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3 .

PRINCIPALES CAMBIOS DEL SISTEMA


VOCÁLICO
El latín de Hispania

El latín nunca fue una lengua uniforme


Apenas contamos con pruebas de la
diversificación diatópica del latín, ya que los que
escribían empleaban una variedad que por su
naturaleza carecía de rasgos puramente locales;
era culta, literaria, denominada tradicionalmente
“latín clásico”
Son más fáciles de advertir las diferencias
diacrónicas, producto de la evolución que
experimentó el propio latín
Sin embargo, es la variación social la que
tradicionalmente ha recibido mayor
atención por parte de los lingüistas,
aunque no se describe como tal.
Sabemos que los romances no proceden
del latín clásico (esto es, literario), sino de
un tipo de latín no literario, designado
generalmente como “latín vulgar”
El latín vulgar

Son muy abundantes las definiciones que se han


dado de “latín vulgar” y muchas se han apoyado en
modelos históricos que hoy nos parecen erróneos.

Hemos de pensar que el latín, como cualquier otra


lengua, presenta una gama de registros lingüísticos
que van desde el literario, cuidadosamente
codificado, en un extremo, hasta el argot, en
constante ebullición, en el otro; además, habría una
gradación de registros intermedios
En este modelo, el latín clásico ocupa sólo un polo del
espectro, y se encuentra representado esencialmente
por registros escritos (no hablados). El latín vulgar
comprende prácticamente el resto del espectro

Queda excluido, claro está, el otro polo, en el que


deberíamos colocar las jergas de los grupos
marginales, inestables y efímeras que difícilmente
influirían en la manera de hablar de la mayoría de la
población.
Appendix Probi (s. IV): Esta obra
consiste en un listado de 227 palabras,
en las que el autor pretende corregir muchas
voces que él considera vulgares. Incluye la
voz correcta y, a su lado, el término que
pretende corregir, siguiendo siempre el
mismo esquema:

Speculum non speclum > espejo


Auris non oricla > oreja
Ansa non asa > asa
Frigida non fricda > fría
Vinea non vinia > viña
Stabulum non stablum > establo
APPENDIX PROBI
Analicemos algunos cambios

Síncope de vocal breve


postónica
Apócope de –m
final
Tendencia a
deshacer los
hiatos
(diptongación de
hiatos)
Cambios en el latín vulgar
1. EL ACENTO

De la posición del acento dependerá mucho


la posterior evolución de las palabras en
español, sobre todo de las vocales, ya que
las tónicas (son las que llevan el acento de
intensidad) se diferenciarán en su
comportamiento de las átonas (las que no lo
llevan), tanto sin son iniciales, medias o
finales, como si son protónicas (antes del
acento) o postónicas (después del acento).
En latín el acento era tonal o musical, es
decir, que la sílaba tónica se pronunciaba
más alta que las demás

En español, en cambio, es de intensidad,


o sea, que la sílaba acentuada se articula
con mayor fuerza o energía
En latín el acento no diferenciaba palabras
porque su posición dependía de las dos
ultimas sílabas

Por lo tanto, el acento latino clásico no


tenía valor fonológico, ni capacidad
distintiva, pues dependía de la cantidad
silábica, que sí era un rasgo pertinente.
 Cambiará la naturaleza del acento, que deja
de ser tonal para convertirse en acento de
intensidad.

 Este acento de intensidad marca una mayor


diferencia entre vocales tónicas y átonas: las
primeras se realizan con mayor fuerza y las
segundas mucho más débiles
2. EL SISTEMA VOCÁLICO DEL LATÍN
CLÁSICO

Diptongos, AE, AU y OE
El latín clásico poseía, además tres diptongos
de cantidad larga

Secuencia AE

/AE/ ( < latín arcaico AI). Esta secuencia, AE,


evolucionó como Ĕ breve tónica; posteriormente
diptongó en [je], por ejemplo:

CAELU > cielo


CAECU > ciego
Secuencia OE
/OE/( < latín arcaico OI); evolucionó como Ē,
[e], y en consecuencia hoy se conserva como
/e/.
COENA > cena
POENA > pena
FOEDUS > feo

Secuencia AU
/AU/ ( < latín arcaico AU); evolucionó como
[ō y cerrada] (época más tardía)
CAUSA > cosa
AURICULA > oreja
2.1. LA CANTIDAD VOCÁLICA

