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La vida mindfulness.

Atención plena aquí y


ahora
Practicar mindfulness en la vida cotidiana con claves y
estrategias para encontrar la serenidad y reducir el estrés.

Juan Carlos Montoya


www.plenaccion.es
Copiright ©2015 by Juan Carlos Montoya
Todos los derechos reservados
Edición actualizada en abril de 2019
Contents

Tu regalo
Introducción
Agradecimientos.
No es ego; es cercanía. Permíteme que me presente.
Un poco de historia. Mindfulness, la mejor “moda” del mundo.
¿Para qué quieres practicar mindfulness?. Las claves para comenzar
Mindfulness o Atención Plena. El río de la vida
De que hablo cuando hablo de Atención Plena.
Respir-Ando
Revoluciones
¿Por qué no es maravillosa mi cotidianidad?. Mindfulness en tu día a
día.
Las “zonas de confort”. Convivir entre telas de araña.
Ahora puedes vencer a la pereza diciendo no a la procrastinación.
El nuevo tiempo y los nuevos espacios. Mindfulness para la adaptación
al cambio.
Lidera tu vida. Liderando tu instante presente para que no te lideren tu
mañana.
De la Revolución interior a la revolución colectiva.
Buscando la felicidad en la cotidianidad. El camino de la atención.
Cómo deshacerse del miedo para siempre.
Ansiedad…de tenerte en mis brazos…
10 claves para evitar la distracción en un mundo multitarea
Meditación mindfulness poniendo orden en el armario
Oigo voces, ¿y tú?. 5 claves para enfocar la atención.
5 claves que mejorarán tu vida.
5 claves para simplificar tu vida.
5 ideas para fastidiarte tú mismo o misma en el trabajo y en la vida.
Cómo combatir el estrés y no morir en el intento.
5 consejos para la vuelta al trabajo después de vacaciones.
5 soluciones sencillas para mejorar tu vida en el trabajo.
Qué hacer en vacaciones si estás desempleado o desempleada.
¿Qué hacer cuando estás desempleado o desempleada?
Claves mindfulness contra la depresión.
5 pasos para superar el duelo por una pérdida.
7 claves para entender el running desde mindfulness.
5 claves para comenzar a runnear sin correr hacia las lesiones.
Las claves para ser feliz desde la atención plena.
10 trucos para ser feliz poniendo atención plena en tu vida cotidiana.
10 claves para meditar correctamente.
Guía para estar en silencio cinco minutos.
La vida mindfulness.
LIBROS PARA SEGUIR UNA VIDA MINDFULNESS
Un Cerezo en el Balcón. Practicar Zen en la ciudad”. Laia Monserrat.
Comer Atentos. Guía para redescubrir una relación sana con los
alimentos”. Jan Chozen Bays.
Vivir bien con el dolor y la enfermedad” Vidyamala Burch
Mindfulness para mejorar tu rendimiento”.Karolien Notebaert y Peter
Creutzfeldt
Mundo volátil. La sabiduría de sobrevivir en un mundo inestable”.
Francesc Torralba
Tú no eres tu dolor. Mindfulness para aliviar el dolor, reducir el estrés y
recuperar el bienestar”
El placer de cuidarnos”. Transforma las dificultades en posibilidades.
Miriam Subirana
El poder de nuestra presencia” Miriam Subirana
El Buentrato” Fina Sanz.
El Taller PROGRAMA 21.
Un pequeño favor y un muchas gracias de corazón.
Para Bea, que aguanta estoicamente “mis cosas mindfulness”.
Tu regalo
Te agradezco sinceramente la confianza que depositas al haber
comprado y leer este libro, que tiene como objetivo mostrarte y
proponerte algunas claves y estrategias que te pueden ser de utilidad en
tu vida diaria, en un mundo tan cambiante como en el que vivimos
actualmente.
Creo que estas herramientas que nos ofrecen la práctica de
mindfulness o de atención plena, pueden significar un profundo
cambio en tu manera de vivir la vida, pasando de caminar por ella con
el “piloto automático” de la inconsciencia encendido, a caminar por la
vida con la consciencia de haberlo apagado y ser, estar, hacer y tener
con un mayor sentido de plenitud.
El objetivo está en que te “des cuenta” de que lo extraordinario está
en lo cotidiano.
Como agradecimiento por la compra y lectura de este libro, tienes a
tu disposición un taller de introducción a la práctica de mindfulness o
atención plena on-line de 21 días.
Es el PROGRAMA 21 con el que podrás tener un primer
contacto con la práctica de la atención plena, o si ya andas en su
práctica, te puede servir para tener 21 días de una mayor atención y
aprender –quien sabe- cosas nuevas.
El proceso para realizar el taller on-line es el siguiente:
Al final del libro, encontrarás una dirección web. Entra en esa
dirección y activa tu participación en el PROGRAMA 21
introduciendo tu nombre y un correo electrónico en el que quieras
recibir los mails con los materiales para su desarrollo que están
compuestos de fichas, vídeos, textos y audios.
Así de sencillo. Al comenzar la activación, por favor, sigue las
indicaciones de los correos electrónicos que te llegan casi al instante.
¡Y comienza tu PROGRAMA 21!. 21 días para que practiques
mindfulness o atención plena y darte cuenta de que lo extraordinario
está en lo cotidiano.
También quiero invitarte a que te suscribas a las noticias de
Plenacción en la dirección En este caso, al suscribirte, vas a recibir,
también, varios obsequios:
-Una VideoClase de Introducción a la práctica de Mindfulness de
30 minutos de duración
-Un libro en pdf titulado “10 ideas para SER, ESTAR y HACER.
Estrategias para la transformación y el crecimiento personal”
-Un Seminario de Introducción on-Line a la práctica de
Mindfulness con tres videos y dos prácticas.
Muchas gracias por tu confianza.

Permíteme que te pida un pequeño favor:


Cuando termines la lectura de este libro, te agradecería mucho que
pusieses tu opinión en Amazon. Sería un honor para mí contar con tu
crítica pues, de ese modo, también me ayudas a dar a conocer el libro y
a mejorar mi trabajo para poder ofrecerte siempre información y
formación de la mejor calidad posible.

Y otra recomendación:
Cuando se tiene la pasión de contar y comunicar, se tiene las
ganas de dar a conocer el trabajo. Así que permíteme que te invite
también a leer otro de mis libros que también tienes disponible en
amazon y puedes encontrar buscando en Amazon por su título o en mi
página de autor de amazon o haciendo clic en este enlace:

"40 ideas mindfulness para tu vida cotidiana"

Espero, de corazón, que lo que en ellos te cuento te sea tan útil


como me ha sido a mí descubrir que hay otra forma de SER, ESTAR,
HACER Y TENER para vivir una vida plena.
Introducción
Te puedes levantar cada mañana con la sensación de pelear contra la
vida y pasarte la jornada deseando volver a la guarida de tu sofá o de
tu cama, a reponer fuerzas para la batalla del día siguiente, o te puedes
levantar cada mañana con el firme propósito y la acción de fluir con la
vida, haciendo que cada instante de tu jornada sea una oportunidad
constante de disfrutar y vivir una vida plena y consciente en la que
descubras que, en cada momento, lo extraordinario está en lo
cotidiano.
Tienes que asumir la responsabilidad. La decisión es tuya. O el Plan
vida-batalla o el Plan vida-fluir.
En cualquiera de los dos planes, va a haber buenos momentos,
malos momentos, circunstancias favorables y desfavorables muertes y
nacimientos, épocas de empleo y desempleo (nunca digas paro, pues
sólo te paras cuando llega el final, porque mientras hay vida hay
movimiento), dolor, enfermedades, risas y llantos, alegrías y tristezas.
Pero una cosa quiero que tengas muy clara y es que el dolor es
consustancial a la vida, pero el sufrimiento es opcional y todo depende
de las gafas que tú quieras llevar puestas durante toda tu vida; o las
gafas del “piloto automático” con las que nunca te das cuenta de dónde
estás exactamente, de qué haces, de qué sientes, y de por qué no tienes
las riendas de tu vida si es tuya, o las gafas del poder del Aquí y Ahora
que son “las gafas mindfulness” con las que haces que ese “piloto
automático” quede apagado, tomes las riendas de tu vida, te instales en
el instante presente y te des cuenta de que la vida, donde
verdaderamente discurre es en el aquí y ahora; en el instante presente
en el que ahora mismo estás mientras lees este libro.
Como decía John Lennon: “La vida es eso que transcurre mientras
tu estas mirando al pasado o al futuro”.
La práctica de mindfulness o atención plena, en palabras del Dr. Jon
Kabat-Zinn, “implica controlar y afrontar lo que nos es más difícil:
enfrentarnos y controlar el estrés y la angustia de la condición humana
cuando, más pronto o más tarde, haga acto de presencia en nuestra
vida”.
Mindfulness no es sólo adquirir herramientas para afianzarse en el
instante presente de una manera consciente, plena y serena, sino que
también nos ayuda a afrontar la imprevisibilidad del futuro que
construimos desde el aquí y ahora.
Me gusta indicar que la atención plena, el potencial del uso correcto
de nuestra conciencia como eje focalizador, nos vacuna contra la
angustia vital del miedo a un futuro que pensamos ingobernable.
Tanto si ya tienes algunas nociones de lo que es y significa
Mindfulness o atención plena, como si has llegado a este libro por
casualidad, recomendación o por alguna otra circunstancia o
casualidad, tengo que decirte que estás en el camino correcto.
Emprender el camino de vivir con atención, es una de esas buenas
decisiones que uno o una toma en la vida y nunca es tarde si la dicha
es buena y, en este caso, que tengas este libro entre las manos, es una
dicha buena porque con él pretendo que tengas unas cuantas
herramientas que te van a permitir enfrentarte a la vida diaria con otra
disposición que no será la de la batalla por la batalla, sino la de pisar
firme desde el instante presente para mejorar y desarrollar tu
crecimiento personal y profesional en un mundo en cambio
No te descubro nada si te digo que vivimos en un mundo en crisis.
Crisis, ¡la palabra de moda! frente a la que podemos resurgir como
mejores personas, más fuertes, más centrados y más dinámicos
asumiendo que, al fin y al cabo, tu vida es tuya y tú decides las piedras
que quieres llevar en tu mochila vital y cómo situarte ante tu propia
realidad; la de un mundo en cambio, pero en el que lo extraordinario,
sigue estando en lo cotidiano.
Los capítulos están escritos para que los puedas leer seguidos o
vayas saltando por ellos como más te plazca.
Si te voy a pedir tres cosas.
La primera, que actives cuanto antes el regalo que te hago al
adquirir este libro para que vayas realizando el PROGRAMA 21 de
prácticas mindfulness. La dirección web de activación la encuentras al
final del libro.
La segunda, que te suscribas a Plenacción desde la dirección
Y la tercera, que después de leer esta introducción, leas seguidos los
capítulos “No es ego; es cercanía. Permíteme que me presente”,
“Un poco de historia. Mindfulness, la mejor moda del mundo”,
“¿Para qué quieres practicar mindfulness?”, “De qué hablo
cuando hablo de Atención Plena”, y “Las claves sobre cómo
empezar a practicar mindfulness”. De esta manera, vas a tener una
mayor visión general sobre lo que, a continuación, te vas a ir
encontrando en los diferentes capítulos que conforman este libro.
Nada es positivo, nada es negativo; todo simplemente ES y es frente
a esa realidad ante la que nuestra forma de mirar puede transformar la
vida en un continuo sufrimiento, o experimentar la sensación de fluir
de la que nos habla el psicólogo y profesor Mihaly Csikszentmihalyi
en su libro “Fluir. Una psicología de la felicidad” donde al hablar de
las vías de liberación, dice que “La sencilla verdad de que el control
de la conciencia determina la calidad de vida se conoce desde hace
mucho tiempo; de hecho es tan antigua como la humanidad”
añadiendo que “si es cierto que las personas han conocido durante
miles de años lo que nos hace libres y nos permite tener el control de
la propia vida, ¿por qué no hemos hecho más progresos en esta
dirección?, ¿por qué estamos tan indefensos, más incluso que nuestros
antepasados , cuando nos enfrentamos al caos que interfiere en
nuestra búsqueda de la felicidad?”.
Y es que la práctica de mindfulness o de atención plena, como
herramienta que todos los seres humanos traemos “de serie” pero que
se apaga con el tiempo, por culpa de la vida de desatención que
llevamos, es la fórmula para encontrar ese sentido sencillo de la
felicidad de fluir con la vida.
Dicen que mindfulness es “una moda” y yo digo que ¡¡bendita
moda!!. Y es que como señala también Mihaly Csikszentmihalyi, “el
conocimiento de cómo controlar la conciencia debe reformularse cada
vez que el contexto cultural varía” y “en cada nueva época -tal vez en
cada generación, o incluso cada pocos años si las condiciones en que
vivimos cambian con tanta rapidez- es necesario repensar y reformular
qué es lo que permite tener autonomía en la conciencia” y la atención
plena o mindfulness es la clave en este nuevo tiempo que se avecina.
Espero que lo disfrutes, que sea de tu agrado, que las ideas y
herramientas que te voy a mostrar te sean útiles y que estaré encantado
de que me cuentes que te ha parecido su lectura, bien escribiendo
algún comentario en Amazon (cosa que te agradezco de antemano) o
enviándome un correo a donde estaré encantado de atenderte.
Felicidad, paz y serenidad. Y sí; es posible.
Agradecimientos.

A la hora de escribir este libro que estás a punto de comenzar a leer,


muchos son los agradecimientos que me gustaría hacer.

Vaya mi primera agradecimiento a mi mujer, Beatriz Alonso, por


estar siempre ahí y ser un empuje fundamental en la aventura de
emprender que inicié en el año 2012, a través de como Consultoría
para el desarrollo personal y profesional basado en mindfulness y
como espacio de fotografía emocional y palabra. Servir a los demás
intentando mostrar caminos que he recorrido o experimento en mi día
a día para mostrar que la serenidad es posible y que hay otra forma de
SER, ESTAR, HACER y TEENER en un mundo en cambio como el
que habitamos, es la idea que me mueve y me conmueve.

A mi sobrina Lucía que forma fundamental parte de mi corazón y


que dormía de pequeña en mi zafutón de meditación y que anda
poniéndole música a la vida. Vaya también mi agradecimiento a quien
considero mi primer maestro de meditación. Quien me abrió la misma
puerta que yo trato de abrir para otros. A Jose Luis Taboada que una
tarde de ya un lejano 1996 me regaló el libro “Zen en el tiro con arco”
de Eugen Herrigel y que no entendí hasta muchas sentadas de
meditación después. Para mis queridos amigos y amigas de la que
nosotros llamamos “La Sociedad de la Chimenea”, un excelente grupo
que nos juntamos en la Escuela Española de Desarrollo Transpersonal
que tan humanamente dirige Jose María Doria.

Y como no, a la familia que logra que Luz Serena, el Monasterio


Zen dirigido por Dokusho Villalba y Denko Mesa en Requena
(Valencia) sea un espacio inovlidable. Cada uno de mis retiros han sido
y serán siempre la enseñanza de la exquisita sabiduría y humildad del
buen hacer para y con los demás.
Gracias Teresa Moleón por tu regalo de haber puesto tu tiempo en la
corrección de este libro. Si alguna errata aparece, un punto donde no
debe y una coma bailando la polka, no hay más culpable que el que
esto escribe A quienes me siguen a través de mis espacios en la red y
en Plenacción y Fotomontoya. Vaya por ellos con mi agradecimiento
de corazón por su confianza.

Me gusta el gesto de Gassho. Con las palmas de las manos juntas y


con los dedos apuntando hacia arriba, en posición de oración, con una
inclinación reverencial.

En Gassho….Gracias de corazón y espero que la lectura os sea


propicia.
No es ego; es cercanía. Permíteme que
me presente.

Considero importante, ya que tienes la amabilidad de estar leyendo


este libro, que conozcas a quien esto escribe.
Para mí, en este mundo que habitamos, en el que las redes sociales
afortunadamente han roto barreras y hoy permiten la amable cercanía,
conocer un poco de quienes leo, siempre me ayuda a enmarcar el texto
en algo vivo, que termino agradeciendo, respetando y admirando. Es
algo mutuo. Estamos aquí y ahora, justo en este instante presente tú
leyendo mis palabras y yo agradeciendo tu gesto y eso, quieras o no,
produce un cierto hilo de conexión a un mismo nivel. Quien lee y
quien escribe, conviven en un mismo espacio en el que lo
extraordinario se encuentra en lo cotidiano.
Así lo hago en mi Consultoría de Desarrollo Personal y Profesional
que es Plenacción, donde para mí, la cercanía desde la humildad de
quien aprende de los demás cada día, es fundamental.
También puedes encontrar mi trabajo de fotografía emocional y
mindfulness en la página web
No me gusta hablar de lo que no conozco ni de lo que no he vivido.
Me sería difícil, por no decir imposible, escribir un libro sobre como
“ser buenos padres” o “como educar a tus hijos” porque Bea y yo
decidimos no tenerlos (a cambio tenemos cuando esto escribo 5
gathijos y un perrhijo), pero sí puedo hablar de cómo superar la
ansiedad, como enfrentarse a la depresión o cómo enfrentarte a
cambios radicales en tu vida, o cómo encarar el desempleo o cómo
vivir cuando tus ingresos se han reducido a más de la mitad o incluso a
cero, casi de un día para otro y tienes que volver a empezar (en
realidad no vuelves a empezar porque tienes detrás una experiencia
vital que puedes positivizar y poner en tu beneficio y en el de quienes
te rodean).
De todo ello puedo hablar porque lo he pasado y aquí estoy, sereno,
feliz y comenzando cada día con la ilusión de madrugar para sentarme
20 o 30 minutos a meditar en silencio antes de comenzar el ajetreo de
actividad diaria.
Ahora feliz, sereno y en paz. Aquí y ahora; en este preciso instante.
Mañana será otro día, pero ante los normales cambios del desarrollo de
la vida, me alegro siempre de haber descubierto en las prácticas de
mindfulness o atención plena, unas herramientas para, en caso de
“vuelco”, volver a levantarte para seguir caminando. A fin de cuentas,
lo único que sé ciertamente es que, mientras hay vida, hay
movimiento. Así que te invito a fluir.
Como habrás podido observar en la portada, me llamo Juan Carlos
Montoya, y en caso de la necesidad de ponerse una etiqueta como
cuando tienes que rellenar un impreso, digo que soy Consultor
Mindfulness y fotógrafo.
Me gusta escribir poesía y me encanta sentarme en la terraza de un
bar. Estas dos últimas cosas no las suelo poner en los impresos para la
renovación del DNI ni en los trámites de Hacienda ni asuntos
“oficiales” porque creo que no lo entenderían.
Nací en 1966, por lo que es fácil calcular mi edad y, como te decía
antes, en el momento de escribir estas líneas, me siento sereno,
moderadamente feliz e intentando hacer lo que me gusta y,
especialmente, consciente de cada uno de mis pasos. Pero no siempre
fue así…
He sufrido Moobing, me he casado, me he divorciado, dejé mi casa
de un día para otro para venirme a vivir a una ciudad maravillosa como
Granada en la que cuando llegué (2007) no conocía a nadie y hube de
comenzar de cero después de haber sido lo que alguien puede
considerar “todo”, desde nuestra forma tradicional de educación,
asentada en el tener más que en el estar.
Estudié Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de
Madrid, aunque mi gran pasión siempre fue el Periodismo (luego
conseguí aunar las dos pasiones), terminé la carrera en 7 años cuando
era de 5, porque dos me los pasé en la bohemia intentando dar a
conocer libros de poemas que publicaba. Trabajé un año de mensajero
para pagar la edición de mi primer libro de poemas que vendí por la
calle en La Feria del Libro, tras terminar la carrera pasé un año entre
Bruselas y Estrasburgo trabajando en el Parlamento Europeo, en la
Comisión de la Unión Europea y en El Consejo de Europa para volver
a España con mil ilusiones que desembocaron en el desempleo durante
dos años, durante los que inventé mil cosas para hacer y aprendí
fotografía.
Vendí cursos de CCC con los que me pagué dos viajes de mochila
por la India y uno a Turquía inolvidables y en el 96 entré a trabajar en
la Universidad de Alcalá en Alcalá de Henares (Madrid) en lo que se
podía tomar como “mi primer trabajo serio”; ese en el que los padres
piensan que ¡por fin!, mi hijo ha asentado la cabeza.
Me independicé en el 97 teniendo un contrato de 4 meses sin saber
si seguiría después. Ganaba, entonces, 80.000 pts. (unos 480 €) y
pagaba 35.000 de alquiler (unos 210 €).
Tras aquellos 4 meses volví al desempleo…problemas con el
alquiler, problemas de supervivencia, problemas del día a día…pero
con ganas, fuerza, ilusión cada mañana, retomé el trabajo cuando
estaba a punto del desalojo….pensando en marcharme de España.
Seguí en la Universidad de Alcalá y llegaron “los años locos”.
Política desde el PSOE de Madrid, formé parte del equipo de Rafael
Simancas desde poco antes de su ascenso a la Secretaría General del
PSM, viví aquella locura “del Tamayazo”, fui Consejero de una
Sociedad de Participación Empresarial en Caja Madrid, Director de un
Centro de Producción Multimedia, Presidente de Un Comité de
Empresa. Vivía acelerado.
Cambié tres veces de casa, me casé, sufrí moobbing durante varios
años que aproveché para hacer cursos y más cursos de lo que me
interesaba…Multimedia, fotografía, video, Dirección de Documentales
en el Instituto de RTVE….hasta que cuando uno va tan rápido…tras
ser despedido de la Universidad, llegó una terrible depresión en la que
durante algo más de un año me dediqué a luchar desde el túnel oscuro
sintiendo como cada uno de los minutos de mis días eran una titánica
lucha por mantenerte en pie.
En aquél entonces, una gran ayuda para mí fue mi cojín de
meditación…Mis sentadas diarias en el dolor y la desesperanza
sabiendo que había que “joderse” y arrancar una sonrisa de la miseria
porque algún día esa “puta” nube negra tenía que marcharse.
Decía San Agustín que “En tiempos de Tribulaciones no hacer
mudanzas”, pero yo no le hice caso y en medio de aquella locura, un
28 de febrero de 2007-justo el día de Andalucía- decidí que aquél
próximo verano dejaba absolutamente todo y me iba a vivir a la ciudad
más hermosa del mundo: Granada.
Llegué a Granada un 27 de julio de 2007, sin conocer absolutamente
a nadie, salvo la familia de mi exmujer y unos pocos amigos….y ahí
arrancó todo de nuevo…desde cero; pero sin cero, porque tenía vida.
Había capitalizado el desempleo y tenía una pequeña productora
multimedia que me daba más disgustos que ingresos, pero la vida
seguía su hermosa andadura. Las nubes comenzaban a disiparse.
Había pasado de rechazarlas a abrazarlas…el cambio de visión fue la
clave.
Entonces afiancé la idea de que la única forma de vivir era estar
donde realmente se está siempre y no es otro lugar que el instante
presente en el que habitas. En el Aquí y en el Ahora. Puro Mindfulness
Hoy tengo una preciosa familia, con mi mujer Bea y nuestros
chicos..Zen, Dior y nuestras chicas Berta, Rita y Lola y nuestro
querido Blas. Dos gatos, tres gatas y un perro. Trabajé en una Agencia
de Comunicación, fui Director de una Unidad de Empleo de la Junta
de Andalucía y tras los recortes de la famosa crisis, volví a donde ya
había estado varias veces a lo largo de mi vida; el desempleo (jamás
digas paro) y entonces surgió la idea de mostrar a los demás que la
vida es tal y como es, que el desarrollo personal depende sólo de uno
mismo y que la felicidad y la serenidad está justo en donde estás ahora
mismo que no es otro que el instante presente.
Es lo que pretendo hacer desde Plenacción y es lo que pretendo
transmitirte en este libro y en todo lo que escribo y aparece en
Plenacción.
No hablo por hablar. Conozco eso de estar “arriba” y eso de estar
“abajo”, pero sólo puedo decir que ni hay “arriba” ni hay “abajo”.
Única y exclusivamente hay vida. Y es esa que está siempre ahí
abriéndose hermosa, mientras nos obcecamos en estar todo el día
viajando por el pasado o haciendo ensoñaciones del futuro que, la
mayoría de las veces, nos llevan por el camino de la amargura.
Encantado de saludarte y gracias por estar ahí. La magia de
Plenacción es que yo no sólo enseño o muestro posibles caminos, sino
que tengo el privilegio de aprender de tí. Juntos podemos porque no
vivimos aislados. La independencia no existe, sólo se construye desde
la interdependencia.
Ahora que me conoces un poco más, a lo largo del libro vas a
encontrar una serie de ideas y pequeñas recetas que a mí me han
servido, que van sirviendo a quienes comparten conmigo alguna
terapia o acompañamiento, y que espero te sirvan a ti también.
Quizás con algunas te sientas más identificado/a que con otras,
quizás en estos momentos te sean útiles unas ideas más que otras, pero
quiero mostrarte algunos caminos que yo mismo he recorrido con la
idea de que, en algún momento, puedan servirte o servir a alguno de
tus seres cercanos.
Al fin y al cabo, aunque nos obcequemos a veces en lo contrario,
como te comentaba antes, no vivimos aislados. Te invito al
descubrimiento de la práctica de la atención plena, te invito al
descubrimiento de las “gafas mindfulness”, y sobre todo, a disfrutar de
una hermosa casualidad; LA VIDA con mayúsculas.
Un poco de historia. Mindfulness, la
mejor “moda” del mundo.
“Bah!!, eso es una moda pasajera y no sirve de nada”. Por desgracia,
algunas veces escucho este comentario cuando hablo con personas
sobre las bondades de la práctica de la atención plena o mindfulness.
Es cierto que, por ejemplo, cuando yo comencé a realizar prácticas
de meditación Zen y a interesarme por esta disciplina allá por el año
1996, cuando acudías a una librería a buscar libros sobre el tema o
consultabas bibliografía, te encontrabas con la sorpresa de que los
pocos volúmenes que había, solían estar situados en los apartados
correspondientes a “esoterismo”, lo que causaba una desagradable
sorpresa pues, obviamente, nada tenían que ver con esos temas.
Hoy, en cualquier librería, los espacios dedicados a “libros de
autoayuda”, “Desarrollo personal” y “meditación” son muy relevantes
y además de todo tipo de autores que quieren expresar que otras
formas de vivir son posibles en este mundo tan acelerado y loco. Se
pueden encontrar a escritores de la talla de Jack Kornfield, Daniel
Goleman, Christophe André, Ronald Siegel, Csikszentmihalyi, y cómo
no, Jon Kabat-Zinn. Todos ellos, autores que te animo a descubrir. Ni
que decir tiene que si en Amazon haces una búsqueda por
“mindfulness” o “atención plena” son muchos los libros que te van a
aparecer sobre esta materia.
En realidad, una “bendita moda” que tiene toda la pinta de haber
llegado para quedarse, pues no es sólo una “técnica” asequible para el
común de los mortales, sino que su peculiaridad máxima es que
habíamos olvidado que los seres humanos traemos de serie una
herramienta que se llama “conciencia”, que bien utilizada nos abre las
puertas de eso que todos y todas buscamos, que no es otra cosa que la
felicidad y la serenidad de poder estar aquí y ahora, siendo conscientes
en todo momento de lo que ocurre tanto a nuestro alrededor, como en
nuestro propio interior.
Cuando hablo de mindfulness, me gusta dejar bien claro, que la
consecución de la felicidad no es estar todo el día con la sonrisa
puesta, puesto que en la vida también hay cosas que duelen.
Lo importante es descubrir cómo, a través de la práctica de
mindfulness o atención plena, podemos resituarnos ante la realidad,
consiguiendo una nueva forma de SER, de HACER, de ESTAR y de
TENER, mucho más natural y acorde con nuestros deseos y objetivos.
El dolor es consustancial a la vida, pero el sufrimiento es opcional
(me lo vas a escuchar/leer mucho a lo largo del libro). Así que debe
quedar claro que la práctica de mindfulness no hará que andes todo el
día sonriendo, sino llegar a ser consciente de lo que acontece en cada
momento, haciendo que tu mente esté situada donde realmente
habitamos, que no es otro lugar que el aquí y el ahora.
Pero vamos a ver en unas sencillas pinceladas, y a través de los
principales autores, qué es eso de mindfulness, de qué viene y que se
consigue con su práctica.
Este no es un libro en el que vaya a realizar un análisis profundo
acerca de la práctica de mindfulness, sino un conjunto de ideas y
experiencias que puedan serte de utilidad a la hora de comenzar o
intensificar la práctica de la atención plena.
Por lo tanto, permíteme que no profundice demasiado, porque lo que
pretendo es que tengas una visión sencilla y útil de lo que es y para lo
que te puede servir mindfulness.
Si me preguntas qué es para mí mindfulness, te diré que es la
capacidad que tiene el ser humano para hacer uso de la herramienta de
la conciencia, con el fin de poder instalarse en el aquí y ahora y
desarrollarse desde el instante presente en todas sus capacidades para
disfrutar de la magia y el milagro de vivir. Y eso, como señala Jon
Kabat-Zinn “implica una apertura elemental y espontánea, arraigada en
el cuerpo y en lo atemporal, a la experiencia, descansando y
familiarizándonos en el momento presente tal cual es, sin esperar que
ocurra nada especial”
Pero vamos a darle ahora voz a cómo definen otros autores qué es
mindfulness o atención plena. Una definición, a veces nada sencilla,
puesto que mindfulness es un término inglés que tradicionalmente se
ha empleado para traducir el término “sati” del idioma pali y que hace
referencia a la conciencia, atención y recuerdo.
Con el fin de acercar un poco más el término, en el castellano se ha
traducido como “atención plena”
Por ejemplo, Germer ha hecho referencia a mindfulness para
describir que es un constructo teórico, una práctica para desarrollar
mindfulness que es la meditación y un proceso psicológico. Guy
Armstrong dice que se trata de “saber lo que estás experimentando
mientras lo estás experimentando”
Vicente Simón hace referencia a “la capacidad humana universal y
básica, que consiste en la posibilidad de ser conscientes de los
contenidos de la mente momento a momento”
Y Jon Kabat-Zinn afirma que “mindfulness significa prestar
atención de una manera especial: intencionadamente, en el momento
presente y sin juzgar”
Hay muchas más definiciones que podrás ir descubriendo a medida
que vayas leyendo más textos sobre la atención plena, pero lo que
quiero que tengas claro es que, como señala Andy Puddicombe, la
atención plena es una habilidad y la meditación una herramienta para
conseguir esa habilidad y el resultado, es un nuevo espacio mental
como una sensación de tranquilidad, plenitud y serenidad sin importar
qué emoción está presente en ese momento.
Aprender mindfulness es desarrollar tu presencia en el aquí y ahora
y eso es lo que vamos a ver a lo largo de este libro. Pero lo normal es
que te preguntes también, que para qué sirve esto de mindfulness o la
práctica de la atención plena.
Vamos a ver alguno de los muchos beneficios que puede reportar a
tu salud y bienestar la práctica de mindfulness o atención plena. Pero,
para empezar, comparto contigo uno de los últimos descubrimientos
que se han hecho al estudiar el impacto de la meditación en la salud y
es que parece que la práctica continuada de la meditación, frena el
envejecimiento celular al actuar sobre los telémetros, que son los
pequeños capuchones que se encuentran en los extremos de los
cromosomas. ¡Alucinante!, ¿verdad?.
Pues bien, al hablar de beneficios, la práctica de mindfulness que
consiste, como señala Christophe André, en “aumentar la presencia en
el instante presente, en inmovilizarse para impregnarse de él, en lugar
de escaparse o querer modificarlo. Mediante la acción o el
pensamiento”, te quiero resaltar los siguientes:
-Reducción y control del estrés
-Disminución de los estados de angustia y ansiedad
-Aprender a reconocer, ralentizar, detener y controlar las reacciones
automáticas, pasando de reaccionar a responder ante los estímulos y
situaciones de la vida diaria
-Mejor respuesta ante situaciones complicadas
-Aumento de la creatividad
-Un mayor autocontrol y equilibrio tanto en la vida personal como
en la profesional
-Mejora del rendimiento deportivo
-Disminución drástica de los niveles de “ruido mental”
-Fortalecimiento del sistema inmunitario
-Reducción del riesgo de padecer depresión y mejora de quienes la
están padeciendo.
Los beneficios de la práctica de mindfulness o atención plena son
muchos, como has podido ver. Tan sólo tienes que acudir a tu buscador
habitual, escribir “Beneficios de mindfulness” y encontrar muchos más
de los que aquí te acabo de exponer.
La práctica de la atención plena, aun viniendo de la tradición del
budismo, no es un corpus espiritual, ni un conjunto de tradiciones, ni
encontrarás en ella una “religiosidad” entendida como la
comprendemos de forma tradicional.
Mindfulness es un viaje que dura toda la vida y que, como señala el
Doctor Jon Kabat-Zin, uno de los precursores de esta práctica, “lo que
el futuro nos depare, tanto individual como colectivamente, dependerá
básicamente del uso que hagamos, en este mismo instante, de nuestra
capacidad innata de ser conscientes, es decir, de lo que decidamos
hacer para aliviar la ansiedad, la insatisfacción y el evidente malestar
que aquejan a nuestra vida y a nuestra época o, dicho de otro modo,
de la forma en que alentemos y protejamos todo lo que es bueno,
hermoso y sano tanto en el mundo como en nosotros mismos”. Se
trata, al fin y al cabo, de “restablecer el contacto con los sentidos”
para “asumir el compromiso de despertar y zambullirnos plenamente,
“nos guste” o nos desagrade, en lo que suceda en el momento
presente. La vida sólo es real cuando estamos despiertos; sólo
entonces tenemos la posibilidad de liberarnos de nuestras ilusiones, de
nuestras enfermedades y de nuestro sufrimiento individual y
colectivo” (Jon-Kabat-Zinn en “La práctica de la atención plena”.
Editorial Kairós).
Pues habiendo dado un repaso a lo que es y significa mindfulness, si
te parece, en el próximo capítulo vamos a ver para qué quieres
practicar la atención plena y, sobre todo, unas claves para empezar.
Seguimos caminando.
¿Para qué quieres practicar
mindfulness?. Las claves para comenzar
No te va a ser difícil responder a la primera pregunta que te hago en
el título de este capítulo. Y es que, estoy seguro, de que tu respuesta es
un rotundo sí, si sentados en una mesa con un café y charlando un rato,
yo te hago las siguientes preguntas:
¿Quieres dejar de estar todo el día rumiando ideas sobre el pasado o
sobre el futuro que no te dejan estar donde tienes que estar o hacer lo
que quieres hacer?, ¿te quieres quitar de encima un poco del estrés que
llevas?, ¿quieres tener una mejor relación con el tiempo de tu día a
día?, ¿quieres ser más consciente de lo que haces en cada momento?,
¿quieres tomarte la vida con otros aires?, ¿te gustaría bajar y controlar
la ansiedad?, ¿quieres lograr salir de la depresión y sobre todo
comprender tu depresión para no volver a tenerla?, ¿quieres estar de
mejor humor y no enfadarte tan a menudo?.
Lo que te decía, que seguro que mientras nos tomamos ese café, me
dirías que sí a todas las preguntas, porque lo normal en nosotros, como
seres humanos y sintientes que somos, es desear disponer de una vida
más amable y vivirla con las mayores dosis de serenidad que podamos,
aunque las cosas vengan mal dadas.
Y es que tanto cuando estás atravesando periodos de felicidad, como
cuando las cosas parecen venir “mal dadas”, disponer de la fortaleza
que da la práctica de la atención plena o mindfulness, es un valor
añadido para disfrutar más de lo que vives y saber gestionar bien los
espacios en los que no te encuentres con esa felicidad y serenidad que
todos y todas buscamos.
En principio, pudiera parecer que esto de mindfulness o atención
plena, es algo así como ese crece pelo que un individuo vendía por el
antiguo Oeste y que prometía largas melenas tras el uso de unas gotas
de aquél producto que mostraba en unos pequeños tarritos de cristal o
ser el típico movimiento de marketing tan de moda últimamente.
Pero nada de nada. Esto que algunos dicen que puede ser una nueva
moda (bendita moda como te decía al principio del libro), ha venido
para quedarse entre nosotros porque en realidad, nunca se fue. Lo que
ocurre es que, por nuestro alocado modo de vida, terminamos
olvidando nuestra buena práctica de la conciencia en el instante
presente.
Mindfulness es la posibilidad real de iniciar un viaje a un lugar que
no está lejos de donde te encuentras en este preciso instante y que no
es otro que el instante presente. El aquí y ahora.
Un lugar que puedes descubrir en este mismo momento si paras de
leer, miras a tu alrededor, y te dedicas a ser consciente de tu
respiración durante un solo minuto de tu tiempo. Puedes tomar esta
invitación como primer ejercicio de práctica mindfulness.
¿Ves que fácil?. Pues acabas de hacer tu primera práctica de
atención plena. Ahora ya puedes seguir leyendo.
Y es que aprender a practicar mindfulness, es aprender a vivir en
armonía con nosotros mismos y con el mundo. Aprender a practicar el
cultivo de la atención, también es cuestionar nuestra propia visión del
mundo y el lugar que ocupamos en él en este preciso instante, como el
que acabas de sentir mientras te dedicabas a algo que hacemos, al
menos, unas 30.000 veces cada día y que es respirar y a lo que apenas
prestamos la atención que merece, puesto que tu forma de respirar, es
un indicador claro de cómo te encuentras en cada momento.
Por cierto, que estoy seguro que tu respiración es más bien torácica
que abdominal, por lo que no te suele llegar el suficiente aire, lo que
hace que de vez en cuando (especialmente cuando estás nervioso o
nerviosa) hagas algún largo suspiro. No te preocupes, con la práctica
de mindfulness tu respiración irá cambiando como lo irás haciendo tú.
Y a mejor, ¡¡claro!!.
Aprender cómo empezar a practicar mindfulness es bien sencillo y
no te va a costar más de cinco minutos darte cuenta de por dónde va
esto de la atención plena. (En el PROGRAMA 21 que vas a realizar o
estás realizando en , y cuya activación espero que ya hayas hecho, vas
a encontrar tus primeras sencillas prácticas para que lo vayas
descubriendo. Ya sabes que la forma de activarlo la encuentras al
principio del libro, justo después del índice)
Y es que, si cuando llega la noche y antes de acostarte te sientas un
momento y analizas todo lo que has hecho durante la jornada y ves
todo lo que ha discurrido por tu cabeza, te vas a dar cuenta de que no
has parado de realizar acciones y que tu mente se ha pasado el día
volcando y rumiando pensamientos y más pensamientos.
Un ser humano normal, puede tener más de 50.000 pensamientos
diarios, y la mayoría repetitivos de días anteriores. Es lo que se
denomina “ruido mental”. Y entre toda esa marea de pensamientos,
¿dónde has estado tú?.
Es posible que esta pregunta de dónde has estado tú mientras tu
cabeza bullía como una olla en el fuego (recuerda: ”la loca de arriba” o
“la máquina de liarla”) te parezca un tanto rara; Es normal, no te
preocupes. Pero la realidad es que hay una parte de tu yo que ha estado
ahí, pero no te has dado cuenta, puesto que te has pasado el día dando
saltos de una acción a otra sin prestar atención a lo que sucedía en el
instante presente.
¿No has tenido nunca la sensación, mientras conducías tu coche o
moto, de que, de repente, no recuerdas haber pasado por la calle que
habías pasado momentos antes?. Eso es porque andamos siempre con
el “piloto automático” puesto.
Esta actitud de estar enganchado o enganchada todo el día a todo
tipo de pensamientos, a realizar acciones sin ser conscientes ni dejar
espacio entre una y otra, genera mucho estrés y malestar emocional.
Es una mala gestión del tiempo, lo que multiplicado por todas las
semanas que sumas a tus espaldas, puede darte una idea aproximada de
los niveles de estrés y automatismo que te vas generando y las malas
consecuencias que eso tiene para la salud tanto física como mental y
emocional e incluso de los que te rodean.
Así que comenzar a practicar mindfulness, es un acto de extrema
sencillez. Te invito a que pruebes, después de haber realizado tu primer
minuto de atención, a permanecer sentado y tomar conciencia de tu
propia respiración durante los próximos 5 minutos. Debes permanecer
en absoluto silencio y sin moverte.
Seguro que habrás sentido lo complicado que puede llegar a ser si no lo
habías hecho nunca antes. Y es que la inercia de nuestra propia vida que
malentendemos como “normal” es la acción sin atención y detenerte de
repente para observar y/o sentirte, genera tensión.
Pero cuando poco a poco, vas poniendo la linterna de tu atención
sobre cada instante de tu día a día, se va produciendo un estado de
fluidez que hace disminuir esa tensión y consigue que, anclándote en
el instante presente, seas más consciente de lo que haces y vives en
cada momento, y por lo tanto, esa rumia mental, disminuya y no se
convierta en un atolladero continuo que no te permite centrarte en lo
que quieres.
Y ahora, para tu reflexión, te voy a invitar a realizar una
comparación (si ya eres suscriptor o suscriptora de Plenacción en te
servirá de recuerdo y si no, pues te invito a que te suscribas para que,
además del PROGRAMA 21 con el que te he obsequiado al comprar
este libro, puedas realizar también el Seminario de Introducción a
Mindfulness)
Pues vamos con esa comparación que te servirá de reflexión antes
de pasar al siguiente capítulo.
Imagina un coche de caballos de esos antiguos, como la diligencia
de las pelis del Oeste. Con sus caballos, su carruaje, su “cochero” y el
viajero que va cómodamente sentado en el interior. Pues bien; nosotros
y nosotras somos como ese coche de caballos que te acabas de
imaginar:
Los caballos son tus emociones, el cochero que va sentado detrás de
los caballos que tiran del carruaje, son tus pensamientos y cogniciones,
el carruaje es tu cuerpo (ese que va unido a tu cabeza de por vida
aunque tú no quieras) y el señor o señora que va dentro cómodamente
sentado o sentada es….TU YO ESENCIAL, que al fin y al cabo es
quien decide dónde va, dónde quiere ir, cómo quiere ir y qué desea
hacer.
Tanto las emociones-caballos, cogniciones y pensamientos-cochero
y carruaje-cuerpo pueden ser observados por tu YO ESENCIAL. Ese
conjunto es lo observado.
Tu YO ESENCIAL es el observador, porque….¿quién observa al
observador?.
Imagino que nunca habías pensado en esto. Pues es la base de la
práctica y lo que ocurre cuando meditas.
Pero no te preocupes, acabas de empezar. No trates de entenderlo
todo desde tu razón. Te invito a que lo descubras simplemente
experimentando y poniendo corazón.
A eso nos vamos a dedicar a lo largo de este libro y de los
programas que hacemos desde Plenacción.
¿Qué te parece si vemos cómo llevar mindfulness a nuestra vida
cotidiana?. Vamos al siguiente capítulo para hablar de nuestra
cotidianidad, porque ya sabes que “Los extraordinario está en lo
cotidiano”.
Mindfulness o Atención Plena. El río de
la vida
Estamos atravesando una de esas enormes crisis que producen un
verdadero terremoto que apenas deja nada en pié desde lo macro a lo
micro.
Revientan los valores, revienta la economía, revientan las
transformaciones, revientan los patrones sobre los que veníamos
viviendo. Todo parece haberse vuelto del revés y todo parece no tener
fin.
Pero en este libro no te voy a hablar de economía, ni de política, ni
de fórmulas mágicas para descubrir un nuevo mundo. Quiero hablarte
sencillamente de la vida y de un descubrimiento que me ha permitido
reposicionarme ante ella para descubrir que lo extraordinario está en lo
cotidiano. Es Mindfulness o Atención Plena
Cuando todo parece estallar en mil pedazos, la práctica de la
atención plena o mindfulness, te ofrece la posibilidad de una
“estabilidad” emocional desde la que encarar con otro sentido cada
uno de los días de tu vida.
Estamos acostumbrados a una forma de vivir un poco extraña.
Disponemos de un envase del que no podemos salir y que nos
acompaña –queramos o no- durante toda la vida y de una especie de
lugar que parece tener su hogar en la cabeza y que podría denominarse
el Sr o la Sra. “Control”, pero que normalmente actúa con absoluto
descontrol; Son nuestro cuerpo y nuestra mente.
Están siempre acompañándonos, pero casi siempre lo hacen desde
dos realidades bien diferentes.
El cuerpo anda ahí mismo donde estás ahora, y la mente se pasa la
jornada haciendo continuos viajes en el tiempo hacia el pasado o hacia
el futuro, sufriendo lo que fue y conjeturando lo que pensamos que
será, y mientras tanto, la vida discurriendo en este mismo momento,
sin que apenas nos demos cuenta.
Pues bien, resulta que tanto el envase-cuerpo que nos ha tocado en
suerte, como la mente-descontrol, se suelen mover a su antojo y en
planos diferentes. Porque quien realmente es el Sr o la Sra. Control,
no realizan bien su papel y no utilizan un “aparatito” que viene –como
en los coches el airbag- de serie.
Este “aparatito” no es otro que la conciencia. La posibilidad real de
que nuestro YO ESENCIAL ponga en funcionamiento esa especie de
linterna que es la conciencia y la use para focalizar justo lo que
tenemos en este momento, que no es otra cosa que el Aquí y Ahora.
El instante presente en el que tanto cuerpo como mente, deben
permanecer siempre unidos y en armonía.
Es decir, que lo habitual es que nuestro cuerpo vaya por su lado, que
no lo escuchemos salvo cuando nos ofrece algún alarido en forma de
dolor o molestia y que la mente vaya por otro, siempre con la maleta
llena, viajando entre el pasado que fue y el futuro que ni sabemos si
será; una mente con la maleta abarrotada de ideas, pensamientos,
reflexiones, juicios, imágenes y todo tipo de movimientos a los que,
encima y para complicar aún más las cosas, nos apegamos pensando
que todo eso es la realidad, que todo eso que circula por la mente es
cierto y que todo eso que llena la mente nos pertenece. Incluso aunque
sea fuente de estrés, ansiedad y temor y no haga más que complicarnos
la existencia.
Este modo de vivir en el que mente y cuerpo no van de la mano,
sumado a la crisis por la que atravesamos, hace que, al vivir en modo
“piloto automático”, aumenten exponencialmente los casos de estrés,
ansiedad, depresiones, problemas mentales, suicidios y enfermedades.
¿No crees que ha llegado la hora de decir ¡¡basta!!?. ¿No crees que
ha llegado el momento de atender como se merecen al cuerpo y a la
mente y cuidar con esmero ese “mono loco” o azotea como la llamaba
Santa Teresa de Jesús?. ¿no ha llegado el momento de aprender a
llevar una vida más serena y en paz?, ¿no ha llegado la hora de enfocar
y hacer frente a los problemas y vivencias cotidianas de otra forma
distinta y más acorde con un modo más natural de vivir?.
La práctica de Mindfulness o Atención plena, precisamente, están
para eso. Para que te des cuenta de que esa no es forma de vida y que
hay otra forma de SER, HACER, ESTAR y TENER más consecuente
con una vida natural, sencilla, sin sufrimiento y acorde con el río de la
vida. ¿No te apetece vivir con cierta serenidad aunque haya momentos
difíciles?.
Pues sí, ha llegado el momento de decir basta y ocuparse con
atención de nuestro cuerpo y de nuestra mente. Ha llegado la hora de
posicionarse en el instante presente, en el aquí y ahora porque,
realmente, no hay otro lugar en el que vivir.
Para ello, prestar atención, llevar a cabo la práctica continuada de
Mindfulness (Atención Plena) nos supone llevar a nuestra vida
cotidiana un mayor sentido de serenidad y paz que nos merecemos.
Si logras resituarte en el instante presente, poniendo el foco de tu
atención en cada una de las cosas que haces, verás cómo dejas de ser
arrastrado o arrastrada por el inmenso oleaje de tu mente, y pasas a
discurrir por el río de la vida con la naturalidad del agua cristalina y el
normal fluir del tiempo.
Al fin y al cabo, debes ser consciente de que el pasado fue
simplemente eso; pasado y que el futuro puede que sea, pero en todo
caso, se va construyendo desde ese lugar en el que ahora mismo estás,
que no es otro que el instante presente.
Vamos a ir descubriendo a lo largo del libro algunas claves sobre la
práctica de la atención plena.
Vas a ir aprendiendo que situarte en el aquí y ahora, reporta
muchísimos más beneficios que el constante viaje de no estar donde
realmente tienes que estar.
Por cierto, déjame que te haga una pregunta: Mientras leías ¿has
sido consciente de tu respiración?, ¿es agitada?, ¿tranquila?,
¿abdominal?, ¿torácica?, ¿cuántas veces se te ha ido la cabeza a lo que
hiciste ayer o lo que tienes que hacer dentro de un rato?, ¿cuántas
veces has sentido que no estabas donde tenías que estar?.
Bien, pues no te preocupes. Tú lo que necesitas, simplemente, es
mindfulness y eso es a lo que nos vamos a dedicar las veces que entres
en este libro.
Y ahora, antes de pasar a otro capítulo, por un instante cierra los
ojos cuando termines este párrafo y dedica un minuto (puedes activar
la alarma de tu teléfono o reloj de muñeca) a observar tu respiración.
Sin forzarla en absoluto. Sólo quiero que la observes.
EMPIEZA TU MINUTO AHORA…
Ahora que has terminado, debes saber que acabas de llevar a cabo
un pequeño ejercicio de atención plena. Pues esa respiración es la que
te da la vida. Es el principio de la felicidad y nos ofrece una valiosa
información de cómo estamos en cada momento.
Si uno corre, es normal que la respiración sea agitada, pero si estás
leyendo tranquilamente y es demasiado rápida, es que algo no va
bien…ansiedad, problemas, preocupaciones.
El problema está en que siempre vivimos sin escuchar a nuestro
cuerpo y demasiado aferrados a lo que pasa por nuestra mente y sin
atender a nuestra respiración.
¡¡Vamos a cambiarlo!!. Aquí y Ahora.
No es fácil pero si es posible. Y recuerda siempre que lo
extraordinario, está en lo cotidiano.
De que hablo cuando hablo de Atención
Plena.

