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Vivir la sexualidad con autonomía

Reconociendo estereotipos de género


Sexualidad ESTEREOTIPOS DE GÉNERO
Según la Organización Mundial de la Salud Según Pilar Colás y Patricia Villaciervos, son
(OMS), es el conjunto de condiciones generalizaciones o exageraciones preconcebidas sobre
anatómicas, fisiológicas y psicológico- afectivas atributos o características de la gente en diferentes grupos
implicada s en cada sexo. Expresa el conjunto sociales que, en el caso de género, son asignados a hombres y
de fenómenos emocionales y de conducta mujeres en función de su sexo. Estos estereotipos suelen ser
relacionados con e l sexo, que marcan de la base sobre la cual los sujetos articulan su existencia a
manera decisiva al ser humano en todas las partir de códigos y categorías asignadas por la cultura
fases de su desarrollo.

Las relaciones de pareja traen consigo situaciones de posible riesgo en el ámbito de nuestra sexualidad. La atracción
física dentro de una relación de confianza conlleva expresiones espontáneas de nuestra sexualidad sin que ello
implique necesariamente relaciones sexuales coitales. Sin embargo, toda expresión de nuestra sexualidad puede
interpretarse de un modo u otro: la forma de acariciar, abrazar o besar, pero también la forma de caminar, expresarse
o interactuar.
En tal sentido, en la sociedad existen muchas ideas exageradas o generalizaciones sobre cómo debería funcionar una
relación de pareja y sobre cómo deberíamos vernos a nosotras/os mismas/os siendo enamoradas o enamorados de
alguien. Estas ideas muchas veces impiden que podamos tomar decisiones
con libertad y responsabilidad, es decir, con autonomía. En vez de considerar lo que queremos para nosotras o
nosotros, asumimos ideas que, en el fondo, no son más que estereotipos de género.
Por ello, es importante reconocer dichos estereotipos para tener siempre el control sobre nuestras decisiones, y saber
que por encima de la intimidad y la pasión están el compromiso y el respeto por la pareja y por una misma o por uno
mismo.
Las personas venimos de diferentes familias y entornos. Tenemos distintos valores, costumbres, educación y
creencias. Estos pueden ser comunes, pero cada uno tiene una experiencia y un aprendizaje distintos que, en algunos
momentos, hacen sentir que la otra persona no cumple nuestras expectativas o no sigue nuestros patrones, lo que
aprendimos: tal vez, a ser posesivos, a creer que la enamorada o el enamorado son nuestra “propiedad privada”.

Vuelvan a leer con atención la historia del tema anterior y respondan las siguientes preguntas:
1. ¿Podrían distinguir expresiones naturales de la sexualidad y/o de estereotipos de género en la historia de Claudia y
Fernando?
2. Según sus propias experiencias, ¿qué estereotipos de género consideran que pueden ser los más comunes en una relación
de pareja? ¿Por qué?
3. ¿A qué creen que se deba ello?
4. ¿Qué consecuencias podrían traer consigo?

