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ENSAYO FINAL: El arte y su relación con el poder

A lo largo de toda la historia el arte siempre ha sido condicionado por unas normas,
dependiendo del momento y situación histórica en la que se encuentre. Para analizar estas
condiciones y relacionarlas con la institución o persona que concentre el poder es necesario
realizar un análisis por los distintos periodos artísticos. A pesar de la importancia del arte y
el papel que ejercen en la sociedad en culturas predecesoras a la Época griega, como lo
son las pinturas rupestres propias del Paleolítico, el arte de Egipto o las diferentes culturas e
identidades artísticas que se dan en la zona de Próximo Oriente y Babilonia, me centraré en
la zona occidental, comenzando así por Grecia y omitiendo también sus predecesoras como
el Arte Cicládico, Minoico, Micénico o el Periodo Geométrico por la falta de textos filosóficos
en relación con la estética.

Cabe destacar que me centraré mayoritariamente en Grecia, el Imperio Romano y la Edad


Media debido a que es lo que hemos estudiado en profundidad en las asignaturas hasta el
momento.

Estética de la Antigua Grecia como principio de la estética de la Antigüedad

La estética griega es la base fundamental para comprender las concepciones tanto de la


cultura griega como romana respecto al arte. A pesar de que ambas varían y difieren entre
un filósofo u otro, toman como premisa y punto de partida los conceptos que en breve me
dedicaré a exponer. Es por ello esencial el conocimiento de estos para entender el proceso
que se lleva a cabo tanto en los siguientes periodos como la Edad Media, o el
Renacimiento, ya no solo por los cambios artísticos y pictóricos, si no también por su
cambio estético.

En el periodo Arcaico ( S. VIII- IV a.C) el punto de partida para la filosofía y estética (cabe
mencionar que los griegos nunca trataron la estética como tal, si no que se encuentran
retazos de esta disciplina en las cuestiones que plantean), es en los poemas épicos la
Odisea y la Ilíada de Homero fechados entre el 750 y el 725 a.C, donde se muestran las
concepciones respecto al arte que perdurarán a lo largo de toda esta época:

“Canta, oh Diosa, la cólera de Aquiles el Pelida…” Comienzo de la Ilíada


“Musa, dime del hábil varón que en su largo extravío…” Comienzo de la Odisea

Ya los comienzos de estas dos obras explican claramente la concepción del arte en la
Antigüedad. Toda manifestación artística proviene de las 9 musas, Clío la musa de la
Historia, Euterpe de la música, al Talia de la comedia, Melpómene de la tragedia, Terpsícore
de la danza, Erato de la elegía, Polimnia de la lírica, Urano de la astronomía y Calíope de la
poesía épica. Así, el arte es una inspiración divina en la cual el artista, poseído por la
divinidad, es un mero artesano donde simplemente desempeña un papel secundario para la
conexión entre el mundo y la divinidad. Es por esto que desconocemos la autoría de
muchas de las obras de esta época y además de que explica por qué el arte no es un
espacio de creación del artista donde éste desarrolla su imaginación, ya que todos estos
términos son inexistentes en esta época, siendo propios del Romanticismo. También, los
artistas deben seguir un canon, un modelo regido por una ley, un nomos, para así alcanzar
la perfección como ofrenda a los dioses. Así, el arte es utilizado como búsqueda de la
belleza, basándose en ideas del equilibrio, la medida y la symmetria (proporción) de los
cuales los filósofos desarrollaron teorías para intentar dar una explicación a esta belleza.
Grecia
Sin embargo, la función principal del arte no es solo como
ofrenda a los dioses y búsqueda de la belleza, si no también
para que las personas que poseen cierto poder dejen
constancia de él. Estas son personas que de alguna forma han
alcanzado reconocimiento y poder, como por ejemplo los
atletas. Tras la victoria en competiciones los atletas eran
ampliamente reconocidos y eran tomados como modelos del
ideal del hombre griego. Un ejemplo es el Discóbolo de Mirón,
(copia romana en mármol, original en bronce) donde se idealiza
claramente al atleta, representádosele con los valores del ideal
griego: a pesar del enorme esfuerzo que está realizando, su
rostro es calmado, reflejo del hombre impasible y razonable que
no se deja guiar por las pasiones y sentimientos si no que
antepone la razón. Es bello físicamente ya que también lo es
éticamente, un concepto platónico donde lo bello es bueno; se
da una relación entre la dimensión ética y física.
“Todo lo bello es bueno y lo bello no carece de proporción.”
-Platón, Timoteo 87C