Aquí estamos, en este mundo cambiante. Sumidos en una profunda


transformación a la que llamamos crisis. A lo largo del libro, no te voy
a hablar de política ni de economía; sólo de nosotros y nosotras como
seres vivientes y sintientes…y pensantes…muy pensantes…Somos
extremadamente pensantes.

Aquí estamos, en este mundo cambiante pero siempre acompañados,


irremediablemente por dos “personajes” que no nos podemos quitar de
encima. Ellos son nuestro cuerpo y nuestra mente.

Están ahí, acompañándonos a lo largo de nuestros días. Toda la vida


con ellos. De esos, unos días nos da por cuidar “la carrocería” y otros
–los menos- por aquietar y serenar nuestro “mono loco” en forma de
cabeza. Lo habitual es que nuestro cuerpo vaya por su lado, que no lo
escuchemos salvo cuando nos ofrece algún alarido en forma de dolor o
molestia y la mente por otro.

Tenemos siempre una mente abarrotada de ideas, pensamientos,


reflexiones, juicios, imágenes y todo tipo de movimientos a los que,
normalmente, nos apegamos, nos aferramos y nos encadenamos,
siendo constante fuente de estrés, de ansiedad e incluso de malestar
corporal.

Todos esos síntomas, en una época de crisis como en la que vivimos,


en una etapa de incertidumbre (¿no es la vida una constante y natural
incertidumbre?) deberían servirnos de aviso de que, quizás, haya ya
llegado el tiempo de atender como se merece a nuestro cuerpo y de
cuidar con esmero ese “mono loco” que es nuestra mente, que no hace
otra cosa que saltar de rama en rama. Santa teresa de Jesús la llamaba
“la loca de arriba”. A mi me gusta reconocerla como “la máquina de
liarla”.
Son dos personajes unidos –nuestro cuerpo y nuestra mente- hacia
los que deberíamos prestar especial atención y dedicarles sus
merecidos cuidados.

Siempre que pienso en ello, cuando por algún motivo no he cuidado


mi cuerpo o he dejado que mi mente me atrape en su monumental
verborrea, me hago la misma pregunta: ¿le echo lejía a mi moto o
aceite quemado y usado? (mi Vespa es para mí un objeto preciado).
Pues con nuestro cuerpo y nuestra mente deberíamos hacer lo mismo.

Para ello, prestar atención, llevar a cabo la práctica continuada de


Mindfulness (Atención Plena) nos supone llevar a nuestra vida
habitual un mayor sentido de serenidad, transformándonos en
espectadores de una realidad sin que por ello tengamos que aferrarnos
a todos y cada uno de nuestros pensamientos que pasan como nubes,
difuminándose a cada paso.

Vivimos Aquí y Ahora. Cuando termines de leer este texto será ya


otro instante, pero éste es en el que estás ahora mismo.

Si pones toda tu atención en él y en todos los instantes que vendrán


después, irás dejando de estar atrapado por el pasado y sabrás que tu
futuro es eso que estás construyendo desde este preciso instante.

Atención Plena también es respirar. Simplemente eso. Déjame que


te haga una pregunta antes de que sigas leyendo. Mientras leías esto
¿has sido consciente de tu respiración?, ¿es agitada?, ¿tranquila?,
¿abdominal?, ¿torácica?.

Si puedes, en este instante, cierra los ojos y dedica un minuto a


sentirla.

Ella es el principio de la felicidad porque la vida, al fin y al cabo, es


eso que pasa mientras estamos en el pasado o con los cinco sentidos
puestos en el futuro.

Recuerda siempre: Aquí y Ahora. No es fácil, pero es posible.


Respir-Ando

En lo que llevas de día, ¿despierto o despiertas?, o en el tiempo que


lees este texto, ¿te has dado cuenta del simple hecho de tu
respiración?.

La respiración es el punto de unión primigenio con la vida. Se puede


dejar de beber un tiempo e incluso de comer, pero te recomiendo que
no hagas la experiencia de tratar de no respirar.

Una buena experiencia de sentirte en el aquí y en el ahora, es


dedicar algunos minutos a sentir tu respiración. No es necesario un
gimnasio, ni un lugar silencioso (nunca está demás, por otra parte),
sino que cualquier espacio y momento es bueno para sentirte respir-
ando, porque, al fin y al cabo, respirar es andar por la vida con
consciencia.

Al sentir nuestra respiración, sea caminando o quietos, aparecen


zonas de tensión que hemos ido acumulando y con las que cargamos
en la vida. Al experimentar nuestra respiración, se puede sentir dolor,
calor o tensión en diferentes partes del cuerpo. Hay que permitir que el
cuerpo se abra independientemente de que la sensación sea placentera
o dolorosa. Hay que contemplar el proceso con atención.

En todo momento respiramos, pero olvidamos que lo estamos


haciendo. Detenernos a sentirla es practicar la respiración consciente.
Es algo simple, pero que tiene efectos muy grandes.

En el quehacer diario de cada uno de nosotros y nosotras, el cuerpo


suele estar en un lugar y la mente, esa “máquina de liarlo todo” en otro
u otros completamente diferentes.

Otorgar atención a la inspiración y espiración hace que tiremos del


hilo que sujeta nuestra mente como si fuera la cuerda de un globo, para
devolverla al instante presente; al Aquí y Ahora.
Al margen de los momentos por los que estemos atravesando, la
respiración es nuestra fiel aliada y está siempre con nosotros. Hace que
nos podamos sentir serenos o alterados, provoca que nuestra mente se
acelere o controle el ritmo, nos otorga el contacto con el dolor y la
posibilidad de renunciar al sufrimiento. (El dolor es consustancial al
hecho mismo de vivir, pero el sufrimiento es opcional)

Cuando nos sentimos en el arrastre de las emociones, atrapados en


el incesante viaje entre el pasado y el futuro, nuestra respiración
consciente nos trae al momento presente. Prueba….es gratis…y
puedes repetir las veces que quieras. Toma conciencia de tu respiración
porque será el inicio de tu propia revolución.
Revoluciones
Jiddu Krishnamurti, es uno de esos grandes maestros espirituales
que han sabido integrar filosofía, religión y psicología y al que de vez
en cuando vuelvo para releer alguno de sus textos, pasear por el
impresionante relato de sus días a través de los dos volúmenes
publicados por Kairos, (Diario I y II), o descubrir nuevos textos en la
edición que lleva por título “La Revolución Interior. transformar el
mundo”, y que también lleva el sello de la Editorial Kairos

Vivimos tiempos convulsos y de cambios radicales. Esta que


atravesamos no es una crisis coyuntural, estamos ante una enorme
crisis estructural que determina un cambio de era. No es solo una crisis
económica, es una crisis profunda de valores y de formas de vida.

Ante esto ya no caben Revoluciones a la manera tradicional, ya no


hay lugar para las banderas ni los himnos, ya no dan soluciones el
asalto al poder que terminan quedando en un nuevo cambio de élites
que terminan reduciendo los gobiernos a modernas comodidades que
vuelven a los mismos errores una y otra vez.

Ahora es el tiempo de los cambios radicales en cada uno de nosotros


y nosotras y es ahí donde la visión de Krishnamurti se hace más grande
para darnos algunas claves de la posibilidad de llevar a cabo un trabajo
que nos transforme y, por tanto, transforme el mundo.

El camino de la observación, la propia y constante observación de


nuestras pautas y nuestro comportamiento tienen la clave. Trabajar en
la no dualidad. La diferencia entre el observador y lo observado
provoca sufrimiento. Es el pensamiento el que genera el miedo que nos
atenaza.

La gran pregunta es: “¿Es posible una revolución interior y, por


tanto, exterior?”. Porque está claro que no podemos continuar con
nuestros viejos hábitos, nuestras viejas tradiciones, nuestra vieja
manera de pensar” y por tanto, como expresa Jiddu, otra de las claves
ante la que nos tenemos que sentar a reflexionar es “¿Qué podemos
hacer para vivir sin conflicto, para llevar una vida verdaderamente
sensata, vivida con libertad y penetrante inteligencia, con cordura, con
afecto, con un sentimiento de belleza? ¿Cómo hemos de vivir para que
en nuestra vida no haya ninguna clase de problema, para que haya tal
profundidad en ella que el hecho en sí de vivir adquiera pleno
significado?”.

Llevo tiempo enrolado en esta búsqueda personal a la que te invito y


voy adquiriendo la seguridad que es desde el instante presente desde
donde es posible la transformación interior tan necesaria para provocar
esa revolución pendiente que habrá de transformar el mundo: la
revolución interior.

