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1914
Razones por las que se dio la revolución industrial
Hubo varias condiciones previas que hicieron posible el inicio de la Revolución
Industrial en Gran Bretaña: la acumulación de capital y la abundancia de
mano de obra. Se dio otro proceso histórico anterior y simultáneo a la
Revolución Industrial que actúa como factor o causa, pero que al mismo
tiempo se convierte en efecto o consecuencia del propio desarrollo industrial:
La revolución agrícola. Que es como se conoce el espectacular aumento de
la producción agrícola entre el siglo XVIII y el XIX.
La revolución demografíca con un gran aumento de la población y cambió
la sociedad con la aparición de nuevas clases sociales.
La principal característica de Revolución industrial es la continua mejora
tecnológica con la invención de nuevos inventos y nuevos avances técnicos.
La tecnología son las mejoras o inventos cuya utilidad es práctica. Estos
inventos se aplicaron a la agricultura, a la industria y a los medios de
transporte, provocando también una revolución en los transportes.
La Revolución Agrícola inglesa
A mediados del siglo XVIII Inglaterra contaba con la agricultura más productiva
de Europa, debido a que sus estructuras habían sido objeto de una serie de
transformaciones favorecidas por una serie de circunstancias:
1. Cambios en la estructura de la propiedad agraria. Los "open fields" (campos
abiertos) son sustituidos por las "Enclosures" (cercamientos). Las "Enclosures" o
cercado de los campos abiertos fueron puestas en práctica en Inglaterra tras la
aplicación de las "Leyes de cercamiento" que establecían "la división, el reparto
y el cercamiento de los campos, praderas y dehesas abiertas y comunes y de
las tierras baldías y comunes" situadas en cada demarcación territorial.
2. La puesta en práctica de innovaciones agrarias que posibilitaron el gradual
abandono del barbecho a raíz de la aplicación del "Sistema Norfolk", la
estabulación del ganado, la introducción de nuevos cultivos (maíz, patata,
plantas forrajeras, etc.) y el empleo hacia 1870 de los primeros modelos de
maquinaria agrícola (sembradoras, trilladoras).
Debido a estas medidas, entre 1700 y 1800 los rendimientos agrícolas se
incrementaron en un 90%.
El sistema Norfolk
consiste en rotar cada
año los cultivos en un
terreno dividido en
cuatro parcelas en
lugar de dejar una
parte en barbecho,
como era habitual
hasta ese momento.
En una de las parcelas
se sembraban plantas
forrajeras que
regeneraban la tierra
y servían de alimento
para el ganado. Este
sistema permitió
suprimir el barbecho y
aumentar la superficie
cultivada y su
productividad.
Las tareas agrícolas de los dibujos son la siembra, la siega y el trillo. Para
estas tareas se utilizaba la segadora, una sembradora mecánica y la
trilladora. Los nuevos sistemas de arado y siembra permitían remover la tierra
con mayor facilidad y profundidad, así como cubrir las semillas con tierra
para protegerlas del viento y de los animales.
Consecuencias de la Revolución agrícola:
El crecimiento de excedentes alimentarios necesarios para satisfacer la
fuerte demanda de una población en alza.
La disponibilidad de excedentes de mano de obra sobrante del campo,
fundamental para satisfacer las crecientes necesidades de una industria
urbana en desarrollo.
El incremento de los beneficios de los propietarios de tierras, parte de los
cuales se invirtieron en las primeras fábricas modernas.
La Revolución demográfica se debió fundamentalmente a dos causas:
1. El mantenimiento de unas altas tasas de natalidad (superiores al 40 x mil).
2. El descenso de la mortalidad catastrófica.
Contribuyeron a ello factores como:
La mayor disponibilidad de alimentos y la erradicación de las crisis de subsistencia
gracias al incremento de la productividad (Revolución agrícola).
Los avances higiénicos, sanitarios (especialmente en el campo de la asepsia) y médicos,
constituyendo un importante ejemplo la vacuna contra la viruela (Jenner, 1796).
Además de las anteriores, en Gran Bretaña se dieron otras condiciones
favorables que incrementaron el crecimiento económico.
1. La disponibilidad de recursos: la disponibilidad en suelo inglés de recursos
como el carbón mineral y el hierro, indispensables para la transformación
productiva; y la disponibilidad de materias primas para la industria textil,
especialmente el algodón de la India y el sur de Estados Unidos, al que la
burguesía inglesa accedió por sus vínculos coloniales y por la posición
dominante de Gran Bretaña en el comercio mundial.
