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Se emite una circular para mejorar los criterios de calificación de similitudes entre nombres sociales,
dejando sin efecto disposiciones anteriores. Se diferencia entre denominación social y razón social,
especificando que en ciertos tipos de sociedades debe usarse razón social. Se aclara que las Sociedades
Anónimas pueden usar nombres que contengan nombres o apellidos de personas físicas. Se establece
que los nombres deben estar en español o en lenguas aborígenes costarricenses, con algunas
excepciones. Se prohíbe el uso de palabras en otros idiomas o que distorsionen el español,
permitiéndose el uso de nombres de fantasía que no alteren el español.
Se establecen normas para la denominación de entidades financieras y otras instituciones, como el uso
exclusivo de ciertos términos en nombres de bancos y entidades financieras reguladas. Se permiten
excepciones para ciertos tipos de empresas, como las universidades privadas y las aseguradoras. Se
prohíben nombres que contengan siglas de organismos internacionales reconocidos. Se aclara la
diferencia entre abreviaturas y siglas en los nombres sociales. Se establecen criterios para determinar la
similitud entre nombres sociales, considerando aspectos ortográficos y la diferencia mínima de letras
entre dos nombres.
Se establecen criterios para determinar la similitud fonética y ideológica entre dos nombres sociales,
considerando su pronunciación y significado similar respectivamente. Se menciona que ciertos términos
generales como "Comercial" o "Empresa" no califican o distinguen entre nombres, mientras que palabras
que denotan actividades específicas sí lo hacen. Se prohíbe el consentimiento para el uso de un nombre
propuesto si se presta a confusión con otro ya inscrito. Se enfatiza en la aplicación de estos criterios para
evitar la confusión entre nombres sociales, considerando la globalidad de la denominación.