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En el esquema general del apartado 1.3.2 se ha destacado la relación existente entre los
niveles de actividad programados y las previsiones de costes correspondientes. Es una
relación, generalmente no lineal, que se observa tanto en los costes exteriores, que he-
mos visto al tratar las previsiones de compras (precios previstos para las materias pri-
mas), como en los costes internos o costes de funcionamiento de cada área de la empre-
sa, que son los que consideraremos ahora.
En este sentido, respecto a los costes de funcionamiento resultará útil distinguir entre
aquellos costes que guardan una relación clara con los niveles de actividad medibles
(costes de fabricación, de ventas y de compras) y los costes de los servicios administrati-
vos y generales de la empresa, para los cuales es difícil, o en algunos casos imposible,
establecer una relación con algún índice cuantitativo de nivel de actividad. Esta distinción
es puramente de tipo práctico, en el sentido de que las técnicas de previsión, en un caso y
en otro, son diferentes. Nos referimos a estos dos tipos de costes de funcionamiento,
para simplificar y siguiendo a Dearden, como costes directos y costes discrecionales,
respectivamente13.
Al exponer las técnicas de previsión para costes de funcionamiento directos, distingui-
remos entre los de producción, los comerciales (venta) y los de compras. No obstante,
como en gran parte las técnicas tienen la misma base, éstas se expondrán principalmente
al hablar de los costes de producción.
13
Es evidente que tanto en el departamento de producción, y aún más en los de compras y comercializa-
ción, junto a los costes directos en sentido estricto se hallan otros tipos de indirectos en relación a sus
respectivos portadores de costos; la calsificación dicotómica anterior debe tomarse, pues , en un sentido
práctico en la medida en que se realizan en el desarrollo de este punto numerosas referencias al texto de
Dearden (1975).
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de energía, etc. Es decir, todos los costes en que se incurre para llevar a cabo una fun-
ción (en este caso la de producción), menos los de materia prima. Se trata, por tanto, de
una lista de costes (clases de costes) y el objetivo es presupuestar sus respectivos im-
portes para el período determinado (generalmente un año), en función de la respectiva
previsión de actividad. En otros términos, se trata de una lista de los típicos «gastos» de
un departamento de producción, más las amortizaciones o depreciaciones calculables
para el período considerado según el inmovilizado que tenga uso (generalmente el único
coste de la «lista» que no es al mismo tiempo un gasto). En base a esto, por comodidad
nos referiremos aquí indistintamente a costes o gastos.
La previsión de estos costes, en tanto que en parte dependen en su cuantía de cuál sea
el nivel de ocupación de cada sección de producción, resulta útil efectuarla no en forma
de una cantidad fija («presupuesto fijo»), sino en forma de una escala variable en función,
precisamente, del nivel de actividad de cada sección de producción correspondiente.
Esto supone un presupuesto flexible para cada sección, lo que implica una separación
de los costes de funcionamiento de dicha sección entre fijos y variables, de manera que
pueda expresarse el presupuesto en forma de una función lineal.
Costes mensuales previstos sección «h», CF’ = F’ + v’ · T*
donde
F’ = Previsión de costes de funcionamiento fijos de la sección.
v’ = Previsión de costes de funcionamiento variables, por «unidad de obra» (hora de
funcionamiento, u hora de trabajo directo, hora máquina, etc.) de la sección.
T* = Un valor dado del nivel de ocupación (unidades de obra durante el mes).
c-
ción, el concepto, elaboración y utilización del presupuesto flexible debe contemplarse
como igualmente aplicable al resto de costes directos, como después se precisará).
Un presupuesto expresado de esta forma, permite una doble utilización. Por una par-
te, aplicando como valor de nivel de ocupación el previsto para un mes determinado, la
función nos da la previsión de costes de la sección para dicho mes:
mes x = F’ + v’ · T’mes x
y sumando las previsiones para cada mes, obtenemos los costes de funcionamiento pre-
vistos para el año planificado. Esto es precisamente lo que estamos considerando en el
presente apartado, como un paso de la previsión económica general para cada año. Pero,
−y anticipándonos algo el tema del capítulo 6− el presupuesto flexible, permite
después, en el curso del período presupuestado (cuando ya se tienen los datos reales de
las unidades de obra reales (T) y de los costes de funcionamiento reales de la sección),
establecer el presupuesto ajustado según la ocupación real del mes:
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JOAQUIM VERGÉS PREVISIONES DE COSTES Y RESULTADOS
14
Para simplificar, desde este punto supondremos que las «unidades de obra» son concretamente horas
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LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
Clase de coste _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
Explicación de las necesitadades de nivel de contratación (unidades de uso/consumo) dados los niveles prev. de
actividad:
prom Total
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic mens anual
A partir de tal tipo de información, los costes pueden ser clasificados en una primera
fase, bien provisionalmente como fijos, bien como variables, bien como mixtos (semifijos
o semivariables), entendiendo por tales aquellos que el análisis que posibilitan los datos
de la ficha muestran que tienen una componente fija y una variable. (Sobre este punto
puede resultar útil que el lector se remita al desarrollo de estos conceptos en los textos
Entenderemos en cualquier caso, que la previsión final de costes fijos (F’) englobará
la de aquellos costes quelo son más la parte fija de los costes semivariables. E, igual-
mente, que la cuota de v’ ptas./hora comprende la suma de las pesetas por hora de fun-
cionamiento previstas para los costes estrictamente variables, más la parte variable de los
semivariables. (Obsérvese que la simplificación que estamos suponiendo desde el princi-
pio es que los costes variables son exactamente proporcionales a las horas de ocupa-
ción de la sección; es decir variables de forma lineal).
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JOAQUIM VERGÉS PREVISIONES DE COSTES Y RESULTADOS
Consideremos en primer lugar los costes fijos (F’). Para nuestro objetivo se clasificarán
como tales aquellos que durante el ejercicio planificado no varían a pesar de que el nivel
de ocupación sea diferente para cada mes. Se tratará, en general, del coste de aquellos
factores contratados en función de la dimensión (estructura) existente y del nivel con-
creto de utilización (ocupación) de esta estructura productiva. En general: gastos del
local, parte del personal y de los costes de equipo. Determinar la cantidad a que deben
ascender mensual o anualmente en el período planificado es una labor que requiere con-
siderar cantidades a contratar y precios o tarifas probables; o bien, simplemente, los
montantes totales derivados de contratos ya estipulados para el período planificado (caso
lquileres).