Además, los personajes que alcancen cierto poder político o


acaben gobernando ciertos territorios erigirán representaciones
como muestra de poder, una teoría que los romanos pondrán en práctica muy a menudo. El
sistema más común en los comienzos de Grecia en las polis es la tiranía, la concentración
de poder en un aristócrata, y la mejor forma de dejar constancia de su grandeza y esplendor
es construir edificios públicos y sagrados. Por ello,
el arte más abundante en esta época son los
templos. Recordemos que el aristócrata financia el
templo, la escultura o cualquier tipo de arte como
se le encargaría a un carpintero una silla o un
zapatero las sandalias.

Además, el arte es también utilizado como forma


de imposición de una cultura frente a otra, como
podría haber sido el caso del Faro de Alejandría
(285 a.C.) construido por el arquitecto Sóstrato de
Cnido y mandado construir por la dinastía
Ptolemaica durante la ocupación griega en Egipto.
A pesar de no haber llegado hasta nuestros
tiempos, podría haber sido una forma de intentar
integrar la cultura griega en la sociedad egipcia.

El ejemplo más claro del arte afectado por las tensiones de poder y territoriales es la
Acrópolis de Atenas. Durante la tercera tiranía de Pisístrato en Atenas (c. 545–527 a.C.)
mandará construir diferentes edificios arquitectónicos en la Acrópolis de Atenas, como son
el Hecatompedón (conocido como el Pre-Partenón que nunca llegó a acabarse) y se le
suele atribuir la construcción del “viejo” templo
Atenea Poliada (junto con el “nuevo” templo
también dedicado a Atenea Poliada son los
predecesores del Erecteion).
En el 480 a.C. Durante las Guerras Médicas los
persas ocuparon la zona, destruyendo así los
templos construidos por Pisístrato. No será
hasta la Época de Pericles (S.V) durante el
Periodo Clásico cuando éste mandará construir
los edificios que en la actualidad perduran.
Así, es un claro reflejo de cómo el arte se ve
afectado e incluso es destruido por las
tensiones territoriales del momento.

Imperio Romano
Como ya hemos mencionado, el Imperio Romano utiliza en mayor medida el arte como
muestra de poder y propaganda política. Por ello, resalta en este periodo el busto, y el
retrato ecuestre, que representa a las clases nobles o adineradas de la época
dignificándolas en la mayoría de los casos.

Busto de Julio César, Busto Tusculum Retrato ecuestre de Marco Aurelio


(50 - 40 a.C.) (176 d.C.)

Así, el arte se ve restringido por canon temático, sólo podrá representar dioses y personas
adineradas de tal forma que nunca será representado un personaje que no entre en esta
categoría. Cabe destacar que, por lo tanto, la mayor parte del arte representará a hombres,
ya que las mujeres pocas veces obtienen reconocimiento debido a las concepciones de la
época.

