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Pedagogía Social y Crítica

Los grandes conflictos sociales, económicos y políticos de la sociedad, sustentados en la


presencia de procesos opresivos y contra libertarios de la humanidad, dieron génesis a las
pedagogías críticas. Esta corriente es desarrollada en todo el mundo, particularmente en
Europa y Norteamérica; entre sus representantes más significativos figuran: Freire, Giroux,
Apple, Kemmis, Carr, McLaren, Hagreaves y Popkewitz, comprometidos con la libertad, el
pensar crítico y transformador del hombre. Se denominan Pedagogía Social y Crítica, por
cuanto obedecen a una amplia gama de enfoques teóricos sobre los procesos sociales,
culturales, políticos, educativos, de la escuela, el hombre y la sociedad.

Se centran en cuatro grandes temas a saber:

Educación

Conocimiento

Institucionalización

Vínculos entre teóricos y prácticos

Estos temas fundados en el estudio sobre la sociedad, la escuela, la educación y los procesos
hegemónicos y totalizadores que ocurren en ella, permiten delinear a las pedagogías críticas.
Estas se estructuran conceptualmente bajo tres lineamientos interrelacionados:

a) Su origen en los discursos del estructuralismo (contribuciones de neomarxistas como


Gramsci, Althuser y Poulantzas) y del post estrcuturalismo (contribuciones de Foucault,
Deleuze, Derrida y Lacan), así como de otros enfoques derivados de la escuela de Francfort,
que a decir de Carr y Kemis, 188, “…se mostraban preocupados por el predominio de la ciencia
positiva y el grado enq u esta se había convertido en un elemento poderoso de la ideología del
siglo XX”.

b) La génesis del proceder de los discursos, que van desde lo académico hasta los discursos
teóricos críticos construidos en y desde la escuela (génesis de producción discursiva).

c) La orientación e intencionalidad de los discursos pedagógicos críticos. Se hace crítica de la


escuela y se propone una escuela crítica, por medio de una hermenéutica crítica. Estas
corrientes pedagógicas tienen la particularidad de expresar preocupación por temáticas
diversas, desde lo que sucede en el aula, el desarrollo del currículo, las prácticas educativas
del docente, la investigación en el aula, la comunicación alumno-profesor, entre otros temas,
hasta discursos sobre el papel de la sociedad en la formación del ciudadano, revisando
contundentemente la aseveración de saber es poder.

La pedagogía social (1)

Su principal objetivo es transformar y liberar la educación formativa, que en la escuela no ha


sido capaz de resolver, mediante una orientación tecnocrática, hermenéutica y emancipatoria.
Donde el rol del pedagogo se va construyendo, sacándolo de su aislamiento para insertarlo en
otras redes sociales logrando un cambio de mentalidad (donde sus saberes pueden ser
modificados, desechados y que es necesario crear nuevos) generando una identidad más
definida, dispuesto a aceptar que la realidad es altamente mutable y que se requiere gran
capacidad creativa para responder a las emergencias del presente, haciendo su propia lectura
sobre la realidad social, pero sin dejar de lado las tareas que tradicionalmente ha realizado. La
idea es ampliar el campo a un espacio extra escuela, ya que el aprendizaje esta en todos los
rincones, no solo en un espacio delimitado, de esta forma mejorar el rendimiento aumentando
el saber, desarrollado alguna habilidad, crear instancias que involucren aprendizaje mediante
alguna actividad, pero con un nivel de institucionalización.

La Pedagogía Social está situada en un punto en el que confluyen lo educativo y lo social, y


sólo desde esta perspectiva pueden entenderse los antecedentes históricos que configuran su
actual ubicación en el campo científico-pedagógico.

Este modelo emerge como resultado de los trabajos de la Teoría Crítica en las décadas de los
ochenta y los noventa. Algunos de sus fundamentos teóricos contemporáneos tienen su origen
en las propuestas de los filósofos y teóricos sociales de la escuela de Frankfurt como Max
Horkheimer, Theodor Adorno, Herbert Marcuse, Erich Fromm y Walter Benjamín, quienes
trabajaron en Alemania con el Instituto para la Investigación Social. Debido a que muchos de
ellos eran judíos, durante la segunda guerra mundial debieron trasladarse a Nueva York donde
se vincularon a la Universidad de Columbia. Allí participaron activamente en la vida académica
con una serie de estudios de reconocida importancia relacionados con críticas acerca del
racismo, la exclusión, el prejuicio racial y las políticas de segregación. Estos estudios influyeron
positivamente en el pensamiento filosófico y pedagógico en los Estados Unidos, y sus
perspectivas críticas son la base de los teóricos críticos de la actualidad.