Ahora bien, el que estos costes, siendo en este sentido fijos, sean más o menos eleva-
dos, dependerá precisamente de cuál sea el intervalo de nivel de ocupación previsto a lo
ene, T’feb, T’mar, ..., T’des). Así, por ejemplo, si la mano de obra indirecta
es un coste fijo, es evidente que lo es dentro de ciertos límites, ya que no será necesaria
la misma si el nivel previsto de ocupación de la sección está alrededor del correspon-
diente a un turno de ocho horas más una hora extra, que si se pasa a dos turnos.
En resumen, y esto puede resultar aparentemente paradójico, el volumen de costes
fijos de personal depende de cuál sea el conjunto de niveles de ocupación previsto. Aho-
ra bien, una vez tomada la decisión previa de qué nivel de contratación es necesaria, da-
dos los niveles previstos de ocupación, este coste puede considerarse efectivamente fijo,
en el sentido estricto de insensible a variaciones del nivel de ocupación real (que no so-
brepasen, desde luego, en más o en menos, un determinado intervalo) alrededor de los
niveles de ocupación previstos para cada mes, y así para los demás tipos de costes de la
misma naturaleza.
En otros términos, el conjunto de costes que suman F’ podrán considerarse como
fijos, por ejemplo, si el nivel de ocupación está entre 1.500 y 2.000 horas mensuales;
pero podrán ser diferentes (dependiendo esto de las posibilidades de ajuste a plazo más o
menos corto) si después resulta que el nivel de ocupación real queda fuera del intervalo.
La repercusión de este hecho en cuanto a la comparación posterior costes rea-
les/presupuesto ajustado, es evidente.
En resumen, los costes denominados fijos en la previsión, son, de hecho,
los niveles de ocupación previstos para la sección, y especialmente del intervalo de va-
riación de los mismos (cual es el máximo y el mínimo de los niveles de ocupación men-
suales previstos.)
F’ = F’(T’mes); donde T’mes es el vector T’ene, T’feb, ... T’dic
puede decirse que son fijos dentro de un determinado intervalo, y que, por su naturaleza,
varían a saltos; es decir, de forma discontinua si pasamos de considerar una previsión de
ocupación determinada a considerar otra. Gráficamente:
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LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
base es más parecida a la previsión de costes de una materia prima. Piénsese en el caso
típico de los costes de energía (combustible, por ejemplo), se trata de determinar: a) el
consumo necesario para cada hora de funcionamiento de la sección (o bien hora máqui-
na, u hora M.O.D. o cualquier otra que sea la unidad de obra definida para la sección), y
b) el precio (medio) de coste de la energía. El resultado será unas pesetas por hora de
funcionamiento. Esto, no obstante, puede no ser tan simple cuando el coste tiene también
un componente fijo, es decir, que es un coste mixto (`por ejemplo, la energía eléctrica);
especialmente si además las componentes fijas y variables - a diferencia del caso de la
electricidad- no son fácilmente diferenciables de forma directa, de cara a la previsión. En
este caso, puede efectuarse una separación a base de estimar indirectamente el compo-
nente fijo y el componente variable, mediante una regresión lineal simple sobre la serie
temporal del coste en cuestión:
Datos históricos
Período X Cifra real del coste Nivel de ocupación Regresión por mí-
semivariable de la sección nimos cuadrados
Csx Tx CS* = a + b · T*
noviembre · ·
octubre · ·
b =
∑ (TX − T ) C S X
septiembre · · ∑ (T X − T )
2
agosto · ·
julio · ·
· · · a = CS − b . T
· · ·
Determinados ambos componentes (a, b), éstos pasarán, lógicamente, a sumarse, respec-
tivamente, a la previsión de los costes fijos y a la de las variables en sentido estricto.
Este tipo de estimación indirecta de la parte fija y la variable puede aplicarse, por su-
puesto, no sólo a los costes semivariables, sino al conjunto de los costes de la sección, de
forma agregada, como una alternativa al procedimiento individualizado coste por coste,
que hasta aquí se ha descrito15. Con la ventaja de su mayor sencillez y el inconveniente
lógico de constituir una aproximación menos satisfactoria.
15
Véase, por ejemplo, el texto de Dearden, que al abordar el tema de la previsión de los costes directos
se refiere casi exclusivamente a este procedimiento.
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JOAQUIM VERGÉS PREVISIONES DE COSTES Y RESULTADOS
En cualquier caso, es necesario tener en cuenta que los datos necesarios en cuanto a
costes reales de períodos anteriores para realizar tal aproximación indirecta, han de ser
necesariamente costes corregidos, es decir, a precios constantes. Los datos obtenidos
(«a» y «b») estarán referidos, por tanto, a precios de un año concreto (generalmente el
del momento de efectuar la previsión), por lo que antes de utilizarlos deberán incremen-
tarse con el aumento de precios previsto para el año planificado.
Hasta aquí hemos supuesto que la variable en función de la cual viene expresado el
presupuesto flexible, es el nivel de ocupación (T); esto en parte porque, expresado así,
todo lo expuesto respecto al presupuesto flexible para una sección de producción es di-
rectamente generalizable para el resto de los costes directos de la empresa, pero también
porque cuando se producen diversos tipos de artículos, una variable tipo nivel de ocupa-
ción es la única manera de referirse a un solo valor que represente el volumen agregado
de producción. Ahora bien, en el caso de que la empresa produzca un sólo artículo, hay
la posibilidad -que puede encontrarse más clara o sencilla- de expresar el presupuesto
flexible en función, no de horas de trabajo u otro tipo de unidad de obra, sino del número
de unidades de artículo a producir:
Un «presupuesto flexible» (o función de costes) lineal, como el expuesto hasta aquí, tiene
las indudables ventajas derivadas de su sencillez; pero conviene también tener en cuenta
que esta misma sencillez puede hacer que en algunos casos resulte una aproximación no
suficientemente precisa a la «verdadera» «función de costes». Principalmente por lo que
sigue:
1) Los precios previstos, tanto respecto a factores (costes) de tipo fijo como varia-
bles, pueden ser substancialmente diferentes para los primeros meses del año que res-
pecto a los últimos. Los valores F’ y v’ (o y’) pueden ser unos dados como válidos para
unos meses determinados del año, y otros diferentes para otros períodos, lo que deberá
tenerse en cuenta tanto a efectos de cálculo previo en el plan económico anual, como
para el cálculo posterior de presupuestos ajustados.