Ya no es posible seguir viviendo como hemos venido viviendo hasta


ahora. Tiempos apasionantes de cambios y transformaciones. De cada
uno de nosotros depende que camino recorrer. Siempre despacio, por
favor y mirando a los lados, saboreando cada estación de la vida y
dejando que las manos y la mirada hagan su juego vital. Observar con
plena atención y acariciar cada momento que pasas. Esa es la
verdadera transformación. Esto es el arte de Mindfulness o Atención
Plena.
¿Por qué no es maravillosa mi
cotidianidad?. Mindfulness en tu día a
día.
Cuando se atraviesa un periodo de la vida duro, en lo que todo
parece hacerse cuesta arriba, donde cada paso nos parece doloroso o se
atraviesa un periodo de enfermedad o malestar, tendemos a acordarnos
de cuando todo “estaba bien” y teníamos la sensación de que las cosas
estaban donde debían estar, pero lo miramos con cierta añoranza por
no haber sabido disfrutar las cosas más sencillas de la vida.
Tenía que haber estado más con los hijos, tenía que haber dedicado
más tiempo a esto o lo otro, debería haber trabajado menos, tendría
que haber visto, oído, leído. Siempre son los típicos condicionantes
que no tienen ninguna solución, pero que manejados constantemente,
provocan sufrimiento cuando lo único que debería haber, en todo caso,
es dolor y es que el dolor, por muy mindfulness que hagas, es
consustancial a la vida, pero el sufrimiento sí que es opcional y es que,
al fin y al cabo, el sufrimiento es una rumiación de ese dolor.
¿Y qué te parece si todo lo que pudieses llegar a pensar en un
determinado momento de tu vida lo haces aquí y ahora?.
Esa es la invitación de llevar la práctica de la atención plena, de
llevar mindfulness a tu vida cotidiana. Estar atento o atenta al discurrir
de cada una de tus acciones, emociones, sentimientos, percepciones.
Sencillamente a vivir la vida en el instante presente. A ESTAR,
SER, HACER y TENER desde una nueva perspectiva más sencilla y
natural. Al fin y al cabo, resituarte ante tu propia realidad cogiendo las
riendas de esos caballos para que no se te desboquen ni vayan al ritmo
infernal de tus pensamientos y cogniciones. A ser consciente de tu
“rumia mental” como si fuesen esas nubes que atraviesan el cielo;
nubes pasajeras, pero detrás de ellas el cielo siempre es azul. ¿no te
parece?.
Cuando hablo de mindfulness en mis programas on-line o realizo
algún taller mindfulness o enseño a disfrutar y descubrir la fotografía
como herramienta de desarrollo personal en los talleres de
fotobiografía y mindfulness, siempre tengo en mente la necesidad de
que quien me lee o me escucha, sepa y entienda que su aplicación en la
vida cotidiana, es el principal objetivo de la práctica de la atención
plena o mindfulness.
Es algo así como un hábito que atraviesa, de forma sencilla, todos
nuestros actos, impregnándolos de una nueva forma de ver las cosas,
haciendo que nuestra propia vida se vaya poco a poco transformando
en un espacio de fluidez y no de lucha “contra los elementos”.
En este sentido recuerdo siempre un dicho que leí hace tiempo y que
venía a decir que “si no puedes enfrentarte contra una ola, cómprate
una tabla de surf”. Esa es la clave de la vida mindfulness. Fluir como
nos enseña Mihaly Csikszentmihalyi en su libro “Fluir. Una psicología
de la felicidad”.
Cuando hablo de mindfulness o atención plena, no pienso sólo en
los espacios de tiempo de la práctica formal, (esa en la que
necesitamos un determinado tiempo para parar, como es el caso de la
meditación sentada o para realizar un ejercicio concreto en un espacio
de tiempo) sino también en esa actitud en el quehacer diario; en ese
estar presente y conocerte y reconocerte en los espacios cotidiano que
habitas y en las acciones que realizas.
Y es que mindfulness también es planchar, conducir, asearse, comer,
amar, jugar, discutir, enfadarse, estudiar. Todo lo que habitualmente
haces, pero poniendo la luz de la conciencia en cada una de las cosas y
estableciendo pautas entre unas acciones y otras para practicar esa
conciencia de estar aquí y ahora y “darse cuenta” de lo que ES en cada
momento.
Se trata de encender la linterna de tu conciencia para moverte con
libertad en el instante presente desde donde reubicarte y enfocarte para
construir aquello con lo que sueñas, aquello que quieres hacer realidad,
esa ilusión que quieres construir.
Llevar la práctica de mindfulness a la vida cotidiana es el objetivo
que debes tener a la hora de iniciarte en su práctica o de profundizar en
ella, porque es imposible escaparse de uno mismo.
Tienes que ser consciente de que estés donde estés y estés como
estés, siempre caminas con tu cabeza sobre los hombros; siempre van
unidos cabeza y cuerpo en una unidad inseparable. El problema es que
nos obcecamos en creer que no hay punto de unión entre ellos.
Recuerda, por ejemplo, que en la cocina los cuchillos no cortan; lo
que cortan son los pensamientos. Corto cebolla mientras pienso en lo
que hice o tengo que hacer…y lo siguiente es el corte en el dedo. ¿A
que sí?.
Hasta que no aceptes esta realidad de unidad entre mente y cuerpo,
tu cabeza estará siempre acelerada, moviéndose rápido entre el pasado
y el futuro y tu cuerpo andará olvidado moviéndose con torpeza por no
prestarle suficiente atención.
La aplicación de la atención plena a la vida cotidiana, es vivir el
espacio que habitas con más libertad y sabiduría, aprendiendo que, en
cada uno de tus actos, está la semilla de una vida; esa que sueles
buscar lejos de ti mismo o misma pero que, sin embargo, está justo
dentro de ti.
El caso es que te pongas como te pongas, la vida es siempre aquí y
ahora.
Lo que nos ocurre también es que tendemos a quedarnos a vivir en
“la zona de confort”.
Sí, ya sabes, ese espacio que ya conoces, en el que crees estar
seguro, sea bueno o malo y ante el que tienes una mezcla de miedo y
pereza a la hora de salir a descubrir que hay otras formas, como te
indicaba antes, de SER, HACER, TENER y ESTAR.
Vamos, en el siguiente capítulo, a ver qué es eso de “la zona de
confort” y qué podemos hacer fuera de ella.
Las “zonas de confort”. Convivir entre
telas de araña.
Sin darte cuenta, llega un momento en la vida en el que puedes
sentir que te has “asentado” en tu asiento habituándote a la vida de la
que te has rodeado que, aunque no te guste, es la que crees que es
posible y normal.
Puede que andes cansado o cansada, los días van pasando sin pena
ni gloria, has cambiado tus hábitos por una cierta monotonía y alguna
de tus ilusiones, sino todas, se han ido quedando guardadas en el cajón
de la memoria.
Además, seguro que sientes miedo de hacer algo nuevo, de meterte
en nuevos objetivos, de hacer realidad tus deseos, de realizar
descubrimientos.
Si encima tienes más de 45 ó 50 años, se te habrá pasado por la
cabeza ese “y ya para qué, si soy como soy y ya no puedo cambiar”.
Hay una inseguridad precisamente impulsada por una visión de la
vida en modo “piloto automático” que no te deja ver más allá de esa
“zona de confort” en la que puede que estés instalado o instalada.
En definitiva, cuando se habla de “zona de confort”, se habla de esa
especie de trampa de la mente que te hace ver que estás a gusto con
todo.
O que ya has decidido que es imposible un cambio y que mejor te
quedas como estás (esas son las trampas de la mente)
Un espacio en el que parece que ya no necesitas nada y que con lo
que tienes es suficiente.
El problema es cuando ese “ya tengo lo suficiente, no quiero nada
más” es, por ejemplo, un exceso de peso, apatía por hacer cosas, no
querer aprender nada nuevo, haber dejado de hacer deporte y verlo
como normal, llevar una alimentación insana, no conocer a nuevas
personas que te puedan aportar algo, no atreverte a descubrir cosas
nuevas, no intentar cambiar de trabajo o aventurarte a poner en marcha
esa idea que te ronda desde hace tiempo.
Es decir, quedarte anclado o anclada en ese plácido falso paraíso que
te has ido construyendo por miedo a salir de donde estás.
Es posible que te hayas convencido de que, a medida que vas
teniendo años, las responsabilidades se deben asumir desde la quietud
y la no movilidad más allá de las cuatro paredes físicas y mentales en
las que ahora puedes sentirte.
Pero quiero recordarte de nuevo que entre el nacimiento y tu muerte
inevitable, hay un espacio de tiempo que se llama vida en el que tienes
que atreverte a escribir lo que quieras porque habrá un punto de no
retorno, a partir del cual ya será imposible emprender nada.
Es posible que pienses que la época de los sueños ha quedado atrás
y que volver a enamorarse de los días es cosa de jóvenes o personas
inmaduras. Gran error.
Si lo que piensas es que lo que te toca ahora es labrarte un futuro y
una estabilidad o aceptar irremediablemente que lo que hayas perdido
es una herida de por vida y que nada ni nadie te sacará de la zona en la
que te encuentras, es que estás en una auténtica “zona de confort” de la
que te invito a salir cuanto antes.
En este caso, la práctica de la atención plena o mindfulness es
fundamental para poder saltar más allá de la zona de confort. Y es que
cuando te mueves de esa zona, es cierto que aparece una zona de
miedo a lo desconocido, a la aventura, al espacio vacío, pero es desde
ahí, desde donde con tiempo, ilusión y dedicación, se pasa a la zona
de aprendizaje en la que vamos descubriendo nuevas formas de hacer
las cosas y nuevos espacios mentales en los que trabajar y eso,
precisamente, es lo que nos lleva al éxito entendido este como la
consecución de los objetivos que nos habíamos propuesto para realizar
cambios positivos en nuestras vidas. O, al ,menos, haberlo intentado y
haber disfrutado de ello.
En ese proceso, una de las cosas fundamentales que debes tener en
cuenta, es que el camino es casi más importante que la propia meta.
Desde mindfulness, ese descubrimiento de que lo extraordinario está
en lo cotidiano, toma fuerza en tu trabajo hacia la salida de la zona de
confort.
Y es que es relativamente fácil acostumbrarse a lo que uno tiene o
aceptar que lo que puedas desear no llegará nunca. Es sencillo dejar
que las ventanas se llenen de herrumbre para dificultar el paso del aire
y autoconvencerte de que seguir en tu “zona de confort” es lo mejor
para no perderlo todo o asumir que todo se ha perdido ya.
Tienes que tener en cuenta, que el mundo en el que vivimos, este
siglo XXI completamente globalizado para lo bueno y para lo malo, ha
cambiado por completo nuestras formas tradicionales de ser, hacer,
tener y estar. Y ya casi nada se parece a la vida que vivieron tus padres
o tus abuelos. Este en el que ya estamos, es un nuevo tiempo.
Nuestros padres y abuelos, vivieron una vidas de línea recta en las
que lo natural era el estudio o trabajo, formar una familia, sostener tu
vida en el mismo empleo, llegar a la jubilación, disfrutar de lo
ahorrado y sostener una vejez de tranquilidad sin más que dejar ser
cuidado por los hijos esperando el final.
Hoy, como señala el profesor Enrique Gil Calvo en su libro
“Nacidos para cambiar. Cómo construimos nuestras biografías” de la
editorial Taurus, “los cambios vertiginosos que aceleran la historia
reciente están revolucionando el entorno cotidiano y comienzan a
afectar a la estructura biográfica de nuestra trayectoria vital”
haciendo que nuestras vidas pasen de la linealidad de nuestros padres y
abuelos, a los círculos vitales creando complejas biografías en las que
aparecen distintos trabajos, parejas, familias diversas, amistades reales
y virtuales.
En definitiva, un constante movimiento en un mundo en constante
cambio en el que hemos de tomar partido promoviendo nuestra
constante salida de las “zonas de confort” para no quedarnos anclados
en el sufrimiento de no evolucionar como seres humanos.
Estamos metidos hasta las cejas en la nueva era que va emergiendo
cada vez más deprisa, inmersos en una crisis estructural que hará
cambiar todo lo que nos rodea, por lo que es posible y deseable salir de
la “zona de confort” tengas la edad que tengas y se tengan las
circunstancias personales que se tengan. No digo yo que sea fácil, pero
lo que si te quiero dejar claro es que si es posible.
En la Alpujarra granadina, en el tiempo en que termino de redactar
este libro –agosto de 2015- hay una mujer de avanzada edad que
puedes encontrar buscando en internet “la abuela mochilera”, que tiene
una frase que a mí me encanta y es que ella dice que “prefiero estar
cansada que oxidada” y ella se carga su mochila y, de vez en cuando,
sale de su pueblo a recorrer mundo.
No te digo que hagas lo mismo. Te pido que evalúes aquellas cosas
que quieras cambiar en tu vida y que imprimas un nuevo carácter a tu
tiempo; ese tiempo que habitas que no es otro que el instante presente
en el que, con la buena gestión del tiempo que puedes aprender
practicando mindfulness, dispondrás de mayor espacio para, como en
el anuncio aquél, “redecorar tu vida” sin por ello, tener que tirar la casa
por la ventana.
Salir de la zona de confort, es levantar la cabeza para decidir
claramente el camino que quieres trazar para alcanzar tus metas y
objetivos.
Plantarte en el instante presente en el que habitas y comenzar a dar
un paso cada día desde la presencia de la conciencia en cada uno de
esos pasos.
Salir de la zona de confort, es provocar el juego y la devoción de lo
nuevo y el asombro por cada una de las cosas que ocurren a tu
alrededor.
Salir de la zona de confort es abrir de par en par las ventanas y saber
que no te llevarás nada de lo que crees que tienes.
Disfruta de los pasos que vas dando en la vida, sé consciente de que
el dolor también es parte de la vida pero no así el sufrimiento.
Sé consciente de que el dolor termina pasando porque nada es eterno
y dale espacio al juego, a iniciar nuevas amistades, a descubrir el
mundo que te está esperando nada más salir del portal de tu casa.
Estás en otro tiempo. Hemos de aceptar que los paradigmas por los
que se venía rigiendo nuestra vida y valores, están cambiando y que
reposicionarse ante esa nueva realidad es fundamental para mejorar tu
bienestar y el de los que te rodean. Es el momento de aceptar los
cambios sin resignación, de saber y reconocer que nada será como
antes, que todo va fluyendo y que, como en el anuncio, debes de ser
agua para evitar partirte en pedazos con la próxima piedra que te
encuentres en el camino. “Be water my friend”.
Ahora, antes de pasar al próximo capítulo en el que te mostraré
algunas claves para salir de la pereza, coge un cuaderno y apunta tres
cosas y un tiempo prudencial para hacerlas.
Puedes escribir, por ejemplo, que quieres ser, que quieres tener y
que quieres hacer. Escríbelas con claridad y anota el día exacto en el
que quieres comenzar tu nueva aventura.
Ese puede ser el inicio de la salida de tu “zona de confort” de la que
debes salir porque la vida que tienes tiene un espacio acotado para
vivirla.
Sentir que tu atención se instala en el instante presente a través de la
práctica, será un buen comienzo de fiesta para tu nueva vida; esa que
estás a punto de comenzar.
De verdad, no es tan difícil y lo que verdaderamente importa, ya
sabes que es el camino; el aquí y ahora.
Sopla el viento, así que abre bien las velas de tu vida y ponte a
navegar sin la preocupación de saber si vas a llegar, porque como te
digo, no es en el final del camino donde está tu destino; sino en cada
uno de los instantes que pasas vivo o viva cada día de tu vida.
Te dejo otra de esas frases que me encantan antes de que nos
veamos en el siguiente capítulo. “La vida es corta, pero muy ancha”.
Ahora puedes vencer a la pereza
diciendo no a la procrastinación.
De acuerdo. Eso de salir de la “zona de confort” está muy bien y
debes de hacerlo cuanto antes o, al menos, proponértelo seriamente.
Pero el problema –seguro- está en que puede que seas de los de
“mañana empiezo” mientras la cosa se va alargando.
En este mundo acelerado en el que vivimos y dado que no hemos
apagado ese “piloto automático” del que te vengo hablando, es fácil
tender a procrastinar; es decir, dejar todo para mañana…y más allá
hasta el infinito.
Una de las cosas que se aprenden con la práctica de la meditación y
surgimiento de la habilidad de mindfulness o atención plena, es un
mayor control sobre el tiempo que disponemos, y esto hace que esa
dejación de acción hacia otros tiempos, se vaya reduciendo
progresivamente en beneficio de nuestra nueva forma de vivir.
En el momento de tomar la decisión de vencer la pereza y “ponernos
manos a la obra”, debemos de tener en cuenta que no es una tarea
sencilla.
Instalarse en el aquí y ahora, en el tiempo en el que habitas
realmente que no es otro que el instante presente, es una ayuda para
comenzar la labor de no dejar las cosas siempre postergadas para
mañana.
Detrás de ese sentimiento de pereza está la procrastinación y en ella
un sentimiento oculto de miedo al fracaso que todos y todas, de algún
modo tenemos.
Vencer a la pereza es un trabajo de conciencia. Nuestra constante
rumia mental, provoca un estrés psicológico que no facilita el
encuentro ecuánime, pausado, sereno y consciente del instante
presente, y por lo tanto, sumidos en un continuo estrés, tendemos a
dejar todo para mañana porque, en el fondo, o tenemos instalado el
chip del fracaso o sostenemos con nuestro tiempo una mala relación
que hace que vencer la pereza sea una labor titánica que siempre
estamos dejando para otro día.
Desde la práctica de mindfulness, es posible comenzar a ver que
“dejar las cosas para mañana” no lleva más que a la acumulación de
acciones que provocará que nos sintamos más estresados y perdidos
aún y con un mayor índice de fracaso por inoperancia.
Este no es solo un libro para leer, sino también para hacer, así que te
voy a proponer ahora cinco claves muy sencillas que te van a ayudar a
comenzar a salir de tu “zona de confort” y especialmente a ver que lo
del fracaso es un autoinvento para no sentir lo que verdaderamente nos
ofrece la vida que es la libertad para SER, ESTAR, TENER Y HACER
desde el aquí y ahora con las propuestas que tú mismo o misma quieras
hacerte.
¿Te acuerdas del carruaje de caballos del que hablamos?, pues tienes
que tener claro que quien lo dirige eres tú; tú mandas.
INSTÁLATE EN EL AQUÍ Y AHORA.
El estado continuado de la “rumia mental” en el que normalmente
nos hayamos, si todavía no has puesto en marcha la maquinaria de tu
atención plena, nos sitúa en un continuo espacio de estrés mental que
dificulta la toma de decisiones.
La “olla” está siempre en ebullición. “La máquina de liarla” no para
de tramar cosas,. “La loca de arriba” nos lleva por el camino de la
amargura. Así de simple.
Al estar constantemente emitiendo ideas y pensamientos (más de
50.000 al día y la mayoría repetitivos) que normalmente giran entre el
pasado que ya fue y el futuro que no termina de llegar, y a los que nos
sentimos apegados y arrastrados y sumados a la constante aceleración
del tiempo que vivimos, nos provocamos un sentimiento de frustración
y de miedo ante lo que no disponemos de suficientes claves para salir.
Dejar para mañana lo que tendrías que hacer hoy es, en realidad, un
síntoma de que la pereza se ha instalado en tus días y que la
desorganización del tiempo campa a sus anchas en tu quehacer diario.
Vencer esa pereza es dar un paso para trabajar la atención y situarla
en el momento presente. Desde ahí se puede disponer de una mayor
ecuanimidad, paz mental y equilibrio para gestionar mejor el tiempo y
abandonar el miedo al fracaso que, en realidad, es lo que hace que
procrastinemos constantemente.
Tienes que tener claro que desde el aquí y ahora es desde donde
puedes alcanzar tus objetivos y metas.
La práctica de la atención plena o mindfulness, te lleva a ese espacio
necesario que fortalece tu espíritu ofreciéndote nuevas formas de
resituarte y de ver la vida.
ORGANIZA TU TIEMPO.
Como has visto, vencer la pereza tiene mucho de gestionar el
tiempo.
En la era de la globalización en la que nos encontramos inmersos, la
titánica lucha que establecemos contra el tiempo, hace que vayamos
dejando todo para el día siguiente, porque no somos conscientes de
nuestras acciones en el aquí y ahora.
Como dice el profesor Gil Calvo “la vida moderna cambia más
deprisa que el corazón de la gente” haciendo referencia a un verso del
poeta Baudelaire de su poema “Le Cygne”
Voy a proponerte un pequeño juego, y es que pienses que cuando te
despiertas por la mañana, la vida te deja en tu mesilla de noche junto al
despertador, una libreta de 24 hojas y que cada una corresponde a una
hora.
Por lo tanto, cada mañana dispones de un cuaderno de 24 hojas que
debes gestionar y puedes escribir en cada una de las hojas lo que
quieras. Eso sí, al final de la jornada, no puedes guardar ninguna hoja
para sumarla al día siguiente.
Puedes escribir lo que quieras, pero también puedes dejarlas en
blanco…no hacer nada….solo vegetar en cada una de sus páginas. Ya
sabes que tú decides sobre dónde ir, con quien ir, como ir…Coche de
caballos ¿recuerdas?.
En esas 24 hojas tienes que tener en cuenta que unas has de
utilizarlas para dormir, otras vienen “empaquetadas” de algunas
ineludibles obligaciones, pues es lo que tiene vivir en comunidad, que
otras has de utilizarlas para comer, asearte y algunas otras obligaciones
de las que te hayas inundado últimamente.
¿cuántas te quedan?.
Entre todas esas hojas/horas, al verte cargado o cargada de
actividades que muchas veces, ni siquiera has elegido, provoca una
tensión acumulativa que te impide vencer la pereza en la que te
encuentras.
Así que una de las primeras cosas que debes hacer para dejar de
procrastinar, es aprender a gestionar bien tú tiempo y a ser consciente
de su paso.
En el ejercicio de sostener tu quietud en silencio durante 5 minutos,
seguro que pudiste observar como la percepción del tiempo no es la
misma cuando estás haciéndolo mientras esperas al autobús o cuando
estás de domingo por la tarde en casa disfrutando de tu espacio en el
sofá.
JUEGA CON LAS MINIMETAS.
Muchas veces procrastinamos porque nos obligamos o nos ponemos
metas y actividades demasiado ambiciosas y queremos conseguirlas
YA! realizando pasos gigantes y no nos preocupamos de visualizarlas
desde un punto de vista más humano, más de andar por casa.
Así que para vencer la pereza que te lleva a la procrastinación, lo
mejor que puedes hacer es descomponer esas metas, acciones u
objetivos en metas más pequeñas que llevan también aparejadas,
acciones más pequeñas.
Esas “minimetas” serán tus aliadas con el fin de dejar de
procrastinar, pues te va a ser más sencillo enfrentarte a ellas incluso
obteniendo el éxito que buscas frente al sentimiento de fracaso cuando
no ves resultados en lo que haces.
LA TÉCNICA DEL POS-IT.
Seguro que conoces esos papelitos de colores (sobre todo amarillos)
que. Aunque dispongamos de móviles, tablets, ordenadores y otros
dispositivos electrónicos, todos y todas tenemos pegados por todas
partes como “memoria externa”. Efectivamente, son los conocidos
como pos-it.
Cuando me trasladé a vivir a Granada desde Madrid en el verano del
2007, en una de esas “locuras vitales” que de vez en cuando es bueno
llevar a cabo frente a las crisis, aunque San Ignacio de Loyola dijese
aquello de “En tiempos de tribulaciones no hacer mudanzas”, tuve que
recomenzar mi vida en un lugar que adoraba pero en el que apenas
conocía a nadie y en el que no tenía actividad ninguna pues había
llegado para comenzar una nueva vida.
Cada tarde, sentado en la pequeña terraza del piso en el que vivía
desde el que disponía de una preciosa vista de Sierra Nevada y de una
parte de la ciudad con La Alhambra hermosa a lo lejos pero visible, en
un pòsít anotaba acciones, actividades y cosas para hacer,
obligatoriamente, al día siguiente con el fin de escapar de “la zona de
confort”.
Me proponía actividades sencillas e incluso que tuviesen mucho que
ver con lo cotidiano, como las compras en la tienda (algunas fuera del
barrio para conocer otros lugares), paseos por nuevas calles, alguna
cafetería o bar lejano para ir caminando y habituarme al nuevo
espacio.
Esa simpleza me ayudó a marcarme metas creíbles y sencillas, pero
que me permitieron vivir con plenitud el inicio de una nueva vida que
comenzaba saliendo de una depresión producto de una situación de
moobing laboral vivida unos años antes y en cuya salida tuvo mucho
que ver la práctica de la meditación y la habilidad adquirida sobre la
atención plena. (será objeto de otro libro)
Por eso te quiero recomendar, que desde ese espacio mindfulness
que irás descubriendo con tu práctica, cada tarde-noche, antes de
acostarte, realices un pequeño repaso por las cosas que tienes que
hacer al día siguiente en beneficio de tus metas y objetivos que tengas
en mente. Puedes hacerte una lista en modo pos-it que habrás de
cumplimentar, sí o sí, en el cuaderno de notas/horas que la vida te
regalará al día siguiente en cuanto te despiertes.
Es tu pequeño juego para vencer la pereza.
Entre cada una de las actividades que lleves a cabo, te recomiendo
que establezcas alguna pausa para tomar conciencia de tu respiración y
tu cuerpo. ¿Dónde están?, ¿cómo están?. Ese será tu antídoto contra el
estrés y además te servirá para realizar tu pequeña acción mindfulness.
Algunas de ellas las verás en el PROGRAMA 21 (si no lo has
comenzado, empieza ya. Recuerda que tienes toda la información al
principio y al final de este libro).
PULSA EL BOTÓN DE “START” DE LA ACCIÓN
Como cuando llega el año nuevo o después de unas vacaciones y
nos ponemos “las pilas” pensando en las cosas que vamos a hacer de
nuevo y estableciéndonos metas y objetivos que pensamos cumplir
durante el año, te invito a que te establezcas un día en el que tomarás
como inicio para vencer la pereza. Es como si fuera el día en el que los
fumadores dicen “hasta aquí hemos llegado. Dejo de fumar el día tal”.
Ese será el día en el que dejarás de procrastinar. Es el día en el que
vas a pulsar el botón de “start” de tu nueva vida.
¿Estás preparado o preparada?. ¡¡Pues a por ello!!.
Me gustaría saber que estos pequeños pasos que te acabo de
proponer, te van a llevar por el camino de vencer la pereza que termina
agobiándote por no ser capaz de llevar a cabo aquellas cosas que te
propones. Al fin y al cabo, dejar que las cosas vayan pasando, es un
acto de “avestrucismo” poco amigable para los tiempos en los que
habitamos, que como verás en el siguiente capítulo necesitan de
nuestra adaptación para no vernos arrastrados por ellos.
Instalarte en el aquí y ahora a través de la práctica de la atención
plena, te reportará buenos beneficios para saber que no hay que “dejar
para mañana lo que tenemos que hacer hoy” y hacerlo desde la
serenidad y la paz interior que supone activar el foco de nuestra
conciencia en lo que hacemos en cada momento y es que, como verás
en el siguiente capítulo, los nuevos tiempos traen de la mano nuevos
espacios y tenemos que saber bien cómo aprovecharlos.
Como podrás ver en el siguiente capítulo, estamos ante un nuevo
tiempo del que no vas a poder escapar por lo que es mejor, en
beneficio de tu desarrollo personal y profesional, que aprendas a
adaptarte al cambio. Te aseguro que la práctica de mindfulness o
atención plena, aplicada a tu desarrollo personal y profesional, te va a
servir de mucho.
Tú lo sabes mejor que nadie porque, de lo contrario, no estarías
leyendo este libro.
El nuevo tiempo y los nuevos espacios.
Mindfulness para la adaptación al cambio.
Antes de “meternos en harina” de capítulo, quiero empezar
mostrándote este texto para que lo leas con atención:
“Da la impresión de que en nuestros días, el individuo ha quedado
oculto. Los agricultores no trabajan ya en su mayoría para sí mismos,
ni colaboran en el trabajo como antiguamente, sino que suelen ser
empleados, de mayor o menor rango, de grandes empresas. Hubo un
tiempo en el que las empresas desempeñaban una función secundaria
en la vida económica, pero hoy ostentan la función principal, y la
mayoría de la población trabaja en ellas…
En el pasado, y desde el principio de los tiempos, los hombres se
relacionaban entre sí como individuos…hoy las relaciones diarias de
los hombres se producen mediante grandes e impersonales negocios,
con organizaciones, pero con otros individuos.
Estamos ante una nueva era social totalmente nueva, nueva para las
relaciones humanas, nuevo escenario para el drama de la vida”.
Ahora te pregunto: ¿en qué año crees que se escribió este texto?.
Es muy probable, por no decir que seguro, que como me pasó a mí
la primera vez que lo leí, pienses que es de los años 80, o esté escrito
no hace mucho tiempo. Incluso creas que es alguna reflexión escrita
sobre el impacto de las nuevas tecnologías de la información y las
comunicaciones en nuestro actual siglo XXI.
Pues nada más lejos. Se trata de un texto que sobre los cambios que
se estaban produciendo en el mundo, escribía Woodrow Wilson,
Vigésimo octavo Presidente de los Estados Unidos…¡en 1912!, es
decir, casi recién comenzado el pasado siglo XX.
Ponte en situación. En esa época, alguien que hubiese nacido en
1880 y que, por lo tanto, tendría en 1920 unos 40 años, estaría ante un
mundo que habría cambiado de forma radical y para siempre sin
opción alguna de volver al modo anterior de sociedad preindustrial.
Unos cambios que provocaron lo que luego se ha conocido como
estrés social y es que el mundo, en esa época, comenzaba a acelerarse.
Procesos de industrialización, éxodos masivos de población rural
hacia los grandes núcleos urbanos, disminución de la actividad
agrícola y aumento exponencial del sector industrial, aumento
exponencial del sector terciario como servicios, burocracia,
comercio…Era, en definitiva, la aparición del capitalismo tal y como
lo entendemos hoy, y de la aparición de la burguesía como clase
dominante.
Una época ante la que los seres humanos tuvieron que adaptarse.
Renovarse o morir.
Pues bien, casi justo un siglo después, estamos viviendo algo
parecido. Esta vez debido a unos cambios producidos, no por la
aparición de la máquina de vapor y todo lo que significó tal invento,
sino por la aparición de las Nuevas Tecnologías de la Información y de
las Comunicaciones, y lo que significó para nuestras sociedades, su
“popularización” a partir de los años 80 y especialmente de los 90 del
siglo pasado.
Andamos sumidos en la intensificación del neoultracapitalismo
financiero sin cara ni corazón y “noqueados” por la crisis sistémica
que aparece tras el estallido de la conocida como “burbuja
inmobiliaria” y la crisis financiera del 2008.
Estamos frente a un mundo que no reconocemos.
Situados y situadas como podría estar la persona de la que hablaba
al principio del capítulo, que en 1920 tenía alrededor de 40 años.
Perdidos viendo como el mundo que conocíamos y en el que nos
movíamos con soltura, desaparece a pasos de gigantes y expectantes y
con algo de miedo ante el nuevo mundo que se avecina.
Ante estos cambios tan radicales de un mundo que muere y otro
mundo que va emergiendo y al que nos debemos adaptar, los seres
humanos nos debatimos entre la sorpresa y el miedo ante lo
desconocido, la aceptación de los cambios y la ilusión de los nuevos
retos que se abren y la desilusión por imaginar que, para muchos, esta
crisis, significa un círculo vicioso del que ya no podrán salir.
Cuando hablo de la práctica de mindfulness o de atención plena, no
me estoy refiriendo a una serie de ejercicios prácticos que hacer en los
ratos libres como si te apuntases a un gimnasio o a unas clases de
guitarra o de bailes de salón. Me refiero a realizar en tu vida un
profundo cambio en el modo de habitar tu vida y de ver la realidad y es
que mindfulness es una poderosa, pero sencilla herramienta para
promover la aceptación de los cambios y la aceptación de que estamos
ante una nueva era que, como todas, tiene sus riesgos, pero tiene
también enormes beneficios y, sobre todo, una gran vía de liberación
del sufrimiento.
Estamos ante una época de grandes transformaciones en todos los
ámbitos y en la que hay nuevas experiencias, retos y posibilidades de
SER, ESTAR, HACER y TENER de otro modo a como lo veníamos
haciendo habitualmente. Te aseguro que lo mejor que puedes hacer es
no mirarlo como un drama, sino como la oportunidad de asistir a la
construcción de algo nuevo en lo que tú como individuo
interdependiente, tienes mucho que decir. Las posibilidades son
infinitas.
Lo que ES, simplemente ES y como ser humano, no queda otra que
reposicionarse en el aquí y ahora, en el continuo instante presente en el
que habitas, para poder encarar la realidad con la sabiduría de
reconocer que desde este preciso instante es desde dónde realmente
puedes cambiar aquello que desees cambiar.
Hoy, en pleno siglo XXI, en un mundo hiperconectado, en el que
cualquier modo de vida de mediados del siglo pasado ya no es apenas
posible, los seres humanos tenemos la capacidad, más que nunca, de
dirigir nuestra vida y de manejar nuestro tiempo.
Suena bien ¿verdad?. Sé que no es sencillo pero no es imposible.
Como a principios del siglo XX, en los albores de este nuevo
milenio, el hombre vuelve a sentirse perdido y sin continuidad ni
visualización de un futuro prometedor.
La solución está, como te digo, en el mismo lugar en el que estás
mientras lees este libro; justo delante de ti. En el instante presente del
que, hagas lo que hagas, no te puedes ir aunque te pases el día viajando
con la mente entre el pasado que ya fue y el futuro que no existe.
Es desde ese aquí y ahora del que nos hablaba Eckhart Tolle en su
famoso libro “El poder del Ahora”, desde donde arranca el camino
para poder encarar los nuevos retos y posibilidades y no en el
escenario del drama de la vida como lo llamaba Wilson en el texto del
inicio del capítulo, sino en la magia de la maravilla de vivir a pesar de
los problemas habituales de estar vivo o viva. Peor sería lo contrario
¿no crees?, ya me entiendes.
No hay que ser muy avispado o avispada, para darse cuenta de que
vivimos en una imparable aceleración del tiempo, pero la realidad es
que, como le ocurría a un agricultor de finales del siglo XIX, nosotros
y nosotras también disponemos de la misma cantidad de tiempo. Es
decir, 24 horas que nos regala la vida cada día.
El problema radica tanto en la percepción de ese tiempo que
tenemos, así como el uso que le demos y el posicionamiento que
tengamos frente a él. Y es que dejarse arrastrar por esa velocidad que
le imponemos a nuestra vida, es verse vencido ante lo desconocido y
creer que ya nada será como antes se convierte en la antesala de la
derrota.
Ser dueños de nuestro tiempo y de nuestras emociones, instalarse en
el aquí y ahora a través de la práctica de mindfulness o atención plena
e integrar esa nueva manera de “ver” en nuestra cotidianidad, nos
reposiciona ante el río de la vida desde el aquí y ahora para trabajar en
una fluidez, aceptando sin resignación los cambios que se producen y
trabajando desde esa posición en la motivación, en el quién eres, que
quieres y que deseas para mañana.
Sólo vas a estar aquí una vez. Cuando se acabe la partida no podrás
meter una nueva moneda en la ranura para iniciar de nuevo otra
partida. Es GAME OVER, así que, ¿Qué te impide desarrollarte como
persona y profesional ante una era en la que, aunque existen grandes
problemas, también hay enormes oportunidades?.
¿Y si te dicen que te queda poco más de un mes de vida?, ¿Qué
harías?. Seguramente los problemas que ahora tienes, te parecerían una
nimiedad. No digo que les quites importancia. Digo que te invito a que
te abras al nuevo tiempo desde el instante presente.
Crisis también es tiempo de nuevas oportunidades y mindfulness
nos ayuda a reubicarnos en un mundo en cambio. Ahí la decisión,
como no puedes ser de otro modo, es tuya.
A lo largo de este libro, como también podrás ir viendo cuando
hagas –si es que no lo estás haciendo ya- el PROGRAMA 21que te
regalo con la compra de este ejemplar- o si has realizado ya algún
programa de prácticas mindfulness, te contaré algunas estrategias e
ideas para conectar con esa sabiduría natural que disponemos y a
trabajar con nuestra conciencia como centro focalizador ante el aquí y
ahora en la que tu vida se despliega.
Por cierto, no quiero que pienses que te hablo de un mundo “ideal”
en el que no existe el dolor, que todo es sencillo y que tan sólo se trata
de algo así como el paraíso.
El dolor existe (no así el sufrimiento que no es otra cosa que la
rumiación del dolor y eso es evitable), los problemas están ahí, las
complicaciones se dan y todo no es de color de rosa. La vida es un
continuo reto. Yo de lo que quiero hablarte tanto en este libro, como
siempre lo hago en es de que lo que sí puedes cambiar es tu posición
ante la vida.
Ser dueño o dueña de tu instante presente. ¿Seguimos?. ¡¡ánimo
porque a quien hablo es a tu YO ESENCIAL, a ese que no cambia
haga sol, llueva, esté cayendo una tormenta de espanto o un huracán
que remueve toda tu existencia. Al fin y al cabo, tú no eres ESO. Tú no
eres tus emociones.
Sigamos adelante.
Lo próximo, tiene que ser liderar tu vida para que nadie te lidere tu
mañana.
Lidera tu vida. Liderando tu instante
presente para que no te lideren tu mañana.
Como hemos visto en el capítulo anterior, todo cambia y apenas