Relaciones amorosas: con cuidado y responsabilidad


El machismo: Ideas y prácticas que expresan desprecio y desigualdad
El machismo es una ideología o un conjunto articulado de creencias, actitudes y
prácticas que expresan menosprecio hacia la mujer, o que denotan su
inferioridad respecto al hombre. A veces, un hombre expresa abiertamente estas
ideas en contra de una mujer; no obstante, también las mujeres expresan
actitudes o comportamientos machistas.
Lamentablemente, a lo largo de los años, nuestra sociedad ha venido reforzando
esta ideología y naturalizando estereotipos que afectan tanto a la mujer como al
hombre.
El machismo justifica que se le atribuyan ciertos privilegios o beneficios al
hombre por el solo hecho de serlo. Ideas como esta se consolidan en una
sociedad machista. En ese sentido, es debido al machismo que en una sociedad
podemos encontrar diversos estereotipos de género. Por ejemplo, la idea de que
un hombre es, por naturaleza, dominante y protector; mientras que la mujer es esencialmente sumisa y débil en las
relaciones de pareja.
Otro estereotipo de género implica creer que una chica que tiene enamorado no debería andar sola con uno o dos o
más amigos hombres. Eso sería mal visto, pues ella estaría siendo necesariamente coqueta o mostrando desinterés
en la relación que tiene con su enamorado. Desde el punto de vista del machismo, las mujeres solo pueden ser
“sumisas” u “objetos de deseo”, y no personas libres, seguras de sí, en las que se puede confiar en una relación de
respeto e igualdad.
En una misma situación, una chica puede caer en un estereotipo de género cuando expresa celos porque su
enamorado está hablando con otras chicas. El estereotipo en cuestión podría ser el siguiente: “como es hombre,
seguro le encanta verse rodeado de varias chicas; mientras más, mejor”. Esa idea expresa una generalización que
podría ser injusta con un chico que puede tener amistades honestas con mujeres y propiciar celos infundados.
Lamentablemente, en nuestra cultura podemos encontrar ideas, prácticas e incluso mensajes en medios de
comunicación que facilitan este tipo de creencias, y nos hacen pensar que debemos satisfacer lo que el estereotipo
manda. Por ello, te animamos a que tomes distancia y a que los evalúes en distintas circunstancias.

ACTIVIDAD
1. ¿Qué expresiones machistas o estereotipos de género se promueven más en los medios de comunicación? ¿A qué
creen que se deba?
2. ¿Cómo afectan el machismo y los estereotipos de género nuestras interacciones y la vivencia de nuestra
sexualidad?
3. ¿Qué harías para evitar caer en un estereotipo de género?
4. ¿Serías capaz de dialogar al respecto?
5. ¿Podrías abrir tus sentimientos con honestidad? ¿Por qué?
6. ¿Qué te limita para hacerlo? ¿Qué favorece que lo hagas?

Los mitos del amor romántico


El amor romántico es la idealización de un amor íntimo y pasional
que, en una sociedad machista, puede esconder estereotipos de
género y, por lo tanto, justificar situaciones de violencia en mayor
o menor medida. Este amor, desprovisto de respeto y
compromiso, da lugar a una serie de mitos que lamentablemente
expresan “sentidos comunes”, comportamientos que asumimos
como “normales sin serlo”. Un mito es una creencia que se acepta
como verdadera y que ejerce una fuerte influencia sobre la idea
que las personas tienen del amor. Al final, estas creencias dan la
impresión de estar basadas en la objetividad, pero reducen
groseramente el significado del amor y, peor aún, justifican
posibles escenarios de violencia.
Vivimos en un mundo en el que nos bombardean constantemente
con ideas y mensajes en forma de canciones, películas, libros,
anuncios, series, etc., en los que se nos dice qué es y qué no es “la
relación perfecta”, “el amor verdadero”. Estos mensajes,
convertidos en mitos, impiden reconocer una idea importante
que no deberíamos perder de vista: no puede haber amor sin
consentimiento y sin respeto. Es más: no puede haber amor si no se aceptan plenamente las diferencias de uno como
individuo y que nadie tiene el derecho a cambiar la forma de ser de las personas por temor o inseguridad.
Los estereotipos del amor romántico son causantes de que se desarrollen creencias e imágenes idealizadas en torno
al amor que, en numerosas ocasiones, dificultan la posibilidad de establecer relaciones sanas y provocan la
aceptación, normalización, justificación o tolerancia de comportamientos ofensivos y abusivos. “El amor implica
sacrificios”, “el amor duele”, “en el amor y en la guerra, todo vale” son frases que hacen de la violencia algo tolerable.

¿SABÍAS QUE...?
“El amor no duele” fue el nombre de una campaña que promovió el Gobierno argentino en el 2017 debido a la alta
cantidad de casos de violencia y feminicidio contra las mujeres. “Si te dice cómo vestirte, si te
aleja de tus amigos, si te exige la clave del celular, si te insulta; no es amor, es violencia”.

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