2) Los costes variables no siempre varían de forma proporcional, por lo que la apro-
ximación lineal, supuesta en todo lo anterior, puede no ser lo suficientemente aceptable,
especialmente en cuanto al análisis posterior de desviaciones. Entre los diversos costes
variables, pueden haber que varíen de forma progresiva o regresiva.
16
Sobre ls posibilidades de aplicar el presupuesto en función del número de unidades cuando se produce
más de un artículo, véase el texto antes citado de Dearden.
61
LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
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JOAQUIM VERGÉS PREVISIONES DE COSTES Y RESULTADOS
y en segundo lugar, que, además, los costes variables pueden ser muy diferentes para las
ventas de un artículo u otro (o entre los artículos de una línea de ventas y otra). Así, por
ejemplo, la práctica de establecer comisiones en porcentajes sobre la venta, pero dife-
rentes por tipo de artículo. O el hecho, por ejemplo, de que las diferencias físicas entre
los diferentes artículos representan gastos de transporte muy diferentes por unidad ven-
dida.
Como consecuencia de estos dos hechos -y si además pasamos a tener en cuenta que
en muchos casos hay costes fijos específicos de un determinado artículo o línea de ven-
tas-, un modelo lo suficientemente general de presupuesto flexible para un departamento
comercial, puede formularse como:
CD’ = F’g + ∑F’i + ∑cv1’i · Vi* + ∑cv2’i · u*i
(donde F’g sería los costes fijos comunes o generales del departamento, y F’i se-
rían los específicos de cada artículo).
Formulación efectuada bajo el supuesto habitual de que la variabilidad de los costes sea
de tipo proporcional, tanto en el caso de los que lo son respecto al valor (cv1’i) como de
los que lo son respecto a las unidades físicas (cv2’i)18.
17
P.e. Gastos de comisiones variables respecto a la cifra de ventas.
Gastos de transporte variables respecto a las unidades vendidas.
18
Ejemplo: supongamos que del análisis de ls fichas de previsión de cada tipo de coste del departamento
comercial y de las expectativas para el año planificado (por ejemplo: las propias decisiones de la empre-
sa respecto a las comisiones y a los precios probables del transporte, se ha deducido que los costes serán
los siguientes:
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LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
∑A*j · pe*j
y bajo el mismo supuesto de que el caso fuese de imputación total:
F' + v 2'. ∑ A 'j . pe 'j
= d ' ; pe 'j .(1 + d ' ) = p 'j
∑ A j . pe j
' '
Así, a diferencia del caso anterior, el recargo será diferente para cada materia prima:
j = pe’j · d’
Finalmente, si, adoptando un criterio más ajustado, se distingue entre los costes variables
que lo son con respecto al volumen y los que lo son con respecto al valor, la formulación
del presupuesto flexible sería del tipo ya antes señalado de función de dos variables:
∑A*j + v2’ · ∑A*j · pe*j
Personal: general 6 (millones), específico de la venta del artículo A, 10; de laventa del B, 8 y de la venta
del C, 18.
Comisiones: un 0,5% general (director y subdirector del departamento), más un 5% para el artículo A;
un 2,5% para el B y un 8% para el C (vendedores).
Transportes: 2500 ptas. por unidad vendida de A; 500 pts por unidad de C (B no genera gastos de este
tipo).
El presupuesto flexible se expresará, en este caso, como:
5, 5 * 3 * 8, 5 * * *
CD ' = 6 + ( 10 + 8 + 18 ) + ( .V A + .VB + . Vc ) + 2 . 500 . u A + 500 . u c
100 100 100
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JOAQUIM VERGÉS PREVISIONES DE COSTES Y RESULTADOS
(entendiéndose, como en los dos casos anteriores, que los parámetros de esta expresión
(F’, v1’, v2’) son el resultado global de la presupuestación coste por coste, resumida en
un cuadro del tipo señalado al exponer el caso del departamento de producción).
Esta formulación más completa para el presupuesto de los costes de funcionamiento
de un departamento de compras, no representa una especial complicación en su utiliza-
ción para la fase posterior de control mensual (análisis de desviaciones), pero sí respecto
a la fase de planificación propiamente dicha. En esta fase la relativa complicación de uti-
lizar un presupuesto de dos variables aparecerá concretamente en cuanto a la determina-
ción del recargo a aplicar sobre el precio de compra exterior de cada materia prima, si es
que los costes de compras se han de cargar total o parcialmente sobre éstos.
Olvidando este inconveniente19, la previsión de estos costes será aun más ajustada si
se utiliza un modelo de presupuesto lineal de tres variables, ya que aquellos costes del
departamento de compras relacionados con el almacenamiento de las materias primas
varían más en relación a las existencias medias en almacén que al flujo de entrada en éste
(por ejemplo, una póliza de seguros sobre de base «flotante» sobre las existencias). La
formulación sería, en este caso, por tanto, en este caso del tipo:
∑A*j + v2’ · ∑A*j · pe*j + v3’ · E*
donde: E* = nivel medio mensual de existencias, en valor.
Es evidente que el modelo de presupuesto flexible para un departamento de compras
puede, siguiendo los ejemplos alternativos expuestos, irse perfeccionando progresiva-
mente si, en la práctica, la importancia de los gastos a presupuestar lo justifica. Así, por
ejemplo, puede pasarse a otro modelo que considere una cuarta variable: las existencias
medias en volumen físico. Y, por otra parte, los coeficientes v’ pueden determinarse (to-
dos o alguno de ellos) por separado para cada materia prima, cuando las diferencias en
este sentido puedan llegar a ser significativas, etc.
Este proceso de formulaciones del presupuesto flexible con cada vez mayor aproxi-
mación al comportamiento «real» de los costes en función de diferentes variables, puede,
lógicamente, extenderse a lo expuesto anteriormente respecto a los costes de producción
y costes de ventas.
¿ Hasta donde debe llegarse en este proceso de perfeccionamiento formal en la am-
pliación de las variables independientes? Haciendo un paralelismo con el modelo tradi-
cional de regresión lineal múltiple, podríamos decir que hasta que la inclusión de una
nueva variable no mejore el coeficiente de determinación de la función.