nada permanece en estos tiempos que discurren.
Estamos ante nuevos retos y problemas, pero también es cierto que
se abren nuevas posibilidades que necesitan de nuevas formas de
buscar soluciones a nuevos problemas y a utopías que, aun siendo
nuevas, no dejan de tener también un hilo conductor con la capacidad
de impulsar el camino hacia el nuevo tiempo.
Algo muy importante ante el nuevo mundo que se avecina con los
cambios que ya se están produciendo en todos los ámbitos, está en la
propia capacidad de liderazgo que tenemos como seres humanos.
Liderar. Esa es una de las claves que tanto en el ámbito de lo
personal como en el ámbito de las organizaciones , es esencial a la
hora de tomar las riendas de tu vida, antes de que te las tomen otros. Y
como no, tienes que ser consciente de la necesidad que hay en estos
momentos de nuevos modelos de liderazgos acordes con el momento
histórico que vivimos.
En todos estos nuevos procesos de liderazgo y de nuevas formas de
liderar tanto tu propia vida como el enfoque hacia los demás desde un
punto de vista cooperativo, las prácticas de mindfulness, la práctica de
la atención plena en el instante presente, tiene mucho que decir, y es
que mejorar la vida de los que nos rodean impulsando el cambio con el
ejemplo, el compromiso ético y la fuerza de la serenidad, debe ser la
base de todos y todas los que tengan el empeño de “tirar del carro” de
su propia vida, pero también de grupos y organizaciones de todo tipo.
La necesidad de una visión amplia, el ser proactivos, la intención
clara hacia la que se camina con decisión y motivación, saber dónde se
quiere llegar, mirar a dónde ir para poder alcanzar metas personales y
colectivas.
Persistencia, proactividad para no dejarse arrastrar por las
emociones del momento, tener visión de conjunto, gran motivación
interna y claridad de mente aunque la realidad no acompañe, ser
conscientes de lo que se quiere, enraizarse en la realidad mirando las
metas desde el momento presente ajustando y reorientando y vivir con
sentido y bienestar interior, deben ser pautas de obligado cumplimiento
para el nuevo liderazgo en este siglo XXI.
Lo que hay que tener muy claro, es que no se puede liderar un
proyecto si no somos capaces de liderarnos a nosotros mismos o
mismas.
Si no eres capaz de dirigir tu propia vida, te será difícil dirigir esas
ideas y proyectos que tienes.
El cambio es posible, pero debe comenzar por uno mismo.
Es imposible motivar a otros si no somos capaces de
automotivarnos, y es que el verdadero liderazgo comienza por
liderarse a uno mismo o misma.
Eso debes de tenerlo muy claro para avanzar tanto en tu desarrollo
personal como en tu desarrollo profesional.
Al hablar de ese modo de liderazgo mindfulness, lo hago desde 4
caminos que son perfectamente realizables cuando consigues tomar las
riendas de tu propia vida.
Son, en realidad, cuatro acciones sobre las que te propongo trabajar
de forma constante y consciente. No tanto pensando en el objetivo que,
seguro alcanzarás, sino más bien siendo consciente en cada uno de los
pasos que has de marcarte. Disfrutar del camino; eso sí que es esencial.
-El camino del espejo.- A través del que debes conocerte. Se trata
de tomar conciencia de cómo somos, de qué queremos ser, de qué
queremos hacer y de qué queremos tener en cada momento vital. SER,
HACER, TENER para poder ESTAR en el instante presente fluyendo
en la vida.
-El camino de la responsabilidad.- Asumiendo las acciones con
decisión comprometida. Asumiendo todos los riesgos inherentes a
esas decisiones. Intentar o no intentar, pero lo importante es
¡¡hacerlo!!. Salir de la zona de confort es un buen y gran paso para
desarrollarte como persona y como profesional.
-El camino de la acción.- Las crisis son épocas de cambio. Pero las
crisis por sí mismas, no tienen carga positiva ni negativa. Depende
mucho de nuestra actitud ante ellas. Las crisis están también para
ordenar, limpiar, tirar, resolver…sí, y las crisis personales también.
Con el propósito de no detenerse, la acción ha de ser constante y
consciente. Un ejemplo claro es cuando se está en situación de
desempleo. Ante la situación de desempleo, hay que ser consciente de
que no se está parado o parada. En todo caso se está desempleado o
desempleada por cuenta ajena. Este no es un matiz menor, sino un
matiz que entraña toda una forma de actuar ante una nueva situación.
Lo veremos más adelante.
-El camino del aquí y ahora.- Hay que ser conscientes de que el
pasado ya fue y de que el futuro está aún por escribir, por lo que liderar
el instante presente es importante para poder darse cuenta de que la
vida es eso que pasa mientras piensas en el ayer o te paseas por el
mañana. La vida mindfulness, no significa ni mucho menos detenerse,
sino tomar conciencia del aquí y ahora porque es ahí donde ocurre
todo y donde está nuestra capacidad de cambio y evolución.
Estos son cuatro buenos caminos sobre los que puedes basar el
nuevo liderazgo tanto personal como colectivo. Determinan nuevas
formas de ser y hacer para un mundo en cambio.
Yo no tengo duda. Y es que si abordamos nuestra propia revolución
individual, terminaremos empujando la revolución colectiva. No estás
sólo o sola porque vives en un mundo interdependiente y conectado.
De la Revolución interior a la
revolución colectiva.
No, no te asustes, querido o querida lector o lectora. No pretendo
hablarte de salir ahora mismo a iniciar “la revolución” como
comúnmente entendemos este término, sino más bien a proponerte una
reflexión más serena acerca de estos tiempos convulsos y de cambios
tan radicales que vivimos.
Creo que está claro que el mundo, tal y como lo veníamos
entendiendo desde la revolución industrial, se ha terminado y está en
continua desaparición. No pasa nada, al fin y al cabo no es la primera
vez que ocurre.
El problema radica en el sentimiento de vacío que podemos tener
como seres humanos, al ver que lo que comprendíamos hasta ahora, ya
nos es complicado entender porque las respuestas que teníamos ya no
nos son válidas.
Estamos viviendo, en estos primeros años del siglo XXI, tiempos
convulsos y cambios radicales. Cambios en todos los ámbitos que,
como no pueden ser de otra forma, terminan repercutiendo en nuestra
vida diaria.
Al fin y al cabo, esos cambios sociales, políticos y económicos, son
producidos por seres humanos como tú y como yo, obviamente, y por
lo tanto es clara su repercusión en el espacio de nuestra cotidianidad.
Estos cambios no son coyunturales, sino que de lo que estamos
hablando es de una enorme crisis estructural que está determinando un
cambio de era. Esto en sí mismo no es malo, ni mucho menos. Lo que
puede ser malo es la línea que vayan cogiendo esos cambios y en ese
sentido, nosotros como personas interconectadas en un mundo global,
tenemos mucho que decir.
Estamos ante un cambio en el que no caben revoluciones entendidas
a la manera tradicional.
En un cambio de banderas y de himnos, no son un mero cambio de
cromos de una colección, pues los saltos en el poder, suelen terminar
quedando en un mero cambio de élites que terminan reduciendo los
gobiernos políticos y económicos en modernas comodidades que
producen nuevos errores basados en antiguos paradigmas; errores que
tratan de solucionar con las mismas herramientas que crearon esos
errores.
Un círculo vicioso del que sólo se puede salir en el ámbito de una
nueva conciencia global que parece estar emergiendo. Te recomiendo
el libro de Ervin Laszlo, dos veces nominado al premio Nobel,
Presidente del Club de Budapest y ExConsejero del director general de
la Unesco, titulado “El cambio cuántico. Cómo el nuevo paradigma
científico puede transformar la sociedad”.
Ahora es un tiempo de cambios radicales en cada uno de nosotros y
nosotras. Otro de los autores que te animo a descubrir es Jiddu
Krishnamurti, gran maestro espiritual que supo integrar filosofía,
religión y psicología y que puedes leer en sus Diarios (Diario I y II) y
en “La Revolución interior. Transformar el mundo”. En éste último,
Krishnamurti se hace más grande para darnos algunas claves de la
posibilidad de llevar a cabo un trabajo que nos transforme y, por lo
tanto, transforme el mundo.
El camino de la observación, la propia y constante observación de
nuestras pautas y nuestro comportamiento tienen la clave. Se trata de
trabajar en la no dualidad. La diferencia entre el observador y lo
observado provoca sufrimiento. Es el pensamiento el que genera el
miedo que nos atenaza.
Y aquí tenemos la gran pregunta: “¿Es posible una revolución
interior y, por tanto, exterior?”. Porque lo que está claro en estos
momentos, es que no podemos continuar con nuestros viejos hábitos,
nuestras viejas tradiciones en la forma de solucionar nuestros
problemas y retos, nuestra vieja forma de pensar y por tanto, como
expresa Jiddu, otra de las claves ante la que nos tenemos que sentar a
reflexionar es “¿qué podemos hacer para vivir sin conflicto, para
llevar una vida verdaderamente sensata, vivida con libertad y
penetrante inteligencia, con cordura, con afecto, con un sentimiento de
belleza?, ¿cómo hemos de vivir para que en nuestra vida no haya
ninguna clase de problema, para que haya tal profundidad en ella que
el hecho en sí de vivir adquiera pleno significado?”
En mi caso, y especialmente desde que descubrí las herramientas
que nos ofrece la práctica de mindfulness o de atención plena, llevo
tiempo enrolado en esa búsqueda personal a la que te invito.
Eres el dueño o dueña de tu vida y debes ser tú quien decida cómo
vivirla, qué objetivos marcarte y cómo delimitar tus espacios de
desarrollo personal, siempre desde la idea máxima de que estamos en
permanente interconexión con nuestros semejantes y con nuestro
entorno.
Nada ni nadie es independiente, pero respecto a las riendas de la
vida, cada uno o una tiene las suyas.
Voy adquiriendo la seguridad que es desde el instante presente,
desde el aquí y ahora en el que habitamos, desde donde es posible la
transformación interior tan necesaria para provocar esa revolución
pendiente que habrá de transformar el mundo; la revolución interior.
Ya no es posible seguir viviendo como hemos venido viviendo hasta
ahora. Son tiempos apasionantes de cambios y transformaciones.
Una nueva era que va emergiendo y de cada uno de nosotros y
nosotras depende que camino recorrer y cómo hacerlo.
Siempre recomiendo también cierta lentitud y mirar a los lados
saboreando cada estación de la vida y dejando que las manos y la
mirada hagan su juego vital.
Observar con plena atención y acariciar cada momento que pasas
porque es único. Esa es la verdadera transformación.
En realidad es también el verdadero arte de la práctica de
mindfulness o de atención plena. Lo saben bien quienes ya han tenido
la experiencia de llevar a cabo un programa como el PROGRAMA 40
o el PROGRAMA VIVO AHORA que puedes encontrar en y de los
que te hablaré en el PROGRAMA 21 que ya sabes que puedes hacer
cuando quieras y de forma gratuita como te he indicado al principio
del libro.
Buscando la felicidad en la
cotidianidad. El camino de la atención.
La de veces que nos pasamos los días buscando la felicidad que
creemos está detrás de cada objeto material que anhelamos. La de
horas que atravesamos buscando la felicidad en aquellos espacios
lejanos a los que anunciamos llegar para descansar.
Cómo andamos con el piloto automático puesto, no terminamos de
darnos cuenta de que el verdadero sentido de la felicidad está,
justamente, donde te encuentras ahora mismo; en este preciso instante.
Buscando la felicidad es de esas ideas que los seres humanos no
hacemos más que complicar. Y es que cuando hablamos de buscar la
felicidad, tendemos a pensar que hay que trabajar demasiado para
encontrar esos retos en los que nos podemos sentir dichosos.
En el alocado mundo en el que vivimos en el que cada uno de
nosotros y nosotras hemos puesto nuestro maldito grano de arena para
complicarlo, pensamos que la felicidad es un "producto" más que hay
que adquirir como quien ahorra para colmar un deseo por quien está
soñando con el fin de semana para jugar a "buscando la felicidad" del
viernes 8 PM a domingo 10 PM.
Pero el estado de felicidad es eso; un estado del ser que provienen
de sentirse colmado en el momento presente. Aquí y ahora. Es en el
aquí y ahora en el que, como seres humanos, podemos encontrar ese
preciado sentido de la felicidad.
Eso sí -y es un aviso para navegantes -, hay que tener claro que la
felicidad no es pasar las horas con una sonrisa de oreja a oreja, poco
menos que levitando a un palmo de la realidad, y pensando que todo es
de colores.
Siento avisarte de que el dolor existe y además es real y que si
todavía no lo has experimentado, en algún momento va a parecer en tu
vida. Y que la vida, cuando andas buscando la felicidad, también se
encuentra el dolor consustancial al hecho de vivir. Lo que no es tan
normal es el sufrimiento, que no es otra cosa que la continua
humillación del dolor. Adaptarte sin resignación a uno y evitar el otro
es cosa tuya y puedes hacerlo.
El estado de felicidad, nace cuando somos capaces de entrar en la
vía de la aceptación sin resignación. De esto ya has leído algo a lo
largo y ancho de este libro y es uno de los principios básicos de la
práctica de mindfulness o atención plena.
Estar presente en el lado cotidiano de tu vida, reconocer dónde estás,
cómo estás en cada momento, es la base para conseguir la tan ansiada
felicidad, que no es otra cosa que saber que, desde ti mismo o misma,
es suficiente para sostenerte en el espacio en el que habitas.
Cuando andas buscando la felicidad, en contraste con la práctica de
mindfulness su atención plena, es el momento perfecto para abrir
nuevos espacios de trabajo hacia ese pretendido Estado que tanto
deseas.
Ser felices supone un arduo trabajo, pero es posible. Establecerse en
el aquí y ahora, siendo consciente de tus emociones, reconocerlas y
saber gestionarlas en cada momento, abrir un espacio de íntima
sabiduría que hace que dispones de las suficientes herramientas
personales como para luchar en tu día a día.
La práctica de mindfulness su atención plena, que ofrece la
posibilidad de aprender a relacionarse de otro modo con los espacios
de tu cotidianidad, para "darte cuenta" de que los verdaderamente real
que hay en tu vida es el aquí y el ahora.
Es cierto que ese aquí y ahora puede parecerte horroroso en algún
momento, pero aunque te parezca increíble, sólo desde la aceptación
sin resignación, puedes tomar la verdadera fuerza para cambiarlo.
Como señala el doctor Kabat Zinn: "la práctica de la atención nos
enseña escuchar nuestro cuerpo a través de todas las ventanas
sensoriales y a atender al flujo de nuestros pensamientos y
sentimientos, iniciando así el proceso de restablecimiento y
fortalecimiento de la conexión con nuestro propio paisaje interno".
A veces, tan sólo con preguntarte: ¿qué has hecho hoy?, Es
comenzar a "darte cuenta" del camino que debe tomar para ver qué
"buscando la felicidad" es aprender a estar ser en tu propia
cotidianidad.
Una de las situaciones que mejor pueden llevarte al camino de la
felicidad, es la ausencia del miedo sin motivo.
Tener miedo, como tener ansiedad o estrés, en la justa medida, es un
seguro de vida, pues de su buena comprensión y entendimiento, los
seres vivos podemos sobrevivir.
El problema es cuando el miedo, la ansiedad o el estrés son
desmesurados y continuos. Ahí es donde comienzan los problemas.
Vamos a ver en el siguiente capítulo, cómo podemos deshacernos de
ese miedo para siempre.
Cómo deshacerse del miedo para
siempre.
La ansiedad, la depresión, la angustia, el miedo existencial, la
preocupación por el futuro, el miedo a perder, el miedo al dolor,
miedo… miedo… miedo…
Dejando a un lado algún problema fisiológico que pudiera tener
alguna otra causa y que tuviese que ser tratado convenientemente
desde el ámbito de la medicina la mayoría de los mortales, por no decir
todos en algún momento de la vida, sentimos miedo.
El miedo como ansiedad o el estrés es necesario para nuestra
supervivencia. Pero siempre en términos normales. El problema es
cuando hay una disfunción de ese miedo, de esa ansiedad y de ese
estrés y termina con cronificándose y sirviendo de terrible barrera para
nuestro desarrollo personal y profesional.
En este capítulo quiero referirme miedo ilógico o, digamos, al
miedo producto de la "máquina del liarla" que tenemos encima de los
hombros y que, al habitar en ti hacia el de la función del piloto
automático, y por lo tanto, no son conscientes de nuestros
pensamientos, produce constantemente distorsiones de la realidad que
nos llevan a una excesiva preocupación por cosas que no tienen por
qué ocurrir
En algunas ocasiones, llegan a producirse verdaderos ataques de
pánico, al no saber controlar las emociones que se derivan de esas
distorsiones cognitivas a las que nos pueden llevar nuestra cabeza.
Esta es, sin duda, la base por ejemplo de los problemas de ansiedad
y depresión. En este caso estamos mirando la vida con los cristales
sucios que nos distorsionan profundamente nuestra visión y percepción
de la realidad.
Muchas y variadas técnicas se han llevado a cabo desde la
psicología conductual y cognitiva para tratar de cambiar ese proceso y
vencer esos infundados temores que nos paralizan y que no permiten
un correcto desarrollo personal y profesional de nuestra vida. En este
caso, quiero trasladarte algunas claves para que puedas enfrentarte a
tus miedos desde la óptica de la atención plena o de mindfulness.
Tomando la práctica de mindfulness como poderosa herramienta de
transformación, el foco de nuestra atención y, por lo tanto, utilizando
el aquí y el ahora como punto de partida para una nueva visión de
nuestra realidad, podemos ejercer el control sobre nuestro proceso de
pensamiento automático que, la mayoría de las veces, genera esos
miedos que pueden derivar en depresiones y en graves estados de
ansiedad.
Te estarás preguntando ¿cómo puedo atajar el miedo en mi vida?.
Pues eso es lo que voy a tratar de explicarte ahora. Son cinco breves
ideas con las que puedes empezar a trabajar para solucionar el
problema de ansiedad y depresión que tengas no sólo en ti sino por
poder ayudar a quienes tienen a su alrededor y que pueden estar
atravesando un difícil momento.
Lee y pon en marcha estas ideas. Te aseguro que te harán bien.
Aprende a meditar. No es nada religioso en el sentido del que
puedas estar pensando. De lo que se trata es de aprender a situarte en el
silencio y atender a la respiración para conectar con el instante
presente con el aquí y ahora. Se trata de centrarte, evitar la
somnolencia y aprender tus pensamientos como esas nubes que pasan.
Soltar es la clave. En puedes encontrar un montón de ideas, audios y
programas para aprender a meditar.
Además, para aprender a meditar, tienes en este libro el capítulo "10
claves para meditar correctamente" que espero que sea muy útil para
comenzar a trabajar en algo que no debes dejar de practicar nunca
porque lo único que te va a ofrecer, sin buscarlos, son beneficios para
tu bienestar.
Colecciona frases motivadoras. Te invito a comprarte mañana
mismo un pequeño cuaderno en el que vas a ir anotando aquellas
frases que vayas encontrando que tengan, a tu entender, un buen
aspecto de motivación.
Vete haciendo una "colección" en ese cuaderno y llévalo contigo
siempre. Léelas de vez en cuando y hazlas tuyas. Te regalo las tres
primeras
1. La ansiedad no es peligroso. Sólo nos molesta pero no me mata.
2. Soy una persona completamente normal que atraviesa una
situación anormal.
3. Este pensamiento no es mío. No te quiero. Y sobre todo no te
olvides de ponerle un nombre a tu cuaderno.
Aprende a respirar. ¿Has visto cómo respira un niño pequeño?.
Los recién nacidos tienen una respiración abdominal. Elevan su
vientre. Es el vientre el que asciende y desciende con ritmo.
Con el paso del tiempo, abandonamos nuestra respiración a su suerte
porque no le prestamos atención y con nuestro sistema de vida tan
alocado, la respiración se vuelve torácica incluso clavicular, entrando
en los pulmones cada vez menos aire y más rápido lo que significa una
tendencia a una respiración agitada.
Éste tipo de respiración es la clásica que tenemos cuando estamos
sufriendo ansiedad o estamos nerviosos.
Haz lo que tú quieras, no lo que otros esperen. Un miedo muy
común es a "no quedar bien" ante los demás, lo que no lleva a realizar
acciones que, en el fondo, no nos gustan o no son nuestras. Éste tipo de
actuación deviene en temores que nos llevan también a estados de
ansiedad desagradables.
Piensa que te ha llegado la hora de aprender a decir no y escuchar a
tu corazón que es quien puede guiarte por el camino que deseas tomar.
Tu eres quien debe tener las riendas de tu vida y no los demás.
Consejos sí, imposiciones no. Quédate con esta última idea porque
es muy importante para el beneficio de tu desarrollo personal y
profesional. Tu vida es tuya y tú debes tomar las decisiones.
Acepta que la perfección no existe. Muchos de los miedos que
atravesamos, vienen dados por nuestro afán de perfeccionismo.
Queremos tener en la cabeza una idea de lo que es perfecto y nos
lanzamos hacia ella en cualquier cosa que hagamos. ¿Por qué no ser un
poco más flexibles con nosotros mismos y aprender que los errores
también son parte de nuestro aprendizaje vital?.
Con estas cinco sencillas ideas o claves que te acabo de dejar sobre
cómo enfrentarte a tus miedos, quiero que tengas por seguro que esos
pensamientos que te atraviesan son producto de vivir dando saltitos
entre el pasado y el futuro sin estar, como venimos viendo a lo largo
del libro, en el instante presente.
Yo sé que vencer los miedos no es un sencillo ejercicio, pero lo
primero que hay que hacer para ganar la batalla es sentirte fuerte y
capaz de llevar a cabo estas acciones que te indicaba y para ello, como
lo puede ser de otra manera, ponerse en acción, aunque no lo veas, es
esencial.
Como se dice en "el arte de la guerra" de Sun Tzu, libro que te
recomiendo encarecidamente que leas, saques notas y tengas siempre
presente, "aquel cuyas tropas estén unidas en torno a un objetivo
común será el vencedor".
Ya tienes tropas –TÚ- y ya tienes un objetivo común –EL MIEDO-.
Ahora tan sólo te queda vencer.
Sí, claro que puedes!!.
Ansiedad…de tenerte en mis brazos…
A estas alturas del libro, te habrás dado cuenta de que si vives con el
piloto automático encendido, esto suele ser causa de muchos de los
males que nos acosan en una sociedad tan hiperacelerada como en la
que vivimos. Vivir con el “piloto automático” en modo ON, es no
“darse cuenta” en cada momento de lo que vives, de lo que ves, de lo
que sientes.
Es como cuando vas conduciendo por una carretera, y cuando llegas
a tu destino, te das cuenta de que ha habido tramos del recorrido que ni
recuerdas.
Seguro que más de una vez te ha ocurrido estar comprando en algún
sitio, toparte con alguien conocido que tenías justo delante y no
haberlo visto. “perdona, no te había visto, es que estaba pensando en
mis cosas”.
Esa es la clave de vivir con el piloto automático encendido, que no
te das cuenta del aquí y ahora. Pues bien, como te decía, esa forma de
vida trae consigo muchos y variados problemas emocionales y, como
no, de estrés.
Buscadores como google, indexan cada día miles de consultas en
internet sobre “cómo superar la ansiedad”, “técnicas de relajación”,
“cómo combatir el estrés” o “cómo superar fobias” y muchas otras
donde la preocupación por el bienestar psicológico asciende cada día
más.
De la misma forma, las consultas en los centros de salud están
subiendo domo la espuma y el consumo de ansiolíticos y
antidepresivos asciende por meses. Las depresiones, los estados de
ansiedad y el malestar están a la orden del día.
La culpa casi siempre viene dada por nuestra habitual forma de vida.
Nos prometieron el estado del bienestar y lo que estamos ganando es el
estado de malestar.
El problema es que ese modo de vida tan habitual en las sociedades
desarrolladas, está siendo tomado como algo normal e inevitable
cuando no es cierto. Además, lo habitual es pensar que una vez
conseguidos nuestros propósitos, metas y objetivos, todo volverá a la
normalidad y recuperaremos nuestro bienestar (ahora estás mal para
luego estar siempre bien) y esto es un inmenso error que se paga caro.
Entre otras cosas con la ansiedad.
Vivir con el constante piloto automático es el camino más seguro a
transitar por esos estados continuados de temor vital. Dejar que
nuestras emociones cabalguen por sí solas, suele ser causa frecuente de
esa cronificación del malestar emocional, pues nos sentimos
“dirigidos” por ese cúmulo de sensaciones.
Una de las vías de solución, viene cuando tomamos la decisión de
“parar” y convertirnos en observadores de nuestra propia realidad.
Entonces ese piloto automático se apaga de inmediato y surge en
nosotros algo que nunca deberíamos haber perdido y es la conciencia
sobre nuestras propias emociones, y la conciencia de nuestro propio
ser y estar en el aquí y ahora.
Tomar las riendas de tu vida no es una decisión ni una práctica fácil.
Se necesita de mucha constancia, paciencia y sobre todo, de mucha
práctica, pero es posible y además deseable.
La diferencia entre ser absorbido por nuestras emociones, generadas
muchas veces por ese continuo parloteo mental, o tender a una mejor
gestión de ese proceso, es la diferencia entre reaccionar o responder
ante cualquiera de los hechos y vivencias que sorteamos cada día.
Esa información que nos envían los sentidos y que llega al cerebro,
se procesa por dos vías distintas: una cognitiva y otra emocional. Esa
parte cognitiva conlleva un pensamiento consciente. Es el “darse
cuenta” de lo que estamos experimentando en cada momento, mientras
que la parte emocional nos alerta de estados importantes positivos o
negativos.
Cuando trabajamos con nuestra capacidad de focalizar, de situar el
foco de nuestra conciencia sobre el aquí y el ahora, esos procesos son
más conscientes y hace que pasemos de la reacción a la respuesta.
Sentir la ansiedad, el odio o la ira y reconocerlas, asumirlas,
abrazarlas, poner nuestra mirada sobre ellas e incluso nombrarlas,
suele ser una primera barrera de detención para tender a su control y
desaparición.
Nuestras emociones son un semáforo de vida pero malinterpretarlas,
es el camino más fácil al colapso de nuestro tráfico vital.
Sí, se puede; claro que se puede. Eso sí, no sin constancia ni
paciencia. Se puede, desde el instante presente, pasar de la reacción a
la respuesta porque esa es la senda hacia un mayor autocontrol y
serenidad, base para transitar por nuestra vida con las riendas de la
conciencia y el piloto automático bien apagado.
Pregúntate ahora mismo: ¿Reacciono o respondo?.
Te pondré un sencillo ejemplo para que veas la diferencia entre esa
forma de vivir en la reacción o en la respuesta.
Imagina que estás en un semáforo en rojo. Estás parado y detrás de
ti hay otro coche, miras por el retrovisor y adviertes que tiene un poco
de prisa. El conductor del coche de atrás se mueve inquieto y no hace
más que mirar hacia el semáforo.
El rojo deja paso al verde y en ese preciso instante, el conductor del
coche que tienes inmediatamente detrás, pega su mano en la bocina y
hace un gesto como diciéndote “¡¡venga, vamos, tira!!.
Cual sería tu respuesta:
Haces aspavientos con los brazos, sueltas algún improperio, te llevas
el dedo a la sien para decirle que está loco, bajas la ventanilla y le
muestras un dedo en versión extendida…
Respiras hondo, metes primera, intentas echarte cuanto antes a un
lado para que “el prisas” pase y cuando te pasa, ni miras y sólo
piensas…”pobre, vaya día que le espera”
Bien, pues si has tomado la acción 1. Es que has reaccionado y si
escogiste la acción 2. Es que has respondido. Como te puedes
imaginar, lo que puede ocurrir en cada una de esas acciones de
respuesta, es completamente diferente. La 1 puede terminar fácilmente
en una de esas peleas absurdas que, encima, pueden terminar muy mal
y en la 2, la vida sigue fluyendo. ¿no crees?.
Ahora piensa si es mejor vivir con el “piloto automático” puesto y
vivir siempre en el modo “reacción” o prefieres apagar ese piloto,
tomar conciencia del instante presente y entrar en modo estado
emocional del bienestar.
Recuerda siempre que el verdadero jefe de tu vida eres tú y que la
ansiedad, el estrés y la depresión tienen solución.
10 claves para evitar la distracción en
un mundo multitarea
Estamos inmersos en un mundo multitarea. Gracias a las nuevas
tecnologías y su incursión en la vida diaria, hoy es posible realizar un
montón de tareas a la vez.
El problema no es la posibilidad de hacerlo, sino nuestro
posicionamiento frente a la multitarea.
Cuando desarrollamos esa posibilidad y lo hacemos en modo “piloto
automático”, tendemos a no darnos cuenta de lo que estamos haciendo
y, por lo tanto, se produce un proceso de no atención que deriva en
estrés, falta de concentración, nula gestión de nuestro tiempo y, por
supuesto, ansiedad.
Son tiempos veloces. Disponemos del mismo tiempo que un
agricultor del siglo XIX, pero tenemos la percepción de que
necesitamos más horas para hacer más cosas.
La pregunta del millón de dólares es si en realidad todas esas
actividades que realizamos en un solo día son necesarias, nos sirven
para algo, nos llevan a la vida que deseamos o, por el contrario, son un
cúmulo de automatismos que nos alienan de por vida, enfrascados en
un ritmo absurdo que no nos conduce a nada.
¿Realmente es necesario andar con la lengua fuera persiguiendo un
futuro sin estar por completo presentes en el aquí y ahora, que es
donde realmente discurre nuestra vida?.
Marcarse objetivos, metas y deseos por cumplir está bien. Nos
sirven para desarrollarnos como personas y profesionales, nos
completan como individuos felices en una sociedad hiperconectada e
hiperacelerada. El problema es cómo ponemos en marcha nuestras
acciones para alcanzar esos objetivos y metas, y qué nivel de atención
tenemos respecto a esa multitarea que realizamos continuamente.
Sin STOP no hay acción y sin acción no hay STOP. Así de sencillo.
Proponerte metas y objetivos es una necesidad, pero no detenerse para
valorar cómo los consigues, cuáles son tus acciones, en qué estás
gastando tu tiempo, deriva en problemas porque tendemos a dejarnos
arrastrar demasiado fácilmente por esos distractores o ladrones de
tiempo que nos rodean y que, en muchas ocasiones, por un indebido
uso, nos dificultan el acceso a nuestro bienestar.
STOP, sí. Es bueno pararse de vez en cuando y tomar conciencia del
instante presente. Es bueno dejar a un lado las autopistas para
disminuir la velocidad y transcurrir por carreteras secundarias.
Tienes que darte cuenta y poner acción sobre ello, que hay otras
formas de hacer las cosas y que nos llevan al mismo lugar que cuando
transitas por la autopista de la vida; es decir, con el piloto automático
puesto y a toda velocidad. Hacerlo de otra forma, significa no jugarte
el tipo en los accidentes del estrés, la ansiedad y la depresión y, en
general, el malestar emocional.
En este capítulo, quiero comentarte alguno de esos distractores o
“ladrones de tiempo” con los que hemos de lidiar cada día en nuestra
vida cotidiana.
Seguro que los conoces a todos, convives con ellos, pero no te has
parado, no has hecho el necesario STOP para “darte cuenta” y poner
remedio y es que la posibilidad de la multitarea en el mundo que
habitamos es real, posible y puede ser hasta positiva.
El problema, como te decía al principio, es nuestro posicionamiento
frente a esa multitarea.
Tienes que trabajar para ser consciente de ella y saber cuándo su uso
es positivo, y cuando te estás metiendo en un callejón sin salida por
una mala gestión de tu tiempo.
Estos son mis 10 claves que te indican por qué sostienes una mala
relación con el tiempo, por qué no consigues tus metas y objetivos y
por qué vives bajo el yugo del estrés y la ansiedad.
Ser consciente de ellos y trabajar con las técnicas mindfulness, te
ofrece la posibilidad de hacer las cosas de otra forma más sencilla, más
natural y más consciente.
Falta de organización. Si dejas para mañana lo que puedas hacer
hoy de forma consciente, te encontrarás con eso que se llama
“procrastinar” y que no es otra cosa que no enfrentarte a tus propios
retos. Estar todo el día buscando subterfugios para evitar la acción, es
uno de los peligros de que te sientes en tu zona de confort y te
paralices. Las limitaciones te las impones sólo tú. No eches la culpa a
quien no la tiene. Tienes que asumir tu parte de culpa para establecer
un cambio que sólo te beneficiará.
Falta de objetivos. No clarificar buenos y grandes objetivos para
luego subdividirlos en tareas confortables que vayan construyendo
“mini pasos de éxito” es otro de los habituales errores de lo que, en
general, reconocemos como fracaso. De todos modos, ¿qué es eso del
fracaso?. A mi entender, el fracaso no existe si vives en el instante
presente. Trabajas y tomas acción por un objetivo o meta, pero si no lo
consigues, no pasa nada. Quédate con el trabajo realizado y todo lo
aprendido y vivido en el proceso. Eso no es fracasar; eso es vivir.
Indecisión. Iniciar la aventura de salir de tu “zona de confort” y
aventurarte, es comenzar la acción y dejar atrás la parálisis. Si esperas
tener “todo atado y bien atado”, continuarás siempre en la inacción. En
estos tiempos de evolución y cambio, tienes que ser consciente de que
es necesario que te habitúes al cambio constante. Nada permanece
porque todo fluye. Lo que crees tener hoy, ten en cuenta que mañana
puedes dejar de tenerlo. No pasa nada. La acción crea movimiento.
Eso es la vida.
No eres el Máster del Universo. No puedes con todo. ¿tienes esto
meridianamente claro?. El tiempo es el que es y las horas del día son
las que son. Intentar meter más de lo que realmente cabe es el camino
más claro a la desesperación, al estrés, a la ansiedad y, en el peor de los
casos, a la depresión. Sé de lo que hablo. No eres ni Superman ni
SuperWoman, ni ningún superhéroe o superheroína. ¿Recuerdas ese
sabio dicho popular que dice que quien mucho abarca poco aprieta?,
pues ahí está la clave.
No descansar. El estrés, la ansiedad, la mala gestión del tiempo, en
definitiva, el no saber o no querer parar de vez en cuando es uno de los
peores males de este siglo. El modelo social en el que vivimos
inmersos, nos arrastra hacia la hiperactividad y a la aceleración
constante, pero de un tiempo a esta parte empieza a cambiar. Ya son
miles y miles las personas que se van dando cuenta de que por ahí no
hay salida. Tienes que tener la suficiente fuerza de voluntad para saber
parar, elegir, decir no, abrir velas para aprovechar el viento. Tú
decides, tú pilotas tu vida.
Interrupciones. Tienes que convertirte en un controlador de tus
interrupciones. Sé consciente de ellas y aprende a manejarlas porque
son las que te hacen perder más tiempo a lo largo del día.
Teletrabajo mal entendido. Si eres de los que tienes el despacho en
casa, entonces estás habituado a que tu oficina móvil sea tu PC, tu
Tablet, tu Smartphone. Por ejemplo, si no sales a la calle en pijama,
¿por qué trabajas en casa con él?.
Crea buenas costumbres que hagan que diferencies espacios vitales.
Maneja bien tus horarios. No te digo que te pongas de punta en blanco
para trabajar en casa, pero diferencia espacios. Es algo que viene muy
bien para aprender a desconectar y gestionar bien horarios y
actividades.
En mi caso, cuando trabajo en casa me divierto, y cuando me tiro en
el sofá a vaguear, también me divierto. En un caso lo hago en vaqueros
y en el otro con los “pantacas” de andar por casa y mis camisetas
favoritas que, obviamente, de vez en cuando, hay que ir cambiando.
Reuniones. Organízalas con antelación, proponte objetivos claros y
concisos y temporalizalos bien. Es mejor un encuentro corto pero
fructífero que uno largo y de diluidas ideas. Para las reuniones,
propongo que las comiences con 2 minutos de “silencio de la
serenidad”.
Pruébalo porque suele ser un buen punto de partida para una reunión
fructífera. Tomar conciencia del tiempo hace que prestemos una mayor
atención al tiempo y a cómo lo gastamos o malgastamos.
Los tapones. No estás para colocar tu mensaje, sino para el diálogo,
el compromiso, la reflexión y la escucha atenta. Gana desde el silencio
lo que pierdes con el ruido.
Crisis. Grábate como si fuese un tatuaje que la palabra crisis no
tiene porqué ser negativa. Que las crisis generan también nuevos
movimientos, que de las crisis se sale en el refuerzo o en el
abatimiento, y está claro que lo que tú quieres es salir reforzado o
reforzada.
Son 10 ideas que puedes poner en marcha de forma sencilla y
amable contigo mismo o misma y con los demás. En tu casa, en la
oficina, en tu labor profesional. A veces cambiar el mundo se hace
cuesta arriba e imposible si lo que pretendes es eso, pero si intentas
cambiar la pequeña, pero importante parcela de tu vida, los que te
rodean te lo agradecerán y tú te sentirás bien. De ese modo, puedes
provocar un efecto multiplicador de serenidad en este alocado mundo.
¿No te parece?.
Meditación mindfulness poniendo orden
en el armario
Cuando hablamos de meditación mindfulness o de la práctica de la