La Pedagogía social se interesa en primer lugar por la crítica de las estructuras sociales que
afectan la vida de la escuela, particularmente de situaciones relacionadas con su cotidianidad y
la estructura del poder. En segundo lugar, se interesa por el desarrollo de habilidades de
pensamiento crítico-reflexivo con el fin de transformar la sociedad.

Según McLaren (1999) la pedagogía social examina a las instituciones educativas tanto en su
medio histórico como en su medio social, por ser parte de la hechura social y política que
caracteriza a la sociedad dominante. En este sentido, propende por un mayor nexo entre
trabajo productivo y educación, y por el acceso a esta última de todos los individuos, sin
distingo de clase social.

La pedagogía social presenta no solamente un lenguaje de crítica, sino también un lenguaje de


posibilidades. Los docentes que trabajan bajo este modelo coparticipan con sus estudiantes en
la reflexión crítica de sus propias creencias y juicios. De igual manera cuestionan críticamente
las fuentes de información que se utilizan en los procesos de enseñanza, entendiendo por
fuentes no sólo los libros de texto sino también las fuentes originales, la cultura popular, los
diversos discursos que explican un hecho, y el lenguaje, entre otros. Esta deconstrucción crítica
del lenguaje y del texto adquiere una singular importancia. Por ejemplo: ¿Qué significados,
sentidos y presuposiciones subyacen en la expresión "equidad educativa"?
Flórez (1994) señala que este modelo busca el desarrollo de habilidades de pensamiento
crítico-reflexivo que permiten al estudiante participar activamente en procesos de
transformación de la sociedad. Estimula la crítica del conocimiento, de de la ciencia, sus textos
y sus fuentes de manera permanente. Se fundamenta en el aprendizaje coparticipativo y en la
reflexión crítica de las propias creencias y juicios.

El modelo pedagógico social asume que los espacios sociales son escenarios ideales para que
los estudiantes hagan trabajo cooperativo y resuelvan conjuntamente problemas que no
podrían abordar de manera individual.

Entre los teóricos que participan en la construcción teórica de la Pedagogía Social se puede
citar a:

• Paulo Freire (Brasil). Al analizar las relaciones opresor-oprimido establece los fundamentos
para entender la educación liberadora y sus posibilidades. Propone las relaciones dialógicas
entre docente y alumno como una forma de promover procesos de concientización y liberación.
Entre sus obras más destacadas podemos citar: Educação como prática da liberdade (1967),
Pedagogía do oprimido (1970), Educação e mudanza (1981), Pedagogía da Esperança: um
reencontro com a pedagogia do oprimido (1992) y Pedagogia da autonomía. Saberes
necessários à prática educativa (1997).

• Donaldo Macedo (Brasil). Se interesa básicamente en el análisis de los procesos de


alfabetización, cultura y poder. Es coautor de varios escritos con Pablo Freire, ente los que se
destaca Alfabetización: lectura de la palabra y lectura de la realidad (1989) y Lengua, ideología
y poder (2005), en asocio con Bessie Dendrinos y Gounari Panayota.

• Ira Shor (Estados Unidos). Focaliza su trabajo en la propuesta de la educación como un


proceso de "empoderamiento". Investiga este fenómeno estudiantil a nivel universitario. Dos de
sus obras más reconocidas son: Educación empoderadora (1992) y Cuando los estudiantes
tienen poder (1996).

• Michel Apple (Estados Unidos). Estudia las relaciones entre currículum y poder (quién es
silenciado, quién tiene la palabra...), escuela y democracia, conservadurismo y educación,
sociología de la educación, ideología y educación. Dentro de su extensa obra se destacan:
Cultural politics and education (1996), Official knowledge: Democratic knowledge in a
conservative age (2000), The State and politics of education (2003), Ideology and curriculum
(2004) y Educating the "right" way: Markets, standards, God, and inequality (2006).

