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GREGORIO ALBARRACÍN LANCHIPA. UN CORONEL PERUANO JAMÁS SE RINDE.

Conocido como el "Centauro de las Vilcas", según Francisco Vargas Baca, por su habilidad
como jinete y sus correrías en Tacna, lugar poblado de los árboles de Vilcas. Nació en Tacna el
30 de mayo de 1817. Durante su juventud fue arriero llevando carga desde Arica a Tacna y La
Paz. En 1840 ingresó a la Guardia Nacional, bajo las órdenes del coronel Manuel de
Mendiburu. Durante la guerra de la Confederación Perú-Bolivia participó en la invasión de
Bolivia que culminó con la muerte del presidente Agustín Gamarra en Ingavi.

Estuvo al lado de Ramón Castilla en la batalla de Intiorco, el 22 de setiembre de 1842. Presente


también en otras campañas protagonizadas por Castilla. En el gobierno de Manuel Pardo fue
acusado de conspiración, siendo perseguido por el gobierno.

Cuando se inició la guerra con Chile Albarracín tenía 61 años, desde Lima se dirigió a Tacna
para organizar el escuadrón "Tacna". Albarracín fue uno de los primeros en enfrentarse a los
chilenos y también sería uno de los últimos. Tuvo destacadas acciones en las batallas de San
Francisco y Tarapacá. Luego de la ocupación de Lima, Albarracín apoyó a Cáceres y siguió
hostilizando a los chilenos en pequeñas guerrillas en Tacna. Muchos recordaban su imagen
imponente, de casi dos metros de altura y su gran fuerza y fiereza era conocida entre los
chilenos. Albarracín se había convertido en un guerrillero que causaba grandes pérdidas a las
tropas chilenas.

El 2 de octubre de 1882, el coronel Albarracín y sus 11 guerrilleros fueron emboscados por una
tropa de 25 hombres en la quebrada de Saucini (Provincia de Tarata). Allí el capitán chileno
José Matta le pidió su rendición. El coronel Albarracín contestó con una frase que fue
recordada desde entonces: “Un coronel peruano no se rinde jamás”. Prefirió morir peleando
en vez de rendirse. Antes de él habían muerto su hijo y 9 de sus guerrilleros. Su cuerpo fue
llevado al pueblo de Chucatami, tenía una herida de sable en la cabeza y de balas. Luego fue
trasladado a Tacna, en 1884. Sus restos se encuentran en la Cripta de los Héroes en el
Cementerio Presbítero Maestro de Lima. El 20 de octubre de 1982 la ley 23484 declaró a
Albarracín y su hijo como héroes. (Juan José Pacheco Ibarra). Ilustración tomada del libro de
Victor Mantilla. Nuestros Héroes.

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