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Te explicamos qué fue la Revolución Industrial y cuáles fueron sus características. Además, las
causas y consecuencias de este proceso.
La Revolución
Industrial comenzó a mediados del siglo XVIII.
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Se caracterizó por el uso de nuevas tecnologías aplicadas a la producción en gran escala y
la concentración de fábricas en ciudades. La invención más importante del período fue la máquina
de vapor, cuyo combustible era el carbón mineral y cuyo uso incrementó a niveles sin
precedentes la producción y el transporte. También fueron importantes otros inventos como las
máquinas hiladoras y el telar mecánico, que permitieron producir más textiles en menor tiempo.
PUNTOS CLAVE
Ver además: Industrialismo
El cambio en la organización del trabajo que supuso el sistema fabril, orientado a aumentar la
productividad, fomentó el crecimiento de grandes ciudades industriales, como Manchester,
Birmingham, Liverpool o Sheffield.
La revolución agrícola
Hasta el siglo XVIII, la actividad agrícola era muy similar a las prácticas de la Edad Media. Se
empleaba el trabajo manual y la tracción animal, existían tierras comunales y el nivel de
producción era modesto debido al sistema de “barbecho” (que consistía en dejar descansar la
tierra luego de la cosecha, para que se regeneraran los nutrientes del suelo).
La revolución agrícola introdujo cambios que ampliaron la disponibilidad de recursos alimenticios
y promovieron el movimiento de población hacia las ciudades:
Comenzó a utilizarse maquinaria para el trabajo de la tierra (y, una vez iniciada la
industrialización, se incrementó esta mecanización).
Los campos se convirtieron en propiedad privada acumulada por grandes terratenientes
mediante cercamientos (lo que provocó que campesinos sin tierras se convirtieran en
obreros urbanos)
Se reemplazó el viejo sistema de cultivo por el “sistema de rotación Norfolk” (que
consistía en rotar las variedades de cultivos, de modo que no se saturaran siempre los
mismos nutrientes del suelo).
El crecimiento demográfico
Debido a los cambios en la alimentación, a partir del siglo XVIII se experimentó un importante
incremento de población. Cuando comenzó la Revolución Industrial, esta población se
concentró cada vez más en las ciudades industriales.
La disponibilidad de recursos
Dos ventajas que explican que fuera en Inglaterra donde comenzó la industrialización fueron: la
disponibilidad en suelo inglés de recursos como el carbón mineral y el hierro,
indispensables para la transformación productiva; y la disponibilidad de materias primas para la
industria textil, especialmente el algodón de la India y el sur de Estados Unidos, al que la
burguesía inglesa accedió por sus vínculos coloniales y por la posición dominante de Gran
Bretaña en el comercio mundial.
La influencia política de la burguesía
Tras la Revolución Gloriosa de 1688, en Inglaterra se estableció una monarquía parlamentaria
que limitó el poder del rey y de la nobleza, al tiempo que concedió una creciente capacidad de
intervención política a la burguesía.
La máquina de vapor
fue patentada por el escocés James Watt en 1769.
Las nuevas tecnologías aplicadas a la producción y el transporte marcaron un cambio radical en
la economía y la sociedad, debido a que el trabajo manual fue reemplazado por el uso de
máquinas y los talleres artesanales o el trabajo doméstico fueron mayormente reemplazados por
la fabricación a gran escala en fábricas. Las principales invenciones que desencadenaron la
Revolución Industrial fueron:
1. Las máquinas textiles. Las innovaciones en la industria textil fueron las primeras
impulsoras del proceso de industrialización, pues permitieron ampliar la escala de
producción y reducir el tiempo dedicado a cada pieza mediante el uso de máquinas. Esto
supuso para los propietarios una reducción de los costos de producción y un incremento de
las ganancias, lo cual impulsó la acumulación y reinversión de capital. Los inventos más
importantes fueron la lanzadera volante (creada por John Kay en 1733), la hiladora Jenny
(patentada por James Hargreaves en 1770), la hiladora hidráulica (patentada por Richard
Arkwright en 1769), el telar mecánico (introducido por Edward Cartwright en 1785 ), o la
desmotadora de algodón (patentada por Eli Whitney en 1794 ).
2. La máquina de vapor. Patentada en 1769 por el escocés James Watt, resultó el invento
más importante de la Revolución Industrial. Sus primeros usos fueron en el transporte
(aceleró y mejoró el traslado de materias primas y productos, y fomentó el comercio), en la
industria textil (permitió incrementar la producción a gran escala mediante maquinarias) y
en la industria metalúrgica y siderúrgica (facilitó el bombeo de minas de carbón y el trabajo
del hierro y el acero).
3. El alumbrado público a gas. La instalación de lámparas a gas en las calles revolucionó
las ciudades, que se convirtieron en lugares más seguros para transitar al estar iluminadas
en horarios en los que ya no había luz solar (aunque se hicieron frecuentes los robos).
También favoreció a los propietarios de fábricas, cuyos trabajadores asalariados podían
trabajar más horas gracias a la iluminación artificial, especialmente en los meses de
invierno. A fines del período de la Revolución Industrial, las ciudades se habían
transformado y sus poblaciones se habían duplicado o triplicado.
El uso de
combustibles en las fábricas contaminaba el aire.
La Revolución Industrial supuso un cambio notable en la forma de producir y en la organización
del trabajo. Provocó una inmensa generación y acumulación de riqueza, generalmente
concentrada en los sectores burgueses que tenían la propiedad de las fábricas o se dedicaban al
comercio y las finanzas. Este cambio también influyó en las posteriores innovaciones tecnológicas
y productivas que expandieron el capitalismo a nivel mundial.
A lo largo del siglo XIX, esta situación fomentó la organización obrera y la legislación del
trabajo, así como el surgimiento de nuevos movimientos políticos e ideologías
(socialismo, anarquismo, comunismo) que impulsaron cambios en estas condiciones. Sin
embargo, muchos de los problemas laborales surgidos con la Revolución Industrial persistieron
en mayor o menor grado hasta comienzos del siglo XX.