• Stanley Aronowitz (Estados Unidos). En su obra La crisis de la educación, critica las


relaciones entre política y escuela. Entre sus obras más destacadas se encuentran: The
Knowledge Factory: Dismantling the Corporate University and Creating True Higher Learning
(2001), Implicating Empire: Globalization and Resistance in the 21st Century (2002), Paradigm
Lost: State Theory Reconsidered (2002), Debating Empire (2003), How Class Works: Power
and Social Movement (2004), y Left Turn: Forging a new political future (2006).

• Henry Giroux. Centra su trabajo en la propuesta de la labor intelectual de los docentes, las
teorías de la reproducción y la pedagogía de la oposición. Entre sus trabajos más
representativos, traducidos al español, encontramos: Los profesores como intelectuales: hacia
una pedagogía crítica del aprendizaje (1990), Igualdad educativa y diferencia cultural (1992),
Placeres inquietantes: aprendiendo la cultura popular (1996), Cruzando límites. Trabajadores
culturales y políticas educativas (1997), Sociedad, cultura y educación (con Peter McLaren,
1999), El ratoncito feroz: Disney o el fin de la inocencia (2001), Cultura, política y práctica
educativa (2001) y La inocencia robada (2003).

McLaren (1999) afirma que este modelo… ha comenzado a proporcionar una teoría radical y un
análisis de la escuela, y al mismo tiempo añade nuevos avances en la teoría social y desarrolla
nuevas categorías de investigación y nuevas metodologías. En él el maestro es una persona
crítico-reflexiva que cumple un rol político en y con su comunidad.

Para Giroux (1990) los educadores tradicionalistas se han negado generalmente a interrogarse
sobre la naturaleza política de la enseñanza pública. Señala también que tradicionalmente la
escuela se ha negado a analizar las relaciones que existen entre poder, conocimiento y
dominación. Sostiene que los análisis del modelo pedagógico social han ofrecido… un nuevo
lenguaje teórico y una actitud crítica que sostienen que las escuelas, dentro de la amplia
tradición humanística occidental, no ofrecen oportunidades para la potenciación personal y
social en la sociedad.

En la práctica, la relación del docente con el alumno es dialógica y el primero juega el rol de
figura crítica que invita a la reflexión mediante el cuestionamiento permanente. Privilegia el
trabajo en grupo y estimula la crítica mutua de modo que los estudiantes puedan mejorar su
trabajo y apoyarse mutuamente, comprometiéndose colectivamente en la solución de
problemas de interés social.

Durante el proceso de discusión y debate de un determinado tema, el maestro asume una


relación igualitaria en la que se convierte en un miembro más que aporta sus ideas para la
realización del constructo colectivo. Frecuentemente puede también desempeñar roles de
conductor o, en la mayoría de los casos, relator que hace síntesis, favorece consensos y refleja
en el grupo los avances y logros en torno al tema en discusión. El maestro debe garantizar que
la identificación, selección y tratamiento de un determinado problema se trabajen de forma
integral, sin aislarlo, y estimula la participación de toda la comunidad involucrada mediante
prácticas contextualizadas en escenarios lo más naturales posible.

El maestro está invitado, al igual que todos los demás participantes, a expresar sus opiniones,
a mostrar sus acuerdos y desacuerdos sobre la situación estudiada, sabiendo de antemano
que su palabra tiene el mismo valor que el de las demás personas, puesto que la autoridad no
proviene del poder de que es investido por algún superior, sino del valor y la pertinencia de sus
ideas, de la fuerza de sus argumentos, de la coherencia y utilidad de sus propuestas y de su
capacidad de persuasión.

Dado que en este modelo el propósito se centra en la construcción crítica de sentidos


colectivos, la evaluación no apunta a la consideración del producto final como conocimiento
estático. Este modelo propugna por la evaluación de los potenciales de aprendizaje que se van
haciendo reales, lo que Vigotsky (1988) llama la ampliación de sus zonas de desarrollo
próximo.