atención plena, no estamos hablando de ponerse de cara a la pared,
estar en completo silencio tras adquirir una postura determinada y
atender a nuestra respiración.
Esto es algo que entra dentro de lo que podemos llamar prácticas
formales, pero es algo mucho más sencillo y que, obviamente, lleva su
tiempo y su trabajo. Son las prácticas informales.
Tomamos como prácticas formales dentro del mindfulness, aquellas
prácticas o ejercicios que conllevan un determinado tiempo de
realización. Es el caso, por ejemplo, de sentarte a practicar meditación
durante 15, 20 ó 30 minutos. Y hablamos de prácticas informales,
cuando señalamos aquellas acciones, tareas, ejercicios, prácticas que se
integran perfectamente en nuestro quehacer cotidiano y que podemos
realizar mientras realizamos alguna de nuestras tareas habituales a lo
largo de una jornada.
En este caso, recuerdo un día cuando un amigo que no había
practicado mindfulness o atención plena, me dijo: “¿Es que piensas
poner meditación mindfulness en todo?”, a lo que le contesté que la
meditación mindfulness, efectivamente, está en todo, pero que el
problema es que no lo vemos porque andamos por la vida demasiado
deprisa y con el “piloto automático” encendido, por lo que, al no tomar
conciencia del instante presente, dejamos de poner atención a lo que
hacemos y se nos acumulan los problemas, el estrés, la ansiedad y ese
sentido de pérdida y de no darnos cuenta de cómo pasamos por cada
uno de nuestros espacios vitales.
Lo que quiero mostrarte en este capítulo, es hacerte ver que la
meditación mindfulness ni es un acto religioso, ni es un dogma, ni es
nada del otro mundo.
Se trata de una sencilla, pero poderosa herramienta, que no sólo
puede incidir de forma positiva en tu desarrollo personal y profesional,
sino que puede servirte para reposicionarte en tu particular universo,
aceptando tu presente para, desde ahí, crecer hacia el futuro.
Parece sencillo dicho así ¿nooo?. Nada que no pueda conseguirse
con constancia, trabajo e ilusión porque la meditación mindfulness, su
práctica, interviene directamente en cada uno de tus quehaceres
diarios, por lo que si quieres observar cómo andas emocionalmente en
estos momentos, puedes ir al armario donde guardas tu ropa y ver en
qué grado de orden lo tienes colocado. Curioso ¿verdad?
Sí, es verdad, el grado de atención lo miro, a veces, dentro de mi
armario. Y es que el desorden de muchos espacios personales, suelen
ser un reflejo fiel de nuestro modo de vida donde la atención que
conseguimos a través de la práctica de meditación mindfulness, brilla
por su ausencia.
En este capítulo te voy a proponer una práctica sencilla. Tómala
como un juego.
Vas a escoger un momento del día en el que puedas estar tranquilo o
tranquila (puedes aprovechar, por ejemplo, el fin de semana o un día
de descanso) y te invito a ordenar y hacer limpieza en tu armario; ese
espacio íntimo que refleja, no sólo tu estado de ánimo, sino tu nivel de
“velocidad vital”.
Te propongo algunas ideas que te pueden ayudar en ese proceso:
Disfruta del silencio. Venga, te dispones a ordenar tu armario. Casi
es como ponerte a ordenar tu cabeza, así que no te distraigas con
música o con radio, o mirando cada dos por tres el móvil o atendiendo
llamadas.
Dedica un tiempo a ti mismo o misma y al silencio y apaga todos los
“cachivaches” electrónicos que tengas en tu radio de acción. Verás
cómo tu mente te lo agradece. Y aunque no los uses durante un buen
rato, tienes que tener claro que la vida ahí fuera continúa. No eres
imprescindible.
Vacía tu armario. Procede a sacar absolutamente todo lo que hay
en el armario que quieres ordenar. Déjalo completamente vacío. Casi
es como dejar “la mente en blanco”.
No atiendas, en ese caso, a lo que estás sacando. Puedes hacerlo
incluso de forma compulsiva. Vacía tu armario por completo y sin
orden y amontona todo encima de una mesa, en la cama.
Observa el desorden. Haz un par de respiraciones profundas y
durante un par de minutos (puedes alargarlo si quieres), dedícate a
observar tu desorden. Dirás: “¡si lo he desordenado yo!”, y te
contestaré: “¿No haces lo mismo cada día con tu cabeza?”.
Observa también el espacio vacío de tu armario. Es tu mente la que
debes vaciar cada mañana para que vayan cambiando y cabiendo
nuevas cosas y experiencias del día a día. Piensa si no te sobran cosas
que otros pueden necesitar.
Coloca desde el corazón. Date tiempo en ir colocando despacio
cada una de las cosas que hay sobre el montón y hazlo con suma
atención. Déjate llevar por el corazón para seleccionar aquello que
realmente vayas a necesitar.
“Date cuenta” de dónde viene esa ropa o esos zapatos, o esos
objetos si lo que estás vaciando es el armario de tus cosas personales o
cualquier espacio donde tengas guardadas cosas. Piensa en quienes los
hicieron con sus manos, en toda la gente que ha participado en su
proceso para que ahora estén ahí, a tu lado y te hayan servido.
Piensa también dónde está hecho y observa con corazón y siente si,
con ese gesto de haberlo comprado, no estás poniendo un granito de
arena en la explotación de otros seres que trabajan en condiciones
infrahumanas, si se ha realizado con la explotación o el sufrimiento de
animales. Reflexiona con corazón y humildad sobre ello.
Con este punto no quiero que te sientas mal, ni mucho menos; se
trata de sentir esa interconexión que tenemos todas y todos con la vida.
Bien, de acuerdo, con mejorar tu armario o tu espacio no vas a
solucionar los problemas del mundo, pero sí vas a iniciar un pequeño
movimiento personal que, aunque te parezca intrascendente, tendrá sus
repercusiones en tu interior y eso, como hemos visto en otro capítulo,
tiene mucho que ver con la revolución interior.
Respira el orden. Cuando todo esté colocado, siéntate frente al
armario o al espacio que hayas colocado y observa con atención tu
labor. Siéntete orgullosa u orgulloso de la labor que has realizado y
trabaja, cada día, para mantener también limpia tu cabeza de
pensamientos negativos, al igual que vas a mantener limpio tu armario
de cosas que no necesitas.
Como puedes ver con esta pequeña y sugerente práctica, la
meditación mindfulness también se puede llevar a cabo ordenando un
armario. Ahora ya tienes todo perfectamente colocado. ¿Por qué no
empezar ahora a ordenar a “la loca de arriba” como Santa Teresa
llamaba a la cabeza? Como dice el refrán…”Nunca es tarde si la dicha
es buena”, así que, ya sabes, meditación mindfulness para la vida
diaria.
Oigo voces, ¿y tú?. 5 claves para
enfocar la atención.
Yo no sé tú, pero yo oigo voces constantemente. No te asustes,
seguro que tú también ¿a que sí?.
Y es que hay una especie de YO diablete que se pasa todo el día
empujándonos por el lado oscuro de las acciones y otro YO angelical
que dicta sentencias firmes haciéndonos creer que por donde él dice se
abre el camino de la “buena vida”. Y después está ese otro YO que
calificamos de YO ESENCIAL que es quien verdaderamente dice
dónde ir.
Qué lío de YOES, ¿verdad?. Pues el verdaderamente importante es
ese YO ESENCIAL que es el verdadero director de orquesta y que se
ve atrapado por esa dinámica entre el yo angelical y el yo diablete.
Esas voces continuas es tu pensamiento que vive acelerado y que no
para de rumiar cosas, divagaciones e ideas que te transportan a un
constante viaje entre el pasado y el futuro y que hace que no estés
nunca donde realmente estás siempre, que no es otro lugar que el
instante presente, el aquí y ahora.
Esta es una idea que ya te sonará, porque pienso repetírtela más
veces durante el recorrido de este libro.
La culpable de todo es esa que Santa Teresa de Jesús llamaba “la
loca de arriba” y que yo prefiero llamar “la máquina de liarla” porque
cuando nos ponemos en el modo automático de vida, ese vaivén de
pensamientos e ideaciones provoca ese continuo ulular de voces que te
dejan en medio de la constante desatención.
Se suele decir que los cuchillos en la cocina no cortan, que lo que
corta realmente es la atención y nada mejor que esta visión “culinaria”
para ver claramente la realidad de lo que significa vivir en desatención.
Si estás cortando cebolla y mientras andas en tu particular viaje
entre el pasado y el futuro, lo más seguro es que el dedo sufra el
consabido corte.
Yo que voy en moto a todas partes, tengo claro que conducir la moto
mientras mi “loca de arriba” va viajando a la vez por esos tiempos que
no son el aquí y ahora, trae consigo percance seguro. En 10 años sólo
he besado suelo dos veces, y las dos por estar donde no tenía que estar,
que era permitiendo que mis pensamientos rodasen atrapándome.
Es un problema de atención y a conseguir ese estado de atención
constante nos ayuda la práctica de mindfulness.
El problema es que no estamos atentos al instante presente que
vivimos, con lo cual, la rumia mental de nuestra “máquina de liarla”,
tiende a adueñarse de todo espacio, mientras que ese “YO
ESENCIAL”, que es quien realmente debe ordenar, anda perdido entre
tanto ruido debido a la falta de atención.
Entonces te preguntarás: “¿y qué hago yo para detener este mono
loco en el que se convierte mi cabeza?.
En realidad no se puede detener, como no se puede dejar la mente en
blanco por mucho que te lo prometan. Lo que sí es posible es cambiar
la relación que sostienes con ese proceso automático de pensamiento, y
lo que ocurre es que tiende a su disminución y, por lo tanto, tu ejerces
un mayor control.
Para ello, en este capítulo, te dejo unas sencillas claves para
empezar a “controlar” ese espacio de aceleración mental en el que
andas metido o metida y tender a tener otra relación con esas voces
que, como yo, oyes constantemente en tu cabeza. No te dejes liar y
toma tú las riendas.
Observa. Practica el arte de la observación. La mejor manera de
hacerlo es practicar la meditación. Trata, aunque sean sólo cinco
minutos, de observar esos pensamientos que te surgen y observa
también tus reacciones ante ellos. Tienes que tener claro que ese
pensamiento no eres tú. Reflexiona sobre esto: tú puedes observar tus
pensamientos, pero, ¿quién observa al que observa tus pensamientos?,
¿puedes observar al que observa?. Pues ahí tienes la respuesta de quien
es tu auténtico YO ESENCIAL o el que realmente dirige la orquesta
de tu vida, que no es otro u otra que tú mismo o misma.
Respira con atención. Trata de pararte durante, al menos, cinco o
diez minutos y dedícate, en silencio, a sentir tu respiración.
Ni la juzgues ni trates de modificarla; tan sólo siéntela. Es tu primer
y básico alimento vital. Sin embargo, no le hacemos caso a un proceso
tan importante.
Come en silencio. A lo largo del día de hoy en el que estás leyendo
esto, trata de hacer alguna comida en silencio. En completo silencio y
apagando tu teléfono móvil, la televisión, la radio.
Cualquier cosa que pueda distraer tu atención. Puedes invitar a tu
familia a realizar esa comida en silencio todos juntos. Será un buen
encuentro y un gran descubrimiento.
Tienes que dedicarte a observar lo que ingieres, a sentir cada
bocado. Seguramente te des cuenta de que el exceso de ingesta de
comida se debe, en la mayoría de los casos, a un problema de
ansiedad, preocupación excesiva o estrés.
Camina más despacio. Una de las cosas que más me sorprendió
cuando en el año 2007, y después de vivir media vida en Madrid y en
el centro, me vine a vivir a Granada, era que la gente andaba más
despacio.
Al principio, siempre llegaba a los sitios con mucha antelación
porque salía de casa con el horario de Madrid (tienes que salir, al
menos, una hora antes, para llegar). Se trataba de una diferente
percepción del tiempo. Ahora me ocurre al revés, cuando voy a Madrid
me parece que la gente anda excesivamente rápido y si voy en el
metro, me parece que la gente viaja como alienada. Es difícil
encontrarse con una cara que esté en le aquí y ahora. Todo el mundo
me parece como absorto en sus pensamientos automáticos. Te
propongo que pruebes a caminar más despacio y a sentir cada pisada.
Total; vas a llegar al mismo sitio y además, cuando llegues, el sol va a
seguir saliendo y las estaciones llegando puntuales.
Sonríe. Sí, así de fácil. Incluso aunque estés pasando por una mala
racha. Es gratis y te va a beneficiar. En el punto más negro en el que te
encuentres, ponle algo de humor a la historia; a tu historia. Funciona,
te aseguro que funciona. Yo nunca recomiendo nada que yo no haya
experimentado antes.
“Cuando más conscientes somos de los estados mentales
perturbadores que anteceden o siguen a ciertas acciones, más
conexiones internas creamos para sostener nuestra decisión de
cambiarlas”.
5 claves que mejorarán tu vida.
Trabajando en los guiones y en el montaje del Seminario de
Introducción a la práctica de Mindfulness o Atención Plena que los
suscriptores y suscriptoras de Plenacción hacen, me pareció oportuno
ofrecer 5 claves que suponen un trabajo de transformación personal
que, aunque no se lleven a cabo de forma radical, dejan en el espíritu
de cada persona una impronta de cambio que, en los momentos que
atravesamos, la verdad es que no vienen nada mal.
Respecto del Seminario de Introducción al que me acabo de referir,
si no eres aún suscriptor o suscriptora, te animo a que lo hagas ahora.
Entra en le página web y rellena el sencillo formulario con tu
nombre y tu email y ¡ya está!.
Durante una semana recibirás un Seminario gratuito, un libro y una
clase de media hora sobre mindfulness.
De ese modo, junto con el PROGRAMA 21 con el que te obsequio
al comprar este libro (tienes la clave de acceso al final del libro), tienes
un buen material para comenzar a sumergirte en la práctica de
mindfulness para tu bienestar.
En cuanto a las claves que te ofrezco en este capítulo, parten de la
base de que enfocarse en el instante presente, en ese que habitas en
este preciso instante, es re-ubicarte en el mundo desde una perspectiva
nueva y “darte cuenta” de que no eres independiente, sino que, al
habitar en este espacio de comunidad, somos más interdependientes de
lo que creemos.
No es posible que, en el hiperavanzado mundo tecnológico en el que
estamos, los índices de soledad vayan subiendo como la espuma y que,
en los grandes núcleos urbanos, la gente se sienta cada día más aislada.
Vamos demasiado deprisa a no sabemos muy bien dónde.
¿No ha llegado la hora de una profunda transformación individual
que termine conectando con lo global?.
Es época de grandes transformaciones en todos los ámbitos, tanto
cultural, como político, como económico, social…pero también
comienza a ser un tiempo propicio para tu propia transformación y
revolución personal.
Tenemos derecho a la vida que queramos tener y podemos hacerlo.
Para ello, te quiero mostrar ahora 5 pequeñas claves que son una
invitación a ese movimiento de revolución personal que ha de hacerse
global.
Como todo, el asunto es ponerse en marcha y comenzar. ¿te
apuntas?.
Defiende y cuida la naturaleza. Nuestro mundo es finito y, al paso
que vamos, el que habitamos también. Tomando consciencia del
instante presente, a través de la práctica de la atención plena, podemos
valorar con más intensidad lo que significa esta primera clave.
No se trata de atarnos a un árbol para defender el amazonas, vale
con empezar no tirando el aceite usado de casa a la basura, no comprar
más comida de la que comemos para no desperdiciar, reciclar en serio,
tomar conciencia de lo que compras.
Son pequeñas acciones de tu día a día necesarias para contribuir a
esa conciencia universal de bienestar que parece tan dormida a veces,
pero de la que tanto se habla y tanto necesitamos.
Contribuir al bienestar de todos y todas. El aislamiento que
vivimos, especialmente en los grandes núcleos urbanos, viene dado por
nuestra tendencia hacia el camino rápido por vivir con el “piloto
automático” siempre encendido. No se trata de iniciar un proyecto
revolucionario que una las manos de la humanidad, vale con decir
buenos días, buenas tardes o buenas noches a quien te encuentres a tu
paso y con una sonrisa de bondad y amabilidad.
Vale con preocuparte un poco de tus vecinos y vecinas, de darte
cuenta de que no vives aislado o aislada y que no eres independiente,
sino que vives en una equilibrada interdependencia natural. El
problema es que siempre trabajamos para cargárnosla y no para
cuidarla y fomentarla.
Proteger la seguridad e integridad de todos los seres vivos. Has
tenido la casualidad de nacer ser humano. Por simple casualidad y,
encima, la aventura de que ese espermatozoide llegó el primero a
meta…Podría haber sido otro ¿no crees?. ¿No te parece mágico el
estar ahora mismo ahí?, leyendo este libro, quizás tomándote un café,
un refresco o una cerveza fresquita, en tu sillón preferido o en el
transporte viajando hacia algún lugar. Podrías hacer sido un gato, un
perro, un cerdito, una gallina…o quizás una planta, una simple lechuga
o una col.
Pero has nacido humano en un mundo de abundancia. No se trata de
volverse un radical, pero con enfocar tu atención tanto en tu
alimentación como en la conciencia de lo que es y significa ser parte
de tu “micromundo”, verás cómo es el primer paso hacia el respeto por
eso que hemos dado en llamar “medio ambiente”.
El cambio climático del que tanto se habla y del que muchos no
quieren hablar por oscuros intereses, está ahí y no viene de la nada,
sino que es la acción del ser humano el que lo está provocando.
No me vale pensar en grandes corporaciones, en intereses
económicos desmedidos o en “manos negras” internacionales. Voy
más al espacio de cada uno y una de nosotros y nosotras y ahí también
tenemos nuestro granito de arena que poner.
Hoy, el poder de las redes sociales es inmenso en ese sentido.
Cuando escribo esto, en agosto de 2015, gracias a un movimiento
internacional movido a través de Facebook y twitter especialmente, se
ha conseguido que las líneas aéreas americanas se nieguen a
transportar “trofeos de caza”, es decir, premios en forma de muerte,
simplemente por el gusto de disparar a otro ser vivo. Vive y deja vivir
¿no crees?.
Escuchar y dirigirnos con amabilidad a los demás. Debemos de
tenerlo claro; no es lo mismo escuchar que oír. Y una de las mejores
prácticas para darnos cuenta del asunto, es el silencio.
Parece una contradicción , pero ¿por qué no probamos a participar
más en tiempos de silencio y atención?...entonces escucharemos más
que oír.
Cultivar la salud. Seguro que tienes coche o moto. Déjame que te
pregunte una cosa: ¿le echas lejía o gasolina o gasoil?, ¿tienes el coche
o la moto llena de mierda, barro pegado en el salpicadero y no puedes
ver bien por los espejos retrovisores por culpa del polvo acumulado?.
Bien, seguro que la respuesta es que lo que le echas a tu coche o
moto es gasolina o gasoil y si es “del bueno” ,mejor, y que tienes el
coche o la moto, absolutamente reluciente por fuera y por dentro.
De acuerdo, claro que sí y así debe de ser, pero ¿por qué nos
obcecamos en hacer lo contrario con nuestro cuerpo y con nuestra
mente?. Y es que jugamos demasiadas veces a la ruleta rusa con
nosotros mismos.
Nuestra vida en “piloto automático” no toma conciencia del cuidado
ni de nuestro cuerpo ni de nuestra mente y somos capaces de meterle
lo primero que nos entra por los ojos. No se trata de ser, tampoco en
este caso, un radical (soy completamente contrario a los radicalismos
de cualquier tipo).
El caso es que basta con focalizar nuestra atención, por ejemplo, a la
hora de comer y de preparar esos alimentos. A la hora de sentarse a
comer, puedes preguntarte ¿cómo ha llegado mi comida hasta aquí?,
¿de dónde viene?, ¿es producto de la explotación a otros seres
humanos?, ¿cuántas fases ha atravesado hasta llegar a mi mesa?.
Empezar a mirar lo que ingerimos con más dedicación y respeto es
comenzar a ganar espacio para llevar una vida sana y saludable.
Espero que estas cinco sencillas claves para cambiar tu vida te sean
muy beneficiosas.
En este mundo en continuo cambio y transformación, tenemos la
posibilidad de acceder a todo el conocimiento humano hasta la fecha.
A golpe de ratón o en tu Tablet o Smartphone tienes a tu alcance toda
la sabiduría humana generada a través de millones de años de historia.
¿no te parece alucinante?.
Pero lo más sorprendente es que ni somos conscientes de lo que
tenemos a nuestra disposición, ni lo usamos en nuestro propio
beneficio para que repercuta también en el beneficio de los demás.
Tenemos la manía de creernos independientes, pero
afortunadamente y cada día más, somos interdependientes. Es el
emerger de la conciencia en el instante presente que está empezando
ya a otorgarnos alguno de sus frutos.
No estamos solos, y no hablo de vidas extraterrestres, sino del
vecino de al lado. ¿alguna vez le has preguntado simplemente que
cómo le va la vida o qué tal ha pasado el día?.
Es un buen inicio de conversación en un ascensor y así te evitas la
maldita coletilla de hablar del tiempo. Prueba a preguntarle a tu vecino
que qué tal ha ido el día, y verás como con eso, simplemente puede ser
el principio de una larga amistad.
Esas son las sencillas claves que desde la práctica de mindfulness, te
ofrecen para cambiar tu vida lo que quieres que sea.
Y, especialmente, tomar conciencia de que, pese a los problemas que
tengas, estás vivo o viva. ¿no te parece mágico?.
A mí sí…todos los días y en todo momento.
5 claves para simplificar tu vida.
A estas alturas del libro, estoy seguro de que uno de los objetivos
que buscas para tu vida, es vivirla con más sencillez, instalar un poco
de paz y serenidad en tus horas y vivir con la placidez que te mereces.
Es una buena idea intentar conseguirlo. Ciertamente no se hace de
un día para otro, pero si es posible establecer cambios en tu vida que te
lleven por el camino que deseas.
No tomamos conciencia de que nuestro tiempo es finito. De que
estás aquí por una maravillosa casualidad y de que, en realidad, igual
que no controlaste tu nacimiento, tampoco vas a controlar el día que
todo termine.
Lo que sí te aseguro es que, entre esos dos espacios de tiempo, el
que tiene que tener las riendas de tu vida no es otro u otra que tú.
Al ser conscientes de esa finitud, tomamos más conciencia del
tiempo y, por lo tanto, lo vivimos desde otro punto de vista más vital y
centrado en el instante presente.
Siento ser pesado, pero quiero que te quede claro que el futuro del
que hablas, se construye desde el instante presente en el que habitas.
La vida es eso que tienes delante de tus narices aquí y ahora, pero el
problema principal es que siempre estamos viajando hacia el pasado
que ya fue o hacia el futuro que ni siquiera sabemos sin vendrá.
Lo que si es cierto es que ese futuro lo tienes que ir haciendo desde
el camino del aquí y ahora.
Uno de los problemas que tenemos para encarar el futuro con
serenidad, paz, esperanza e ilusión, suele ser la cantidad de piedras que
nos vamos metiendo en la mochila de nuestra vida, de las cuales
además, muchas nos las han venido imponiendo, por no haber estado
atentos o atentas a nuestra realidad vital.
Es buen momento para decidir que lo que quieres en tu vida es la
sencillez y que, desde el instante presente, vas a empezar a poner
orden en tu día a día aprendiendo a decir no a aquello que no quieres
hacer o que no quieres tener. No es fácil, lo sé, pero te aseguro que sí
es posible. Es algo así como cuando vaciaste tu armario en la práctica
que te invité a hacer hace unos capítulos, ¿recuerdas?.
Tender a simplificar tu vida, no es vivir como un o una pobre. No se
trata de eso ni estoy hablando de eso. Cuando hablo de sencillez, es
determinar un camino de vida en el que transitar sin pesos ni
emocionales ni físicos que no hayas elegido.
Permíteme una broma para que me entiendas. Tienes un familiar de
esos pesadísimos, al que no soportas. ¿por qué tienes que soportarlo?.
Desde la amabilidad, la compasión y el no enfrentamiento, puedes
decidir no tener que soportarlo más. Como eso, todo. No somos seres
independientes, sino interdependientes, pero esa interdependencia no
tiene nada que ver con aguantar aquello que no queremos aguantar.
Una vida simple es esa vida que tú has elegido vivir desde la
conciencia del instante presente. Es una vida mindfulness. Toma las
riendas de tu vida y no dejes que te las impongan. Como me decía una
amiga, “es una vida bien vivida”
Ahora quiero ofrecerte cinco simples ideas para ir trabajando en esa
simplificación de la vida y ganar, así, más disfrute del tiempo presente
suprimiendo preocupaciones.
¡Vamos allá!
Introduce calma y equilibrio en tu cotidianidad. No dejes que la
aceleración del tiempo te robe espacio para estar, hacer y sentir lo que
te gusta y te apasiona. Moderando el estrés y siendo más consciente de
tu tiempo, puedes cambiar la tendencia habitual a vivir demasiado
deprisa.
Haz hueco para el silencio cada día. Busca, todos los días, aunque
sean cinco minutos para estar en completo silencio. Tan sólo
contemplando lo que en ese preciso instante esté a tu alrededor. Nada
más, sin juzgarlo. Simplemente párate y siente tu respiración. No es
tan difícil ¿verdad?. Te animo a que lo pruebes. Te enganchará la
experiencia.
¿Qué me sobra?. Comienza a ver tu realidad con otros ojos y
comienza a preguntarte si en realidad necesitas todo lo que tienes.
Observa en algún momento tus armarios, tus cajones, tus estanterías, la
cocina, aquellos espacios habituales que tenemos llenos de
cachivaches y cosas inservibles y objetos que nos ocupan espacios
físicos, pero sobre todo mentales.
Por ejemplo, puedes hacerte con una caja de cartón y meter algunas
cosas de las que quieras deshacerte, precinta la caja y escribe la fecha
en la que la has cerrado y guárdala. Si en un año no las has abierto…
procede a deshacerte de ella. Eso sí, siempre con una idea de reciclaje.
¿Tener o ser y estar?. Dedica tiempo a la gente con la que estás a
gusto. Dedica tiempo a la gente que estimas y quieres. Acumula seres
queridos y baja el ritmo de acumular cosas materiales.
Regala tiempo. Dedica, al menos, un par de horas a la semana para
ayudar a otros de alguna manera. Trata de ayudar también a los
animales que te rodean. Siempre puedes encontrar alguna
organización, ONG, comunidad o proyecto que te guste y te atraiga
para dedicarle un poco de tu tiempo. Te vas a sentir útil, te lo aseguro.
Como has podido ver, se trata de cinco sencillas ideas para la
sencillez de la vida. De eso, precisamente, como estás viendo, trata
este libro.
Ofrecerte claves para una vida mejor y convencerte de que las
riendas de tu vida son tuyas y tú debes dirigirlas.
Si no las diriges, verás cómo viene alguien a hacerlo y eso no te
gustará, te lo aseguro.
5 ideas para fastidiarte tú mismo o
misma en el trabajo y en la vida.
Metiéndote en internet y haciendo una búsqueda en cualquiera de
los buscadores habituales, puedes encontrarte con cientos de páginas
donde te hablan de la mejor manera de encontrar la felicidad en tu vida
personal y en la profesional.
Encontrar las claves perfectas para ser feliz en el trabajo y en tu
vida, es fácil, pero lo que no es tan sencillo es dar, por el contrario, con
las ideas perfectas para tener uno de esos malísimos días en el trabajo
y para tener, como no, también un día de perros en tu vida personal.
Sí, en este capítulo, voy a hacer lo contrario de lo que he venido
haciendo hasta ahora y que es ofrecerte claves y estrategias para vivir
bien en un mundo en constante cambio. Ahora lo que pretendo es
regalarte unas buenas claves para que tu vida laboral y personal sean
un infierno.
Estas son mis cinco ideas para la hecatombe o cómo amargarte la
vida en el trabajo y, por lo tanto, en tu vida personal. Ponlas en
funcionamiento y verás cómo funcionan. Son perfectas.
Ahí van!!:
Haz las cosas deprisa. No pares. Haz las cosas ya y cuantas más
mejor. Si haces más cosas sin tener tiempo para reflexionar o sentir lo
que haces, tus emociones se dispararán, tu respiración se volverá más
acelerada y torácica y dejarás la ventana abierta al estrés y a la
ansiedad que te abrazarán con todo el cariño.
Si el día tiene 24 horas, ¿para qué quieres dormir 8 pudiendo dormir
4 ó 5 como mucho?. Permanecer despierto más horas, te hará
“producir” más. Si ves que te apagas y te cuesta, siempre puedes
acudir al alcohol, el café, las anfetas u otras sustancias que te
acelerarán aún más.
Nunca digas no. La vida loca está en el sí. Vuelvo a la indicación
de las horas que te comentaba antes. Si dispones de 24 horas y
duermes 5 como mucho, el resto las puedes dedicar a aceptar todo lo
que te llegue o te ofrezcan.
Sí, sí, como el humilde servidor o servidora sin criterio que puedes
llegar a ser. Acumula acciones sin criterio de tiempo y serás el rey o la
reina de la acumulación y el “¿qué es el descanso?”.
No delegues. Si eres capaz de hacer las cosas a toda velocidad,
robándole tiempo a todo lo que puede darte la serenidad, eres el
Superman o la superwoman del sí a todo y el No.
El NO, no entra en tu vocabulario de vida, además, le puedes robar
tiempo a tu descanso. En realidad, ¿para qué quieres delegar si tú vales
para correr hacia “el reventón”.
Alimenta tu ego y disminuye a menos diez tu grado de humildad y
pasa de delegar. Acumula tareas, hazlas deprisa e incluso déjalas a
medias. Eso sí, llena tu mesa de papeles porque eso hará que parezca
que “curras” un montón.
Llévate trabajo a casa. Y si no has tenido suficiente con un día de
ataque, de velocidad de crucero y de piloto automático, si has sido
“robado” por los ladrones de tiempo, no debes de preocuparte; todavía
te quedan algunas horas para robarle el tiempo a tu vida y a tu ocio, así
que recoge el trabajo pendiente y todo el que puedas acumular para
llevártelo a casa, robándole así, horas a tu espacio.
Esta te la dejo para ti.
La quinta idea te la dejo para ti. Ahí, en blanco, para que pongas lo
que quieras. Puedes poner una burrada más además de las 4 que yo te
he regalado.
Porque sí, en Plenacción, trato de dejarte buenas ideas, pero también
hay veces que conviene mostrar espejos para ver nuestros errores; esos
que cometemos en nuestra vida en “piloto automático”.
Estoy seguro de que estas cuatro ideas y la que hayas sumado tú, te
han parecido una barbaridad sin sentido, pero tienes que “darte cuenta”
de que eso es lo común. Lo que la gente suele tender a hacer y que, por
lo tanto, suele tener las consecuencias que suele tener.
Eres el motor de tu propia vida. ¿por qué malgastarla en acciones
que te debilitan y te van metiendo en un pozo sin fondo del que cada
día es más complicado salir?.
Estas han sido 5 claves geniales para figurar en las listas del estrés y
la ansiedad.
Pero tienes que darte cuenta de que tú llevas el timón de tu vida, tu
eres el dueño de ese espacio que se te ha regalado entre el nacimiento
y la muerte y tú diriges tu barco hacia donde tú quieres, porque el
problema no está en esa dirección, sino en sentirlo presente en cada
momento que habitas.
El tiempo es el que es. “dominarlo” o “manejarlo”, depende de tu
posicionamiento ante él y de las acciones que vayas poniendo en
marcha en cada momento de consciencia en el aquí y ahora.
El tiempo camina siempre al mismo ritmo.
De ti sólo depende, según como te posiciones, el vivirlo o el sufrirlo.
Tú decides. ¿Qué piensas hacer?
Creo que después de estos consejos, te mereces que te de algunos
que, de verdad, sean buenos. Así que vamos a hablar de cómo
combatir el estrés para, de este modo, dejarte algunos capítulos en los
que te quiero hablar de la práctica de mindfulness o atención plena y el
mundo laboral.
Cómo combatir el estrés y no morir en
el intento.
Si hablamos de cómo combatir el estrés y no morir en el intento,
hablamos del mal que en este siglo XXI recién iniciado, se está
convirtiendo en una peligrosa plaga que ataca, no sólo a nuestra
autoestima, sino a las bases sólidas de nuestro bienestar . Pero
permítame que te haga la típica pregunta: ¿se puede combatir el estrés
y no morir en el intento?. Sí, claro que se puede.
En la revista "integral" correspondiente al mes de mayo de 2014,
venía una interesante entrevista con Kenneth Nowack. Este psicólogo,
director general y cofundador de la consultora Envisia Learning Inc,
que es líder de un sector en evolución, capacitación y desarrollo de
herramientas para empresas, coach y consultores, decía que "si no nos
estresásemos, no habríamos sobrevivido como especie".
Y entonces, la gran pregunta que surge es ¿y para qué luchamos
contra el estrés?.
En este caso, la respuesta es contundente y clara, y es que hay dos
tipos de estrés, el distrés y el eustrés.
Abre en este momento cualquiera de los exploradores que utilices en
internet y busca los dos términos para que veas sus diferencias.
Estamos hablando de que hay un estrés bueno y un estrés malo.
Obviamente, el estrés bueno o eustrés, es ese que sentimos cuando
tenemos, por ejemplo, un reto por delante.
Mucho más si sentimos el discurrir del tiempo pegado a nosotros.
Un estrés que nos facilita la motivación y hace que "nos pongamos las
pilas". Estamos hablando de un estrés que nos alerta de algo ante lo
que nos hemos de poner en guardia.
Un estrés que desaparece cuando los elementos espesores han
desaparecido.
Imagínate al hombre de Cromañón en su época, saliendo de su
cueva una buena mañana dispuesto a recolectar unos frutos de unas
árboles cercanos, y cuando se estaba acercando aparece un oso con no
muy buenas intenciones, lo más normal es que nuestro amigo, ante la
amenaza, se ponga en guardia y en décimas de segundo tome la
decisión de huir o luchar.
No hay que ser muy listo lista para pensar, que sin un arma en la
mano, nuestro amigo decide huir, pero antes de la huida y debido al
estrés generado y al estado de máxima alerta se han producido en su
cuerpo un buen número de cambios fisiológicos.
Nuestro amigo, decide correr así a una cueva próxima seguido por el
oso que pretende darle un abrazo y no precisamente cariñoso. Cuando
nuestro amigo se mete en la cueva y logra refugiarse de las zarpas del
oso, su cuerpo está en un estado de elevada tensión, la sudoración va
en aumento, el corazón se le sale por la boca y su cabeza está
abarrotada de ideas y pensamientos sobre cómo salir de allí sin morir
en el intento.
Debido a su estado de extremo estrés y tensión su digestión se ha
detenido y no tiene hambre el oso, sigue intentando atraparlo desde
fuera de la cueva y nuestro amigo sigue en estado de estrés durante
varias horas hasta que el oso se cansa y se vuelve por donde ha venido.
Cuando nuestro amigo observa que el oso ya no está, y se cerciora
de que tiene vía libre para poder volver a la cueva con su familia, su
cuerpo comienza a serenarse y empiezan a desaparecer las alteraciones
fisiológicas que la llegada del oso le había provocado.
En poco tiempo vuelve a la normalidad absoluta.
Y ahora volvamos al siglo XXI con otro personaje que puedes ser tú
mismo o misma.
Te has levantado por la mañana, ha salido hacia el trabajo y estás
nervioso o nerviosa porque apenas has dormido pensando en un
montón de cosas que tenías pendiente y preocupado o preocupada
porque el jefe el día anterior no te había saludado al salir del trabajo.
Te has pasado toda la noche dándole vueltas a la cabeza e
imaginando que vas a ser el próximo desempleado.
Como en el caso de nuestro amigo Cromañón, tu cuerpo también ha
comenzado sus cambios fisiológicos producidos por el elevado estrés
que te ha generado la marea de pensamientos con la que llevas varios
días.
Al llegar al trabajo, tu jefe no aparece durante todo el día, con lo
cual no deja de pensar e imaginar que está de reuniones preparando la
salida de un montón de trabajadores entre los que, claro, te encuentras
tú. Así que pasar varios días y fisiológicamente te encuentras cada día
peor tu cuerpo está afectado por el estrés.
Una semana después, te encuentras con tu jefe en la puerta del
ascensor y te saluda amablemente, con lo cual de inmediato, tu cabeza
o máquina de liarla, como a mí me gusta llamarla, abandona todo tipo
de malos pensamientos en un instante y tu cuerpo empieza a serenarse,
para casi momentos después recomenzar una nueva preocupación por
cualquier pequeño motivo que hayas querido incluir como la antesala
de algo malo que te va a ocurrir sí o sí.
Ese es el maldito modo de piloto automático en el que vivimos
constantemente y en el que nos dejamos siempre arrastrar por la marea
de pensamientos que nos provocan el estrés malo; es decir el distrés.
Por tanto, el distrés o estrés malo es ese estrés que nos persigue
durante más tiempo del normal y que nos pone en constante tensión,
incluso cuando esos "normales" elementos estresores han pasado o,
simplemente, o no son reales ya o han sido producto de nuestra
constante rumia mental.
A diferencia de nuestro hombre de Cromañón, cuando ha pasado la
situación de peligro, incluso la que habíamos imaginado y que no era
real, sigue sosteniendo el mismo nivel de estrés y eso, al generar una
cronificación, termina, incluso, produciendo no sólo malestar sino
incluso enfermedades y algunas graves.
Hablamos de un estrés distorsionado que ataca nuestro estado
anímico, que nos hace negativamente hipersensibles, provocando una
grave disminución de nuestras naturales defensas rompiendo el natural
equilibrio de nuestro cuerpo.