19
El problema en este caso radica en que, al existir costes variables de dos tipos, se pone de manifiesto
una indefinición respecto a la forma de imputar los costes de compras a cada materia prima:
1) si se realiza respecto a las unidades físicas compradas, o 2) si se efectúa con relación al valor de las
compras respectivas:
F' + v1' . ∑ A ' + v 2'. ∑ A '. pe '
1) = a ' ; p' = pe ' + a '
∑ A'
F' + v1'. ∑ A ' + v2 '. ∑ A '. pe '
2) = d '; p ' = pe'.(1 + d ' )
∑ A '. pe '
o bien, como mejor aproximación, repartir los costes v1’·∑A’ respecto a las unidades físicas; y los
v2’·A·pe’, respecto a los valores; quedando la indefinición planteada sólo por lo que respecta a la forma
de imputar los costes fijos.
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LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
Aquí prácticamente sólo encontraremos con carácter general los gastos de descuento
bancario como gastos de tipo administrativo que puedan referirse a una variable cuantifi-
cable de nivel de actividad. Esta variable es, lógicamente, la cifra de ventas a descontar;
o, más precisamente, el conjunto cifras de ventas a descontar y sus respectivos plazos de
descuento (o días que el banco anticipa el cobro de la venta a la empresa).
Sea Vd’ la proporción de la venta prevista que se prevé financiar mediante descuento
bancario, pd’ el plazo de descuento, en días, c’ la tasa de comisión de cobro que cargará
la entidad financiera e i’ la tasa de interés anual que aplicará, entonces la previsión de
gastos de descuento vendrá determinada por:
i
Dd ' = Vd '.( c ' + . pd ' ) ; ( c’ , i’ , en tanto por uno)
360
siempre y cuando se prevea que el límite de crédito establecido por la entidad financiera
a la empresa («clasificación» de descuento bancario), DB’, será suficiente para descontar
efectivamente a lo largo del año una cifra total igual a Vd’, anticipándose su cobro pd’
Vd '
pd ' = FDB' ≤ DB'
360
en donde FDB’ es la financiación vía descuento bancario de la que será necesario dispo-
ner. En el caso de que esta condición no se cumpla, convendrá prever que: 1) o bien no
se descontará toda la cifra de prevista sino una cifra inferior, Vd”, 2) o bien ésta será
descontada con un plazo inferior a pd’ días: pd” < pd’
Vd ''
1) DB ' = pd ' → (Vd ' ' < Vd ')
360
Vd '
2) DB ' = pd ' ' → ( pd ' ' < pd ')
360
De estas dos alternativas la primera tiene unos gastos de descuento inferior como es fácil
deducir, puesto que, si bien la parte de éstas correspondientes a intereses es idéntica en
los dos casos, la parte correspondiente a la comisión de cobro es inferior. En consecuen-
cia, esta sería, en principio, la opción en el momento de realizar la «previsión» (a no ser
que otras consideraciones sobre la política de relaciones externas de la empresa aconse-
jen lo contrario).
Para simplificar, hemos supuesto que solamente había un bloque de ventas a descon-
tar. Abandonando esta simplificación, en el caso general pueden darse ventas con distin-
tos plazos de cobro y, por consiguiente, ventas a descontar con distintos plazos de co-
bro. La expresión de la previsión de gastos de descuento será, entonces, una generaliza-
ción simple de lo anterior.
i
Dd ' = ∑ Vd 'x .( c' + pd 'x ) ; ( x = 1, 2......bloques de ventas con plazos distintos)
360
El único elemento nuevo a considerar al pasar al caso general es que si la clasificación de
descuento fuera insuficiente para todas las ventas que, en principio, se prevé descontar
(DB’ < FDB’), sería necesario prever que dicha clasificación se aplicará a descontar pri-
mero las ventas con un plazo de descuento mayor, posteriormente las que siguen , y así
x. Resulta fácil deducir que debe ser así si lo que pretendemos es
determinar una previsión de Dd’ mínima, utilizando toda la clasificación bancaria. Y,
lógicamente, el mínimo valor de Dd’ en este sentido se dará cuando la cifra total des-
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JOAQUIM VERGÉS PREVISIONES DE COSTES Y RESULTADOS
contada sea inferior; y esto significa ocupar la clasificación DB’ con los plazos pd’x ma-
yores posibles.
Nos referimos aquí a los costes de administración, a los demás de carácter general (di-
rección, investigación y servicios comunes a todos los departamentos) y a los gastos co-
merciales excluidos anteriormente de la previsión de los costes directos (publicidad,
prospección y promoción de ventas). Puede hablarse, si se prefiere, de costes generales o
de «costes de estructura», aunque esto último presupone ya un criterio de imputación
contable concreto.
En general, se trata de costes que no pueden relacionarse (o muy difícilmente) con
una tarea concreta medible. La presupuestación tiene, pues, un elemento de indefinición
en este sentido; no en cuanto a valorar adecuadamente los medios o recursos a emplear -
que puede ser más o menos laborioso, pero tan factible como para los costes directos-
sino en cuanto a fijar, decidir o aprobar cual debe ser el nivel razonable de estos recur-
sos, e indirectamente -y aquí está el nudo de la cuestión- para qué fines o tareas con-
cretas.
Para los costes directos, las actividades a realizar están perfectamente determinadas
en términos de unos artículos a producir en unas cantidades determinadas, unos niveles
de ocupación, una tecnología determinada, unos volúmenes de compras, unos objetivos
de venta, etc.
Por contra, para los costes discrecionales, como los de las funciones administrativas y
generales de la empresa, las actividades a realizar no están suficientemente o unívoca-
mente determinadas. Existe una indeterminación, tanto cuantitativa como cualitativa.
Para evitar razonar en abstracto, consideremos la siguiente enumeración de activida-
des, que pretende agrupar las más usuales o típicas de las funciones administrativas de
una empresa industrial o de servicios:
1. Facturar las ventas o servicios prestados.
2. Gestionar el cobro de éstos.
3. Llevar el registro-control de los cobros pendientes.
4. Verificar que las facturas de los proveedores se corresponden con las materias,
productos o servicios realmente recibidos, y con las condiciones de com-
pra/contratación pactadas.
5. Gestionar los pagos a proveedores.
6. Llevar el registro-control de las facturas pendientes de pago.
7. Determinar los pagos que deben realizarse al personal (nómina) y hacerlos efecti-
vos.
8. Elaborar las declaraciones periódicas a la Seguridad Social y Hacienda, y realizar
los pagos correspondientes.
9. Gestionar el pago (y, en algunos casos , también la contratación en sí) del resto de
servicios y factores (alquileres, electricidad, teléfono, servicios profesionales, etc.)
10.Contabilizar todas las operaciones anteriores.
11.Recopilar información interna periódica sobre producciones, consumos y niveles
67
LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
14.Verificar que la empresa cumple las normativas vigentes (laborales y fiscales prin-
cipalmente).
