Está en la página 1de 2

Vuélve a insinuarteme a sí,

quizá sea broma.

Deja de ser broma cada vez que lo dices


porque en el fondo...

no hay nada más en este mundo que desee yo.

Me condeno cada momento


que te recuerdo
por haberte dejado ir
como un niño
que no sabe lo que quiere.

Y ahora que no soy un niño

sé que te quiero a tí.

Siempre este tonto niño te ha querido a ti.

Y ahora que parece haber dejado de ser niño,


no tiene ninguna duda de ello.

Me negué ciégamente a tus ojos una vez,

y a la vez me tembló la vida


cuando tus manos tomé por mero juego
esa noche entre los arboles.

Ahora sé que quiero seguir jugando a ser ese niño


que bajo tu bufanda azul siempre se escondió.

Pero mis sueños no me mienten,


porque estás en ellos todo el tiempo
y de ellos no soy guionísta.

Un diciembre de poca lluvia


volví a ser niño,

después de tanto tiempo.

Tu sonrisa nerviosa
y mi miedo irreconocible
se juntaron amistosamente.

Siempre pierdo

cuando se trata de intentar negarte;


cuando se trata de intentar hacerme el listo,
pero ¿para qué?

si yo soy solo un tonto niño atrapado en tu mirada inocente.

Mi cabeza te siente a la distancia


y te desea con tanto calor.

En el frío también te seguí extrañando


cuando nuestras palabras se cruzaron.
Cuando en algún momento
la ilusión se hizo idea
entre tus días bretones
y mi invierno napolitano.

Los niños volvieron a jugar a ser niños.


No,

¡Mentira!.

Un juego no lo es

aunque y porque
yo,
soy el mismo niño;
no sé tú.

Tú sigues siendo maravillosa,


tu voz, tu todo, tú.
De quien mi ser siempre ha estado enamorado,
¡Que fuerte! Las palabras de un tonto niño.

Porque ciertamente sigo siendo ese niño


cada vez que me miras a los ojos.

Y tú sigues siendo para mí,


la niña que siempre serás para mí.
Mía aunque no lo seas,
y aunque te pierdas en esas memorias andinas.

Podría mentirle a todos aunque no quiera,

pero ante mi Padre


y los tuyos (si no lo saben)

seguirás siendo
a quien verdaderamente

más

he querido.

Daniel Ortiz, marzo de 2023.

También podría gustarte