No solo resalta en la escultura la


propaganda política, también en sus
propios edificios arquitectónicos.
Encontramos estructuras que en Grecia no
se hemos visto, como el Arco de Tito (81
d.C) creado para conmemorar la victoria
contra los judíos. En sus relieves se
glorifica al emperador Tito y se representa
su ascenso al Olimpo montado sobre un
águila. En la inscripción se puede leer
:Senatus populusque Romanus divo Tito
divi Vespasiani f(ilio) Vespasiano Augusto
(“El Senado y el Pueblo de Roma, a Divo

Tito, hijo de Divo Vespasiano, Vespasiano


Augusto”).
Esto también se aplica a algunos de los
templos que construyeron, como el Templo
de Augusto (S. I d.C) en Pula, erigido
durante su mandato con una inscripción en
letras de bronce de las cuales solo quedan
los agujeros donde se incrustaron las letras en bronce. A pesar de ello se puede leer:
ROMAE ET AUGUSTO CAESARI DIVI F PATRI PATRIAE (Roma y Augusto César, hijo de la
divinidad, padre de la patria). Así, junto con la intencionada monumentalidad de estas
construcciones, dejan constancia de su poder.

Edad Media
Tras la caída del Imperio Romano en el 476 se inicia este
periodo donde resalta el surgimiento de la Iglesia y el
cristianismo como centros de poder. Así, ejercen una clara
influencia en el arte, controlándolo principalmente por su
temática. Se vuelve a establecer un canon temático, el arte
debe representar las enseñanzas recogidas en la Biblia de
una forma didáctica para que así lleguen al pueblo, ya que
este es fundamentalmente analfabeto y por lo tanto
incapaz de leer las Sagradas Escrituras. Para ello,
representan la Anunciación, escenas de la vida de Cristo
como la Crucifixión, los Apóstoles, los doce Ancianos del
Apocalipsis o retratan y enaltecen el modelo de vida de
santos y monjes, como es La oración ante el Crucifijo de
San Damián, uno de los 28 frescos que se encuentran en
la Basílica de San Francisco de Asís atribuidos a Giotto,
que refleja una de las escenas de la vida del santo.

Se establece un teocentrismo, Dios es el principio y fin de


todas las cosas y es representado artísticamente como
Cristo Pantocrátor, en el centro, la
mayoría de veces con una mano
en las Sagradas Escrituras y la
otra levantada para bendecir.

Tacharán por ello todo arte que no


esté vinculado con la Iglesia, por
ejemplo la música instrumental.
Será mal vista y se la califica de
inadecuada por la ausencia de
texto para la difusión de la
palabra de Dios. Esta música será
la música profana, en un
comienzo desarrollada por
trovadores y troveros. Es por ello
el notable desarrollo del canto Tímpano de la Puerta del Sarmental en la
gregoriano y la música de los oficios, catedral de Burgos
himnos y salmos basados en la palabra.
Bernard de Ventadour - Can vei la lauzeta mover (1145-1195)
Canción de trovador

De la misma forma que los romanos calificaban de “bárbaros” a


todo aquel que no perteneciese a su Imperio y no hablase latín, la
Iglesia demoniza el resto de religiones y minorías culturales como
las personas de color o los árabes, que acaban siendo
representadas en el arte como símbolos del demonio y el mal.
Será algo que influenciará durante muchos siglos e incluso a
artistas posteriores, como lo es El Greco con La Santa Liga o
Adoración del Nombre de Jesús, donde los turcos otomanos son
devorados por un leviatán.
De tal forma, los artistas sólo podrán utilizar su imaginación para
representar aquello que nunca ha sido descrito físicamente pero
que sí que está vinculado con la Iglesia, el demonio y resto de
seres malignos que lo acompañan,que nunca fueron descritos en
las Sagradas Escrituras. Un ejemplo de esto es el demonio
representado en el Retablo de la leyenda de San Miguel, de
Maestro de Arguis (1440).
Así, el poder y control que ejercía en el Imperio Romano el
emperador o tirano, ahora lo ejercen los altos cargos de la Iglesia
como los arzobispos, de los cuales se les representa de forma
poderosa, como las vidrieras de la catedral de Canterbury, que
muestran al arzobispo Thomas Becket (118-1170) entronizado con
símbolos de poder como son el cetro, la corona y hábitos.