15.Gestionar la elaboración de las previsiones y llevar a cabo el control presupuestario
correspondiente.
16.Etc.
68
JOAQUIM VERGÉS PREVISIONES DE COSTES Y RESULTADOS
Cualquier persona del entorno empresarial admitirá que muchas de las activida-
des, a pesar de presentar la indefinición antes citada, son absolutamente necesa-
rias; que le resulta difícil a la empresa funcionar si no las resuelve de un modo u
otro; por ejemplo, las diez primeras. Sin embargo, respecto a otras actividades,
como la 11, la 12 o la 15, el consenso sobre su necesariedad puede resultar más
relativo. Desde nuestra perspectiva podemos considerar que son actividades bási-
cas para una buena gestión, pero también es evidente que una empresa puede
funcionar, en sentido estricto, sin estas actividades administrativas; al menos a
corto plazo.
Con todo lo anterior habrá podido observarse que el término «discrecionales» está ple-
namente justificado al hacer referencia de los costes de las áreas administrativas y gene-
rales de una empresa o de cualquier otra organización económica
Los “gastos discrecionales” son aquellos que, dentro de unos límites razonables, se realizan a
[...]. La decisión que la dirección debe tomar en relación con (la
aprobación de) un presupuesto de gastos discrecionales es diferente a la que debe adoptar en los
presupuestos de gastos de explotación. En este último caso, hay que decidir si el presupuesto re-
presenta una gestión razonable y eficiente para el año próximo; poco importa la magnitud de la
tarea, porque ésta se halla fijada por el presupuesto de ventas (producción o compras). Sin em-
bargo, en el primer caso (presupuesto de gastos discrecionales) la decisión principal atañe a la
magnitud del trabajo que se ha de realizar en cada área de gastos discrecionales [...] (Dearden,
op.cit., p.280).
Como consecuencia del carácter «discrecional», el hecho de que estos costes se ajusten o
no a su óptimo mínimo depende, precisamente, del proceso de elaboración de estos pre-
supuestos. A diferencia de los anteriores, el control (en el sentido «anglo» de conseguir
que una magnitud esté lo más cerca posible de su valor óptimo o mínimo n-
cialmente en el propio proceso de elaboración y aprobación del presupuesto. Y es por
esto que la finalidad de un presupuesto de gastos discrecionales no se trata tanto de
ajustarlo al máximo, en función de la magnitud de la tarea a realizar (ésta, por definición,
resulta difícil de expresar cuantitativamente) sino permitir a la dirección general un
control de estos costes a través, precisamente, del propio proceso de elaboración del
presupuesto, ello significará que, como parte fundamental del proceso de elaboración-
aprobación de estos presupuestos, debe incluirse explícitamente sobre qué actividades
generadoras de gastos discrecionales se aprueban la toma de decisiones y a qué nivel.
La forma en que este problema de toma de decisiones se plantea usualmente en la
práctica es que la dirección general debe pronunciarse sobre la aprobación de una pro-
puesta de presupuesto presentada o elaborada por la persona responsable del propio
departamento administrativo en cuestión, la resolución del problema por parte de la
dirección general topa con los dos elementos de indeterminación señalados. La solución
debería de orientarse, por consiguiente, a reducir al máximo estas indeterminaciones, y la
más irreductible, en este sentido es la indeterminación cualitativa.
En principio podríamos decir que el hecho de aprobar cierta actividad administrativa o
no y el nivel al que debe realizarse es una cuestión que podría resolverse mediante un
análisis coste-beneficio desde la perspectiva de la dirección general: ¿Qué reportará, en
términos de información, control y garantía de seguridad (beneficios)?. ¿Qué gasto re-
querirá (costes)? Pero si bien es evidente que dicho análisis es posible, también resulta
evidente que conlleva cierta complejidad, así como el hecho que el directivo que presenta
el presupuesto conoce mucho mejor que la dirección general lo que realmente aporta o
puede aportar cada actividad administrativa (realizada a un nivel determinado) a la tarea
de dirigir y controlar la empresa. Es decir, que se produce lo que se conoce como «asi-
69
LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
El primer punto está relacionado con el hecho de que las diferentes tareas de un depar-
tamento administrativo pueden hacerse con diferentes niveles de intensidad y de eficien-
cia como hemos visto anteriormente. La mayor parte de estas tareas se concretan en
proporcionar información, asesoramiento, y garantizar un control y una fluidez de opera-
ciones. Y, dado que esto es difícil medirlo, no es posible establecer estándares técnicos
ni, por consiguiente, comparar después la realidad con ellos. Esto significa que, en gene-
ral, una desviación favorable respecto al presupuesto no siempre se puede considerar
como representativa de una mayor o menor eficacia, sino, tal vez, como a resultado de
un presupuesto que respondía implícitamente unos niveles de eficiencia bajos.
Para ilustrar la segunda cuestión, y a modo de explicación por la vía de ejemplos:
— “[...]Al responsable de un departamento administrativo le interesa poder responder inmediata-
mente a cualquier pregunta que le haga la dirección sobre datos contables. Pero el coste de un
sistema que le faculte para ello puede, fácilmente, exceder de los beneficios que proporcione.
— Al personal de asesoría jurídica le interesa no tener nunca los más mínimos fallos en los con-
tratos que aprueba, pero puede resultar muy costoso revisar todos los contratos presupuestados
para estar completamente seguro de que no se produzca ningún problema imputable al depar-
tamento. La pérdida potencial puede ser mucho menor que el coste de asegurar la perfección.
— Al director de formación interna le beneficia tener el material más completo y actualizado sobre
los cursos de perfeccionamiento, pero, sin embargo, los beneficios que se obtienen pueden no
compensar a nivel de empresa el coste que suponen .
La gravedad de estos dos problemas está directamente relacionada con el tamaño y prosperidad
de la empresa. En empresas pequeñas y medianas, el gerente utiliza su departamento adminis-
trativo diariamente y puede determinar por observación personal lo que éste hace y si el gasto
merece la pena. En una gran empresa, la alta dirección, normalmente, no puede conocer y eva-
luar todas las actividades del departamento administrativo.” (Dearden, op.cit.pp.284-288).
70
JOAQUIM VERGÉS PREVISIONES DE COSTES Y RESULTADOS
Una primera conclusión que puede derivarse llegados a este punto, es que el nudo de la
cuestión reside en la forma y condiciones que se señalan para la elaboración del presu-
puesto del departamento afectado; o más concretamente, en cómo se pide al responsable
del mismo que presente la propuesta de presupuesto, ya que normalmente es el propio
responsable del departamento que elabora el presupuesto. Las técnicas presupuestarias
merecen aquí, pues, especial atención.