El latín heredó del indoeuropeo la cantidad


vocálica como rasgo distintivo, es decir, como
propiedad fonológica. Toda vocal podía ser
breve o larga y en función de esa oposición
cuantitativa podían distinguirse significados
distintos entre palabras semejantes, salvo por
ese rasgo.
Es probable que la cantidad por si sola no
fuese sentida por el hablante como
suficientemente distintiva, por lo que el latín
comenzó a combinar la cantidad con otra
propiedad fonológica que contribuyó a
reforzar las oposiciones: el timbre o grado
de abertura
Las vocales largas eran cerradas y las breves
eran abiertas

Esto es una transfonologización motivada por


la desfonologización de la cantidad
El latín terminó abandonando esta
redundancia en detrimento de la oposición
cuantitativa y, por tanto, en beneficio de la
cualitativa (abierta o cerrada).

Las vocales largas acabaron


pronunciándose cerradas y las
breves abiertas
3. SISTEMA VOCÁLICO DEL LATÍN VULGAR Y
PROTORROMANCE
En latín tardío, los principales efectos
desencadenados por la desfonologización de la
cantidad vocálica y el nuevo acento de
intensidad son:

a) Tendencia a eliminar los hiatos

FI-LÍ-O- LU > FI-LIÓ-LU > hijuelo


PU-TÉ-O-LUS > PU-TEÓ-LUS > pozuelo
MU-LÍ-E-RE >MU-LIÉ-RE> mujer
b) Síncopa
- en contacto con R: ALTERU > alt’ro > autro >
otro

- en contacto con L: CALIDU > caldo

- en el sufijo –ULLUS/A: AURICULA > oric’la


>oreja

- en época románica se generalizó a los casos en


los que la vocal precedía al acento principal:

COMPUTARE> comptar > contar


c) Formación de la Yod

Los diptongos están constituidos por una vocal


y un elemento semiconsonántico (si la precede)
o semivocálico (si la sucede), por lo que la
transformación de los antiguos hiatos en
diptongos provocó la aparición de estos
elementos, de los que destaca la yod, término
que engloba tanto la semiconsonante [j]
(primer miembro de un diptongo) como la
semivocal [ i̯] (segundo miembro)
4. Sistema vocálico del protorromance
Una protolengua es la reconstrucción teórica
ideada para unir por medio de reglas las distintas
lenguas emparentadas.

Por lo tanto, el protorromance, también


llamado románico común, es el estadio teórico
previo a la conformación definitiva de los distintos
dialectos románicos
DEL VOCALISMO TÓNICO LATINO AL
CASTELLANO

Con el paso del tiempo, la tendencia


diacrónica fue hacia la reducción del
número de vocales. Este proceso de
reducción, llamado FUSIÓN VOCÁLICA,
consistió en:
1) Agrupar las vocales que estaban próximas en
el espacio fonológico en las zonas media y
posterior del paladar:

ĭ y ē> /e/
ō y ŭ > /o/

2) Mantener como tales las vocales más cerradas

ī, ū > /i, u/
3) Diptongar las vocales breves anterior y
posterior medias, que, por contraste con las
cerradas, tendieron a abrirse, dando como
resultado los diptongos [je] y [we]:

Ě tónica > [je]


Ŏ tónica > [we]
La reducción vocálica dio como resultado cinco
vocales en posición tónica y dos diptongos:

[i, e, a, o, u, je, we]

En posición final, el sistema vocálico se redujo a


tres: [e, a, o]
La tonicidad en las vocales ha sido siempre un
factor importante para su conservación o pérdida.
De esta manera, la reducción vocálica también
estuvo condicionada por la calidad tónica o átona
de la vocal, así como por la posición que la vocal
ocupara dentro de la palabra:
a) Las vocales tónicas son más estables y en términos
generales se mantienen.

b) Las átonas cambian.

c) Dentro de las átonas, las iniciales se mantienen


más que las finales.

d) Se mantienen menos las protónicas y postónicas, a


las que se puede denominar, de manera general,
INTERTÓNICAS.
ÁLICO
EVOLUCIÓN DE LAS
VOCALES

EN POSICIÓN
TÓNICA
FĪCU > higo

VĪTE > vide > vid

VĪPĔRA > víbora


DĒBĬTA > deuda
FĒMĬNA > hembra
RĒTE > red

PĬLU > pelo


CĂPĬLLU >cabello COENA > cena
SĬNU > seno FOEDU > feo
CĬPPU > cepo POENA > PENA
SĬCCU > seco
CAELU > cielo
CAECU > ciego
GRAECU > griego