Ser atrapado por el estrés malo, es también consecuencia de una


vida puesta constantemente en piloto automático.
Por eso, contra ese estrés malo, la práctica de mindfulness es un
buen antídoto para saber poder encontrar la buena salida hacia el estrés
bueno.
Aprender cómo combatir el estrés no es flor de un día, sino un
trabajo continuo que ha de convertirse en un hábito saludable para ti.
Ya no hay tiempo si no se responde bien. El mundo en el que
vivimos, el sistema que hemos creado, nos hace tender a correr cada
vez más deprisa, pero se puede ralentizar. Dirás que no es fácil, ya lo
sé, nunca he dicho lo contrario, pero te aseguro que se puede.
No se trata sólo de ser conscientes, a través de la práctica de la
atención plena, del estado de estrés en el que nos encontramos, sino ser
conscientes de que cada uno de nuestros actos y movimientos físicos
que supone cada uno de los actos cotidianos sobre los que no ponemos
atención.
Nowack tiene un toda la razón. El estrés nos ha hecho sobrevivir
como especie, pero no saber cómo combatir el estrés malo, tiene la
capacidad de atacar esa especie nuestra. Todo porque "la loca de
arriba", como la llamaba Santa Teresa de Jesús, nos sitúa en el
descontrol cuando creemos que esos pensamientos automáticos de
nuestra cabeza somos nosotros.
Y te preguntarás: ¿pero esos pensamientos que circulan por mi
cabeza no soy yo?. Pues la verdad es que no, porque tú yo esencial es
otra cosa y eso, precisamente, es lo que aprendemos a través de la
práctica de la atención plena o de mindfulness, a cómo combatir el
estrés sin que mueras en el intento. Eso sí, nada se hace sin poner de tu
parte.
5 consejos para la vuelta al trabajo
después de vacaciones.
En un libro en el que se habla de claves para la práctica de
mindfulness o atención plena, no debe faltar algún capítulo que hable
sobre la práctica de la atención plena y el mundo laboral.
Quiero hablarte ahora de algunas pautas que te pueden ser útiles al
ponerlas en práctica en el ámbito del trabajo.
Un espacio de nuestra vida al que le dedicamos tantas horas, merece
especial atención dado que parte de nuestra felicidad y de nuestra
serenidad está en nuestro espacio laboral.
Trabajemos por cuenta ajena o por cuenta propia, sostener la
atención plena en ese espacio de tiempo es fundamental para disfrutar
de una vida “bien vivida” en un cambio de era como el que estamos
viviendo.
En éste caso haré hincapié en esos momentos que llegan cuando
volvemos de vacaciones a nuestro trabajo
Porque siempre parece que no va a llegar, pero como todo, termina
llegando. Es la vuelta al trabajo después de un periodo de vacaciones.
Un período anual en el que será eso que la modernidad se ha
denominado "estrés post vacacional" y que es algo normal a la hora de
volver a la rutina.
El problema principal es analizar por qué no te gusta esa rutina,
¿qué hay detrás?.
En este capítulo, quiero mostrarte cinco consejos para la vuelta al
trabajo después de las vacaciones.
En el caso de que en estos momentos te encuentras en situación de
desempleo, también debes considerarlo una vuelta al trabajo, pues al
fin y al cabo, retomar el hábito de vida de encontrar actividad laboral
también puedes considerarlo trabajo.
Recuerda en este caso todo lo que te dije en el capítulo que lleva por
título "¿qué hacer cuando estás desempleado o desempleada?".
Descubre tus pequeños retos. Lo primero de todo, antes de meterse
de lleno en la marea de la vuelta al trabajo después de unas vacaciones,
es plantearte que es lo que deseas hacer durante ese año.
Dedica un tiempo a dejarte llevar y desear desde el instante
presente, que buscas, que quieres aprender, que retos tienes para nueva
etapa. Es importante la creación de una rutina amable que nos una al
ritmo natural de la vida.
Aprende a organizar tu tiempo. Durante los períodos de descanso,
los horarios cambian y nos dejamos llevar por el rumbo de las horas
sin importarnos mucho otras rigideces pasadas.
Lo que está claro es que el día te regala 24 horas, de las cuales, al
menos, siete las pasas durmiendo, otras ocho mínimo trabajando, resta
otras para la comida, el aseo y pequeñas obligaciones, y te quedarán
otras que debes aprender a organizar para sacarles un buen partido.
Aprende a gestionar el estrés y los automatismos. El estrés hace
que el tiempo pase más deprisa, igual que la posición de "piloto
automático" que hace que recorras todo el día sin prestar atención a lo
que haces, siente o vives en cada momento.
Buscar tiempo para alguna actividad relajante, plantearse nuevos
cambios, rebajar los niveles de estrés y aprender a "darte cuenta" de lo
que vives y como lo vives, puede ser una buena herramienta para la
serenidad que hará que seas más consciente del aquí y ahora. La
práctica mindfulness o atención plena es un buen recurso para ello.
Proponente cambios en tu alimentación y en tu actividad física.
Permíteme que ponga, de nuevo, encima de la mesa la misma
pregunta: "si no echas gasolina en mal estado o aceite de mala calidad
ni lejía a tu coche en el depósito o a tu moto, ¿por qué nosotros nos
obcecamos en meterle a nuestro cuerpo mala alimentación?.
Te propongo que, durante una semana, hagas una lista de todo lo que
comes cada día y después sumes todas las calorías.
Si a eso le añades el no hacer ninguna actividad física, el resultado
de la fórmula puede estar siendo muy peligroso.
De cara a este nuevo tiempo, proponte una buena relación con los
alimentos y organiza tu tiempo para sacar algunas horas a la semana
aunque sea sólo para caminar una hora. Tu mente y tu cuerpo te lo van
a agradecer.
Date el lujo de cambiar. Si la vuelta de un periodo de vacaciones a
la normalidad se te hace muy cuesta arriba, igual debes plantearte que
la vida que llevas no es la que habías pensado para ti y estás
necesitando descargarte de más “piedras” de las que necesitabas.
Quizás haya llegado la hora de iniciar cambios radicales en tu vida.
Tienes que tener claro que la vida es eso que pasa mientras estás en ese
viaje constante derrumbe mental entre el pasado que ya fue y el futuro
que ni siquiera existe. Te propongo que, amablemente, desde la
serenidad, vayas pensando que es lo que no te gusta de tus rutinas y
tengas claro que, con esfuerzo y dedicación, puedes cambiarlo.
Eso sí, establecer el cambio significa, en el instante presente, aceptar
sin resignarse lo que ahora tenemos y vivimos, porque sólo así
tendremos la fuerza suficiente para, desde el aquí y ahora, cambiar
hacia la vida que deseamos tener. Te aseguro que no es fácil pero no es
imposible. Es tu vida y tú eres quien manda en ella. Te apetece el
reto?.
5 soluciones sencillas para mejorar tu
vida en el trabajo.
Es cierto que, dados los tiempos por los que andamos atravesando,
se puede decir que “quien tiene un trabajo, tiene un tesoro”, pero
muchas veces, por nuestra actitud ante él, no somos conscientes de ese
tesoro, y lo que es peor, nos anclamos en el sufrimiento y estamos
deseando que suene “la campanita” del café o la alarma de la salida
para vivir de nuevo, ya que sólo entendemos que la vida transcurre
fuera de las paredes en las que trabajamos, y esas paredes no tienen
por qué ser sólo físicas.
En el trabajo te pasas, al menos, 7 u 8 horas al día cuando menos. Si
eres autónomo, emprendedor o empresario o trabajador con un jefe
explotador, seguramente te pases más horas, por lo que reenfocar
nuestra actitud respecto de nuestra actividad laboral no nos vendría
nada mal, ¿no crees?.
Estas cinco pequeñas claves de las que te voy a hablar en este
capítulo, son algo así como diminutas miguitas de pan que, si las
asimilas bien y vas ensayando cada día, estoy seguro de que te
reportarán muchos beneficios y te abrirán nuevos caminos como le
ocurrió a Pulgarcito. Ahí puedes encontrar tu senda por la que transitar.
Si, lo entiendo, es posible que no estés a gusto en tu trabajo, que te
cueste levantarte cada mañana para acudir a un centro laboral en el que
no estás bien o que no estés desempeñando una labor acorde con tu
preparación, pero debes saber que, primero, debes proceder a instaurar
en ti la aceptación sin resignación.
¿Qué quiere decir esto?, pues que hoy estás enfadadísimo o
enfadadísima por tener que acudir a ese maldito trabajo, pero tienes
que acudir todavía, así que lo más inteligente para ti, es proceder a
establecer un cambio de paradigma que te permita acudir con otra
sintonía, pero a la vez, es momento de ir pensando en cómo cambiar tu
vida para no tener que seguir dependiendo de esa locura de espacio de
trabajo que no te gusta. Te aseguro que los cambios, aunque cuesten,
son posibles.
Vamos con las claves:
Entra con la serenidad de un saludo. Esto que parece tan sencillo,
es zona de conflicto en muchos centros de trabajo. Gente que entra
vestida de silencio y sale disfrazada de agonía.
¿Por qué no ponerle una pequeña sonrisa a tu día para empezar?. No
eres independiente, ya lo hemos comentado a lo largo del libro varias
veces y es que todos y todas necesitamos de todos y de todas.
Saludar poniendo tu atención en tu gesto, puede ser el inicio de un
nuevo posicionamiento ante tu día y el de los que te rodean.
Organiza tu día. Trata de llevar una agenda, unas notas sobre lo
que pretendes hacer durante el día, una línea de trabajo, un camino por
recorrer desde el aquí y ahora.
Nuestra gestión del tiempo es fundamental para una vida saludable.
No abras la puerta al estrés y la ansiedad.
Si la abres, romperás tu natural equilibrio y dejarás abierta la
ventana a molestias y enfermedades y, seguro, no es eso lo que
pretendes para tu vida ni para la de tus seres queridos.
Instálate en el aquí y ahora. Al hilo de mi comentario sobre la
aceptación sin resignación, tanto si estás feliz con lo que haces, como
si tienes ese sufrimiento de no estar convencido o convencida de tu
labor y no te llena tu trabajo, si en este preciso instante estás donde
estás, es mejor entrar en un proceso de aceptación sin resignación
desde el instante presente.
Es aquí donde estoy, es aquí donde debo ser feliz sin cerrar la puerta
a cambiar. Pero ahora –quiero que entiendas esto bien- en este preciso
instante, es aquí donde estás. Por lo tanto, anclarse en el instante
presente es reafirmar tu pasión por lo que haces, o transformar el
sufrimiento en dolor –que no es lo mismo-.
Cuida de tu postura corporal. Me atrevería a asegurar que te pasas
el día sentado o sentada, conduciendo, cargando cosas….te quiero
invitar en este punto a que te des cuenta de cómo pasas todo el día sin
estar donde tienes que estar, que no es otro lugar que el instante
presente.
Si tomas atención, verás cómo tu cabeza está pensando en no sé qué
historia, y tu cuerpo anda danzando por otro sitio en modo “piloto
automático”. Se suele decir que en la cocina no es el cuchillo el que
corta el dedo, sino que son tus pensamientos los que provocan el
accidente, y es que no estar atentos al instante presente, provoca luego
malestares físicos.
¿Cómo anda tu espalda?, ¿y ese tendón de la mano con el ratón?.
Pon atención a tu postura corporal. Escanéate de vez en cuando y
retorna al aquí y ahora. Sé consciente de tu cuerpo.
Respira…es gratis. Y como última clave, quiero proponerte, al
igual que tomar atención en tu posición corporal, hacerlo también con
la respiración.
Es el alimento vital y, sin embargo, no le hacemos caso salvo
cuando nos lleva a extremos de ansiedad.
Toma atención sobre ella. No trates de modificarla, sólo observa
como es…eso te dará buena información sobre cómo estás en cada
momento del día.
Comienza a trabajar, poco a poco, en estas cinco claves que acabas
de leer. Tenlas siempre presentes, porque estoy seguro de que te van a
ser de gran utilidad.
Partir de la aceptación de lo que es, es iniciar un cambio ante lo que
no quieres que sea. Recuerda, eso sí, que la aceptación no implica
resignación.
Es probable que en estos momentos estés atravesando por un
periodo de desempleo (ya sabes que a mí no me gusta decir paro).
Eso no quiere decir que no seas persona, que no tengas sueños,
que no tengas ganas de hacer cosas. Por eso he querido incluir en este
libro alguna mención a esa situación.
Qué hacer en vacaciones si estás
desempleado o desempleada.
Este es uno de esos temas complicados de tratar y que merece ser
hecho con el mayor de los respetos, mimo y sensibilidad.
En la vida de cualquiera, el paso de estar trabajando a estar
desempleado (por favor, no digas nunca paro porque parado estás
cuando te mueres; así de claro y contundente. Ahora, si lo estás, estás
desempleado y por cuenta ajena) es un paso traumático.
En esta sociedad postindustrial y altamente tecnologizada en la que
nos movemos, quedarse sin trabajo es un golpe a toda tu identidad
como persona. Lo sé. Especialmente porque, además del asunto
económico, lo importante también es el asunto moral y los valores y
principios por los que nos hemos venido rigiendo especialmente en
occidente.
No es este el libro para entrar en más disquisiciones sobre el asunto.
Tengo notas escritas y quiero escribir sobre ello más adelante, pero una
de las cosas en las que se debe de trabajar cuanto antes, es en ese
cambio de paradigma vital, de valores sobre los que sustentamos
nuestras creencias, para saber que, cuando se está desempleado, el
mundo no se acaba y que no tienes que doblegarte ante nada ni ante
nadie y que tu desarrollo personal y profesional ha de seguir adelante
pase lo que pase.
Sé de lo que hablo. Me pasa como con el asunto de la depresión; yo
también he estado ahí.
A lo largo de mi vida profesional, he atravesado el desierto del
desempleo varias veces. Situación de desempleo, que no paro. Esto
quiero que te quede bien claro.
Y es que una “situación de no ingresos” no es estar en el desempleo,
sino haber pasado, por las circunstancias que sean, a una nueva
situación, ante la que no te queda más remedio que comenzar de
nuevo, pero con todo lo aprendido y vivido hasta entonces.
En la vida, sólo te para lo que te para…y eso es definitivo.
Como te decía al principio, este es un tema delicado, pero la
posición que se adopte desde el inicio, puede marcar el estado
emocional con el que enfrentarse a la situación.
Uno de los momentos más dolorosos a los que se enfrenta quien está
en situación de desempleo, es la percepción del tiempo como una losa
debido, en parte, a la falta de actividad y, especialmente, a la
monotonía en la que todo parece empaparse. Y esto se hace muy
evidente en determinadas épocas del año como te comento a
continuación.
Cuando llegan los periodos de vacaciones en los que los medios de
comunicación, se llenan de imágenes de gente saliendo de su entorno
habitual y enmarcándose en playas, montañas y lejanos lugares,
quienes atraviesan ese desierto laboral y atraviesan, por tanto,
dificultades económicas, sienten con más peso sus pensamientos
automáticos que les indican que “ya no sirvo para nada”, “no soy
nadie”, “nunca encontraré trabajo”, “nunca saldré de vacaciones”.
Nada más lejos de la realidad. Una realidad que inventamos a cada
momento, gracias a la portentosa “máquina de liarla” que llevamos
siempre encima de los hombros.
Estar desempleado o desempleada, no es dejar de vivir en el aquí y
en el ahora, sino profundizar en una nueva relación con el tiempo. Con
ese que vives en cada momento y que, por mucho que no queramos, no
es posible salir de él.
Es el momento de plantearse un cambio. Mientras unos disfrutan de
un modelo de vacaciones, organízate otro modelo acorde con el tiempo
en el que te hayas.
Las vacaciones para un nuevo tiempo.
Tengas la edad que tengas, tienes vida y, aunque te suene a muy
manido, mientras hay vida existe, no la esperanza, sino en el instante
presente y es ahí desde donde debes anclarte para construir un futuro;
tú futuro.
En ese espacio de tiempo vacacional y desde la situación de estar
desempleado o desempleada, es conveniente comenzar a hacer algún
deporte o no dejar de hacerlo si ya venías practicando alguno.
Iniciarte en la buena obligación de andar cada día, al menos una
hora, o salir a correr un poco, es una buena opción para sentirte lleno o
llena de energía y vida.
Puede ser también un buen momento para reorganizarte y comenzar
a sostener una nueva relación con el tiempo. Ya sabes que el día tiene
24 horas, pero la mayor parte de ellas las solemos pasar en la
inconsciencia del tiempo que atravesamos. Haz un listado para ver en
qué inviertes cada una de las horas y dónde te puede llevar la inversión
de ese tiempo. Al fin y al cabo es tuyo.
Quiero que te quede claro que estar desempleado no tiene por qué
significar estar parado.
Es el momento del aprendizaje, de volcarte en metas y objetivos, de
hacer el esfuerzo de no caer en la inacción y abandonarte en tu zona de
confort de donde es complicado salir sin auto-autoridad de ser tu
propio líder y no tu propio boicoteador o boicoteadora.
Las vacaciones son tiempos para volcarse también en nuestra
cotidianidad, pero poniendo sobre ella nuevas miradas.
Volcarse en alguna tarea solidaria, contactar con personas que,
pudiendo estar en las misma situación, pueden significar un nuevo
modo de compartir y comenzar proyectos.
Conceptos como sencillez, solidaridad, compañerismo o amistad,
toman un nuevo sentido cuando atravesamos situaciones difíciles.
Somos seres humanos, aunque a veces parezca que lo olvidamos.
Somos seres humanos con dignidad y con necesidades básicas que
deben ser cubiertas y nuestras ilusiones, objetivos y metas, también
son necesidades que, es cierto, a veces no solo dependen de nosotros
mismos, pero es de nosotros y nosotras de donde deben arrancar para
que puedan llegar, en algún momento, a ser realidad.
Te propongo una jornada de “vacaciones mindfulness”. Dile sí al
tiempo y piensa que tu trabajo ahora no es sólo encontrar un nuevo
empleo o poner en marcha alguna idea que te genere ese empleo y esos
ingresos necesarios, sino también aprender a reubicarte ante un tiempo
nuevo.
Es verdad que otros y otras pueden estar saliendo de sus ciudades
hacia un merecido descanso, pero estar en tu instante presente, aunque
pueda disgustar, también puede ser el principio para saborear la vida.
Bien si estás en situación de desempleo, bien si te encuentras
enfrascado o enfrascada ante un nuevo proyecto, siempre es buen
momento para trabajar en que tus pensamientos automáticos no se
inmiscuyan en tu verdadero ser; ese que sabe que, tu situación sólo es
transitoria, como la de todos y todas, porque la vida, al fin y al cabo, es
eso que pasa mientras estamos viajando por el pasado o metidos de
lleno en el agobio de pensamientos grises que sólo conducen a
sacarnos del lugar en el que realmente vivimos, que no es otro que el
aquí y ahora.
Eres y estás y recuerda que todo llega. Lo importante ahora es
sostenerte en el instante presente y tomar, tú también, tu tiempo nuevo
de vacaciones. Es tu derecho.
En el siguiente capítulo vas a aprender qué es lo que puedes hacer
cuando estás en situación de desempleo.
Es muy importante que asumas que aunque en situación de
desempleo, sigues siendo persona.
La dignidad no se pierde por estar atravesando esa situación, tengas
la edad que tengas.
¿Qué hacer cuando estás desempleado o
desempleada?
No hablo nunca ni de lo que no conozco ni de lo que no he vivido.
Es un asunto personal de principios. Si ofrezco mis servicios de
consultor mindfulness, que menos que conocer y reconocer los
problemas de los demás entre otras cosas, por haberlos atravesado.
Cuando hablamos de esta lacra del desempleo (nunca digas que
estás parado o parada. En todo caso desempleado o desempleada por
cuenta ajena), no podemos olvidar las consecuencias emocionales que
este problema arrastra en quien lo padece.
Se trata de un cambio radical de vida que hay que saber asumir,
percibir y vivirlo desde el instante presente para resituarte como
trabajador y como persona en un mundo laboral cambiante y que nada
tiene que ver con lo que habíamos vivido hasta ahora.
Una etapa difícil que necesita de mucho valor, fuerza, constancia y
grandes dosis de ilusión, ganas y nuevo posicionamiento vital, pero
también, y aunque te pueda parecer mentira, es una etapa de
aprendizaje, de caminos que se abren cuando reconoces nuevas
ventanas y de nuevas vidas que vives desde que te levantas, porque la
vida de un desempleado o desempleada, está llena de días largos…
muy largos y demasiado largos cuando decides quedarte anclado o
anclada en tu zona de confort.
Si no eres capaz de resituarte en ese nuevo espacio, tu vida puede
convertirse en una lucha contra los días y, estoy seguro, eso no es lo
que quieres, sino aprender a fluir de nuevo en cada uno de los días de
tu nuevo calendario.
No es este el libro para trabajar sobre cómo resituarte en ese nuevo
espacio vital en el que te colocas cuando pierdes tu trabajo.
Mi idea es escribir un pequeño libro que será una hoja de ruta para
desempleados y desempleadas para que aprendan a trabajar en su
desarrollo personal y profesional a través de técnicas mindfulness,
pero en este preciso instante, lo que quiero hacer es darte algunas ideas
básicas para que puedas desarrollarlas si estás en esa situación de
desempleo, o puedas ayudar a quien esté en esta situación cerca de ti.
Sé lo que es ese espacio porque yo lo he atravesado varias veces
durante mi carrera profesional. Incluso sufriendo moobing laboral que
desembocó en una dura depresión que tanas cosas me enseñó y con la
que aprendí mucho. Sí, parece mentira decir esto, pero ese periodo de
depresión sirvió para “recambiarme” y “renacer” de las cenizas cual
Ave Fénix y darme cuenta de por qué y de dónde venía mi malestar
emocional. Las técnicas mindfulness sirven y mucho.
En este libro y en los escritos que publico cada semana en el blog de
Plenacción, hablo mucho de crisis, pero no desde un punto de vista
negativo, sino desde el ejercicio de situarte como observador de una
realidad que ha de superarse desde el instante presente. Siempre aquí y
ahora puesto que el pasado ya ha sido y el futuro sólo de pende de
nuestro aquí y ahora.
El caso es que deseo que te quede bien grabado que salir de esa
situación emocional y física que provoca estar desempleado o
desempleada es posible. No es fácil (decirte lo contrario sería
engañarte y crearte falsas expectativas), pero no es imposible.
Hace unos años, exactamente en el 2001, el Catedrático de
Sociología Enrique Gil Calvo, al que tuve la suerte de tener como
profesor en la Universidad, publicaba un libro titulado “Nacidos para
cambiar”. Cómo construimos nuestras biografías” publicado por la
Editorial Taurus, donde hablaba de cómo nuestra vida, en un mundo
tan cambiante como en el que vivimos, ya no estaba tan caracterizada
por seguir una línea recta, véase juventud-formación-pareja.hijos-
trabajo en un mismo lugar-misma familia-mismos amigos o
relaciones…- que hasta ahora se consideraba “lo normal”, sino que
ahora hemos de construir nuestras biografías desde la continua
aceptación del cambio.
Pasamos de las líneas a los círculos –juventud-formación de por
vida y en diferentes ámbitos- parejas- hijos incluso de varias parejas-
parejas con diferentes familias-amigos y cambios de amigos-nuevas
relaciones-nuevos empleos-nuevos lugares donde vivir…- Pero una
aceptación no lleva a la resignación; son dos cosas bien distintas.
No pienso hacer referencia alguna ni política ni económica; en este
caso sólo quiero hablar de la experiencia personal de arrancar de nuevo
tu vida cuando crees que todo se ha acabado por volver a engrosar las
filas del desempleo.
Para empezar tienes que tener muy claro lo siguiente: Estar
desempleado o desempleada no es estar parado o parada. Recuerda
siempre que uno se para cuándo se para y ahí ya no hay marcha atrás
Aceptar una realidad sin por ello caer en la resignación, es el primer
paso para el renacimiento. Porque una crisis, si eres consciente de ella,
si te das cuenta del instante presente en el que vives, puede ser el inicio
de un nuevo tiempo en el que abrirse a nuevas realidades y
posibilidades en un nuevo mundo tan interconectado e interrelacionado
como en el que ya estamos (y lo que nos queda por ver).
Siéntate, siéntete y respira. Ha llegado el momento de la aceptación
sin resignación que te permitirá seguir adelante y es que tienes que
aceptar que aunque no tengas empleo, sigues siendo persona y una
persona digna, íntegra y con enorme potencial.
Quizás en estos momentos en los que sientes que zozobras y que
pierdes energía, sea el tiempo en el que se pueden abrir nuevos
ventanales que siempre permanecieron cerrados. Pero para escuchar
ese viento que sopla tras esos ventanales, tu actitud es fundamental.
Desde el instante presente y con una renovada actitud para salir
adelante, reubicarte en tu nuevo tiempo es y debe ser en esos instantes
tu máxima aspiración.
Los derrotados o derrotadas se quedan en sus zonas de confort y ya
no salen de ahí. Y tú no eres de esos o esas ¿verdad?.
Aquí te dejo algunas recomendaciones para que pongas en marcha.
Yo lo hice y siempre me han servido. Y recuerda también que pese a
estar en situación de desempleo, la vida continúa y tú tienes que fluir
con ella.
-Madruga. Da la bienvenida a cada día como se merece. Con el
respeto y la devoción de saber y “darte cuenta” de que estás vivo o
viva y, por tanto, con la fuerza suficiente para seguir caminando,
aunque los días a veces pesen, porque como dice ese proverbio indio:
“detrás de las nubes siempre sale el sol” y tú nunca vas a agachar la
cabeza ante la simplicidad majestuosa de la vida; del hecho de estar
vivo o viva.
-Afronta la jornada con la decisión de vivir el aquí y ahora, por
duro que te parezca. También han de ser tiempos de crecimiento y
desarrollo personal que ahora quizás no veas, pero que están ahí y son
necesarios.
-No compares tu vida con la de antes. Son diferentes vidas. A lo
largo de tu vida, vas a tener muchas y diferentes vidas (acuérdate del
libro de Gil Calvo que te comentaba al principio del capítulo). Ya no
hay líneas rectas, sino círculos vitales que se abren y se cierran. De
cada uno de nosotros y nosotras, depende abrir y cerrar esos círculos
de forma correcta y no arrastrar más “piedras vitales” en otros círculos
que las estrictamente necesarias.
-Anota en un cuaderno o en una hoja o en alguna aplicación del
móvil o programa de ordenador un horario para tu jornada. Yo lo
hacía, al principio, en los pos-it amarillos y luego me pasé (ahora los
uso siempre para organizarme) al programa Evernote y el calendario
de Google.
Llénalo de actividades aunque algunas puedan parecerte absurdas y
síguelo a rajatabla siendo un poco flexible en lo que te apetezca.
Saltarse las normas también es necesario de vez en cuando ¿no crees?.
Incluye tiempo para algún tipo de ejercicio físico por pequeño que
sea y dedica tiempo para aprender cosas nuevas. Lo que sea, da igual.
El caso es aprender.
La idea de llevar a cabo este particular horario ahora que estás
desempleado o desempleada, es trabajar en una nueva adaptación a tu
nuevo espacio vital. Crearte un hábito. No pases las horas muertas sin
nada que hacer sólo por el hecho de estar en situación de desempleo y
sé consciente del instante presente.
Por eso es importante que sigas el horario que te marques cada día y
te propongas pequeños objetivos o metas semanales para llevar a cabo.
Lo que sí estoy seguro es que si te dejas llevar por tu apatía, entrarás
en un círculo cerrado que será complicado de romper.
Recuerda, insisto de nuevo, estás desempleado o desempleada pero
eres una persona válida y útil. Tu mundo no se acaba, sino que viene
un mundo nuevo en el que has de aprenderte a mover.
Por si no lo sabías, tienes que tener presente una cosa más: si viene
una ola, no trates de romperla por medio porque te tirará al suelo.
Cómprate una tabla de surf y sobre ella llegarás a tu orilla. ¿Capici?...
¡pues eso!.
-Dedica tiempo cada día a tu formación. Asalta internet. No es
necesario dinero para aprender. La gran red de redes es un inmenso
espacio abierto para formarse. El límite al aprendizaje ahora sólo lo
pones tú. Sólo vas a necesitar ganas de aprender sobre aquello que te
interese.
-No te apegues a tus emociones. Esas emociones, cuando estás
atravesando un periodo de desempleo, lo normal es que sean intensas,
más bien negativas y tiendan a arrancarte hacia la parálisis y la
inmovilización.
Emocionalmente llueve, con lo que lo mejor que hago es estar en
casa encerrado o encerrada y esperar a que llegue “la primavera
emocional”. El problema es que si no pones nada de tu parte, el
invierno emocional llega para quedarse. Quiero que esto lo tengas
meridianamente claro.
O te mueves o te inmovilizas. Mientras tu mente anda diciéndote
que no, dile tú que sí. Te recomiendo que trabajes con esas emociones
desde el punto de vista de un observador. Ellas no son tú. Tú eres más
que ellas. Eres tú quien debe decidir dónde vas, dónde quieres dirigirte
desde el instante presente.
Esas emociones negativas lo único que te van a pedir es, como te
decía, que te quedes en casa y a ser posible en un rincón sin moverte.
-No vives de forma independiente, sino interdependiente. El
tiempo del desempleo es un tiempo propicio para abrirte a nuevos
espacios. No estoy hablando de dinero y de que si no tienes dinero no
puedes hacer nada. Aunque te parezca mentira, en el mundo
hipercapitalista en el que vivimos, hay muchas cosas que se pueden
hacer sin tener que disponer de grandes sumas de dinero.
Ofrece tu tiempo y tu trabajo para proyectos solidarios, puedes
organizar un huerto urbano con otras personas que estén en la misma
situación que tú. Hay mil historias por hacer. Lo importante es que no
se te ocurra quedarte en casa encerrado o encerrada. Eso es el fin y tú
no te lo mereces.
-Dedica tu tiempo, ahora más que nunca, a cuidar tu cuerpo y tu
mente. Son tiempos de cambio y revolución interior y lo que hoy
sufras, mañana puedes padecerlo.
-Practica el silencio, pero no te calles. Levanta tu voz desde la
consciencia para reivindicar un mundo más justo, más humilde y
solidario. Efecto dominó; si tú cambias el mundo cambia.
-No te guardes ni lo que vives, ni lo que sientes. Hoy las redes
sociales nos permiten hablar alto y claro. Cuenta tu día a día, cuenta
tus sueños, escribe un diario o un blog donde crear nuevas redes y
encontrar sinergias que ayudarán a atravesar el desierto que puedes
sentir y conocer gente nueva.
Habla desde el instante presente porque todos y todas necesitamos
de todos y de todas. No vivimos aislados. Tú también eres vida, eres
parte de la vida y eres necesario o necesaria.
En definitiva, como te decía al principio del capítulo, sé de lo que
hablo. He pasado ya varias veces por lo mismo y siempre he escrito
algo en mi mente que te invito a que grabes claro en tu corazón:
Tú no eres un parado o una parada. Tú eres, en todo caso, un
desempleado o desempleada por cuenta ajena; seres humanos repletos
de vida aunque quieran hacerte creer que a partir de los 40/50 años no
hay vida. Aunque quieran hacerte creer que como joven “esto es lo que
hay”.
Querido amigo o amiga: como si fueses un Lázaro en pleno siglo
XXI, te digo “Levántate y anda” y recuerda siempre los versos de
Antonio Machado:
“Y al reposar sonó con recio golpe,
Solemne, en silencio.
Un golpe de ataúd en tierra es algo
Perfectamente serio”.
Porque aunque te suene a muy manido; mientras hay vida hay
esperanza. Y recuerda siempre que lo extraordinario siempre está en
lo cotidiano.
Claves mindfulness contra la depresión.
Esto ya me lo habrás oído o leído en algún momento a lo largo del
libro o si sigues mi blog en o mis vídeos en YouTube y es que me
gusta señalar siempre que sólo hablo de aquello que, o bien conozco o
bien he vivido o experimentado.
Creo que, desde la posición de Consultor, resulta más amigable
saber que, quien está frente a ti, es alguien que ya ha pasado por el
mismo camino que está atravesando el otro u otra o que puedes llegar a
atravesar en algún momento de tu vida.
Cuando hablo de la depresión, hablo con buen conocimiento de
causa, porque he atravesado dos. En el caso de la segunda, por entre
otras cosas, no haber curado bien la primera y no haber arreglado “mis
interiores” como así hice después.
La farmacología puede ayudar en una sola parte, pero la
reconstrucción de tu YO, es tarea personal e íntima que de no
encararse a tiempo, enquista ese tormento y puede volver a saltar en
cualquier momento.
La práctica de mindfulness o atención plena es un buen antídoto
contra este mal que tiende a ser la gran enfermedad del siglo XXI y
está ya bien demostrado que la terapia cognitiva basada en las técnicas
y prácticas de mindfulness ayudan y mucho, no sólo a la recuperación,
sino al encuentro con lo más íntimo de tu ser para SER, HACER,
ESTAR y TENER en este nuevo tiempo en el que habitamos.
Como me gusta señalar: “recuerda siempre que lo extraordinario
está en lo cotidiano”.
Quienes hemos pasado por ese túnel de la depresión, sabemos
perfectamente de qué estamos hablando y sabemos perfectamente
cómo se siente quien nos pide ayuda en ese proceso. Sí, yo también
estuve allí y, por lo tanto, como te digo, sé de lo que hablo.
En este capítulo, quiero dejarte algunas ideas que a mí me
funcionaron y muy bien. No es sencillo, soy consciente, pero sí
efectivas. Significan un cambio en el paradigma a la hora de entender
la relación con la depresión.
Aceptación sin resignación. Cuando se tiene una depresión, se
tiene y punto. Lo primero es aceptar el estado en el que uno está. La
lucha comienza cuando se acepta la realidad. Lo normal es tratar de
huir, pero cuando más decimos que queremos salir, más dentro
estamos.
Hubo un momento en que dije “te permito que estés, pero tienes que
comenzar a marcharte” y traté esa depresión como un padre o una
madre cuidan de su niño herido o enfermo. A partir de ahí, todo
comenzó a enderezarse.
El cambio de posicionamiento frente a la depresión lo cambió todo.
Era el convencimiento de que esa depresión no era yo, sino un
trastorno pasajero que tenía que observar para no quedar atrapado.
Entonces, la luz apareció al final del túnel. Luego hubo un trecho largo
que atravesar, pero el principio ya era muy diferente.
Tú no eres la depresión. La depresión no eres tú. Tu SER
ESENCIAL está enfangado por una distorsión mental. Es tu
pensamiento el que te está atrapando y el que está brutalmente
distorsionado. Estás pensando de modo ilógico y negativo. Tu
personaje negativo está crecido, pero no eres tú.
Añade esfuerzo, acepta ayuda. Se necesita una gran dosis de
esfuerzo para enderezar al mono loco en el que se ha convertido tu
cabeza, que sólo habla de maldiciones y puntos negros en todo lo que
ves o sientes, pero el sol aparece cada mañana, aunque ahora no
termines de verlo.
Observa. Trata de proceder a observar tu depresión. Es lo que te
comentaba en el punto 1. Mira tú depresión como un niño al que hay
que mimar y llevar de la mano para reponerlo. Es importante que te
fijes en una cosa y es que la depresión no eres tú.
Escribe. Trata de identificar tus pensamientos distorsionadores.
Anótalos en un cuaderno y dirígete a ellos con determinación.
Una vez escuché a alguien decir que prefería que le cortasen una
pierna o un brazo antes que atravesar por otra depresión. Nadie que no
haya estado en ese pozo, sabe bien lo que es. Puedo hablar porque lo
sé. Las crisis personales, como todas las crisis, son procesos de cambio
y transformación –bien es verdad que radicales- pero nos sirven de
“lucha vital” para quitarnos de encima aquello que no queríamos.
Tienes que tener claro, tanto si eres tú quien está atravesando una
depresión, como si conoces a alguien cerca de ti que está en ese estado,
que de la depresión se sale y, la mayoría de las veces, reforzado o
reforzada.
No sólo se sale, sino que la vida se asoma con todo su sencillo
esplendor cuando el túnel se deja atrás. No es fácil, pero sí posible. Lo
sé.
5 pasos para superar el duelo por una
pérdida.
Uno de los momentos más duros para un ser humano, es dar con la
clave de cómo superar el duelo por una pérdida.
Cuando hablamos de mindfulness o práctica de la atención plena, no
estamos hablando de una forma de evadirse de la realidad más
inmediata, así que, por lo tanto, al hablar de la presencia de la muerte y
de la pérdida en nuestra vida, desde el punto de vista de mindfulness
vamos a hablar de la aceptación del dolor como catapulta para la
salvación hacia la estabilidad emocional.
Responder frente a reaccionar, afrontamiento frente a evasión.
En este capítulo, que sé que no es un capítulo alegre pero si
necesario para nuestra estabilidad emocional y nuestra salud, quiero
mostrarte cinco pasos que se pueden llevar a cabo para superar el
duelo por una pérdida desde el trabajo de la atención plena o
mindfulness.
Una herramienta como ya habrás visto o irás descubriendo, básica
pero muy potente que nos permite situarnos en el espacio del instante
presente para poder hacer frente a una vida con más conciencia en la
que seamos dueños y dueñas de nuestros actos.
Cuando se habla de muerte en este mundo que habitamos,
normalmente se cambió de conversación, se mira para otro lado, se
niega o se hace referencia al "mal fario” que trae hablar de ella.
Pero el caso es que es algo tan natural, que es imposible alejarse de
su presencia porque es otro lado de vida.
La muerte de un ser querido o cercano, la pérdida de alguien, marca
un antes y un después en nuestro ciclo vital, pues supone, como en el
caso de un nacimiento, el final e inicio de una nueva etapa.
Y éstas, diríamos, etapas circulares, deben ser iniciadas y finalizadas
de la mejor manera posible para que nada quede en la recámara de
nuestra mente y pueda parecer de nuevo pasado el tiempo con un extra
de carga de dolor. Si cerramos y abrimos bien esas etapas vitales,
podremos fortalecer nuestro ser en el aquí y en el ahora.
Es por ello que, antes de mirar para otro lado o tratar de que no nos
afecte, lo importante es asumir el hecho de iniciar un duelo para sentar
esa nueva fase de nuestra vida en la experiencia de vivir en el instante
presente.
Estos que te muestro ahora, son cinco buenos pasos para que puedas
seguir a la hora de saber cómo superar el duelo por la pérdida.
Rendirse a lo que se siente. Mindfulness no es ocultar emociones,
ni estar todo el día con la sonrisa pegada. Mindfulness es tomar la vida
tal y como es. Lo que es aquí y en este momento, y cuando hay una
pérdida, lo normal a veces es rendirse ante lo que se siente sin ser
conscientes del dolor porque lo que se provoca es el sufrimiento en la
continua rumiación de ese dolor.
El sufrimiento viene cuando el duelo no es superado, porque el
dolor es algo normal y necesario en algunos momentos de nuestra
vida.
El dolor es consustancial a la vida pero el sufrimiento solo es
opcional. Al fin y al cabo, el sufrimiento es tan sólo la rumiación
constante del dolor. Toma como completamente normal el dolor que
siente y se consciente de él porqué es desde ahí desde donde vas a
empezar a superarlo.
Aceptación sin resignación. Nada podemos hacer. Sólo asumir una
realidad desde la atención de la conciencia en el aquí y en el ahora.
Sólo disponernos a sentirnos en ausencia de lo que nos falta ya o de lo
que ya no volveremos a tener. Eso no es resignarse al sufrimiento y la
amargura, sino contemplar el momento tal como es.
Encontrar espacios de silencio y belleza. La vida continúa y, en el
dolor, también hay espacios silenciosos de belleza que la vida nos
entrega a cada instante y mindfulness, la práctica de la atención plena,
nos ayuda a aprender a sentirlos y verlos, incluso en los momentos más
duros. La vida y la muerte en el perfecto equilibrio de instante presente
Entender que no somos eternos. Fuera de todo condicionamiento
religioso (cada uno o una es libre de profesar su religión), desde un
sentido espiritual, es buena aceptación de que no somos eternos en el
sentido de habitar para siempre el mundo que ahora vivimos.
La vida, precisamente, tiene sentido en el hecho de asumir como
normal el hecho de morir. Ni mucho menos es estar siempre con ella
presente. Simplemente tomar conciencia de que es parte de la vida.
Nacer es una enorme casualidad.
Que estés, en estos precisos momentos, ahí donde estás y vivo o
viva es, simplemente, algo mágico. El hecho de morir, una realidad
que algún día llegará, y ofrece sentido a toda nuestra vida, pero entre
ese espacio del nacer a ese otro del morir, hay todo un camino vital en
el que tienes que ser consciente de que tú eres el jefe o jefa.
Insisto, entre esos dos momentos de vida, tienes que darte cuenta de
que las riendas las llevas tú y tu infinita libertad es tomar conciencia de
que en cada momento puedes decidir qué hacer ante todo tipo de
circunstancias. Vívelo.
Despedirse. Cuando el duelo se convierte en sufrimiento, es cuando
no hemos aceptado el hecho y no nos hemos despedido.
Despedirse es tomar conciencia de la pérdida, de realizar nuestro
íntimo y particular homenaje a lo que hemos perdido. Cada persona
puede tener su propio acto de despedida.
Puede ser personal, íntimo o colectivo, pero en él tomamos
conciencia del instante presente poniendo un mayor sentido frente a lo
que hemos perdido. Es cerrar el círculo de una etapa para abrir otro.
El sufrimiento, como te decía antes, viene cuando dejamos círculos
abiertos con heridas sin curar; unas heridas que aunque pensamos
cerradas pueden abrirse de nuevo en cualquier momento. Por lo tanto,
en el momento íntimo o colectivo que uno decide que ha llegado el
momento de la despedida (esto puede llegar en el momento justo de la
pérdida o incluso un tiempo después) comienza el proceso de la
salvación.
Abrir las ventanas hacia una nueva etapa de tu vida.
Si, lo sé, es fácil decirlo pero no es sencillo hacerlo, pero como te
voy contando lo largo del libro, si quieres puedes hacerlo.
Cuando hablamos de cómo superar el duelo por una pérdida,
estamos hablando de aceptar el instante presente tal y como es. Aquí y
ahora. Aceptar que el dolor es consustancial al hecho mismo de vivir,
pero que sufrimiento es opcional y depende única y exclusivamente
nuestra forma de afrontar el necesario duelo. La vida continúa.
Es muy posible que en estos precisos instantes, sientas que este
capítulo no te sirve de mucho porque no has tenido una pérdida
reciente. Pero por desgracia, en algún momento esa situación va a
llegar lo quieras o no.
Por lo tanto es bueno que recuerdes estos cinco pasos porque en ese
preciso instante te servirán para el comienzo de tu salvación. Eso sí,
me gustaría que pasase mucho tiempo, hasta que tengas que utilizar
estos cinco puntos.
Por otra parte, también pueden servir de para ayudar a otros o a
otras que pueden estar sumidos en el dolor por una pérdida.
Con este capítulo, también quiero que comprendas, que cuando
hablamos de mindfulness o de la práctica de la atención plena, no
estamos hablando de estar todo el día "felices". Para lo que no sirve la
práctica de mindfulness o de atención plena es para asentarnos en el
instante presente. Es para focalizar nuestra atención en el aquí y en el
ahora.
7 claves para entender el running desde
mindfulness.
Yo no había corrido en mi vida. De muy joven había practicado
mucho ciclismo, pero a partir de los 17 18 años, no he sido un gran
deportista. Tan sólo la práctica de mantenimiento en algún que otro
gimnasio y eso sí, mucho andar porque me encanta.
Tengo que confesar que yo era de los que no entendía que la gente
pudiese salir por la mañana o por la noche, a pleno sol, lloviendo, en
día nublado, al calor, frío, a patear las calles o el campo.
Ahora lo llaman Running, lo que antes era footing o simplemente
correr. Pero tenía que llegar el día en que esto de correr me pareciese
toda una aventura, casi la misma que trabajar en pos de mi serenidad y
la de aquellos que me leen o hacen conmigo algunos de los talleres
mindfulness de Plenacción.
Y el momento llegó en el verano del 2013, cuando nuestros queridos
amigos Carolina Higueras y Manolo Santaella de Huetor Vega en
Granada, nos invitaron a participar a Bea y a mí, en una carrera
solidaria de 5 km.
No podía decir que no aunque al principio dijese que me quedaba
con la camiseta que ofrecían pero que sólo colaboraría en la salida y en
la meta en lo que ellos quisiesen.
Ellos me insistieron, total, no tenía nada que perder, y podía hacer la
carrera andando ya que se trataba de un espacio solidario. Me propuse
el reto. Nunca en mi vida había corrido, pero era momento de probarlo.
Unas semanas antes empecé a salir para intentar correr, pero la cosa
iba de mal en peor. Sin embargo, mi empeño era ya participar y
hacerlo lo mejor posible.
Una semana antes del día señalado para la carrera, me armé de
valor, y probé a correr con ritmo lento los susodichos 5 km. Fue un
drama, en el kilómetro tres me quedé apenas sin fuerza e hice el resto
de kilómetros hasta mi casa caminando deprisa. De todos modos mi
corazón me decía que sí, que era posible y había que hacerlo.
Llegó el día de la carrera, hice una larga meditación sentada de una
hora antes de ir hacia el pueblo donde era la carrera y ya vestido con la
camiseta del evento, mis pantalones cortos, y mis nuevas zapatillas, me
dispuse a ponerme en la línea de salida y hacer la carrera
imponiéndome mi práctica mindfulness como línea para poder
terminar la, o al menos intentarlo.
Fue increíble, hice los 5 km sin parar, llegué a la meta en un tiempo
prudencial para ser la primera vez que lo hacía y disfrute tomando
conciencia de cada uno de los pasos del recorrido. Eso sí, las piernas