En esta dinámica, la evaluación no está desligada de la enseñanza, sino que se utiliza para
detectar conjuntamente –alumno, grupo, entorno y maestro-, el grado de ayuda que requiere
cada alumno para resolver el problema por su propia cuenta. No será entonces el profesor
quien deba dar la información que el estudiante necesita; el mismo estudiante debe descubrirla,
identificar lo que conoce, lo que observa, lo que los demás dicen, valorar si le es útil e
interesante y decidir si la incorpora y la integra en nuevas formas de razonar.

Esto es precisamente el tema de evaluación del maestro: qué sucede en el aula, cómo razonan
sus estudiantes, cómo actúan; ésta información le será de utilidad para decidir sobre nuevas
situaciones didácticas, actividades y propuestas que planteará a los estudiantes para facilitar la
evolución de su pensamiento crítico y de su nivel de compromiso.

La autocrítica como elemento de mejoramiento y crecimiento personal se hace manifiesta en la


autoevaluación. La forma típica de evaluación es el debate y a través de él, la colectividad
coevalúa el trabajo productivo de cada uno de los participantes. Aunque puede recurrirse a ella
en determinadas ocasiones, la heteroevaluación suele ser también parte constitutiva de la
revisión de los logros particulares y colectivos. Uno de los aspectos más ricos y novedosos de
este modelo es que es quizá el que da mayor preponderancia a la utilización de múltiples y
variadas fuentes de evaluación.
Pedagogía critica:

La pedagogía es una nueva forma de comprender y transforma la realidad socio-escolar, que


esta más allá de la mirada hermenéutica, que intenta ayudar a los estudiantes a tener una
conciencia crítica, de concebir los procesos formativos en base a la experiencia y la reflexión
mediante una racionalidad emancipatoria, que cuestiona las prácticas formativas, valorando así
la diversidad de una manera democrática, en construcción de nuevos actores sociales.

PEDAGOGÍA CRÍTICA: EJE DE DESARROLLO DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR

José Luis Coraggio (2)

La formación de los intelectuales y profesionales que requiere el desarrollo del capital humano
necesita una reforma fuerte de los procesos educativos. En la orientación de dicha reforma
juega un papel fundamental el desarrollo de una pedagogía crítica. Si la pedagogía en general
tiene por objeto las relaciones educativas, una pedagogía crítica se caracteriza por estar
despojada de todo interés que no sea el de contribuir al pleno desarrollo de dichas relaciones
de manera coherente, con una utopía social superadora del status quo. Aunque existen
elementos importantes en esa dirección, tal pedagogía está aún por sistematizarse.

En este sentido, las propuestas alternativas a los criterios de la pedagogía tradicional deben ser
tomadas como hipótesis de trabajo a ser corroboradas por sus resultados y vigiladas mediante
una investigación educativa que acompañe el proceso de innovación. Su referente empírico
será entonces los problemas experimentados en la docencia concreta (los que generalmente
son vividos como deficiencias o fracasos de los alumnos), analizados desde un modelo de
trabajo académico asumido explícitamente por la universidad (lo que no se limita a estilos de
razonamiento y mucho menos de evaluación, sino que incluye valores, actitudes y sentidos
trascendentes para el conjunto de la comunidad académica).

Resumiendo, algunos lineamientos que creemos debería seguir una pedagogía crítica son los
siguientes:

Su característica principal no es la crítica cerrada del sistema escolar existente y la pretensión


de sustituirlo, sino partir de esa institución educativa para transformarla desde adentro,
mediante la implementación, consensual o acordada, de propuestas viables que le permitan
cumplir su papel central en el desarrollo humano.

Su lema principal es "enseñar a aprender". Esto incluye enseñar a todos los miembros de la
comunidad educativa a aprender de su propia práctica, para lo cual debe tematizar los
elementos "naturalizados" o inconscientes del proceso educativo. Y supone evaluar tanto a
alumnos como a docentes por los resultados del aprendizaje.

Su objetivo no es la asimilación eficiente de determinados conocimientos por parte de los


alumnos, sino la formación de intelectuales y profesionales con autonomía creativa, capaces de
diagnosticar problemas y de plantear alternativas construyendo consensos de manera
dialógica, en interacción con los agentes del medio. La transferencia de los conocimientos y
habilidades adquiridos a contextos extra educativos debe ser una preocupación fundamental y
traducirse en propuestas para encararla a lo largo de todo el proceso universitario. En esto
debe ponerse especial énfasis en garantizar la capacidad de los graduados para identificar y
atender a demandas o necesidades experimentadas por los diversos sectores o agentes
sociales involucrados en un proceso de desarrollo humano, verdadera prueba de rendimiento
del proceso educativo.