BĔNE > bien CAESPĬTE > césped


FĔRRU> hierro FAENU > heno
HĔRBA > hierba SAETA > seda
NĔBULA > niebla SAEPTU > seto
ĔQUA > yegua
FLĂMMA > llama
MĂNU > mano
GRĀTĬA > gracia PĂTRE> padre
PRĀTU > prado
STRĀTU > estrado
BŎNU > bueno
CŎRDA > cuerda
ŎPUS > uebos
ŎVU > huevo
PŎRCU > puerco
CŬBĬTU > codo
CŬRTU > corto
LŬTU > lodo
PŬLVU > polvo
CŎLŌRE > color
CŎRŌNA > corona
PAUCU > poco
DŎLŌRE > dolor
CAUSA > cosa
FLŌRE > flor
AURICULA > oreja
TŌTU > todo
ĂCŪTU > agudo
CŪPA > cuba
FŪMU > humo
LŪNA > luna
MŪRU > muro
MŪTU > mudo
DIPTONGOS ROMNCES /IE/ Y /UE/
El punto de partida para el estudio de la diptongación española ha de ser la
situación descrita en Orígenes del español

LEÓN:
/UO/ De 1071 a 1132; después raro. Reaparece en el XIII, mezclado con UE.
/UA/ Forma del XI y algo en el XIII
/UE/ Aparece a mediados del X; domina a partir de finales del XI.
/OA/ y /OE/

uorto, arruoyo, tuorto, buonas


uarto, luago, puasto, muarte
Bonnuelos, Hormazuela, duen
oabras, voaltas
boenos
CASTILLA:

/UO/ Es muy escaso; al ser absorbido por /ue/, lo cambiaron voces que
no procedían de O breve: CUOMO > cuemo.
/UA/ Solo un ejemplo: EX CONTRA > escuantra, y es excepcional.
/UE/ Forma de uso general a partir de principios del IX.

Cristuebalo, nuera, dueña, fuero, repuesto


Gontruoda, Mascuorres
RIOJA:
/UA/ y /UE/ que predomina desde las Glosas Emilianenses.
uamne, huamne, uemne, lueco, amuestra, buena

ARAGÓN:
/UO/ Abunda entre 1076 y 1161; desaparece en 1279.
/UA/ Abunda principalmente en el siglo XIII; más frecuente que UO.
Desaparece posteriormente y queda con carácter muy rústico
hasta el XVI.
/UE/ Aparece en 1039 y se generaliza a la caída de UA.

fuoros, Sanguosa
Fuanti Kalenti, Duannos Garsia, duanna,
malguelo, Anguessi, spuenna,
afroenta, poesto, soelto
No se trata de variantes cronológicas, sino compatibles en el tiempo

Muchas teorías explican esta evolución:

• Ascoli
• Menéndez Pidal
• Alarcos
DIPTONGOS ROMANCES /ie/ y /ue/

Son muchos los verbos que diptongan en unas personas


de la conjugación y no en otras por recaer el acento en la
sílaba radical o no : vuelo, vuelves, volvimos, volví

También son bastantes las familias de palabras


compuestas por formas con y sin diptongo, según la
posición del acento:
Sueño / soñar Tierra / terreno

Pueblo / poblar Huérfano / orfandad

Tienda / tendero

Pero:

Hueso/ huesudo
Miedo / miedos
Diptongo /ue/ < O
La vacilación o/ue que
se aprecia en los
bono/ bueno documentos tempranos
era meramente gráfica
como / cuemo en muchos casos, pues
conde /cuende no hay que olvidar la
inexistencia en la
son / sueño escritura medieval de
una norma ortográfica
don /dueño única y estable
Orígenes anómalos de /ué/

En algunas palabras, el diptongo /ué/ puede tener un


origen no regular, es decir, no procede de una /o/ abierta,
sino de /o / cerrada

AUGŬRĬU > agüero (agoiro)


CŎRĬU > cuero (coiro)
SĂLMŬRĬA >salmuera (salmoira)

En esos casos el diptongo decreciente /oi/, resultado de la


metátesis de la semiconsonante de la sílaba siguiente, se
asimila al frecuente /ue/, por analogía con el diptongo de
mayor rendimiento
CĬCŌNĬA > cigüeña

VĔRĒCŬNDĬA > vergüeña (med.) > vergüenza

En estos dos casos puede deberse a la yod


que hay en la sílaba siguiente y que pudo
metatizarse a la sílaba anterior
Reducción de /ue/

