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POSTULADOS SOBRE LA PEDAGOGIA CRITICA… HENRY GIROUX

Palabras clave: pedagogía crítica, democracia, responsabilidad, esperanza educada


RESUMEN

 En todo el mundo, las fuerzas del neoliberalismo, o lo que podría denominarse la última
fase del capitalismo depredador, van por el camino de desmantelar los beneficios sociales
garantizados históricamente y otorgados por el estado benefactor. Esta es una razón de
peso para que los educadores y otros aborden cuestiones sociales importantes y
defiendan la educación pública y superior como esferas públicas democráticas; necesitan
un nuevo lenguaje político y pedagógico para abordar los cambiantes contextos y
cuestiones y desarrollar formas de pedagogía crítica capaces de desafiar al neoliberalismo
y a otras tradiciones antidemocráticas. Se abordan en este artículo la noción de los
docentes como intelectuales públicos, la pedagogía y el proyecto de democracia en
rebelión, la pedagogía y la política de la responsabilidad, y finalmente la pedagogía como
una forma de resistencia y esperanza educada. La esperanza educada es la base para
dignificar nuestra labor como intelectuales; ofrece el conocimiento crítico ligado a un
cambio social democrático, está arraigada en responsabilidades compartidas y permite a
docentes y estudiantes reconocer la ambivalencia y la incertidumbre como dimensiones
fundamentales del aprendizaje. Esta esperanza ofrece la posibilidad de pensar más allá de
lo dado – y deja abierto un terreno pedagógico en el cual docentes y estudiantes pueden
comprometerse en la crítica, el diálogo y una lucha por la justicia social.

la pedagogía crítica y la teoría de la resistencia


En un momento de la historia en el que la educación está al servicio del neoliberalismo es
necesario replantear su función. Para tal fin se analizan los fundamentos de la Pedagogía
crítica y la Teoría de la resistencia y sus puntos de convergencia. Se realiza un recuento por
los planteamientos de Habermas, en la Teoría de la acción comunicativa, seguido por los
establecidos por Henry Giroux, quien invita a los maestros a analizar el papel de los medios
de comunicación como soportes de la ideología dominante y oponerse a ellos a través de
una Pedagogía liberadora. Asimismo, el artículo aborda la Teoría de la resistencia, línea de
pensamiento que se encuentra con la teoría de Paulo Freire, la cual ve a los docentes como
promotores de una educación liberadora. Bajo esta consideración, la Pedagogía crítica es
vista como una pedagogía que busca la formación del pensamiento crítico y que considera
el aula como un escenario de resistencia.

Conclusiones Ante las preguntas ¿cómo guiar la labor docente hacia una
educación donde se trate la constante problematización de lo humano?
¿Cómo responder desde la educación a la actual crisis del hombre y del
mundo? La respuesta de algunos es la continua actualización, control y
tecnificación del trabajo docente. Mejorar en su inspección, procurar el
aumento de rendimiento y la eficiencia para ciertos sectores, así como
medios de intervención y reforma laboral para otros. Según lo expuesto en el
artículo, esto tiende a formalizar una asimilación de la ideología dominante y
la continuidad del neoliberalismo y su proyecto de adaptación basado en lo
burocrático. La crítica debe tener un punto de apoyo fuera del sistema para
que ella misma tenga sentido. La esencia del pensamiento crítico es ir más
allá de lo mismo desde la afirmación de una ética que procura tener
proximidad con el rostro del Otro en su alteridad; que busca una relación de
reconocimiento y de justicia con el pobre, el huérfano, el extranjero (Dussel,
2016). Tanto Giroux como Freire hacen parte de la perspectiva crítica de la
educación, puesto que ambos indagan en el enfoque burocrático que parece
apropiarse del devenir del hombre en su realidad histórica suprimiéndolo de
su actividad crítica. A su vez plantean una visión no conformista frente a la
categoría de lo humano ni solidificada en cuanto al mundo político. Proponen
un examen crítico dentro de la labor de los docentes de cara a una posible
imposición del plano empresarial y/o productivo en el porvenir de lo
humano. Freire reabre el campo de la pedagogía a su base, lo popular y el
pensamiento crítico. Giroux defiende una posible apertura epistemológica
que brinde a la teoría y a la práctica educativa creación propia, mediación y
resistencia. Ambos le apuestan a los saberes populares, a la re-comprensión
y reinvención de lo teórico y lo práctico integrado por las disímiles disciplinas
del conocimiento que a su vez están presentes en la educación. Lo cual se ve
como una posibilidad de interrelacionar el fulgor académico con la
congruencia de una transformación social. Este artículo invita a no dejar
inacabada la reflexión sobre el papel de la actividad crítica y su posible
validez en la educación del siglo xxi. Se insiste en que serían valiosas nuevas
investigaciones que aborden la relación entre pensamiento crítico, juventud,
contexto local-social, universidad y escuelas y, a su vez, se reitera la
importancia de escrutar los nuevos desafíos que la teoría crítica necesita
enfrentar, por ejemplo, los retos de la humanización en el actual contexto de
desarrollo tecnológico y científico. Para concluir, se invita a los lectores a
continuar en la interpretación del amplio marco teórico de la Pedagogía
crítica. El trabajo de Freire y Giroux sugiere la búsqueda de una orientación
teórica que extienda la crítica en la metamorfosis de los sujetos hacia la
conformación de un mundo más humano, en el que prime la creatividad y el
pensamiento crítico, con una cultura política basada en conocimientos y
valores. Una cultura que le permita a los ciudadanos indagar en los
problemas sociales, en lugar de ocultarlos o extender el desinterés hacia la
realidad concreta, considerando posible su participación en ese nuevo
paradigma educativo en pro de posibles alternativas.