A diferencia de las pedagogías que mantienen la jerarquía entre maestro y alumnos y de las
que, en el otro extremo, plantean una horizontalidad total, una pedagogía crítica debe ver las
relaciones maestro-alumno como una etapa necesaria en el desarrollo del capital humano, pero
considerando al maestro mismo como parte de ese capital, necesitado de aprender y
desarrollarse en su relación con los alumnos.

Su estilo no debe ser normativo y su ámbito de vigilancia e intervención no debe ser sólo el
aula ni sólo la relación profesor-alumno. Su estilo debe ser propositivo y consensual,
institucionalizando una reflexión colectiva acerca de todas las relaciones y ámbitos en el interior
de la comunidad académica, porque tanto maestros como alumnos y administradores tienen
interés y algo que aportar en la búsqueda de mejores procedimientos educativos, y porque, en
tanto contexto real inmediato de las relaciones educativas, prácticamente todas las relaciones
que allí se tienen son formativas de valores, actitudes y capacidades. Esta amplitud de mira
ayuda también a defender las relaciones educativas de posibles intrusiones del mercado (que
tiende a estandarizar la producción de "recursos humanos" de acuerdo a demandas efectivas
de corto plazo) o del poder burocrático (que impulsa un concepto de eficiencia que mide el
rendimiento por indicadores cuantitativos antes que cualitativos).

Mientras la pedagogía tradicional ha estado centrada en la enseñanza y sus medios (buenos


profesores y buenos textos), y algunas corrientes han tendido, por el contrario, a poner el
acento en el aprendizaje (el alumno y su contexto), una pedagogía crítica debe asumir la
totalidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, incorporando a los alumnos y sus relaciones
cooperativas como recurso del proceso educativo.

Una pedagogía crítica debe velar porque la autoridad basada en el conocimiento sea legítima y
no se sustente en el ejercicio arbitrario de un poder externo al proceso de producción colectiva
de significado. Desde ese punto de vista, la necesidad de iniciar los procesos educativos
superiores a partir de una división del trabajo entre profesores y alumnos es algo que debe
superarse a lo largo de la carrera universitaria, condición para la formación de egresados
capaces de enfrentar las situaciones reales fuera del medio académico. Asimismo, la
evaluación, usualmente instrumento de control de los alumnos por parte de los profesores,
debe ser vista como un recurso fértil para apoyar el proceso de estudio y favorecer relaciones
menos jerárquicas.

Mientras la pedagogía tradicional se asienta en una concepción de la cognición como proceso


individual, una pedagogía crítica debe enfatizar los procesos de participación en la producción
colectiva de significado. Además, debe considerar explícitamente no sólo la dimensión cognitiva
del proceso educativo, sino también su dimensión expresiva y normativa.

Mientras otras corrientes ponen el centro de atención en el desarrollo de la capacidad


lingüística de los graduados (manejo de lenguajes básicos y especializados), una pedagogía
crítica debe dar mayor peso al desarrollo de la capacidad comunicativa (entre diversos niveles
de la comunidad académica, entre los pares, con diversos interlocutores y a través de diversos
medios del contexto extra-universitario), habilitando al egresado a insertarse en las múltiples
redes existentes de comunicación social, condición para su eficacia profesional.

Avanzar de manera firme en todas estas direcciones supone varias tareas:

Sistematizar los principios básicos de una propuesta pedagógica para la universidad que se
base en un acuerdo real de su planta docente y administrativa respecto a reglas del juego y
procedimientos;

Conformar una unidad responsable de la investigación y seguimiento pedagógicos, que –en


estrecha colaboración con los responsables de la planificación curricular- trabaje con
profesores y alumnos en todos los niveles de la carrera y esté a cargo de la capacitación
pedagógica de la planta docente y la continua devolución de los resultados de sus
investigaciones.

Realizar actividades docentes especialmente dirigidas a sentar las reglas del juego académico
y a sensibilizar al estudiante respecto a sus estrategias de trabajo académico, abriéndole la
posibilidad de un comportamiento más racional al respecto.