El diptongo /ué/ también puede REDUCIRSE a /e/. El


contorno en el que puede darse esta reducción es en
contacto con “labial + líquida”, bien precedido, bien
seguido.: f, b + r, l + ue // ue + f, b + r, l

FLŎCCU > flueco (med. y clas.) > fleco


FRŎNTE > fruente (med.) > frente

CŎLŎBRA > coluebra (med.) > culebra


Para Menéndez Pidal, la existencia de una nasal seguida
de consonante también facilita la reducción:

MŎNTE > monte FŎNTE > fuente


*CŎMPĔRA > compra PŎNTE > puente

Pero García de Diego no está de acuerdo y piensa que no


hay monoptongación, sino que el étimo procede del latín
vulgar con Ŭ y no Ŏ:

MŬNTE > monte


Diptongo /ie/ < E

Esta diptongación muestra en la Edad Media mayor


constancia y estabilidad que la de O

Algunas palabras que por la evolución patrimonial


presentaban diptongo fueron sustituidas por las
correspondientes formas cultas con /e/, como la
terminación –mente de los adverbios, que en la Edad
Media era minoritaria frente a –miente o mientre

De la misma manera, el sustantivo mente se impuso


en el periodo clásico sobre miente y el plural mientes
Otra alternancia que persistió hasta finales del XIII o
principios del XIV fue la que muestran

mugier – muger
traxieron – traxeron
dixieron – dixeron

Con absorción o no de la yod del diptongo por parte de la


consonante prepalatal (la sonora representada por g, j y la
sorda por x). Por lo general triunfó la absorción, pero

tejieron y cogieron
Cuando la /e/ tónica latina estaba en posición inicial
absoluta, la yod resultante de la diptongación se
consonantizó:

EQUA > iegua > yegua


EREMU > iermo > yermo
Reducción de /ie/ > /i/

El diptongo IE, [je], cuando antecede a la lateral palatal


/λ/ < /l:/, en –iello /iella, se reduce en algunos casos a
/i/ por asimilación de la yod y la consonante palatal,
como sucede en el morfema diminutivo –illo:

CASTĚLLU> castiellu > castillo


CULTELLU > cuchiello > cuchillo
sotiello (de soto) > sotillo
portiello (de puerta) > portillo
La reducción de –iello en –illo se dio muy
tempranamente en la lengua no literaria (en el
s. X ya hay casos) pero en la literatura dura
hasta el siglo XV, aunque por lo general ya es
raro –iello a finales del XIV.
VĚSPĔRA > viéspera (med.) > víspera

FĔSTA > fiesta


SĔXTA > siesta
TĔSTU > tiesto
FĔNĔSTRA > finiestra (med.) “ventana”
PRESSA > priessa > prisa

SAECULU > sieglo > siglo

El diptongo IE también puede reducirse cuando está


ante otra vocal; es decir, formando un triptongo con
ella:

DEUS > djeus > dieos > Dios


EVOLUCIÓN DE LAS
VOCALES

EN POSICIÓN ÁTONA
El vocalismo átono favorece la confusión entre los elementos
que lo forman, lo que explica que en la evolución del latín al
castellano se produjeran numerosas confluencias

Se redujo a cinco elementos que hoy se mantienen en


español: /i/, /e/, /a/, /o/, /u/. Pero el comportamiento de
estas vocales dependió de dos factores:

 la posición de la sílaba dentro de la palabra:


inicial, interior, final

 la posición respecto al acento principal:


protónica o postónica
5.1. Posición inicial

Las átonas iniciales son, tras las tónicas, las más resistentes
a la pérdida.

En posición inicial absoluta:

La /a/- por lo general, se conserva:


pero también puede perderse:

o cerrarse en /e/:
Para Menéndez Pidal, se debe a la confusión con el prefijo
EX-.
Para Lloyd se explica por analogía con todas las palabras
que desarrollan una /e/- protética y que comienzan por el
grupo /sk/:
Menéndez Pidal muestra que no solo se asimilaron las que
comenzaban por /SK/ precedida por un fonema vocálico,
sino muchas otras que presentaban tras /s/ otras
consonantes:

aunque después hayan podido recuperar el sonido originario:


También se pierde en el paso de los demostrativos latinos
a los artículos, excepto en el masculino ILLE > el

ILLA > la
ILLOS >los
ILLAS > las
Cuando la vocal inicial iba precedida de una o
más consonantes, por lo general, se conservó:
Fue frecuente también la inflexión por yod y los procesos de
asimilación y disimilación, favorecidos por la debilidad de
las vocales. En palabras patrimoniales con yod latina o
procedente de la diptongación de /e / abierta, la inflexión ha
triunfado:

/e/ > /i/:


RĒNĬŌNE> riñón
SĒMĔNTE> simiente
FĔRVĔNTE > hirviente
/e/ > /a/: por asimilación a una /a/ de la sílaba siguiente o
por la acción de un sonido vibrante:

BĬLĂNCĬA > balança (med.) > balanza


VĚRVĀCTU > barbecho
VĔRRĔRE > barrer
VĔRSŪRA > basura
En cultismos y voces de introducción tardía, a
pesar de ser muy frecuente la inflexión hasta, al
menos, el siglo XVII, esta no triunfó:

lición – lección
lisión - lesión (aunque pervive lisiar)
5.2. Posición interior

En sílaba interior, necesariamente intertónica, solo la /a/


se resiste a la pérdida, mientras que las demás vocales,
menos perceptibles, son muy proclives a la síncopa.

Por lo general, las átonas interiores se mantuvieron hasta


que se completó la sonorización de las sordas
intervocálicas, aunque hay casos que nos muestran lo
contrario:
PŎSĬTU > puesto
SŌLĬTĀRĬU > soltero
PŌLYPU > pulpo
En determinados contextos, como en contacto con /l/,
/r/ o /n/, la pérdida de la vocal se producía ya en latín,
por lo que es común a todas las lenguas románicas.

LIMITARE> lim’dar > lindar


SEPTIMANA > set’mana > semana
SPECULU > specl’u > espejo
FEMINA > fem’na > femra > fembra > hembra
Al igual que en posición inicial, son muy frecuentes
las confusiones de timbre motivadas por inflexión,
asimilación y disimilación, como en estos ejemplos
de Santa Teresa:
Discreción
Descrición
Discrición
Descreción
Esperiencia
Espiriencia
Perfeccionar
Perficionar
5.3. Posición final

Como hemos visto, en posición final el sistema quedó


reducido a tres elementos /e/, /a/, /o/

Acabados en /i/ o /u/ solo hay monosílabos (mi, tu, su), la


primera persona del singular del indefinido (comí, salí) y
extranjerismos como los arabismos maravedí o jabalí y el
sufijo orientalizante de los gentilicios (marroquí, magrebí,
saudí…).
Por lo que se refiere a la estabilidad del timbre, en el caso
de /a/ y /o/ era absoluta, aunque en la Edad Media la /a /
se cerró en /e/- posiblemente por asimilación a las vocales
/i/, /u/ precedentes

MEA > mia > mie> mi


SUA > sue > su

La /e/ final por lo general se conserva, pero son reseñables


dos fenómenos fonéticos de distinta naturaleza:
ee> ey

La secuencia de dos /e/ por síncopa de una consonante (lo


que da lugar a que quede en hiato con la tónica) suele
evolucionar a /ei/ por disimilación, escrito desde antiguo –ey:

RĒGE > reie (med.) > ree > rey


LĒGE > lee > ley
BOVE > buee > buey
HŎDĬE > oe > hoy
En el siglo XIII también se documenta la reducción
en re y bue,

REGE > re

BOVE > bue

fenómeno que sí triunfó en el caso de

FIDE > fee (hasta el siglo XV) > fe


Apócope

a) la apócope “normal”, documentada desde el siglo X y


que se mantiene hasta ahora, que se produce tras las
consonantes no agrupadas d, l, n, r, s, z:

VERITATE > verdade > verdad


SOLE > sol
PANE > pan
AMARE > amar
MESSE > mies
VOCE > voz
Hasta el siglo XV, los pronombres de 3ª persona se y le
también podían presentarse apocopados si aparecían
enclíticos a una forma verbal acabada en vocal:

comiós’ – comiose “se comió”

diol’- diole “le dio”


b) La denominada apócope “extrema”, que es una pérdida
no sistemática de la –e muy posterior a la “normal” y de
vigencia limitada (entre los siglos XI y finales del siglo XIII o
primeros años del siglo XIV), que hizo posible el empleo de
casi cualquier consonante o grupo consonántico en posición
final de palabra:

pariente / parient
noche / noch
nueve /nuev o nuef
cuend (conde)
estonz (entonces)
lech (leche)
nief (nieve)
grande > grand > gran

buen, algún, ningún, primer, tercer

En este caso, al ir antepuesto al núcleo sustantivo propició


que triunfara la apócope y luego se redujera el grupo
consonántico

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