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I.E.

San Miguel Taller N°1-Segundo periodo-Historia-Grado octavo-21-04-2023


La Revolución Industrial
A mediados del siglo XVIII en Gran Bretaña se desarrolló un proceso de cambio constante en el que el uso de nuevas
técnicas, fuentes de energía y formas de organización del trabajo provocó un enorme crecimiento de la producción de
bienes. A la vez la sociedad y la vida cotidiana se modificaron profundamente.
La Revolución Industrial marca el paso de una sociedad agrícola y tradicional a una sociedad industrial, urbana y moderna.

El puente de Coalbrookdale en Shropshire, Inglaterra, fue el primer puente construido totalmente con hierro fundido
gracias a los avances de la Revolución industrial.

La Revolución industrial consolidó un nuevo tipo de sociedad que pervive en nuestros días: la sociedad capitalista. Estas
transformaciones no solo afectaron a Gran Bretaña, sino que se expandieron, desde inicios del siglo XIX, por el resto de
Europa continental y Estados Unidos.

Gran Bretaña: El punto de partida


En el siglo XVII, cien años antes de que comenzara la Revolución industrial la sociedad europea en su mayoría era rural. La
mayor parte de las personas vivía en el campo. Unas se dedicaban a labores agrícolas y ganaderas y otras elaboraran
diversos productos en los talleres artesanales.
Las vías de comunicación eran bastante precarias y existían altas tasas de mortalidad. Aunque siglos atrás en las ciudades
europeas había empezado a surgir un nuevo tipo de sociales cuya base era la burguesía, gran parte de la sociedad se regía
por relaciones de tipo feudal. A inicios del siglo XVIII esta situación cambió, especialmente en Gran Bretaña, que por la
época estaba conformada por los reinos de Inglaterra y Escocia.
Allí la transformación en las técnicas empleadas en la agricultura, el de la población y el auge del comercio sentaron las
bases para la Revolución industrial.
A su vez la Revolución industrial contribuyó al crecimiento de las distintas ramas de la industria manufacturera.

Londres: La Antigua Guardia Montada y Sala de Banquetes, de St. James Park. Óleo del pintor veneciano Antonio Canaletto
de 1749.
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Los Factores de la Revolución Industrial
Para que se produjera la Revolución industrial tuvieron que darse tres condiciones previas: el crecimiento de la población,
el aumento de la productividad agrícola y un cambio de mentalidad económica.

La Revolución demográfica
Hasta el siglo XVIII, la población europea creció lentamente. Aunque el nivel de la natalidad era muy elevado, el de la
mortalidad también lo era como consecuencia de las enfermedades infecciosas y de las hambrunas.
A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, el índice de natalidad se mantuvo alto, pero el de mortalidad descendió mucho.
Comenzaron a disminuir las epidemias que habían afectado a Europa anteriormente y aparecieron las primeras vacunas,
como la de la viruela.
La consecuencia fue que la población comenzó a crecer a un ritmo rápido, fenómeno al que conocemos como Revolución
demográfica. Este aumento demográfico constituyó un importante factor en el progreso económico de Europa. Como una
reacción en cadena, un mayor número de personas demandaba un mayor número de productos. Se hizo necesario,
entonces, el desarrollo la técnica para generar una oferta masiva de bienes.

La expansión agrícola
Lo primero que demandaba una población en crecimiento era más alimentos. Por eso, los cambios económicos se iniciaron
en el sector primario.
• Se mejoraron las técnicas agrícolas. Se sustituyó el barbecho por la rotación continua de cultivos, con lo que se
evitaba el agotamiento de las tierras; hacia 1750 se popularizó el arado de hierro y se abandonó el de madera; así mismo,
se perfeccionaron los sistemas de riego. Estas mejoras permitieron ampliar la superficie cultivada e introducir nuevos
cultivos como maíz, papa y remolacha.
• Se reformó la ganadería. Parte de las tierras de cultivo fueron dedicadas a la producción de pastos para alimentar
a los animales. De esta forma, aumentó el número de cabezas de ganado. La carne dejó de ser un alimento solo al alcance
de los más ricos.
• Cambiaron las estructuras agrarias. Las revoluciones liberales acabaron con las propiedades señoriales y
comunales explotadas de forma colectiva, y la tierra se convirtió en una propiedad privada. Los burgueses comenzaron a
comprar parcelas, con el deseo de invertir en ellas para obtener beneficios.

Una nueva mentalidad


El cambio social y económico a lo largo del siglo XVIII también fue producto la difusión de la ideología del liberalismo
económico y el aumento gradual de la alfabetización. El liberalismo defendía que el motor del crecimiento económico era
la iniciativa privada. Las personas debían ser libres para crear su propia empresa, la pieza clave del nuevo sistema
capitalista, con el objetivo de lograr grandes beneficios. Para hacer productos cada vez mejores y más baratos, los
empresarios debían introducir continuas innovaciones tecnológicas. Así, se consolidó una nueva forma de pensar y actuar,
más abierta a la inversión, la innovación, el riesgo empresarial y la búsqueda del beneficio.