(1) Gómez Hurtado, Manuela y Polanía González, Néstor Raúl: “Modelo Pedagógico Social” en
Estilos de Enseñanza y modelos pedagógicos: un estudio con profesores de Ingeniería
Financiera de la Universidad Piloto de Colombia, Universidad de La Salle, Bogotá, 2008, pp 66-
71.

(2) Coraggio, José Luis: “Pedagogía crítica: eje de desarrollo de la enseñanza superior”, en
Cuadernos de Pedagogía, Año 5, No. 4, 2009.

Enlace electrónico: http://www.fceia.unr.edu.ar/labinfo/facultad/decanato/secretarias/


desarr_institucional/biblioteca_digital/articulos_pdf_biblioteca_digital/

11 comentarios:

Unknown17 de octubre de 2014, 4:59 p.m.

Varias corrientes pedagógicas intentaron e intentan hacer de la educación un medio de cambio y de despertar de la
conciencia crítica, en el que se trate de formar alumnos que reflexionen sobre su propio aprendizaje y sobre el
contexto sociocultural en el que viven, y no solo una educación que esté al servicio de la dominación, que enseñe el
conformismo, la obediencia, y la simple adaptación al medio para medio subsistir.

"NADIE EDUCA A NADIE, NADIE SE EDUCA A SÍ MISMO, LOS HOMBRES SE EDUCAN ENTRE SÍ
MEDIATIZADOS POR EL MUNDO" PAULO FREIRE

rosi28 de octubre de 2014, 7:48 p.m.

La pedagogía social, critica.

Se desarrolla en Europa, y por el mundo entero en los años 80 y 90.


Su objetivo, es transformar la educación donde el rol del pedagogo, se va construyendo

En otras redes sociales, logrando un cambio de mentalidad donde sus saberes son desechados,

Y que es necesario crear nuevos. Yo pienso que es el maestro, el que tiene que hacer que el alumno, en su
desarrollo reflexione, a una conciencia crítica, para que este tenga su propio punto de vista de su entorno, de esta
manera obtiene un parámetro para poder criticar

Las estructuras sociales, económicas y políticas.

También se basa en que el psicopedagogo, tiene que ser un técnico asesor que pueda detectar problemas, pero que
les dé una solución por medio de técnicas y estrategias.

fer30 de octubre de 2014, 3:08 p.m.

L a pedagogía critica ayuda a los estudiantes a alcanzar un pensamiento critico de los problemas sociales que
afectan a nuestro país etc. que el estudiante haga conciencia de su realidad y que atreves de esto pueda surgir una
transformación individual y colectiva. Atraves de la pedagogía critica se busca ofrecer soluciones atraves de los
individuos en una sociedad

fausto6 de noviembre de 2014, 8:50 a.m.

Pedagogía desde las inteligencias múltiples

• El enfoque de los procesos de aprendizaje y enseñanza no solo cuando suponen la irrupción de una nueva
pedagogía el avance y creación en el alumno en este sentido la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner
plantea una visión así cada persona posee diferentes potenciales cognitivos los estudiantes como entidades que
aprenden de manera diferente las naciones en vías de desarrollo trabajan para construir sus economías desde el
punto de vista educativo y surgen cada día mas formas de abordar el conocimiento acerca del potencial humano
señala los avances tecnológicos que favorecen el aprendizaje y permiten la creación de espacios para el desarrollo
humano para Gardner, identifica ocho tipos de inteligencia a saber.

1. Inteligencia lógica matemática – Utiliza para resolver problemas de lógica y matemática.

2. Inteligencia lingüística – La que tienen los escritores.

3. Inteligencia espacial – Consiste en formar un modelo mental del mundo de tres dimensiones.

4. Inteligencia musical – Es naturalmente de los cantantes.

5. Inteligencia corporal kinestética – O la capacidad de utilizar el propio cuerpo para realizar actividades o resolver
problemas.

6. Inteligencia intrapersonal – Es la que permite entendernos a nosotros mismos no esta asociada a ninguna
actividad concreta.

7. Inteligencia interpersonal – Es la que nos permite entender a los demás y la solemos encontrar en los vendedores.

8. Inteligencia naturalista – Es la que utilizamos cuando observamos y estudiamos la naturaleza, es la que


demuestran los biólogos a los herbolarios.