2. La influencia política de la burguesía: Tras la Revolución Gloriosa de 1688, en
Inglaterra se estableció una monarquía parlamentaria que limitó el poder del
rey y de la nobleza, al tiempo que concedió una creciente capacidad de
intervención política a la burguesía. Por lo que se impulsaron medidas que
favorecieron a los comerciantes y banqueros. En otros países europeos, la
toma del poder político por parte de la burguesía liberal comenzó hacia
fines del siglo XVIII mediante hechos más dramáticos, como la Revolución
francesa, las revoluciones burguesas. Esto permitió la creación de
emprendimientos y la circulación del capital, el desarrollo de la industria
mediante la defensa de la propiedad privada, la innovación tecnológica y el
comercio (muchas veces respaldado por el poder naval británico).
Primeras industrias de la Revolución Industrial
La Revolución Industrial se originó en la industria textil.
Antes de la Revolución Industrial, la producción textil ya era muy importante
en Gran Bretaña y funcionaba principalmente mediante el sistema “putting-
out” o “Domestic system”, por el que un empresario entregaba las
herramientas y la materia prima (lana o algodón) a familias campesinas que
se encargaban de producir textiles en sus hogares.
La Revolución Industrial introdujo máquinas como la lanzadera volante, la
hiladora Jenny, la máquina de hilar de Arkwright y el telar mecánico. Estas
innovaciones permitieron el nacimiento del sistema fabril de trabajo, por el
que la producción se concentraba en fábricas equipadas con grandes
máquinas y amplios grupos de trabajadores asalariados. La industria textil
alcanzó una escala sin precedentes. Pero todo esto no hubiera sido posible
sin la Máquina de Vapor de James Watt.
Las innovaciones técnicas
A partir del siglo XIX, el carbón vegetal que provenía de la madera fue
sustituido por el carbón de coque o mineral. El carbón era especialmente
importante porque era el combustible empleado en las máquinas a vapor para
el transporte (por ejemplo, el ferrocarril y el barco a vapor) y para la
producción en fábricas (especialmente para alimentar los hornos de la industria
siderúrgica). Esto impulsó la industria de la minería, que supuso la introducción
de un sistema de ventilación y rieles para vagonetas, al mismo tiempo que
incrementó los niveles de explotación de mano de obra y promocionó el
trabajo infantil (debido a los estrechos caminos que conducían hacia el interior
de las minas).
La industria siderúrgica.
Estados Unidos
La transformación norteamericana se aceleró de manera decisiva una vez
finalizada la Guerra Civil (1861-1865). A fines del siglo XIX Estados Unidos había
alcanzado al Reino Unido en potencial industrial.
El desarrollo del proceso presentó las siguientes características:
1. La excelencia de su agricultura, que sirvió de estímulo a la industria por su alto
grado de mecanización.
2. El dinamismo del mercado interior, superior al del exterior, vasta extensión
territorial del país.
3. La construcción de red de ferrocarriles, que permitió y estimuló la conquista del
Oeste.
4. La activa aplicación de innovaciones tecnológicas en el sistema productivo.
5. Una fuerte concentración empresarial.
Japón
Su industrialización fue pareja a los cambios sociales y políticos que
desmantelaron las estructuras feudales en el último tercio del siglo XIX, auspiciada
por la institución imperial ("Era Meiji"). Las primeras fases de la industrialización
nipona fueron asociadas esencialmente a la actividad textil (algodón y seda).
La transformación se fundamentó en:
El patrocinio del Estado que sustituyó empresa privada, impulsando la
construcción de ferrocarriles, creando bancos, etc.
La existencia de mano de obra barata y disciplinada que junto a la
sobreexplotación del campesinado permitió la acumulación de capitales que
financiaron la industria.
La rápida asimilación de la tecnología occidental y la utilización de la educación
como instrumento esencial en la formación de personal especializado.
La creación de grandes grupos industriales (Zaibatsu), muy competitivos,
orientados a la masiva exportación de manufacturas.
A comienzos del siglo XX, en tan solo tres décadas, Japón se había convertido en
una gran potencia económica, política y militar como puso de manifiesto la
guerra ruso-japonesa de 1905.
La segunda Revolución Industrial
Tras la Primera fase de la industrialización (Inglaterra) y su extensión (Europa,
USA y Japón), se inició un nuevo ciclo (superada la crisis de 1873) que
habría de durar hasta el estallido de la 1ª Guerra Mundial en 1914. En este
período Gran Bretaña perdió su liderazgo en beneficio de otras potencias.
Nuevas fuentes de energía
El Petróleo: Sirvió de combustible al motor de explosión y a la automoción,
que alcanzó la madurez con H. Ford en el primer tercio del siglo XX. Ford T de
1914.
La electricidad: Su aplicación fue esencial para la iluminación (Bombilla de
Edison, 1879), la transmisión de señales electromagnéticas (telégrafo),
acústicas (radio de Marconi) y en determinados motores como los que
propulsaban metros y tranvías.
Nuevos sectores de la producción