Gastos de Personal
- Tipo I
- Tipo II
- ...
Material de oficina
Comunicaciones
Impresos
Gastos de viaje
Suscripciones
.
.
.
Total mensual
Total anual
Un presupuesto de este tipo, que puede considerarse una aplicación a la empresa de los
principios del P.P.B.S. definido y desarrollado para los presupuestos públicos20, presu-
pone, ya en sí, un paso considerable respecto al simple y típico presupuesto por clases de
20
Sobre el P.P.B.S. véase MARTNER, G., Planificación y presupuesto por programas.
71
LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
gastos, generalmente acompañado de prolijos detalles para cada uno de ellos de escaso
significado para personas no directamente vinculadas al departamento, como es el caso
de la dirección general. Pero, no obstante, aun resta un inconveniente importante, y es el
del nivel (de perfección, de profundidad,de exhaustividad, de periodicidad, de eficacia,
etc.) a que se propone realizar cada actividad o función la persona responsable del de-
partamento: Normalmente las tareas no son cuantificables y, en muchos casos, ni siquiera
están definidas objetivamente como hemos visto al inicio. Así, por ejemplo, «garantizar
una agilidad de información en cuanto al movimiento y situación diaria de los clientes» es
una tarea administrativa tan necesaria como claramente indefinida (y, por tanto, de nivel
subjetivo y difícilmente explicable: «garantizar», ¿hasta qué punto?; «agilidad», ¿en qué
grado?; ...). Por el contrario, «control diario de las cuentas corrientes de los bancos»,
sería una actividad razonablemente bien definida. Y aun algunas actividades como
«efectuar la facturación», o «revisión y registro de las facturas de compra» pueden ser,
en cierto modo, calificables o al menos referibles a una determinada unidad de medida
(número de facturas de una complejidad determinada por ejemplo). Un cierto intento de
progresar por esta línea representa la técnica siguiente:
21
PYHRR, P. Presupuesto base cero
72
JOAQUIM VERGÉS PREVISIONES DE COSTES Y RESULTADOS
En resumen, y como puede verse, el presupuesto base cero se basa en dividir los depar-
tamentos de áreas que generan gastos discrecionales en actividades o funciones -
obsérvese que en este sentido puede ser considerado como una derivación del PPBS- y
en analizar estas funciones o actividades tratando de caracterizarlas cuantitativamente en
cuanto al nivel o grado en que se desarrollan o pueden desarrollarse. Es decir, ya que son
áreas de la empresa que, a diferencia de producción o ventas, no tienen un nivel de acti-
vidad definido -respecto al cual poder evaluar los gastos que son estrictamente necesa-
rios-, la solución comentada consiste en definir subáreas a las cuales sí sea posible
asignar algún tipo de nivel cuantitativo; aunque sea en forma de una escala no conti-
nua sino discreta. Siendo tal definición de subáreas no necesariamente en el sentido es-
tricto de subdepartamentos o secciones, sino en el de funciones o actividades (outputs)
que desarrollan tal área administrativa en el conjunto de la organización de la empresa; lo
que el método denomina «bloques de decisión»22.
A parte de esto, es de destacar que lo que podemos denominar la «idea» en sí del pre-
supuesto base cero, el partir de cero que aparece en las profusas y reiterativas exposicio-
nes de los proponentes-defensores del método, no es mucho más que la simple descrip-
ción de un elemental sentido común aplicado a estos temas. De hecho, puede decirse que
22
Sobre estos aspectos véase también el libro de PALOM, F.J., El pressupost base zero
73
LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
las argumentaciones-definiciones que llenan gran parte de los textos sobre el tema pue-
den resumirse en sentencias de tipo «si el gasto x debe aprobarse, ha de ser porque de su
estudio se haya llegado a la conclusión de que el trabajo que realizan las personas y de-
más costes involucrados, es útil o necesario para la organización». Juicio sobre el
«P.B.cero» que no debe entenderse como contradictorio con el reconocimiento de su
evidente utilidad.
En definitiva, podemos decir que el presupuesto base cero consiste, de hecho, en un
procedimiento práctico de ordenar, dentro del proceso presupuestario, las acciones a
llevar a cabo para un análisis de los costes y «beneficios» de tareas de tipo administra-
tivo, con el fin de poder evaluar su necesidad o conveniencia, y dar una solución a los
problemas de indeterminación cuantitativa y cualitativa que al principio hemos expuesto
como típicos en los costes discrecionales.
74
JOAQUIM VERGÉS PREVISIONES DE COSTES Y RESULTADOS
23
Sobre este punto véase el texto citado de Dearden (pp 292-293, «Lecturas»). El desarrollo propiamente
del tema (determinació del gasto óptimo en publicidad) sobrepasa el objetivo de la presente exposición.
Puede verse en este sentido PULIDO, J., Evolución y Revolución en el Márketing, y KOTLER, Mercado-
tecnia aplicada.
24
Para una exposicón más precisa, véase el texto citado de Dearden
75
LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
trata, por tanto, de dedicar la cifra global a invertir en un período largo (por
ejemplo, cinco años), siendo secundaria la distribución anual del gasto.
b) Elaborar un presupuesto anual como simple periodificación de los proyectos
aprobados en la planificación estratégica.
c) Que la forma del presupuesto anual permita ver la relación clases de gas-
to/proyectos (presupuesto en cuadro), así como el nivel de realización por-
centual previsto para cada proyecto: todo ello encaminado a permitir un cierto
control posterior a lo largo del año planificado.
con el objetivo de poder formular y calcular el resultado previsto, tal como se ha enun-
ciado en el apartado 1.3.3.:
R’ = ∑u’i (pv’ - x’)i - Y’
o, más precisamente, un resultado previsto para cada uno de los doce meses del año pla-
nificado. (No obstante, para simplificar, nos referiremos a partir de aquí a datos anuales y
al resultado previsto anual).
Se trata, por tanto, de la etapa final de la planificación estrictamente económica. Des-
pués, y a partir de ésta, vendrán las previsiones de carácter financiero; previsiones que
introducen como elementos nuevos las condiciones crediticias ligadas a los programas de
actividad y éstas, junto con el balance de situación de partida permitirán determinar el
reflejo financiero del plan anual, que se concretará en el cash-flow previsional y el balan-
ce previsional. Pero este tema será estudiado más adelante; en lo que sigue, se desarrolla
esta fase final de las previsiones económicas que se concreta en el resultado previsto.