Unknown10 de noviembre de 2014, 4:46 p.m.

PEDAGOGIA SOCIAL Y CRÍTICA

Se denomina pedagogía social y critica, por cuanto obedecen a una amplia gama de enfoques teóricos sobre los
procesos sociales culturales, políticos, educativos, de la escuela, el hombre y la sociedad. Se centran en cuatro
grandes temas a saber. Educación, conocimiento, institucionalización y vínculos entre teóricos y prácticos.

Esta corriente es desarrollada en todo el mundo. Entre sus representantes más significativos: Freire, Giruox, Apple,
Kemmins, Carr, McLaren, Itagreaves y Popkewitz, comprometidos con la libertad, el pensar crítico y transformador
del hombre.

Esta corriente pedagógica tiene la particularidad de expresar preocupación por temáticas diversas, desde lo que
sucede en el aula , el desarrollo del currículo, las prácticas educativas del docente, la investigación en el aula, la
comunicación alumno-profesor, entre otros temas, hasta discursos sobre el papel de la sociedad en la formación del
ciudadano, revisando contundentemente la aseveración de saber es poder.

Pedagogía social5

Su principal objetivo es transformar y liberar la educación formativa, que en la escuela no ha sido capaz de resolver,
mediante una orientación tecnocrática hermenéutica y emancipadora. Donde el rol del pedagogo se va construyendo
sacando de su aislamiento para insertarlo en otras redes sociales logrando un cambio de mentalidad (donde sus
saberes pueden ser modificados) desechados y que es necesario crear nuevos, generando una identidad más
definida, dispuesto a aceptar que la realidad es altamente mutable y que se requiere gran capacidad creativa para
responder a las emergencias del presente, haciendo su propia lectura sobre la realidad social pero sin dejar de lado
las tareas que tradicionalmente ha realizado.

Este modelo emerge como resultado de los trabajos de la tecnocracia sus fundamentos teóricos tienen sus orígenes
en las propuestas de los filósofos y teóricos sociales de la escuela de Frankfurt como Maxhorkheimer, Theodor
Adorno, Herbert Marcuse, Erich Fromm y Walter Benjamin.

5 Gómez Hurtado, Manuela y Polonia González, Néstor Raúl: Modelo pedo-social. En estilos de enseñanza y
modelos pedagógicos.

Es una nueva forma de comprender y transformar la realidad socio-escolar, que está más allá de la mirada
hermenéutica que intente ayudar a los estudiantes a tener una conciencia crítica, de concebir los procesos
formativos en base a la experiencia y la reflexión mediante una racionalidad emancipadora que cuestiona las
prácticas formativas, valorando así la diversidad de una manera democrática, en construcción de nuevos actores
sociales.

PEDAGOGIA CRITICA: EJE DE DESARROLLO DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR.

JOSE LUIS CORRAGIO

La formación de los intelectuales y profesionales que requiere el desarrollo del capital humano necesita una reforma
fuerte de los procesos educativos. En la orientación d dicha reforma juega un papel fundamental el desarrollo de una
pedagogía crítica.

Lineamientos que creemos debería seguir una pedagogía critica.

Su característica principal no es la crítica cerrada del sistema escolar existente y la petición de sustituirlo, sino partir
de esa institución educativa para transformarla desde adentro mediante la implementación consensual o acordada,
de propuestas viables que le permita cumplir su papel central en el desarrollo humano.

Su lema principal es “enseñar a aprender” esto incluye a enseñar a todos los miembros de la comunidad educativa a
aprender su propia práctica, para lo cual debe tematizar los elementos naturalizados o inconcientes del proceso
educativo.

elipozos18 de noviembre de 2014, 11:01 a.m.

En la pedagogía socia y crítica la lectura me pareció muy importante e interesante,ya quique nos habla de la
educación,conocimiento,institucionalizacion y los vinculosentre teóricos y prácticos.
La pedagogía social se sustituye en el punto que influye lo educativo y lo social,sólo de está respectiva se entiende
los antecedentes históricos.

La pedagogía crítica está se sitúa en las propuestas alternativas a los criterios e la pedagogía tradicional.

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