Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Leonardo da Vinci.
¿Cómo consideras a esto lo mejor? Si el silencio destruye, mata y lo hace sin voz
como búho hambriento por la noche, como lechuza al acecho. Me acecha tu colera, pero
también mi vergüenza. Tu nombre recorre mi mente. Así será. ¿La crueldad es tuya o
mía?, creo que me pertenece. Tu voz me espera, ¿o soy yo quien la espera? Tal vez es
razón para decir que soy un desgraciado, pero no porque la realidad me azote, sino,
porque soy un estúpido. Me he visto insultándote mientras ofrecías tu ayuda. Me he
mirado con odio por sentirme tonto, y por supuesto, negando tu mano por asumir que
era altruismo tonto e impuro, pero fui tonto y tonto seré. Lo perdí todo.
Me ha encantado tu forma de escribir. Siendo sincero, tus lindos dedos han sido
capaz de retratar una hermosa forma de escritura que ni yo sería capaz. Otra vez roto.
Escribir bien. Lo haces bien. Eres increíble. Palabra vacía. ¡Hermosa!, has llegado a un
punto en el que a mis ojos es tan simple y tan sencillo apreciar tus rasgos más
candentes. De verdad, me impresiona lo gentil que puedes ser, incluso sobrepasando tu
chusma arrogancia y boba forma de odiar a la gente, ¿por qué te cuesta tanto entender
que no todo un conjunto conglomerado de personas no es representativo de todo el asco
que dan a pesar de ser mayoría? Es que la gente tonta tiene poder. Tú eres tonta. Pero
porque yo quiero pensarlo así. Me duele amarte porque me siento poco correspondido.
Pero es porque soy demasiado estúpido. Rasgos. Te quiero. Tú ya no, O no me amas.
Yo sigo haciéndolo. ¿Ailín?
Realiza otro escrito, vamos. Quiero leerte. ¿Tú sigues queriendo leerme?
Escribir así es fácil. Escribir cosas complicadas, por excelencia, es complicado. Contigo
se me hace complicado, pero esta forma de expresarse es fácil. Me encanta la
incoherencia. No se entiende nada. Pero hay sentido en ello. ¿Dónde estás? No te veo
desde hace tiempo.
Reemplaza esa cara con otra. No intentes inspirarme. Mientras más lo haces más
me siento tonto. Me gusta la idea de intentar ayudarte. Pero no hay nada que hacer
contigo. Qué mal. Soy una maquina de destrucción. De autodestrucción. Me estoy
rompiendo, quebrantando. Y tú sonríes. Pero tu sonrisa es linda, me encanta. Tú eres
linda. Y este sin sentido estructurado en párrafos tiene que terminar. No. No quiero. No
voy a dormir. Sigo.
Me acompleja el sentimiento,
¿quizás es porque hoy te vi tan candente?,
¿qué es lo que te pone así? Dejé de ser yo.
Te hice escribir, ¿no?, pero las palabras van y vienen.
¿Por qué esa cara? No quiero dormir.
Necesito pensar bien. Dime, corazón,
¿has notado algún cambio repentino en mí?
No siento la cara, volví a tomar.
Acabo de drogarme. Lo siento.
Lo perdí todo, no te tengo más.
¿A dónde fuiste? Creí que esto era en serio,
¿lo hago ver como un juego? Lo siento. ¿Dónde estás? Juré haberte visto en la mañana,
te prometo que no volverá a ocurrir. Volvió a pasar. ¿Otra vez? No te gustan las
disculpas.
Se sintió lindo escucharte. Deberías cantar. ¿Por qué no? Bueno. Lo comprendo.
No volverá a pasar. Tú sabes bien que tengo mucha voluntad para las cosas. Volvió a
ocurrir. Sé que serás paciente. No pienses que juego con tu paciencia, no estoy jugando
contigo. Lo lamento, no era lo que quería que pienses. Solo soy un tonto. Me perdí en el
pozo profundo y sombrío que yo mismo cavé, acompañado de mis demonios. Ellos me
abrazan, me susurran y me dictan incoherencias. Es lo que escupo todo el tiempo. Mi
voz es la de un demonio. Lo siento. Pero sé que no te gustan las disculpas. No de este
estilo donde la palabra va y viene. Y lastimosamente como perdón en proceso solo
queda ser mejor. Es lo único que he estado haciendo. Solo yo y mi propio ego
matándonos uno a uno. Yo odio el ego. Y sin embargo como de él.