Renacimiento y Barroco
No será hasta Leonardo da Vinci cuando se categorizó en su Trattato della Pittura, Codex
Vaticanas la pintura como un arte liberal y superior frente a las artes mecánicas que
requieren un esfuerzo de producción y por ello eran despreciadas: “En verdad que ésta es
ciencia, es hija ¡legítima de la naturaleza, por cuanto la pintura es dada a luz por la
naturaleza misma; más, por mejor decir, la llamaremos nieta de la naturaleza, por que todas
las cosas visibles fueron dadas a luz por la naturaleza, de cuyas cosas nace la pintura. Y
así correctamente la calificaremos como nieta de la naturaleza y pariente de Dios mismo”

Es la época del humanismo y antropocentrismo, se sustituye a Dios por el ser humano


como centro y eje del mundo y Leonardo se clasifica de un artista que crea casi como un
Dios, un concepto que no se había visto nunca antes, el artista debe ser fiel a la realidad
imitando la naturaleza pero creativo desde lo ingenioso:Lo divino que hay en la ciencia del
pintor hace que su mente se transforme a semejanza de la divina, por cuanto con su libre
potestad viene a engendrar las diversas esencias de varios animales, plantas, frutos, tierras
y campiñas, ruinas en los montes y lugares temibles y espantosos que aterran a quien los
mira, así como también lugares deleitosos, suaves y placenteros, con sus prados floridos de
variados colores.

Todas estas ideas serán continuadas en el Barroco, donde


podemos observar que artistas como Velázquez, Ribera,
Rubens, Gentileschi o Murillo dignifican al hombre, y a ellos
mismos como artistas. Prueba de ello es la autoría de sus
obras y la utilización del autorretrato recurrentemente, como
el cuadro Las Meninas de Velázquez. Resalta que en este
periodo los artistas gozan de mayor libertad artística, ya que
son contratados por reyes y no se les establece un canon
temático. Así, observamos que los pintores pueden
permitirse por primera vez retratar las clases bajas, cosa
que hubiese sido impensable en los periodos anteriormente
mencionados. Ejemplos de ello son La mujer barbuda
(Magdalena Ventura y su marido), El patizambo y El bufón
primo de Velázquez, que a pesar de ser de personajes
despreciados por la sociedad son dignificados por los
pintores.
Aún así, se puede observar la clara influencia que ejerce la
Iglesia en la sociedad, siendo aún los altos cargos de la
Iglesia representados con la intención de demostrar su poder y extenderlo, como lo es el
Retrato del Papa Inocencio X de Velázquez.

Conclusión
El análisis realizado demuestra que el arte siempre se ha visto influenciado y ha sido
utilizado como un instrumento por las clases altas o institución que concentre el poder de la
época para conseguir sus propios objetivos. Desde la Grecia antigua, donde el poder residía
en el tirano, legislador o persona que hayan alcanzado cierto reconocimiento, utilizarán el
arte para dejar constancia de su poder y como medio de propaganda; el Imperio Romano
será continuador de esto y lo llevará a extremos hasta la Edad Media, donde la Iglesia lo
coartará hasta tal punto que el arte que no entre dentro de ciertos estándares impuestos por
ellos mismos será prohibido.
Por suerte, en el Renacimiento y el Barroco se da un salto, el artista obtiene reconocimiento
por primera vez y por lo tanto obtiene cierta libertad. Esta teoría se extenderá en el
Romanticismo, donde el artista se clasifica como superior por su sensibilidad sobrehumana.
Sin embargo, a pesar de no existir propiamente una institución que controle y condicione su
expresión artística directamente, el artista deberá enfrentarse a nuevos problemas. Deberá
subordinar su arte a los gustos de la época y de las clases altas para así conseguir
mantener su posición económica. En caso contrario caerá en la miseria, siendo un claro
ejemplo Rembrandt.

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