dolían y mucho pero la satisfacción por haberlo conseguido era muy
superior a ese dolor físico que, en algún momento, terminaría.
Durante la semana siguiente y parte de la segunda, me dolían hasta
músculos de los que no era consciente de que existiesen, pero sin
embargo estaba feliz por haber superado un reto que me había
propuesto.
A partir de ahí, fue el descubrimiento de unir la práctica del running
con las técnicas mindfulness.
Después de aquella primera carrera de 5 km, llegó el reto de hacer
una de 10 km y pocos meses después me apuntaba a mi primera media
maratón que logre superar, en noviembre de ese mismo año, con un
más que aceptable tiempo. Tan sólo habían pasado apenas cinco meses
desde la primera carrera.
A partir de ahí en el acto de correr, me han dejado de interesar los
tiempos y me interesa cada vez más el disfrute de tomar conciencia de
mi mente y de mi cuerpo a la hora de correr.
Ya no me importa el cronómetro y sí la sensación vital de sentir cada
una de las zancadas cada vez que salgo a correr o participo en alguna
de esas carreras populares que están tan de moda.
En realidad cuando hablamos de práctica deportiva y en este caso de
running, se supone que hablamos de actividad, de no parar, de correr.
Y sin embargo cuando hablamos de mindfulness su atención plena,
parece que hablamos de parar, de meditación, de lentitud, entonces no
surge la gran duda ¿qué tiene que ver mindfulness con el running si yo
lo que quiero es correr?.
Y es entonces cuando vemos que tiene que ver más de lo que
pensamos, porque practicar running no es sólo salir corriendo y porque
practicar mindfulness no es sólo hablar de lentitud.
¿Qué hace tu cabeza, tu "máquina de liarla" cuando sales a correr?,
¿Por dónde se mueve tu cabeza cuando estás en una carrera y más si es
una media o larga distancia?.
Así es, en ese caso, mindfulness o la práctica de la atención plena,
se convierte en una poderosa herramienta para concentrar tu mente y
manejar sus emociones y el estrés que se deriva también en
determinados momentos de tu ejercicio.
Quiero aprovechar este capítulo y el siguiente para hablarte de
mindfulness y la práctica de correr; el ejercicio tan de moda que ahora
llamamos running.
Dicen que tanto mindfulness como la práctica del running, están de
moda y ante eso yo digo ¡benditas modas!, porque aunque ahora se
llamen mindfulness y running, mañana pueden llamarse de otro modo,
pero el sentido último de lo que significa cada una de estas prácticas,
afortunadamente van a tender a permanecer entre nosotros y cada vez
con más fuerza.
Aprovecho pues este capítulo y el siguiente, para hablarte y
ofrecerte algunas claves que me han servido y me están sirviendo. En
el momento en el que escribo este libro, agosto de 2015, estoy a punto
de cumplir 49 años, por lo tanto, mi práctica de correr tan sólo tiene el
objetivo del disfrute, de poner salud y bienestar en instante presente, y
en disfrutar sin importarme el tiempo que marque el cronómetro.
Estas son mis siete claves para entender la relación entre la práctica
de mindfulness y el running. Espero que te sean útiles.
Unir mente cuerpo. Cuando corres no te dejas la cabeza en casa y
en muchas ocasiones, más que tu cuerpo, es ella la que te dicta que ya
no puedes más.
La “máquina de liarla”, a veces te detiene antes que tus piernas. La
práctica de mindfulness o de atención plena va hacer que tomes
conciencia en todo momento de la unidad mente-cuerpo en la que, por
desgracia, no hemos sido educados.
Estar presente en cada paso del movimiento. Aprender a escuchar
lo que te dicta tu cuerpo hace que disminuyan las lesiones. Sentir cada
movimiento produce un efecto más relajado. Yo no pienso en el
kilómetro final, sino en la zancada que acabo de dar
No enfocar tu actividad sólo en resultados. La práctica de la
atención plena o mindfulness, hace que tu mente no se centre sólo en
el resultado, sino que se abra a otros espacios de la práctica que
beneficiarán tu ejercicio, tu salud y tu bienestar.
Aprende a salir sin cronómetro, aprende a tomar conciencia de
cuanto recorrido puedes hacer en ese entrenamiento, aprende a estar en
intimidad contigo mismo para ser consciente de cuándo debes parar, de
si puedes seguir un poco más y ser consciente de si ha llegado el
momento de volver de nuevo hacia casa para tomar una buena ducha y
terminar tu ejercicio por hoy.
Centrar tu mente. Estar donde tienes que estar, en tu entrenamiento
o en la competición.
No dejar que la lluvia de tus pensamientos te lleve a lugares fuera de
dónde estás, entorpeciendo de esa forma su práctica.
Como ya has podido comprender, la práctica de la atención plena o
mindfulness, te va a llevar a ser más consciente de tus pensamientos y
a resituarte frente a ellos. Sin duda alguna esa rumiación mental irá
disminuyendo aunque por supuesto, la mente nunca se queda en
blanco.
Mejorar tus decisiones. Desde la práctica de mindfulness, al ganar
en presencia en la actividad que realiza, la toma de decisiones mejora
considerablemente.
Menor ansiedad, menor estrés. Una clave, especialmente en la
competición, es el descontrol que te puede llevar un mal manejo del
estrés y la ansiedad.
La respiración, tu aliada. Quizás sea ésta la mejor clave para
entender la poderosa relación que existe entre la práctica del running y
la atención plena mindfulness.
Al ser consciente de tu respiración, al practicar la respiración
consciente, mejorarás tu rendimiento y esto sólo es posible a través de
la práctica de la meditación.
Te invito a que integres esa práctica, de la que hemos hablado largo
y tendido en este libro, en tu vida diaria. Lo ideal sería que practicases
esos instantes de silencio, al menos 15 minutos cada día, lo ideal sería
que consiguieses hacerlo durante media hora al día.
Si aún no has probado, te invito a comenzar a realizar prácticas de
mindfulness, porque esa práctica te va a permitir desarrollar tu lado de
"observador neutral" que te ayuda a estar interna y externamente en
todo lo que sucede en el entrenamiento y la competición sin
identificarte ni apegarte. Hacerlo con total libertad.
Aunque estos siete puntos claves que te acabo de ofrecer están
pensados para la práctica del running, obviamente puedes ponerlas en
funcionamiento en cualquier deporte que hagas.
Es importante para tu bienestar en el instante presente, tanto cuidar
la alimentación como realizar un ejercicio continuado y moderado.
Esa mezcla junto con la práctica de atención plena o mindfulness te
aseguro que en este mundo tan cambiante en el que habitamos te
vendrá muy bien. Pero te aseguró que no tiene contraindicación
ninguna.
Es así, ya sabes que a la hora de practicar algún tipo de deporte si
antes no lo has hecho, no está de más consultar a tu médico y hacerte
algún mínimo chequeo previo. En todo caso el deporte que sí podrás
hacer será caminar y para eso, estas siete claves que van a servir
también y mucho.
5 claves para comenzar a runnear sin
correr hacia las lesiones.
Pues sí, practicar running, lo que toda la vida ha sido correr, se ha
puesto de moda, pero es verdad que tenemos que reconocer que ¡ojalá!
Todas las modas fuesen así de buenas. Lo mismo pasa con la práctica
de mindfulness, hay quienes dicen que también esto es una moda pero
repito benditas modas y ojalá todas fuesen de este tipo; una mejora
para tu calidad de vida y tu bienestar físico y mental.
En estos dos capítulos, he querido mostrarte alguna idea que te sirva
de utilidad para comenzar a practicar un poco de deporte o intensificar
tu actividad poniendo en tu entrenamiento otro punto de vista.
Ahora quiero mostrarte cinco claves que creo pueden serte de
mucha utilidad para evitar tener problemas con las lesiones. Y como
en todo aquello que se practica desde el punto de vista de mindfulness,
la clave es aplicar la atención plena en todos tus entrenamientos y
salidas.
Cuando empezamos a correr por primera vez y lo sé por propia
experiencia, es normal que, una vez que nos encontramos bien, que
nos sentimos capaces de hacer más de tres o 4 km sin acabar tirados o
tiradas en el suelo y extasiados o asfixiadas, nos llegue el momento de
la euforia por alcanzar nuevas metas y nuevos retos y especialmente la
ilusión de hacer ciertos recorridos cada vez en menos tiempo.
Cuando llega ese momento en el que estás a punto de hacer tu
primera carrera de 5 km, comienza el momento de la compra de los
cachivaches para runnear.
Un reloj que mida distancias y tiempo, mejor si lleva un GPS
integrado de ultimísima generación para saber por dónde voy y para
que me haga los cálculos correctamente, bolsillos para llevar el móvil
y un mp3 para escuchar mi música preferida mientras corro y todo
para poder llegar cuanto más lejos y más rápido, mejor.
En ese preciso momento, es cuando entramos en esa zona de peligro
en el que las lesiones comienzan a llamar a tu puerta. Nos sentimos
bien, tenemos plena confianza en nosotros mismos, pero no
escuchamos la voz clara de nuestro cuerpo que nos indica que
pongamos atención porque las lesiones están a punto de llegar.
Todo hasta que te das cuenta que correr, practicar running no es sólo
llegar a una meta, sino más bien, disfrutar del proceso de estar ahí, en
la calle, en el campo, trotando y sintiendo cada uno de los pasos o
zancadas que das.
Sentir en plena unión tu mente y tu cuerpo respondiendo en modo
máquina perfecta cada minuto del recorrido.
En definitiva, no hay nada más mindfulness que está presente en
cada uno de los espacios de tu vida y eso ahora lo vamos aplicar a tu
práctica deportiva preferida aunque en este caso lo ejemplifique en la
práctica del running.
Pues haya van estas cinco claves para que te resitúes ante tu práctica
y la disfrutes mucho más y sobre todo tengas el máximo cuidado y la
máxima atención para evitar las lesiones.
No corras. Vaya, empezamos bien ¿verdad?. Resulta que si estamos
hablando precisamente de running, ahora llega el "listo" de Juan
Carlos y me dice que no corras. Esto parece una clave estúpida porque
lo que estamos hablando precisamente es de correr. Pero nada más
lejos.
Si estás empezando en esto del running lo mejor no es correr, sino
tomártelo con la suficiente calma como para sentir tu cuerpo en cada
una de las zancadas.
Te recomiendo que al empezar a salir a correo tiendas más a
saborear tu posición en cada instante. Sentir lo que tu cuerpo te va
contando. Y eso sí, muy importante, acepta la sabiduría natural de tu
cuerpo para forzar lo justo.
No lleves reloj. Prueba. Por probar no pasa nada. ¿Por qué siempre
tenemos la manía de temporalizarlo todo?. ¿No es mejor olvidar el
tiempo y salir a correr sin la presión de tener que llegar en tanto
tiempo, o cubrir distancias sí o sí, me sienta como me sienta?, ¿No es
mejor prescindir de objetivos estresantes?.
Aplica el método Kaizen de metas y objetivos grandes pero de
acciones pequeñas.
La acumulación de esas prácticas y acciones pequeñas te llevarán a
conseguir el gran objetivo final. Prescinde del tiempo y práctica de vez
en cuando el simple juego de salir para sentirte
No seas "Forrest Gump”. ¿Recuerdas la película de Tom Hanks?.
Si aún no la has visto, te ruego que lo antes posible vayas a un
videoclub o la alquiles a través de la red y te sientes a verla. No te
puedes perder esta genial peli.
Respecto a esta clave lo que quiero que entiendas es que estás
comenzando una nueva etapa deportiva que te dará inmensos
beneficios. Especialmente para tu salud y bienestar. Pero tratar de
acumular kilómetros por acumular, no es una buena decisión.
Comienza sintiendo tu cuerpo en cada paso que te lleve a ese primer
kilómetro que ansías.
Tienes que tomártelo con calma. Vivimos en un mundo frenético
pero ya ves que a lo largo del libro te voy dejando claves como si
fueran miguitas de pan para ofrecerte la posibilidad de resituarte en
una nueva forma de estar en este mundo en cambio.
Por eso practicar running con atención, es un poco como llevar la
práctica de mindfulness a tu vida cotidiana. Eres tú quien debe
dominar el tiempo y no que el tiempo te termine de dominar a ti.
A la hora de correr siente el proceso de tu respiración; es muy
importante. Siente esa respiración en cada trote, porque forzar la
maquinaria es la puerta más directa que tienes para no alcanzar tus
metas en cada salida.
Disfruta de cada zancada. Ahora eres tú y esos metros que vas
haciendo. Tu cuerpo es muy sabio y sin un entrenamiento adecuado
puedes forzarlo demasiado y él al final, para bien o para mal, termina
hablando.
Escucha, siente, divide, observa, respira. No hay más que hacer, no
hay dónde llegar. Cálzate las zapatillas sal a la calle y disfruta de la
sensación de estar vivo o vida
No te marques metas. Estarás pensando que en menudas
contradicciones que te estoy metiendo. Pero lo vas a entender
enseguida porque si acabas de comenzar en esto de la buena moda del
running, es mucho mejor que no te marques metas.
Como te decía en el punto anterior, lo que tienes que hacer es saltar
al campo de la calle a disfrutar como cuando eras un niño o niña. Si
llueve también, si hace sol también está bien y si hace frío está bien
todo perfecto. No trates de forzar nada. Instalado o instalada en el aquí
y ahora a través de la práctica de mindfulness, cada metro que recorras
será un pequeño triunfo para tu corazón; el de la salud y del espíritu.
Al fin y al cabo, te aseguró que terminan siendo el mismo.
Yo también soy un iniciado en esto del running, he atravesado el
momento de euforia, ahora suelo salir, al menos, un par de veces a la
semana.
Ponte las zapatillas y siente que la vida es eso que transcurre
precisamente aquí y ahora, escuchando como tus pies tocan el suelo,
como los brazos se mueven rítmicos, como la respiración de la fuerza
y vida y como el tiempo discurre por donde tiene que discurrir; aquí y
ahora, esa es la música que te invito a llevar mientras corres.
Bienvenido a la locura del running. Si ya tienes dentro el "virus" del
running, sigue disfrutando a tope y si todavía no lo has probado, te
recomiendo que, lentamente, empieces a practicarlo.
Todas estas claves que te he explicado en este capítulo, como te
decía al principio, están centradas en el mundo del running, pero
evidentemente sirven para cualquier práctica deportiva.
Lo importante, en este mundo tan acelerado en el que vivimos y
expuestos a tantos cambios tan profundos y tan radicales, es bueno que
pongas atención en tu salud tanto física como mental. Como verás de
eso trata este libro que tienes entre manos y de eso hablamos en el
taller de 21 días de prácticas de mindfulness a los que tienes derecho
por la compra de este libro. Practicar un poco de deporte aunque sea
andar al menos 1 hora al día, es muy beneficioso para tu salud.
Ponte las pilas y pon toda la atención en salir zona de confort.
Meditación, deporte y alimentación son las claves para una vida
mindfulness.
Las claves para ser feliz desde la
atención plena.
Si hablo de claves para ser feliz, primero habría que definir qué
entendemos por eso de felicidad y ser feliz. Cuando hablo de claves
para ser feliz, no me voy a referir, como te he comentado ya a lo largo
de este libro, a ese supuesto estado de bondad infinita ni a pasarte las
horas embobado o embobada mirando el mundo con una sonrisa
bucólica aunque te caigan las peores desgracias posibles.
Las claves para ser feliz, para empezar, no están ahí fuera
esperándote, sino más bien dentro de ti. Así que no tienes que hacer un
largo viaje para reconocerlas. Puedes empezar utilizando la
herramienta de tu conciencia.
Vamos, entonces, a poner en claro las claves para ser feliz en un
mundo tan acelerado como en el que estamos viviendo, donde todo
parece ir demasiado deprisa sin saber muy bien a dónde. Y esa es la
primera clave que te quiero trasmitir: la mala gestión del tiempo que
hacemos de nuestras horas cada día.
Me imagino que a lo largo de los capítulos del libro que ya has
leído, habrás visto la importancia que pongo en el trabajo, no tanto de
controlar el tiempo, sino de ser consciente de él para que no sea el
tiempo el que te domina, sino que tú puedes fluir con total naturalidad
en el tiempo que te ha tocado vivir. No pienso dejar de insistirte.
Dispones de una preciosa cantidad de tiempo y tienes que trabajar
para no desaprovecharlo.
Se consciente de que la vida te regalan cada día un total de 24 horas
que has de gastar durante toda la jornada. No vas a poder ni ahorrar
una sola de esas horas, ni vas a poder regalarlas, ni vas a poder
guardarlas en un cajón.
Cuando te despiertas por la mañana, renuevas el bono de las
próximas 24 horas y tienes la perfecta capacidad para decidir en qué
quieres gastar cada minuto de esas 24 horas.
Bien es verdad que existen obligaciones propias de convivir en un
espacio social, pero bien es verdad también, que a la hora de hablar de
las claves para ser feliz, debemos tener muy en cuenta que, desde
nuestra conciencia, tenemos la capacidad de interactuar con ese tiempo
que nos es dado en cada jornada, decidiendo qué ponemos en cada
hora de nuestra vida. Insisto, pese a todo, eres tú quien decide. Métete
en la cabeza que eres el líder o la lideresa de tu tiempo.
Ser feliz, por lo tanto, no es andar todo el día sumidos en ese estado
bucólico del cuento de príncipes y princesas en modo Disney, sino
disponer de un estado mental adecuado que nos permita gestionar de
modo adecuado nuestras emociones y saber situarnos ante ellas desde
la capacidad de responder más que de reaccionar.
Entre las claves para ser feliz que te quiero contar en este capítulo,
está tu capacidad de no estar todo el santo día emitiendo juicios que
presuponen una seria carga emocional negativa.
Es importante aprender a aceptar lo que en este preciso momento,
simplemente ES, pero sin un ápice de resignación.
Desde la práctica de la atención plena o mindfulness, podemos
llegar a sostener ese estado mental que nos permite pasar de la
reacción a la respuesta, y por lo tanto a desarrollar una buena gestión
de nuestras emociones, gestionando de manera correcta nuestro tiempo
y poniendo toda la atención en aquel en el que tenemos más control,
que es el tiempo personal del que luego se deriva el tiempo social.
Por lo tanto, al hablar de las claves para ser feliz hay que tener en
cuenta nuestra capacidad de enfocar nuestra conciencia en el instante
presente, para desde ahí, trabajar en la redefinición de aquellas cosas
de las que no estamos muy contentos en nuestras vidas, valorar
correctamente lo que tenemos, aprender a relativizar, tender a una
aceptación consciente sin resignación y no llenar nuestro espacio vital
con más cosas de las que realmente podemos hacer en esas 24 horas
que la vida nos otorga cada mañana (y de las cuales, al menos, seis o
siete debes dedicar a dormir).
Dicho así, las claves para ser feliz pueden parecer demasiado fáciles
como para ser verdad, pero nada se consigue si la constancia, el trabajo
y la dedicación.
Una de las primeras cosas que te recomiendo para comenzar la tarea
de poner en marcha las claves para ser feliz, es el ejercicio de la
meditación.
Buscar un hueco en cada uno de tus días para practicar el noble arte
del silencio, debe ser un ejercicio con el que te debes de familiarizar y
que no te reportará más que buenos beneficios tanto en tu salud física
como emocional.
También quiero dejarte la idea de trabajar una habilidad que
dispones pero que apenas usas, y que no es otra que la atención plena.
Recuerda siempre, que la atención plena es una habilidad que tienes
y que la meditación ha de ser la herramienta por la que irás
consiguiendo esa habilidad.
Practicar tu atención plena, te aseguro que es, sin duda, una de las
claves para ser feliz que debes trabajar.
En todos y cada uno de los capítulos te he ido dejando un buen
número de ideas y claves para trabajar e iniciarte en la aventura de
llevar una vida mindfulness, o si ya has dado el paso, que te sirvan
algunas de recuerdo y otras como nuevos descubrimientos para vivir,
sentir y compartir.
En estos capítulos finales, quiero que te centres más en alguna
técnica y claves que te vendrán bien para ese reto de reubicarte en el
espacio del que nunca debemos salir, que como bien sabes, no es otro
que el instante presente.
Para los dos últimos, te pediré que los lleves a cabo cuantas más
veces mejor y, sobre todo, que los incluyas en tu día a día como lavarte
las manos, comer o cepillarte los dientes, porque son la base para tu
vida mindfulness.
Te recuerdo que al final del libro, encontrarás la dirección de la
página web desde donde vas a poder activar tu taller mindfulness gratis
on-line de 21 días.
Ahora es aquí y ahora y seguimos con las últimas ideas y claves del
libro.
10 trucos para ser feliz poniendo
atención plena en tu vida cotidiana.
A lo largo del libro , te he venido ofreciendo un montón de ideas y
claves con las que puedes trabajar para conseguir un buen equilibrio
emocional, una vida sencilla, y un bienestar tanto físico como
espiritual que no sólo te beneficia a ti sino a todos aquellos que te
rodean.
Algo así como unas pequeñas recetas que pueden servirte para tu
propio proceso de transformación personal, y aunque te parezca una
utopía, siempre pienso que la suma de transformaciones personales, sin
duda alguna, daría lugar a una de las mayores revoluciones que se han
dado en el mundo.
Recuerdo así aquellas palabras del genial poeta granadino Federico
García Lorca, cuando en una entrevista, pocos meses antes de su
fusilamiento, venía a decir que acabar con el hambre en el mundo sería
poner en marcha la mayor revolución cultural que pueda existir.
Cuando hablamos de mindfulness o de atención plena, no estamos
hablando de un conjunto de prácticas o de técnicas que se puedan
llevar a cabo durante un periodo de tiempo y luego olvidarlas y seguir
de nuevo con nuestra vida agitada.
Lo importante es que cuando prácticas mindfulness o atención
plena estas técnicas y estos ejercicios se van a ir implementando en tu
vida cotidiana y eso precisamente es lo que irá provocando, un
profundo cambio y una profunda transformación de tu ser.
Eso sí, como señalo siempre en mis talleres y en todos mis escritos,
ni vas a alucinar, ni vas a ver cosas raras, ni vas a estar todo el día
flotando a 5 cm del suelo, sino que simplemente tu mirada sobre el
mundo va a cambiar y vas a tener la capacidad de tomar las riendas de
tu vida para decidir en todo momento qué acciones quieres llevar a
cabo, como quieres hacer las cosas, y que es importante para ti y en
qué quieres gastar tu preciado tiempo.
Por eso al hablar de trucos para ser feliz, te propongo ahora 10
sencillas formas de trabajar para establecer ese sencillo sentido de
felicidad en tu vida cotidiana. De verdad que no es complicado. Es,
simplemente, cuestión de proponérselo y eso sí, tomar acción de
diferente forma. Significa romper y salir tu zona de confort.
Al fin y al cabo, el mundo es cambio y evolución, y la maravilla de
crecer es participar de ese cambio y de esa evolución.
Jugar con la creatividad nos proporciona 10 trucos para ser feliz que
va a poner patas arriba lo que tienes en mente por "normalidad".
Sin llegar a mostrar la profundidad de llegar a reconocer qué
entendemos por "felicidad", vamos a dejarlo en que debe ser la
sensación de fluir por la vida con la serenidad que otorga reconocer
que en el instante de tu vida cotidiana, estas presente en lo que haces,
en lo que vives, y en lo que sientes.
Dice Jon Kabat-Zin en su libro "la práctica de la atención plena" que
"para restablecer el contacto con los sentidos, debemos desarrollarnos
y aprender a confiar en nuestra capacidad innata para ver más allá de la
superficie de las cosas y adentrarnos en dimensiones más básicas de la
realidad, lo que Tiresias (que, si bien era ciego, podría ver lo que
realmente es importante) encarnaba para Ulises, que, pese a no ser
literalmente ciego, no podía discernir lo que más necesitaba ver y
conocer quizás estas nuevas dimensiones que sólo parecen ocultas para
nosotros puede ayudarnos a despertar al espectro completo de nuestra
experiencia del mundo y nuestra capacidad para entendernos a
nosotros mismos y encontrar formas de ser que nos muestran tanto a
nosotros como el mundo y pongan de manifiesto lo más profundo y
más humano de nosotros mismos".
Algo así como un nuevo sentido para encontrar trucos para ser feliz
dentro de nuestra propia vida cotidiana. Y es que, cuando andamos por
la vida en modo "piloto automático" sin ser conscientes de lo que ES
en cada instante, dejamos de sostener una buena gestión de nuestro
tiempo, entramos en la peligrosa senda del estrés, y entorpecemos
nuestro camino de serenidad, dejando que nuestra mente viaje sin cesar
entre el pasado que fue y el futuro que no es.
Esto es algo que evidencio en cada una de las ediciones de los
programas on-line que hago desde y que te invito descubrir y
experimentar y así también es como me lo cuentan quienes participan
en estos programas.
Y es que sostener nuevos puntos de vista sobre nuestra común
realidad, hace que, desde el aquí y el ahora en el que habitamos,
podamos sostener un nuevo sentido de la felicidad en un mundo que
está constantemente cambiando. En un mundo en el que los
paradigmas sobre los que veníamos sustentando nuestra realidad, están
viniendo abajo cada día.
Con estos 10 trucos que te propongo para ser feliz, quiero invitarte a
que seas más creativo en tu vida. Comienza a cambiar aquello que no
te gusta y aceptar sin entrar en la resignación, aquello que, aunque te
disguste, no puedes cambiar porque no depende de ti (en realidad, es
en esos momentos, cuando la fuerza de mindfulness se hace más
poderosa) es el verdadero sentido de estos 10 trucos, claves o ideas
para ser feliz que te dejo continuación.
Liberarse de una mentalidad cerrada. Desde la ortodoxia de
cualquier forma y condición de pensamiento, no es posible el
movimiento en libertad. Siéntete libre al poner en duda todo.
Siéntete libre para fluir por cada uno de tus instantes porque nadie te
los va a devolver si los pierdes.
Acuérdate de ese espacio de tiempo que tienes entre el nacimiento y
la muerte. Tenlo meridianamente claro porque su tiempo que te
pertenece y es un tiempo antes de que debes tomar las riendas y
sentirte libre. Es tu vida, tú decides.
Hazlo rápido antes de dudar. A través de la práctica de la atención
plena o mindfulness, asentado en tu constante aquí y ahora, tienes la
oportunidad de realizar tus sueños, utopías, ideas y proyectos siempre
que pongas acción en cada momento. Deja que tu corazón hable.
Escúchalo más a menudo.
Inspirarse en otras ideas. Abre tu mente hacia todo. Te recomiendo
estos 10 trucos para ser feliz, pero no creas que soy el dueño o la
dueña de la razón. Juega, siente, observa, trata de estar y ser en el aquí
y en el ahora.
Conecta ideas. Cuando tu vida se desarrolla en el aquí y en el
ahora, no habrá ante ti una sola realidad, sino la suma de realidades de
los que te rodean.
Como para ser creativos o creativas juega también con esas
realidades. Utiliza la compasión entendida como una forma sublime de
ponerte en el lugar de los otros.
Se original. La vida está para eso, para ser vivida. No te ciñas sólo a
un punto de vista. No creas que sólo hay una forma de hacer las cosas.
No pienses que en este mundo ya nada hay que hacer porque está todo
inventado, porque habita su momento de la historia en el que todo está
abierto y por hacer. Depende de tu originalidad.
Se colaborador/a. Si, de acuerdo. Estamos en un mundo en crisis,
pero ¿de verdad que crees que todas las crisis son negativas?.
Nunca antes hemos podido tener tanto contacto con nuestros
semejantes, nunca antes habíamos tenido un acceso tan rápido y
universal a todo tipo de conocimiento, jamás en la historia de la
humanidad, hemos tenido la capacidad de acceder desde un simple
móvil, Tablet un ordenador a todo el conocimiento humano.
Sólo piensa en las conexiones que se establecen a través de las redes
sociales que podrán cambiar de nombre, pues posiblemente dentro de
40 años no existirá Twitter, Facebook o el mismo Google plus y vete tú
a saber si incluso sigue existiendo la plataforma en la que te acabas de
comprar este libro, lo que sí te aseguro es que las redes sociales
seguirán aunque con otros nombres. El acceso a Internet será de otro
modo, pero de ningún modo desaparecerán.
No estás solo o sola, por lo que tanto la colaboración como la
coopetencia, son más fructíferas que la competencia. No te encierras
en ti mismo misma y trabaja siempre para salir de tu zona de confort
porque esa es la clave para rediseñar tu vida. Recuerda siempre que no
eres independiente sino interdependiente formas parte de un todo y
eres parte importante y esencial de ese todo.
Come conocimiento cada día. El acceso a la formación y a la
información es hoy planetario y como te comentaba en el punto
anterior, nunca antes el ser humano había tenido tanta facilidad de
acceso a tanta información.
El enorme potencial de la red, hace que seas tú quien decida si
quiere saber y conocer o no. Sobre aquello que te interese, dedica
tiempo y aprovecha para aprender, para escuchar, para ver, para sentir.
En serio, ya no es una cuestión de posición económica ni de clase
social, sino de saber aprovechar lo que está ahí mismo delante de ti. De
los trucos para ser feliz más interesantes y de más fuerza, éste es, sin
duda, uno de los que más empoderamiento te dan para vivir en modo
fluido y apagando tu piloto automático. Simplemente en este nuevo
mundo si no sabes y no conoces es porque no quieres. Ya no vale
echarle la culpa a otros o a otras; ahora tú decides.
Usa lo que tienes. Busca lo que sueñas. Desde el instante presente,
no dejes de hacer nada porque creas que te falta algo. Observa la de
posibilidades que se te abren justo ahí donde estás ahora.
Aquí y ahora es un verdadero manantial de posibilidades para tu
desarrollo personal y profesional. Sólo lo podrás ver cuándo te instales
en el instante presente. Cuando el 10 julio 2013 me puse delante del
ordenador de mi despacho en casa dispuesto a comenzar a poner en
marcha mi consultoría de desarrollo personal y profesional basado en
mindfulness o atención plena, no tenía apenas idea de lo que era
WordPress, el marketing digital o cómo utilizar algunos programas que
me iban a servir para todo el proceso.
Unos meses antes se había terminado mi prestación por desempleo y
económicamente no atravesaba una de mis mejores épocas, pero la
ilusión, la fuerza, el buen uso de la realidad que en ese momento me
rodeaba, el apoyo incondicional de Bea mi mujer, fueron claves para
pasar horas y horas ante el ordenador simplemente aprendiendo a
hacer lo que tenía en mente. Cuando entres en la página web de
plenacción verás vídeos con un buen contenido pero de baja calidad en
cuanto a la imagen y al sonido. Esto es porque cuando comencé el
proyecto, no tenía dinero para comprarme una cámara de video nueva,
pero sí disponía de una antigua que todavía grababa en cinta digital y
también la de mi propio móvil, así que no tenía de que quejarme
podría empezar y así lo hice.
Visualízate. Los trabajos de visualización, son de los mejores a la
hora de buscar trucos para ser feliz. Visualiza aquello que deseas hacer,
lo que quieres conseguir, lo que te has propuesto. Trabaja en modo
“Kaizen”: en un gran sueño y dividido en partes pequeñas para ir
trabajando sobre ellas y hacer realidad tus propósitos.
Cuida tu unidad mente-cuerpo. Dentro de los trucos para ser feliz,
también este es uno de los más fundamentales y al que debes prestar
especial atención. No sólo es importante y esencial instalarte en el
instante presente en el que vives, único lugar real en el que habitas,
sino que no podemos dar la espalda a una realidad como es que habitas
el aquí y el ahora en una unidad cuerpo mente.
Cuidar el "envase" que te ha tocado en suerte y hacerlo también con
la mente desde el aquí y ahora trabajando con estos 10 trucos para ser
feliz que te he comentado, es un buen material para hacer que fluyas
en el río de la vida.
“Keep Calm and be wáter my friend”. ¿Recuerdas?. Pues eso…
10 claves para meditar correctamente.
¡Medita!. Éste es el imperativo hacia una nueva vida de serenidad.
Aquí y ahora para poder sentir que la vida fluye sin obstáculos.
Después de todos estos capítulos espero que estés dispuesto o
dispuesta a llevar la aventura mindfulness hasta sus últimas
consecuencias, que no son otras que sentir de vivo o vida en el instante
presente en el que vives. ¿Te atreves?.
A la hora de decidir comenzar la práctica de la meditación
mindfulness en serio o de lo que, como has visto, se conoce también
como atención plena, quiero proponerte, tanto si eres un meditador
iniciado o ya llevas tiempo con tus "sentadas", que trabajes en 10
claves y que vayas trabajando con ellas con decisión.
Tienes que tomar la meditación como la base indispensable de tu
nueva vida y sobre todo tienes que tener en cuenta que cuando hablas
de meditación no estás haciendo referencia a ninguna religión.
Profeses la religión que profeses. La práctica de mindfulness o de
atención plena lo que te hace es acceder a tu ser íntimo.
Cuando se medita, lo mejor es iniciarse con un riguroso plan de
horario para, de esa forma, ir integrando las prácticas en nuestro
quehacer diario. Como todo, al principio cuesta hasta que se convierte
en un hábito.
Por eso es muy importante, que aunque ya hayas tenido contacto
con las prácticas de mindfulness su atención plena, aproveches el
regalo que has recibido al comprar este libro y hagas con atención el
taller de prácticas de atención plena de 21 días.
Ya sabes que la página web y las claves de acceso, las encuentras al
final del libro, Puedes hacer el taller cuando quieras.
Cuando hablamos de meditación, estamos simplemente, hablando de
que encuentres un espacio en el que puedas estar en completo silencio
cinco o 10 minutos, pero lo mejor sería poder hacerlo al menos durante
20 minutos y lo ideal sería llegar a los 30.
Normalmente se utiliza un cojín redondo o en forma de media luna,
que se sitúa bien encima de una manta o bien encima de un zafutón.
La idea es que una vez que adoptes la clásica postura de meditación,
te muevas lo menos posible, pero lo ideal es que no te muevas
absolutamente nada durante el periodo te dedicas a la práctica de la
meditación.
Pero ¿cuáles son las claves para que mientras se medita, tu cabeza
no ande haciendo de las suyas y enredando en pensamientos
automáticos?. Para ello, cuando se medita, lo mejor es tener en cuenta
estas 10 claves que te expongo ahora en este capítulo.
Quiero que sepas también, que desde plenacción, estoy a tu
disposición para acompañarte en el camino y ofrecerte ideas,
información y formación para hacer de tu vida un camino de fluidez
que, al fin y al cabo es de lo que se trata.
Ya que has adquirido el libro, y si eres suscriptor suscriptora,
reconocerás la página web de la que te he hablado a lo largo de este
libro. Si todavía no eres suscriptor o suscriptora, te invito a hacerlo
ahora.
Puedes hacerlo desde cualquiera de los formularios que encontrarás
en la página de la consultoría, porque así recibirás un vídeo de media
hora de introducción a mindfulness, que te complementará las ideas
que hemos venido viendo en este libro, un libro en PDF titulado "10
días para SER, ESTAR y HACER. Estrategias para la transformación y
el desarrollo personal" y un seminario de prácticas de introducción que
también serán complemento al taller PROGRAMA 21 que puedes
llevar a cabo con las claves que te dejado en este libro.
Vayamos ahora a conocer las claves de cómo se medita en 10
actitudes que habrás de tener en cuenta siempre a la hora de iniciar tus
prácticas de meditación.
Ya te lo he dicho en algún momento, pero llegados a este punto,
déjame que te vuelva a insistir. Cuando te hablo de practicar
meditación, mindfulness y atención plena no te estoy prometiendo un
estado de felicidad absoluta caracterizado por estar todo el día
levitando sobre el suelo, sino más bien, la posibilidad de conocer las
suficientes herramientas como para saber todo momento y en toda
circunstancia de tu vida que puedes tomar las riendas de tus acciones y
que no tienes que estar dependiendo de lo que otros u otras esperen de
ti, sino de lo que tú, en cada momento, quieras sientas hacer.
Por lo tanto, te invito a que cada día encuentres un espacio de
silencio para estar contigo mismo. Y en ese proceso tengas en cuenta
estas 10 claves que te transmito:
No busques nada especial. Cuando se medita, la actitud debe estar
centrada en no buscar nada en especial. Simplemente adopta la
postura, bien sobre tu cojín de meditación, bien en una silla, y observa.
Déjate llevar por la meditación. Medita sin pedir nada a cambio,
porque los cambios irán llegando sin pedirlos.
No fuerces nada. Relájate. De eso se trata. No hay ningún tipo de
violencia a la hora de meditar. Ni en tu forma de sentarte, ni en tu
forma de levantarte. Sosiego, calma, paz y serenidad. No trates de
forzar nada.
Las prisas son malas consejeras. ¿Recuerdas aquel refrán de
"vísteme despacio que tengo prisa"?. Pues de eso se trata a la hora de
sentarse a practicar la meditación. Medita sin prisa. Si comienzas con
cinco minutos, pon el aviso de cinco minutos y lo olvidas todo el rato.
Olvídate de que está puesto cumple los cinco minutos… o los
diez… o los 20. No tengas prisa.
Lo suyo es levantarse de tu espacio de meditación cuando el tiempo
propuesto se haya acabado. En ese periodo de tiempo, verás cómo hay
una parte de ti que no para de hablar pidiéndote que te levantas cuanto
antes.
Mi te aferres ni rechaces. Cuando comienzas a meditar, en ese
espacio de silencio, los pensamientos, las ideas, las emociones,
comienzan a cabalgar por tu cuerpo y tu cabeza.
La actitud es no aferrarse a esas sensaciones ni rechazarlas.
Simplemente mientras meditas, puedes observarlas como si no fuesen
tuyas. En realidad, es como si estuvieses en un cine… observar la
pantalla, pero no te aferres ni rechaces. Esos pensamientos son como
cerezas; tomas una y salen tres detrás enganchadas.
Soltar como forma de vida. Soltar es una forma de vida que te irá
impregnando a medida que avanzas en el arte de meditar. Soltar es
subir por la vida sin enquistarte en los momentos de tristeza, agobio,
opresión o dificultades, pero tampoco en los momentos de euforia,
alegría y bienestar. Soltar nos une a la clave seis. Porque soltar no es
ser una hoja mecida por el viento, sino ser más libres y tomar las
riendas de nuestra propia vida.
Aceptación sin resignación. De ese soltar, en el medita aquí ahora,
está la aceptación de todo cuanto ocurre en el instante presente. Aquí y
ahora, y desde el aquí y ahora es desde donde podemos cambiar
actitudes, formas, solucionar problemas o plantearnos retos, metas y
objetivos.
Lo que ES aquí y ahora, simplemente ES. En el momento de
meditar, todo está bien. No juzgues ni si hay imágenes positivas ni si
hay imágenes negativas. Sólo desde la aceptación es posible el cambio.
Si no puedes ir contra las olas, cómprate una tabla de surf y cabalga
sobre ellas, de esa forma, llegarás a la playa que deseas.
No te enfades contigo. ¿Recuerdas ese "personaje" que te he
mencionado en el punto tres?. Pues bien, mientras se medita, notarás
que hay una voz dentro de ti que te indica que aquello no vale para
nada, que no vas a aguantar, que bastantes problemas tienes, que estás
perdiendo el tiempo.
Esa voz interior es esa parte de tu YO que está constantemente
dinamitando lo que haces. A través de la meditación lo vas a vencer.
Pero una clave importante es que no te enfades contigo. No seas, por
favor, tu peor enemigo o enemiga. Es fácil. Permanece en silencio y
siente que eres única o único e irrepetible.
Con acción. Para meditar hay que poner acción. No vale el "mañana
empiezo", "no tengo tiempo", "no encuentro un sitio". Siempre son
barreras que te pones para no hacer nada. Tienes que cambiar. Métete
esto en la cabeza. Es mi recomendación. Meditar no tiene nada que ver
con religión, sino con aprender a estar contigo mismo o misma y
aprender a que desde la serenidad es posible la aceptación. La vida
fluye y tú con ella. Es aprender a trabajar con la poderosa herramienta
de la atención plena. Es apagar el piloto automático y tomar las riendas
de tu vida. Muévete y toma acción para empezar, porque permanecen
en silencio también es acción.
Déjate de reflexiones. Desde el aquí y ahora. En el momento de
meditar, deja a un lado tus razonamientos. No hay nada que pensar y
no hay nada que enjuiciar. No es el momento de reflexionar. En la
posición de "meditar", el tiempo fluye sereno y te invito a que te
acompases con él. Trata de poner tu corazón y poca razón. Ya habrá
otros momentos para la reflexión. Ahora permanecen en silencio y
atiende respiración que es tu motor de vida.
Sin comparaciones. Efectivamente, no compares. No te compares
con nadie y no compares una meditación con otra. La comparación
sólo te lleva a sufrir, a la codicia, a la envidia, los celos o el odio. Es
importante porque estás vivo o viva. Trabaja para estar presente en el
aquí y ahora. Y no te olvides nunca que eres único o única unido a la
interdependencia.
Espero de corazón, que estas 10 claves que has de tener en cuenta a
la hora de meditar, te sean de utilidad.
Y recuerda siempre que lo extraordinario está en lo cotidiano y que
mientras se medita, abres una ventana a un espacio de serenidad y
libertad que, poco a poco, irás llevando progresivamente a tu vida
cotidiana.
De corazón, gracias por estar ahí y espero, también de corazón, que
este libro signifique para ti, aunque sea un pequeño periodo de
reflexión para darte cuenta de que, además de que la vida es eso que
transcurre en estos precisos momentos, tengas la seguridad que desde
la práctica de la atención plena o mindfulness, abrir la ventana a un
espacio de serenidad y libertad que poco a poco irá llevando vida
cotidiana.
Por favor, no te olvides y sé consciente de ese espacio de tiempo que
hay entre el nacimiento y el instante preciso de la muerte; es la vida.
Como decía el título de una novela: la vida es corta pero muy ancha,
y puedo decirte que es posible y necesario trabajar en beneficio de tu
bienestar.
Es posible. Todo es ponerse. ¿Quién te lo impide?.
Guía para estar en silencio cinco
minutos.
Llevas todo el día deseando llegar a casa para descansar tras un día
de ajetreo monumental.
Sí, ha llegado el momento, por fin. Seguramente si tienes familia lo
primero que tengas que organizar es todo para qué justo antes de
acostarte déjate un tiempo para ti y tu compañero compañera si tienes
familia.
Cada uno o una tiene su propia forma de actuar, pero lo que sí está
claro es que, como seres humanos, nos hemos llenado de tantísima
actividad durante la jornada, que casi no disponemos de tiempo para
estar con nosotros mismos, y eso es, sencillamente un disparate.
Primero porque la realidad, es que estamos con nosotros mismos y
mismas todo el día, y segundo, que no debemos llevar una vida muy
tranquila cuando no nos damos cuenta de que nosotros mismos
estamos juntos siempre. Nuestra cabeza y nuestro cuerpo ocupan
exactamente el mismo lugar durante todo el día.
¿Cuál es el problema?. Pues sencillamente, que como estamos en
nuestro tiempo con el dichoso piloto automático encendido y siempre
con la lengua fuera sin saber muy bien hacia dónde nos dirigimos, no
nos damos cuenta de que nuestro cuerpo y nuestra mente como te
decía antes están siempre unidos y esperamos, durante todo el día, a
que haya un rato por la noche, para rehacer el rompecabezas de nuestro
cuerpo de las piezas que, durante todo el día, han estado separadas,
porque creías que era así; tu cuerpo camina, trabaja, se mueve,
mientras tu cabeza, esa loca de arriba, va completamente a su bola,
generando pensamientos uno detrás de otro a los que te aferras durante
todo el día pasando de la jornada viajando del pasado al futuro sin
estar apenas en ningún momento el instante presente que es
exactamente en el que habitas. Te recuerdo de nuevo con tu cuerpo y tu
cabeza unidos.
También suele ocurrir que nos pasamos el día huyendo de nosotros
mismos o mismas. No nos gusta lo que circula a todas horas por
nuestra cabeza, y en vez de ejercitar ese cuidado de nuestra relación
con el proceso de pensamiento, lo que hacemos es tender a llenarnos
de actividad y ruido para darnos esquinazo a nosotros mismos o
mismas.
En este capítulo, quiero dejarte una pequeña guía básica de cómo
permanecer en silencio durante cinco minutos.
Esto, en principio te puede parecer sencillo, pero te aseguro que
tiene su dificultad.
Normalmente y por desgracia estamos acostumbrados a que cuando
permanecemos un minuto en silencio es en memoria de algún hecho
luctuoso, con lo cual cada vez que pensamos en estar un minuto en
completo silencio lo vimos algo triste. En este caso lo que vamos a
hacer es conceder más de un minuto, es decir cinco minutos, a la paz y
a la serenidad.
Si nunca antes lo has hecho, te recomiendo que lo pruebes ahora
estés donde estés. Si no aguantas bien y estás nervioso nerviosa,
inquieto o inquieta la pregunta es ¿qué te ocurre para no poder
permanecer ni cinco minutos contigo mismo o mismo en completo
silencio?.
Venga, vamos a empezar ahora mismo siguiendo estos sencillos
pasos.
Intenta estar, al menos, 5 minutos, pero si te encuentras bien y
puedes alargarlo, muchísimo mejor. Aprovecha este tiempo para
disfrutar de una de las maravillas que tenemos en el mundo que es el
silencio.

