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LA EXPERIMENTACIÓN ANIMAL

A lo largo de la evolución histórica de la humanidad, hemos enfrentado una diversidad de


enfermedades que han resultado en la pérdida de numerosas vidas. La comprensión de
dichas enfermedades, en tiempos antiguos, se veía obstaculizada por la dificultad de
realizar un seguimiento adecuado, dado que la investigación sobre cadáveres humanos
estaba estrictamente prohibida por consideraciones éticas y morales. En este contexto,
algunos investigadores optaron por dirigir sus estudios hacia animales, una práctica
permitida en virtud de la creencia generalizada de que carecían de conciencia y eran
inherentemente inferiores a los seres humanos. La vivisección, práctica consistente en la
apertura de animales mientras aún estaban con vida para estudiar el funcionamiento de sus
organismos, fue llevada a cabo en este periodo. Aunque surgieron esfuerzos en 1882 en
Gran Bretaña, materializados en una legislación de protección animal y una sociedad
contraria a los experimentos con animales, persiste la experimentación (González, 2021).
Actualmente, continúan los experimentos con animales, justificados por científicos en aras
del bienestar humano y la búsqueda de tratamientos para enfermedades. Sin embargo, es
innegable el sufrimiento que padecen estos animales, frecuentemente enfrentando muertes
dolorosas. Ante ello, surge la interrogante: ¿es imperativa la experimentación con animales?
Sostenemos que sí, pues dicha práctica contribuye al descubrimiento de avances médicos
que tienen el potencial de salvar numerosas vidas. En el siguiente análisis, presentaremos
los argumentos que respaldan esta postura.

En primer lugar, algunos animales comparten similar genoma que el ser humano, lo que
facilita el estudio de enfermedades debido al corto desarrollo y tiempo de vida de los
animales en comparación del ser humano. La analogía genética no sólo arroja luz sobre la
dinámica de las enfermedades, sino que también facilita la exploración de posibles
enfoques terapéuticos. Por otra parte, el acortado período de desarrollo y la limitada
duración de vida de estos animales no solo imparten celeridad a los resultados obtenidos,
sino que también propician la identificación expedita de opciones terapéuticas, lo que
conlleva a la posibilidad de hallar soluciones para afecciones en un plazo más breve. Es
importante señalar que los beneficios de estos resultados no se limitan exclusivamente al
ámbito humano; asimismo, alcanzan a los animales, ya que diversas enfermedades que
aquejan a la especie humana también encuentran paralelo en los organismos animales.

Moctezuma (2020) concluyó en su investigación que:


“el ratón es el mamífero más conocido, utilizado mayormente por el conocimiento de su
genoma, su fácil manejo y debido a su tamaño, su mantenimiento es factible y
económico y además alcanza la madurez sexual en poco tiempo, con lo cual se pueden
obtener varias generaciones invirtiendo periodos cortos en la experimentación” (p. 5)

Por otro lado, Iglesias (2012) indica que los ratones tienen una similitud genómica del 95 %
con los seres humanos, al tiempo que ostentan una estabilidad genética y una uniformidad
en sus respuestas a estímulos.

En segundo lugar, la utilización de animales en entornos de investigación ha propiciado la


erradicación de diversas enfermedades y la disminución de la mortalidad asociada a otros
padecimientos. Es de suma relevancia destacar los beneficios que ha acarreado la
incorporación de animales en ambientes de laboratorio en el contexto de investigaciones en
el ámbito de la salud. Esto se traduce concretamente en avances significativos, como el
desarrollo de medicamentos y terapias para enfermedades que, en el pasado, carecían de
control efectivo, generando mejoras palpables en la salud humana. Enfermedades de
magnitud como el cáncer, el VIH/sida y la diabetes han experimentado avances
sustanciales en términos de control y manejo. Adicionalmente, la optimización de técnicas
quirúrgicas constituye otro logro alcanzado gracias a la experimentación con animales.
Rodríguez (2007) indica que la utilización de determinados animales, tales como perros,
cerdos y gatos, ha permitido profundizar en el entendimiento del sistema cardiovascular.
Además, destaca que el estudio con chimpancés propició el aislamiento exitoso del virus de
la hepatitis C. Asimismo, enfermedades de envergadura como el Alzheimer, el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y el cáncer han experimentado avances en términos de
tratamientos que favorecen la remisión de dichas afecciones. Por otro lado, Iglesias (2012)
relata un experimento aplicado en ratones, en el cual se implantó un tumor con el propósito
de evaluar diversos tratamientos, arrojando resultados eficaces hasta la fecha.

