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ELENA GREENHILL BLACKER nació en 1875, Yorkshire, Inglaterra.

En 1888 llegó a Chile con 13


años de edad a bordo del vapor Araucanía con sus padres John Francis Greenhill y Frances
Emma Blacker. Los Greenhill llegaron con cinco hijos, dos mujeres y tres varones y con la
promesa de recibir del Estado chileno 40 hectáreas de tierra, herramientas para trabajarla, una
yunta de bueyes, tablones y clavos para construir una casa. Se establecieron en Cerro Verde, al
sur de Victoria, Chile.

Elena era la mayor y quedó cargo de


sus hermanos, ayudando en la cocina
y limpieza de la casa mientras sus
padres trabajaban la tierra. No le
gustaba.

PRIMERO

La salida más sencilla era el


matrimonio, de modo que en mayo de
1894, con 19 años, se casó con el
chileno MANUEL de la CRUZ ASTETE.

- Fue un matrimonio de conveniencia.


A ella le permitía irse de la casa de sus padres y a él le convenía casarse con una europea”.

Astete y Elena al poco tiempo de contraer matrimonio cruzan hacia la Patagonia argentina
para comerciar ganado. Durante los primeros años viven en Neuquén. En Cholforó nace el
primer hijo; Armando. Dos años después, en Roca, nace César Eulogio. El constante cambio de
domicilio del matrimonio respondía a las actividades mercantiles de Astete pero tenían más
que ver con acusaciones de estafa y abigeato.

Astete era productor rural y comerciante de ganado; propio y de terceros. Por ese tiempo
Astete fue detenido mientras arreaba ganado hacia Chile. Se lo acusaba de robar un toro que
él habría utilizado como buey para arrastrar un carro.

La detención de Astete no duró mucho, tampoco su vida. Fue encontrado muerto a doscientos
metros de su casa el 8 de noviembre de 1904. El cadáver estaba debajo de un montón de
piedras y su cabeza estaba destrozada. Todas las sospechas recayeron sobre Elena, que fue
acusada.

La defendió un entendido en leyes, sin título de abogado, de nombre MARTIN CORIA, hijo de
estancieros y sobrino, decía, del gobernador de Buenos Aires, Marcelino Ugarte, dato que
nadie se ocupaba de comprobar.

Lo cierto es que Elena fue absuelta y al asesino de Astete, nunca lo encontraron. Para
entonces, la viuda y Coria estaban en pleno romance.

SEGUNDO

ELENA y MARTIN CORIA se casan en Catán Lil - Limay, en 1905. Ella tenía 30 años, Coria 34.

Instalan un almacén de “Ramos Generales” en Monton-Niló, Río Negro, donde se dedican a la


crianza de ovejas y compraventa de haciendas pero eran más conocidos por sospechas de
abigeato, robos y estafas. Para ese tiempo Elena Greenhill ya era famosa por su beligerancia y
su puntería con armas de fuego; - “A las latas de tabaco Caporal les pegaba de cualquier
forma, hasta en el aire. Parecía que ni apuntaba siquiera. Dejaba a todos con la boca abierta.”

La fama de Elena se acrecentó cuando a mediados de 1909 la acusaron, junto con su marido,
de haber arreado y vendido 3 mil ovejas que no les pertenecían.
Una partida policial de 17 hombres al mando de un comisario de apellido Altamirano se
presentó en la casa-almacén para exigirles las guías de arreo de esos animales.

Cuando los policías rodearon el rancho los recibieron a balazos. Después de un nutrido
intercambio de tiros, por una ventana flameó una bandera blanca. Se abrió la puerta y salió a
parlamentar un peón. El comisario Altamirano y su ayudante caminaron a su encuentro.
Resultó que el peón era sordomudo, de modo que la policía no podía entenderse con ellos.
Estaban en eso cuando de atrás del rancho sale al galope una tropilla de caballos desbocados y
fueron rodeados por Elena, Coria y sus peones, todos ellos apuntándoles.

Casi todos los policías fueron liberados, pero Elena llevó a punta de Winchester hasta su casa a
Altamirano y su ayudante, donde los desnudó dejándolos en calzoncillos. Los obligó a lavar los
platos y las ollas sucias del almuerzo y los mantuvo en situación de servidumbre durante dos o
tres días hasta liberarlos sin devolverles las armas. Antes de dejarlos ir, les hizo firmar las guías
de arreo que certificaban que las 3.000 ovejas eran propiedad de Coria y Elena Greenhill. El
relato del hecho corrió como por un reguero de pólvora.

Para evitar la venganza, Elena y Coria liquidaron todo y se fueron a Buenos Aires, donde ya
estaban los dos hijos de Greenhill estudiando en un colegio privado. Allí Coria enfermó y murió
en 1914.

TERCERO

Martín Taborda era amigo de correrías con Coria por lo que resultó natural emparejarse con
Elena Greenhill. Quizás por nostalgia o por espíritu de aventura, volvieron a la Patagonia y se
radicaron en Chubut, donde retomaron la compraventa y el arreo de ganado,… tanto propio
como ajeno. Pero Elena antes de partir testó a favor de sus hijos.

Mientras tanto la policía de Chubut no aplacaba sus deseos de venganza y cuando supieron
que Elena y Taborda pasarían con un arreo por Paso Chacay, una partida de quince hombres al
mando del comisario Félix Valenciano montó la emboscada.

Elena y Taborda respondieron a balazos, pero eran demasiados hombres contra. Taborda
cubierto por Elena con sus últimas balas alcanzó a huir, pero fue atrapado al día siguiente.

Elena, con el caballo muerto, herida en la espalda y sin balas, fue ejecutada por Valenciano de
un disparo en la nuca. En su memoria, el cerro en que la mataron lleva hoy el nombre de La
Inglesa.

Su ejecutor a sangre fría - el comisario Félix Valenciano - participaría de la represión de la


Semana Trágica, y una vez terminada ésta seguiría por cuenta propia - junto con otro
comisario, Gustavo Sotuyo - la cacería de obreros.

Fue acusado de las muertes de León Dehesa, Mateo Albarracín y Antonio Crocha, a quienes
además robó sus pertenencias.

Detenido y sometido a juicio, se defendió:

-“Yo cumplí órdenes del presidente Hipólito Irigoyen y las autoridades de entonces en Santa
Cruz”. Fue sobreseído.

En la Biblia familiar donde los Greenhill anotaban nacimientos y muertes, la inscripción de la


muerte de Elena se reduce a solo tres palabras: “MURIÓ EN ARGENTINA”.

Aún no sabemos la trayectoria de los padres y hermanos de ELENA GREENHILL que se


quedaron en Chile, pero es probable - como ocurrió con muchos ingleses – que volvieran a su
tierra de origen para el conflicto de la Primera Guerra Mundial y también para la Segunda.

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