1. Busca un lugar tranquilo donde nadie pueda molestarte. Para


sentarte no te hace falta más una silla.
2. Siéntate con tranquilidad y deja que tus pies se posen sobre el
suelo de forma natural. Es mejor que lo hagas descalzo con
calcetines, y siente tu peso distribuido entre el suelo y el asiento
de la silla.
3. Deja tus manos de forma natural con las palmas sobre los
muslos.
4. Estira bien la columna vertebral. Imagina que alguien tirase
de un mágico hilo atado sobre tu cabeza.
5. Ahora mete un poco la barbilla y entorna los ojos, pero no los
cierres del todo porque lo que tienes que evitar es la somnolencia.
Se trata de estar perfectamente despierto sintiendo el silencio y
sintiendo todo tu cuerpo.
6. Dirige ahora tu mirada como uno o dos metros por delante de
ti. No tienes por qué fijarla ningún punto.
7. Trata de estar en esta posición durante, al menos 5 minutos.
Es importante que no fuerces tu respiración. Déjala estar y tan
sólo obsérvala; ella te va decir cómo estás: sereno, serena, agitado
o agitada, nervioso o nerviosa…

Son cinco maravillosos minutos de completo silencio que estaría


bien que buscases de vez en cuando. Lo mejor sería que en tu vida
cotidiana integrases un espacio para ti y no puedes decir que no tengas
tiempo, porque si en 24 horas que tiene un día, quitando las, al menos
7, que utilizas para dormir, si me dices que no tienes cinco minutos en
ese resto de horas para dedicártelo a ti mismo, siento decirte que tienes
un problema de gestión del tiempo.
Insisto porque es importante, tienes que ser consciente siempre de
que tu cuerpo y tu mente van unidos y en el mismo camino. Ten claro
también que separarlos siempre te va a llevar por el camino hacia el
abismo del estrés y de la celebración.
Por cierto, déjame que te pregunte ¿qué ha pasado con tus
pensamientos durante el tiempo que has estado sentado sentada?, Si los
anotases en un cuaderno, seguro que, en cinco minutos, hubieses
llenado varias páginas.
Pero no te preocupes, lo importante de este ejercicio, es que tuvieses
conciencia del instante presente de disfrutar de sus cinco minutos de
silencio sin hacer caso a ninguno de sus pensamientos comprometidos
que aparecen en cada momento.
Tienes que saber que la mente nunca puede quedarse en blanco pero
que disminuir esa rumia mental si es posible.
No es fácil, lleva su tiempo, tienes que ser constante, pero termina
disminuyendo.
A través de la práctica de mindfulness y dedicando cada día un
tiempo a la meditación, lo irás comprobando.
Aprenderás a tener una nueva relación con tus pensamientos y
acciones mentales y, por supuesto, dejará de ser arrastrado o arrastrada
por ellos.
La vida mindfulness.

Cuando hablo de mindfulness o atención plena, siempre tengo en


mente la necesidad de que quien me lee o me escucha, sepa y entienda
que su aplicación en la vida cotidiana es el principal objetivo, y que
esa aplicación de Mindfulness en la vida cotidiana, va atravesando, de
forma sencilla y transversal, todos nuestros actos, ofreciendo la
posibilidad real de que Mindfulness transforme nuestra vida.

Cuando hablo de mindfulness o atención plena, no pienso solo en


los espacios de práctica formal, es decir, en aquellos minutos en los
que adoptar ciertas posturas en silencio y atender a nuestra respiración,
sino más bien en conocerte en los espacios que habitas y en las
acciones que realizas.

Mindfulness es planchar, conducir, asearse, comer, amar, jugar,


estudiar, incluso enfadarse.

Es atención en todo lo que haces.

Es encender la linterna de tu conciencia para moverte con libertad


en el instante presente desde donde reubicarte y enfocarte para
construir aquello con lo que sueñas, aquello que quieres hacer realidad,
esa ilusión que quieres construir.

Llevar mindfulness a la vida cotidiana es el objetivo que debe tener


claro quien se quiera iniciar en su práctica. Es imposible escaparse de
uno mismo. Estés donde estés, siempre caminas con tu cabeza sobre
los hombros y, esta a su vez, unida a un cuerpo del que no te puedes
separar.

Hasta que no aceptes esto, tu mente estará siempre acelerada


moviéndose demasiado rápido entre el pasado y el futuro y tu cuerpo
andará olvidado moviéndose con torpeza por no prestarle la suficiente
atención.
Aplicar mindfulness en la vida cotidiana, es vivir el espacio que
habitas con más libertad y sabiduría, aprendiendo que, en cada uno de
tus actos, está la semilla de una vida; esa que sueles buscar lejos de ti
mismo pero que, sin embargo, está justo dentro de ti.

Como trato de explicar siempre en los cursos, talleres y seminarios;


con mindfulness no vas a volar, no vas a “flipar”, no vas a ver más de
lo que ves, sino que vas a ver lo que antes no veías, que no es otra cosa
que la serenidad de lo que vives.

Mindfulness en la vida cotidiana es ser conscientes de que, te


pongas como te pongas, tu vida es Aquí y ahora.

Vitalidad, imaginación, sencillez, serenidad. Hablar del nuevo


tiempo, de la crisis que vivimos y de la forma de salir de ella desde
nuestra propia revolución interior, es siempre mi interés en poner mi
humilde granito de arena en un tiempo de cambio y evolución como es
el que atravesamos.

Si eres capaz de darte cuenta de que eres único o única y que no eres
independiente, sino que vives en la interdependencia, comenzarás a
tener mucho camino andado.

Si eres capaz de volver al instante presente, puedes alcanzar la


serenidad suficiente para elegir con absoluta libertad que es lo que
quieres hacer, a qué te quieres dedicar y cómo quieres gastar tu
preciado tiempo.

En definitiva, si tomas la determinación de tomar conciencia del


instante presente, vas a ser capaz de encontrar tu libertad como
individuo presente en un mundo en constante movimiento.

Te asusta la crisis ¿verdad?. Pues ten en cuenta que tú, como


individuo esencial y único, rodeado de individuos esenciales y únicos,
metido en un mundo interdependiente, tienes la capacidad de dirigir la
crisis hacia donde tú quieras.
Movimiento, crecimiento, conciencia, libertad. Eres parte de un
mundo del que solo vas a salir el día que desaparezcas, pero mientras
tanto, tienes la oportunidad de ser quien quieras y de hacer lo que
quieras.

Aunque te cueste verlo ahora, vives en un mundo de la abundancia y


debes aprovecharlo desde la vida mindfulness.

Instalarse en el instante presente, es dirigir tu propia vida como el


director o directora que eres de ella. Trabajar en la aceptación sin
resignación es el mejor camino para la felicidad y la serenidad.

Te invito a que sigas ese camino. Te invito a que te suscribas a


Plenacción entrando en e inviertas siempre en tu desarrollo personal y
profesional.

Creo, cada vez más, que el tablero de la vida se sustenta en cuatro


patas fundamentales. Conciencia, alimentación, salud y cultura.

Es posible el equilibrio de todos esos ámbitos para fluir por la vida.

Y eso sí, si tienes alguna duda, no tienes más que pensar que sólo
tienes esta oportunidad; el tiempo que, por una mágica casualidad, la
vida te ha regalado entre tu nacimiento y la muerte.

Pinta lo que desees en ese espacio de tiempo. Es tuyo desde la


interdependencia con todos los seres vivos. Es la vida, eso que discurre
en este preciso momento mientras terminas de leer este libro que
espero, de corazón, haya sido de tu agrado.
LIBROS PARA SEGUIR UNA VIDA
MINDFULNESS
Para acceder a los libros, haz clic en el título de cada uno. Espero que te
sean de utilidad
Un Cerezo en el Balcón. Practicar Zen
en la ciudad”. Laia Monserrat.
Buscando entre los anaqueles de tu librería o Editorial preferida,
siempre aparece como por casualidad una pequeña joya y en mi caso,
fue el descubrimiento de “Un cerezo en el balcón” de Laia Monserrat.

Dentro de una temática afortunadamente ya muy habitual en


cualquier mediana librería, que alguien lleve la práctica del Zen hacia
la comparada cotidianidad de disfrutar de un pequeño cerezo en el
balcón de alguien –la autora- que vive en una gran ciudad, es un
precioso instante mágico.

Apenas 100 páginas de un delicado libro con ilustraciones de Jordi


Cots para invitar al lector a iniciarse en la práctica del Zen como la vía
hacia el instante presente; hacia descubrir, como digo desde
plenacción, que lo importante es descubrir que lo extraordinario,
siempre está en lo cotidiano. Para practicar Zen, tal y como nos señala
la autora en el desarrollo del libro que se lee casi de una “sentada”,
pero que permanece en boca, como los buenos vinos, durante mucho
tiempo, no hacen falta Monasterios ni grandes retiros, sino más bien la
agradable presencia de un compañero de pìso como un cerezo que te
han regalado y que vive en el balcón de tu casa en medio de la gran
ciudad, para disfrutar de la presencia del instante presente en actos
cotidianos como fregar o ir en el autobús hacia tu trabajo.

En ese centenar de agradables páginas, Laia nos hace un recorrido


por los principios fundamentales del Zen, desde la postura, a la actitud
en la respiración y la práctica en lo cotidiano.

“Vivir en el instante presente es aceptar que la Vida vive a través de


mí. La Vida me vive. Soy vivido por la Vida. Esto significa
posicionarse de forma muy diferente a la habitual, es aceptar lo
inaceptable: no tengo el control de todo”.
Invitaciones a la reflexión, como esta que os escribía en el párrafo
anterior, trufadas con agradables prácticas , hace que esta psicóloga,
psicoterapeuta y asesora de empresas con más de 30 años de práctica
del Zen, te ofrezca en un interesante libro, la oportunidad de asomarte
a una práctica milenaria que aparece hoy como una de las líneas vitales
para sostenerse por encima de una tabla de surf, sobre un mundo
alocado que anda corriendo demasiado deprisa.
Comer Atentos. Guía para redescubrir
una relación sana con los alimentos”. Jan
Chozen Bays.
Te aseguro que con este libro vas a descubrir una nueva relación con
tu alimentación, con los alimentos y con el acto de comer. En un
mundo occidental de la opulencia, en el que eso de “Las dietas” están a
la orden del día (algunas realmente absurdas y peligrosas), en el que el
culto al cuerpo puede llevarse a límites insospechados, Jan Chozen
Bays, pediatra y profesora de meditación nos muestra de una forma
amena y sencilla el nuevo arte del placer de comer basado en la
práctica de la Atención Plena o Mindfulness.

Vivimos en un mundo acelerado y sin conciencia del estar.


Afortunadamente y cada vez más, vamos observando como aparecen
pequeños pero firmes cambios a esa peligrosa tendencia del caminar
sin saber ni adónde vas ni dónde estás, y esos procesos de
transformación personal, también vienen muy reflejados en nuestra
cotidiana relación con el acto de comer. Un acto tan fundamental y
básico como el de respirar.

A través de 6 capítulos bajo los títulos de “¿Qué es comer atentos?”,


“Las siete clases de hambre”, “Explorar nuestros hábitos y pautas con
la comida”, “seis sencillas directrices para comer atentos”, “cultivar la
gratitud” y la conclusión titulada “Qué nos enseña el comer atentos”,
Chozen Bays, trufando los textos con diferentes ejercicios prácticos y
meditaciones contenidas en un CD que acompaña el libro, nos lleva
por un delicioso viaje hacia una nueva relación con la comida.

Mindfulness como práctica del acercamiento al instante presente es


la base para esta nueva relación con la comida. Este libro no es un
nuevo método de adelgazamiento, ni un libro de recetas o de dietas. Se
trata de una profunda reflexión sobre nuestro posicionamiento a la
hora de ingerir los alimentos.
El problema en nuestras sociedades desarrolladas, es que hemos
perdido el contacto con el comer donde practicamos la desatención y
reflejamos nuestro modo de vivir acelerado y sin la suficiente
serenidad como para saber, en todo momento, que metemos a nuestra
máquina.

¿Le metes lejía a tu coche o a tu moto?, ¿te lavas la cara con


azufre?...¿entonces porque ingerimos muchas veces auténticos venenos
para nuestra salud?.

Estoy seguro de que vas a encontrar las mejores respuestas entre las
páginas de “Comer atentos”.
Vivir bien con el dolor y la enfermedad”
Vidyamala Burch
Todos y todas, en algún momento de nuestra vida, o hemos padecido
una enfermedad y un dolor, o lo vamos a padecer. Todos y todas, nos
preguntamos cómo superar el miedo a la enfermedad y al dolor. Todos
y todas, debemos ser conscientes de que en la vida existe el dolor, pero
que el sufrimiento es opcional.

De esto, precisamente, trata el libro que te reccomiendo. De cómo


superar el miedo a la enfermedad y al dolor.

La autora, Vidyamala Burch, tuvo unas graves lesiones medulares a


las que tuvo que enfrentarse en tristes condiciones y con pocos
recursos, sabiendo que estaba abocada al dolor crónico. Lo hizo con
aceptación, con compasión y amor y ahora nos regala este
impresionante documento que es todo un tratado de experiencia en
cómo enfrentarse y superar el miedo a la enfermedad y al dolor y como
convivir con ella de la mejor forma posible.

Todo ello, con técnicas basadas en Mindfulness o Atención Plena.


Deja claro, desde el principio, su experiencia basada en la meditación
y su buen hacer en el grupo Breathworks/Respira Vida; proyecto que
dirige.

Ella nos habla de dos tipos de sufrimiento: el que ella denomina


primario y el secundario, contándonos su experiencia, para después,
entrando en las definiciones del dolor, hacer un recorrido por lo que es
y significa Mindfulness o Atención Plena y relacionarlo con la
aventura de vivir con un proceso de enfermedad y con el dolor.

Siempre que hablamos de Mindfulness y atención plena, y


especialmente cuando lo hacemos para hablar de superar el miedo a la
enfermedad y al dolor, nos referimos a la unión mente y cuerpo, tan
olvidada en nuestras sociedades occidentales y que hay que ir
recuperando cuanto antes. No son dos entidades separadas, sino una
sola que forman un conjunto unido a este universo en el que nos
hayamos.

Vivir bien con el dolor y la enfermedad, es una lección de valor, de


corazón, de fuerza, de respeto y de amor desde un punto humanista
plagado de sencillez y buen hacer.

Amabilidad a la hora de cuidarse y llevar cariño a la zona que duele,


amabilidad para actuar como un bálsamo sobre la zona dañada.

Todo el libro está plagado de enseñanzas, no solo de la autora, sino


de personas que han pasado o están atravesando periodos dolorosos,
habituados y habituadas a procesos de enfermedad que han provocado,
tras las enseñanzas de la autora que puedes descubrir a lo largo de este
libro, una mejora de su calidad de vida y de cómo superar el miedo a la
enfermedad y al dolor.

Un libro imprescindible pues todos y todas, en algún momento de


nuestras vidas, vamos a pasar o hemos pasado ya, momentos de
enfermedad y dolor. Y no sólo nuestras, sino también de seres
queridos.

Con este intenso volumen, superar el miedo a la enfermedad y al


dolor, será un ejercicio que te cambiará la forma de enfrentarte a una
realidad.
Mindfulness para mejorar tu
rendimiento”.Karolien Notebaert y Peter
Creutzfeldt
Coaching personal, practica de atención plena, liderazgo,
productividad, son conceptos que están siendo cada vez más utilizados
a la hora de, por ejemplo, buscar empleo.

Al hablar de coaching personal, también hemos de llevar ese


concepto al ámbito de lo personal.

La idea es aprender a manejar nuestras emociones, instalarnos en el


instante presente para, desde el equilibrio y la serenidad, mejorar
nuestro rendimiento y aprender a fijarnos metas y objetivos
alcanzables desde el aquí y el ahora.

El libro que aquí te presento te va a ser de gran utilidad para que


aprendas a moverte en tu vida personal y profesional con las
herramientas que la práctica de la atención plena o mindfulness ponen
en tus manos.

Desde ese trabajo de coaching personal que puedes implementar en


tu aquí y ahora, podrás ofrecerte un buen impulso en tu aptitud física y
espiritual que te reporte buenos beneficios en tu rendimiento.

Karolien Notebaert, neurocientífica y Peter Creutzfeldt, coach, te


ofrecen a lo largo de este libro un sinfín de buenas recetas e ideas para
entender cómo funcionamos y aprovechando las técnicas de
mindfulness o atención plena, aprender a mejorar nuestro rendimiento.
Es un libro muy práctico y que te va a generar buenas ideas y
excelentes prácticas para ponerte en funcionamiento.

Aprender a llevar a cabo tu propio trabajo de coaching personal a


través de la práctica de la atención plena o mindfulness es también uno
de los resultados que puedes tener con la lectura atenta y práctica de
este volúmen.

Como señalan los autores: “Si durante el día has logrado no dejarte
llevar por los impulsos que normalmente controlan tu comportamiento,
¡ha sido un éxito! Cada etapa del entrenamiento nos lleva un paso más
allá para independizarnos de nuestros impulsos internos y nuestro
comportamiento automático y, por tanto, un paso más allá hacia una
mayor calidad de vida”.

Estructurado en dos partes con un prólogo, los autores te irán


mostrando el camino para incorporar la práctica de la meditación y el
mindfulness en tu vida cotidiana. Principios, consejos, técnicas,
prácticas, ideas y reglas útiles son las bases de este texto para trabajar
en tu coaching personal que te llevará a mejorar tu rendimiento en
estos tiempos que corren tan acelerados.

Como bien sabes si me sigues en Plenacción, estoy convencido de


que la práctica de la atención plena o mindfulness y la meditación nos
reportan muy buenos beneficios para disponer de una vida equilibrada.
Este libro me ha reconfirma esa idea y yo también he sentido, con su
lectura, el sano impulso de seguir este camino.

Un libro de coaching personal en el que te presentan “unos


ejercicios sencillos, científicamente probados, que producen cambios
estructurales positivos en el cerebro, aumentan la resistencia al estrés y
conducen a un sosiego interior”.

Ahora, el trabajo es tuyo. Proponte la lectura y el disfrute desde


“mindfulness para mejorar tu rendimiento”
Mundo volátil. La sabiduría de
sobrevivir en un mundo inestable”.
Francesc Torralba
El libro de Francesc Torralba nos enseña que la serenidad y el
encuentro con la tranquilidad son claves para aprender a
sobrevivir en un mundo volátil

A nadie se le escapa que andamos sumidos en eso que los budistas


conocen como bardo y que, en general, lo referimos a esos periodos de
tiempo en los que hay un mundo que se desvanece y otro que anda
emergiendo.

Son épocas de “arenas movedizas” donde nada parece ya sólido y


nos encaminamos hacia esa “sociedad líquida” de la que nos habla el
sociólogo y ensayista Zygmunt Bauman.

Del fin del mundo al nuevo mundo. Aceptación sin resignación.

“Mundo volátil” es uno de esos aciertos editoriales que viene de la


mano de Francesc Torralba, profesor de Ética y antropología filosófica
de la Iniversitat Ramón Lluch de Barcelona paa abrirnos los ojos a lo
que está ocurriendo en este mundo hiperacelerado en el que nos
movemos.

Autor de obras como “Elogio de la madurez”, “La desazón” y “La


vida secreta de la oración”, Francesc Torralba trata de enseñarnos en
este libro cómo sobrevivir en un mundo e inestable.

Estructurado en 5 capítulos bajo los epígrafes de “Todo lo sólido se


desvanece en el aire”, “Después de la modernidad líquida”, “La
volatilización de las grandes palabras”, “Diccionario de las palabras
prohibidas” y “lo que permanece”
Estamos viviendo las consecuencias de una hiperaceleración del
tiempo, la digitalización como revolución tecnológica, la disolución de
valores tradicionales.

Un camino de incertidumbre que tiene un doble sentido de salida.

Aprender a sobrevivir en un mundo incierto e inestable. La aventura


de vivir

O anclarse en el pasado y vivir a expensas de la nostalgia, o el abrirse al


nuevo tiempo que avanza imparable con la confianza de aprender y
aprovechar las nuevas oportunidades que aparecen.

Francesc Torralba no sólo da las claves del porqué estamos en la


situación que estamos, teniendo claro de donde venimos, sino cual es la
situación actual y, especialmente, cual debe ser nuestro posicionamiento
ante este mundo de incertidumbre.

En este instante de vida que habitamos, debemos aprender a convivir con


las tres características de la historia de nuestra sociedad.

Una sociedad sólida heredera de la revolución indistrial, una sociedad


líquida derivada de la eclosión de la revolución digital y esa sociedad
gaseosa del instante presente que va emergiendo.

Francesc Torralba nos ofrece las claves para afrontar este nuevo espacio
vital, la búsqueda y el encuentro con nuevos mapas culturales que nos
orienten en un mundo volátil.

Cobra sentido el encuentro con la serenidad y nuestro interior para


aprender a sobrevivir en una era de la incertidumbre.

Sin duda, un libro indispensable para reconocer el camino del que


venimos, la fotografía del instante presente y el futuro que nos aguarda.

Al fin y al cabo, como en toda la historia de la humanidad y como señala


Francesc Torralba, “Subsiste, en el corazón de nuestro mundo volátil, el
anhelo de una vida plena, de una vida lograda, dotada de significado, de
argumento, de sentido”.

La aventura del nuevo tiempo.


Tú no eres tu dolor. Mindfulness para
aliviar el dolor, reducir el estrés y
recuperar el bienestar”
Sobre el tratamiento del dolor, está comprobado que la práctica de
mindfulness mejora y alivia el dolor, reduce el estrés y mejora el
bienestar.

Hablar de bienestar es, sin duda, hablar también del tratamiento del
dolor, de nuestra relación con él y de cómo convivir con esa
perturbación. Un tema obviamente difícil, pero que Vidyamala Burch y
Danny Penman han resuelto de una forma delicada en este magnífico
libro recomendable no sólo para quienes están atravesando alguna
enfermedad o padecen de dolores y quieren encontrar algún
tratamiento del dolor, sino para todos y todas en general pues, a lo
largo de la vida, todos y todas en algún momento vamos a padecer de
dolor y habremos de convivir con la enfermedad, no sólo propia sino
de nuestros seres más cercanos.

“Tú no eres tu dolor” que incluye un cd con meditaciones guiadas,


es también el resultado de una experiencia personal; la de su autora
que ya nos contó en su libro “Vivir bien con el dolor y la enfermedad”
en el que hablaba de mindfulness para liberarse del sufrimiento.
Vidyamala (practicante budista y fundadora del grupo
Breathworks/Respira Vida) tuvo unas graves lesiones medulares que le
provocaron incapacitación y dolor crónico y supo encontrar una nueva
forma de vida y de relacionarse con la enfermedad y el dolor a través
del tratamiento del dolor con mindfulness o atención plena.

Este libro es, sobre todo, un libro de prácticas pues a lo largo de sus
páginas, Vydyamala y Danny nos sumergen en el desarrollo de un
programa de 8 semanas de tratamiento del dolor basado en las
prácticas de mindfulness o de atención plena.
Sinceramente, además de un libro sobre el tratamiento del dolor,
también es un manual excelente para iniciarse en la práctica de la
atención plena.

En “Tú no eres tu dolor”, al igual que en “Vivir bien con el dolor y


la enfermedad”, la autora nos muestra a lo largo de sus páginas
multitud de ejemplos de su sabiduría vital enseñándonos como la
práctica de mindfulness o atención plena, nos puede ayudar a
enfrentarnos al dolor y a la enfermedad desde otro punto de vista.

Como señala Javier García Campayo en el prólogo, “El dolor es


mucho más que un síntoma de enfermedad, ya que va acompañado de
emociones, generalmente negativas, y de una narrativa personal que lo
interpreta y le da sentido, modificando incluso la visión que tenemos
de nosotros mismos” por lo que al acabar el libro “el lector podrá estar
más o menos de acuerdo con las tesis de Vidyamala, pero lo que nadie
podrá negar es que sabe de lo qyue habla, que sabe lo que es el dolor
en primera persona”.

Por ese mismo motivo, a la hora de hablar del tratamiento del dolor,
“Tú no eres tu dolor” es uno de esos libros que hay que tener en la
biblioteca personal. Primero porque es fundamental aprender a
relacionarse con el dolor y la enfermedad y segundo porque hay que
ser conscientes de que lo podemos necesitar en cualquier momento y
también no sólo por un dolor físico, sino por ese dolor emocional que
todas y todos sentimos en algún momento a lo largo de nuestra vida.

Sirva este libro que es, en realidad, un excelente manual para el


tratamiento del dolor, para darse cuenta de que como “los resultados de
las investigaciones clínicas realizadas al respecto ponen de relieve que
el mindfulness puede ser tan eficaz como los calmantes para mejorar
los sistemas de curación natural del cuerpo” y que “también puede
reducir la ansiedad, la depresión, la irritabilidad, el agotamiento y el
insomnio derivados del dolor y la enfermedad crónicas”.

Desde estas palabras, el agradecimiento a Vydiamala y a Danny y a


la editorial Kairós por la valentía de escribir y editar un libro como
este en el que el tratamiento del dolor está tan excelentemente bien
comunicado desde la práctica intensa y la sencillez expositiva.
El placer de cuidarnos”. Transforma las
dificultades en posibilidades. Miriam
Subirana
Es la gran pregunta que nos hacemos los seres humanos, la de cómo
cuidarse para tener una buena salud emocional y física y en el libro de
Miriam Subirana, vas a encontrar muchas y buenas respuestas para
aprender a vivir cuidando tu salud física y emocional.

Porque cuando hablamos de cómo cuidarse para tener una buena


salud emocional y física, debemos tomar conciencia de que cuidarse
también y fundamentakmente, es aprender a amar, sentir, escuchar,
comprender, compartir, co-crear y especialmente estar presente.

Todo ello con una idea esencial y es que para saber cómo cuidarse
es importante, como señala la autora, “darse desde la alegría”.

Miriam Subirana toma como camino la idea de que “cuidarnos es


esencial para vivir con dignidad y alcanzar la plenitud, para dejar de
machacarnos y disolver el diálogo interior desesperante e inútil”

Y a ello dedica la autora las páginas de este buen libro tan necesario
en estos tiempos que corren.

Cuidarte, ser y estar en uno mismo, apertura, ser y estar en la


relación, cuidarnos, cuidar el todo y compasión y contemplación son
los 7 capítulos que conforman este buen mapa para aprender a cómo
cuidarse para tener una buena salud emocional y física.

Quedarse sólo con un sentido individualista del cómo cuidarse para


tener buena salud, puede convertirse en una trampa del ego que nos
atenaza, mientras que la vía que nos abre Miriam a lo largo del libro es
el aprendizaje de cuidarse también desde lo colectivo.
No vivimos aislados en un universo propio, por lo que es básico que
ese aprender a cuidarse que recorre mente, corazón, cuerpo y espíritu,
vaya encaminado también, desde la conciencia del instante presente, a
abrir la mirada hacia los otros.

Hay que dar importancia a la actitud contemplativa y a vivir desde


la compasión, entendida esta como una mirada serena y amorosa hacia
todo lo que nos rodea entendiendo que como seres vivos no somos más
que todo lo que nos rodea.

Te invito a la lectura de un libro importante con el que vas a


aprender de forma clara, amena y concisa a cómo cuidarse para tener
una buena salud emocional y física.
El poder de nuestra presencia” Miriam
Subirana
Miriam Subirana nos vuelve a sorprender con un libro fundamental
para entender que la presencia es un nuevo modo de vida que nos
reporta grandes beneficios.

En mi caso, descubrí a Miriam Subirana a través de su libro


“Heartfulness y mindfulness” cuya reseña puedes leer si pinchas en el
enlace y confieso que fue un buen descubrimiento.

Ahora, Miriam nos ofrece un nuevo trabajo en el que habla de algo


tan importante como es la labor de nuestra presencia en el instante
presente que es la base del mindfulness o atención plena.

Como dice la autora nada mas comenzar el libro”el poder de la


presencia es el poder vivir el momento, de ser tú y de tener impacto a
tu alrededor” y nos va descgranando ese buen impacto a lo largo del
libro.

En una primera parte, Miriam Subirana nos introduce en esa


grandeza del impacto como seres vivientes para dejarnos transcurrir
entre las buenas presencias de las que nos habla.

Y nos habla de presencias brillantes, de plenitud, de gozo, de paz, de


amor y de la amabilidad... y así hasta 9 presencias que podemos
sustentar desde la atención plena o mindfulness.

Todas esas presencias nos introducen en un universo personal de


valores que sustentamos y transmitimos y que nos dejan una serie de
habilidades para sostener esa presencia transformadora.

Para que puedas trabajar en tu presencia, el libro de Miriam


Subirana, te señala sencillos ejercicios a través de los cuales vas a
poder ir viendo como esa presencia te reporta buenos beneficios a tí y
a quienes te rodean.Me quedo con esa “presencia esencial” de la que
habla Miriam Subirana en un momento del libro y es que “cuando lo
que haces y vives está lleno de sentido te sientes pleno. Tu energía
fluye y a todo lo que tocas le infundes tu esencia. Vivir lo esencial es
vivir lo que da sentido a cada pensamiento, palabra y acción, a cada
relación y proyecto. Una presencia esencial está desnuda de todo lo
superfluo y absurdo. Es una presencia que irradia belleza, sentido y
plenitud”

Esa es la verdadera esencia de “El poder de nuestra presencia”


una guía de coaching espiritual, caminar de la mano de Miriam
Subirana para que descubras que dentro de tí hay una enorme
fuerza transformadora para ESTAR,SER, HACER y TENER de
una nueva forma como siempre te hablo desde Plenacción.
"El Buentrato” Fina Sanz.
Contra el maltrato el buentrato, así de claro y así de rotundo.
Hacerlo un proyecto de vida es el gran objetivo que nos propone Fina
Sanz.

Por esas carambolas bilbiográficas que le vida tiene, descubrí a Fina


Sanz a través de la fotografía, pues preparando unos talleres, llegó a
mis manos por casualidad su libro que tanto me ha abierto la mente y
el corazón hacia otras formas de usar la fotografía, no sólo para el
deleite, sino para la introspección y la sanación interior. Todo un
descubrimiento que te invito a leer.

A partir de esa lectura entré de lleno en otros dos de sus libros que te
recomiendo también fervientemente y mucho más si estás o rebasas ya
la cuarentena y de obligada lectura si andas ya de cincuentenas…La
juventud en el corazón, pero conviene leer visiones de la vida.

Estos son y . Lecturas de obligado cumplimiento.

Y después llegó a mis manos este auténtico y soberbio alegato


contra el maltrato que es su obra en el que Fina Sanz, con su sabiduría
y buen hacer, nos propone un profundo cambio de modelo de vida
hacia una nueva convivencia.

Vivimos tiempos de aceleración inconsciente y de tormentas que


nosotros mismos, como seres humanos, hacemos nacer y
desarrollamos. La falta de un saber estar en el instante presente y la
profunda crisis de valores que nos habitan, son parte de esos maltratos
que vivimos y sufrimos en todos los órdenes de la vida.

No es difícil estar contra el maltrato. Es necesario, pero es más


necesario lo que Fina Sanz nos hace a través de las páginas de este
libro como es ofrecernos otro modelo de relación, otros valores
sociales, otra relación humana con las demás personas y con nosotros
mismos.

Este alegato imprescindible contra el maltrato que es el “Buentrato”,


está dividido en cuatro partes: “Modelo del maltrato: el maltrato
producto del mal trato”, “Del maltrato al buentrato”, “Modelo de
buentrato: el buen trato y el buentrato” y “Proyectos de amor”.

Para hablar contra el maltrato hay que entrar de lleno en este


universo del Buentrato que nos propone la autora.

Podría continuar escribiendo maravillas de este buen libro, como


todos los que nos ofrece Fina y que al final te anoto por si te interesa,
pero prefiero quedarme con las palabras de la autora.

Fija bien en tu mente la idea. Y es que contra el maltrato, el


“Buentrato”.

“Mi objetivo al escribir este pequeño libro es sencillo:


contextualizar y abrirnos a pensar en otro modelo posible, el
buentrato, con el fin de introducir una reflexión al respectio paa que se
pueda ir aplicando a las diferentes áreas de trabajo; que cada quien
nos devuelva nuevos aportes, posibilidades, concreciones, que
finalmente repercutirán en la salud, en nuestro estar en el mundo, en
las relaciones, en nuestra vida social y, en última instancia, en la vida
de este planeta, en los otros seres, en la naturaleza, con quienes –nos
demos cuenta o no- estamos interconectados y somos
interdependientes”.
El Taller PROGRAMA 21.

Para poner en marcha el taller PROGRAMA 21 con el que te


obsequio por la compra y lectura de este libro, debes entrar en la
siguiente dirección web y seguir los sencillos pasos que te indico.

http://www.plenaccion.es/programa21

Tan sólo tienes que pulsar el botón que verás y cuando se abra el
formulario en la pantalla, introducir tu nombre y una dirección de
correo electrónico en el que quieres que te lleguen los mails que
conforman el taller. El PROGRAMA 21 puede ser tu primera entrada a
la práctica de mindfulness o, si ya has realizado alguna práctica, taller
o seminario, que te sirva de guía y continuación de la práctica.

Aquí tienes la dirección. Entra y comienza. El taller se inicia en el


momento en el que introduces tus datos. Pero no te preocupes, te
explico todo en el video que encuentras al entrar en la página web.

http://www.plenaccion.es/programa21
Un pequeño favor y un muchas gracias
de corazón.

Primero las gracias por haber adquirido este libro. Espero de


corazón que te sea útil y que te haya gustado y, sobre todo, que hayas
encontrado ideas, claves y estrategias para tu desarrollo personal y
profesional. Ahora quiero recordarte un pequeño favor y es que
califiques este libro en Amazon. Como habrás visto al adquirir el
ejemplar, tienes la posibilidad de mostrar qué te ha parecido. De esta
forma me ayudas a dar a conocer este trabajo.

De nuevo muchas gracias y si quieres seguir aprendiendo técnicas e


ideas, aquí tienes en enlace a mi otro libro:

40 ideas mindfulness para tu vida cotidiana”


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