76
JOAQUIM VERGÉS PREVISIONES DE COSTES Y RESULTADOS
Los sistemas de costes, como nos muestran los estudios y aportaciones de la contabi-
lidad analítica, consisten básicamente en una determinada cadena de opciones sobre qué
costes se imputan a los artículos (y cómo), y qué costes se deducen globalmente en la
cuenta de resultados, dando a cada cadena de opciones posible una formulación diferente
de la de la cuenta de resultados. Así, por ejemplo:
Si los costes de compras pasan a formar parte, a través de un recargo, del pre-
cio de las materias primas, los costes unitarios (xi) que figuren para los pro-
ductos, serán diferentes (más elevados) que en caso contrario, y en la cuenta
de resultados no aparece explícitamente (como parte de los costes «Y») la
partida de costes de compras.
Si los costes unitarios están definidos incluyendo el recargo de los costes co-
merciales, no aparecerá en la cuenta de resultados, en «Y», una partida por tal
concepto.
Generalmente no aparecerá en la cuenta de resultados una partida de costes de
fabricación, puesto que generalmente se imputan al coste de los productos; pe-
ro si se opta por un sistema de costos tipo direct costing, los costes fijos y/o
indirectos de fabricación, aparecerán formando parte de «Y».
Etc.
La cifra final de resultado previsto (R’) puede no variar mucho de un caso a otro (des-
pués veremos de que dependen las diferencias), pero sí el modo de llegar y, por tanto, la
información que facilita el estado de resultado previsional.
El conjunto de posibilidades en cuanto a sistemas de costes, se ha resumido esquemá-
ticamente en el cuadro siguiente:
De esta serie de opciones, es evidente que la más decisiva para definir el sistema, es la
primera: qué costes se van a imputar al coste unitario y cuales no. No se expondrá en
77
LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
e-
cionales son de tipo administrativo).
j A'
CC '( ∑ A '. pe ')
2) Si CC' = F' + v2'. ∑ A .pe* ; → a'j = pe'j.
*
j
j
∑ A '. pe'
3) Si CC' = F' + v1'. ∑ A + v2 '. ∑ A . pe ; →
*
78
JOAQUIM VERGÉS PREVISIONES DE COSTES Y RESULTADOS
F' , o
∑ A'
a j = v 1' + v 2 ' . p e ' j +
F'
pe' j .
∑ A'. pe'
y, en general: p ' j = pe' j + a ' j
mp 'i = Costes materiales de cada producto:
mp 'i = ∑ c' ji . p ' j
j
CA'
ca ' i = . pv 'i ; o
V'
una alternativa de imputación directa
si esto es posible
79
LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
p'j ≥ pej
k'h, cdi, cai ≥ 0
Esta última expresión debe entenderse como fórmula general, en dos sentidos: primero,
que cada variable (a excepción, por una cuestión puramente lógica, de la componente en
materias primas) puede tomar una aplicación concreta en valor cero, y, segundo, que,
suponiendo que el valor sea positivo, éste puede ser el correspondiente a las expresiones
anteriores (que en cada caso suponen imputación total) o bien un valor inferior, si el cri-
terio a aplicar es de imputación parcial. Estos valores inferiores (de cf’, cd’, o ca’) se
determinan, no obstante, a partir de las mismas expresiones enunciadas más arriba, con la
única diferencia de que las respectivas expresiones CF’, CD’ y CA’ deben sustituirse por
CF’(SI), CD’(SI) y CA’(SI). Observación que es igualmente válida respecto a los costes
de compras. (CF’(SI) = Costes de producción previstos, que SI se imputan al coste uni-
tario calculado por los artículos, etc.):
Y’ = Costes globales previstos, no incluidos en los costes unitarios
Y’ = CC’(ni) + CF’(ni) + CD’(ni) + CA’(ni)
expresión que ha de considerarse como fórmula general en la que cualquier término pue-
de tomar, en un caso concreto, el valor cero, por razones simétricas a las que se acaban
A título de ejemplo, veamos la expresión del resultado previsto según sistemas de costes
de los generalmente más utilizados en la práctica:
1) Direct costing estricto:
80
JOAQUIM VERGÉS PREVISIONES DE COSTES Y RESULTADOS
x' i = ∑
j
c' ji . pe' j
81
LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
i i i
Y, por tanto, puede verse que si se cambia el sistema de costes pasando de un tipo 2) a
un tipo 3) de los enunciados anteriormente, la diferencia estará en que en un caso los
h) estarán formando parte de los costes imputados de las ventas (a través
de los costes unitarios), y, en el otro caso, formando parte de los costes no imputados
(dentro de la Y’); aunque el resultadoserá el mismo numericamente, dado que la cantidad
total de gastos fijos que se resta es idéntica en ambos casos. Caso que no se da, eviden-
temente, si q’i ≠ u’i; es decir, si hay una variación de existencias, situación que es, por
otra parte, la más normal. (El mismo razonamiento es aplicable a los costes fijos de com-
pras).
La diferencia de resultado aparecerá, pues, cuando, al comparar dos sistemas de cos-
tos (o pasar de uno al otro), lo que hay de menos (o de más) en los costes imputados
(∑u’i · x’i) no coinciden con lo que hay de más (o de menos) en los costes no imputados
(Y’). Y esto ocurre cuando: 1) hay una variación de existencias (q’i ≠ u’i; y/o C’j ≠ A’j);
y 2) cuando la valoración de esta variación de existencias cambia en uno y otro sistema
de costes.
Siguiendo unos pasos similares a los anteriores, pero para el caso normal en que (q’i ≠
u’i; y/o C’j ≠ A’j) es fácil demostrar que la diferencia que aparecerá en el resultado pre-
visto, según se aplique un criterio de imputación (2) u otro (3), será exactamente:
R ' ( 2 ) − R ' ( 3 ) = ∑ x ( 2 )' − x ( 3 )' i . ( q ' − u ' ) i + ∑ p ( 2 )' − p ( 3 )' j .( A ' −C ' ) j
i j
denotando (2) y (3), que el valor que le precede se obtiene aplicando unos y otros siste-
mas de costos, respectivamente (y siendo x = costes unitarios estrictamente industriales).
Expresión a la que habrá que añadir un tercer término correspondiente a la variación de
productos semielaborados, si hubiese variación en este tercer tipo de existencias.