Etapas de la Revolución industrial


Aunque todavía no hay un acuerdo total entre los historiadores sobre los períodos de la Revolución industrial, en términos
generales, se dice que divide en dos grandes fases: una que inició en 1760 y finalizó en 1870 y la otra que va de 1870 a
1914.

Primera fase (1760-1870)


Hasta el siglo XVIII, las manufacturas se elaboraban en pequeños talleres artesanos que estaban dispersos por el territorio:
todas las ciudades tenían talleres que abastecían a la población de manufacturas.
Los artesanos realizaban su trabajo de forma manual: no usaban máquinas y solo se ayudaban con unas pocas
herramientas. Cada artesano realizaba las piezas completas y controlaba su ritmo de trabajo, pues no estaba sujeto a
horario fijo y elaboraba más o menos productos según quisiera.

Las primeras fábricas


Desde finales del siglo XVIII, los talleres comenzaron a ser sustituidos por fábricas, establecimientos en los que los obreros

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utilizaban máquinas para trabajar. Las primeras máquinas funcionaban con una nueva fuente de energía: el vapor, que se
generaba quemando carbón mineral. En 1769, James Watt inventó la primera máquina de vapor. Antes de esa fecha se
utilizaba la energía hidráulica, cuya base es el agua.

La aparición de las fábricas tuvo dos consecuencias:

En primer lugar, las actividades industriales se concentraron en determinados lugares.


En segundo lugar, se modificó la organización del trabajo: cada obrero se especializó en una única tarea del proceso
productivo, tenía un horario fijo y debía trabajar al ritmo que le imponía la máquina.
La división del trabajo aumentó la productividad, es decir, cada obrero era capaz de elaborar un mayor número de piezas
que un artesano en un artesano en un mismo período de tiempo. Por eso, se abarataron los costes de fabricación y los
precios de los productos disminuyeron. Los productos industriales pasaron a estar alcance de casi toda la población.

Los sectores punta: el textil y la siderurgia

La industria textil algodonera fue la que más rápidamente integró las innovaciones técnicas. El algodón llegaba a Gran
Bretaña desde las colonias a bajos precios. En 1800, unas 350.000 personas trabajaban en el hilado y el tejido de prendas
de algodón con máquinas especializadas, como el telar mecánico. Pronto los textiles británicos, baratos y de buena calidad,
inundaron los mercados mundiales.
La industria siderúrgica alcanzó un gran desarrollo a mediados del siglo XIX. La sustitución del carbón vegetal por el carbón
mineral, o coque, impulsó la construcción de modernos altos hornos, en los que se producía gran cantidad de hierro
refinado. Entre 1720 y 1850, la producción de hierro se multiplicó por cien. La demanda de hierro era muy elevada, pues
este material se utilizaba para elaborar las máquinas y las herramientas, y comenzó a utilizarse para construir la red de
ferrocarril.

Un dato más: Antes de la instalación de las grandes fábricas textileras, la producción de telas era realizada en el campo.
Los comerciantes suministraban a los campesinos herramientas y materias primas para la elaboración de telas. Un tiempo
después, ellos entregaban el producto a cambio de un pago por una parte de la producción. A este sistema se le denominó
proto industria.

Actividad.
Responda las siguientes preguntas:
1. ¿En qué territorio europeo la inició Revolución Industrial? Inglaterra
2. ¿Qué reinos conformaban a Gran Bretaña cuando inició la Revolución Industrial? Gran Bretaña estaba conformada por
los reinos de Inglaterra y Escocia.
3. Describa brevemente los tres factores que fueron determinantes para que se iniciara la revolución industrial.
Los tres factores que determinaron la revolución Industrial fueron: el crecimiento de la población, el aumento de la
productividad agrícola y un cambio de mentalidad económica.
4. ¿Cuáles son las etapas en la que se divide la Revolución Industrial?
Primera fase (1760-1870)
Segunda fase 1870 a 1914
5. ¿Quién inventó la máquina de vapor? James Watt en 1769
6. ¿Qué consecuencias tuvo la aparición de las fábricas?
En primer lugar, las actividades industriales se concentraron en determinados lugares.
En segundo lugar, se modificó la organización del trabajo: cada obrero se especializó en una única tarea del proceso
productivo, tenía un horario fijo y debía trabajar al ritmo que le imponía la máquina.

7. ¿Cuáles eran los principales sectores beneficiados con los avances de la revolución industrial? El sector textil y el de la
siderurgia.

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