiento excepcionales, y tomó medidas para aumentar la disponibilidad
de activos de garantía. En particular, las dos operaciones de financiación a plazo más largo
con vencimiento a tres años que se anunciaron en diciembre de 2011 tuvieron un impacto
significativo en 2012. La primera de ellas, llevada a cabo el 21 de diciembre de 2011,
proporcionó 489,2 mil millones de euros a las entidades de crédito, mientras que la segunda
aportó 529,5 mil millones de euros. Así, teniendo en cuenta otras operaciones similares en el
pasado, estas dos operaciones de financiación con vencimiento a tres años representaron
una inyección neta de liquidez de 500 mil millones de euros aproximadamente. Estas
operaciones ayudaron a una mejora del entorno financiero en los primeros meses de 2012 y
a una relajación de las tensiones en los mercados de deuda soberana a lo largo del año
(Gráfico 9).
Para hacer frente a estas distorsiones en los precios de la deuda soberana en algunos países,
el Consejo de Gobierno anunció su disposición a realizar Operaciones Monetarias de
Compraventa (OMC) en los mercados secundarios en lo que se refiere a la deuda soberana
de los países de la zona del euro. Estas operaciones se anunciaron en agosto de 2012.
Las OMC tienen por objeto apoyar el mecanismo de transmisión en todos los países de la
zona del euro y el carácter único de la política monetaria. Los anuncios efectuados acerca de
las OMC ayudaron a aliviar las tensiones en los mercados financieros y redujeron los riesgos
de cola y la incertidumbre en el segundo semestre de 2012. Contribuyeron a la mejora
general de las condiciones de financiación, lo que se puso de manifiesto, por ejemplo, en la
caída de los rendimientos de la deuda pública de los países sometidos a tensiones (Gráfico 9)
y en la emisión de deuda nueva por parte de entidades de crédito, empresas y países que,
durante algún tiempo, no habían tenido acceso a los mercados.
No obstante, desde 2012 la situación se ha mantenido dentro un aún frágil equilibrio de los
mercados. Este escenario nos e prevé que mejore de forma substancial en el medio plazo a
no ser que los Gobiernos impulsen medidas que aseguren la sostenibilidad de su deuda
pública, sus economías consigan ser más competitivas, refuercen la fortaleza de sus sistemas
bancarios nacionales o mejoren el marco institucional de la UEM.
Gráfico 9. Rendimiento de deuda pública a dos y diez años en algunos países de la eurozona
BIBLIOGRAFIA
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PEREZ, F. y QUESADA J., Dinero y sistema bancario. Teoría y análisis del caso español,
Biblioteca de Economía, Serie Manuales, Espasa Calpe, 1991