En todo lo expuesto y lo que sigue sobre previsiones de resultado, se parte del su-
puesto simplificador, también de uso general, de que no hay variación de existencias de
productos semielaborados; es decir, que q’i = producción acabada = producción empe-
zada; de ahí que pueda calcularse directamente los consumos previstos como
C 'j = ∑ q i . C ji
Finalmente, una cuestión a parte —esta sí, de carácter puramente formal— es la for-
mulación del resultado previsto en términos de una cuenta de resultados previsional.
También a título de ejemplo se expone un modelo en la página siguiente. Concretamente
correspondiente al caso del tipo 2) enunciado antes (imputación total de costes de com-
pras y de producción)25.
25
Sobre estos aspectos, véase, además Dearden, op cit. pp. 355-359
82
JOAQUIM VERGÉS PREVISIONES DE COSTES Y RESULTADOS
↓
= Y'
donde
i = 1, 2, ...., n, es ahora la línea de ventas
i = tasa de margen bruto (en tanto por uno) prevista para la línea de ventas
83
LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
Totales
1 2 3
Ventas previstas
- unidades u'1 u'2 u'3
- precios pv'1 pv'2 pv`3
- valores (∑ u'i . pv'i) V'1 V'2 V'3 ---> V'
en (%) (B'1) (B'2) (B'3) V'=100
Costes industriales de las ventas
(previstos)
- unitario x'1 x'2 x'3
- valor ( ∑ u'i . x'i) ---> (-) CIV'
Margen bruto industrial MB'1 MB'2 MB'3 ---> (=) MB'
en (%) (mb'1) (mb'2) (mb'3) v1=100 (mb')
(-) costes no imputados (Y')
. Comerciales variables
- s/valor: cv1'i . V'i cv1'1.V'1 cv1'2.V'2 cv1'3.V'3 ---> (-) CV1'
- s/volumen cv2'1.u'1 cv2'2.u'2 cv2'3.u'3 ---> (-) CV2'
. Comerciales fijos específicos de art. F'1 F'2 F'3
(-)F'(esp)
Margen semibruto en ptas. MSB'1 MSB'2 MSB'3 ---> (=)MSB'
en (%) (%) (%) (%) Vi=100 (%)
. Otros costes comerciales variables (comunes) (-) CA' (var)
. Costes comerciales fijos comunes (básicamente discrecionales) (-) F'(com)
. Costes de administración y generales de la empresa, fijos (-) CA' fijos
. Costes de administración variables (-) CA' var
E, igualmente, para las tasas de margen bruto de cada línea, una estimación di-
recta, sin pasar por cálculo de costes unitarios y precios para cada artículo de la
84
JOAQUIM VERGÉS PREVISIONES DE COSTES Y RESULTADOS
línea, puede consistir en corregir la tasa real de margen observada para el último
período, corregida, si es el caso, según las modificaciones que puedan estimarse
en los tres factores de los que principalmente depende:
a) La posible variación relativa de los precios de venta de los productos respecto
a los precios de coste de los factores, cuyos costes se incluyen en el cálculo del
margen bruto.
b) La posible variación en el índice de productividad de dichos factores.
c) La posible variación del mix de artículos dentro de la línea, en el supuesto de
que tengan unos márgenes brutos individuales significativamente diferentes.
Finalmente, y volviendo a la formulación anterior del resultado artículo por artículo, re-
sulta necesario destacar una variante de relativa importancia práctica: Cuando la empresa
utiliza, además del concreto de nivel de ocupación previsto (T’), el del nivel de ocupa-
ción óptimo (TOPT) para las secciones de producción, y se pretende que quede incluido
en la determinación del resultado previsto, de forma que quede explícito en qué medida
se está previendo unos costes de inactividad (o viceversa).
En efecto, el nivel de actividad óptimo para una sección (TOPT) puede ser, por ejem-
plo, de 2.000 horas al mes, dadas las instalaciones y los contratos de personal, pero la
ocupación prevista (T’), que depende de cual sea el programa de producción -y, en últi-
ma instancia, de las previsiones de venta- puede ser de 1.500 horas. Si en el proceso de
planificación se toma esta ocupación como referencia (y suponiendo un presupuesto fle-
xible CF’ = 4.500.000 + 1.200 · T), el coste por hora de la sección sería:
CF ' (T ' ) 4.500.000
k' = = + 1200
. = 4.200 ptas / hora
T' 1500
.
pero en este caso, este coste por hora puede considerarse, en cierto modo, como infiltra-
do, lo que repercutirá en el mismo sentido en el coste unitario a calcular para los artícu-
los, ya que si el nivel de ocupación fuese el óptimo, el coste por hora sería de:
CF ' (T OPT ) 4.500.000 + 1200
.
k' = OPT
= = 3.450 ptas / hora
T 2.000
Y es evidente que en una situación como ésta, puede considerarse más real efectuar los
cálculos del plan económico sobre la base de este coste horario de 3.450 ptas. en lugar
del de 4.200; con lo que ello representa de unos menores costes unitarios (x’i). La con-
trapartida consiste en considerar que la determinación del resultado previsto tiene un
elemento más. En este caso, un coste de inactividad previsto correspondiente a 500 ho-
ras:
f'.(TOPT - T') = 4.500.000 x (2.000 - 1.500) = 1.125.000
2.000
Siendo entonces la expresión del resultado previsto:
R' = ∑ u'i .(pv' - x')i - Y' - f'.(TOPT - T')
lo que representa dos diferencias de signo contrario respecto a no haber tenido en cuenta
la variable TOPT: unos costes unitarios xi más bajos, y una magnitud adicional que debe
restarse del margen bruto: el coste de la inactividad previsto, f’ · (TOPT - T’).
85
LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA EN LA EMPRESA
Sólo en el caso concreto en que producción y venta coincidan (qi = ui, para todo i),
ambas diferencias serán exactamente de la misma magnitud y, por tanto, se compensarán;
es decir, que el resultado previsto estará expresado de forma diferente pero será cuanti-
tativamente idéntico en una versión y otra.
Si bien lo normal es esperar que TOPT > T’, es evidentemente posible lo contrario si el
programa de ventas-producción del que se deduce (T’) es relativamente exagerado para
el ritmo de producción óptimo-normal al que está referido TOPT. En este caso es de apli-
cación todo lo anterior (con el oportuno cambio de signo), con la diferencia de que habrá
que tratar de beneficio de sobreocupación prevista, en lugar de costes de inactividad pre-
vistos.
86