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Hola

Quisiera contarte tanto, así como tantas cosas quisiera yo no solo en palabras.
Muchas lunas han pasado desde que alguna vez se me olvidó el azul de mi ventana y
me refugié en otros azules.
Quisiera decirte que estoy bien o al menos mejor que cuando hice campamento en ese
agujero negro de tristeza y mala suerte.
No voy a querer nunca mentirte, ni desviar tu mirada de lo que quisieras saber.
Hay cosas que no dejan de ser, imagenes que no se borran
canciones que dejan de ser solo canciones

y sí, tú, aunque estúpidamente suene


no dejas de ser tú

Yo no dejé de ser yo pero


no sé quien soy ahora para tí;

tal vez un extraño amalgamado entre nuestros miedos y un prisionero del tiempo.
Porque a veces no es suficiente ser un prisionero del sistema laboral italiano
reducido a una casa gigante de metal

Yo solo quiero ser un gospel kid, como de costumbre,


un niño que no ha visto suficientes películas de Disney
pero los años no pasan en vano y la música sigue siendo mi respiración.

Yo? Yo sigo siendo Daniel pero uno que la pasa mal todo el tiempo porque la gente
no termina de joderme y sin ninguna razón.
Quizá sea eso lo que me frustre más, que no hay razones o al menos algo que me haga
entender por qué existen personas solo para hacer daño.

Tengo tanto miedo, y no sé por qué. Aunque aún no lo entienda yo mismo, no sé,
tenía que decirlo. He aprendido a hacerme el sano escribiendo poesías incompletas.

Hay tantas cosas que extraño, que de verdad no quisiera tener que volver a pensar
en ello porque ciertamente me duele un poco. Pero no me hagas caso, solo soy yo en
mi momento más débil o íntimo.

Como sea, el dieciocho de este mes me voy, a vivir otro tipo de frio en el norte
italiano.
La ansiedad que nunca pensé vivir es parte de mi grupo sanguíneo porque yo no sé
nada pero todos saben todo.
Todos saben que yo voy a Japón menos yo, todos saben que me voy el próximo New York
pero yo no tengo (a pocos días de desembarcar) aún billetes de vuelo. Es una
locura, todo va peor. Pero al menos está terminado.
Quería darte la noticia, yo siempre quiero hablarte pero de alguna forma me siento
lejos de tu voluntad, no lo sé. Estupideces mías aún.

Yo, solo espero que estés bien y que sonrías y que tus lágrimas solo sirvan para
abrillantar aún más tus hondos ojos azules.
Te quiero, mucho; nunca tengas duda de ello.

Daniel

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