Pedagogía y Conocimiento
Versión impresa  ISSN 0121-2494

Abstracto

GIROUX, Henry A.  and  MICAN, Andrés Felipe . Hacia una pedagogía de la


esperanza educada bajo el capitalismo de casino. Pedagogía y Conocimiento [en
línea]. 2019, n.50, pp.153-158. ISSN 0121-2494.

La educación y el pensamiento crítico como estrategias fundamentales en la


consolidación de la democracia radical son objeto de análisis de este artículo de
reflexión. El cambio social y político junto a la esperanza educada se proponen como
ejes que permitirían construir un futuro no autoritario. Se argumenta que la pedagogía
crítica es la posibilidad de que la educación sea reconocida como un compromiso cívico
que favorece la alfabetización cívica, así como la capacidad de agencia, acción y
cambio que permite la inclusión y la responsabilidad social. Finalmente, se argumenta
que la democracia se empobrece cuando la pedagogía no es el centro de la política y
que la esperanza informada es la posibilidad de enfrentar los obstáculos y las
realidades concretas de la dominación.
La pedagogía fronteriza.

Para abordar la Pedagogía Fronteriza es necesario revisar la Pedagogía de


Frontera, esta se nutre principalmente, de dos fuentes teóricas: el
postmodernismo crítico y la pedagogía crítica (Giroux, 1992). El
postmodernismo crítico plantea la necesidad de desterritorializar el plano de
la comprensión cultural dominante y por consecuencia el rechazo de la idea
de un sujeto unificado y racional; para esto se plantea como estrategia
central la crítica de todas las formas de representaciones y significados que
reclaman un estatus trascendental. La pedagogía crítica ve a la educación
como una práctica política social y cultural. Se plantea como objetivos
centrales el cuestionamiento de las formas de subordinación que crean
inequidades, el rechazo a las relaciones de salón de clases que descartan la
diferencia y el rechazo a la subordinación del propósito de la escolarización a
consideraciones económicas. Las conjunciones de estas dos fuentes teóricas
permitieron a Henry Giroux formular la Pedagogía de Frontera, o Pedagogía
de los Límites. Este concepto de pedagogía de frontera sugiere que los
docentes existen dentro de los límites sociales, políticos y culturales entre
otros, que son múltiples como históricos en esencia y que ubican demandas
particulares sobre el reconocimiento y la aprobación pedagógica de las
diferencias. Giroux es uno de los principales exponentes en EUA de la
Pedagogía Crítica y concretamente de lo que él denomina como la Pedagogía
Fronteriza. La proximidad a la construcción del concepto de Pedagogía
Fronteriza reviste en ser agentes de cruzadores de fronteras en cualquier
campo, más allá de los limites construidos en cuanto a las diferencias. Los
docentes siguen construyendo un control teórico de las formas en que se
erige la diferencia, ya que ésta puede adoptar diversas representaciones y
prácticas que nombran, legitiman, marginan, excluyen e incluyen las voces de
los distintos grupos que por lo general son grupos subordinados, marginados
o estigmatizados. Este control teórico permitirá al docente trabajar los
contenidos educativos de una manera pertinente para el logro de los fines
educativos ya esbozados, pero el logro efectivo de tales fines exige que el
docente se constituya en un cruzador de fronteras para legitimar la
diferencia como una condición básica para entender los límites del propio
conocimiento. (Giroux, 1992). En la lógica del país, en México es recurrente
que se piense que el habitante de la

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