Las redes sociales y la presión social pueden influir en la percepción distorsionada de lo

que es una relación sana al fomentar ciertos comportamientos dañinos o tóxicos como algo
aceptable o incluso deseable. Algunas formas en que esto puede ocurrir incluyen:

 Idealización de relaciones tóxicas: En las redes sociales, a menudo se muestran

relaciones que parecen perfectas, románticas y apasionadas, sin abordar los
problemas reales que pueden existir detrás de las cámaras. Esto puede llevar a una
comparación negativa y a la creencia errónea de que ciertos comportamientos
dañinos son normales en una relación.
 Presión por mostrar una imagen idealizada: Las parejas pueden sentir la necesidad
de mostrar una imagen perfecta en las redes sociales, lo que puede llevar a ocultar o
minimizar situaciones de violencia o abuso para mantener una apariencia positiva
ante los demás.
 Desinformación y consejos poco saludables: En las redes sociales, es común
encontrar consejos o mensajes que promueven comportamientos posesivos,
controladores o agresivos como signos de amor o pasión, lo cual puede distorsionar
la percepción de lo que es una relación sana.
Pueden también distorsionar la percepción de una relación sana es a través de la difusión de
mensajes y contenidos que idealizan el amor romántico de una forma poco realista. En
muchas plataformas, se promueven ideas de amor apasionado, sacrificio extremo y
dependencia emocional como indicadores de una relación exitosa, lo cual puede llevar a
que las personas crean que la intensidad emocional justifica comportamientos
controladores, celos excesivos o incluso violencia en la parejas
Esta idealización del amor romántico puede contribuir a la normalización de
comportamientos dañinos en las relaciones al no enfocarse en aspectos fundamentales
como el respeto, la autonomía y la igualdad.
Los roles de género y los estereotipos pueden contribuir a la justificación de
comportamientos violentos en las relaciones de pareja de varias maneras. Por ejemplo,
cuando se espera que los hombres sean dominantes, agresivos y controladores, algunos
pueden sentir que tienen derecho a comportarse de manera violenta para mantener el
control sobre sus parejas.
Del mismo modo, si se espera que las mujeres sean sumisas y complacientes, pueden ser
más propensas a aceptar la violencia como parte de la relación. Los estereotipos de género
también pueden influir en la percepción de la violencia en las relaciones. Por ejemplo, la
idea de que los hombres son naturalmente más agresivos y las mujeres más pasivas puede
llevar a minimizar o justificar la violencia perpetrada por hombres hacia mujeres.
Esto puede dificultar que las víctimas busquen ayuda y que la sociedad en general
reconozca la gravedad de la violencia en las relaciones de pareja. Es importante desafiar
estos roles de género y estereotipos para prevenir la justificación de comportamientos
violentos en las relaciones de pareja y promover relaciones saludables basadas en el respeto
mutuo y la igualdad.

 Normas de masculinidad: La idea de que los hombres deben ser fuertes, agresivos
y no mostrar emociones puede llevar a que algunos hombres justifiquen la violencia
como una forma de demostrar su masculinidad o resolver conflictos en la relación.
 Responsabilización de la víctima: Los estereotipos de género también pueden llevar
a culpar a la víctima en lugar de al agresor. Por ejemplo, se puede culpar a una
mujer por provocar la violencia si no cumple con las expectativas de género
tradicionales.
 Posesión o control. En algunas culturas o contextos, se puede percibir que los
hombres "poseen" a sus parejas o que estas les pertenecen. Esta mentalidad de
posesión puede llevar a que algunos hombres justifiquen comportamientos
violentos, como el celo excesivo, la vigilancia constante o la violencia física, como
una forma de mantener a su pareja bajo control y proteger lo que consideran su
propiedad.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo los roles de género y los estereotipos pueden
influir en la justificación de comportamientos violentos en las relaciones de pareja. Es
fundamental desafiar estos conceptos y promover relaciones basadas en el respeto
mutuo y la igualdad para prevenir la violencia de pareja.