Finalmente, se reconoce que los animales comúnmente experimentan sufrimiento durante


los ensayos, por ello existen legislaciones que buscan regularizar esta práctica para evitar
pérdidas de vidas de manera indiscriminada. El principal temor asociado a este proceder
radica en el sufrimiento infligido a los animales, una realidad innegable que requiere una
consideración ética. Sin embargo, es imperativo tener presente el beneficio que esta
práctica reporta a la humanidad, pues gracias a estos experimentos se ha logrado preservar
innumerables vidas humanas. Además, se ha evidenciado que la cifra de animales que
mueren debido a estos procedimientos es inferior a la que se registra en condiciones
normales. En virtud de estos desafíos éticos, diversas instituciones se encargan de normar
la utilización de animales en investigación, buscando minimizar en la medida posible el
sufrimiento infligido a estos seres.

En conclusión, es imperativa la experimentación con animales ya que dicha práctica


contribuye al descubrimiento de avances médicos que tienen el potencial de salvar
numerosas vidas. Asimismo, es esencial para avanzar en el conocimiento biomédico y
mejorar la salud humana. En primer lugar, la similitud genética permite estudiar
enfermedades y desarrollar tratamientos efectivos. En segundo lugar, la investigación con
animales ha contribuido al descubrimiento de avances médicos, desde el estudio del
sistema cardiovascular hasta la identificación de tratamientos para enfermedades como el
Alzheimer, el VIH/sida y el cáncer. La optimización de técnicas quirúrgicas también ha sido
un logro importante. Por último, a pesar de los beneficios, la ética en la experimentación
animal es crucial, y se buscan métodos más éticos, como las "Tres Erres", para reducir el
sufrimiento, las leyes y regulaciones actuales buscan mitigar este sufrimiento y garantizar
que la investigación sea ética y beneficiosa tanto para la humanidad como para los propios
animales. Por consiguiente, si bien reconocemos las ventajas inherentes al empleo de
animales en contextos de investigación, mantenemos una plena conciencia del sufrimiento
que esta práctica puede ocasionar a los seres animados, a pesar de las restricciones éticas
vigentes. Consideramos que sería propicio, a medida que evolucionan las capacidades
tecnológicas, explorar alternativas avanzadas como prototipos generados por inteligencia
artificial que simulen organismos. Esta aproximación podría mitigar eficazmente la aflicción
animal asociada a experimentos, aunque celebramos los avances científicos y los
potenciales tratamientos para enfermedades, reconociendo que estos logros conllevan el
sacrificio de vidas. En este sentido, la investigación hacia soluciones adicionales que
preserven tanto el progreso científico como el bienestar animal se presenta como una
perspectiva valiosa.

BIBLIOGRAFÍA

González J. (2021) Un análisis crítico frente a la experimentación con animales: La


necesidad de un cambio en la bioética y en las normas colombianas. Recuperado
de:
https://animalesbog.gov.co/sites/default/files/20022021_sll_1_analisis_experimentaci
on_con_animales.pdf
Iglesias, E. (2012). El dilema del uso de animales en investigación biomédica. Viento Sur,
(125), 77-86.

Moctezuma K. (2020) Utilización de animales en la investigación biomédica y médica: un


estudio preliminar. Revista Iberoamericana de Bioética / nº 12 / 01-19 [2020] [ISSN
2529-9573] DOI: 10.14422/rib.i12.y2020.011 1. Recuperado de:
https://revistas.comillas.edu/index.php/bioetica-revista-iberoamericana/article/
download/11780/11435

Rodríguez, E. (2007). Ética de la investigación en modelos animales de enfermedades


humanas. Acta Bioethica, 13(1), 25-40. DOI: https://doi.org/10.4067/s1726-
569x2007000100004

Vinardell M. (2021). ¿Existen alternativas a los experimentos con animales? Revista de


Bioética y Derecho, (51), 81-97. Epub 29 de marzo de 2021. Recuperado en 11 de
diciembre de 2023, de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1886-
58872021000100006&lng=es&tlng=es.

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